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Humanidades Médicas

versión On-line ISSN 1727-8120

Rev Hum Med v.6 n.2 Ciudad de Camaguey Mayo-ago. 2006

 

 

Artículo

 

Manuel J. Calves González, iniciador de la lucha contra el escolasticismo en medicina en Cuba.

Manuel J Calves González: The first who fpught again at scholasticism in Cuba medicine.

 

Autor

 

José Antonio López Espinosa. Licenciado en Información Científico-Técnica y Bibliotecología. Investigador Agregado Universidad Virtual de Salud de Cuba. Centro Nacional de Información de Ciencias Médicas (Infomed). Calle 27 No. 110 e/ M y N. Vedado, Ciudad de La Habana, Cuba. CP 10400 e-mail: jale@infomed.sld.cu

 

Palabras clave: HISTORIA DE LA MEDICINA; MANUEL J. CÁLVEZ; ESCOLASTICISMO.

Introducción

Los que se dedican al estudio de las humanidades médicas, casi siempre tienen en cuenta con preferencia la extraordinaria labor desempeñada a través del tiempo por los profesionales de la salud, no sólo en lo concerniente a su condición de clínicos, experimentadores, biólogos, pedagogos psicólogos y hasta legistas, sino también en lo relacionado con su capacidad de observación profunda y sindéresis esclarecida para poder interpretar adecuadamente los fenómenos de la naturaleza, la sociedad y el pensamiento. Si de evolución se trata, el médico en particular asume hoy día una tarea enormemente exigente desde el punto de vista intelectual, pues en la sociedad actual ha venido incluso a constituirse teóricamente en guía espiritual de las familias. En el caso de Cuba es capaz de penetrar en la intimidad de los hogares, no sólo con el fin de curar las dolencias físicas, sino incluso las de índole moral o espiritual, las cuales son a veces hasta más grandes que las primeras.
Por regla general, los profesionales de la salud y los médicos en particular que han dedicado gran parte de su existencia a la lucha contra el dolor y la muerte, con riesgo a veces de sus propias vidas, han tenido como recompensa el reconocimiento de sus semejantes. Sin embargo, hay otros que han hecho importantes aportes y han pasado inadvertidos o han sido ignorados, con la consiguiente condena al desconocimiento de sus actos que ello conlleva para las generaciones posteriores.

En este trabajo se trata justamente de exhumar la contribución de un médico cubano en el último tercio del siglo XVIII que, si bien no tuvo una repercusión directa e inmediata en la práctica de la Medicina en particular, fue la primera manifestación de lucha del método experimental contra la posición dogmática en el contexto de los estudios superiores.

EL SISTEMA DE COPÉRNICO Y EL ESCOLASTICISMO EN CUBA. SÍNTESIS CURRICULAR DE MANUEL J. CALVES GONZÁLEZ

Cuando el astrónomo polaco Nicolás Copérnico formuló su hipótesis sobre el movimiento de la Tierra y de los demás planetas alrededor del sol, describió los principales fenómenos astronómicos conocidos de un modo mucho más simple que el sistema admitido hasta la década de 1540.(1) Sin embargo, al negar que la Tierra era el centro del universo, fue objeto de muchas críticas, sobre todo por parte de la Iglesia. (2) El hecho de haber roto con la concepción egocéntrica del mundo, constituyó un hito para la historia del pensamiento y del progreso científico y de paso lo convirtió en el fundador de la Astronomía moderna. (3, 4)

El nombre del bachiller Manuel J. Calves González se inscribe en los fastos históricos de la ciencia en la isla de Cuba, por haber sido el primero en exponer y defender públicamente el sistema de Copérnico y por haber iniciado la lucha contra el escolasticismo en medicina en el seno de la Universidad Pontificia, al presentar allí proposiciones de carácter experimental, que se opusieron a las dogmáticas propugnadas por las autoridades docentes de la institución.
Nació en La Habana el 29 de diciembre de 1776, fruto de la pareja formada por Lucas Calves Fernández y María Josefa Fernández de Ocampo, ambos de la misma ciudad. Sus abuelos paternos fueron Juan Bautista Calves, natural de Génova, Italia, y Teresa Fernández, de La Habana; los maternos Ignacio José González, de Caracas, Venezuela, y María de Jesús Hernández Barbosa, de La Habana. (5)

Comenzó a estudiar Filosofía en el Convento de San Agustín el 24 de abril de 1792 con el lector en Artes fray Joaquín Salazar, quien le impartió las materias de Lógica, Metafísica y Física general y bajo cuya moderantía sostuvo actos de conclusiones públicas en ellas, los cuales fueron calificados de magníficos. Su profesor de Texto aristotélico fue el doctor José Rafael de los Santos, del Convento de San Juan de Letrán, quien certificó que Calves pasó los cursos de esa asignatura con regular aprovechamiento.

Finalizados los estudios de Filosofía en 1794, comenzó de inmediato los de Medicina, en cuya Facultad tuvo como catedráticos al doctor Tomás Romay y al bachiller José María Pérez en Patología; al doctor Lorenzo Hernández y a los bachilleres José Gregorio Lezama y Francisco Baratt en Fisiología; al doctor Diego Silveira en Anatomía y al doctor José Pérez Bohorques en Terapéutica. Terminados los estudios de Medicina, aspiró al grado de Bachiller en Artes y en el cuestionario que presentó al efecto incluyó dos proposiciones en Física, en las cuales expresó su adhesión al sistema de Copérnico. En la primera de ellas declaró que “el lugar principal lo ocupa el sol” y, en la segunda que “en lo que respecta al sistema del mundo, los fenómenos se ven, se explican y acomodan mejor por el sistema de Copérnico”. El Tribunal examinador lo aprobó y recibió el grado de Bachiller el 8 de julio de 1797. (6)

En diciembre del año siguiente se presentó en la Universidad Pontificia con la aspiración de graduarse también de Bachiller en Medicina. Para ello sometió a la consideración del Pro-Decano, el doctor José Julián de Ayala, según exigía el Reglamento, el cuestionario que se proponía defender. El contenido de ese cuestionario originó una aguda controversia entre el aspirante y el directivo, por cuanto éste increpó y amenazó con reprobar a aquel si no incluía proposiciones de carácter dogmático en el mismo. Calves no sólo rechazó la imputación, sino que defendió su prerrogativa de escoger con entera libertad las materias que él deseaba incluir en su tesis, con independencia de que lo acusó ante el Rector por haberlo llamado insolente, expresión que calificó de “ignominioso título”.
En la investigación practicada a tenor de esa denuncia contra el doctor Ayala, los testigos propuestos por Calves, el carpintero y el boticario del hospital San Ambrosio, corroboraron lo manifestado por éste, por cuya razón se resolvió por las autoridades universitarias separar al Pro-Decano del Tribunal de examen y sustituirlo por quien le correspondiera en orden de antigüedad. En definitiva, el Tribunal se integró con los doctores Nicolás del Valle, quien actuó en calidad de Pro-Decano, Roque Oyarvide, José de Jesús Méndez, Lorenzo Hernández y Tomás Romay, así como por los bachilleres Francisco Baratt, José María Pérez y Benito Morales, quienes aprobaron su trabajo y le otorgaron el título de Bachiller en Medicina el 14 de diciembre de 1798. (7)

Calves hizo el período de prácticas con el doctor José María Pérez desde el 8 de enero de 1799 hasta el 18 de febrero de 1803. Luego se sometió a examen ante el real Tribunal del Protomedicato de La Habana en el Hospital Real de Marina, por el cual fue aprobado al ejercicio de la medicina el 22 del mismo mes y año.(8) No se ha encontrado hasta ahora más información acerca de su ejecutoria posterior. Se puede suponer con cierto grado de certeza que decidió abandonar la isla, dada la hostilidad que le rodeaba en los medios académicos.

Consideraciones generales

Es de lamentar que se haya perdido el rastro de la actividad de Calves luego de haber obtenido la aprobación para ejercer la medicina de parte del Tribunal del Protomedicato, en virtud de la gran controversia filosófica que se anunciaba con las ideas que defendía. No hay que analizar esta circunstancia de manera concienzuda para notar lo que significaba sostener una doctrina contraria a la admitida por la iglesia católica y, más aún, defenderla en un acto público en la Universidad, entonces regida por los Dominicos. Su actitud intransigente en la adhesión y defensa al sistema de Copérnico fue algo muy audaz y revela una personalidad de independencia de criterio y de gran vigor intelectual.
Por otra parte, el pleito sostenido con el Pro-Decano José Julián de Ayala fue también algo de gran trascendencia, pues señaló de modo inequívoco el inicio de la lucha entre lo experimental y lo dogmático, es decir, de la batalla contra el método escolástico, en el seno de la Universidad. Es posible que la defensa pública de la teoría copernicana pusiera sobre aviso a Ayala sobre la condición de opositor de Calves a los criterios imperantes en la enseñanza y ello fuera la causa de que impugnara su cuestionario, aún antes de conocerlo.
Por último, la Resolución de separar a Ayala del Tribunal examinador es otro factor que traduce claramente la penetración en la Universidad de las nuevas corrientes científicas, que se habían estado formando dadas las necesidades creadas por el surgimiento de condiciones socio-culturales de una naturaleza cualitativamente distinta. Fue justamente entre los años 1797 y 1798 que hubo de producirse la llamada eclosión científica, como culminación de un laborioso y lento proceso de integración de conocimientos de la naturaleza en contienda pugnaz contra el escolasticismo. (9, 10)

De las anteriores consideraciones se puede pues inferir que la posición de Calves, opuesta a la sostenida hasta entonces, constituye un importante paso de avance y un acontecimiento que no se debe pasar por alto en la historia de la ciencia cubana; del mismo modo que no se debe desconocer su significación en el terreno de las humanidades médicas. De ahí que en este trabajo se haya tratado de rendir un modesto homenaje de reconocimiento y de gratitud a la memoria de este profesional de la salud y de traerlo a la memoria en ocasión del aniversario 230 de su natalicio próximo a cumplirse.

Recibido: 20/4/06 Aprobado: 26/5/06

Referencias bibliográficas

1. Adamzewski J. Nicolás Copérnico y su época. Varsovia: Ediciones Interpres; 1972. p 93-149.

2. Bietkowski H. The world of Copernicus. Warsaw: Arkady; 1973. p 161-164.

3. Kesten H. Copernicus and his world. New York: Roy Publishers; 1945. p 402-408.

4. Armitage A. Copernicus. The founder of modern Astronomy. New York: Thomas Yoseloff; 1957. p 94-227.

5. Archivo de la Parroquia del Espíritu Santo. Libro 12 de bautismos. La Habana; 1776. f. 94v.

6. Calves González MJ. Scientia, fidees, etopinio, ineadem mente de eadem re, simul esse pessunt. Tesis en opción al grado de Bachiller en Artes. La Habana: Real y Pontificia Universidad del Máximo Dr. San Jerónimo; 1797.

7. Calves González MJ. Consultate ratione, et experiencia sequentium conclusionum veritates querenti demostrabo. [ Tesis en opción al grado de Bachiller en Medicina ] : La Habana: Real y Pontificia Universidad del Máximo Dr. San Jerónimo; 1798.

8. Archivo Central de la Universidad de La Habana. Expediente 2004/797.

9. Alonso Porro I. El año del boom, 1997. En Red. Suplemento científico técnico del periódico Juventud Rebelde 1997; (13): 3.

10. López Sánchez J. Bicentenario del año de la eclosión científica (1797-1997. Rev Feria Dos Hermanas 1999; (Mayo): 87-92.