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Humanidades Médicas

versión On-line ISSN 1727-8120

Rev Hum Med v.9 n.3 Ciudad de Camaguey sep.-dic. 2009

 

ARTÍCULO

 

Cumplimiento de los objetivos educativos de la asignatura Psiquiatría

 

Achievement of educational objectives of the subject Psychiatry

 

 

Pablo Hernández Figaredo,I Laureano García GutiérrezII

 

I. Especialista de I y II Grado en Psiquiatría. Profesor Auxiliar de Psiquiatría. Máster en Psiquiatría Social. Universidad de Ciencias Médicas "Carlos J. Finlay". Camagüey. Cuba. Correo-e: paher@finlay.cmw.sld.cu

II. Especialista de I y II Grado en Psiquiatría. Profesor Asistente de Psiquiatría. Máster en Psiquiatría Social

 


 

RESUMEN

Desarrollar en los estudiantes el respeto al paciente psiquiátrico está entre los objetivos formativos del proyecto educativo de la asignatura Psiquiatría. Para evaluar el cumplimiento de estos objetivos, se realizó un estudio descriptivo, transversal, y cuanti-cualitativo con 65 estudiantes del quinto año de Medicina, a quienes se les aplicó una encuesta al concluir la estancia en Psiquiatría. Los resultados mostraron que los estudiantes consideran al alcohólico como un paciente digno de respeto, atención y con iguales derechos que otros enfermos. El mayor porciento de los estudiantes consideró a la comunidad como el mejor ambiente para el manejo de esta afección mental y expresaron que, en algunos casos, el médico de familia debe ser quien la atienda. Al concluir la estancia, se consideró satisfactoria la preparación para educar a la población en la aceptación y respeto al enfermo mental. Finalmente, se recogieron las dificultades que, según los estudiantes, interfieren en la atención del paciente psiquiátrico en la comunidad. De manera general, se logran los objetivos educativos propuestos para la asignatura.

Palabras clave: Asignatura Psiquiatría, objetivos educativos


 

ABSTRACT

To develop the students' respect to psychiatric patients is among the formative objectives of the educational project for the subject Psychiatry. We carried out a descriptive, cross-sectional, quantitative-qualitative study with 65 fifth-year- Medicine students, who were surveyed at the end of the Psychiatry rotation to assess the achievement of objectives. Results showed that students consider alcoholic patients worthy of respect, consideration, and rights. Most students stated that communities are the best environment for managing mental conditions and family doctors should be the ones to assist some of these cases. At the end of the rotation, the preparation for educating communities in order to accept and respect mentally ill persons was satisfactory. Finally, students provided the difficulties interfering with the assistance of psychiatric patients within the community. In general, objectives are achieved.

Keywords: Subject Psychiatry, educational objectives


 

 

INTRODUCCIÓN

Durante seis semanas se imparte a los estudiantes del quinto año de Medicina la asignatura Psiquiatría, la cual, desde el punto de vista educativo, es privilegiada teniendo en cuenta las características de esta especialidad. En las demás asignaturas de la carrera, el estudiante asiste a personas que han perdido la salud o están en riesgo de hacerlo y aprecia cómo los familiares y la comunidad se solidarizan y actúan en consecuencia. Sin embargo, la persona con un trastorno mental, por lo general, no es vista de igual forma, es objeto de burlas, incomprensiones o indiferencia.

Al asistir por primera vez a este tipo de paciente, el estudiante de Medicina está permeado de prejuicios y, además de curiosidad, experimenta miedo o rechazo con frecuencia. En Psiquiatría, el estudiante deberá asimilar el respeto a la dignidad de estas personas como uno de los valores primordiales desde el punto de vista educativo.

La solicitud y la solidaridad del psiquiatra con quienes padecen un trastorno mental, su afabilidad y empatía, y la sensibilidad para manejar los síntomas y dificultades de los pacientes, formarán al futuro médico de familia en el respeto y la comprensión. La aceptación por parte de cada uno de los integrantes del equipo de salud mental también contribuirá a este aprendizaje educativo. Para evaluar el cumplimiento de los objetivos se diseñó la presente investigación.

DESARROLLO

En Cuba se refuerza la formación de recursos humanos de la salud en relación con la espiritualidad y la ética con la solidaridad de un sistema social basado en la ayuda mutua y la ejemplaridad de los responsables de la educación. La vocación médica es la expresión paradigmática de la espiritualidad profesional. Este atributo personal se define como la capacidad para asumir como propias las necesidades de otros, gracias a la empatía, compasión, disposición a ayudar y capacidad para involucrarse en los problemas de los usuarios.

La medicina humanista demanda aptitudes vocacionales bien definidas y una educación integral donde sobresalga más la formación que la información, la compasión que la técnica, la educación que la instrucción y la espiritualidad que la habilidad. Así, se egresarían facultativos actualizados y sensibles, tecnificados e involucrados, entrenados y disponibles, equipados e integrales, e informatizados y humanizados.1

En el transcurso de la carrera de Medicina, el estudiante incorpora una serie de valores, de acuerdo con los objetivos educativos propuestos por cada asignatura. Por ser la más humanista de las especialidades médicas,2 la Psiquiatría es la asignatura idónea para fomentar el respeto a la dignidad humana, valor ético moral esencial del cual se desprenden los demás,3 para que el futuro médico de la familia añada a su quehacer la aceptación y el respeto al paciente con un trastorno mental.

Desafortunada y frecuentemente, el paciente psiquiátrico es objeto de burlas e incomprensiones de la sociedad. Un alcohólico, un esquizofrénico o un retrasado mental no son vistos ni aceptados de la manera que se hace con un diabético o un hipertenso.4 Quien sufre un trastorno psiquiátrico ha sido históricamente considerado "diferente" del que padece otro tipo de enfermedad, y a pesar de que esta percepción se ha tratado de modificar después del triunfo revolucionario, en no pocas ocasiones algunas personas violan principios éticos e impiden que estos pacientes sean tratados con la consideración y respeto que merecen.

La Psiquiatría cubana es parte del sistema integral de salud que tiene como pilar fundamental la atención primaria con el modelo del médico y la enfermera de la familia. De este modo, se prioriza la proyección comunitaria de las acciones, donde la promoción y la protección de la salud se unen a la prevención y la curación de enfermedades, además de la rehabilitación psicosocial del paciente con secuelas.5

Actualmente la imagen de la Psiquiatría en Cuba no es la de la atención a los pacientes con perturbaciones de sus capacidades psíquicas, confinados en instituciones mentales durante largos períodos de tiempo, muchos de ellos, por el resto de sus vidas.

El Grupo Nacional de Psiquiatría del Ministerio de Salud Pública (MINSAP), en coordinación con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), organizó en octubre de 1995 el evento "La Reorientación de la Psiquiatría hacia la Atención Primaria de Salud", donde se redactó, discutió y aprobó "La Carta de La Habana", documento que plantea la plataforma programática para el desarrollo de alternativas de atención comunitaria que incluyen no sólo el tratamiento, sino la rehabilitación del enfermo en su propio medio, así como actividades destinadas a la prevención y promoción de salud.6

La atención comunitaria humaniza aún más la práctica de esta especialidad, permite actuar sobre el paciente, la familia y el medio, modificando a este último en beneficio de los dos primeros. A nivel comunitario se da cumplimiento a varios programas nacionales de la salud mental que atienden, entre otros, la conducta suicida, el alcoholismo y otras toxicomanías, la violencia familiar, los deambulantes, el adulto mayor y la población infantojuvenil.7 De esta manera, el paciente psiquiátrico deberá ser internado en un hospital especializado sólo en los casos en que exista una urgencia médica y por breves períodos de tiempo.

En Camagüey, la estancia de los estudiantes en Psiquiatría se efectúa mayormente en los principales escenarios de la atención primaria: los Centros Comunitarios de Salud Mental. El médico de familia debe gestionar la aceptación total en la comunidad del paciente con un trastorno mental y facilitar su seguimiento y atención en estrecho vínculo con el equipo de salud mental. Para lograrlo, el médico debe estar preparado y convencido, pero no siempre es así.

Entonces, ¿estarán aptos los estudiantes para atender algunas de estas afecciones cuando estén a cargo de un consultorio? ¿Serán capaces de educar a la comunidad en el respeto, la solidaridad, la comprensión y el apoyo que necesitan estos pacientes? Para responder estas interrogantes, se llevó a cabo esta investigación.

Objetivo general:

Evaluar el cumplimiento de objetivos educativos de la asignatura Psiquiatría en un grupo de estudiantes de Medicina.

Objetivos específicos:

Evaluar en los estudiantes el respeto a la dignidad humana del paciente con trastorno mental.

Evaluar la aptitud de los estudiantes con respecto a la atención de pacientes con trastorno mental.

Evaluar la percepción de los estudiantes sobre la inserción y manejo de los pacientes con trastorno mental en la comunidad.

Material y método:

Se realizó un estudio transversal, cuanti-cualitativo y descriptivo para evaluar el cumplimiento de los objetivos educativos. La muestra estuvo conformada por 65 estudiantes del quinto año de Medicina, quienes habían rotado por Psiquiatría en la primera estancia del segundo semestre del curso académico 2008-2009. Al concluir la rotación en el mes de marzo del 2009, los estudiantes respondieron una encuesta anónima diseñada por los autores de la investigación (ver anexo). Los resultados cuantitativos se expresan en porcientos (preguntas del 1 al 7 de la encuesta). Se dio un tratamiento cualitativo a las respuestas de la pregunta.8

Análisis y discusión de los resultados:

Al evaluar la percepción que tienen los estudiantes del alcoholismo, 63 de ellos (96,9 %) comprende que el alcohólico es un individuo enfermo y que debe ser atendido.

Muchas personas e incluso para algunos profesionales de la salud consideran a esta adicción más un vicio que una enfermedad, privan a los que la padecen del apoyo y la comprensión que requieren, y niegan la posibilidad de su tratamiento y rehabilitación. Para ilustrar esta afirmación bastan dos ejemplos: cuando uno de los autores del presente trabajo cursaba la maestría en Psiquiatría Social participó en una técnica de grupos focales acerca del alcoholismo en la que interactuaron los maestrantes e igual número de médicos de familia, y le resultó impactante constatar que la mayoría de estos últimos no considera al alcohólico como un enfermo. Otro ejemplo es el referido por el profesor Ricardo González, experto en el tema, acerca de opiniones que él mismo ha recibido con referencia a los adictos: "Esos no son enfermos, son unos descarados"; "si deciden hacerse daño, allá ellos"; "el problema es totalmente ajeno a mis responsabilidades profesionales".8

El 84,6 porciento de los estudiantes opina que el paciente psiquiátrico es digno de respeto y consideración. Sin embargo, 8 estudiantes (12,3 %) se oponen a atenderlo en el mismo escenario donde son asistidos los demás pacientes. Esto demuestra una labor insuficiente en cuanto a los objetivos educativos propuestos.

El 89,2 porciento de los estudiantes considera que la persona con un trastorno mental debe tener iguales derechos que los demás enfermos. Sin embargo, el 4,6 porciento cree que debe limitárseles el acceso a lugares públicos. Tres estudiantes opinan que estos pacientes siempre causan conflictos. Mientras exista este tipo de opinión en futuros profesionales de la salud, se corre el riesgo de privar a estos enfermos de sus derechos y mantener los estigmas que les acompañan.

El 70,7 porciento de los estudiantes cree que el mejor ambiente para el manejo de la afección mental es la comunidad. No obstante, 12 de ellos (18,4 %) consideran que es el hospital. El 10,7 porciento dudó al respecto. Es importante, ya se destacó anteriormente, sensibilizar a la comunidad para que acepte y aprenda a convivir con este tipo de pacientes, como sucede con el enfermo de VIH, tuberculosis u otras entidades. La hospitalización, de ser indispensable, será solamente por el tiempo requerido. Los futuros médicos de familia tendrán que preparar a la comunidad para que sea el escenario idóneo para el manejo del paciente.

El 89,2 porciento de los estudiantes se solidariza con el paciente psiquiátrico, pero el 10,7 aún siente rechazo al concluir la estancia, cuando se supone que deben haber desarrollado sentimientos solidarios. Aunque sea un porciento mínimo, estos futuros galenos no estarán preparados para la tarea de educar a la comunidad.

El 67,6 porciento de los estudiantes encuestados manifestó que, en algunos casos, la afección mental debe ser atendida por el médico de la familia. La labor instructiva y educativa debe continuarse con el restante 30,7 porciento, pues consideró que debe ser siempre el psiquiatra quien atienda la afección, ignoran la probabilidad de manejar y evolucionar algunas de las afecciones que acaban de estudiar.

El 98,4 porciento de los estudiantes opina satisfactoriamente sobre la preparación recibida para educar a la población en la aceptación y respeto al enfermo mental.

De acuerdo con los estudiantes, estas son las principales dificultades que interfieren con una adecuada atención al paciente con trastorno mental en su comunidad, se mencionan en orden decreciente, según la frecuencia:

* El desconocimiento, la desinformación, la ignorancia y los prejuicios de las personas.

* El insuficiente apoyo, la poca comprensión y, ocasionalmente, el rechazo de la familia y la comunidad.

* La escasez de recursos materiales, locales y personal calificado.

* La deficiente preparación del médico general.

* Los mitos y tabúes acerca del enfermo mental.

* El miedo, el rechazo y las burlas al paciente.

* La poca cooperación del enfermo, el incumplimiento en el tratamiento.

* La insuficiente colaboración de dirigentes, organizaciones de masas y órganos del gobierno.

* La pobre estimulación al paciente.

CONCLUSIONES

La mayoría de los estudiantes opina que el alcohólico es una persona enferma que debe ser atendida. El 85 porciento de ellos considera que el paciente psiquiátrico es digno del respeto y la consideración. Cerca del 90 por ciento considera que las personas con trastornos mentales tienen iguales derechos que los demás enfermos, y se solidariza con ellos. El 70 porciento manifiesta que la comunidad es el mejor ambiente para el manejo de la afección mental, y el 68 porciento opina que, en algunos casos, el médico de la familia debe atender la afección mental. Casi todos los estudiantes expresan que, una vez concluida la estancia, ha mejorado la preparación para educar a la población en la aceptación y el respeto al enfermo mental.

Los resultados demuestran que se cumplieron los objetivos educativos de la asignatura Psiquiatría en el grupo de estudiantes encuestados. Se debe continuar trabajando en la preparación de los estudiantes para conseguir la total aceptación del paciente psiquiátrico en la comunidad, con el respeto y la consideración que este merece.

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

1. González Menéndez R. Relación Equipo de salud-paciente-familia. Aspectos éticos y tácticos. Editorial Ciencias Médicas. Ciudad de La Habana, Cuba, 2005. p. 11 y 25

2. González Menéndez R. Humanismo, espiritualidad y ética médica. La Habana: Editora Política; 2005. p.94

3. Sánchez Hernández A. Algunas reflexiones en torno al concepto de valor ético moral. Humanidades Médicas 2001; 1(1):1.

4. Hernández Figaredo P. Psiquiatría y ética médica. Humanidades Médicas 2007; 7(20):1.

5. Colectivo de autores. Enfoque para un debate en salud mental. La Habana: Editora Conexión; 2002. p. 1.

6. León González M. La Psiquiatría y la Salud Mental en Cuba después del Triunfo de la Revolución. EN: La Salud Mental. Experiencias cubanas. Colectivo de autores. Diciembre 2008. Ministerio de Salud Pública. Grupo Operativo de Salud mental y Adicciones y OPS. ISBN: 978-959-7158-80-6 p.10

7. García Gutiérrez L. Aspectos éticos en la práctica de la psiquiatría comunitaria. Rev Hosp Psiquiátrico Habana 2008; 5(2):1. 8. González Menéndez R. Relación Equipo de salud-paciente-familia. Aspectos éticos y tácticos. Editorial Ciencias Médicas. Ciudad de La Habana, Cuba, 2005. p. 184

 

 

ANEXO

ENCUESTA DIRIGIDA A ESTUDIANTES DE 5º AÑO DE MEDICINA

Complete el enunciado con la respuesta que más se acerca a su criterio.

1- Considero que el alcohólico es una persona:

a) Que tiene un "vicio" y bebe porque así lo desea

b) Que está enfermo y debe ser atendido

c) Dudoso

 

2- Opino que un paciente psiquiátrico:

a) No debe tomarse muy en serio

b) No debe ser atendido en el mismo escenario que otro tipo de pacientes

c) Es digno de respeto y consideración

 

3- La persona que sufre de un trastorno metal:

a) Debe tener iguales derechos que los demás enfermos

b) Debe tener limitado acceso a lugares públicos

c) Siempre causa conflictos en su medio

 

4- Creo que el mejor ambiente para manejar una afección mental es:

a) El hospital

b) La comunidad

c) Dudoso

 

5-La imagen del paciente psiquiátrico frecuentemente me inspira:

a) Rechazo

b) Solidaridad

c) Burla

 

6- Considero que la persona con una afección mental debe ser atendida:

a) Siempre por el psiquiatra

b) En algunos casos por el médico de la familia.

c) Dudoso

 

7-Mi preparación para educar a la población en la aceptación y respeto al enfermo mental:

a) Ha crecido

b) Ha disminuido

c) No ha cambiado

 

8-Las principales dificultades para la atención del paciente con un trastorno mental en la comunidad son:

_________________________________________________________________________

_________________________________________________________________________

_________________________________________________________________________

_________________________________________________________________________

MUCHAS GRACIAS POR SU COLABORACIÓN

 

 

Entrada 1/9/09

Aprobado 18/12/09

 

Pablo Hernández Figaredo. Especialista de I y II Grado en Psiquiatría. Profesor Auxiliar de Psiquiatría. Máster en Psiquiatría Social. Universidad de Ciencias Médicas "Carlos J. Finlay". Camagüey. Cuba. Correo-e: paher@finlay.cmw.sld.cu