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Humanidades Médicas

versión On-line ISSN 1727-8120

Rev Hum Med vol.14 no.1 Ciudad de Camaguey ene.-abr. 2014

 

ARTÍCULO

 

Enfoque filosófico dialéctico-materialista de la investigación científica

 

Dialectical - materialistic philosophical approach to scientific research

 

 

Rafael Claudio Izaguirre Remón

Doctor en Ciencias Pedagógicas, Licenciado en Educación, Máster en Ciencias de la Educación, Profesor Titular. Facultad de Ciencias Médicas de Granma Celia Sánchez Manduley, Departamento de Filosofía. Avenida Camilo Cienfuegos y Carretera a Campechuela. Km. 1. Manzanillo. Granma, Cuba CP. 87600. rizag@infomed.sld.cu

 

 


RESUMEN

Con el objetivo de contribuir al debate actual sobre la necesidad del esclarecimiento de los fundamentos filosóficos de la investigación científica y su declaración en el discurso que expone sus principales resultados, se valoró la forma en que se asume la perspectiva dialéctico-materialista y se precisó en torno a algunos enfoques polémicos sobre la necesidad de su empleo consecuente como referente cosmovisivo en la construcción de la ciencia y la legitimación de sus resultados. Se enfatizó en la necesidad de su consecuente empleo en el proceso de investigación.

Palabras clave: filosofía, dialéctica materialista, investigación científica.


ABSTRACT

In order to contribute to the current debate on the necessity for clarification of the philosophical foundations of scientific research and its interpretation in discourse that exposes its main results, it was assessed how dialectical materialistic perspective is assumed and it was clarified around some controversial approaches about the necessity of its consistent use as a comprehensive reference in building science and the legitimacy of its results. It was emphasized on the need of its consistent use in the research process.

Keywords: philosophy, dialectical materialism, scientific research.


 

 

 

INTRODUCCIÓN

Los fundamentos filosóficos en una investigación emergen de la realidad estudiada y deben ser asumidos por el investigador como expresión de su cultura científica. Sin embargo, la práctica indica que parecen ser el resultado de una adición mecánica establecida para configurar una lógica legitimadora de los resultados de la indagación, dentro de los cánones de una política científica que confiera cierta verosimilitud a los aportes en su ajuste con la realidad social; lo que indica más una suerte de voluntarismo científico que un resultado obtenido desde una plataforma teórico-metodológica planteada como perspectiva filosófica, epistemológica y hermenéutica para investigar con intencionalidad un problema, un objeto y un campo de acción en las ciencias.

Esto es lo que sucede con el empleo del instrumental teórico-metodológico dialéctico-materialista en la investigación científica, declarado de forma literal en cada diseño y de forma sistemática desconocido en su empleo real como herramienta para conducir el proceso, desde el rigor de su utilización en las diversas etapas de la indagación emprendida por el investigador. Diversos autores han analizado este problema desde la perspectiva Ciencia Tecnología Sociedad1,2 y desde su presencia en investigaciones socio-educacionales3,4 para advertir sobre esta contradicción epistemológica: se declara un enfoque dialéctico-materialista y prevalece una perspectiva positivista al investigar, lo que apunta, en última instancia, a las insuficiencias de la cultura filosófica del investigador.

Es necesaria la búsqueda de los elementos que permitan revalorar el papel de los fundamentos filosóficos dialéctico-materialistas en la acción de los hombres de ciencia. En este sentido hay preguntas-problemas que devienen reclamos epistemológicos para investigar con claridad filosófica en la ciencia:

  • ¿Cuáles son los fundamentos filosóficos de la investigación científica?
  • ¿Por qué en tiempos de complejidad hoy son imprescindibles estos fundamentos?
  • ¿Cómo se articulan en el diseño teórico de una investigación?
  • ¿Cuáles son las principales herramientas filosóficas válidas para investigar desde una perspectiva dialéctico-materialista?
  • De qué forma citar a los clásicos para construir referentes y presupuestos viables y legítimos al investigar desde una perspectiva filosófica dialéctico-materialista?

Con el objetivo de contribuir al debate actual sobre la necesidad del esclarecimiento de los fundamentos filosóficos de la investigación científica y su declaración en el discurso que expone sus principales resultados, se ofrecen valoraciones que, surgidas de la experticia personal del autor y su ejecutoria en este campo, no pretenden sentar cátedra sobre el tema, sino propiciar un debate como alternativa para repensar el papel del pensamiento filosófico marxista leninista, en tanto plataforma teórico-cosmovisiva de partida de toda investigación científica. Se recomienda asumir estas ideas -que no pretenden erigirse en receta sobre filosofía para la ciencia- como provocación intelectual para debatir en torno a la utilidad de la reflexión filosófica como metateoría de la visión de toda ciencia.

 

DESARROLLO

En aras de avanzar en propuestas que abran un debate sobre el tema de la naturaleza y funciones del enfoque filosófico dialéctico-materialista de la investigación científica, se centra el análisis en cinco ideas que esbozan posibles respuestas a las preguntas-problemas planteadas en la introducción.

I. Los fundamentos filosóficos de la investigación científica

Al investigar se parte de un enfoque cosmovisivo que transparenta la postura filosófica del investigador y de su indagación científica sobre la realidad. Ello revela -quiérase o no, declárese o no- los fundamentos filosóficos de la ciencia.

A juicio de este autor, son fundamentos filosóficos de partida para cualquier investigación los siguientes:

  • El fundamento ontológico: supone develar la naturaleza del problema científico, el objeto de investigación y el campo de acción desde la comprensión de su esencialidad en tanto ente de la realidad, para lo cual el proceso de indagación científica sirve como medio que revela su naturaleza objetivo-subjetiva. Reconocer este punto de partida legitima la investigación, lo que apunta hacia la novedad, actualidad e inserción de sus aportes en el mundo real. Como es natural esto conduce a la solución dialéctico materialista del problema fundamental de la filosofía y su revolucionario planteamiento desde el pensamiento marxista-leninista, que a veces se convierte en una clave ontológica olvidada en el planteamiento de las categorías de investigación, capaz de conducir a errores de formulación pocas veces percibidos en un producto científico. Rescatar la forma en que Engels lo resuelve en su planteamiento clásico bien sería una buena manera de recordarlo siempre.5

  • El fundamento gnoseológico: para establecer los nexos de ruptura y continuidad del conocimiento sobre el objeto y campo, a partir de la indagación de su marco teórico-referencial y el estado del arte de la cuestión científica que se investiga. Ello servirá de fundamento al aporte teórico que logra la investigación y hace legítimo y valedero su significado como ruptura-continuidad en el desarrollo científico, medible en su capacidad de perfeccionamiento del conocimiento de la ciencia. Intentando explicar las bases filosóficas de donde partía el marxismo, Engels señalaba que desde que las ciencias iban alcanzando un nivel teórico, se tornaba innecesario el esfuerzo de la filosofía por darle un sentido a los datos y descubrimientos. Desaparecía así la llamada filosofía de la naturaleza y también, con Marx, la filosofía de la historia. "Todo lo que queda en pie de la anterior filosofía con existencia propia, es la teoría del pensar y de sus leyes: la lógica formal y la dialéctica."6

  • El fundamento epistemológico: que confiere validez a la arquitectura científica de la investigación, su producto teórico y su trascendencia para el sistema de conocimientos de la ciencia en cuestión. Para ello no solo es necesario organizar de modo conveniente la investigación, en términos de lógica y contexto de descubrimiento, sino también la forma en que se explican sus resultados en términos de lógica y contexto de justificación.7 En este sentido Marx planteó: "Sobre la verdad pertenece no solo el resultado, sino también el camino. La investigación de la verdad debe ser ella misma verdad."8

  • El fundamento cosmovisivo: los conceptos, regularidades, leyes y teorías que resultan de la investigación son un genuino producto de la concepción del mundo del investigador. Representan, desde su significado científico, una peculiar manera de ver e interpretar el mundo. Lo anterior confiere a la arquitectura teórica de toda investigación y a sus productos científicos un profundo significado cosmovisivo, ya que las conclusiones relativas a la plataforma de comprensión de la realidad que por su medio se establezca, resultan una construcción intencional del investigador, en correspondencia con el cuadro explicativo de la realidad a que se adscriba.

  • Ningún resultado científico escapa a esta realidad, lo que en el caso de las Ciencias Sociales se expresa de modo directo por las resonancias que en el plano de la significación e interpretación ideo-política tienen los aportes teórico y práctico de toda investigación. En este fundamento se expresa siempre el partidismo filosófico y la intencionalidad cosmovisiva de la ciencia, algo nada despreciable cuando se construye, de modo intencionado y tendencioso, la sociedad del conocimiento.

  • El fundamento lógico: que supone la validez de constructo, significado y sentido de la investigación en su conjunto y de sus aportes en particular. De conformidad con Plá León, la Filosofía sí tiene algo que aportar a la ciencia: es el conocimiento acerca de los esquemas de pensamiento (de la lógica) con que puede el científico abordar la realidad. Ese conocimiento sólo lo puede dar la Filosofía (ni siquiera la lógica formal está en condiciones de enfrentar dicha tarea). Ese, por tanto, es su objeto: el pensamiento humano en todas sus manifestaciones (incluido aquí lo referido a la transformación de la naturaleza, así como de la propia historia).9

  • El fundamento metodológico: presume la asunción de una regulación teórico-práctica de la investigación desde la capacidad integradora de métodos, procedimientos y estilos de pensamiento, en correspondencia con el modo en que se explora la realidad por las ciencias. A ello refiere Plá León al afirmar que: "La función de la filosofía está, entonces, en preparar el marco teórico por donde se encaminará el pensamiento científico de aquel que se acerque a la realidad con ánimo de conocerla para transformarla."9 Y ese marco teórico, en el caso del marxismo, se concreta en dos aspectos: la comprensión materialista de la historia y la lógica dialéctica.

Actualmente no puede planteársele a la filosofía la tarea de responder a preguntas tales como ¿qué es la naturaleza? o ¿qué es la sociedad? La filosofía se muestra impotente para dar una respuesta sólida a tales preguntas. Más bien, ella le queda debiendo a las distintas ciencias particulares el servicio que le han prestado para ayudarla en esa difícil tarea. Es lo que Gustavo Bueno tiene en cuenta al llamar a la filosofía "saber de segundo grado."10

Qué es la naturaleza le corresponde definirlo a la física, la química, la botánica, la biología, la geología, la astronomía y todo un sinfín de ciencias que se dedican a ello. Qué es la sociedad podrán decirlo ante todo la economía política, auxiliada por la historia, la sociología, la arqueología, la etnología, la antropología y otras muchas. Sin embargo, qué es el pensamiento sí corresponde a lo que el conocimiento filosófico puede aclarar con su experiencia propia. Y en última instancia, después de muchas explicaciones, la filosofía nos dará a conocer los distintos esquemas de pensamiento que ella ha logrado delimitar en tantos siglos de existencia. Distinguir y caracterizar dentro de esos esquemas (o estilos, o formas) el modo dialéctico-materialista de asumir la realidad es tarea de la filosofía del Marxismo.

  • El fundamento ético-praxiológico: se asume desde la posición del investigador al articular una obra con coherencia científica y corrección moral desde su enfoque humanista y comprometido, que revela el compromiso social de la ciencia, la pertinencia de sus resultados a un determinado modelo de actuación humana trascendente y la capacidad de responder, mediante la acción científica, a las demandas, necesidades y urgencias de la sociedad. Ello implica un humanismo consciente como responsabilidad en la aplicación de los resultados científicos y una búsqueda de aportes capaces de articular respuestas que satisfagan amplios intereses sociales. Lo axiológico de la ciencia -como manifestación de un pensamiento filosófico aplicado a la actuación humana del científico-revela su dinámica en la relación entre los diversos intereses presentes en la actividad científica y en el proceso de articulación de valores que son inherentes al hombre y a la actividad especializada que hace.

Sistematizar las relaciones entre los fundamentos filosóficos, que de forma explícita han de hacerse presentes en la investigación y su memoria científica, ha de ser tarea de primer orden en la construcción del discurso que resume el proceso investigativo.

II. La Complejidad y la necesidad de un enfoque filosófico coherente

La sistematización de los fundamentos filosóficos de toda investigación científica responde hoy a una urgencia teórica de primer orden: la emergencia del paradigma de la complejidad hace imprescindible un replanteamiento del papel del enfoque dialéctico-materialista en la construcción de la ciencia.

Desde la comprensión literal de su significado, la complejidad emerge como reconocimiento de la diversidad del entorno, que impone la necesidad de su estudio desde enfoques multilaterales como única alternativa para comprenderla desde lo complejo de sus componentes, relaciones, cualidades y rasgos, como expresiones de la dificultad intrínseca que tiene para la ciencia su indagación sistemática.

Al tomar esta lógica relacional como punto de partida, el estudio de las realidades complejas exige de las premisas filosóficas que dictan los principios dialéctico-materialistas de la objetividad, la concatenación universal, el desarrollo y el análisis histórico-concreto, que ajustan desde una perspectiva sistémica el análisis de la complejidad social y conservan un incuestionable valor epistemológico para la investigación científica.

Desde este punto de partida filosófico es preciso esclarecer cómo se concibe la complejidad como paradigma emergente de la ciencia, lo que nos lleva a precisar las visiones que entrelazan su planteamiento como ciencia, su comprensión como metodología y su asunción como concepción del mundo o cosmovisión.

Carlos Delgado, al recrear una propuesta de Maldonado, propone la siguiente distinción:

  • La complejidad como ciencia propiamente dicha: las ideas científicas que tienen un carácter más concreto y específico, el estudio de la dinámica no lineal en diversos sistemas concretos.
  • La complejidad como método: las construcciones metodológicas a partir de estos desarrollos científicos, la propuesta de un método de pensamiento que supere las dicotomías de los enfoques disciplinarios del saber y que consiste básicamente en el aprendizaje del pensamiento relacional.
  • La complejidad como cosmovisión: las elaboraciones acerca del mundo en su conjunto y el proceso de la cognición humana en general, la elaboración de una nueva mirada al mundo y al conocimiento que supere el reduccionismo a partir de las consideraciones holistas emergentes del pensamiento sistémico.11

En realidad, en la complejidad coexisten los tres enfoques, pues para la epistemología científica se integran en la visión y el pensamiento complejos tanto la ciencia como la metodología y la cosmovisión.

Al precisar, en términos epistemológicos, las nociones que caracterizan la emergencia de la complejidad como paradigma científico, Mayra Espina ha señalado la variedad de enfoques que subyacen en su arquitectura teórica, que revela la noción de una verdadera construcción conceptual.12

Desde las nuevas perspectivas teóricas que introducen sus nociones, la complejidad parece compartir -en términos de revolución epistemológica-ciertos presupuestos comunes de claras implicaciones filosóficas dialéctico-materialistas, entre los que destacan:

  • la sustitución del ideal clásico de racionalidad por uno nuevo, complejo;
  • la reformulación del presupuesto de objetividad;
  • la superación de la dicotomía de las ciencias naturales y las ciencias sociales, la ciencia y la moral, el conocimiento y los valores;
  • el diálogo transdisciplinario de saberes;
  • la reformulación del pensamiento dialéctico;
  • la incorporación de la reflexividad social como eje articulador del pensamiento;
  • el cultivo sistematizado de una epistemología de la integración;
  • la noción del saber social situado;
  • la emergencia de ciencias sociales de nuevo tipo.

Estos presupuestos tienen una gran significación para las ciencias sociales y humanísticas, que son las más complejas de las ciencias. Esta complejidad rompe el marco mismo de lo humano y lo social -en contraposición con lo natural, lo biológico, lo artificial y lo matemático-. Se asiste a la constitución de fronteras móviles y permeables; difusas incluso, si se prefiere, entre las tres clases de sistemas sociales: los naturales, los humanos y los artificiales.13

III. El diseño metodológico desde una perspectiva filosófica dialéctico-materialista

La racionalidad de la construcción de la ciencia implica que toda investigación se diseñe desde lo teórico-metodológico a partir de un posicionamiento coherente en la realidad que sirve de punto de partida al proceso indagatorio. Lo anterior supone que los fundamentos filosóficos se hacen explícitos desde la propia construcción de la arquitectura de la investigación, como diseño de sus acciones para legitimar los resultados de la misma, que siempre serán complejos en tanto proceso y producto de la actividad humana.

En torno a este problema son válidas las tesis de Podkoritov que estima conveniente distinguir dos planos de aplicación del método dialéctico-materialista en la investigación científica que se desarrolla en las ciencias particulares: como base metodológica cuando el método se aplica en general; y como medio dialéctico de llevar a cabo los procedimientos del pensar y del conocer en el proceso indagatorio, en cualesquiera de los momentos o etapas en que se desarrolla la investigación.14

Vale señalar que, con independencia del plano en que se haga explícita la aplicación del método dialéctico materialista, sólo hay una ruta viable para conducir una investigación científica desde las bases filosóficas que sustenten con legitimidad su trascendencia: la capacidad de desarrollar un pensamiento filosófico flexible y comprometido, crítico y asentado en el mejor recurso para filosofar desde las ciencias sociales, donde "[...] de nada sirven el microscopio ni los reactivos químicos. El único medio de que disponemos, en este terreno, es la capacidad de abstracción."15

Constituye un imperativo el perfeccionar los fundamentos de la utilización del método dialéctico materialista, pues de lo que se trata -coincidiendo con Kopnin cuando se refería a la importancia de las tesis metodológicas de la Filosofía Marxista-Leninista en su obra Lógica Dialéctica-es de hacer comprender que: "El investigador debe atenerse a la dialéctica no porque lo prescribe alguien que está por encima de él, sino porque lo exige el propio objeto de la investigación, que da a conocer su naturaleza tan sólo a la persona que basa su estudio, su método de investigación en el conocimiento de las leyes objetivas."16

En este sentido, son importantes para comprender el sentido filosófico de toda investigación científica desde su diseño, las advertencias que hacía Lenin a todo investigador cuando declaraba: "Para conocer verdaderamente el objeto hay que abarcar y estudiar todos sus aspectos, todas sus vinculaciones e ?intermediaciones'. Jamás lo conseguiremos por completo, pero la exigencia de la multilateralidad nos prevendrá contra errores y el anquilosamiento. Eso primero. Segundo, la lógica dialéctica requiere que el objeto se tome en su desarrollo, en su ?automovimiento' [...] en su cambio. Tercero, toda la práctica de los hombres debe entrar en la ?definición' completa del objeto como criterio de la verdad y como determinante práctico de la vinculación del objeto con lo necesario para el hombre. Cuarto, la lógica dialéctica enseña que "no existe verdad absoluta, que la verdad siempre es concreta".17

IV. Los instrumentos filosóficos para investigar

Resulta ineludible el empleo del arsenal filosófico para investigar. Los constructos de la ciencia son expresión mediada de los principios, leyes y categorías filosóficas, aplicados al plano particular de la comprensión del objeto, desde las coordenadas de la ciencia que se trate. Es por ello que tras cada concepto científico hay un trasfondo filosófico.

Al emplear los principios, leyes y categorías filosóficas en la investigación científica, emergen de su enfoque racional en el campo en cuestión diversas connotaciones aplicadas que permiten comprender el proceso de construcción de la ciencia desde una cosmovisión filosófica que, para la perspectiva dialéctico-materialista de la ciencia, se asumen como instrumentos filosóficos para investigar, de ineludible empleo en toda indagación sistematizada sobre la realidad objeto de estudio.

Estos instrumentos filosóficos para investigar tienen su síntesis genial en la conocida crítica magistral que hace Lenin a Hegel, cuando discutió un grupo de aspectos que revelan la solución general a las interrogantes que plantean la selección e implementación correcta de los métodos de investigación; son los llamados elementos de la dialéctica18 y ellos postulan:

  1. Objetividad del examen: ni ejemplos ni divergencias, sino la ¨cosa en sí¨.
  2. Todo el conjunto de las múltiples relaciones de los fenómenos y procesos con los otros.
  3. Desarrollo de los fenómenos y procesos, su automovimiento, su propia vida.
  4. Tendencias y aspectos internos que son contradictorios en los fenómenos y procesos.
  5. Los fenómenos y procesos como suma y unidad de los contrarios.
  6. Lucha y despliegue de esos contrarios, tendencias contradictorias, y otras.
  7. Unión del análisis y la síntesis, análisis de las distintas partes y del conjunto, suma de esas partes.
  8. Las relaciones de cada fenómeno no solo son múltiples, sino generales, universales.
  9. No solo la unidad de los contrarios, sino las transiciones de cada definición, cualidad, rasgo, aspecto, propiedad, a cada cual de los otros.
  10. El infinito proceso de revelación de nuevos aspectos, relaciones.
  11. El infinito proceso de profundización del conocimiento humano de los fenómenos, de los procesos, etcétera, partiendo del fenómeno para llegar a la esencia y de la esencia menos profunda a otra más profunda.
  12. De la coexistencia a la causalidad y de una forma de conexión y de interdependencia a otra más profunda, más general.
  13. Repetición, en una etapa superior, de ciertos rasgos, propiedades…, de la inferior.
  14. Pretendido retorno a lo antiguo (negación de la negación).
  15. Lucha del contenido con la forma y a la inversa. El rechazo de la forma, la transformación del contenido.
  16. Transición de la cantidad a la calidad y viceversa. (15 y 16 son ejemplos de 9).

Estos elementos de dialéctica funcionan como marcadores discursivos o constructos filosóficos para hacer ciencia. Todo depende de la forma en que se asumen y apliquen en el proceso de la investigación científica y la construcción epistemológica de la ciencia.

Las razones de la pertinencia de estos elementos de dialéctica como articuladores de una visión filosófica de la investigación científica, son explicables desde su papel regulador de una visión de la investigación que tiene en el pensamiento filosófico una poderosa clave epistemológica para entender que el científico siempre será el mejor filósofo de su ciencia y para su ciencia, y que a él, sólo a él, corresponde cumplir el mandato de la XI Tesis de Marx sobre Feuerbach: " [...] solo han interpretado el mundo y, sin embargo, de lo que se trata es de transformarlo."19

V. El desafío del empleo de los clásicos

Los fundamentos filosóficos de la investigación científica se asumen desde referentes y presupuestos que todo investigador sistematiza en clave de re-construcción epistemológica de su objeto y campo de acción, para legitimar su resultado científico desde su conexión teórica con el cuerpo de saberes establecido por la historia del pensamiento. Ello hace imprescindible acudir a los clásicos de la filosofía marxista leninista en algún momento del discurso científico para sostener las bases cosmovisivas de los fundamentos, la construcción explicativa y los aportes de la investigación, lo que abre un desafío de nuevo signo al pensamiento científico, esta vez en materia de argumentación desde coordenadas filosóficas.

En la práctica argumentativa de las propuestas de ciencia que son usuales en memorias doctorales o de maestrías, la cita de los clásicos del Marxismo-Leninismo deviene recurso por excelencia para demostrar la profundidad y acierto de la tesis que se defiende, desde la asunción de los postulados de la concepción dialéctico-materialista como referente filosófico de la investigación y la sistematización de los presupuestos seleccionados para conferir consistencia teórico-filosófica a los aportes del autor.

Este tipo de praxis tiene al menos dos áreas de riesgo inmediatas:

  1. Convertir al marxismo-leninismo en una técnica erudita de exégesis de textos, como sostiene Ribeiro, al pretender que en sus obras reside toda la sabiduría, con obediencia a los postulados del manual de turno.
  2. Pretender que la tesis marxista re-citada concentre la respuesta final para toda cuestión analizada.20

Ambos riesgos son la expresión de que la denominada cita de autoridad en un texto científico - frecuentemente abusada y empleada como recurso extremo para conferir legitimidad a un postulado del investigador- no supone nunca que se haya definido una praxis investigativa desde la perspectiva teórico-filosófica que se pretende esgrimir como razón metodológica y se defiende en los postulados del texto mismo. En todo caso parece ser el resultado de lo que Ribeiro denomina rumiar el marxismo y no el fruto de un análisis coherente y cohesionado en torno a los verdaderos fundamentos filosóficos de la investigación.

Eliminar el riesgo de la citación acrítica, mecánica y formal de los clásicos, ubicados como recursos argumentales de autoridad y no como criterios orgánicos legitimadores de la lógica científica empleada para convalidar los resultados obtenidos en el orden teórico, se convierte hoy en una exigencia de primer orden para la racionalidad filosófica de la investigación, comprometida no solo con la consistencia cosmovisiva del resultado, sino con las múltiples implicaciones que el mismo tiene en el orden teórico.

Trabajar en esta dirección contribuye a concretar en la práctica el llamado de Sáez Palmero para hacer de la búsqueda de referentes teóricos diferentes y su contrastación un requisito esencial del cientista social marxista, que logre la ampliación de su horizonte cultural y científico, a la vez que abra nuevos derroteros al análisis marxista y venza el esnobismo en la metodología empleada en un número importante de investigaciones, sin la correspondiente evaluación de las secuelas ideológicas que a partir de aquí pueden derivarse.3

Lo importante resulta que los fundamentos filosóficos siguen funcionando como base de toda investigación, ya que al decir de Orudzhev "[...] no es el deslinde con la filosofía sino la estrecha unión con la misma lo que constituye la premisa de la solución a las investigaciones científicas concretas de los problemas que tienen ante sí tanto los filósofos como los investigadores."21

 

CONCLUSIONES

El empleo de fundamentos filosóficos dialéctico-materialistas en la investigación científica se debe asumir como una herramienta epistemológica que posibilita: la fundamentación cosmovisiva coherente del proceso y sus productos; la legitimación de su lógica discursiva; la indagación crítica ante los constructos, cuya reconstrucción teórica es una exigencia de la reflexividad dialéctica; el distanciamiento teórico como función del pensar epistémico, que asume en la praxis un modelo de evaluación comprometida de la realidad; la evitación del canon metodológico cerrado, que supone la triangulación dialéctica como perspectiva de análisis integrador.

En la actualidad es una urgencia de toda investigación rescatar la significación, sentido y coherencia en el empleo de los fundamentos filosóficos dialéctico-materialistas, máxime cuando el debate en torno a la crisis del Marxismo abre una polémica en torno a la utilidad del referencial filosófico que opera en el núcleo de su concepción científica del mundo. Ello abre un área de reflexiones de gran utilidad para sistematizar una visión renovada del empleo del enfoque dialéctico-materialista como fundamento filosófico de las investigaciones sociales, en cuya arquitectura teórica emerge con carácter de necesidad desde los elementos de dialéctica que Lenin señalaba como instrumentos filosóficos para el conocimiento de la realidad.

Solo si son empleados en su verdadera función epistemológica, los fundamentos filosóficos dialéctico-materialistas devienen verdaderos instrumentos para el proceso de investigación científica.

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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10. Bueno G. ¿Qué es la filosofía? Madrid: Editorial Santillana; 1999.

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14. Podkoritov G. Método dialéctico y métodos científicos particulares. La Habana: Editorial de Ciencias Sociales; 1985.

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17. Lenin VI. Insistiendo sobre los sindicatos, el momento actual y los errores de Trotski y Bujarin. Moscú: Editorial Progreso; 1970.

18. Lenin VI. Resumen del libro de Hegel "Ciencia de la lógica". En: Obras completas. t. 29.Moscú: Progreso; 1978.p. 75-216.

19. Marx C. Tesis sobre Feuerbach. Obras Escogidas. Moscú: Editorial Progreso; 1984.

20. Ribeiro D. El proceso civilizatorio. La Habana: Editorial de Ciencias Sociales; 1992.

21. Orudzhev ZM. La dialéctica como sistema. La Habana: Editorial de Ciencias Sociales; 1978.

 

 

Recibido: 15/08/2013
Aprobado: 04/02/2014

 

 

Rafael Claudio Izaguirre Remón. Doctor en Ciencias Pedagógicas, Licenciado en Educación, Máster en Ciencias de la Educación, Profesor Titular. Facultad de Ciencias Médicas de Granma Celia Sánchez Manduley, Departamento de Filosofía. Avenida Camilo Cienfuegos y Carretera a Campechuela. Km. 1. Manzanillo. Granma, Cuba CP. 87600. rizag@infomed.sld.cu