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Humanidades Médicas

versión On-line ISSN 1727-8120

Rev Hum Med vol.20 no.2 Ciudad de Camaguey mayo.-ago. 2020  Epub 04-Mayo-2020

 

Página de la historia

Rudesindo García del Rijo paradigma de la medicina en Sancti Spíritus

Rudesindo García del Rijo paradigm of medicine in Sancti Spíritus

Elizabeth Sánchez Prida1  * 
http://orcid.org/0000-0001-8584-981X

Hansel Leonardo Herrera Rodríguez1 
http://orcid.org/0000-0003-1719-2037

Emelina Amiris Llano Gil1 
http://orcid.org/0000-0002-8270-1550

1Universidad de Ciencias Médicas Sancti Spíritus. Cuba

INTRODUCCIÓN

Rudesindo García del Rijo permanece en la memoria histórica de la Medicina cubana, la conservación de los recuerdos que pasan de años en años por los pueblos fortalece la identidad nacional y permite depositar en las nuevas generaciones el acervo cultural, científico y social que durante años ha caracterizado el desarrollo de las civilizaciones. 1

Para llegar a tener un conocimiento de la Historia de la Medicina en Cuba, se debe conocer sus orígenes, organización, así como los factores que influyeron en su desarrollo desde que se estableció como práctica social; en este progreso gravitaron de manera decisiva elementos de carácter cultural aportado por los colonizadores y por los colonizados, dígase los avances tecnológicos, la religión, las costumbres y hábitos, entre otros que dejaron una huella para fomentar los cimientos en la evolución de la medicina en la isla. 2

La Historia de la Medicina se divide en dos ramas, la primera que abarca los estudios de los grandes descubrimientos médicos, de las escuelas que aportaron los avances de las ciencias médicas, de la biografía de inmortales de la Medicina de las ideas médicas y la Historia de la Salud Pública que comprende a su vez, el estudio de cómo el hombre se agrupó en instituciones y organizaciones para enfrentarse a las enfermedades en su medio social. 3

Con la llegada de los colonizadores a Cuba surgen personalidades vinculadas al desarrollo de la Medicina, su enseñanza y posterior evolución teniendo una relación trascendental con el espíritu creador de la época, la sabiduría y el talento de hombres cultos y adelantados que según el momento que les correspondió vivir, dejaron una huella esencial en el devenir histórico de la Medicina cubana. Los viajes de descubrimientos incluían un gran número de médicos quienes practicaban su labor durante la travesía. 4 El presente trabajo tiene como objetivo caracterizar los aspectos más importantes de la vida y obra del Dr. Rudesindo García del Rijo.

DESARROLLO

Sancti Spíritus, la cuarta villa erigida por los colonizadores españoles en Cuba, también fue víctima de las sucesivas guerras que acontecieron y provocaron un estado de salud crítico y deplorable en la población, aunque con el decursar del tiempo, las condiciones fueron modificándose de forma gradual. Sin embargo, tal situación no le privó de contar con talentosísimos profesionales en el marco de las Ciencias Médicas, que no solo dejaron sus huellas en la pequeña Cuba, sino también en la historia de la humanidad. 1

En los primeros años la villa no contaba con médicos ni con servicios de salud. Los pobladores originarios aprendieron de los aborígenes el empleo de algunas plantas medicinales con fines curativos. En las crónicas de Hernán Cortés, escritas previo a la conquista de México, se hace referencia a la existencia de curanderas y comadronas.

Se conoce que en los años incipientes de la villa no se contaba con médicos ni con servicios de salud. A finales del siglo XVII se crea un hospicio llamado Jesús de Nazareno, situado en la plaza del mismo nombre y dedicado a la atención de enfermos y al cuidado de niños huérfanos, lugares creados por iniciativa de los vecinos, donde brindaban los primeros auxilios personas caritativas dedicadas a ello. 5

En las actas capitulares del cabildo de la villa consta la creación en el año 1700 de un órgano textualmente denominado consejo científico, integrado, entre otros, por un barbero que se desempeñaba también como cirujano y dentista, un herrero y un fabricante de bebidas espirituosas. Datan de esa época los primeros pronunciamientos referidos a higiene ambiental y cuidados personales.1 En 1712 surge el primer hospital espirituano por iniciativa del Presbítero Don Silvestre Alonso y Muñoz, el Hospital de San Juan de Dios; construido como una casa de tejas y ladrillos en la calle San Juan de Dios. Este hospital se mantuvo prestando servicios ininterrumpidamente hasta 1899, su edificación se conserva actualmente en perfecto estado. 5

En 1831 abre sus puertas un segundo hospital gracias a los esfuerzos de otro sacerdote, el Padre Gerónimo Quintero, y llevó el nombre de San Francisco de Paula. Estuvo dedicado a la atención de mujeres y fue costeado mediante donaciones privadas y limosnas aportadas por el pueblo. Tras el retiro de los españoles y el establecimiento de la autoridad interventora se produjo un verdadero movimiento popular en reclamo de la entrega de la edificación de la enfermería y cuartel del ejército hispano. Fue tal la presión del pueblo, que el 17 de noviembre de 1899 en ceremonia patriótica se inauguró el Hospital Civil de Sancti Spíritus, institución que brindó servicios ininterrumpidamente hasta el 1 de enero de 1959 cuando, con triunfo definitivo de la Revolución, se trasformó inicialmente en Hospital Municipal, más tarde en Hospital Regional y al adoptarse una nueva división político-administrativa en el país en 1976, en Hospital Provincial Clínico Quirúrgico.

Destacadas figuras de la Medicina encabezaron la fundación del Hospital Civil que tuvo como su primer director un eminente médico, el Dr. Wenceslao Fernández Calzada. Perduran en el recuerdo los venerables nombres de los doctores: Baldomero Escribano Companioni, Agustín Montiniano Cañizares, Manuel Orizondo Caraballe y Antonio Rudesindo García Rijo. 6 Un contemporáneo describió al doctor García Rijo como: “(…) hombre de pequeña talla, modestamente vestido, de rostro atezado que termina en barba recortada, italiana; que habla muy despacio y con alguna dificultad; que produce en conjunto, antes de oírle, la impresión que causa un hacendado o un veguero. Es el doctor García Rijo, el mismo que Decroizelles cita en su obra, el alumno interno de un eminente cirujano parisiense: cubano amantísimo de su patria; benefactor de su pueblo, Sancti Spíritus, donde toda idea de progreso y de concordia lleva el sello del médico distinguido; estudiante incansable; hábil cirujano (…)” 7

La ciudad de Sancti Spíritus fue la cuna de Antonio Rudesindo García Rijo que nació el 20 de abril de 1852. Hijo de Doña María del Rosario Rijo y Gil y del Dr. Manuel García Cañizares, dueño de una gran fortuna y médico con extraordinaria clientela. 8

Sus primeros estudios los realizó en un afamado colegio de su ciudad natal y su maestro, Luis Rosenova, quedó impresionado ante su precocidad y preclara inteligencia. Posteriormente inició los estudios secundarios en La Habana, y los concluyó en París en 1870. En la Ciudad Luz estudió medicina y fue alumno sobresaliente, contó con profesores de la talla del cirujano francés Descougelles. Se graduó de Doctor en Medicina en 1879 con 27 años y un año más tarde obtuvo la licenciatura en Madrid. (9

Regresó a Cuba después de firmada la Paz del Zanjón y encontró un pueblo pobre y destruido que en nada le recordaba la ciudad próspera de su niñez cuando partió a Europa en búsqueda de una esmerada educación.

En Cuba revalidó sus títulos con notables resultados. En 1885 comenzó a ejercer como médico en la villa del Yayabo, donde estableció una clínica que contaba, según se afirma, con adelantos tecnológicos superiores a los existentes en algunos centros de la capital del país. El doctor García Rijo no solo fue reconocido por sus extensos conocimientos médicos sino también por su actitud benefactora y filantrópica. Visitaba a sus enfermos, incluso en lugares distantes, y tenía un día fijo a la semana, el jueves, para la atención gratuita a las personas sin recursos monetarios, a las cuales en ocasiones les suministraba los medicamentos necesarios. Contribuyó con su economía al fomento de instituciones, de enseñanza en la localidad. 10

Durante su vida profesional se destacó sobremanera por sus aportes al progreso social de su terruño11 a pesar de sus grandes preocupaciones para el desenvolvimiento material y moral de la ciudad tales como la creación de escuelas rurales y la celebración de certámenes, exposiciones, el desarrollo de la ganadería, los impuestos, la división de haciendas entre otros los cuales trato de canalizar a través de la Sociedad de Recreo.

Su actividad científica también fue intensa, a pesar de vivir apartado del centro de mayor desarrollo tecnológico. Participó en numerosos eventos científicos, entre ellos el Primer Congreso Médico Regional de la Isla de Cuba celebrado en 1890, donde asistió como representante de Sancti Spíritus. Tuvo una participación activa en la constitución del primer Colegio Médico de Cuba.

Estableció relaciones profesionales con insignes médicos del país en aquella época entre los que se destacan los doctores Carlos J. Finlay y Joaquín Albarrán. En 1896 trabajó en el Laboratorio Histobacteriológico e Instituto de Vacunación Antirrábica de La Habana. 9

En 1898 viajó a Paris, para perfeccionar sus estudios. En 1911 solicitó a la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana su ingreso como miembro corresponsal. La producción científica de este médico fue cuantiosa, sus investigaciones aparecen en publicaciones no solo de Sancti Spíritus y La Habana, también en América y Europa. 11,12,13)

A él se deben, y es su mayor contribución a la endocrinología cubana, varios artículos sobre afecciones de tiroides publicado en la Crónica Médico Quirúrgica de La Habana en 1906; entre los que se destaca: Bocio exoftálmico en negros y mulatos y Bocio exoftálmico en una mestiza. También en esa misma publicación, pero en 1908 apareció la investigación titulada Diabetes sacarina en Cuba, considerada como la primera serie estadística sobre esta enfermedad descrita en Cuba. En 1912, la revista Anales de la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana publicó el trabajo científico titulado Mixedema en un adulto. 11,14

El doctor Rudesindo García Rijo fue asesinado por bandidos en su finca Lajitas en circunstancias no bien esclarecidas hasta la fecha mientras prestaba asistencia médica a sus enfermos. Ese fatídico hecho ocurrió el domingo 15 de septiembre de 1912.

Este suceso conmocionó al pueblo espirituano y fue una sentida pérdida para la clase médica cubana. La prensa nacional se hizo eco de la muerte del reconocido galeno. En el periódico El Fígaro el doctor Luis Montané, fundador de la antropología científica en Cuba, escribió: “¡No! Yo no puedo resignarme a creer que ese corazón noble entre todos, ha cesado de latir; que la inteligencia clara y luminosa se ha escapado de ese cerebro, en lo adelante insensible y mudo; que sus ojos, sus ojos grandes y negros llenos de bondad, no contemplarán más nunca la hermosa claridad del día”.

El sepelio fue una gran manifestación de dolor donde se confundieron todas las clases de la población. Nadie podía explicarse que un hombre tan juicioso, sereno, apacible e imperturbable muriera a manos de vulgares ladrones.

Los eminentes doctores Manuel Delfín, Luis Montane, Juan Santos Fernández, tuvieron para Rudesindo los más grandes elogios:[…] Nada se ha movido en la ciudad del Yayabo antes de 1896 en que la voluntad y el talento de García Rijo no se haya manifestado. 9

En honor a la sobresaliente labor del galeno el pueblo espirituano erigió una majestuosa estatua en el parque Honorato del Castillo.

CONCLUSIONES

Rudesindo García Rijo, marcó pautas en su paso por la historia de Sancti-Spíritus y de Cuba, al contribuir en el desarrollo de la endocrinología; pero su grandeza no solo radicó en su extraordinario talento, sino en el profundo humanismo que caracterizaba sus acciones, sobre todo aquellas que iban dirigidas a sus pacientes.

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Recibido: 13 de Enero de 2020; Aprobado: 08 de Julio de 2020

*Autora para la correspondencia: elizabethsp@infomed.sld.cu

Conflicto de intereses Los autores declaran que no poseen conflicto de intereses respecto a este texto.

Sánchez Prida. contribución sustancial a la concepción y el diseño, la adquisición de datos, su análisis e interpretación

Herrera Rodríguez. contribución sustancial a la concepción y el diseño, la adquisición de datos, su análisis e interpretación

Llano Gil. contribución sustancial a la concepción y el diseño, la adquisición de datos, su análisis e interpretación

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