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Revista Habanera de Ciencias Médicas

On-line version ISSN 1729-519X

Rev haban cienc méd vol.12  supl.5 Ciudad de La Habana  2013

 

HISTÓRICO

 

Universidad de Ciencias Médicas de La Habana
Facultad de Estomatología «Raúl González Sánchez»

 

Estomatólogos cubanos en las guerras contra el colonialismo español: momentos cumbres

 

Cuban stomatologics in the wars against the spanish colonialism: moments summits

 

 

Andrea Margarita Hernández SalgadoI, Magalys Clark SilotII, María Aimeé Menéndez LariaIII, Mahely Olivera ValdésIV

I Licenciada en Educación en Historia y Ciencias Sociales. MSc. en Ciencias de la Educación. Mención en Enseñanza Técnica y profesional. Profesora Auxiliar. e-mail: amhernandez@infomed.sld.cu
II Licenciada en Educación en Historia y Ciencias Sociales. MSc. en Gestión de la Calidad y Ambiental. Diplomada en Marxismo-Leninismo y Tradiciones Revolucionarias Cubanas. Asistente. e.mail:linet@infomed.sld.cu
IIILicenciada en Filosofía. MSc. Profesora Auxiliar e Investigadora Agregada. e.mail: maria.menendez@infomed.sld.cu
IVLicenciada en Educación en Historia y Ciencias Sociales. MSc. en Ciencias de la Educación Superior. Profesora Auxiliar. e.mail: mahilyolivera@infomed.sld.cu

 

 


RESUMEN

Introducción: es conocida la participación de los estomatólogos en las luchas independentistas; sin embargo, es menos divulgada su presencia en momentos significativos de estas.
Objetivo:
argumentar la participación de los profesionales de la Estomatología en momentos decisivos de la Patria y sus vínculos con personalidades más prominentes de esta etapa de la Historia de Cuba.
Material y Método:
Mediante revisión bibliográfica de textos relacionados con la Historia de Cuba y la Estomatología. Importantes fueron el Diccionario Enciclopédico de Historia Militar de Cuba.1510-1898 (tomo I) y Contribución a la historia de la Estomatología Cubana por estar precisamente dedicado a la especialidad y su historia.
Desarrollo:
los estomatólogos cubanos estuvieron presentes en momentos cruciales de las guerras contra el colonialismo como el Alzamiento de Camagüey, Asamblea de Guáimaro, Protesta de Baraguá, Invasión triunfante a Occidente, entre otras. Protagonistas de gestos dignos como con el caso de un adolescente que tan sólo con 14 años fue un activo conspirador, los que abandonaron sus carreras motivados por su patriotismo para empuñar el machete mambí y otros que para sufragar los gastos para la Revolución vendieron parte de su instrumental de trabajo.
Conclusiones:
los profesionales de la Estomatología en Cuba tienen el honor de haber tenido una activa participación en nuestras gestas emancipadoras y no solo ello, sino que estuvieron presentes en momentos cumbres de esta lucha y demostraron su patriotismo, desprendimiento, valentía y altruismo. Grandes figuras de nuestra historia como José Martí, Ignacio Agramonte, Antonio y José Maceo, Máximo Gómez y Calixto García, entre otros, contaron con el apoyo de estomatólogos, protagonistas de hechos dignos de admirar.

Palabras clave: Historia de Cuba, estomatólogos cubanos, independencia nacional.


ABSTRACT

Introduction: dentist participation during the independence war is well known, however, remarkable moments are less disclosed.
Objective: to argue the professional stomatologist participation in decisive historic moments of our homeland and their relation with prominent personalities during Cuba´s History stage.
Material and Method: a bibliographical review of texts relating both the History of Cuba and Cuban stomatologist. Important there were Encyclopaedic Dictionary of Military History of Cuba.1510-1898 (volume I) and Contribution to the History of the Cuban Stomatologist to be precisely dedicated to the specialty and their history.
Development:
the Cubans stomatologists were present in crucial moments of the wars against the colonialism like in the Camagüey´s rebellion, Guáimaro´s Assembly, the Baragua´s protest, triumphant Invasion to West, among others. Dignified protagonist like an adolescent with only 14 years old that was an active conspirator, those which abandon their career moving by their patriotism to seize the machete and other that sold their working instrument to afford the expenses of revolution.
Conclusions: to finance the expenses for the Revolution, the Stomatologist professionals in Cuba had had the honour of an active participation in our independence wars and not only it, they were presented in remarks moments of our fights, demonstrating their patriotism, detachment, courage and altruism. Big figures of our History like José Martí, Ignacio Agramonte, Antonio and José Maceo, Máximo Gómez, and Calixto García, among others, had the Stomatologist support, worthy of admiring characters of facts.

Key Words: History of Cuba, Cubans stomatologist, national iIndependence.


 

 

INTRODUCCIÓN

En el proceso histórico cubano siempre ha estado presente el sector de la salud y particularmente la Estomatología. Esta especialidad de las Ciencias Médicas, un tanto minimizada en sus comienzos al ser ejercida por personal no profesional, fundamentalmente barberos, flebotomianos y muchos charlatanes, con el paso del tiempo, ha ocupado por el esfuerzo de los vinculados a la misma, el lugar que le corresponde como especialidad médica, con toda la dosis de cientificidad que ello implica.

Largo camino ha tenido que recorrer la Estomatología, para que fuera reconocida como carrera universitaria. En Cuba se le debe mucho a los fundadores: Pedro Calvo Castellanos, Cirilo Yarini Ponce de León y Marcelino Weiss 1 de lo que es la Facultad Raúl González Sánchez en la capital de Cuba, ya una Institución centenaria y bien ganado prestigio.

Esta reputación no sólo emana de su quehacer científico, sino también porque no ha estado ajena a la lucha que ha sostenido nuestro pueblo en cualquiera de las etapas de combate desde el enfrentamiento al dominio español.

Desde el comienzo de la Colonización, se manifestaron los primeros síntomas de rebeldía contra los atropellos de la metrópolis. Los estomatólogos de una forma u otra se vieron involucrados en la rebeldía perenne del pueblo, contribuyendo a conformar la nacionalidad.

Es conocida la participación de los estomatólogos en las luchas independentistas; sin embargo, se desconoce su presencia en momentos significativos como el Alzamiento de Las Clavellinas, Asamblea de Guáimaro, la organización de expediciones, Protesta de Baraguá, la Guerra
Chiquita, Plan de la Fernandina, la Invasión triunfante a Occidente, entre otras, y de gestos heroicos protagonizados por ellos.

Ya antes de iniciarse las Guerras de Independencia, se había derramado sangre de dentistas, como se les llamó en esa época.

Es sabido que en la conocida «Conspiración de la Escalera» en 1844, durante el gobierno de Leopoldo O'Donell, se vieron involucrados fundamentalmente negros y mulatos, además de varios dentistas como lo fueron: Rufino Reyes, Antonio Abad, Carlos Backley y Andrés José Dodge, entre otros. Este último fue condenado a muerte junto al poeta Gabriel de la Concepción Valdés, Plácido. 1

En este trabajo se realiza un bosquejo de momentos significativos de las luchas por la emancipación del colonialismo español teniendo como objetivo argumentar la participación de los profesionales de la Estomatología en momentos decisivos de la Patria y sus vínculos con personalidades prominentes de esta etapa de la Historia de Cuba.

Se realizó una revisión bibliográfica de textos relacionados con la Historia de Cuba y la Estomatología. Especialmente importante fue el Diccionario Enciclopédico de Historia Militar de Cuba.1510-1898 (tomo I), relacionado con combatientes de las guerras independentistas, profesión a la que pertenecían y las principales acciones en que participaron. De ahí que se pudieran referir momentos cruciales de las guerras, donde tuvieron participación los estomatólogos en ejercicio o los que después abrazaron esta profesión. De particular valor fue el texto Contribución a la historia de la Estomatología Cubana por estar precisamente dedicado a la especialidad y su historia.

 

DESARROLLO

Los estomatólogos cubanos presentes en momentos cruciales de las guerras por la independencia nacional

Cuba considerada La Perla de las Antillas, por su posición privilegiada, ha sido motivo a través de los siglos de las apetencias de muchas de las grandes potencias. Es por ello que el vasto imperio colonial español la consideraba pieza clave del mismo y, por tanto, trataron de convertirla en bastión inexpugnable.

En la segunda mitad del siglo XIX, se desmoronó el imperio colonial español; sólo Cuba y Puerto Rico quedaban como «de un pájaro las dos alas/ recibiendo flores y balas/ en el mismo corazón/», al decir de la patriota puertorriqueña, Lola Rodríguez Tió. Ambas islas darían el llamado a la independencia; primero, Puerto Rico, con el Grito de Lares, en septiembre de 1868 y en los inicios de octubre, Cuba, con su histórico alzamiento, en Demajagua.

Comenzaba así un proceso de lucha por la independencia absoluta, en la que estuvieron presentes la valentía y el ejemplo personal de médicos y estomatólogos quienes se alzaron en armas contra el coloniaje español y realizaron una loable labor, no sólo como profesionales en medio de la manigua, sino también como combatientes en diferentes batallas, por lo que merecieron ser condecorados con altos grados militares y convertirse, de hecho, en paradigmáticas figuras de la sanidad militar mambisa.2

El Apóstol de la independencia cubana, José Martí, planteó «… cuando el país llama, es necesario responderle, so pena de que olvide con justicia, a los que no le responden, y llame a otros que le parezca mejores». 3

Larga sería la lista de quienes, en la gran mayoría de los casos, provenían de familias con holgura económica y abandonaron la «comodidad impura», al decir de Martí, para ponerse al servicio de la Patria e incluso morir en los campos de batalla.

En momentos cruciales de la nación cubana, estuvieron presentes los estomatólogos o los que sin llegar a graduarse por incorporarse a la lucha independentista, dieron su paso al frente para estar al lado del deber. Otros abrazarían la profesión después de la derrota del colonialismo; mas todos son orgullo de esta digna profesión. Como dijera Mella: «No con fetichismo de quien gusta adorar el pasado estérilmente, sino de quien sabe apreciar los hechos históricos y su importancia para el porvenir…» 4

A partir del estallido independentista, el 10 de Octubre de 1868, en Demajagua, decenas de dentistas se incorporaron a la lucha por la libertad patria. 1 Desde entonces comienza a extenderse la guerra por diferentes regiones.

El 4 de noviembre, a menos de un mes del comienzo, Camagüey daba la clarinada con el Alzamiento de Las Clavellinas, momento crucial pues significaba la extensión de la lucha y con ello se evitaba que España pudiera concentrar sus tropas en el Oriente insurrecto. La sociedad camagüeyana se vio involucrada en la guerra. Partió así al campo de batalla gran parte de los cirujanos dentistas principeños; entre los cuales hubo algunos que abonaron, con su sangre, la sabana camagüeyana, al morir en combate. 2

Ese 4 de noviembre, estuvieron presentes estomatólogos como Ángel del Castillo y Agramonte, y Frank Agramonte y Agramonte, ambos vinculados no sólo por las ideas sino también por lazos consanguíneos a quien después la historia Patria conocería como El Mayor, Ignacio Agramonte y Loynaz. 5

La familia de Ángel del Castillo era inmensamente rica, poseía varios ingenios azucareros y fincas ganaderas, por lo que es ejemplo de que «…el verdadero hombre no mira de qué lado se vive mejor sino de qué lado está el deber».6

El camagüeyano, D. Luis Magín Díaz también se involucró en la guerra, al laborar en el Comité Revolucionario; aún cuando en Puerto Príncipe ejercía su profesión. Luego pasó a Manzanillo, donde ejerció un tiempo y se dedicó a la propaganda separatista en la localidad. El 4 de octubre de 1868, fue al frente de un pequeño grupo de mambises, que tomó el poblado de Guáimaro; allí hizo prisioneros a 30 miembros de la jurisdicción. Por su aguerrida participación en combates, llegó a ostentar los grados de Coronel Jefe de las Fuerzas del Este del Camagüey. El 8 de junio de 1873, en la sabana de Guanayú, ofrendaría su vida en combate.7

Un momento significativo de la «Guerra Grande» como también es conocida esta primera etapa de lucha, fue cuando a 6 meses exactos del comienzo, el 10 de abril de 1869, en el primer poblado del Camagüey arrebatado al enemigo, se reunían representantes de las tres regiones alzadas, Oriente, Centro y Las Villas para aunar criterios en cuanto a la organización y marcha de la contienda. Una reunión al decir del Apóstol «fundadora»: la Asamblea de Guáimaro.

Esta asamblea constituye un momento trascendental de la Historia, pues en ella se escogieron los símbolos que nos representan como nación, la primera Constitución Cubana y la República en Armas con el primer gobierno de cubanos, en ella estaría presente el estomatólogo Ángel del Castillo y Agramonte. 1

Para la contienda que se desarrollaba, la llegada de expediciones del exterior fue de vital importancia, pues constituían refuerzos en recursos y hombres. Muchos de los colegas de la profesión estomatológica llegaron por esta vía al suelo patrio. Por ejemplo, Enrique Canals Infante trabajó en la organización de las siguientes expediciones: primer viaje del «Virginius», el 21 de junio de 1871; en el segundo, el 6 de julio de 1873, y en el tercer y último viaje de este vapor.5 Fue uno de los sobrevivientes de la última trayectoria de este, cuando al ser interceptado por las fuerzas españolas comenzaron a fusilar a sus expedicionarios. En total se vincularía en la organización de cuatro expediciones.

Finalizaría esta primera etapa de lucha con un hecho que marcaría pauta en la Historia de Cuba y se convertiría en paradigma para todas las generaciones: la Protesta de Baraguá, el 15 de marzo de 1878.

Era un momento sumamente difícil para la Revolución, habían transcurrido 10 años de dura lucha; numerosas causas estaban incidiendo entre las huestes cubanas: carencia de recursos de todo tipo: alimentos, ropas, armas, municiones, desorganización, falta de apoyo exterior, cansancio por una década de lucha y la pérdida de importantes figuras como las de Carlos Manuel de Céspedes e Ignacio Agramonte y Loynaz. En el Zanjón, no solo se les daban las espaldas a los cruentos sacrificios… sino que se hacía tabla rasa de las enseñanzas de la guerra prolongada. 8

El General español Arsenio Martínez Campos había desplegado una hábil política de «pacificación» que comenzó a rendir frutos 9 entre las tropas cubanas, y se comenzaría a pactar con el enemigo una paz, pero sin independencia ni abolición de la esclavitud, dos de los objetivos esenciales por lo que había comenzado la lucha.

En medio de esta difícil situación, como símbolo de dignidad que salvó el honor de los cubanos, demostrando que los principios no son negociables, ni aún en las más difíciles circunstancias, se irguió la figura de Antonio Maceo en la histórica Protesta. Iba a ser el día más largo de la guerra. Dos sentimientos y una actitud acompañarían a los hombres que acudieron a ella junto a Maceo.10

En ese momento, también estaría la presencia de los estomatólogos en la persona de Enrique Canals Infante, quien se incorporaría al campo de batalla como augurara el General Antonio Maceo, en la histórica entrevista y sería, precisamente, Canals Infante uno de los últimos en dejar la manigua redentora en la «Guerra Grande». 5

Mas, el ansia de independencia continuó latente entre los cubanos y a sólo unos meses de culminada esta etapa primera de lucha se produce un nuevo intento por reiniciarla, la conocida «Guerra Chiquita» (1878-1879); en ella participarían también los estomatólogos, tal es el caso de Juan Emilio de la Caridad Núñez Rodríguez, quien tiene el inmenso privilegio de haber participado en los tres ciclos de lucha contra la metrópoli española y se considera el último en abandonar la Isla tras el fracaso de esta breve campaña, que aunque era evidente su frustración, se resistía a deponer las armas y se mantuvo con 100 hombres hasta el 3 de diciembre de 1880 en que a instancias de José Martí dejó la misma.1,5

No sería este el único intento en el período conocido como «Tregua Fecunda» por reiniciar la lucha. Uno de los planes más elaborados, de mejor concepción, teniendo en cuenta los errores de tentativas anteriores, fue el confeccionado por el Delegado del Partido Revolucionario Cubano, José Martí, líder indiscutible de los preparativos para la llamada «Guerra Necesaria», el conocido Plan de la Fernandina, que elegiría su nombre del puerto donde estaban ancladas las tres embarcaciones, que cargadas con pertrechos de guerra y hombres, tenían como propósito desembarcar por tres puntos diferentes de la Isla y reiniciar la contienda emancipadora.

Con este plan, colaboró activamente, Emilio Núñez Rodríguez, el mismo que acompañaba en Yaguaramas, como ayudante, a Henry Reeve, su jefe, cuando cayera este en combate, en lo que era la avanzada del intento de invasión durante la primera etapa de lucha. Precisamente, este valeroso estomatólogo llegó a ostentar el máximo grado del Ejército Libertador, el de Mayor General, fue jefe del Departamento de Expediciones en la Guerra de 1895 y personalmente condujo como «Jefe de Mar» más de 20 expediciones sin fracasar ninguna. 1,5

Ocasión crucial en la «Guerra Necesaria» fue la llegada de sus principales dirigentes, quienes se hallaban en el exterior, y que contribuiría, sin dudas, a aumentar la incorporación de hombres a la lucha, por el prestigio que poseían.

En Costa Rica, se encontraban hombres de Baraguá: Antonio y José Maceo y Grajales, quienes al mando de Flor Crombet y la compañía de Agustín Cebreco y otros embarcarían en la goleta «Honor», gracias a un estomatólogo, Frank Agramonte y Agramonte, comisionado de José Martí y quien, a nombre del Partido Revolucionario Cubano,1 llevó el dinero para sufragar la misma y se unió a los expedicionarios, quienes desembarcarían el 5 de abril de 1895, por la costa nororiental, región de Duaba, en Baracoa. La llegada de estos significó un impulso para la lucha, pues muchos se incorporaron ante la presencia física en suelo cubano de las prestigiosas figuras que arribaron a la Isla.

De que España gastó hasta el último hombre y hasta la última peseta por mantener su dominio colonial sobre Cuba es bien conocido; ejemplo palpable de ello fue la construcción de las llamadas trochas, un sistema muy fortificado que sirviera de muro de contención a los combatientes. La más célebre de estas lo fue, sin dudas, la que se erigiera en la otrora región del Camagüey de Norte a Sur, de Júcaro a Morón. Estas contaban con una estructura que prácticamente las hacía invulnerables: alambradas, trincheras para jinetes, artillería terrestre, fosos, torres de vigilancias, entre otros obstáculos. Bien sabido es como estas fueron burladas en varias oportunidades por Máximo Gómez y Antonio Maceo entre otros. El estomatólogo y capitán del Ejército Libertador, Benito Ezequiel Vieta Ferro lo haría también, el 8 de junio de 1897.1

El siglo XIX americano matizado por las luchas independentistas contra el colonialismo tiene innumerables hechos heroicos; sin embargo, ninguno ha podido sobrepasar, según analistas militares, la Invasión de Oriente a Occidente, encabezada por Máximo Gómez y Antonio Maceo, con una duración de solo 3 meses, desde Baraguá en el Oriente cubano hasta Mantua el extremo occidental.

En este hecho también se enrolaron integrantes de la profesión estomatológica como lo fue el que llegara por sus méritos al grado de Comandante, Largio Cordero Cordero, quien bajo el mando de Gómez y Maceo se había incorporado al Ejército Libertador al paso de la columna invasora por su natal provincia, La Habana. Con posterioridad, este valeroso mambí, en mayo de 1896, recibió una herida en su mano que le dejó secuelas y provocaría que años más tarde debiera jubilarse de la profesión por incapacidad física. 1

Otro estomatólogo formaría parte de las huestes invasoras: Carlos E. Dod Martínez-Fortún, quien incluso le realiza una extracción en la marcha al propio General Antonio Maceo. 1

 

Gestos admirables de estomatólogos en las guerras por la independencia nacional

Hay múltiples gestos admirables protagonizados por los que un día decidieron asumir la honrosa profesión estomatológica como es el caso de Charles Aguirre Valdés, que con sólo 14 años era un activo conspirador por lo que fue detenido y procesado por tentativa de rebelión, excluido de fianza y condenado a muerte, lo que no se llevó a cabo precisamente por su corta edad. 1

Hubo en 1868 dos hermanos en la provincia de Camagüey, quienes estudiaban cirugía dental en Filadelfia; abandonaron sus carreras motivados por su patriotismo y empuñaron el machete mambí. Estos jóvenes fueron: Fernando Agüero Betancourt e Hipólito Agüero Betancourt, quienes formaron parte del grupo de los 50 jóvenes, que el 12 de diciembre de 1868 salieron de La Habana rumbo a Nassaw, para incorporarse a la expedición de Manuel de Quesada y ocuparon luego importantes cargos militares en la guerra.2

También fue protagonista de un hecho heroico, Ángel del Castillo Agramonte quien, el 9 de septiembre de 1869 en el poblado de Lázaro Pérez, después de quitarle al enemigo un cañón al que bautizaron con su nombre, «San Ángel», en el combate en que cae, en un arranque, se subió a lo alto de la trinchera enemiga y retó a sus adversarios, gritándoles: «¡Vengan a ver cómo muere un general cubano!» Así caería el primer General cubano dentista. 1

El caso de Mariano Alberich Navarro quien, en el período de «Reposo Turbulento», como lo calificara el Maestro, José Martí, en momentos de mayor actividad revolucionaria, en aras de iniciar la «Guerra Necesaria», al hacerse el llamado para sufragar los gastos para la Revolución a partir del esfuerzo de los propios cubanos, no vaciló y vendió parte de su instrumental de trabajo y sería uno de los primeros en involucrarse en la lucha. 1

 

Vínculos de estomatólogos con personalidades destacadas de las guerras por la independencia nacional

Muchos de los estomatólogos en la lucha contra el colonialismo se vieron de un modo u otro vinculados a figuras que son imprescindibles de nuestra Historia, algunos como combatientes a su mando, ayudantes, o como el caso de Carlos García Vélez, hijo del ilustre Mayor General de las tres guerras independentistas, Calixto García Íñiguez, quien no sólo combatió a las órdenes de su padre sino del General José Maceo en su Estado Mayor y alcanzó el grado de General de Brigada.5

En el caso de la figura del Apostol, José Martí, se han mencionado vínculos con algunos estomatólogos al que se añade el del teniente Alfredo García Martí, su sobrino, hijo de su hermana Leonor, La Chata, lo cual además le serviría un poco de consuelo al no poder contar con la presencia de su hijo cuando le fue privada esa posibilidad por parte de Carmen Zayas Bazán. Alfredo sirvió para contactar asuntos en relación con el movimiento que se gestaba y al estallar la Guerra de 1895, se incorpora en el Departamento Oriental, y opera en la provincia de Oriente y también en Camagüey. 1

También existen vínculos de estomatólogos con personalidades, tales como Vicente García El León de Las Tunas y Enrique Canals Infante, quien fuera su ayudante personal. El Generalísimo Máximo Gómez con Frank Agramonte y Agramonte, Carlos Evaristo Aguirre Valdés, Charles Aguirre y Emilio Núñez, estos dos últimos lo acompañarían a la entrada en La Habana, el 24 de febrero de 1899. 1, 5

Bajo las órdenes de Antonio Maceo también estuvieron los estomatólogos Frank Agramonte, Juan A. Carcassés y Francisco de Paula Valiente Portuondo de Santiago de Cuba, quien alcanzó el grado de General de Brigada, perteneció a su Estado Mayor y no aceptó el grado de Capitán de Sanidad, pues prefirió combatir como soldado. Participó en combates como el Jobito, Peralejo y Sao del Indio al lado de El Titán de Bronce. Fue también ayudante del mayor General José Maceo y estaba en la Loma del Gato el 5 de julio de 1896 cuando cayera en combate el valiente mambí. Luchó también bajo las órdenes del General Calixto García. 5

En este recuento no se puede dejar de mencionar a Ismael Clark Mascaró, quien, entre otros aportes, fue el diseñador del emblema de la Estomatología cubana; posteriormente, Decano interino de esta Facultad y Profesor de Mérito de esta. Fue un soldado de la Revolución de 1895, que, aunque al incorporarse aún no era estomatólogo, «merece el honor de estar en la relación de dentistas que lucharon por la libertad patria». 1 Llegó a Cuba a bordo de una expedición en julio de 1896, con solo 19 años de edad y desembarcó por Boca Ciega, siendo esta la primera en llegar a la provincia de La Habana. Como consecuencia de su accionar fue apresado, tras dispersarse el grupo donde estaba y hallarse desarmado y famélico. Logró salvar su vida por la ayuda recibida por amigos y marchó al exilio, en México, donde conoce a Pedro Calvo Castellanos, uno de los fundadores de la Facultad de Estomatología en Cuba.

 

CONCLUSIONES

Los profesionales de la Estomatología en Cuba tienen el honor de no solo haber tenido una activa participación en nuestras gestas emancipadoras, sino que estuvieron presentes en momentos cumbres de esta lucha y demostraron su patriotismo, desprendimiento, valentía y altruismo.

Grandes figuras de nuestra Historia como José Martí, Ignacio Agramonte, Antonio Maceo, Máximo Gómez y Calixto García, entre otros, contaron con el apoyo de estomatólogos, protagonistas de hechos dignos de admirar.

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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2. Aguiar González de la Pena NM, Benítez Piñón LM. Aproximación a la historia de la medicina en Cuba. La colonia. Revista Habanera de Ciencias Médicas. Ciudad de La Habana. Abril-junio. 2010; 9(2): versión On-line.  

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5. Colectivo de autores. Diccionario Enciclopédico de Historia Militar de Cuba. Primera parte (1510-1898). Centro de Estudios Militares de las FAR. Tomo I. Biografías. 2006, p. 70-71, 77-78, 155-156, 271, 371.

6. Valdés Galarraga R. Diccionario del pensamiento martiano. 4ta edición. La Habana: Editorial Ciencias Sociales; S/F, p. 120.

7. Vila Morales D. Apuntes para la historia de la estomatología en Camagüey, Cuba. Revista Cubana Estomatología. Ciudad de La Habana.  Jul- sep. 2010; 47(3): versión On-line ISSN 1561- 297.

8. Rodríguez EJ. Índice de médicos, dentistas, farmacéuticos y estudiantes en la Guerra de los Diez Años. La Habana: Editorial Pueblo y Educación; 1968, p. 659.

9. Ibarra Cuesta J. Santiago de Cuba: Editorial Oriente; 2008, p. 323.

10. Torres-Cuevas E, Loyola Vega O. Historia de Cuba 1498-1898. 3ra edición. La Habana: Editorial Pueblo y Educación. 2006, p. 279.

 

 

Recibido: 16 de abril de 2013
Aprobado: 26 de agosto de 2013

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