Introducción
La Enfermedad Renal Crónica (ERC) es una de las enfermedades recientemente conocida como un problema de la salud pública global, por su incremento, gravedad y las complicaciones que provoca.1,2 Ocupó el lugar 27 en 1990 y ascendió al 18 en 2010.3
En Cuba en 2014, la mortalidad por ERC ocupaba la posición 12 entre las causas de muerte.4) En el año 2016, la ERC tuvo una prevalencia de 326 pacientes por millón de habitantes.5
El trasplante renal es la mejor opción terapéutica selectiva para los pacientes con Insuficiencia renal crónica terminal6,7 precedida por una rigurosa evaluación pretrasplante que realiza un equipo multidisciplinario.8 El paciente declarado apto comienza una nueva etapa: la espera para el trasplante renal.
El tiempo que permanece en lista de espera para recibir el órgano es un periodo de inseguridad debido a la posibilidad de ocurrencia de acontecimientos impredecibles y a que la demanda de trasplantes es mayor que la disponibilidad de donantes.7 La etapa constituye una fase de incertidumbre y a medida que se prolonga en el tiempo, aumentan las complicaciones de la hemodiálisis, las enfermedades concomitantes y la posibilidad de un trasplante sin riesgo, se hace más lejano.9
La experiencia de un trasplante implica alteraciones psicológicas que afectan de manera significativa la vida antes y después de este, y los síntomas de depresión y ansiedad pueden ser frecuentemente encontrados.10 Las alteraciones de tipo depresivo, no tratadas, empeorarán la calidad de vida en el postrasplante; de igual forma los síntomas de tristeza, inutilidad y soledad incrementan el riesgo de aparición de negligencia y aislamiento.11
Los afrontamientos,12,13 así como las diferentes estrategias de afrontamiento constituyen recursos psicológicos que el individuo puede desarrollar para manejar de una mejor manera las situaciones estresantes y los estados emocionales que emergen de estas.14
Se distinguen dos formas de afrontamiento: los centrados en el problema, considerados como aquellos esfuerzos dirigidos directamente a la fuente de origen del estrés para modificarla o eliminarla y buscar una solución satisfactoria, y los afrontamientos centrados en la emoción; cada una comprende diversas modos o estrategias de afrontamiento.14,15
El paciente en espera para un trasplante renal presenta alta incidencia de estados emocionales negativos como: irritabilidad, depresión, ansiedad, vivencias de impaciencia y de urgencia de tiempo, hostilidad y miedo a complicaciones que pueden hacer imposible el trasplante. Se trata de un período muy estresante, por esto es importante y necesario para la práctica asistencial identificar las estrategias de afrontamiento que asume el paciente y que pueden facilitar u obstaculizar el manejo de la situación por parte de los profesionales de la salud, la familia y el propio individuo.
La presente investigación partió de una demanda identificada por el equipo de Psicología en el servicio donde se realizó y se propuso como objetivo identificar las principales estrategias de afrontamiento que utilizan los pacientes que se encuentran en espera de trasplante renal.
Material y Métodos
Se realizó un estudio descriptivo de corte trasversal en el Servicio de Hemodiálisis del Hospital “Abel Santamaría Cuadrado” del Municipio de Pinar de Río, durante el período comprendido entre mayo y octubre de 2016.
Se trabajó con los pacientes que se encontraban en espera para el trasplante renal. Participaron 22 personas, de ellos 12, del sexo femenino y 10 del masculino, en edades comprendidas entre los 20 y 59 años. Se exploró la relación entre los afrontamientos y las variables personales: edad, sexo, estado civil y tiempo de espera. (Tabla 1)
Instrumentos de recogida de la información
Cuestionario “Modos de Afrontamiento de Lazarus y Folkman” (16, creado en 1984, consta de 67 ítems con un sistema de puntuación que va del 0 al 3, en los cuales el puntaje 0 equivale a la respuesta “en absoluto”, 1 “en alguna medida”, 2 “bastante”, 3 “en gran medida”. Estos ítems se organizan alrededor de 8 escalas: confrontación, planificación, distanciamiento, autocontrol, aceptación de la responsabilidad, huida o evitación, reevaluación positiva, búsqueda de apoyo social. Cada una responde a las funciones básicas del afrontamiento ya sea regulación emocional o solución del problema (16.
Entrevista Semiestructurada: elaborada para obtener información del paciente de forma amplia y flexible 17). Se elaboró una guía de entrevista que indaga cuatro dimensiones: familiar, social, salud-enfermedad y funcionamiento psicológico.
Las técnicas se aplicaron de forma individual. Los datos se recolectaron los días de tratamiento dialítico 3 veces por semana con una duración entre 4 y 5 horas, en turnos fijos.
El análisis de la información obtenida a través de la entrevista se integró en forma de estudio de caso. Los resultados se presentan con ejemplos ilustrativos de parlamentos que complementan la información derivada del cuestionario.
Los obtenidos a través de cuestionario se transcribieron a una base de datos en SPSS versión 2.1 y se procesó la información mediante técnicas de estadística descriptiva: frecuencias absolutas y relativas. La información se presentó en forma tabular.
La investigación no implicó riesgos a las personas y los resultados estuvieron en función del beneficio de las mismas. El respeto a la autonomía, así como la confidencialidad y privacidad de la información mediante el anonimato fueron principios éticos que estuvieron presentes.
Resultados
La estrategia de afrontamiento más utilizada es la planificación representada por el 22,7 % del total y también es la más frecuente en el sexo masculino (30%). Posteriormente, le sigue la confrontación, representada por el 18,1 % de los pacientes, la que describe los esfuerzos agresivos realizados para alterar la situación. Con un 13,6 % se utiliza estrategias de aceptación de la responsabilidad, en la cual se reconoce por parte de los pacientes la propia función desempeñada en el problema. También emplean con este mismo porcentaje la huida o evitación. Tanto la confrontación como la huida o evitación son las más utilizadas por las personas del sexo femenino con un 25 % en ambos casos.
Las estrategias menos utilizadas fueron el distanciamiento, el autocontrol, la búsqueda de apoyo social (9,1 %) y solo el 4, 5 % utiliza la reevaluación positiva. Los hombres utilizan menos la estrategia de confrontación (10 %) y las mujeres la aceptación de la realidad y la reevaluación positiva con un 8,3 % de ellas en ambos tipos de afrontamiento.
En la tabla 2 se presenta la distribución de los pacientes en estudio según la edad y los tipos de estrategia de afrontamiento. Las más utilizadas por el rango de edad 20-29 años, fue la planificación con el 42,9 %, seguida por la confrontación con el 28,6 %. Esto nos indica que los pacientes en este rango de edad emplean estrategias centradas en el problema.
Lo anterior se corroboró en la entrevista. Estos pacientes centraron sus expresiones en sus proyectos de vida a través de frases como: “…anhelo ser trasplantado y poder darles continuidad a mis planes futuros” “…soy joven y siento que me va a llegar rápido el trasplante”
En el grupo etario de 30-39 años de edad, las estrategias más utilizadas, fueron la búsqueda de apoyo social y la planificación con un 50 %.
Los pacientes que se encuentran en el rango de 40-49 años de edad manifestaron como principal respuesta, el afrontamiento centrado en las emociones, principalmente, la aceptación de la realidad con 28,6 %. Estos pacientes, dirigen sus esfuerzos a disminuir o eliminar reacciones emocionales desencadenadas por la fuente estresante.
En cuanto al rango de 50 a 59 años, utilizaron estrategias como la huida o evitación. Se reafirmó lo anterior a través de la entrevista con frases como: “…siento que mi edad avanza y no quiero pensar en eso”.
En la tabla 3 se presenta la distribución de los pacientes en estudio según estado civil y los tipos de estrategias de afrontamiento. Con respecto a esta variable los pacientes con estado civil: casado, asumen estrategias centradas en el problema, orientadas a la planificación, con un 38,5 %, a la confrontación y la búsqueda de un apoyo social satisfactorio, ya sea por parte de la familia u otras fuentes.
Durante la entrevista estos pacientes expresaban las relaciones familiares y de convivencia positivas: “mi esposa me apoyó mucho, gracias a ella he podido sobre ponerme a esta espera del trasplante”.
No se comportan así los pacientes que se encuentran solteros, quienes están más centrados en las emociones, donde resaltan las estrategias como la huida o evitación y la aceptación de la realidad con un 33.3%. Durante la entrevista expresaron: “quisiera que llegara el trasplante rápido, me siento mal”.
En cuanto a las estrategias de afrontamiento y tiempo de espera se encontró que en los primeros años predominó la confrontación, con un 66,6 % y la planificación en 80 % de las personas. Esto se corroboró a través de la entrevista donde expresaban “…busco información y realizo preguntas a los especialistas de la sala “. En el período de 6 o más años predominaron las estrategias centradas en la regulación emocional como huida o evitación, distanciamiento y aceptación de la realidad.
Discusión
En la investigación se encontró que la estrategia de afrontamiento más utilizada por los pacientes está centrada en el problema, y fue específicamente la planificación. Este resultado coincide con el estudio que realizó Alarcón,18 donde se encontró que las estrategias de afrontamiento que obtuvo la puntuación más alta es la enfocada en el problema; a diferencia, de los estudios realizados por Paredes y Cassaretto14 y Paredes Carrian19 los cuales encontraron que las estrategias enfocadas en la emoción fueron utilizadas en mayor frecuencia por los participantes de su investigación.
Al describir las estrategias de afrontamiento con respecto al sexo, se encontró que los hombres utilizan más las estrategias centradas en el problema, como la planificación. Se aprecia una tendencia por parte del sexo masculino a enfrentar el problema de manera directa o activa. Este resultado es similar a la investigación realizada por Paredes y Cassaretto14 donde se resalta que la estrategia de planificación fue la más frecuente en los participantes hombres con respecto a las mujeres; puede suponerse que por diferencias de género se atribuye un rol más activo al sexo masculino. Similar a nuestro resultado, el estudio realizado por Cuesta G20 encontró que el sexo femenino tiene mayor puntaje que el masculino en cuanto a la huida o evitación.
En los más jóvenes predominaron estrategias centradas en la solución del problema. Las características psicológicas de esta etapa de vida contribuyen a afrontar con más energía y dinamismo las dificultades y la construcción de proyectos de vida movilizadores que facilitan la aceptación de la condición médica. En edades maduras se encontraron afrontamientos que posiblemente surgen cuando el sujeto evalúa que puede hacer poco o nada para modificar las condiciones lesivas. El nivel de autoconciencia alcanzado ayuda a aprovechar la experiencia acumulada para ser más tolerante ante las frustraciones que la propia enfermedad genera.
Las personas casadas asumen estrategias orientadas a la solución de problemas. Se supone que el hecho de tener una responsabilidad con otros, conlleva un compromiso que hace sentir la necesidad de planificar acciones en función de vínculos colectivos; también estos pacientes pueden lograr un manejo más adecuado de las emociones por tener una persona con “quien contar” y por medio de actividades cotidianas conjuntas disminuir los efectos de la enfermedad y el tratamiento, a diferencia de las personas solteras en las que sus acciones van a estar dirigidas a disminuir o eliminar el malestar emocional. Estudios realizados con pacientes hemodializados reportan tener una familia normofuncional así el predominio de familias funcionales puede permitir una mayor fortaleza a la hora de adaptarse a la enfermedad.21,22
Con respecto al tiempo de espera encontramos coincidencia con Ruiz y col. quienes identificaron predominio de estrategias de búsqueda de información y solución de problemas en el primer año de diálisis.23 También es parecido al reportado por Vargas A.11) con respecto al tiempo prolongado en lista de espera para un trasplante hepático, que provoca niveles elevados de incertidumbre y secundariamente de ansiedad y depresión, y en esta investigación el período de espera más dilatado se afronta con huida o evitación, distanciamiento y aceptación de la realidad.
Limitaciones y aplicabilidad del estudio
Esta investigación debió estar precedida por la constatación, a través de técnicas de investigación psicológica, de las expresiones de los estados emocionales que caracterizan la etapa pretrasplante para avalar con datos, las observaciones realizadas durante la práctica asistencial. También sería pertinente estudiar la relación entre estrategias de afrontamiento y estados emocionales mediadas por otras variables como la resistencia personal al estrés y el apoyo social percibido.
El estudio puede ser punto de partida para futuras investigaciones con diseño de tipo longitudinal que permita hacer un seguimiento de los cambios en los afrontamientos durante la evolución pretrasplante y para diseñar intervenciones psicológicas que permitan potenciar las estrategias que mostraron bajas frecuencias y así contribuir al ajuste psicológico a las demandas que caracterizan dicha etapa.
Conclusiones
En los pacientes que están en lista de espera para el trasplante renal prevalecieron en orden jerárquico las estrategias de afrontamiento: planificación, confrontación, aceptación de la realidad, huida o evitación, distanciamiento, autocontrol, búsqueda de apoyo social y reevaluación positiva.
Los hombres, las personas casadas y las más jóvenes emplearon con más frecuencia la estrategia de planificación. A medida que avanza la edad se recurre en mayor medida a la aceptación de la realidad y la huida o evitación.
Prevalecieron en el primer período de tiempo de espera del trasplante las estrategias de planificación y confrontación, mientras que en el periodo de seis años o más, la huida o evitación.