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EduSol

versión On-line ISSN 1729-8091

EduSol vol.21 no.76 Guantánamo jul.-set. 2021  Epub 13-Jul-2021

 

Artículo original

La cultura digital del docente universitario

The digital culture of the university teacher

Jasiel Félix Ferreiro Concepción1  * 
http://orcid.org/0000-0002-0831-0375

Yanet Pérez Medina1 
http://orcid.org/0000-0003-1392-2592

Carlos Rafael Fernández Medina1 
http://orcid.org/0000-0002-9599-2625

1Universidad Agraria de La Habana. Cuba.

RESUMEN

Se fundamenta teórica e históricamente los principales aspectos asociados al desarrollo de la Cultura Digital de los docentes universitarios para potenciar el Proceso de Enseñanza Aprendizaje. Se utilizaron Métodos de Obtención de Información del nivel teórico con lo cual se pudo concluir que un docente universitario para conformarse una cultura digital apropiada debe tener determinadas habilidades y competencias digitales que le permitan integrar las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones en sus prácticas educativas como apoyo y/o mediadora en los Procesos de Enseñanza Aprendizaje y que para ello la capacitación es fundamental.

Palabras clave: Tecnologías de la Información y las Comunicaciones; cultura digital de los docentes universitarios; Procesos de Enseñanza Aprendizaje

ABSTRACTS

To theoretically and historically base, the main aspects associated with the development of the Digital Culture of university teachers to enhance the Learning Learning Process. Methods of Obtaining Information from the theoretical level with which it could be concluded that a university teacher to conform an appropriate digital culture must have certain digital skills and competences that allow it to integrate Information Technology and Communications in its educational practices as support and / or mediator in the Learning Teaching Processes and that training is essential for this.

Keywords: Information technology and communications; Digital Culture of university teachers; Teaching Learning Processes

Introducción

Hoy día el mundo está marcado por los acelerados cambios que conllevan al uso de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC), ante los cuales el contexto educativo no puede permanecer indiferente. La aparición de estas tecnologías ya son parte de la vida diaria, en las actividades productivas y de tiempo libre. Adicionalmente, las TIC están permeando a todos los actores de la educación y de manera particular la práctica académica se verá condicionada, sobre todo, por el conocimiento, dominio y empleo de las tecnologías en el Proceso de Enseñanza Aprendizaje (PEA).

Como parte de los nuevos modelos de enseñanza-aprendizaje que se están gestando en las universidades a través de la integración de dichas TIC en los PEA, donde no solo es utilizar las TIC y decir que se están integrando, sino buscar la manera más didáctica posible de integrarlas a dicho PEA. Así han ido surgiendo ideas como los Entornos Personales de Aprendizaje, a través de los cuales, percibiéndolos como forma de aprender y cambio pedagógico en búsqueda de la interactividad, flexibilidad, colaboración y coparticipación entre diferentes grupos de aprendizaje, y no como la mera aplicación, plataforma o software utilizable para aprender; los estudiantes pueden, de manera más dinámica y representativa de las generaciones de estos tiempos, autogestionarse el conocimiento, la información, en fin el aprendizaje.

Ahora el problema está en sacar de la denominada “Zona de Confort” (Marina, Pellicer, y Manso, 2015) a los profesores, muchos de los cuales reconociendo la importancia de esta integración TIC-PEA no la realizan, algunos por temor a la utilización fallida de estas herramientas por no dominarlas o no saber cómo utilizarlas, incluso no percibir el espacio, el momento o la mejor manera para integrarlas; otros por mantenerse como hasta el momento aludiendo que si no es algo obligado “para qué meterse en eso si al final el proceso está saliendo igual” (Actividad metodológica dpto. Esc, 2018). Lo cierto es que eso puede influir en la formación eficiente de los estudiantes en su futuro como profesional, donde el uso de las TIC es fundamental para la creación y apropiación del conocimiento, la comunicación y la innovación, además de desfavorecer la participación colaborativa en la web.

Las universidades cubanas, inmersas también en la implementación de estos nuevos modelos o métodos de enseñanza-aprendizaje, han propuesto dicha integración y la búsqueda de nuevas y creativas formas de llevar el conocimiento a las aulas, pero aún no se ha logrado concretar esta integración en todo su esplendor por los mismos motivos antes mencionados. Un ejemplo es la Universidad Agraria de La Habana (UNAH) quien intenta ser vanguardia en las disponibilidades tecnológicas para ser utilizadas en el PEA, pero la mayoría no son empleadas para estos fines ni para casi ningún otro; esto es consecuencia de la insuficiente cultura digital que presentan los docentes para adaptarse y emplear en el proceso de formación de profesionales los escenarios tecnológicos emergentes, además que existe un escaso trabajo docente metodológico dirigido a desarrollar una cultura digital en los docentes de la UNAH que permita transformar el proceso en función de que este esté centrado en el estudiante, sea flexible, estructurado y personalizado.

Desarrollo

Se realizó una revisión bibliográfica a través de un bosquejo desde los años 90` hasta la fecha, para así arribar a una concepción de cultura digital más integradora y abarcadora para los propósitos de la investigación según las tendencias actuales del desarrollo de la cultura digital y las regularidades existentes en el contexto de la educación superior; además se definieron e identificaron las principales tendencias educativas y tecnologías emergentes que constituyen o constituirán retos para el desarrollo de la cultura digital del docente universitario. Aspectos estos que conformaron los principales apartados de la revisión teórica que se realizó en esta investigación respecto a estos temas.

Para ello se utilizaron principalmente métodos de obtención de información del nivel teórico como: el histórico lógico el cual permitió abordar el desarrollo y evolución de las principales concepciones teóricas e históricas sobre la terminología de cultura digital de los docentes y su influencia en el proceso de enseñanza aprendizaje. Además, el análisis-síntesis a través del cual se examinó la gran gama de investigaciones referentes al tema en cuestión y posteriormente se tomaron de estas a modo de resumen o síntesis de lo analizado las principales propuestas teórico-conceptuales afines con el objetivo de esta investigación. Se empleó también, el inductivo - deductivo con énfasis en lo deductivo posibilitando reflexionar en torno a los conceptos teóricos expuestos por diferentes autores relacionados con el tema en cuestión a nivel general arribando así a conclusiones y concepciones particulares al respecto.

Partiendo de la alerta que plantea la OCDE sobre el “peligro de que las tecnologías de la información y comunicación estén reemplazando más que complementando o enriqueciendo las buenas prácticas docentes”, se puede decir que estas surgieron para servir de apoyo y no con la intención de sustituir al hombre o a cualquiera de sus procesos, tampoco para perjudicarlo ya sea su salud o de otra forma. El hombre es quien debe ser capaz de saber utilizarlas del mejor modo posible y delimitar hasta qué punto le puede ser perjudicial, o está haciendo un “mal uso o abuso” de ellas (Pereira y Sánchez, 2015); (Gairín y Mercader, 2018). Debe de ganar en cultura al respecto, para así emplearlas acorde a sus necesidades y que estas en verdad cumplan con su objetivo que es apoyar los procesos de este, ya sean personales, profesionales, sociales u otros.

Por tanto, realizando un bosquejo de las principales concepciones teóricas e históricas se presentan las siguientes consideraciones al respecto:

Tendencias actuales del desarrollo de la cultura digital, regularidades en el contexto de la educación superior.

Esta cultura en este trabajo se denominará cultura digital, lo cual requiere un análisis de las diferentes teorías referidas al respecto. Para comenzar, haciendo un bosquejo desde 1990 hasta el 2009, se puede decir que esta terminología tuvo sus antecedentes en varios modos de expresión, unos la denominaron “digitalismo” (Pérez, 2006), otros como “cibercultura”; “cultura en red”, “nación digital”, algunos ya comenzaron a percibirla como “cultura digital”, otros “cultura virtual”, “cultura de Internet”, entre otros.

La mayoría coinciden en que se trata de una cultura emergente proveniente de esa irrupción de las TIC en todos los procesos a lo cual el hombre debía adaptarse y aprovechar sus potencialidades. Para este trabajo se determinó escoger la terminología de cultura digital puesto que, a criterios de esta investigación, es más abarcadora en cuanto a que la cibercultura por ejemplo, según Lévy (2007) es el conjunto de representaciones, valores, conocimientos, creencias, costumbres, hábitos, maneras de hacer, maneras de ser en el ciberespacio, o sea, se queda más en lo que hay en el ciberespacio, entiéndase, lo que está en internet; al igual que la cultura en red que se manifiesta según (Castells, 1996) en los rasgos y características que se comparten con otros usuarios de cualquier parte del mundo a través de redes sociales, chats u otros espacios de comunicación conectados en red.

La cultura digital en cambio no se queda solo en la parte interna como son los sitios web, programas, redes sociales (lo llamado software desde el punto de vista de la informática), sino también va al hardware por decirlo de alguna manera, o sea la parte fáctica, díganse computadoras, celulares, tablets, pizarras electrónicas, por mencionar algunos; y todo esto saberlo utilizar y emplear en cualquier o determinado proceso de la vida cotidiana del hombre. Algo parecido expresa (Hernández, 2017, p. 2) que evidencia lo anteriormente dicho, cuando plantea que “la cultura digital no abarca sólo los nuevos medios de información y comunicación como Internet, el correo electrónico, las redes sociales, etc., sino a todos los medios tradicionales, ahora digitalizados, TV, radio, prensa, cine”.

Lo cual no quiere decir que el hombre para tener cultura digital tiene que ser un experto en el uso de todo lo antes mencionado, sino que tenga conocimiento de su existencia, sepa utilizarlos al menos de modo básico, sepa además para qué le puede ser útil y lo emplee de la mejor manera posible para sus propósitos profesionales, personales o laborales. Ejemplo los profesores en su práctica académica deben conocer las herramientas tecnológicas disponibles en la web o a su alrededor, dominarlas y emplearlas como apoyo en el PEA para así fortalecerlo y enriquecerlo de manera objetiva y subjetiva.

Parafraseando a Castro (2015) el desarrollo de una cultura digital integral entre los usuarios potencia la apropiación crítica y consciente de la tecnología, la generación de conocimiento nuevo, la conformación de redes, el acceso a la información y el saber utilizar las TIC en función de algún propósito. De ahí que el solo aprender a usarlas y usarlas no quiere decir que ya se tiene una vasta cultura digital.

Para los objetivos de esta investigación se perciben apropiados los planteamientos proporcionados por Pecourt (2016) cuando señala que

“la cultura digital no se limita a la creación y utilización de gadgets tecnológicos; también favorece nuevos métodos organizativos y distributivos, nuevas prácticas de producción y consumo, que asimilan, y al mismo tiempo conforman, los proyectos digitales hoy en día omnipresentes” (p. 134) (…) “tiene una dimensión simbólica específica que otorga valor y sentido a los usos tecnológicos” (p. 140).

Así pues, cualquier estudio dirigido a describir la cultura que actualmente emerge gracias a la incorporación de las TIC en los distintos ámbitos humanos debe partir de una concepción que considere la complejidad de tal objeto de estudio, sería una torpeza reducirlo a la dicotomía uso-no uso, a un nivel de uso o a una modalidad de presentación de la información. Tal estudio debe tener presente que lo que está en juego es la gestación de nuevos modos de pensar, de actuar, de sentir y de hablar; en definitiva, de nuevos sujetos que emplean las TIC como apoyo para sus necesidades tanto personales como profesionales, sociales, laborales u otras.

Ahora bien, la educación y prácticas académicas no pueden estar exenta de esta denominada cultura emergente, puesto que los cambios culturales y sociales acontecidos desde la década de los noventa hasta la actualidad han desarrollado en la población unas necesidades de aprendizaje más diversas en el contexto de educación formal y no formal. El conocimiento, dominio y empleo de las TIC en áreas diversas ha despertado un gran interés en el ámbito académico, de ahí la propuesta de integrarlas en los programas educativos y en los PEA.

La revisión de literatura en el ámbito de la introducción de las TIC en la universidad señala también las bondades de la integración de las TIC en las prácticas académicas de los profesores con la finalidad de generar nuevos ambientes de aprendizaje mediados por las tecnologías. Puesto que:

“la educación que demanda esta época exige una transformación radical de los objetivos, los métodos y los contenidos de nuestros planes y programas, de nuestras clases, de nuestro papel en el proceso docente para situar al estudiante en el centro de atención (…)” (Alarcón, 2015, p. 3).

En la cultura digital propuesta por esta investigación se hace necesaria la capacitación de los docentes para el tratamiento ordenado y productivo de las TIC, de forma que esto se transforme en conocimiento susceptible de asimilarse y manejarse provechosamente en los PEA. De ahí la inherencia de la alfabetización digital con la cultura digital mencionada anteriormente.

Por ello, hoy en día el papel de los formadores no es tanto "enseñar" (explicar-examinar) unos conocimientos que tendrán una vigencia limitada y estarán siempre accesibles, como ayudar a los estudiantes a "aprender a aprender" de manera autónoma en esta cultura del cambio y promover su desarrollo cognitivo y personal mediante actividades críticas y aplicativas que, aprovechando la inmensa información y las diferentes herramientas TIC disponibles en la Web, tengan en cuenta sus características (formación centrada en el alumno) y les exijan un procesamiento activo e interdisciplinario de la información para que construyan su propio conocimiento y no se limiten a realizar una simple recepción pasiva-memorización de la información.

Las TIC también tienen sus limitaciones, las cuales pueden estar resumidas, entre otras, en las siguientes: Infraestructura, Conectividad, Restricciones innecesarias, Escasa Cultura Digital. Todo esto puede traer a la larga como consecuencias: que se mantengan por parte de los docentes los métodos tradicionales en los PEA, problemas de Seguridad Informática (Phishing, Free Proxys), empleo de las TIC no con fines académicos, graduados no acordes con los estándares y competencias TIC del S.XXI, entre muchas otras que en un final pueden influir en la calidad de los PEA y de los egresados que se enfrentarán al ámbito profesional carente de habilidades y herramientas fundamentales para realizar determinada labor que se les encomiende.

La mejor manera de lograr esta nueva capacitación en TIC del profesorado que ya está en activo es promoviendo la adecuada formación desde el propio centro, incentivando el uso y la integración de las TIC a partir de la consideración de sus necesidades, orientada a la acción práctica (para que no se quede solo en teoría) y, por supuesto, facilitando los adecuados medios tecnológicos y con un asesoramiento continuo.

Hay que tener en cuenta que aún hay muchos docentes que ven con recelo e indiferencia el uso de estos recursos. El origen de estas actitudes negativas por parte de un sector de los docentes suele encontrarse en alguna de las siguientes circunstancias: Poco dominio de las TIC, debido a una falta de formación, lo que genera: temor, recelo, impotencia, ansiedad; Influencia de estereotipos sociales, por falta de conocimiento sobre las verdaderas aportaciones de las TIC y su importancia para toda la sociedad. Así algunos docentes se identifican con expresiones del tipo: "son caras, sofisticadas y no han demostrado su utilidad", "son una moda", "son otro invento para vender", etc.; Reticencias sobre sus efectos educativos, por falta de conocimiento buenas prácticas educativas que aprovechen las ventajas que pueden comportar las TIC. De esta manera, y tal vez considerando solamente experiencias puedan conocer en las que se ha hecho un mal uso de estos materiales, algunos profesores creen que deshumanizan, no son útiles, no aportan casi nada importante, tienen efectos negativos, dificultan el trabajo educativo; Prejuicios laborales: creencia de que no compensan el tiempo necesario de preparación, temor a que sustituyan a los profesores, etc.

Por ello el profesorado debe ver la necesidad y la utilidad de las TIC en su quehacer docente e investigador, descubrir sus ventajas, sentirse apoyado en todo momento, porque si no lo ve necesario y factible entra en la denominada “Zona de Confort” (Marina, Pellicer, y Manso, 2015), donde muchos de los profesores, reconociendo la importancia de esta integración TIC-PEA no la realizan puesto que prefieren mantenerse tradicionalistas y aludiendo incluso, además de las señaladas anteriormente, que si no es algo obligado “para qué meterse en eso si al final el proceso está saliendo igual” (Actividad metodológica dpto. Esc, 2018). Lo cierto es que eso puede influir a la larga en la formación eficiente de los estudiantes en su futuro como profesional, donde el uso de las TIC es fundamental para la creación y apropiación del conocimiento, la comunicación y la innovación, además de favorecer la participación colaborativa en la web.

En consonancia, la universidad cubana inmersa también en la implementación de estos nuevos modelos o métodos de enseñanza-aprendizaje ha propuesto dicha integración y la búsqueda de nuevas y creativas formas de llevar el conocimiento a las aulas, pero aún no se ha logrado concretar esta integración en todo su esplendor por los mismos motivos antes mencionados. Ejemplo es la Universidad Agraria de La Habana quien intenta ser vanguardia en las disponibilidades tecnológicas para ser utilizadas en el PEA, pero la mayoría no son empleadas para estos fines ni para casi ningún otro.

Esto es consecuencia de la escasa cultura digital que presentan los docentes para adaptarse y emplear en el proceso de formación de profesionales los escenarios tecnológicos emergentes, además que existe un escaso trabajo docente metodológico dirigido a desarrollar una cultura digital en los docentes de la UNAH que permita transformar el proceso en función de que este esté centrado en el estudiante, sea flexible, estructurado y personalizado.

De ahí que se haga necesaria la creatividad e innovación de algunos profesores ya sea en investigaciones como en puestas en prácticas en las aulas para tratar de brindar una respuesta al reto de este milenio para las universidades; siendo un elemento distintivo preparar a los profesionales para que se adapten a un nuevo contexto político, económico y social enmarcado en la Sociedad de la Información y el Conocimiento (Torres, 2008; donde para ello es indispensable el desarrollo de una cultura digital en los docentes, a partir de su capacitación, para conducir el PEA mediado por los recursos tecnológicos.

Pero la capacitación no debe ser por ejemplo cursar un curso y pensar que ya se está capacitado, la capacitación lleva constancia, práctica y aplicación continua de lo aprendido, transmisión hacia los demás y recepción de conocimientos nuevos, empleo diario; puesto que, si no se queda en un mero curso que se pasó, pero ahí se quedó, sin aplicar lo aprendido ni practicarlo propiciando el olvido o distanciamiento de los objetivos iniciales.

Por lo que, teniendo en cuenta todo lo anteriormente planteado, para los objetivos de esta investigación se abordará la cultura digital como el dominio (conocer y saber usar) y empleo de las tecnologías por parte de los docentes en función del Proceso de Enseñanza Aprendizaje centrado en el estudiante de manera más flexible, estructurada y personalizada.

Cada vez se pretenden incorporar en los PEA, más actividades que fomentan el aprendizaje activo y promuevan la resolución de problemas. Por tanto, las responsabilidades de los docentes deben ir cambiando, deben ser más facilitadores de experiencias de aprendizaje de otros ámbitos, quizás hasta de otros docentes, alentando a los estudiantes a desarrollar mejores hábitos de investigación y a formular preguntas más profundas. Con el surgimiento del aprendizaje personalizado y contextualizado, los docentes ya no son la única fuente de información.

En otros términos, el docente debe actuar como mediador del aprendizaje, ubicándose más allá del modelo de profesor informador y explicador del modelo tradicional. El papel tradicional del docente, que transmite de manera conservadora un currículum caracterizado por contenidos casi exclusivamente académicos resulta, indiscutiblemente, poco pertinente para el momento actual.

Se espera que el profesor, en esta nueva orientación centrada en el aprendizaje del estudiante, sea capaz de responder a los rápidos cambios en el conocimiento científico tecnológico y en las concepciones del aprendizaje, que utilice de manera creativa e intensiva las nuevas tecnologías, que reoriente su enfoque pedagógico hacia una enseñanza más personalizada, a partir de la comprensión de las diferencias individuales y socioculturales; que conozca y pueda aplicar nuevas concepciones de gestión del proceso educativo, generando liderazgo académico, y que pueda vincularse con diversas instituciones e instancias que promueven aprendizajes formales e informales.

Incluso se espera también que el docente universitario tenga una adecuada cultura digital donde maneje y domine la tecnología del momento, investigue, innove, colabore con otros grupos dentro y fuera de su centro, que guíe a sus estudiantes y les motive, que siga autoformándose, que evalúe, haga informes, divulgue, cree redes colaborativas de investigación, en fin; sea ese docente capaz de afrontar estas nuevas tecnologías sin reparos y las logre integrar adecuadamente a su PEA.

Es imprescindible avanzar en el diseño de planes de desarrollo docente que ofrezcan posibilidades de difusión y reconocimiento tanto a los resultados de investigación disciplinar como a los esfuerzos por la innovación educativa, a la reflexión pedagógica y al diseño de entornos de aprendizaje apoyados en las TIC. El compromiso de la institución, así como de las entidades evaluadoras, es primordial en su rol de establecer mecanismos de fomento y compensación por el esfuerzo del profesor en materia docente.

Conclusiones

En las principales concepciones teóricas sobre el tema en cuestión se percibe que un docente universitario a raíz de la introducción de las TIC en las universidades y para conformarse una cultura digital apropiada al respecto debe tener determinadas habilidades y competencias digitales que le permitan integrar las TIC en sus prácticas educativas, las cuales pueden ser medidas o regidas por determinados estándares TIC como los mencionados hasta el momento. Estas habilidades o competencias se deben basar fundamentalmente, a criterios de esta investigación, en el conocimiento, dominio y empleo sostenido, acorde y adecuado de las TIC como apoyo y/o mediadora en los PEA.

Se concibe según la bibliografía analizada que la capacitación como ente fundamental en el desarrolla de la cultura digital de los docentes lleva constancia, práctica y aplicación continua de lo aprendido, transmisión hacia los demás y recepción de conocimientos nuevos, empleo diario; puesto que, si no se queda en un mero curso que se pasó, pero ahí se quedó, sin aplicar lo aprendido ni practicarlo propiciando el olvido o distanciamiento de los objetivos iniciales.

Los estudios arrojan que es imprescindible avanzar en el diseño de planes de desarrollo docente que ofrezcan posibilidades de difusión y reconocimiento tanto a los resultados de investigación disciplinar como a los esfuerzos por la innovación educativa, a la reflexión pedagógica y al diseño de entornos de aprendizaje apoyados en las TIC.

Referencias bibliográficas

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Recibido: 16 de Octubre de 2020; Aprobado: 18 de Febrero de 2021

*Autor para la correspondencia:jasiel@unah.edu.cu

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