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EduSol

versión On-line ISSN 1729-8091

EduSol vol.22 no.79 Guantánamo abr.-jun. 2022  Epub 20-Abr-2022

 

Artículo original

Situación de la enseñanza del Marxismo-Leninismo hoy. Necesidad de su perfeccionamiento

0000-0001-5550-6330José Rolando Vázquez Labrada1  *  , 0000-0003-2796-1269Magdalena Moreno Martínez1  , 0000-0002-8066-2690Frank García Martínez1 

1Universidad de la Isla de la Juventud, Cuba

RESUMEN

En el presente artículo, los autores abordan como problema la necesidad de perfeccionar el proceso de enseñanza-aprendizaje de las asignaturas que conforman la disciplina Marxismo-leninismo. Los resultados a que han arribado son el producto de la aplicación de la observación científica, entrevistas y encuestas a profesores y estudiantes, así como de los métodos de lo histórico y lo lógico y el análisis y la síntesis de informes e intervenciones de importantes autoridades en la materia, con el propósito de identificar las insuficiencias presentes en dicho proceso y sus causas para esclarecer el camino a seguir para su transformación.

Palabras-clave: Marxismo-Leninismo; Enseñanza-Aprendizaje; Pensamiento Martiano; Socialismo

Introducción

El Partido Comunista de Cuba, sus principales líderes, la Sociedad Cultural José Martí, y otros, han desplegado una intensa labor dirigida a crear conciencia de la necesidad de estudiar el marxismo en armonía con el pensamiento revolucionario cubano. Es un mandato martiano desde “Nuestra América”: injertar en la república el mundo pero esta debe ser el tronco. Dada la sovietización de la enseñanza del marxismo en Cuba, si se exceptúa una breve experiencia en los años 60, no es hasta fines de la década del 80 que comienza a cumplirse tal exigencia en preuniversitario. En la Educación superior se inicia en 2002 con el Plan de estudio “C” que se perfecciona con el “D” y, a pesar de que se puede avanzar mucho más, se profundiza en el “E” a partir de las exigencias del VI, el VII Congresos del Partido y su Primera Conferencia Nacional.

En esta última, el Partido Comunista de Cuba (2012) se propuso, entre sus objetivos de trabajo: continuar profundizando la enseñanza y en el legado ético, humanista y antimperialista de José Martí; fortalecer la convicción acerca de la existencia de un pensamiento propiamente cubano; desarrollar la teoría marxista-leninista y adecuar su enseñanza al momento actual. Eso significa la necesidad de su perfeccionamiento, para lo que, resulta indispensable la caracterización del estado en que se encuentra hoy, identificar sus insuficiencias, las causas que las determinan, las potencialidades para su transformación y hacia dónde hay que dirigir la mirada para lograrlo.

El objetivo de este trabajo es reflexionar en torno a la situación en que se encuentra la enseñanza y aprendizaje de la disciplina Marxismo-leninismo y sus asignaturas en la educación superior cubana, con vistas a abrir un espacio de debate en torno a las causas que la determinan.

Desarrollo

¿Cuáles son los rasgos que caracterizan el proceso de enseñanza-aprendizaje de la disciplina Marxismo-leninismo actualmente en Cuba?

Los autores consideran que fue un acierto extraordinario de la Revolución cubana no haber renunciado al estudio del Marxismo-leninismo después del derrumbe del socialismo. Es una actividad priorizada, tal y como señala Delgado Díaz (2016), en la que metodólogos, la comisión nacional de carrera y los profesores, han demostrado capacidad de reflexión, espíritu crítico, constancia, dedicación y compromiso político en aras de perfeccionar su proceso de enseñanza-aprendizaje. Sin embargo, los resultados no se corresponden con el esfuerzo que se realiza. Las causas son múltiples y variadas, pero el modo en que se ha concebido adolece de deficiencias que, sin dudas, de conjunto con otros factores, han conducido al momento actual.

En un taller sobre la enseñanza del Marxismo-leninismo, Delgado Díaz (2016) realiza un acertado diagnóstico del estado en que se encuentra la misma. Señala que, a pesar de la atención priorizada que ha recibido en la universidad por parte de las instancias políticas y los Ministerios de Educación y de la voluntad de los profesores en todo el país para transformar dicho proceso, el nivel de satisfacción de los involucrados, en particular de los estudiantes, no siempre se corresponde con el esfuerzo realizado. Además, continúa, “es frecuente encontrar en el estudiantado confusiones y rechazo a la disciplina o a alguna de sus asignaturas” (Delgado Díaz, 2016, p. 240).

En su tesis doctoral, uno de los autores de este trabajo señala que en los años 70 e inicios de los 80, una parte de los estudiantes de la licenciatura en educación, en general, deseaba pasar a estudiar e impartir Marxismo-leninismo. En la actualidad “no pocos de los estudiantes que se preparan en esta especialidad, se niegan a impartir la teoría Marxista-leninista y solo desean trabajar la Historia” (Vázquez Labrada, 2017, p. 57).

Se deduce, señala Delgado, que “es muy probable que la contribución de la disciplina a la formación del profesional se esté afectando sensiblemente” (Delgado Díaz, 2016, p. 240). El hecho de que el esfuerzo realizado, dice, no siempre se corone con el éxito debe conducir al cuestionamiento de las causas que así lo determinan.

Al explicar la naturaleza del problema, dicho autor, señala que, como el fenómeno es complejo y el espectro de causas que lo generan es muy variado, se precisa enfrentarlo siguiendo el siguiente orden: detenerse en las cuestiones de carácter teórico-generales que atañen al Marxismo como ciencia, luego en el Marxismo-leninismo como tendencia dentro del Marxismo y, por último, en su carácter académico. Estos son aspectos medulares si, realmente, se le quiere transformar. Aunque relega lo pedagógico y didáctico a un tercer plano no niega su importancia pero solo pueden ser resueltos a partir de la solución de las cuestiones señaladas. Es una deducción lógica a partir de la relación dialéctica existente entre el carácter científico y académico de toda disciplina.

De los vaivenes que ha sufrido la ciencia marxista-leninista han dependido en alto grado sus sacudidas en lo académico. No obstante, no debe quedar en el olvido que la docencia en Filosofía, Economía Política y Teoría Política, ha sido un factor clave en el desarrollo de la ciencia en Cuba y que los profesores están llamados a desempeñar un papel esencial en la solución de los problemas teóricos.

Importante idea expuesta por Delgado Díaz (2016) es que la situación existente en torno a la enseñanza del Marxismo es un fenómeno de carácter social en el que intervienen múltiples factores, es decir, que no debe atribuírsele solo al desempeño de los profesores y los estudiantes, pues considera que abarcan desde el contexto histórico-social, pasando por los fundamentos históricos y teóricos que la sustentan, hasta aspectos de carácter pedagógicos y didácticos que se manifiestan en el diseño curricular y que se reflejan, concretamente, en el desarrollo del proceso de enseñanza-aprendizaje en el eslabón de base.

Como se observa, uno de los elementos en que es necesario detenerse en el estudio de las causas del problema objeto de análisis, es la incidencia que en él ejerce el contexto histórico-social desde los años 90 hasta el presente. Al respecto, es indispensable tener en cuenta varios elementos: el impacto del derrumbe del socialismo; el asalto contra el marxismo que lo acompañó; las exigencias del proceso de actualización del modelo económico y social cubano; el cambio en las relaciones Estados Unidos-Cuba; el retorno de Trump a la vieja política y su mantenimiento por Biden. Todo lo cual impacta negativamente, desde el punto de vista ideológico, particularmente en la juventud; a ello se suma el recrudecimiento de la política subversiva del imperialismo yanqui dirigido a restaurar el neoliberalismo en América Latina y subvertir el sistema político cubano.

La desaparición del socialismo real y el descrédito a que condujo al ideal socialista, ha afectado sensiblemente la credibilidad del Marxismo a nivel planetario. Después de casi tres décadas, el socialismo no se vislumbra aún como el paradigma de desarrollo ni el Marxismo se ha recuperado de la crisis que lo afecta. Unido a ello se encuentra la agresión con que se le ha pretendido destruir y hacer desaparecer, cuya envergadura ha llegado a poner en juego su existencia, “incluso con independencia de su capacidad para autorregenerarse” (Monal Rodríguez, 2015, p.171).

La crisis del marxismo va ligada a su historia, considera (Monal Rodríguez, 2015, pero esa embestida intenta desmantelarlo o, al menos, desarmarlo, sin haberlo logrado. Sin embargo, el proceso de derechización que lo ignora o se le opone ha encontrado en el reformismo, el dogmatismo, la estereotipia, la escolástica y la vulgarización estalinista, así como en la manera simplista y reduccionista con se le ha pretendido superar, un aliado incondicional que le ha permitido lesionar tesis fundamentales del Marxismo. A su vez, la carencia de una base sólida para su renovación ha conducido a nuevos dogmas y esquemas.

Monal Rodríguez (2015) establece una diferenciación entre vulgarización y dogmatismo. Existe la tendencia, dice, a identificar, unívocamente, el marxismo vulgar con la dogmatización, la cual es generada por tres errores fundamentales: la tendencia reduccionista y simplificadora de la teoría; la confianza excesiva en el conocimiento y la entronización de autoridades, incluso, ilegítimas (lo que es propio del eclecticismo). El simplismo, continúa, parece estar ligado también a la falta de sistematicidad y el facilismo con que se buscan las soluciones teóricas a los problemas de la realidad, así como a la moda intelectual, entendida como la tendencia a asumir conceptos e ideas porque son las que abundan en un momento dado.

Las posibilidades de renovación del marxismo, considera la misma autora, exigen del conocimiento profundo de su historia y de la relectura de los clásicos a la luz del momento actual, incluida Cuba. Si bien fue un acierto de la Revolución continuar la enseñanza del Marxismo, Monal Rodríguez se cuestiona si la nación estará en condiciones de renovarlo si se sigue renunciando a él o si se pretende hacerlo desde el voluntarismo y el empirismo de la sociología contemporánea. O lo que es lo mismo, señala, si “ello es posible aceptando la tesis de que el materialismo histórico, y la teoría de la revolución a él unida, ha caducado definitivamente” ((Monal Rodríguez, 2015, p.176 ).

Otro autor importante en este análisis es Yanes Quintero, quien, para los años 90 señala algo de total actualidad. Los estudios sociales en Cuba, dice, generalmente pasan por un momento de confusión en torno a referentes y paradigmas. “El escepticismo sobre la legitimidad del análisis marxista y acerca de cuánta excelencia posee realmente la preparación profesional de nuestros cientistas sociales, ha ganado espacio en diferentes medios” (Yanes Quintero, jul- sep. 1995, p. 119).

Dicho autor coincide con Limia David, 2018 en que el Marxismo sufre en Cuba un proceso de reconstitución. No obstante, los autores de este trabajo coinciden con él en que la restauración de los estudios sociales en Cuba exige “repensar sobre sus referentes teóricos de manera desprejuiciada, desechando enteramente los remanentes dogmáticos” que persisten “por la huella del pasado más inmediato” (Yanes Quintero, jul- sep. 1995, p.119). Esa reflexión, señala, exige el rescate crítico y la síntesis de los aportes de los estudios cubanos más avanzados antes y después del triunfo del primero de enero de 1959.

(Monal Rodríguez, 2015 destaca que los intentos de la derecha de desarmar al marxismo responden a sus objetivos de privar a la izquierda del instrumento idóneo para enfrentar la transformación social. Desde los años 90 se entroniza de manera sutil, la supresión de su sistema categorial en la cotidianidad. Conceptos claves como relaciones de producción, conciencia de clase, modo de producción, formación económico-social, son sustituidos por términos menos ideologizantes, alejados de la praxis revolucionaria, intencionalmente aséptica y neutra. Con ello se da un golpe rotundo, consciente o inconscientemente, a la capacidad de crítica social del marxismo, a la teoría de la revolución y a la construcción del socialismo. La emancipación social que debe ser fruto del socialismo, es sustituida, así, por expresiones ambiguas como proyectos, esperanza, sueños, etc.

“El actual abandono del aparato categorial del marxismo”, apunta Vega Cantor, “no solamente es un problema terminológico, es una argucia para despolitizar la historia y producir un discurso insustancial, sin fuerza interior, que no genere pasiones” (Vega Cantor, 2005, p. 12), con el cual las teorías de la derecha pretenden concretar sus fines desideologizadores.

De ello, dice (Monal Rodríguez, 2015), resulta un lenguaje mellado que, en el mejor de los casos, se limita a la interpretación del mundo y se renuncia a su transformación. Conjuntamente con eso, y como resultado de la inserción de Cuba en el mercado mundial, se asume también la producción ideológica, de lo cual resulta un proceso de desocialización del marxismo y del leninismo, que incluye a los medios de comunicación, que se manifiesta en la falta de referencia al mismo y en la supresión de su sistema categorial, proceso que, por suerte -señalan los autores de este trabajo-, ha comenzado a revertirse.

La misma autora lamenta que en Cuba la urgencia por resolver los problemas concretos de la realidad conduce a la promoción de las investigaciones aplicadas en detrimento del desarrollo de la teoría y del papel que puede y debe jugar en la reflexión que, al respecto, se desarrolla a nivel internacional. Si esto es así en la teoría ¿qué pasa con la docencia? De ahí la razón de Delgado Díaz (2016) de que hay que resolver primero estos problemas para después entrar a resolver los problemas pedagógicos y didácticos que atañen a la enseñanza-aprendizaje del Marxismo-leninismo.

De modo que se necesita perfeccionar dicho proceso en un contexto que, además, está caracterizado por las limitaciones materiales de la sociedad cubana, donde se diversifican las relaciones de propiedad con el consecuente reflejo ideológico, reforzado por el hecho de que la juventud actual es un producto del período especial con todas sus carencias y necesidades, y en el que se produce un retorno a la vieja política yanqui con el objetivo de retrotraer a Cuba al pasado e imponer el retorno al neoliberalismo en la región para lo cual se refuerza la política subversiva.

En este contexto, falla, muchas veces, al decir de Limia David (2009), la conciencia en torno a los objetivos con que se enseña el Marxismo-leninismo, lo que se refleja en que no siempre el estudiante comprende por qué y para qué lo recibe con el continuado rechazo y desinterés por su estudio. Se precisa hacer un Marxismo-leninismo situado, continúa Limia (2009), que no ignore las raíces históricas de la nación cubana, que se caracterice por su partidismo, o sea, no se debe olvidar que se enseña y aprende para ejercerlo en Cuba y dadas las características del mundo de hoy. “Dada esta realidad, resulta imprescindible acudir de manera sistemática y dirigida afines a la fuente nutricia del ideario de José Martí (Limia, 2018, p. 178).

La crisis del ideal socialista golpeó duramente al marxismo como ciencia, y, por ende, su enseñanza. El período especial, con sus limitaciones materiales, y la política subversiva del imperio, también la han dañado tanto como la caída del socialismo.

El rechazo al estudio del Marxismo-leninismo es generalizado, pero, tanto ayer como hoy, la han golpeado drásticamente, también, el modo en que se enseña y aprende, la simplicidad, el reduccionismo y la moda. Asimismo le acompañan una docencia alejada de las necesidades profesionales. La urgencia de impartir un Marxismo-leninismo propio, es un problema no resuelto todavía. La docencia adolece, en general, de las reminiscencias de la educación soviética. No siempre existe conciencia de que no se desarrolla la ciencia propiamente dicho, sino una disciplina académica cuya función fundamental es formativa. Los profesores jóvenes han recibido una formación aún incompleta. Es preciso concebir la enseñanza de un Marxismo propio en correspondencia con el principio electivo de la Filosofía cubana y la dialéctica materialista.

Entre los aspectos vinculados al contexto, Delgado Díaz (2016), incluye las transformaciones que implica la etapa de actualización en Cuba y, específicamente, en la educación superior, las que imponen a la enseñanza y aprendizaje del Marxismo-leninismo tensiones y demandas institucionales que devienen en importantes desafíos que exigen de su perfeccionamiento.

En el documento base para la elaboración de los planes de estudio “E” se destaca que la formación integral del estudiante universitario “debe dar como resultado graduados con un sólido desarrollo político desde los fundamentos de la Ideología de la Revolución Cubana” (Ministerio de Educación superior, 2017, p. 9). Si en la estructura de esta se encuentran, como claramente ha quedado establecido, el pensamiento de José Martí (1992), por un lado, y el marxismo y el leninismo, por el otro, cuya síntesis más acabada es el pensar y actuar de Fidel Castro, eso quiere decir que entre las tensiones y demandas que impone a la disciplina su perfeccionamiento se encuentra la incorporación del pensamiento martiano a su proceso de enseñanza-aprendizaje, con un mayor grado de sistematicidad respecto al Plan de Estudio “D”, para lo cual los profesores de la disciplina no fueron preparados durante su formación.

Así, por ejemplo, en el Programa de la disciplina Marxismo-leninismo para la carrera de Agronomía, Plan de estudio “E”, se pondera, entre los objetivos generales:

  1. “Educar la sensibilidad y la espiritualidad del futuro profesional en la ideología de la Revolución Cubana, para formarlos como defensores de la obra creadora de la Revolución y de las causas más justas de la humanidad, preparándolos para que sean divulgadores conscientes de la concepción cultural humanista, revolucionaria e identitaria, de vocación universal que ella contiene”.

  2. “Contribuir a la formación humanista y profesional a través del enfoque histórico-cultural, interdisciplinario e integrador de la teoría y la práctica de la ciencia marxista-leninista como resultado de la articulación del pensamiento revolucionario cubano y las tradiciones patrióticas con el marxismo- leninismo”.

En correspondencia, entre los sistemas de conocimientos se señala como temática de estudio “José Martí y Fidel Castro sobre la ciencia, la tecnología y los problemas medioambientales” y en las indicaciones metodológicas se plantea que:

  1. “Las conferencias deben ser panorámicas y de orientación para la localización y estudio de la bibliografía de los clásicos del marxismo, de Martí, de Fidel”.

  2. “El trabajo con el ideario martiano presupone su estudio desde las diferentes dimensiones de la cultura que se encuentran en su obra, contribuyendo en especial, al desarrollo de las concepciones éticas y estéticas de los estudiantes y la formación de valores al respecto”.

  3. “Para el cumplimiento de los objetivos de esta disciplina es fundamental el trabajo sistematizado del pensamiento de Fidel Castro, como síntesis creadora de la tradición de pensamiento revolucionario cubano, latinoamericano y universal y de la tradición del pensamiento marxista que ha logrado elaborar una propuesta teórica actualizada sobre el sistema imperialista en su fase actual, los principales peligros que enfrenta la humanidad y los caminos de la construcción de la subjetividad revolucionaria, antimperialista y de justicia social”.

A pesar del salto que estos cambios introducidos significan, en la bibliografía básica no se señala obra alguna de Martí, o sobre su pensamiento y obra, ni siquiera de Fidel. Tales exigencias son, a su vez - aunque no únicamente-, un resultado de las demandas planteadas a todo el sistema nacional de educación por el Partido Comunista de Cuba en su VI (2011) y VII (2016) congresos, así como en su I Conferencia Nacional (2012). Sin embargo, no todas las carreras incluyen al pensamiento martiano con la fuerza requerida. Se puede mencionar solo algunas en las que debe realizarse un trabajo de perfeccionamiento más cabal: Derecho, Gestión Sociocultural, Turismo.

En los últimos años, y como resultado de la labor desplegada desde hace varias décadas en la dirección apuntada, aunque poco divulgadas aún, han visto la luz productos de investigación de indiscutible valor al respecto. Algunas de ellas se encuentran en el texto Marxismo y Revolución (2006). En el año 2010 la editorial Samuel Feijoo dio a conocer el trabajo de Leonardo Pérez Leyva “Pensamiento cubano: la relación del pensamiento martiano y el marxista-leninista, de una gran importancia para el trabajo de perfeccionamiento que exige la enseñanza y aprendizaje de la Filosofía. Asimismo, el Centro de Estudios Martianos publicó de los autores María Caridad Pacheco y Rigoberto Pupo (2017) “José Martí, la educación como formación humana” y de Omar Guzmán Miranda (2017) la obra “la sociología de José Martí. Una concepción del cambio” que puede contribuir en el mismo derrotero.

El investigador Pérez Leyva señala la que es necesario ajustar “la enseñanza de la filosofía marxista-leninista en Cuba a las exigencias del desarrollo ideológico alcanzado por la Revolución Cubana, justamente, dado en el desarrollo teórico-metodológico que alcanza la relación entre el pensamiento martiano y el marxista-leninista” (Pérez Leyva, 2010, p.9).

Pero ¿están los profesores de Marxismo-leninismo preparados para cumplir tal exigencia?, es decir, ¿dominan la política del Partido y de los ministerios de educación al respecto? ¿Poseen la sensibilidad indispensable para comprender la necesidad y la posibilidad real de hacerlo? ¿El dominio que tienen del pensamiento filosófico, económico y político de José Martí se los permite?

En su tesis doctoral, Vázquez Labrada (2017), refleja la situación en que se encontraba -en la Facultad de Ciencias Pedagógicas en la Isla de la Juventud- la incorporación del pensamiento martiano al proceso de enseñanza-aprendizaje de la disciplina Marxismo-leninismo. Señala que es insuficiente la sistematización del pensamiento martiano en la misma, pues, la incorporación de este, se limita a la introducción esporádica, espontánea y asistemática de algunas de sus ideas; se desaprovechan las potencialidades de sus asignaturas para demostrar cómo surge, se desarrolla y consolida en Cuba un pensamiento propio; y el pensamiento filosófico, económico y político de José Martí no es debidamente incorporado al proceso de instrucción, educación y desarrollo de los estudiantes. Acerca de sus causas refiere:

  • El débil conocimiento de las exigencias de la política educacional; de las fuentes en que se expresan; del modo en que se reflejan en el programa de la disciplina, así como de las razones que lo determinan, incide en la endeble conciencia y sensibilidad de los profesores para sistematizar el enfoque martiano en el proceso de enseñanza-aprendizaje de las asignaturas que conforman la disciplina.

  • Las carencias en torno al conocimiento del pensamiento filosófico, económico y político de José Martí, así como de las fuentes en que se encuentran, constituyen una importante barrera que ha limitado la sistematización del enfoque martiano en los programas analíticos y en los componentes del proceso de enseñanza-aprendizaje de la disciplina, y, por ende, en las dimensiones del proceso formativo.

  • El insuficiente conocimiento de las características de la evolución de la enseñanza del Marxismo-leninismo en Cuba ha obstaculizado la comprensión, por parte de los profesores, de las limitaciones del modo en que se ha concebido y ejecutado el proceso de enseñanza-aprendizaje de las asignaturas Filosofía, Economía Política y Teoría Política y la necesidad, por tanto, de una concepción que conserve lo positivo de las anteriores y erradique sus carencias en la actual.

¿Es diferente la situación en otras partes del país? En presencia de uno de los autores de este trabajo se ha comentado más de una vez, por destacados profesores de la disciplina de otras universidades, que lo que se necesita es enseñar marxismo sin andar con tantas exigencias al respecto. Ese mismo autor, ha hecho acto de presencia en múltiples eventos, reuniones de profesores principales, jefes de departamentos y de otros tipos, en que ha podido constatar que la mayor dificultad radica en el dominio del pensamiento filosófico, económico y político de José Martí, y de las fuentes en que se encuentran, en un segmento no despreciable del claustro de profesores de Marxismo-leninismo de la nación.

Precisamente, en un evento sobre la enseñanza del Marxismo-leninismo y la Historia desarrollado en la UCP “Enrique José Varona” en el año 2008, en alguna que otra intervención trasluce la incomprensión de que no se es realmente dialéctico si, entre otras cosas, no se observa con todo rigor la unidad entre lo singular y lo universal en la Revolución cubana.

Y es lógico que sea así, pues los profesores actuales no recibieron una preparación en su formación dirigida a cumplir con tales exigencias, lo cual se refleja, incluso, en los programas de disciplina, en los que se observa un intento por cumplir con las exigencias de la política educacional, que aún no ha madurado suficientemente y, a pesar de lo mucho que se ha avanzado desde los años 90, la sistematización del pensamiento filosófico, económico y político de José Martí, en la enseñanza y aprendizaje del Marxismo-leninismo, aún es insuficiente. Incluso es una tarea que se deja a consideración de las universidades.

El diálogo entre Martí, por un lado, y Marx, Engels y Lenin, y sus discípulos -incluidos los latinoamericanos-, por el otro, en el proceso de enseñanza-aprendizaje de la teoría de la clase obrera y el socialismo, aún no ha madurado suficientemente. Su importancia radica, entre otras cosas, en que permitirá comprender cómo surge, se desarrolla y consolida en Cuba un pensamiento propio que Cintio Vitier (1992) y Fernández Retamar (2009) llamaron marxismo martiano y que los autores de esta ponencia consideran que debe denominarse martianismo marxista, ideología de la Revolución cubana o pensamiento de Fidel. Además, la sistematización del pensamiento martiano en el proceso de enseñanza-aprendizaje de la disciplina Marxismo-leninismo es fundamental como preámbulo para el análisis y comprensión de algunas de sus principales tesis; como colofón de otras, como medio para reforzarlas o para llenar los vacíos dejados por su sovietización.

Los eventos de las universidades constituyen verdaderos espacios de debate. Forman parte de la profunda y necesaria reflexión en torno a los contenidos de cada una de las asignaturas de la disciplina en aras de profundizar en sus sistemas de categorías; en qué regularidades y leyes es preciso ahondar; qué hay que cambiar o incorporar; cómo desde el pensamiento de José Martí se pueden problematizar los contenidos, contribuir al desarrollo de la capacidad de reflexión, promover la independencia, el protagonismo y la creatividad de los estudiantes; cuáles de sus textos deben ser incorporados; cómo desde su obra se puede reforzar la formación en valores, el enfrentamiento a la política subversiva y qué debe ser incorporado a la práctica laboral e investigativa.

Los autores sugieren que se sometan a discusión categorías como ideología de la Revolución, marxismo, leninismo, ideario martiano, pensamiento de Fidel, electismo, eclecticismo, lo general y lo universal en el proceso de construcción del socialismo, las relaciones entre el pensamiento martiano, el marxismo y el leninismo, la relación entre la república martiana y la sociedad socialista, entre otros (Vázquez Labrada, 2017).

Al proceso de enseñanza-aprendizaje de la disciplina Marxismo-leninismo y, por tanto, de sus asignaturas, no debe serle ajeno el modo en que penetraron el Marxismo y el leninismo en Cuba y, por ende, cómo fueron asimiladas y desarrolladas sus tesis y principios fundamentales. Sus categorías se cargan y recargan, como señala acertadamente Torres-Cuevas, de nuevo contenido en consonancia con las particularidades de Cuba, su historia, necesidades, intereses y aspiraciones y eso es esencial en la formación de profesionales comprometidos con su patria, con su Revolución y con el socialismo.

Por último, los autores del trabajo consideran que la trasformación de la enseñanza y el aprendizaje de Marxismo en la universidad exigen cambiar a fondo la enseñanza-aprendizaje de la asignatura Cultura Política, proceso en marcha que no dará los resultados apetecidos si no se prepara adecuadamente al profesor para ello. Sugieren, además, que en la formación del licenciado en Educación en la especialidad Marxismo-leninismo e Historia, se incluya como una temática de estudio la evolución de la enseñanza del Marxismo-leninismo en la Revolución cubana.

Conclusiones

La enseñanza-aprendizaje del Marxismo-leninismo adolece de una serie de insuficiencias provocadas por el contexto internacional desde la desaparición del sistema socialista mundial, las transformaciones que implica el proceso de actualización que se desarrolla en el país, las relaciones entre Estados Unidos y Cuba, la profundización de la política subversiva e, igualmente, inciden limitaciones de carácter pedagógico y didáctico. Todo ello se refleja en el bajo interés y motivación de los estudiantes por su estudio con la consiguiente afectación a la calidad del proceso formativo que, desde los fundamentos de la ideología de la Revolución cubana, debe recibir. Merma, así, la contribución de la disciplina a la educación ideológica y política del futuro profesional, cuyo nervio central es la formación en valores.

Su metamorfosis, propiciada por el debate nacional y el perfeccionamiento de los planes de estudio, exige de soluciones en la disciplina científica como condición esencial para su mejoría en tanto disciplina académica, lo que -a su vez-, es fundamental para acrecentar su contribución a la formación de un profesional comprometido con la construcción del socialismo en Cuba y con las causas justas de la humanidad, en cuya consecución la incorporación del pensamiento y la obra martiana es de vital importancia. Los eventos que desarrollan las universidades permitirán transitar un camino de experimentación que, sin duda, arrojará loables resultados en el futuro.

Referencias bibliográficas

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Recibido: 10 de Octubre de 2021; Aprobado: 12 de Febrero de 2022

*Autor para la correspondencia:jrvazquezl@uij.edu.cu

Los autores declaran que no existen conflictos de intereses.

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