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EduSol

versión On-line ISSN 1729-8091

EduSol vol.23 no.82 Guantánamo ene.-mar. 2023  Epub 23-Ene-2023

 

Artículo original

Perspectivas de la educación agrícola en Secundaria Básica

Osmayderd Rodríguez-Ocaña1  * 
http://orcid.org/0000-0002-2937-5207

Martha Beatriz Vinent-Mendo2 
http://orcid.org/0000-0002-1936-3739

Andrés Pérez Almaguer2 
http://orcid.org/0000-0003-3655-7348

1Secundaria Básica Batalla de El Jigüe, Cuba.

2Universidad de Oriente. Santiago de Cuba. Cuba.

RESUMEN

Preparar a los adolescentes para relacionarse con el entorno es parte del proceso de adquisición de los aprendizajes básicos. El adecuado tratamiento del currículo permite solucionar el problema asociado a las limitaciones del sistema educativo, para favorecer la educación agrícola en estudiantes de Secundaria Básica. La finalidad de la propuesta es garantizar la preparación del adolescente para el cuidado del agroecosistema, como resultado del empleo de una metodología desplegada con una muestra de profesores y estudiantes de este nivel educativo, para potenciar la educación agrícola partiendo de la formación de actitudes agroecológicas y habilidades socioemocionales esenciales para esta finalidad.

Palabras clave: Formación; Educación agrícola; Actitudes agroecológicas; Currículo

Introducción

La conservación de la biodiversidad y la necesidad de mitigar los efectos indeseables del cambio climático han sido identificadas como prioridades en diversos cónclaves nacionales e internacionales; asumidas como problemáticas acuciantes para la continuidad de la especie humana.

La comunidad internacional se sirve de ello, para elaborar diversos proyectos de intervención que garanticen el desarrollo sostenible de cada nación. En esto reside la principal garantía para contribuir a la seguridad alimentaria, teniéndose como punto de partida, la erradicación de la pobreza extrema.

La escuela cubana atesora entre sus principios educativos, el vínculo del estudio con el trabajo, magistralmente avizorado por Martí en 1884; así como Salas (1953) cuando señalaba que “no solo explicaciones agrícolas e instrumentos mecánicos han de llevar los maestros por los campos, sino la ternura, que hace tanta falta y tanto bien a los hombres” (p. 514).

Este principio se cumplimenta de manera diferenciada en cada nivel educativo, preestableciéndose los modos precisos de vincular el estudio con el trabajo y en adecuación a los momentos del desarrollo por los que atraviesa el estudiante, a sus diferencias individuales, así como a las demandas formativas que traen asociados los planes de estudio de cada Educación.

Ello resulta esencial en el empeño de responder a los compromisos internacionales asumidos; pero sobre todo, para la instrumentación de los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución, aprobados por el VI Congreso del Partido del 2011; así como del Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social hasta el 2030 (Consejo de Ministros, 2014)

Desde los primeros años, luego de acontecido el triunfo de la Revolución cubana en 1959, el sistema educativo ha encontrado formas diversas de establecer el vínculo de los estudiantes con el trabajo agrícola, para lo cual fueron concebidos el plan escuela al campo, la creación de círculos de interés, el trabajo en los huertos de las propias instituciones educativas, así como las escuelas secundarias básicas en el campo (ESBEC), los preuniversitarios en el campo (IPUEC) y las brigadas estudiantiles de trabajo (BET), entre otras.

Cada una de dichas modalidades propició el empleo de vías precisas para involucrar a los estudiantes de manera directa en la vida económica del país, mediante el ejercicio de diversas actividades agrícolas, en cuya realización fue débil o inexistente el vínculo con el contenido de las asignaturas, o con el acontecer económico y social del país, entre otras con incidencia directa en la formación integral del estudiante.

Si bien es cierto que desde la relación estudio- trabajo se han logrado aprendizajes de convivencia, de formación de intereses y necesidades en los adolescentes, así como de identidad personal y nacional; es justo reconocer que no siempre dichos intereses y motivaciones han resultado suficientes para garantizar la formación de una actitud comprometida con el medio ambiente.

Unido a ello, la clase no se concibe de manera sistemática por los docentes, como un escenario importante para formar en los estudiantes de secundaria intereses en relación con el medio ambiente y particularmente por lo agroecológico; lo que constituye un problema a resolver y una limitación del sistema educativo que compete a la educación agrícola en estudiantes de Secundaria Básica.

El comportamiento del referido proceso de educación agrícola, ha sido objeto de análisis por autores desde diferentes perspectivas que revelan la ausencia de prácticas educativas integradoras que propicien desde el proceso de enseñanza-aprendizaje, la actuación responsable del estudiante en el enfrentamiento a las diversas y complejas situaciones ambientales que afectan el entorno agroecológico.

La necesidad de generar las transformaciones para fortalecer la educación agrícola desde el proceso de enseñanza- aprendizaje, condiciona la propuesta de una metodología con enfoque transversal para potenciar el proceso de educación agrícola en estudiantes de Secundaria Básica, como objetivo esencial de la investigación realizada.

Desarrollo

En el contexto cubano, la educación agrícola se convierte en una necesidad socialmente reconocida en diversos espacios de análisis asociados a la “Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible”. Puntualmente el Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social 2016-2030, se refiere en el Objetivo 8, perteneciente al Eje Estratégico: Recursos naturales y medio ambiente, al carácter prioritario que se debe conceder a todas las acciones que permitan “fomentar e incrementar la educación, conciencia y cultura ambiental de los ciudadanos, así como su participación efectiva y el papel de los medios de comunicación, de manera armónica, sistemática y coherente, incorporando a toda la sociedad cubana” (Consejo de Ministros, 2014, p.20).

Tradicionalmente la educación agrícola ha sido vista como algo directamente ligado a lo rural, como “un asunto de rutina” (Gasperini, 2000, p.3). Sin embargo, se trata de un proceso formativo que prepara al estudiante para la adquisición y puesta en práctica de saberes que intervienen en el adecuado desarrollo de la agricultura y en el uso de recursos naturales.

Es este un proceso capaz de sensibilizar en torno al manejo integrado de la tierra, a partir de generar actitudes y promover un comportamiento responsable desde una perspectiva ética y estética (Pérez, 2016). Al respecto, Funes, 2017 (citado en Fernández y Fundora, 2016) señala que:

Un elemento clave para un uso amplio de la diversidad para la agricultura y el manejo agroecológico de los cultivos, es desarrollar una conciencia ambiental en diferentes estratos de la población, utilizando todas las vías disponibles pues la biodiversidad es el primer y más importante paso para lograr los sistemas agroecológicos (p.8).

En el desarrollo de un saber ambiental el proceso de enseñanza- aprendizaje, ocupa un lugar especial potenciado por la labor orientadora del colectivo pedagógico, mediante el empleo de métodos y procedimientos que se enfocan al desarrollo de los procesos cognoscitivos y esencialmente, del pensamiento como punto de partida para conocer el entorno y comprender el valor de la relación hombre-naturaleza y su expresión en la cotidianidad, lo cual ofrece oportunidades para desplegar la educación agrícola como un proceso dirigido y planificado en el sistema educativo.

La educación agrícola se concibe como un proceso gradual de conocimiento del medio ambiente y de establecimiento de una dinámica desarrolladora entre lo agrícola y lo educativo, que sienta sus bases en la intencionalidad de la labor educativa que se establece con los niños y adolescentes en función del conocimiento y el cuidado del entorno agroecológico; “muchos niños serán los agricultores del mañana y los niños con educación tienen mejores oportunidades de convertirse en agricultores más productivos” (Gasperini, 2000, p.2).

En Cuba, este proceso se inicia desde la primera infancia con el desarrollo de las actividades de estimulación sensoperceptual, basadas en el empleo de diversos métodos y procedimientos de enseñanza para el tratamiento de las formas de vida de los animales y plantas, con énfasis en la percepción de sonidos, texturas y colores.

En la edad preescolar estas posibilidades se amplían y enriquecen a través de los procesos de apreciación del entorno y particularmente, de la observación guiada hacia la conducta de los animales y los fenómenos de la naturaleza, así como las formas de vida de animales y plantas.

Con la entrada a la escuela, la educación agrícola se incrementa desde el currículo por medio de asignaturas como: El mundo en que vivimos, Biología y, Geografía, las que aportan al escolar conocimientos y valores que se profundizan y diversifican en relación estrecha con la satisfacción de las necesidades cognoscitivas y vivencias afectivas que se generan en él, fortalecidas por las demandas del contexto social en el que tiene lugar el aprendizaje; sin embargo, es durante la adolescencia que se incrementan las posibilidades para el desarrollo de la educación agrícola, para ello es necesario atender a las características personológicas y a las exigencias que se derivan del currículo en la Secundaria Básica.

La inclusión de la Educación agrícola en Secundaria Básica parte de revelar las relaciones esenciales entre la estructuración de lo cognitivo- motivacional desde el contenido curricular y una perspectiva en el uso y manejo integral de los componentes de la naturaleza, que favorezca el potenciar de una racionalidad en el proceso de producción agrícola, según el objetivo general y los específicos del proceso formativo en Secundaria Básica.

Entre los objetivos educativos generales previstos para las adecuaciones curriculares (2020-2021) en la Secundaria Básica (Ministerio de Educación, 2020) se pretende que el estudiante de este nivel logre:

Manifestar con acciones concretas en la vida cotidiana una actitud consciente y responsable, de mantenimiento y preservación de la naturaleza, de la diversidad biológica y el patrimonio cultural, en su contexto más cercano, en la comprensión y el conocimiento de las interrelaciones de las dimensiones económicas, político social y ecológica del desarrollo sostenible en los ámbitos local, nacional y mundial. (p.2)

Lo antes citado se garantiza desde el currículo fijado para la Secundaria Básica, el que posibilita a través de asignaturas como Matemática, Español- Literatura, Historia, Ciencias Naturales, Biología, Química, Geografía, Física, Geografía de Cuba, Educación Cívica, Educación Laboral, Educación Artística, la adquisición de conocimientos, habilidades y valores que tienen elevada incidencia en el proceso de Educación agrícola, de acuerdo con lo estipulado en el Proyecto de Escuela Secundaria Básica (Ministerio de Educación, 2003).

Valdés (2017) en la Tesis Doctoral ‘‘Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid’’, realiza una estimación estética del paisaje: Criterios que se asumen en el trabajo para un proceso formativo, desde una perspectiva paisajístico- estética como condición social, de solidaridad con los componentes de la naturaleza y la propia existencia del hombre, caracterizada por connotar los valores del conocimiento de la actividad agrícola.

Se trata por tanto, de ver la educación agrícola como proceso de transversalización desde los contenidos académicos en la dinámica del proceso formativo de Secundaria Básica, mediante procedimientos heurísticos y acciones que impliquen un proceso educativo donde se generen hacia el entorno agrícola actitudes de respeto, cuidado y disfrute de lo que se observa; de reconocer el paisaje como proceso natural y su esencia agrícola, pues se trata de un proceso creado por el hombre en su relación activa con la naturaleza.

El acelerado desarrollo de los procesos cognitivo- instrumentales que puede alcanzar en este nivel educativo el adolescente, así como la riqueza de las adquisiciones que logra en lo afectivo- motivacional y en cuanto al incremento de sus posibilidades físicas, propician condiciones favorables para diseñar e instrumentar, desde las diferentes asignaturas del currículo, tareas de aprendizaje con perspectiva interdisciplinar que potencialmente le movilicen a conocer, indagar, cuestionar e interactuar de manera creativa y responsable con el entorno agroecológico.

En la obra de Mitjáns (2013) se destaca la necesidad de propiciar el aprendizaje creativo, desde el contexto escolar y al respecto plantea que:

Urge la promoción de formas de aprender que promuevan el carácter activo de los individuos en sus contextos de actuación, contribuyendo para el desarrollo de sujetos con capacidad de transformación, de manera que cuando sea necesario ellos tengan la capacidad de actuar como agentes de cambio en los espacios en los que se desenvuelvan (p.316).

En la consecución de este propósito se requiere promover el proceso de personalización del aprendizaje del adolescente para generar sus propias representaciones en el proceso de enseñanza- aprendizaje, cuestión en la que ocupa un lugar esencial la calidad de la preparación del colectivo pedagógico para la orientación del aprendizaje, en lo cual subyace la actualización pedagógico- profesional del docente para la adecuada dirección didáctica del proceso de enseñanza- aprendizaje en la Secundaria Básica.

La exploración diagnóstica realizada para conocer del estado de la preparación del colectivo pedagógico para el desarrollo de la educación agrícola en las escuelas seleccionadas, estuvo basada en el análisis documental, así como en la aplicación de encuestas y la observación del desempeño profesional del docente. Para ello fue seleccionada una muestra intencional de 32 docentes provenientes de 3 secundarias básicas rurales, en la provincia Santiago de Cuba.

Por otra parte, el proceso de valorar la pertinencia de la concepción pedagógica propuesta, así como la factibilidad de la metodología diseñada tuvo lugar a través del método de criterio de especialistas. Se siguió un procedimiento de selección en dos rondas, que permitió contar con un total de 25 profesionales, de los cuales 21 (84%) son docentes de Secundaria Básica y 6 (24%) pertenecen a entidades laborales agrícolas. De ellos 3 (12%) son Doctores en Ciencias Pedagógicas; 21 son Máster en Educación (84%). Todos poseen experiencia en la dirección del proceso de formación del estudiante en la Secundaria Básica

El procesamiento e interpretación de los principales resultados hizo evidente lo siguiente:

  • Existen insuficiencias en el trabajo metodológico de los docentes para desplegar el proceso de Educación agrícola.

  • Son desaprovechadas las oportunidades que ofrece el proceso de enseñanza aprendizaje para desarrollar en los adolescentes de Secundaria Básica un pensamiento crítico ambiental, así como cualidades esenciales de su personalidad.

  • El 90,6% (29) de los docentes experimenta dificultades para identificar y abordar los elementos del agroecosistema en relación con los contenidos de la clase, en las diferentes asignaturas.

  • Un 53,1% (17) de los docentes revela el abordaje formal y atomizado de los contenidos que favorecen la Educación agrícola, en este nivel educativo y por consiguiente, la insuficiente atención a las diferencias individuales de los adolescentes.

La sistematización de los resultados obtenidos propició la elaboración de una Metodología para la transversalización de la Educación agrícola en Secundaria Básica que responde a las siguientes líneas estratégicas:

  1. La implementación de una Concepción pedagógica de la educación agrícola en la Secundaria Básica.

  2. El perfeccionamiento del trabajo metodológico para la transversalización de la Educación agrícola en los diferentes grados de la Secundaria Básica.

  3. La modelación de ambientes de aprendizaje favorecedores de la práctica en entornos agroecológicos.

  4. La consolidación y evaluación de los aprendizajes para regular la actuación personal en entornos agroecológicos.

El proceso valorativo de los aportes esenciales estuvo enfocado al análisis de la pertinencia de la concepción pedagógica propuesta, así como la factibilidad de la metodología diseñada, para ello se concibió dos momentos de trabajo:

  1. El curso escolar 2019-2020 y,

  2. El curso 2020-2021,

En ambos momentos se empleó el método de criterio de especialistas para realizar una valoración en torno a los aspectos esenciales que están referidos a cómo educar en lo agrícola desde el contenido en la Secundaria Básica. Los análisis aportados por dichos profesionales permitieron refrendar el empleo de un enfoque transversal para potenciar el proceso de educación agrícola en los estudiantes que se forman en este nivel educativo.

El 100% de los especialistas se ubica entre 7 y 9 al autoevaluar su conocimiento sobre el tema y a su vez consideran que existe mucha correspondencia entre la concepción pedagógica propuesta y las líneas estratégicas que orientan el diseño e implementación de la metodología que se propone.

Los criterios emitidos por el 100% de los especialistas en cuanto a la pertinencia de las categorías esenciales de la concepción pedagógica propuesta, se ubican en la categoría de muy apropiados e incorporaron criterios aprobatorios, tales como:

  • … esta concepción ayuda a los docentes, para lograr mejores resultados con los muchachos… a veces uno no tiene claro cómo hacer y esta propuesta nos ayuda a prepararnos mejor,

  • … los contenidos tienen profundidad y se adecuan a lo planteado desde la Agenda 2030,

  • …, así ya una sabe cómo diseñar las actividades,

  • … son una guía para la preparación del docente tienen rigor científico y facilitan el trabajo.

Igualmente, se valoró por el 93,3% de los especialistas (28) que existe una elevada correspondencia en la relación que se establece entre las líneas estratégicas propuestas para implementar la metodología y las acciones y los procedimientos definidos para su concreción.

Los especialistas ofrecieron ciertas recomendaciones destinadas al mejoramiento de la propuesta, ya que visualizaron como amenazas, que podrían afectar la factibilidad de la metodología la falta de tiempo para instrumentar la propuesta, la necesidad de crear espacios de superación sistemática del colectivo pedagógico, así como la existencia de docentes con bajos niveles de compromiso motivacional para la puesta en práctica de la propuesta.

Estrechar la relación entre lo escolar y lo agrícola es una cuestión establecida como necesidad en el contexto cubano y en ello, como analiza Mitjáns (2013), el fomento de la creatividad resulta esencial para movilizar al adolescente hacia un cambio de actitud, con respecto a lo agrícola y a la naturaleza en general, que se revierta en mayor compromiso hacia su propio desarrollo individual, pero también hacia el mejoramiento del contexto en el que vive.

Es precisamente en ese vínculo con lo agrícola que se hace posible validar los saberes que proporcionan las diferentes asignaturas en la Secundaria Básica, siempre que el colectivo pedagógico sea capaz de propiciar desde el proceso de enseñanza- aprendizaje la unidad de lo cognitivo y lo afectivo, concretado en la generación de espacios que le permitan al adolescente reflexionar sobre todo lo concerniente a lo agrícola, su utilidad, cuidado y belleza.

Ello confirma el rol prioritario que la escuela desempeña, a través del proceso de orientación educativa que despliega, de acuerdo a las necesidades que se identifican en el adolescente y que se constituyen en el punto de partida para abordar sus potencialidades y falencias, con respecto a las demandas ambientales y la urgencia de atender a ellas, cuestión que se corrobora desde lo planteado por Fernández y Sánchez (2020), al señalar que:

  • Tal vez la única vía de salvación de la Tierra, a escala global, sea la educación. Una educación transversal en medio ambiente, paisaje y sostenibilidad que realmente aporte soluciones que huyan del corto plazo y que forme a ciudadanos del presente y del futuro, conscientes de que el planeta y todos sus componentes son limitados. (p. 35)

La propuesta resulta coherente con lo planteado por los autores referidos y su vez, favorece la concreción de los aspectos educativos esenciales asociados al Proyecto de Escuela Secundaria Básica [MINED, 2003], en sus diferentes versiones e igualmente enriquece lo previsto en las Adaptaciones curriculares para el curso escolar 2020-2021, a partir de que propicia la identificación y desarrollo de habilidades y actitudes ambientales en los adolescentes, a partir de un aprendizaje que considera el entorno agrícola. En otro aspecto se coincide con Gasperini (2000, p.2) al concebir que los niños con educación tienen mejores oportunidades de convertirse en agricultores del mañana, lo cual a su vez responde a la política del estado en torno a la formación del recurso humano, al ser un país eminentemente agrícola.

La propuesta encauza a los docentes a un nivel más elevado de auto preparación con respecto al entorno agroecológico, todo lo cual influye en una mayor aplicabilidad del contenido curricular de Secundaria Básica, en la preparación de los estudiantes para la vida, lo que repercute de manera directa en el mejoramiento de la relación con el entorno agroecológico y consecuentemente en su formación integral.

Conclusiones

De manera general, el método didáctico transferencial de integración intradisciplinar de los contenidos biológicos constituye una vía de enseñanza-aprendizaje del contenido La Educación agrícola de los adolescentes constituye un proceso que transversaliza todo el nivel de Secundaria Básica y moviliza los recursos personológicos del adolescente, ello le confiere un importante lugar en el proceso de la formación integral de este estudiante y condiciona la necesidad de un proceso de enseñanza- aprendizaje de carácter desarrollador.

Los resultados aportados por el diagnóstico exploratorio de la Educación ambiental en este nivel educativo, llevan a compartir las insatisfacciones con respecto al rol que desempeña la escuela y particularmente, el colectivo pedagógico para propiciar un aprendizaje creativo que consolide en el adolescente los recursos subjetivos que garantizan que se involucre de manera activa, en el cuidado y conservación del medio ambiente, así como en el ejercicio de prácticas ambientales responsables.

La valoración de los especialistas acerca de la pertinencia y factibilidad de la concepción pedagógica, así como de las líneas estratégicas que direccionan la concepción e implementación de la metodología que se proponen permite reconocer que ambas, en sus fundamentos y estructura, garantizan el nivel de preparación que requieren los docentes de Secundaria Básica para propiciar la educación agrícola del adolescente de este nivel educativo.

Referencias bibliográficas

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Recibido: 25 de Marzo de 2022; Aprobado: 12 de Julio de 2022

*Autor para la correspondencia: mayito82@nauta.cu

Los autores no declaran conflictos de intereses.

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