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EduSol

versión On-line ISSN 1729-8091

EduSol vol.24 no.86 Guantánamo ene.-mar. 2024  Epub 30-Ene-2024

 

Artículo original

Las conmemoraciones patrióticas en la escuela primaria pública santiaguera: una mirada entre1899 a 1920.

0000-0001-9669-0660Daineris Mancebo Céspedes1  *  , 0000-0002-9653-3877Israel Escalona Chádez1 

1Universidad de Oriente. Cuba

RESUMEN

Estimular los estudios relacionados con procesos históricos dentro de la denominada historia de la educación ha sido abordado en los últimos tiempos por la historiografía nacional y regional. El artículo que se presenta es el resultado de un proceso investigativo de corte histórico pedagógico en el que se emplearon métodos y técnicas de estas ciencias. El objetivo del mismo radica en mostrar cómo se comportó el proceso de las conmemoraciones escolares en la escuela primaria pública de la ciudad de Santiago de Cuba en el contexto histórico entre 1899 a 1920 y que favorezca los estudios de la historiografía sobre la historia de la educación en la localidad.

Palabras-clave: Conmemoraciones patrióticas; Escuela primaria pública; Santiago de Cuba; Contexto histórico pedagógico

Introducción

La historia de la educación en Cuba no ha estado al margen de las influencias de diversas tendencias historiográficas desde los inicios del siglo XX. Tampoco le ha sido ajeno el debate por definirla como una discplina dentro de las Ciencias de la Educación, o como señala Zambrano (2006, p.594) constituye una corriente historiográfica dirigida al estudio de una rama del saber y la cultura en su interacción con el tejido social desde variadas perspectivas y confluencias. Esta disciplina permite comprender la evolución, los procesos de cambio, las etapas, el pasado, los movimientos educativos, y hacer un balance más real y completo sobre la situación y el estado de la educación, así lo define Hernández Castillo (1999, p.51).

Aun cuando se ha avanzado en los últimos años en los estudios sobre historia de la educación en Cuba, de manera general son tratados aspectos generalizadores y sobre todo desde una perspectiva que no abarca el fenómeno en el contexto de la República burguesa cubana. Y dentro de estos poco se ha abordado sobre el comportamiento de las conmemoraciones patrióticas en la escuela primaria pública.

Un aspecto esencial para el futuro estado nacional que podría afianzar desde la escuela pública los métodos y vías para la formación de un ciudadano con una plena identificación con los intereses del poder oficial, marcado también, en el orden ideológico por un arraigado nacionalismo; cuya base fundamental se sustenta en el legado independentista, con sus principales representantes y epopeyas. Los nombres de Martí, Maceo, Céspedes serían recurrentes en el devenir cotidiano del educando, desde un esfuerzo del maestro por enaltecer los valores patrios y el compromiso cívico para contribuir con las buenas prácticas al mejoramiento y desarrollo de la nación soberana e independiente. Precisamente en este trabajo se pretende realizar una valoración historiográfica del tratamiento de la formación cívico patriótica en las escuelas públicas elementales de la ciudad de Santiago de Cuba.

Acerca del tema objeto de estudio se han referido algunos investigadores como Cordoví (2012) que analiza el fenómeno desde una visión occidental al igual que Medina (2008). Quintana (2005) es uno de los primeros acercamientos que incursiona en el tratamiento del magisterio público en la ciudad de Santiago de Cuba en lo referido a las conmemoraciones patrióticas.

No obstante, aun con los aportes realizados todavía se puede continuar profundizando en la presente temática a partir de la visión santiaguera. El artículo que se presenta devela aspectos esenciales del tratamiento histórico del proceso de las conmemoraciones en la ciudad de Santiago de Cuba 1899-1920.

Desarrollo

Durante la etapa republicana un factor clave en el proceso de enseñanza aprendizaje en las escuelas primarias públicas elementales fue lo relativo al diseño curricular a partir de la implementación de las asignaturas incluidas en los planes de estudios. Si bien la concepción de la clase fue un aspecto fundamental en la formación de las nuevas generaciones otra de las acciones que sirvieron de complemento en el proceso educativo fue el desarrollo de actividades extracurriculares.

Si se asume este último concepto a partir de los presupuestos teóricos de la contemporaneidad se encuentra relacionado con los calificativos de extra-docente y extraescolar1.Categorías que, en la etapa objeto de estudio, no fueron utilizadas por los que tuvieron la responsabilidad de redactar los cursos de estudios e indicaciones metodológicas que regirían la enseñanza primaria pública. Las indagaciones que se han realizado para la presente investigación nos han conllevado a asumir que en la época la realización de acciones extracurriculares tuvo como definición las “conmemoraciones escolares”.

Desde el punto de vista de las normativas pedagógicas en los planes de estudios desde el primero, el Manual para maestros (1899), en las páginas iniciales se plasmó todo lo referente a la estructuración y funcionamiento de la enseñanza primaria pública elemental, y aunque no se contemplaron estas categorías, quedaron explícitas a través de una de las asignaturas que se impartían en este nivel educativo, Historia de Cuba. Se concibió: “la enseñanza de la historia deberá realizarse a través de excursiones, visitas a lugares históricos y la celebración de las fechas patrióticas”. Estas acciones que por sus propias características pedagógicas y asumiendo la definición actual, se hacen fuera del entorno escolar.

En las secciones que se dedicaron a la Instrucción pública en las publicaciones periódicas en este caso las de Santiago de Cuba, se refiere que lo pertinente a las “conmemoraciones” fueron impuestas por las autoridades educacionales en las convocatorias que se realizaban para homenajear las efemérides como “fiestas escolares”.

Algunos exponentes del magisterio cubano trataron lo relativo a la importancia de las conmemoraciones históricas en la formación cívico- patriótica como alternativa de la enseñanza escolarizada, en estrecho vínculo con la materia de historia.

Cortada (1917, p.585) manifestó “Las fiestas escolares. Como deben de organizarse” donde expuso la significación que tienen: “sirven de medio para exteriorizar ante el público la eficacia de la obra educacional que se realiza en las escuelas públicas”.

Su valoración se basó en su experiencia luego de años observando el desarrollo de estas actividades. Llegó a proponer las siguientes reflexiones para un mejor provecho de las mismas. Para las recitaciones los maestros debían guiarse por el método del maestro Manuel Fernández Valdés en su libro Poesías selectas, texto que se utiliza en las escuelas públicas. Especialmente por las recomendaciones que propone su autor. Y deberán emplearse medios (cantos, poesías, discursos) que realmente se ajusten a la fecha alusiva.

En la ciudad de Santiago de Cuba el primer representante del magisterio público que se refirió a la importancia y pertinencia de las conmemoraciones escolares en la educación primaria fue Miguel Ángel Cano en su obra inicial La enseñanza de la historia en la escuela primaria de 1918. Interesante resultó que el pedagogo en el capítulo que dedicó a los “métodos” se refiriese al conmemorativo de cuya importancia expresó: “consiste en enseñar en los aniversarios de fechas históricas notables, los hechos que recuerdan. Constituye un eficaz procedimiento complementario en la enseñanza de esta materia”, Cano (1918, p.23). Finalmente expuso que su realización en este nivel educativo fomenta y robustece el espíritu nacional.

En fecha tan temprana como la intervención norteamericana, efemérides como el 10 de octubre y el 24 de febrero fueron signadas de manera extraoficial como días de la Patria como fundamento de la conformación de un calendario patriótico nacionalista, así lo refiere la historiadora Iglesias (2003, p.75), donde realiza un minucioso estudio del comportamiento de este fenómeno a nivel nacional, en el cual estas fechas conformaron el proceso de construcción simbólica de la identidad nacional.

En Cuba, en los años de la primera intervención estadounidense, consagrar un calendario patriótico tuvo una doble significación: romper con un pasado colonial hispano y desafiar a las nuevas autoridades imperiales, actitud que sería representada como iniciativa de los elementos populares conjugada con la posición controvertida de una élite nacionalista.

La autora pone algunos ejemplos que en la Isla demostraron los inicios del desarrollo de esos festejos. En el caso de la ciudad de Santiago de Cuba refiere que en octubre de 1898, cuando la plaza estaba ocupada militarmente por el ejército norteamericano, se intentó organizar la conmemoración del alzamiento de La Demajagua, proyecto que aunque tuvo la negativa de las autoridades militares, se materializó el día 10, cuando miles de santiagueros asistieron pese a la negativa oficial, en una peregrinación a la tumba de Carlos Manuel de Céspedes en el cementerio Santa Ifigenia, en lo que probablemente fuese el primer tributo público masivo a un mártir independentista.

Otra manifestación primaria de conmemoración fue el 10 de octubre perteneciente al año 1901, cuando se celebraron varios actos patrióticos en la ciudad, siendo uno de ellos un mitin que tuvo lugar en el Teatro Oriente donde asistieron numerosas personas entre ellos valiosos elementos de la política y la intelectualidad santiaguera, así lo evidenciaron Duharte y Recio (2005, p.26).

Las escuelas primarias públicas elementales también se insertarían en homenajear las fechas del calendario patriótico devenidas del imaginario independentista del siglo XIX. Y es que materializar en la mente de los niños el pasado era clave para incitar el amor a la patria y cumplir con el deber ciudadano de trabajar por el porvenir de la nación, misión de la escuela pública cubana cuyo compromiso asumieron una gran parte de los educadores. Entre los fines educativos del maestro no sólo estuvo el referente de la clase, sino que actuaría en su complemento el desarrollo de las conmemoraciones que formaron parte de un concepto más amplio definido como “ámbito extracurricular”.

Acudir a la celebración del calendario revolucionario fue, en fecha tan temprana como la ocupación norteamericana, una forma de arraigo y trasmisión de valores patrióticos en los niños, ya que los actos de recordación y homenaje de figuras relevantes de la Historia de Cuba y de los hechos históricos más importantes en que participaron, fue una señal de oposición a la postura injerencista de Estados Unidos, y a su vez, una forma de defensa de la cubanía, del sentir nacional.

Fue recurrente que la mayor parte de los eventos y festejos que las escuelas desplegaron se celebraran en días lectivos, lo cual aseguraba la asistencia de los niños a dichos actos, y por consiguiente los centros escolares pudieron ejercer una acción más directa e intensa, tanto desde el punto de vista educativo como en la formación cívica del escolar. Cuza (1955, p.19).

Los escenarios por excelencia que fueron centro de los homenajes de las fechas y de recordación de personalidades notables de la gesta emancipadora fueron plazas, parques, calles, hasta el cementerio, este último se convirtió en un lugar recurrente por las escuelas de Santiago de Cuba, donde niños y niñas llevaban coronas y ramilletes de flores para colocarlos en las sepulturas de los héroes. Fueron motivo de recordación los natalicios y fallecimiento de los mártires, por ejemplo, la figura de José Martí fue una de las más veneradas. Así como los hechos notables de la gesta emancipadora, 10 de octubre, 24 de febrero, 19 de mayo, 28 de enero, 27 de noviembre, 7 de diciembre, 20 de mayo.

Los homenajes que tuvieron lugar en el cementerio general, asumieron un matiz especial para sus ciudadanos, por cuanto en el camposanto descansaban los restos de algunos de los próceres más notables de la gesta independentista, lo cual se presume aportó una connotación más emotiva a estas actividades.

Al hacer un balance del comportamiento de las conmemoraciones en Santiago de Cuba se pudo revelar que se manifestaron regularidades en su realización durante la etapa objeto de estudio. En primer lugar, su desarrollo tuvo dos vertientes:

  1. Su conformación a partir de un programa que establecía la Junta de Educación del municipio días previos a realizarse el acto de recordación, el cual tenía que ser ejecutado por todas las escuelas primarias públicas elementales. Era publicado en las secciones educativas de las principales publicaciones locales de la época.

  2. Las iniciativas que adoptaron maestros y directivos de los recintos escolares para conmemorar las efemérides.

La revisión de las fuentes hemerográficas nos ha permitido validar que la gran mayoría de las escuelas primarias públicas elementales acudieron a la celebración de estos eventos de carácter patriótico, no obstante existen casi siempre en estos procesos quienes sobresalen dentro de la totalidad, por ejemplo hubo planteles escolares que se convirtieron en vanguardia en este tipo de festejos debido a la presencia de maestros y directivos más comprometidos con la labor educativa de fomentar desde las primeras edades del individuo los valores nacionales. En ese caso se encuentran la escuela que dirigió Caridad Lacoste Arnau, María Caro y Más, Leocadia Araujo, José Ramón Villalón, Mercedes Álvarez de Rodón.

Es interesante que entre 1899 a 1920 periodo histórico marcado por dos ocupaciones militares y la presencia de gobiernos de turno que las escuelas primarias públicas elementales de la ciudad santiaguera efectuaron sin ninguna variación sus conmemoraciones escolares a partir de lo dispuesto por las autoridades del ramo. A partir de lo investigado de manera ininterrumpida se celebraron estos actos por los planteles educativos, cuya significación revistió una mayor fuerza al celebrase un aniversario cerrado. Por consiguiente, los ejemplos que a continuación se analizan forman parte de una representación de la etapa del desarrollo del proceso.

Una de las primeras manifestaciones de conmemoración fue la caída en combate de José Martí, el 19 de mayo. En fecha tan temprana como 1899 en la ciudad hubo expresiones de su homenaje. En este sentido las mujeres santiagueras asumieron un protagonismo esencial que se mantuvo durante todo el contexto de la República burguesa, que fue perpetuar el legado de uno de los hombres más trascendentes de la historia patria.

En febrero de 1899 surgió la Sociedad Admiradoras de Martí, “cuya misión fue mantener una rosa y una bandera en la tumba del Apóstol. También instituyó un colegio de donde salieron las primeras maestras santiagueras”.Sóñora (2003, p.204). Esta corporación también tuvo como papel significativo que protagonizaron los actos patrióticos en la ciudad durante la primera década, en especial las del 19 de mayo de donde partieron desde la Plaza Crombet con elementos políticos y civiles del territorio, y una representación de las escuelas hacia el Cementerio a rendir tributo al patriota. Representó una primera declaración de patriotismo en un contexto histórico de ocupación de las tropas estadounidenses, convocar el legado del Apóstol fue una señal de preservación de la soberanía cubana.

Se debe significar que aunque todas las integrantes de la mencionada sociedad no pertenecían al magisterio, sí hubo muestras de su representación, razón por la cual se asume la continuidad de la misma por las maestras del colegio Spencer, que mantuvieron la tradición con la creación de la Comisión Pro Martí, y contribuyeron a inculcara sus alumnas a través del cuidado del sitio fúnebre donde reposaban los restos del Apóstol y la conmemoración del natalicio y la muerte del Maestro una muestra de patriotismo.

Como se ha expresado previamente el sentir patriótico que tenían la realización de estas celebraciones revistió para Santiago de Cuba un papel particular, no sólo por los vestigios patrimoniales presente en su suelo, sino por haber acontecido hechos significativos de la gesta emancipadora en la entonces provincia de Oriente, que incidió en una profunda vocación de cubanía de muchos de sus hijos.

Al respecto el periodista santiaguero Enrique Hernández Miyares, quien residió en la Habana hasta su muerte en 1914 refirió en una visita que realizó a su tierra natal en 1904,

En ninguna parte de la isla, se mantiene como en Santiago de Cuba el vivo entusiasmo revolucionario. El entierro de un héroe acumula en las calles tal gentío, que se hace imposible caminar. La enorme fila avanza imponente y respetuosa y no para hasta el cementerio, y no abandona el sagrado sitio sin visitar las tumbas de Carlos Manuel de Céspedes y de Martí, y el Monumento de los Mártires de la Independencia. Duharte y Recio (2005, p.46).

En la valoración del intelectual quedó plasmado quizás un criterio que pudieron tener muchos otros coterráneos de la época, y que quizás pudo también haber influido en la postura de muchos maestros santiagueros que se desempeñaron en la escuela primaria pública que tributaron desde la realización de estos actos a fomentar el patriotismo a sus pupilos.

Una de las fechas motivo de recordación fue el 7 de diciembre, efeméride donde se le rindió tributo a todos los caídos durante la gesta emancipadora. La que correspondió al año de 1911 fue recordada por las escuelas públicas en el Cementerio de la ciudad Ram de O (1911, p.11), a la cual acudieron niños y maestros, y como muestras de tributo se cantaron himnos alegóricos, se recitaron poesías, y posteriormente una representación de los centros se dirigió a la Delegación de Veteranos para ofrecer su tributo a los miembros de esta asociación.

La efeméride del 7 de diciembre, no sólo estuvo vinculada con la muerte del Titán de Bronce, sino que fue señalada por el Congreso para conmemorar la caída de todos aquellos que cayeron defendiendo la independencia.

Se debe destacar es que en algunas ocasiones a la convocatoria de estos eventos de carácter histórico se sumaron algunos colegios privados, quienes acompañaron a las escuelas públicas. Esto se puede notar en la celebración del 24 de febrero de 1912, la Comisión de festejos del Centro de Veteranos manifestó con suma alegría, que, en honor a la gloriosa efeméride, los centros escolares públicos y el privado Juan Bautista Sagarra desplegarían en un solo acto la realización del aniversario. Los niños de este último, escoltaron a los alumnos de las escuelas públicas en franca prueba de solidaridad patriótica y escolar. Poveda (2015, p.22).

Fue habitual que maestros y autoridades escolares ofrecieran sus valoraciones en la prensa sobre el desarrollo de estas actividades. El educador Manuel Portuondo Silveira a propósito del festejo del 24 de febrero lo catalogó como un día de alegría y entusiasmo, por cuanto el magisterio público en compañía de sus alumnos organizó una fiesta que fue fiel exponente del sentimiento patriótico porque sustentó en los infantes el respeto a los héroes del pasado. En sus palabras finales el pedagogo hizo énfasis en que cuando ellos llegasen a su mayor edad, no debían olvidar que fueron sus maestros quienes les inculcaron el amor a la patria. (1912, p.2).

Una de las fechas de mayor arraigo por los recintos escolares de la ciudad fue el 19 de mayo y 28 de enero, vinculadas con la personalidad de José Martí. Su importancia no solo se derivó de la significación histórica de la figura sino la connotación que tuvo para Santiago de Cuba, que los restos fúnebres descansaran en el sitio sagrado de Santa Ifigenia. Precisamente una de las escuelas primarias que acometió la tarea de gran carga patriótica de cuidado y embellecimiento del lugar sagrado, fue el colegio para niñas Spencer, cuyas maestras por iniciativa propia asumieron la tarea. Para acometer el proyecto crearon la Comisión Pro Martí que desde 1912 no solo materializó dicho propósito, sino que fue uno de los centros abanderados en las conmemoraciones de las fechas vinculadas con el Apóstol.

La conmemoración del 19 de mayo de 1914 tuvo lugar a pesar de las inclemencias del tiempo dado lo lluvioso del día. No obstante, como ya era costumbre se llevó a cabo el tributo al Apóstol. El cual siempre comenzaba con la entonación de las notas del Himno Nacional. Un momento de gran sentir patriótico lo constituyó la recitación de composiciones poéticas alusivas al acto, por varias alumnas del colegio Spencer. Este evento culminaba por lo general, con la entonación de las notas del Himno “A Martí”, que compuso para distinguir no sólo la efeméride, sino el quehacer de la Comisión.

A partir de ese momento las maestras de la escuela pública Spencer conmemoraron curso tras curso la muerte del Apóstol. Y aunque en los programas se apreciaba la intervención de personalidades intelectuales o políticas, autoridades escolares, el protagonismo siempre fue asumido por las alumnas de ese centro docente. Quienes al amparo de sus maestras supieron imprimirle un sello de amor a la patria, y en especial a la figura de José Martí, cada vez que recitaba o cantaban el himno alegórico a la celebración, así como cuando al final cubrían la tumba con flores, cuyo cuidado y embellecimiento fue una práctica constante de su labor.

En el conjunto de las efemérides y personalidades que se le rindieron tributo, tuvo como matiz no sólo la proyección ideológica sino su significación en el contexto histórico republicano. Dígase esto pues las de mayor connotación como, 10 de octubre, 27 de noviembre, 24 de febrero, 19 de mayo, 28 de enero, 7 de diciembre, 20 de mayo2.

En el caso de la última, su celebración no fue resultado del proceso emancipador, sino que se implementa como expresión de una tendencia que en los finales de la ocupación norteamericana se estipuló como día de fiesta nacional, equiparándose en significación con fechas como el 10 de octubre y el 24 de febrero. Su elección constituyó un empeño por crear un nuevo fundacional, por ello se impuso un aniversario igualmente desconocido y virgen en el imaginario social.

Como estudiase la historiadora Ana Cairo Ballester en su obra 20 de mayo ¿fecha gloriosa? se aspiraba a que la fiesta nacional del 20 de mayo crease en la mentalidad del cubano una tradición similar al diseño del 4 de julio en los Estados Unidos, un propósito de incentivar la búsqueda de un imaginario nuevo de ruptura con el pasado colonial y de incorporar una fecha que reflejase la herencia del modelo estadounidense. Cairo (2019, p.58).

Fue en esa concepción que se insertarían las escuelas primarias públicas elementales de la nación en relación a la celebración de la fecha. Aspecto importante fue que desde su consumación estuvo en estrecho vínculo con la figura de Estrada Palma, primer presidente de la República. Y que para la ciudad de Santiago de Cuba tendría un tratamiento especial.Después de su salida del gobierno en 1906, Estrada Palma tuvo un grupo de seguidores con un bastión importante en la capital oriental, varios políticos de la localidad tuvieron nexos con el primer presidente de la república, entre ellos el también periodista Mariano Corona, Federico Pérez Carbó y Antonio Bravo Correoso. El núcleo santiaguero acogió y apoyó la estancia del maestro de Central Valley en la ciudad, así como las iniciativas por perpetuar su memoria después de su muerte. Morales (2008, p.50).

Los estudios precedentes sobre la celebración de la fecha nos permitió llegar a la valoración que no se registra ningún planteamiento que cuestione ominimize la conmemoración del 20 de mayo, a partir de la apreciación de intelectuales, autoridades escolares y representantes destacados del magisterio santiaguero. La veneración a la efeméride y su relación con el primer gobernante quedó en el imaginario de la ciudad y en la recordación de los niños.

Un ejemplo que ilustra la iniciativa que desarrolló la Junta de Educación de la ciudad fue la correspondiente a 1912. Se acordó que las escuelas del distrito realizaran desde la clase lecciones de Historia patria y de Instrucción Moral y Cívica en las cuales estaría presente la importancia de la fecha del 20 de mayo. Y en un segundo momento se efectuarían actividades extra-docentes como la recitación por parte de los niños de aquellas composiciones poéticas vinculadas a la fecha, cuyo propósito sería incentivar el patriotismo a los ciudadanos del mañana.

Con motivo de realizarse el proyecto de erigirle en territorio santiaguero una estatua a Estrada Palma se desarrollaron un grupo de acciones en la ciudad con motivo de recoger dinero para el fondo de dicho destino. Una de esas expresiones lo constituyó la velada que se realizó en el teatro Heredia el 23 de febrero de 1914, donde acudieron algunos representantes del magisterio público local con varios de sus alumnos. Uno de los momentos más significativos fueron las palabras de la niña Emilia Balcells, alumna de la escuela pública que dirigía una de las maestras más destacadas de esos años, Caridad Lacoste. Expresó en su discurso:

Creo que la infancia tiene un privilegio indiscutible para tomar parte en este homenaje, por cuanto se rinde a la memoria de aquel educador paternal, de aquel venerable guía de niños y adolescentes que, en su retiro de Central Valley, levantó y sostuvo durante muchos años una escuela, para enseñar las verdades de la ciencia y las virtudes del patriotismo y de fraternidad humana. (…) fue hombre de fibra sana e incorruptible, de sencillez y afabilidad patriarcales, de fervorosa devoción a su patria, a la justicia y a todos los grandes ideales de la humanidad. (…) ¡Desagraviemos todos al mártir y contribuyamos esta noche a perpetuar en un gran monumento el recuerdo de Estrada Palma!Ram de O (1914, p.2).

Una de las celebraciones más significativas relacionadas con otra de las fechas del calendario patriótico fue el 10 de octubre, en este sentir resultó la conmemoración del centenario del natalicio de Carlos Manuel de Céspedes. Para llevar a efecto el homenaje, se aprobó en la ciudad de Bayamo el programa el día 6 de abril de 1919. Los actos cívicos patrióticos se llevaron a cabo desde el 18 hasta el 19. El magisterio público de la ciudad se Santiago de Cuba tomó parte activa en la conmemoración. Con tal motivo el primer día a partir de las 10 de la mañana, los centros escolares en conjunto con autoridades del sector y parte del pueblo, realizaron una peregrinación al Cementerio General con el objetivo de depositar ofrendas florales en la tumba del mártir de San Lorenzo. En representación de las escuelas primarias públicas que asistieron a la jornada los colegios no.4 y 16 “Saco” y “Padre de la Patria” respectivamente, entonaron las notas del “Himno a Céspedes” letra de Navarro Riera, así como se pronunciaron diversos discursos y se recitaron varias poesías en alegoría a la fecha.

Posteriormente en sesión vespertina, los niños en compañía de sus maestros se desplazaron hacia la estatua de la libertad en el Campo de Marte donde tuvo lugar un acto alegórico a la fecha. El cierre de las actividades de ese día se desarrolló en el Cuartel Mocada donde una selección de alumnos hizo entrega al Ejército de Cuba en nombre de la niñez de un ejemplar de la bandera nacional. Las actividades que tuvieron lugar en la ciudad fueron objeto de felicitación por el entonces Secretario de Instrucción Pública y Bellas Artes, Francisco Domínguez Roldán.

Un suceso notable como parte del programa fue la excursión que realizaron las escuelas públicas de Santiago de Cuba a las ciudades de Bayamo y Manzanillo, iniciativa que surgió de la reconocida Asociación de Reporters. Poveda (2015, p.140) La misma se efectuó por vía ferroviaria. Una particular de este hecho fue el predominio del magisterio femenino en la actividad, al respecto una de sus integrantes, la maestra Amelia Casado de Carbonell ofreció las siguientes impresiones sobre el viaje: “Mi estancia en la ciudad de Bayamo fue agradable, nos rodearon de atenciones y de afectos. Ante la llegada una comitiva nos esperaba y nos dirigimos al Parque Central de donde partiríamos hacia La Demajagua sitio donde se celebrarían brillantes fiestas recordando al ilustre patriota”. (Casado de Carbonell, 1919, p.2).

Trascendió tanto el centenario del natalicio de Carlos Manuel de Céspedes en el país, que la máxima autoridad de Instrucción Pública publicó una comunicación en la cual expuso que se proponía acusar como antipatriotas a todos los maestros que sin motivo justificado no concurrieron a las fiestas que se convocaron. El entonces Secretario refirió que constituía un deber de patriotismo asistir a los citados eventos. Y para estimular al sector educacional demandó una relación de aquellos maestros que dieron su participación para tenérselo en cuenta en su hoja de servicios.

El dictamen anterior no fue más que una muestra de lo importante que resultó para autoridades del gremio y para figuras del sector magisterial de acudir a estas celebraciones como una vía eficaz para inculcar el recuerdo entre los infantes del glorioso pasado. Para el magisterio público no debía pasar desapercibida las fechas memorables de la historia nacional. Todo cuanto se hacía por difundir la cultura cívica y arraigar en el espíritu de las nuevas generaciones las remembranzas patrias, debía ser asumido con responsabilidad por los educadores.

Conclusiones

El comportamiento de las conmemoraciones en la escuela primaria pública de la ciudad de Santiago de Cuba tuvo una regularidad nacional. No obstante, nuestra localidad devino en museo natural que imprimió un sello distintivo a este tipo de celebraciones durante las dos primeras décadas republicanas. En este decursar histórico sobresalieron algunas maestras y maestros del entorno local que contribuyeron a transmitir valores patrióticos a partir de la evocación de las efemérides del calendario nacional.

Aun cuando fueron varias las fechas signadas por las autoridades escolares para que fuesen celebradas por las escuelas primarias públicas, no todas tuvieron la misma apreciación y protagonismo por quienes tuvieron la responsabilidad de su recordación.

Se considera necesario continuar aportando y profundizando en otros periodos históricos de la localidad donde las conmemoraciones patrióticas realizadas por la escuela pública tuvieron a partir de determinadas coyunturas, regularidad es en cuanto a su tratamiento y expresiones tanto para alumnos y maestros. Se recomienda un estudio más pormenorizado de las fechas del calendario patriótico cubano a partir de su interpretación en los diferentes contextos históricos.

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Recibido: 12 de Septiembre de 2023; Revisado: 05 de Octubre de 2023; Aprobado: 04 de Diciembre de 2023

*Autor para la correspondencia:daineris@uo.edu.cu

Los autores declaran que no existen conflictos de intereses.

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