Introducción
En los marcos de la formación humana y su desarrollo cultural, la educación resulta imprescindible. Ella constituye el medio por excelencia a través del cual se cultivan niñas y niños, mujeres y hombres y se preparan para la vida en la sociedad. El desarrollo de la pedagogía cubana encuentra un momento cúspide en el siglo XIX. Se destacan como padres fundadores: José Agustín Caballero, Félix Varela, José de la Luz y Caballero y José Martí; estos pensadores construyeron toda una obra pedagógica y desde el aula desarrollaron el pensamiento filosófico-humanista que se gesta desde Cuba, como parte de todo un proceso universal.
Núñez (2005), al interpretar sobre el humanismo de Martí, manifiesta:
«Martí no solo evoca y predica la necesidad de sembrar y cultivar humanidad en el hombre para que nazca, eche raíces y se multiplique, sino además funda una cultura de los valores, imprescindibles para la convivencia social y para el propio despliegue de las energías creadoras que el hombre lleva en sí, y desarrolla en función de la sociedad». (p.112)
Refiere, el autor citado, que Martí sintetiza con su pensamiento filosófico-humanista el siglo XIX cubano, «…siglo XIX, caracterizado por la gran tradición humanística». (p.50)
El propio Núñez (2005), demuestra el papel de Martí como el más grande de la segunda mitad del siglo XIX cubano, al sintetizar con su pensamiento la creación que se desarrolla desde Cuba, pero es vital en Martí su aporte con relación a los valores en la formación de un hombre bueno.
Todos los pedagogos cubanos del siglo XX y XXI, han sentido necesidad de retomar electivamente del pensamiento de nuestros padres fundadores. La pedagogía ha estado muy vinculada con el proceso de desarrollo del pensamiento filosófico-humanista que se desarrolla desde Cuba y que encuentra su punto de partida en el siglo XIX.
José Caridad Cantón Navarro (1925-2008) doctor en Ciencias Históricas, maestro, filósofo, impartió varias disciplinas de las Ciencias Sociales durante su vida y desempeñó diferentes responsabilidades políticas. Tiene una amplia y rica producción científica, antes de 1959 sobresalen los siguientes trabajos: El éxodo rural en Cuba: Pinar del Río; La coeducación en la escuela moderna, Experiencias del maestro en el aula; Después de 1959, Cantón escribe: El problema agrario en Cuba; Cómo el marxismo-leninismo cambió la filosofía del movimiento obrero cubano; Cuba: el desafío del yugo y la estrella, este último libro, constituye una síntesis de la Historia de Cuba, uno de los textos más utilizados para el aprendizaje de la Historia de Cuba.
«Toda la amplia y rica producción científica de Cantón Navarro, está ligada a la eliminación de todas las barreras que impiden el desarrollo multifacético de mujeres y hombres». (Batlle, 2018)
La actividad espiritual y material de Cantón está ligada a la libertad individual y universal de mujeres y hombres, con total fe en el mejoramiento humano, apreció y defendió que este es el objetivo básico de la política educacional de la revolución: formar a las nuevas generaciones en los más elevados principios éticos y fomentar en la sociedad la escala de valores en que se conjugan la ética martiana y la moral comunista.
No aceptó la comodidad, se enroló en la Revolución, asumió la educación como una necesidad e hizo suyo el pensamiento de uno de los padres fundadores, José de la Luz y Caballero (1950), cuando expresó: «yo no hago libros, hijo, porque nos hace falta el tiempo ahora para hacer hombres». Materializar este pensamiento de Luz, inmortalizó a Cantón, convirtiéndose en maestro al dejar profundas huellas en sus discípulos que hoy, mañana y siempre lo llamarán maestro. Precisamente el objetivo de esta investigación es: abordar la pedagogía como dimensión del pensamiento filosófico-humanista del maestro Cantón Navarro.
A juicio de Fernández, (2014), «(…) es positivo incursionar en la obra de Cantón (…) es un tema muy bien pensado, Cantón ha desarrollado todo un pensamiento filosófico-humanista (…)». (p.1)
Las reflexiones que se pretenden compartir en este artículo, son válidas no sólo para Cuba, sino también para los países latinoamericanos y el resto del mundo; sería difícil hablar de desarrollo del pensamiento filosófico-humanista sin hablar de pedagogía por lo que una gran cuota de responsabilidad de las maestras y maestros es desarrollar en cada educando el amor y respeto por sus semejantes, como parte importante de una sociedad desalienada. El pensamiento y la acción de Cantón es un ejemplo para las presentes y futuras generaciones en sus proyecciones por el logro de una sociedad humana, en la que se permita el desarrollo pleno de mujeres y hombres.
Se ha utilizado los siguientes métodos del nivel teórico:
Método documental y trabajo directo con las fuentes originales.
Método histórico lógico para la comprensión de la evolución del objeto de estudio.
Método inductivo y deductivo para establecer las generalizaciones teóricas.
Método de análisis y síntesis de la información obtenida con el propósito de establecer los condicionamientos socioculturales y conformar el pensamiento humanista de José Cantón Navarro.
Método de comparación, generalización y analogía, a fin de establecer relaciones entre las diferentes posturas filosóficas que influyen en el pensamiento de José Cantón Navarro.
Métodos del nivel empírico:
Se asume como fundamento de la investigación el método dialéctico materialista, que completa la labor antes señalada y permite esclarecer factores que intervienen en el proceso de producción de sus dimensiones resultantes, y sobre todo advertir la conexión divergente y dinámica entre las concepciones encontradas y el contexto en los que se desenvolvió, tanto en su recepción educativa-cultural, como en la producción espiritual y práctica que le resulta similar.
Desarrollo
José Caridad Cantón Navarro nació el 18 de julio de 1925 en Pinar del Río municipio San Juan y Martínez en la finca «Saavedra» en el seno de una familia campesina, pasó su infancia hasta los 12 años en la finca «La Junta» del municipio San Luis, en la misma provincia; desde esta ayuda a recaudar fondos y todo tipo de objetos para la República Española. La familia Cantón Navarro se dedicaba a cultivar el tabaco lo que, le permitió a Cantón dominar todas las labores agrícolas de este cultivo, labores que simultaneaba con sus estudios primarios. Desde niño lee sistemáticamente en sus lecturas. De las cuales prioriza la obra de Martí.
En 1937, su familia fue obligada a abandonar la finca ya que su padre militaba en el Partido Revolucionario Cubano (auténtico), por lo que se niega a dar su voto electoral para un corrupto de la época, siendo esta la causa fundamental del desalojo. Se trasladan a la ciudad de Pinar del Río y en 1938 ingresa en la organización de los jóvenes comunistas, dándosele la tarea de dirigir la Juventud Revolucionaria Cubana en Pinar del Río. Cantón siguió sus estudios ingresando en la Escuela Normal de Pinar del Río en 1940, para sobrevivir se ve obligado a trabajar en varios oficios simultaneando sus estudios, su trabajo y su actividad revolucionaria lo que le permite graduarse como maestro en 1944.
En el año 1942, siendo estudiante de la Escuela Normal con solo 16 años de edad, logra publicar dos artículos en la prensa pinareña. Es incuestionable la presencia del pensamiento martiano en Cantón, la esencia patriótico-antimperialista-humanista y pedagógica martiana es retomada y aplicada creadoramente en las nuevas condiciones históricas concretas de la Cuba republicana y neocolonial. Así destaca Cantón el papel de las nuevas generaciones, de los jóvenes en sus luchas contra las injusticias protagonizadas por el imperialismo internacional en cualquiera de sus versiones.
En el artículo periodístico de Cantón (1942) se aprecian argumentos relacionados con las políticas alienantes relacionadas con la juventud, descuella el análisis sobre la juventud y la pérdida de la patria potestad de la familia, la manipulación del pensamiento fascista en función de utilizar todo un pueblo en función de la guerra. «Hitler con su política destruye moralmente toda una generación». Cantón, escribe estas letras siendo un joven de 16 años, a pesar de su corta edad ya hay un pensamiento humanista muy martiano, que es vital en la formación humanista de los jóvenes. La familia juega el rol principal, demuestra su odio por el fascismo y la necesidad de desaparecer ese régimen de alienación, Cantón hace además, un llamado a la formación integral de las nuevas generaciones para que puedan combatir estos regímenes de terror e injusticias.
Su esfuerzo personal le permitió graduarse como maestro en 1944. Con relación a su graduación como maestro, Batlle (2018) amigo y biógrafo de Cantón ha planteado: «Su eterna gratitud a tan importante institución docente y a sus maestros, que lo han formado en su gran ilusión, su querida Normal». (p.54)
Cantón, dedica un poema salido de lo más profundo de sus sentimientos. Lo titula:
UN PEDAZO DE VIDA
(Despedida de la Escuela Normal)
«Viejo caserón clavado
en la entraña de la tierra:
tú sigues forjando almas,
tú sigues trazando metas,
sigues cubriendo horizontes
de maestros y maestras,
que en el timón de tu vida
y a lo largo de tu senda,
tienes grandes guiadores
llenos de hermosas ideas,
que han sido padres y madres
con honor y con firmeza,
que han sabido comprender
todas las maldades nuestras,
travesuras de estudiantes,
locuras de adolescencia,
con la comprensión de padres,
con esa bondad inmensa
que a veces no comprendemos
y es seguro que por ella
nuestro corazón de jóvenes
los admira y los respeta.
Se está en presencia de un canto al humanismo que viene cultivando Cantón Navarro. Sobresalen ideas como forjando almas, hermosas ideas, bondad inmensa, corazón de jóvenes los admira y los respeta. La poesía de Cantón permite desarrollar su pensamiento pedagógico que tributa al desarrollo del pensamiento filosófico-humanista. (Guadarrama, 2004)
«Tuve el logro, diría mucho tiempo después- de contar con grandes maestros desde la escuela primaria, hasta los estudios superiores. A todos les guardo un respeto y cariño muy grandes.» (Cantón, 2001)
Ante una pregunta relacionada por qué había estudiado magisterio Cantón (1982) plantea: «… por vocación, por tradición familiar y por necesidad económica…». (p1.) Con estas palabras de Cantón queda demostrada su vocación por la pedagogía, motivación que lo lleva a cultivar una gran obra que enriquece su pensamiento filosófico humanista.
Con la graduación de Cantón como maestro la situación económica de la familia mejora, inicia el joven maestro un periplo por varias escuelas del occidente cubano, donde ejerce como maestro, en cada escuela donde trabaja se gana la plaza por ejercicios de oposición; la escuela le permite a Cantón inculcar a sus discípulos los valores humanistas que lo caracterizan. El pensamiento filosófico- humanista que viene desarrollando Cantón encuentra en el aula un espacio natural para su socialización.
El propio Cantón (2001), plantea: «Tenía 20 años cuando gané la pla za en un examen de oposición y fui a enseñar a una escuela de Jagüey Grande, cerca de la Ciénaga de Zapata». (p.34)
Por su condición de hijo de campesinos, por haber sido formado desde el campo cubano, prefiere iniciar su trabajo como maestro, desde una escuela rural, la No 6, en un barrio inaccesible de Jagüey Grande, en el barrio Gallardo, en la finca «Casimba Alta». Al iniciarse en su primera escuela, la alegría es inmensa. Desde su primer curso escolar comienza a escribir su libreta de versos y adivinanzas para el trabajo de formación humanista de las niñas y los niños. Entre sus primeros escritos, con fines educativos, sobresale: Escuelita de mi amor, para ser cantada con fondo musical por las niñas y los niños, promoviendo en ellos el amor por la escuela y el nuevo saber:
«Escuelita de mi amor
Faro de la juventud,
escuelita de mi amor
por tus aulas va el saber
en alas de la ilusión
escuelita de mi amor.
En mis noches de inquietud
eres relumbrante sol;
nuestros pasos con su luz
alumbrando marchas tú
escuelita de mi amor.
Escuelita…
Escuelita…
¡Brille el faro!, ¡brille el faro!
de tu hermoso resplandor,
que tu sol resplandeciente
ilumine nuestras frentes
escuelita de mi amor.» (Cantón 1945)
Esta poesía es escrita en 1945, como parte de las poesías elaboradas por Cantón, para el desarrollo en sus alumnos del valor relacionado con el humanismo.
A criterio Batlle, (2018), «…esta es una etapa en que Cantón da continuidad a su fecunda labor pedagógica de amor y compromiso, con su modo exigente y respetuoso de ser y su carácter noble y bondadoso, que estimula la confianza y el interés de sus alumnos por el saber.
De ello dan cuenta algunos de sus alumnos en sus memorias de «El maestro Cantón»: «El Maestro Cantón me dio clases en segundo y sexto grados… Quedaron grabados en mi etapa de la Escuela «Gabino Labrador» los versos Martianos, así como algunas poesías del maestro Cantón, recitados en la voz incendiaria de Ramón Sánchez…
Nosotros no sabíamos nada de la situación política, quizás algunos hechos nos daban un atisbo… Más tarde comprendí por qué el Maestro Cantón tenía una persiana de su área en el aula ligeramente entornada y por aquella especie de visillo, mientras nosotros resolvíamos algún problema aritmético, observaba furtivamente hacia el cuartel que estaba a escasos metros de allí (...) Otros maestros que tuvimos basaban su relación en la intimidación o el miedo físico… (En Cantón) el respeto en esa relación maestro- alumno se basaba en su carácter. Incluso, solo con el propósito de romper esa tensión». (Batlle 2018)
En el segundo Taller relacionado con el Pensamiento Revolucionario de Cantón queda evidenciado que los alumnos de Cantón, después de tantos años sienten el agradecimiento del maestro Cantón, ya que en todo momento en el aula y fuera del aula logró cumplir con ciertos postulados que lo hacen maestro de toda la vida, algunos de estos postulados son:
Interesado en los alumnos como personas integrales, como ser humano.
Mantener en todo momento una actitud receptiva hacia nuevas formas y métodos de enseñanza-aprendizaje.
Fomentar el espíritu cooperativo, solidario.
Ser empático.
Rechazar las posturas autoritarias, egocéntricas.
Contribuir al desarrollo de habilidades, conocimientos y valores a partir del ejemplo personal y aprovechando las potencialidades del sistema de conocimientos.
Para Cantón «…la tarea esencial de la educación ha de ser la formación de sus ciudadanos en los más elevados principios ético-morales, los que deben regir de arriba abajo, toda la vida republicana. No se trata de una moral abstracta, ahistórica: debe partir del hombre, estar al servicio del hombre, sobre todo de los humildes, de los oprimidos e injustamente discriminados. Todos los esfuerzos y afanes, la obra creadora de la República, han de preservar la independencia nacional, y además, garantizar la libertad, la justicia, el bienestar, la paz, la felicidad, y la dignidad para los ciudadanos y la nación». (Cantón, 2016)
Para él no hay nada más importante que la concepción del desarrollo de una obra educacional que permita el desarrollo integral de los miembros de la sociedad, la educación garantizará la estabilidad de la nación y su desarrollo vertiginoso.
Con relación a esta idea ha expresado: «Pero no solo hemos hecho nuestras, en teoría, las concepciones educacionales del Apóstol: las hemos materializado también en nuestro sistema nacional de enseñanza. Practicamos la educación integral física y mental, material y moral-; nos guía el principio martiano de la vinculación del estudio con el trabajo. Hemos abolido el escolasticismo, y llevamos la enseñanza laica y científica, como la savia en los árboles, de la raíz al tope de nuestro sistema nacional de educación. Con Martí, pensamos que de la enseñanza directa y científica en la escuela pública ha de salir el hombre nuevo». (Cantón 2008)
El triunfo de la Revolución le sorprende como maestro en San Cristóbal, por su condición de revolucionario participa en la toma del cuartel de los Batistianos en este municipio y contribuye a alfabetizar a miembros del Frente Guerrillero de Pinar del Río.
En 1960 se le da la tarea de dirigir la Escuela de Instrucción Revolucionaria de Pinar del Río, «Orlando Nodarse», desempeñándose además, como maestro de Economía Política, Filosofía e Historia, por su destacada labor es promovido a Vicedirector y maestro de la Escuela de Instrucción Revolucionaria «Raúl Cerero Bonilla», que preparaba estudiantes de la universidad y cuadros de la revolución.
Es promovido nuevamente como Vicedirector y maestro de la Escuela Nacional de cuadros del Partido «Ñico López», muy vinculado con sus tareas como dirigente y maestro se le nombra responsable de redacción de la revista «Cuba Socialista», responsabilidad que desempeñó hasta 1967, durante muchos años asesor del Consejo de la Editorial Política y de la Editorial de Ciencias Sociales, así como de la revista Moncada y Cuba Socialista (segunda etapa), durante varios años, Presidente del Consejo Científico de las siguientes instituciones: Instituto de Historia de Cuba, Escuela Superior del PCC «Ñico López» e Instituto del Movimiento Comunista y de la Revolución Socialista de Cuba. Fundador del Centro de Estudios Martianos; miembro de su Consejo de Dirección primero y después, de su Consejo Asesor. Miembro del Instituto Pedagógico Latinoamericano y de su Cátedra «José Martí». Doctor en Ciencias Históricas, Investigador Titular y Profesor Titular Adjunto de la Universidad de La Habana y la Escuela Superior del Partido.
En el prólogo del libro Cuba bajo el signo de la Segunda Guerra Mundial Cantón descubrió en el magisterio una trinchera de virtuosismo y fecundidad, para preparar a su pueblo en los más excelsos valores.
A partir de la profunda revolución que se inicia en Cuba en la educación Cantón (2016) comprende que «(…) las escuelas han de convertirse en talleres, donde se combine el estudio con el trabajo productivo, los niños y jóvenes han de hacerse agentes de su propia educación, la que dejará ser meramente teórica, libresca, memorística y cuidará de robustecerle el cuerpo al mismo tiempo que el espíritu». (p.57)
Logra publicar una apreciable cantidad de libros, folletos, artículos, ensayos, sobresaliendo antes de 1959: El éxodo rural en Cuba: Pinar del Río. La coeducación en la escuela moderna, Experiencias del maestro en el aula. Después de 1959: El problema agrario en Cuba. Cómo el marxismo-leninismo cambió la fisonomía del movimiento obrero cubano. Cuba: el desafío del yugo y la estrella. Todos estos años de Revolución en el Poder son años en que Cantón se desempeña como maestro y con responsabilidades políticas, caracterizada por una intensa actividad, como su patria misma, no aceptó la comodidad, se enroló en la Revolución, asumió la educación como una necesidad he hizo suyo el pensamiento de los grandes pedagogos que lo antecedieron, lo que lo inmortalizó, convirtiéndose en un excelente maestro al dejar profundas huellas en sus discípulos que hoy, mañana y siempre lo llamarán maestro, muere el 7 de julio de 2008 en La Habana, durante toda su vida mantuvo relaciones con el pueblo que lo vio nacer.
Cantón Navarro: Maestro de toda la vida
Para Núñez, (2018), «(…)preparar al hombre para la vida en las condiciones de Nuestra América, es formar en él una cultura de resistencia, una cultura del ser, capaz de convertir sus ideales en baluarte inexpugnable para la defensa de su identidad.» (p.1)
Toda la actividad espiritual y material de Cantón está ligada a la libertad individual y universal de mujeres y hombres, desde una total fe en el perfeccionamiento humano, como bien él planteaba, apreció y defendió que «(…) este es el objetivo básico de la política educacional de la revolución, formar a las nuevas generaciones en los más elevados principios morales y fomentar en la sociedad la escala de valores en que se conjugan la ética martiana y la moral comunista. La familia, el aula, la tribuna y principalmente la conducta cotidiana de los que cumplen las funciones de educar y dirigir, constituyen vías imprescindibles para lograr los propósitos formadores que nos alientan». (Cantón, 2008)
En tal sentido Pupo (2014) considera que para Cantón «(...) su ocupación central está basada en el hombre, la naturaleza se humaniza y el hombre también, es necesario asumir la realidad del hombre, aprender de estos, dar y compartir, es una exigencia cuando asumimos su pensamiento abriendo nuevos cauces en la subjetividad humana … Cantón amó la vida, eso se lo permitió su felicidad». (p3)
Tal como ha señalado en sus palabras el Pupo, el hombre se encuentra en el centro del pensamiento filosófico humanista de Cantón, para mujeres y hombres trabajó y toda su proyección está en función de la transformación de los seres humanos. El hombre en la medida que transforma el medio, se transforma a sí mismo, transformación que implica un estadio superior en la humanización de mujeres y hombres. Pupo ve además lo trascendente de la felicidad, la felicidad es una conquista vital de la humanización de la sociedad, de su desalienación.
Esos valores formativos, presentes en el magisterio de Martí y Cantón, solo pueden ser asumidos en la conducta de niñas y niños, hombres y mujeres que forman nuestras comunidades en una sociedad socialista.
Entre esos valores cita Cantón (2008) en su obra, «Una Revolución Martiana y Marxista»:
«Rebeldía contra la injusticia, contra la tiranía y despotismo, contra la explotación y opresión de unos hombres por otros.
Amor al trabajo y a los trabajadores, a los que fundan y construyen.
Espíritu creador y pensamiento propio, frente a la imitación servil, a la adulonería y el oportunismo.
Valentía, espíritu de lucha, intransigencia en defensa de los principios.
Espíritu de cooperación, de solidaridad humana y de colectivismo, sin menoscabar el desarrollo de la personalidad propia frente a las conductas egoístas e individualistas.
Cumplimiento del deber por encima de todo y el hábito de predicar con el ejemplo.
Ejercicio de la razón frente al fanatismo y el dogma.
Práctica de la honradez, la austeridad, la modestia y la sencillez, frente a la vanidad, el lujo y los privilegios injustos.
Lealtad al pueblo, a los compañeros, a los principios, a la patria y a la humanidad, frente a la traición y el engaño.
Sentimientos de respeto y trato igual para todos los hombres, frente al racismo, xenofobia, la intolerancia y cualquier otra forma de discriminación por motivos de raza, nacionalidades, sexo, edad, profesión u oficio.
Respeto a las opiniones honestas, a los credos y sentimientos de los demás.
Fe en el hombre, en el mejoramiento humano, en el futuro de la humanidad. Optimismo realista frente a las dificultades y reveses». (p.70)
Para lograr que cada niña y niño, cada mujer y hombre hagan suyos estos valores, los practiquen en su accionar diario, se impone una política cultural transformadora, muy vinculado con la Educación Popular estrechamente relacionada con estos valores; se necesita revolucionar toda la obra educacional, como parte de una profunda revolución cultural, se necesita además ver la cultura como la vio Cantón (2008):
«…el proceso infinito de transformación del mundo por la mano y la mente del hombre, incluyendo la transformación del hombre mismo. Es decir concebimos la cultura como toda la obra de creación humana, tanto material como espiritual; obra que, además de la creación artística y literaria, comprende también la acción creadora de la ciencia, la técnica, la historia, la política, la economía, la religión y todos los demás campos del quehacer humano» (p.93).
Este concepto de cultura, expresado por Cantón, es el resultado de su pensamiento pedagógico electivo, Cantón retoma todo lo mejor de los padres fundadores de la pedagogía que se desarrolla en Cuba en el siglo XIX, la enriquece y la aplica, en el nuevo contexto en el que se desarrolla Guadarrama, (2017).
En opinión de Guadarrama, (2017) «(…) solo aquello que trasciende a los tiempos y los espacios es lo que posteriormente es reconocido como clásico y auténtico en la cultura, independientemente de la región del mundo o la época de donde provenga». (p.177)
Es vital defender la interrelación dialéctica entre cultura universal, nacional y local, unidad mediada por una influencia que se hace más fuerte en estos tiempos donde se desarrolla a ritmos insospechados las comunicaciones y las relaciones humanas a nivel mundial, haciéndose el mundo más pequeño, gracias a los avances impresionantes de la ciencia y la técnica. Se impone una interrelación esencial entre la cultura nacional y universal siguiendo el postulado martiano: «La cultura es principalmente de nuestra patria, que nos la dio, y de la humanidad, a quien la heredamos». (Martí, 1963)
Esto es un fenómeno positivo y que hay que estimular, estimular para lograr el desarrollo y fortalecimiento de nuestras culturas, tomar de la cultura universal lo positivo que permita el enriquecimiento de la cultura de cada uno de los pueblos sin perder su esencia, los aspectos identitarios, esto permitirá estar preparados para enfrentar el otro fenómeno, la globalización neoliberal, la imposición de patrones culturales de poderosos o clases explotadoras en menosprecio de la cultura de nuestros pueblos. Guadarrama, (2017)
«Como parte imprescindible de esa grandiosa obra cultural, se ha de emprender una transformación radical en el concepto, el contenido, los fines y métodos de la educación. No solo se han de abrir escuelas en todos los rincones del país y llevar a los maestros a toda la población necesitada, sino que la enseñanza deberá preparar al hombre para la vida, en todas sus manifestaciones». (Cantón, 2016)
Se impone una Revolución cultural como parte importante de la Revolución socialista, así como una Revolución educacional que permita que todos los miembros de la sociedad puedan vivir decorosamente y en condiciones de relacionarse con el mundo sin perder su propia identidad.
Cada proyecto tiene que ser hijo natural de las condiciones objetivas y subjetivas de cada espacio y tiempo, con su visión local, nacional, universal y solidaria de los problemas de la humanidad, con total comprensión del problema medioambiental lo que permitirá hacer un trascendental aporte a la cultura, como bien plantea Cantón: «El edificio lo levanta el genio; pero los materiales e instrumentos para construirlo proceden de miles de manos y cerebros distintos». (Cantón, 2016)
Cantón como pedagogo humanista aprecia que la cultura tiene un deber insoslayable con la patria y con la humanidad, y que existen dos tipos de cultura. Una propia de las masas populares y busca la justicia, se manifiesta a partir de la autodeterminación de nuestros pueblos para su bienestar y felicidad, tributando al progreso de la humanidad, el poeta, el escritor, el artista, el científico, el técnico, el maestro tienen que demostrar con su obra creadora que son hijos de su país y que asumen idénticos deberes hacia la tierra en que nacieron y hacia la sociedad en que viven, tienen sentimientos patrios; puede que la cultura no tenga patria pero el creador si la tiene, el creador ha de servir a su pueblo tanto con su obra como con su vida, se impone entrelazar cultura y política, de tal modo, que el triunfo de una fuera inconcebible sin el de la otra, sin la acción mancomunada de ambas y esto es solo posible en una sociedad construida por las mayorías, en una sociedad donde la política y la cultura esté en manos de la clase obrera en alianza con el resto de las clases y sectores mayoritarios de la sociedad.
La otra cultura, propia de las clases explotadoras, de las minorías ricas, de los fascistas de ayer y hoy que pretenden mantener el mundo dividido en dos, ricos y pobres, que tratan de imponer sus patrones culturales a los desposeídos, a las grandes mayorías a partir del dominio casi total de la información que se mueve en el mundo en el siglo XXI, esta cultura representa el estancamiento, la reacción, la anticultura. Convencidos que nadie podrá borrar jamás de la memoria y del corazón del pueblo, las ideas y el ejemplo de aquellos exponentes que han encarnado los grandes anhelos y necesidades de una nación o de una época. Pueden estar durante años en el olvido e incluso desaparecer físicamente; pero su obra pasa a enriquecer la cultura de su pueblo y la humanidad y nuevos exponentes las hacen suyas enriquecidas con las ideas más avanzadas de su tiempo, esto es lo que garantiza el curso siempre ascendente del desarrollo humano y la transformación de la sociedad.
Cantón nos legó a partir de su defensa a ultranza, que «es una necesidad entrelazar dialécticamente las más genuinas tradiciones patrióticas de una nación con el combate por la emancipación social de todos los oprimidos y explotados; de cómo el mundo de hoy, los anhelos de independencia, libertad, democracia y progreso social de los pueblos, solo pueden convertirse en realidad si se funden con las ideas liberadoras del socialismo». (Cantón, 2016)
Es posible hacer realidad este llamado de Cantón, a partir del pensamiento pedagógico comprometido con las mayorías, artífices de la Educación Popular que sigan el ejemplo legado por él.
Con su ejemplo Cantón demuestra que, el buen maestro tiene que lograr una buena Comunicación Educativa para el éxito del proceso educativo.
La Comunicación Educativa es una ciencia de nueva creación llamada a convertirse en ciencia imprescindible para el éxito de la Comunicación Humana aplicable a la educación y como resultado de esta, los proyectos para la transformación comunitaria.
En los últimos 15 o 20 años el problema de la comunicación, antes poco investigado, se ha convertido en uno de los más populares, debido primeramente al desarrollo de las ciencias psicológicas, en particular la psicología social, y al aumento de su influencia sobre el resto de las ciencias. (Ojalvo, 1999)
Cuando se habla de comunicación generalmente se piensa en los medios masivos: televisión, radio y prensa. Sin embargo, la comunicación tiene una cara mucho más amplia y diversa, la de los procesos que se dan en los espacios más pequeños como son la casa, el barrio, la comunidad, la escuela y cuya esencia es tan compleja como la de los procesos comunicativos que se producen a nivel de toda la sociedad.
En estos espacios locales donde se desarrolla la cotidianidad de los individuos, es donde comienza la construcción del sueño de lograr una sociedad cada vez mejor. La labor que en ellos se realiza tiene un peso importante en el triunfo o en el fracaso de los proyectos sociales de todo tipo que se quieran desarrollar, y en ellos los maestros desempeñan un rol decisivo.
Considerar la educación como un proceso de comunicación educativa, cuya esencia es el diálogo y no la imposición, y la educación como un proceso social, interactivo, problematizador y transformador, donde el individuo ocupa un papel central, entonces el proceso de educación, asume características especiales y exige al maestro ser un comunicador de excelencia, conocer y respetar los criterios de sus alumnos y de la población con la que trabaja e interactúa, favorecer la cultura del debate, fomentar la fraternidad y no reproducir las prácticas impositivas, sino dialógicas, basando su acción en un proceso comunicativo eficaz y transformador.
En tal sentido su labor se identifica con la de los educadores populares, y es por todo lo anterior, que la comunicación educativa para el maestro constituye un importante sistema de conocimientos que les permite realizar de una manera más efectiva su labor de formación y crecimiento humano.
Es significativa una correcta comunicación educativa, para la elaboración y aplicación de proyectos de transformación social comunitaria como parte de la educación popular, para el logro de una sociedad desalienada.
El proceso de comunicación en el aula está conformado por elementos de índole individual y social, con carácter material y simbólico. Esto lo convierte en un fenómeno complejo, donde se relacionan diversos sujetos, constituidos como personas indi viduales y sociales con el fin de expresar, crear, recrear y negociar un conjunto de significaciones, con base en reglas previamente establecidas en un determinado contexto educacional. En este proceso de creación, recreación y negociación están en juego prácticas comunicativas de diversa índole: verbales, no verbales, icónicas, audiovisuales, kinésicas, etc. que se in terrelacionan para constituir universos de significación.
«Para desarrollar con efectividad la educación de las nuevas generaciones, no es suficiente tener un adecuado conocimiento de la ciencia que se imparte, de los aspectos psicológicos y necesidades de los estudiantes, también es imprescindible el dominio adecuado y científico de la comunicación que el profesor establece con sus alumnos ya que con su constante comunicación el educador tiene que perfeccionar su estilo de vida, sus costumbres y conductas acorde con los principios de nuestra sociedad socialista. Cuando el maestro toma conciencia de esto, se eleva la calidad de su trabajo, se despierta la creatividad y el sentido de la responsabilidad». (Quintero, 2011)
Cantón Navarro con su ejemplo personal durante más de 60 años como educador o maestro de toda la vida, demuestra que sin conocer este concepto lo aplicó consecuentemente. Cantón con su acción es de los paradigmas que nos permite arribar a esta conclusión, logró comunicación educativa en espacios formales y no formales que permitieron el desarrollo de procesos dialógicos entre niñas y niños, jóvenes, mujeres y hombres, aprendiendo y enseñando, superando los antagonismos y logrando la transformación y autoconstrucción de su propio espacio e incluso la propia transformación de los sujetos.
Para Batlle (2014) «…Cantón es una personalidad extraordinaria, una de las aristas de su personalidad extraordinaria es su obra de maestro, maestro toda la vida, una obra pedagógica ligada a lo mejor del pensamiento revolucionario martiano y marxista cubano». (p.3)
No solo basta con cumplir con el carácter interdisciplinario y transdisciplinario de la Comunicación Educativa, se hace necesario entender y lograr el alcance de los dos grandes ámbitos de este proceso o ciencia, el ámbito político- ideológico y el ámbito pedagógico y psicológico. Por ámbito político- ideológico se entiende formar hombres y mujeres que viven en nuestras comunidades en los principios científicos, ideológicos, morales, que practiquen los valores legados por Cantón y que nos referimos anteriormente, que necesita la sociedad convirtiéndolos en convicciones personales y hábitos de conducta diaria, promoviendo sujetos plenamente desarrollados aptos para vivir y trabajar en la sociedad. «(…) de él recibimos siempre amor, bondad, comprensión y ayuda (…)». (Ortega, 2014)
El gran reto de Cantón, retomado por las nuevas generaciones de maestros es formar personas integralmente desarrolladas, aptas para recibir y disfrutar los logros de la cultura local, nacional y universal y contribuir a su desarrollo, educar en las tradiciones revolucionarias, laborales, higiénicas, inculcándoles un alto sentido del patriotismo, de solidaridad, estimular los vínculos entre las diferentes generaciones sobre la base del respeto, lograr como bien plantea (Freire,1972) la « movilización de esfuerzos» de cada educando.
El ámbito pedagógico y psicológico permite comprender la necesidad del proceso de formación a partir de sus leyes y principios, educar con ciencia, sin imposición, consiente que todo sujeto debe ser educado y que según sea su educación será su comportamiento en la sociedad, educación a nivel de toda la sociedad, en espacios formales y no formales, aplicar el pensamiento pedagógico de nuestro Héroe Nacional, José Martí, «(…) todo hombre al venir a la tierra tiene derecho a que se le eduque y después en pago contribuir con la educación de los demás». (Martí, 1963)
Enseñar y educar en un marco de respeto, de disfrute pleno donde se tengan en cuenta las diferencias individuales de todos los miembros del grupo e incluso su ritmo de aprendizaje. «Es necesario desarrollar una pedagogía de la pregunta. Siempre estamos escuchando una pedagogía de la respuesta… Enseñar exige respeto a los saberes de los educandos». (Freire, 1972)
Hay transformación y es lo que se necesita, cuando se logra escuchar y responder las preguntas de los estudiantes, cuando hay respeto por las niñas y niños, jóvenes, mujeres y hombres que asisten a las aulas, cuando la escuela acepta la necesidad del cambio y se proyecta para que el proceso de cambio sea desde la propia escuela, por la propia escuela y para la propia escuela, comunidad y sociedad en general y jamás desde afuera.
Seguir el ejemplo de Cantón, rescatar su obra diseminada en cientos de documentos permitirá la transformación en excelentes educadores, en pedagogos, logrando una buena Comunicación Educativa en espacios formales y no formales para la transformación revolucionaria de la escuela, la comunidad y desde esta la sociedad a partir de los esfuerzos de niñas y niños, jóvenes, mujeres y hombres que la integran, este es el gran reto.
«Maestro, que tu voz sea un grito que detenga la lucha fratricida, que se borren de Cuba las franjas que marchitan su estrella solitaria (…)». (Cantón, 2013)
Aprender a respetar la obra de Cantón Navarro, por su total entrega a la patria, a su familia, a la escuela, por su lealtad a la ideología de las mayorías, su ejemplo traspasará fronteras de tiempo y espacio, siendo recordado por siempre como maestro de toda la vida.
Conclusiones
Desde el punto de vista pedagógico los presupuestos de partida del humanismo de Cantón Navarro podemos encontrarlos en el pensamiento filosófico-humanista de José Martí, a partir del cual Cantón Navarro incorpora creadoramente la filosofía marxista-leninista. En su extensa obra, se revelan las influencias del contexto en el que se desarrolló; se opuso enérgicamente a lo largo de su vida a todo tipo de alienación propia de la república neocolonial, y posteriormente se proyecta por construir una sociedad desalienada donde mujeres y hombres encuentren su plena satisfacción.
Existen suficientes argumentos para sustentar que en la obra de José Caridad Cantón Navarro subyace un entramado filosófico-pedagógico de carácter humanista que constituye el sustrato de su cosmovisión integral del mundo.
Por su pensamiento y acción pedagógica; por su amor ilimitado a la ciencia y a la filosofía y su pasión por el estudio y la investigación, Cantón Navarro constituye hoy un ejemplo para las nuevas generaciones de cubanos y cubanas.