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Revista Novedades en Población

On-line version ISSN 1817-4078

Rev Nov Pob vol.12 no.24 La Habana July-Dec. 2016

 

ARTÍCULO ORIGINAL

 

Sobre regularidades y diferenciación. Distribución territorial de la población envejecida en la provincia de Holguín

 

About regularities and differentiation. Territorial distribution of the aging population in the province of Holguín

 

 

Wiliam Hernández Mondejar,* Luisa Iñiguez Rojas,** Alina Alfonso León***

 

 

Recibido: 3 de octubre de 2016
Aceptado: 3 de noviembre de 2016

 

 


RESUMEN

El proceso de envejecimiento demográfico ha sido medular en la agenda de académicos y de directivos cubanos. Su estado y evolución ha sido estudiado desde diferentes ángulos en cada una de las provincias del país. Sin embargo, la utilización de la información censal del año 2012 y su sistematización en Unidades Administrativas Menores (DAME) ha sido poco tratada. En este sentido la investigación tuvo como objetivo principal identificar las diferencias socioespaciales en las características del envejecimiento, la población envejecida y las viviendas donde estas personas residen en la provincia de Holguín según el Censo de Población y Viviendas del año 2012.

Para cumplirlo se contextualiza la dinámica demográfica y la distribución territorial del proceso de envejecimiento en la provincia y sus municipios en el período 2002-2012. Además, se realiza un análisis de características de la población de 60 años y más, así como de algunas condiciones materiales de las viviendas y de la dotación de servicios básicos donde reside esta población.

Dentro de los resultados encontrados destacan las marcadas diferencias territoriales entre sus DAME y entre los espacios urbanos y rurales de estos territorios. Además, el acelerado proceso de envejecimiento de Moa, el segundo municipio con la estructura demográfica más joven del país.

Palabras clave: distribución territorial, población envejecida, provincia de Holguín.


ABSTRACT

The aging process has been central on the agenda of Cuban academics and executives. Its status and evolution has been studied from different angles in each of the provinces. However, the use of census data of 2012 and systematization in smaller administrative units (DAME) has been poorly treated. In this sense the research main objective was to identify socio-spatial differences in the characteristics of aging, the aging population and dwellings where they reside in the province of Holguin according to the Census of Population and Housing 2012.

To fulfill,the demographic dynamics and territorial distribution of the aging process in the province and its municipalities in the period 2002-2012 are contextualized. In addition, an analysis of the characteristics of the population of 60 years and over, as well as some material conditions of housing and the provision of basic services where this population resides is performed.
Among the highlights founded are the regional differences between their DAME and between urban and rural areas of these territories. In addition, Moa accelerated aging process, the second municipality with the youngest demographic structure of the country.

Keywords: Aging population, Holguin province, territorial distribution.


 

 

Introducción

Desde hace algunos años, tanto en países desarrollados como en los menos avanzados, el envejecimiento de la estructura de edades de la población es una característica demográfica que atraviesa las agendas de muchos gobiernos, y se convierte en un reto en materias de diferente índole. Recientemente el Cuadro de Datos de la Población Mundial publicaba que un 8,3% de la población alcanza los 65 años y más, lo que equivale a 600 millones de personas en el mundo (Population Reference Bureau [PRB], 2014).[1]

La estructura demográfica envejecida, característica de muchos territorios europeos, algunos asiáticos y de otros latinoamericanos, figura en la población cubana como elemento de semejanza a la dinámica de países que han culminado su transición demográfica. Sin embargo, otros rasgos singulares como la velocidad, el momento histórico y el desarrollo económico en que se han ido produciendo las diferentes etapas del proceso de transición son elementos diferenciales.  

Esta fisionomía de la estructura de edades de la población del país es conocida por ciudadanos de muchos estratos sociales, sectores ocupacionales, grupos etarios y órganos de dirección. Visto desde diferentes ángulos y criterios que divergen en ocasiones unos de otros, existe conciencia del envejecimiento de la estructura de edades de la población cubana, la que al cierre del 2015 tenía el 19,4% de población de 60 años y más, dígase más de 2 170 000.

El proceso de actualización del modelo económico que asume Cuba desde la presidencia de Raúl Castro (2008), se desarrolla en un contexto demográfico de baja fecundidad y elevada esperanza de vida (ONEI, 2014);[2] resultado en gran medida de los amplios y fructíferos logros sociales alcanzados. No se desestima la participación del saldo migratorio externo del país.[3] Ante este escenario se pone la mirada sobre el envejecimiento demográfico de la sociedad cubana en los Lineamientos de la Política Económica y Social del país aprobados por el VI Congreso de Partido Comunista de Cuba el año 2011.[4] 

Sin expectativas concretas de un incremento sustancial de la fecundidad de la mujer cubana, ni un cambio en el patrón migratorio, en el que tienen un peso importante en su estructura las mujeres en edad reproductiva, se diseñan en la actualidad propuestas de políticas y acciones que permitan propiciar un cambio en los futuros escenarios demográficos de Cuba. En este sentido son diversos los puntos de vistas de académicos y decisores en los ámbitos de actuación.

Varias características surgen como diferenciales y también como regularidades, que identifican tanto al proceso de envejecimiento de la población cubana, como a los que superan los 60 años en cada uno de sus territorios. Sin embargo, es difícil identificar regularidades y diferenciales desde grandes escalas geográficas de análisis, por lo que explorarlas a escalas más pequeñas pudiera arrojar resultados que apoyen la efectividad de los estudios sobre el tema.

La dinámica demográfica de la población cubana está siendo tratada desde las más altas esferas del Gobierno, desde la prensa nacional, tanto la escrita como desde espacios de debates en televisión.[5] Resulta por tanto  de interés y oportuno profundizar en estudios que trasciendan el proceso de envejecimiento y se adentren en las características de la población mayor de 60 años y las viviendas donde estos viven.[6] Sumado a ello, es importante cómo se distribuye y vive esta subpoblación.

Estos estudios podrían arrojar resultados que identifiquen escenarios diferentes ante la ya propuesta política de población en Cuba. Mientras se gestan respuestas, se debe garantizar que el actual y continuo proceso de envejecimiento de la población cubana permita a los que ya sobrepasan los 60 años de edad, vivir una vejez los más digna posible.

En este contexto, se considera de interés profundizar el estudio del envejecimiento en la provincia de Holguín, la más envejecida de la región oriental del país, explorar las diferencias espaciales en la distribución de los adultos mayores, sus características demográficas y las condiciones en que viven.

Dosinterrogantes se desprenden de las ideas antes citadas:

  • ¿Qué elementos caracterizan la dinámica, estado y distribución espacial del envejecimiento de la población de la provincia de Holguín entre 2002-2012?
  • ¿Existen regularidades en la diferenciación de las características y distribución de la población envejecida según municipios al momento censal 2012?

A partir de estas se propone como objetivo: Identificar las diferencias socioespaciales en las características del envejecimiento y la población envejecida en la provincia de Holguín según el Censo de Población y Viviendas (CPV) 2012.

 

Metodología, herramientas y fuentes de información

El estudio comprende los 14 municipios de la provincia. Se utiliza la información levantada en el CPV 2012 y filtrada para dos variables: la población de 60 años y más, y las viviendas con residentes de 60 años y más. La información de las viviendas fue suministrada según agregados de sus características. Las categorías para la población fueron: sexo, zona de residencia, edad, estado conyugal, nivel educacional y condición de actividad económica. Estas categorías incluyen los atributos definidos en el CPV 2012 como:

  • Sexo (hombre o mujer).
  • Zona de residencia (urbano-rural).
  • Edad (60-74 y 75 y más).
  • Estado conyugal (casada/o, unida/o, divorciada/o, soltera/o, separada/o o viuda/o).
  • Nivel educacional (primaria o menos, nivel medio inferior, nivel medio superior o superior).
  • Condición de actividad económica (población económicamente activa [PEA], jubilados, otros pensionados, rentista o recibe ayuda, quehaceres del hogar, en hospital o asilo, u otra situación).
  • En relación con las viviendas las categorías incluyen los atributos:
  • Zonas de residencia (urbano-rural).
  • Energía para cocinar (1. electricidad, gas manufacturado, gas licuado; 2. kerosene, petróleo, alcohol, leña, carbón de leña u otro, ninguno).
  • Material de construcción predominante en las paredes (1. hormigón, bloque, ladrillo, madera; 2. adobe o embarre, tabla de palma u otro).
  • Material de construcción predominante en el piso (1. losa cerámica, granito o mosaico, cemento; 2. madera, tierra y otro).
  • Material de construcción predominante en el techo (1. placa o losa de hormigón, viga y losa madera; 2. teja de barro, madera y papel embreado, plancha de fibrocemento, plancha metálica; 3. madera y guano, otro).
  • Fuente de agua (1. acueducto; 2. pozo, río o manantial u otra).

La investigación se basó en fuentes secundarias de información en las que se incluyen como fundamentales el Censo de Población y Viviendas de Cuba 2012, y otras publicaciones sistemáticas de la ONEI como los Anuarios Demográficos y los Territoriales. El estudio tiene como base cartográfica las disponibles de GEOCUBA, escala 1:250 000.

 

Resultados

Diferenciación territorial del envejecimiento en la provincia en la década 2002-2012

El estado y dinámica demográfica de la provincia reflejan la marcha temporal del proceso de envejecimiento y las variables demográficas. Sin embargo, el comportamiento de la distribución espacial del proceso es heterogéneo comparando sus divisiones administrativas menores (DAME), tanto en la estructura demográfica de la población, en la temporalidad como en la velocidad del proceso en cada una de estas divisiones.

Solo cuatro municipios (Holguín, Moa, Rafael Freyre y Antilla) registraron incrementos en su monto de población entre los CPV 2002 y 2012; el resto registró pérdidas. Los tres primeros municipios mencionados son los únicos que mantienen tasas de crecimiento positivas durante la década. Se destaca el municipio de Moa por tener el crecimiento natural más elevado de la provincia.  Es precisamente este territorio el que presentó en los últimos años ―2009, 2010, 2011 y 2012― las cifras más elevadas de natalidad y fecundidad. Este comportamiento, en total, contrasta con lo registrado en los municipios de Gibara y Banes, que presentaron las tasas de fecundidad y de crecimiento natural más bajas de la provincia.

El comportamiento de la "migración absoluta o de toda la vida" corrobora la heterogeneidad entre territorios. Solo los municipios de Holguín y Moa son receptores por excelencia de migrantes, y redistribuyen población a su interior, de forma que el índice de eficacia migratoria alcanza valores positivos (68,9 y 71,9% respectivamente).[7] En el resto de los municipios los intercambios migratorios "absolutos o de toda la vida" han sido en sentido de redistribución fuera de sus límites administrativos, con índices negativos de eficacia migratoria (figura 1).

Pese a que Moa es el territorio con la estructura demográfica más joven de la provincia, su población de 60 años y más es superior a la de seis municipios de la provincia ―Sagua de Tánamo, Urbano Noris, Cacocúm, Cueto, Frank País y Antilla―, en íntima asociación con la cantidad total de población. Entre el 2002 y el 2012 presenta un acelerado aumento de la población de 60 años y más, superior al resto de los territorios y principalmente notable en el grupo de 60-74 años, que representó el 75% de la población de 60 años y más en el 2012, cifra más elevada de la provincia.

La proporción de personas adultas mayores permite identificar tres tipos de municipios según el valor de estas. Los más envejecidos ―Gibara, Banes y Báguanos―, un tipo de menor proporción en el que estarían los restantes territorios, y un último tipo bastante diferente en el que solo se encuentra el municipio de Moa.

Estas diferencias tienen una distribución semejante en cuanto al índice de envejecimiento demográfico que va desde 49 adultos mayores por cada 100 menores de 15 años en Moa, a 127 en Gibara, en el 2012.

 Se halló un diferencial intermunicipal en el ritmo de la tasa de crecimiento de la población de 60 años y más. Los valores más elevados entre los momentos censales 2002 y 2012 no se obtuvieron en los territorios más envejecidos, a excepción del municipio cabecera; sino en Moa, Mayarí, Cacocum, Antilla y Holguín como ya se mencionó (figura 2). Las variaciones van desde el 1,4% en Báguanos hasta los 4,3 en Moa.

En este último han sido determinantes de este acelerado envejecimiento:  la baja fecundidad, la reducción de la inmigración reciente ―quinquenio 1997-2002 de 3 071 inmigrantes y quinquenio 2007-2012 de 1 986 inmigrantes―, además de una incorporación de población a las edades de 60 y más, perteneciente a cohortes más numerosas nacidas en periodos anteriores y nutridas de una mayor inmigración.

La mayor heterogeneidad en estructuras demográficas se observa en los territorios de Moa con la población más joven y Gibara con la más envejecida. El primer municipio con significativa proporción de población en las edades de 0-30 años y el segundo con predominio en su estructura de 55 años en adelante, con un comportamiento similar tanto en hombres como en mujeres. En los grupos comprendidos entre los 35 y 49 años se destacan cambios según sexo: mientras que en Gibara hay mayor proporción de hombres en los grupos 35-39 y 40-44, en Moa existe predominio de las mujeres entre los 40-44 y 49-49 (figura 3).

 

Diferenciación territorial de indicadores de la población envejecida según CPV 2012

Indicadores de la población envejecida y la viviendas donde residen en la provincia

Varias características demográficas y socioeconómicas levantadas en el CPV del 2012 permiten un análisis de las similitudes, diferencias de estas en la población envejecida y las viviendas donde esta reside.

Poco más del 70% de la población envejecida de la provincia se encuentra entre las edades de 60-74. Este grupo como es lógico registra las mayores proporciones de población en todas las condiciones de actividad económica, excepto en los que declaran estar en hospitales y asilos.

En la estructura por color de la piel de la provincia se identifica el predominio de población de piel blanca, en menor medida aparecen los mestizos y por último los de piel negra. Esta característica se repite en cada una de las condiciones de actividad económica, con excepción de aquellos que están en hospitales y asilos en zonas rurales, donde son más los adultos mayores de color de la piel negra que los mestizos.

Un 58,6% de la población mayor de 60 años de la provincia solo alcanza primaria o menos años como nivel educacional y este porcentaje es mayor para las mujeres que residen en zonas rurales del territorio, puesto que la mayoría de los hombres alcanzan nivel medio inferior, medio superior y superior. Este último nivel es mucho mayor en el grupo de 60-74 años que en los que superan esta edad, que alcanza una frecuencia de 95,2%.

Respecto al estado conyugal la mayor cantidad de esta población se encuentra en condición de casado, con frecuencias superiores en las zonas urbanas que en las rurales. Hay que destacar que la condición de unido es de un 18,3% en la provincia, y es mayor en las zonas rurales. Entre los unidos, casados y solteros predominan los hombres, mientras que hay más mujeres divorciadas, separadas y viudas. Esta última condición, pese a la mayor proporción de adultos mayores entre los 60-74 años ―70,2%― es mucho mayor como debería suceder en los de 75 y más años.

A nivel provincial según condición de actividad económica el 44,7% de la población de 60 y más manifiesta estar jubilada, mientras que un 28,3% se dedica a quehaceres del hogar y el 17,2% está económicamente activa. Esta distribución varía entre zonas urbanas y rurales, fundamentalmente en los que declaran estar jubilados y los que se dedican a quehaceres del hogar. En este sentido la proporción de jubilados es mayor en las zonas urbanas, mientras que son más los que se dedican a actividades domésticas en áreas rurales.

Entre hombres y mujeres destacan los mayores porcentajes de hombres que están económicamente activos ―75,2%― y se encuentran en hospitales y asilos ―63,3%― en relación a las mujeres, mientras la mayoría de estas declara dedicarse a quehaceres del hogar ―94,6%― o reciben pensiones ―65,4%― (figuras 4 y 5).

Entre zonas de residencia resaltan las diferencias por sexo entre los que declaran ser rentistas o reciben ayuda, mientras en la parte urbana son mayoría las mujeres y en las zonas rurales predominan los hombres.

Se ha constatado que a medida que el ser humano envejece las limitaciones físicas se incrementan; por lo tanto, estas diferencias etarias son un elemento importante para el estudio de los adultos mayores. En la provincia declararon tener alguna limitación física unos 33 776 adultos mayores, de los cuales 11 478 se localizaban en zonas rurales.

La población en condición de discapacidad va desde un 14,5% en el grupo de 60-74 años a 27,6 en los de 75 años y más. En el 20,5% de los hogares de la provincia vive población mayor de 60 años y más, de estos se distribuye el 66,9% en espacios urbanos y el 33,2 en rurales. En su mayoría viven entre uno y dos adultos mayores ―77,5 y 22,1%―, aunque en 631 hogares residen entre tres y cuatro.

Con relación al combustible utilizado para cocinar en las viviendas el 81,4% usa electricidad, gas manufacturado y gas licuado, las cuales pueden considerarse como las fuentes de energía o combustible más favorables, con diferencias notables entre zonas urbanas (con 92%) y rurales (60%).

Según el material predominante en las paredes, el agregado que se corresponde con losa de hormigón, bloque, ladrillo o madera, considerados materiales más adecuados, están presentes en el 88% del total de viviendas, con variaciones de 96,4% en viviendas urbanas y 70,1% en las rurales. En cuanto a los materiales del piso, el 88% de las viviendas contaban con el agregado de losa cerámica, granito o mosaico, cemento, también considerados más favorables, con diferencias más notables entre zona urbana y rural de 76,7% y 23,3% respectivamente. Los materiales del techo agrupados en placa o losa de hormigón, viga y losa y madera se distribuían en el 48,4% del total de viviendas; contaban con estos materiales un 63,8% de las viviendas urbanas y un 17% de las rurales.

La fuente de abasto de agua a las viviendas era en un 66,1% procedente de acueductos, 82,4% para las urbanas y solo un 33,4% en las zonas rurales. La eliminación de basura fue más favorable en un 83,6% en zonas urbanas, y como es lógico alcanza valores muy inferiores para las viviendas rurales con un 15,2% del total rural.

 

Indicadores de la población envejecida según municipios  

Nivel educacional

En los cuatro niveles en los que se ha agrupado el nivel educacional que alcanza la población de 60 años y más se aprecian contrastes entre los territorios. Estas diferencias son mayores entre los que refirieron como último nivel alcanzado la primaria o menos, y el superior. Mientras en el extremo occidental de la provincia hay una mayor proporción de población envejecida que alcanza solo primaria o menos como nivel educacional, los municipios de Calixto García, Gibara y Rafael Freyre ―70,9; 69,9; 68,9% respectivamente―, otros como Holguín, Antilla y Moa obtienen proporciones mucho menores ―49,9; 52,1, 53,5%―.

En cuanto al nivel superior alcanzado es válido apuntar que este va desde apenas un 1,7% en Rafael Freyre a 7,9 en el municipio de Holguín, relacionado con su función administrativa. Este último municipio, junto con Moa y Mayarí tiene mayor cantidad de adultos mayores que alcanzaron el nivel educacional superior. Esta relación pudiera explicarse, entre otros factores, por la estructura productiva y ocupacional de estos municipios, que requiere de mayor grado de formación y capacitación profesional.

Tanto en zonas rurales como urbanas hay un predominio de adultos mayores que solo alcanza primaria o menos, y los valores porcentuales son  muy superiores  en asentamientos rurales. En la totalidad de los municipios la población envejecida sin nivel de escolaridad o con primario terminado alcanza en zonas rurales porcentajes superiores al 68% (figuras 6 y 7).

En los municipios localizados al este, la población envejecida también alcanza mayor nivel educacional que el resto de los territorios en espacios rurales. Se destacan entre los más desfavorecidos en cuanto al nivel alcanzado por su población adulta mayor: Antilla, Urbano Noris, Cueto y Sagua de Tánamo en espacios rurales (figura 7).

En cuanto a las diferencias por sexo, los hombres tienen una estructura en la composición de su nivel educacional con proporciones superiores a las mujeres en los que alcanzan primaria o menos en todos los municipios y viceversa en los que tiene nivel superior.

En cuanto a la primaria o menos en hombres, va desde 57,1% en Moa a 76,6 en Gibara, mientras que en las mujeres estos valores se reducen, siendo las diferencia de 41,4% en Holguín a 63,6% en Gibara. Para ambos sexos, en las zonas rurales persiste una menor calificación de la población en estas edades que en las urbanas. En las edades de 60-74 años existe una menor proporción entre los que alcanzan primaria que en los de 75 años en adelante, y también una mayor heterogeneidad en estas estructuras entre territorios. Mientras en Moa un 39,4% de la población de 60-74 solo alcanza primaria o menos, en Gibara es de 62,7%.

 

Estado conyugal

El estado conyugal de los adultos mayores en la provincia describe un predominio de casados en todos los municipios y en menor medida de los unidos a excepción de los municipios de Antilla, Holguín y Banes, donde como segunda condición están los que declaran estar viudos. A esta condición de viudez en todos los territorios le siguen los que están divorciados y por último separados. Estas últimas tres condiciones ―divorciado, separado y soltero― en su conjunto no superan el 29% en ningún municipio.

Entre zonas de residencia se observa un claro predominio de los casados en las zonas urbanas de todos los municipios con valores superiores al 30%. No se destacan grandes contrastes en el resto de los estados, exceptuando Cacocum y Cueto donde las proporciones de unidos son superiores. En las zonas rurales en general predominan los casados y en cinco municipios ―Cacocum, Urbano Noris, Cueto, Mayarí y Frank País― predominan los unidos, no coincidentes estos con los municipios más rurales de la provincia (figuras 8 y 9).  

Entre mujeres y hombres las diferencias en las proporciones de viudas y unidos son marcadas, la condición de casados es preponderante para ambos sexos de todos los territorios. Las frecuencias de mujeres urbanas en todos los municipios son de casadas y viudas. Las rurales, además de esta condición dominante, tienen en los municipios de Urbano Noris, Cacocum, Mayarí, Frank País y Cueto mayores proporciones que las unidas.

Por su parte, en todos los municipios un porcentaje superior al 35% de los adultos mayores hombres son casados. En zonas rurales hay predominio de los unidos en los mismos territorios donde predominan las mujeres rurales unidas, incluyendo Antilla. Vale destacar que el municipio de Cueto se caracteriza por poseer la menor cantidad de hombres y mujeres casados, tanto en zonas rurales como urbanas; en este sentido los hombres unidos y solteros son el 49,4% en ambas zonas, y las mujeres unidas, solteras y viudas el 62,1% superior a todos los territorios, también para las mismas áreas.

 

Condición de actividad económica

La condición de actividad varía entre territorios, entre los que están económicamente activos  o no lo están. La PNEA (población no económicamente activa) es superior al 78% en todos los municipios. Por su parte, la PEA (población económicamente activa) varía de solo un 13,6% de población en Banes a un 21,5 en Gibara. Entre los que no están económicamente activos, se declaran en condición de jubilados y dedicados a quehaceres del hogar más de un 65% de los adultos mayores en todos los territorios. En menor medida declaran ser pensionadas, recibir ayudas o encontrarse en hospitales o asilos, y esta última condición apenas alcanza el 1,79% en Cueto. 

Entre zonas de residencia destaca una mayor PEA en zonas urbanas que rurales en diez de los 14 municipios, en su mayoría en condición de jubilados más de un 40% en todos los municipios. En la región central de la provincia se localizan los municipios con las menores proporciones de PEA (figuras 10 y 11). 

Los municipios del noroeste ―Gibara y Calixto García―, además de Sagua de Tánamo, tienen las mayores proporciones de adultos mayores económicamente activos.

Según sexo, los hombres en su mayoría están económicamente activos, y consecuentemente con patrones culturales y costumbres, las frecuencias de jubilados también son elevadas, en mayoría casi absoluta en todos los municipios, tanto en zonas rurales como urbanas. Por el contrario, las mujeres adultas mayores por lo general no están económicamente activas, y en lo fundamental se dedican a quehaceres del hogar en más de un 45% en todos los territorios, tanto en zonas urbanas como rurales. No obstante, es válido destacar que existen diferencias en la condición de actividades de los hombres rurales puesto que los que declaran ser jubilados van de un 76,6% en Antilla a solo 40,6% en Gibara, donde los económicamente activos tienen mayor expresión.

Entre las edades de 60-74, y 75 y más hay una estructura según condición de actividad semejante, con predominio de los jubilados y los que se dedican a quehaceres del hogar. Destacan algunas diferencias entre los territorios de Gibara y Calixto García, respecto al resto de los municipios, puesto que estos presentan mayor cantidad de adultos mayores en la PEA tanto de 60-74 como de 75 y más años.

 

Indicadores de las viviendas con adultos mayores según municipios

En más del 20% de los hogares de todos los municipios viven adultos mayores, a excepción de los municipios de Moa, Rafael Freyre y Cacocum.

Una alta proporción de hogares con adultos mayores, muy por encima de las que se localizan en espacios urbanos, obtienen municipios de elevada ruralidad.[8] Entre ellos se destacan Rafael Freyre, Báguanos y Calixto García; otros con no tan marcadas diferencias también tienen significativo número de hogares en áreas rurales donde reside población de 60 años y más, como Gibara, Banes y Sagua de Tánamo (figura 12).[9]

En el 77,5% de los hogares vive solo un adulto mayor  y en ocasiones conviven de uno hasta cuatro o más adultos mayores. Los municipios de Banes, Gibara y Mayarí poseen el número mayor de hogares donde viven hasta tres adultos mayores.

Energía para cocinar y fuente de abasto de agua

El uso de energía para cocinar en las viviendas donde residen adultos mayores varía entre territorios según la fuente utilizada. El uso de electricidad, gas manufacturado o gas licuado es utilizado en alrededor de un 90% en las viviendas del municipio de Holguín y en más de un 80% en las de Moa, Antilla y Gibara; en otros como Frank País, Sagua de Tánamo, Rafael Freyre, Calixto García y Cacocum, son significativos los porcentajes de viviendas que utilizan kerosene, petróleo, alcohol, leña, carbón de leña u otro ―38, 34 y 28% en los tres restantes respectivamente― (figura 13).

Los municipios del norte y del sur de la provincia usan con más frecuencia el kerosene, petróleo, alcohol, leña, carbón de leña u otra fuente de energía para cocinar en viviendas de zonas urbanas que los del centro y este ―Holguín, Báguanos, Mayarí, Antilla y Sagua de Tánamo―, aunque con pequeñas  diferencias.

En viviendas rurales de los municipios de Antilla, Frank País y Urbano Noris el kerosene, petróleo, alcohol, leña, carbón de leña u otro, son las fuentes principales de energía para cocinar en más de un 60% de sus viviendas, mientras que en otros cinco ―Moa, Cueto, Mayarí, Banes y Calixto García― es superior al 40% del total de viviendas (figura 14).

El suministro de agua por acueducto varía entre el 95,7% en Antilla a 31,5 en Calixto García. Es más deficitario en los municipios de Calixto García, Gibara, Rafael Freyre y Báguanos, al norte de la provincia, con porcentajes que oscilan entre un 4,3 y 20% de viviendas que tienen servicio de acueducto.

El abasto de agua por pozo, río o manantial varía entre espacios urbanos y rurales de un 3,5% en viviendas urbanas de Urbano Noris a 89% en las rurales de Sagua de Tánamo. En el municipio de Gibara, el más envejecido,  se obtuvo una proporción muy elevada de viviendas que se abastecen de agua procedente de pozos, ríos o manantial u otra fuente, tanto en zonas urbanas como rurales. En las zonas rurales el uso de pozo, río o manantial es significativamente superior en todos los municipios exceptuando Frank País.

 

Material de construcción de las paredes, piso y el techo

La frecuencia de viviendas donde residen adultos mayores cuyas paredes son de hormigón, bloque, ladrillo y madera tienen una variación intramunicipal de 55% en Rafael Freyre a 96% en el Moa.  Entre zonas urbanas, las frecuencias superan el 90% a excepción de Urbano Noris con el 85%, por ello es este municipio donde las viviendas con paredes de palma, u otros materiales son más frecuentes.  En el municipio Moa, todas las viviendas poseen esta condición. 

En las zonas rurales los materiales de construcción de las paredes de hormigón, bloque, ladrillo y madera obtienen frecuencias más bajas que las urbanas, y varían entre del 56% en Urbano Noris a un 90% en Mayarí. En todos los casos los valores son más elevados en estas zonas que en las urbana, principalmente en los del noreste ―Moa, Sagua de Tánamo y Frank País― y centro sur ―Holguín, Urbano Noris, Cacocum y Calixto García.

En relación con los materiales del piso, en algunos municipios del sur y del extremo noreste ―Sagua de Tánamo, Cacocum, Calixto García y Cueto―, se encuentran los porcientos más elevados de viviendas con madera, tierra u otro, como material de construcción del piso ―15,6 y 23%―. Como es de esperar, los porcientos de viviendas con piso de madera, tierra y otros son más elevados en las viviendas de zonas rurales.

Las viviendas con techo de madera y guano varían entre 2,6 y un 30%. Los municipios con materiales menos favorables en el techo coinciden con los identificados en situación similar en el piso ―Calixto García, Cacocum, Cueto y Sagua de Tánamo―.

En espacios urbanos predomina en unos territorios el uso de placa, losa de hormigón, viga y losa o madera ―Gibara, Holguín, Rafael Freyre, Mayarí y Moa―mientras en Banes, Calixto García, Cueto, Sagua de Tánamo, Báguanos, Antilla y Frank País son más frecuentes la teja de barro, madera y papel embreado, plancha de fibrocemento o plancha metálica.

Se constató que los techos de las viviendas de espacios rurales tienen un uso mayor de madera y guano como material de construcción, con diferencias territoriales más amplias que en las zonas urbanas.  

 

Apuntes para concluir

La provincia de Holguín, la más envejecida del oriente del país, presenta un ritmo de crecimiento de su población de 60 años y más superior al registrado en Cuba entre los años 2002 y 2012. Los municipios de Moa y Holguín superan el ritmo de crecimiento provincial. En el caso del municipio Moa juega un papel determinante la reducción de la fecundidad, la reducción de la inmigración reciente y la incorporación de cohortes más numerosas a los 60 años y más. El análisis del proceso de envejecimiento en la provincia y la descripción de las características de la población de 60 y más, permiten destacar las diferencias territoriales entre los catorce municipios, tanto en sus zonas urbanas como en las rurales. La población rural tiene una estructura demográfica más envejecida que la urbana en todos los municipios, exceptuando Antilla y Moa.

En la provincia, el nivel educacional predominante en la población estudiada es primaria o menos, alcanzado tanto en las zonas urbanas como en las rurales. Un análisis más detallado de la desagregación en zonas de residencia permite apreciar diferencias notables en todos los municipios. Los mayores contrastes se observan entre los adultos mayores sin nivel de escolaridad o con nivel primario terminado por zonas de residencia en el municipio de Holguín, donde las frecuencias en la zona rural sobrepasan en un 30% a la urbana.

Esta característica también subraya los mayores contrastes entre los territorios, donde se evidencia una notable diferencia, de aquellos que refieren solo tener primaria o menos, de un 21% entre los municipios de Holguín ―49,9%― y Calixto García ―70,9%―, en ambas zonas. El municipio de Gibara, el más envejecido de la provincia, es el segundo con la mayor proporción de adultos mayores con esta situación educacional  ―69,9%―.

En la condición de actividad se destaca Gibara como el municipio con mayores proporciones de adultos mayores económicamente activos, tanto en zonas urbanas como rurales, seguido de Sagua de Tánamo, únicos con proporciones superiores al 20% en ambas zonas. Particularmente en Gibara, esta estructura pudiera estar asociada a la organización del mercado laboral, donde tradicionalmente los hombres se han dedicado a labores agrícolas.

Por otro lado, las menores proporciones de adultos mayores económicamente activos, tanto en las zonas urbanas como en las rurales se localizan en Cueto, Banes y Antilla ―5,2% en áreas rurales de este último. La variabilidad de la PEA en las zonas rurales es mucho mayor que en las urbanas.

En nueve municipios de la provincia de Holguín, más de la mitad de la población estudiada está jubilada, y solo reportan valores menores al 40% los municipios de Gibara ―26,8% en la población rural― y Calixto García ―38,9% en la población urbana―. La proporción de jubilados según la condición de actividad es el segundo elemento de mayor diferencia con 17,9 puntos porcentuales entre los municipios Antilla ―52,3― y Gibara ―34,6%―.

Por último, se hace necesario destacar que es en el municipio Calixto García donde la población de 60 años y más declara estar más vinculada a quehaceres del hogar y en otras situaciones y su población rural es  la segunda que declaró con más frecuencia esta condición.

En el caso de las viviendas en las que residen los adultos mayores, se destacan notables diferencias en las condiciones materiales y en los servicios de abasto de agua y energía para cocinar, en lo fundamental en las zonas rurales. En ocho de los municipios objeto de estudio, más del 40% de los domicilios utilizan kerosene, petróleo, alcohol, leña o carbón de leña, como fuente de energía para cocinar. Ellos son Antilla, Frank País, Urbano Noris, Moa, Cueto, Mayarí, Banes y Calixto García.

En ambas zonas de seis municipios, el uso de pozo, río o manantial, como fuente de abasto de agua, supera el 40%. En las zonas rurales, este nivel es aún más elevado entre 65% y hasta 89% en el municipio de Antilla. Este servicio presenta las mayores diferencias territoriales variando de un 68,5% en el municipio de Calixto García a 4,3% en el municipio de Antilla.

Sumado a estos elementos los materiales de construcción de las paredes, piso y techo, destacan variaciones entre territorios, pero en lo fundamental entre las viviendas rurales. El uso de madera o guano en el techo de las viviendas es el que más variación tiene tanto en las urbanas como en las rurales. El municipio de Sagua de Tánamo obtiene las mayores proporciones en áreas rurales de viviendas con techo de madera o guano, piso de madera o tierra y paredes con las menores frecuencias de hormigón, bloque, ladrillo y madera.

 

Referencias bibliográficas                                   

Oficina Nacional de Estadísticas e Información. (2013). Anuario Demográfico de Cuba. 2012. La Habana: ONEI.

Oficina Nacional de Estadísticas e Información. (2013). Informe Nacional del Censo de Población y Viviendas. Cuba. 2012. La Habana: ONEI.

Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI). (2014). Anuario Demográfico de Cuba. 2013. La Habana: ONEI.

Population Reference Bureau (PRB). (2014). Cuadro de datos de la población mundial.Washington, DC.

 



* Máster en Estudios sobre Población. Centro de Estudios Demográficos, Universidad de La Habana, Cuba. E-mail: mondejar@cedem.uh.cu

** Doctora en Ciencias Geográficas. Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, Universidad de La Habana, Cuba. E-mail: cesbh@matcom.ih.cu

*** Doctora en Ciencias Económicas, Centro de Estudios Demográficos, Universidad de La Habana, Cuba. E-mail: alina@cedem.uh.cu

[1] Estos porcentajes son superiores si se tiene en cuenta que estas publicaciones del Banco Mundial y del Population Reference Bureau (PRB) toman en estas cifras solo la población de 65 años y más en tanto la estructura comprendida en las edades de 55 a 64 es de un 8,5%.

[2] La tasa global de fecundidad de las mujeres cubanas fue de 1,71 hijos por mujer al cierre de 2013 y la esperanza de vida 78,45 como promedio para ambos sexos.

[3] A pesar de no contarse con la estructura de edades de los emigrantes externos, según la ONEI (2013), en el año 2012 salieron del país 46 662 personas,la mayor cifra después del año 1994 cuando la llamada Crisis de los Balseros.

[4] Lineamiento 144: "Brindar particular atención al estudio e implementación de estrategias en todos los sectores de la sociedad para enfrentar los elevados niveles de envejecimiento de la población". Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución.18 de abril de 2011.

[5] El periódico Granma ha dedicado espacios a publicaciones referidas a los temas de la dinámica demográficas de la población cubana en ediciones como las del 4 de abril de 2014 y 13 de noviembre de 2014.

[6] Alrededor de 2 041 392 ancianos viven en más de 1 millón y medio de hogares en Cuba, de los cuales el 20% se localiza en zonas rurales.

[7] Aproximadamente setenta de cada 100 movimientos que se produjeron en estos municipios, tuvieron un efecto redistributivo en ganancia de población.

[8] Los municipios Calixto García, Báguanos, Rafael Freyre, Frank País y Sagua de Tánamo tienen más del 50% de su población en espacios rurales.

[9] Solo esta información es referida a los hogares. El resto de la información fue suministrada a nivel de viviendas.

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