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Revista Novedades en Población

versión On-line ISSN 1817-4078

Rev Nov Pob vol.13 no.25 La Habana ene.-jun. 2017

 

ARTÍCULO ORIGINAL

La fecundidad en La Habana

 

Fertility in Havana

 

 

Grisell Rodríguez Gómez*
Gabriela María Dujarric Bermúdez**

 

 

Recibido: 20 de abril de 2017
Aceptado: 5 de mayo de 2017

 

 


RESUMEN

El análisis de la fecundidad desde el nivel, la estructura y los diferenciales ofrece una lectura bastante completa de esta variable y evidencia que su comportamiento en La Habana es similar al de Cuba. A partir de un análisis de datos de la ONEI, se pueden explicar una parte de los cambios demográficos que experimenta la población de estudio, en este caso de La Habana, en función de la variable. Con dicha base, los resultados del trabajo indican que en el período 2011-2015 los niveles de la fecundidad en la provincia se mantienen como los más bajos del país, aunque a su interior el análisis por municipios evidencia importantes heterogeneidades a considerar.

Palabras clave: diferenciales, estructura, fecundidad, La Habana, nivel.


ABSTRACT

To analyze fertility from its level, structure and differentials, gives a look pretty general of this variable and also it shows that its behavior in Havana is similar than in Cuba. Using ONEI data is possible to explain a part of the demographic changes that experiment the population of Havana related to this variable. The results show that between 2011-2015 fertility levels in the province are still the lowest in the country although the analysis from its municipalities evidences important heterogeneity.

Keywords: differential, fertility, Havana, level, structure.


 

 

Introducción

Los cambios en las dinámicas demográficas que acarrea la variable fecundidad exigen un análisis sistemático de la misma. Desde 1978 los niveles en Cuba están situados por debajo del nivel de reemplazo (tasa global de fecundidad [TGF] de 1,95 hijos por mujer); por lo que su estudio en la provincia de La Habana gana importancia en la medida en que este territorio ha mantenido durante años los niveles más bajos del país y un comportamiento semejante al mismo. En el período de estudio (2011-2015) la variable fecundidad muestra cifras de entre 1,47 y 1,43 hijos por mujer, no solo por debajo del nivel de reemplazo, sino incluso muy por debajo del nacional (1,72). Es preciso hacer una caracterización a partir de su nivel, estructura y diferenciales, si se quiere obtener información pormenorizada de la variable. En ese sentido, es plausible profundizar en grupos de edad que más aportan a la fecundidad, atributos de las madres, etcétera. Asimismo, estudiar las particularidades que tiene la provincia a su interior, constituye también una necesidad, para visualizar si el comportamiento en los municipios evidencia una mayor o menor semejanza con la provincia u otros territorios.

 

El nivel de la fecundidad

La provincia de La Habana, en el contexto nacional, se ubica históricamente como la de menores niveles de fecundidad, acompañada de Villa Clara y Matanzas, que se ubican en segundo y tercer lugar alternativamente a lo largo de los últimos cinco años. La tendencia es al ligero y paulatino descenso entre los años 2002 y 2015. El 2002 partió de un nivel cercano a 1,6 hijos por mujer y no se volvió a alcanzar este valor de partida en los años siguientes. La sima se ubica en el año 2007, en el que fue de 1,23 hijos por mujer (figura 1).

Específicamente, en el período en estudio, es decir, entre los años 2011 y 2015, la fecundidad se ha mantenido oscilando alrededor de valores muy bajos, entre 1,47 hijos por mujer en el año 2011 hasta 1,43 en el 2015, valor este muy por debajo del comportamiento nacional (1,72 hijos por mujer en el 2015). Estos dan cuenta de un sostenimiento cuasi estable en el quinquenio por debajo del nivel de reemplazo, aunque, si se aprecia el comportamiento desde 2002, pareciera que hay una ligera tendencia a la disminución (figura 2).

Un análisis al interior de los municipios de la capital posiciona a la fecundidad por debajo del reemplazo en todos los espacios. No obstante, es posible identificar algunas diferencias entre ellos. Los municipios que en el período 2011-2013 se ubican con los más elevados niveles son Cotorro, Arroyo Naranjo y San Miguel del Padrón, en ese orden. En tanto, los menores niveles se ubican en Plaza de la Revolución y Playa, con valores de 1,22 y 1,23 hijos por mujer respectivamente. En tanto, les siguen Diez de Octubre y Marianao con niveles de 1,37 hijos por mujer. Como es apreciable, en todos los casos el valor es muy inferior al reemplazo, aunque existen diferencias al interior. 

En la figura 3 se aprecia que hay seis municipios ubicados por encima del valor de la provincia: Cotorro, Arroyo Naranjo, San Miguel del Padrón, Boyeros, Habana del Este y Regla. El resto de los municipios se ubican en el nivel de la provincia o muy por debajo (figura 3 y tabla 1).

Para entender mejor el comportamiento de la variable fecundidad no basta conocer su nivel, sino además entender las características de su estructura, es decir, cuáles son las edades en las que las habaneras están teniendo sus hijos. Como tendencia, se puede apreciar que el mayor aporte a la fecundidad entre los años 2010 y 2015 es del grupo de 20 a 29 años, cuando esto ocurre se identifica a la fecundidad como dilatada. En ambas edades el aporte a la fecundidad es de alrededor del 60% de la fecundidad total. En el país el comportamiento en general tiende a ser temprano, es decir que el aporte del grupo de 20 a 24 años supera a los demás. En tanto, la capital cubana se ha destacado en el último decenio por una oscilación entre una fecundidad temprana y dilatada pero siempre con tendencia a la dilatación (figura 4).

La participación en la fecundidad de los grupos de edad a partir de 35 años, fue para el año 2015 la más alta del país. Es para La Habana de 11,4% en el peso de la fecundidad total. Ello da cuenta de una mayor participación de mujeres en esas edades dentro de la fecundidad.

En Cuba un tema de especial relevancia hoy son los sostenidos niveles de fecundidad adolescente en los últimos años, que se resisten a descender y cuyo peso en la estructura total de la fecundidad oscila entre 15,5 y 16%. La Habana se destaca como la provincia que muestra una menor tasa de fecundidad adolescente (entre 33 y 35 nacimientos por cada mil mujeres de 15 a 19 años), específicamente para el 2015 ese valor fue de 34,3. Esto contrasta con el resto del país, cuyo valor es de 52, 5 nacimientos por cada mil muchachas de 15 a 19 años. Asimismo, el peso dentro de la fecundidad total para La Habana es de alrededor del 12%, y para Cuba oscila en torno al 15%.

Si bien es un indicador alentador, resulta un tema a atender, pues para Cuba los embarazos prácticamente triplican a la fecundidad en estas edades adolescentes, y las interrupciones voluntarias de embarazos en estas edades son superiores a las de la población total. El comportamiento en La Habana es muy posible que se asemeje al del país, por ende, en este sentido las acciones en pos de la disminución de estos indicadores deben ser especialmente atendidas.

Con anterioridad se mostró el comportamiento para la provincia en su totalidad, pero se encuentran especificidades a nivel de los municipios con relación también a la estructura de la fecundidad (figura 5).

Atendiendo al aporte de cada grupo de edades a la fecundidad del municipio, son Regla, Cotorro y San Miguel del Padrón los que tienen un peso de más del 15% de la fecundidad adolescente en su fecundidad total. En tanto, los que menor peso de la fecundidad adolescente tienen ―Plaza de la Revolución, Playa y Habana del Este― son también las que muestran una fecundidad más tardía con cúspide entre 25 y 29 años y un elevado aporte del grupo de 30 y más.

El gráfico muestra que estos municipios, con una fecundidad adolescente más alta, son los que tienen, por lo general, una fecundidad temprana, con cúspide en el grupo de 20 a 24 años y un menor aporte de la fecundidad a partir de los 30 años.  

Como generalidad, mientras La Habana tiene una fecundidad con un bajo nivel y una estructura con alta participación del grupo de 20 a 29 años, así como el menor peso de fecundidad adolescente del país, hay diferencias marcadas entre sus municipios, en muchos casos alejándose del comportamiento de la provincia. Ello da cuenta de la necesidad de atender las especificidades y diferencias que condicionan los comportamientos en cada municipio y que La Habana no es una sola, sino que está integrada por múltiples heterogeneidades.

 

Características de la fecundidad según atributos de las madres

El comportamiento reproductivo de una población es diferencial atendiendo a un grupo de características que la distinguen; de modo que la situación conyugal, el nivel de escolaridad y la ocupación laboral marcan la manera en que se tienen los hijos en cada caso.

Así, para el período estudiado de 2011-2013, en lo relativo a la situación conyugal, son las mujeres casadas-unidas, es decir con algún vínculo conyugal, quienes muestran los más elevados niveles de fecundidad. Se destaca, como mismo ocurre para el país, que entre las mujeres que declaran estar unidas o casadas, la fecundidad supera el reemplazo, manteniéndose el resto de la fecundidad en niveles muy bajos (figura 6).

Ahora, atendiendo a los municipios de la capital, en todos los casos, también es la fecundidad en unión o matrimonio la que supera al resto con valores altos. Se destacan los municipios Cotorro, Diez de Octubre y San Miguel del Padrón. En el caso de las solteras las cifras más altas se corresponden con Arroyo Naranjo, Guanabacoa y Regla, mientras que las mujeres divorciadas y viudas (otra situación conyugal) evidencian valores mucho más bajos (figura 7).

Si se analiza el diferencial nivel de escolaridad, atendiendo a dos grandes grupos (de 0 a 6 años y 7 grados y más) es posible identificar que son las mujeres de más nivel educacional (7 grados y más) quienes muestran un mayor nivel de fecundidad. En ambos casos, sus niveles se ubican por debajo del reemplazo (figura 8).

Si se estudian los municipios, hay algunos comportamientos que destacan: el nivel de fecundidad de las mujeres de 0 a 6 grados es mayor en los municipios Regla y La Lisa, seguidos, aunque con menor nivel, por los municipios Cerro y Guanabacoa (figura 9).

Entre las más escolarizadas las tasas son más altas, se destacan Cotorro, Arroyo Naranjo y San Miguel del Padrón, aunque también con niveles por debajo del reemplazo. 

Resulta interesante la coincidencia en ambos casos con los municipios de mayor fecundidad en la provincia, pero alternándose, es decir, no son los mismos los que destacan en una u otra categoría.

El último diferencial que se presentará será la ocupación, en el que se encuentra que las mujeres cuya clasificación se corresponde con los quehaceres del hogar tienen una fecundidad más elevada, muy por encima del reemplazo (3,02 hijos por mujer), tal como también ocurre en Cuba. A continuación, pero ya con niveles muy bajos, están las mujeres ocupadas (1,3 hijos por mujer) (figura 10).  

Atendiendo a los municipios, se destacan dentro de las no ocupadas los casos de Boyeros y Centro Habana con 3,54 y 3,24 hijos por mujer, respectivamente. Llama la atención que en todos los municipios la fecundidad de estas mujeres dedicadas a los quehaceres del hogar se encuentra con valores por encima del reemplazo.

Entre las ocupadas destacan Arroyo Naranjo, Habana del Este, Cotorro y Regla; entre las estudiantes, aunque a menor nivel, son Regla, Cerro y Guanabacoa los que despuntan (figura 11).

 

Acotaciones finales

El comportamiento de la fecundidad en la capital da cuenta de un patrón particular en el contexto territorial. Se trata de la provincia en la que se verifica el menor nivel de fecundidad del país, lo que además es conducido por un conjunto de solo 5 municipios (Plaza de la revolución, Playa, Diez de Octubre, Marianao y Centro Habana), en los que se concentra el 38% de la población femenina en edades reproductivas de la capital y que muestran un nivel de fecundidad de 1,4 hijos por mujer o menos, lo que pudiera considerarse como un patrón de baja-baja fecundidad, que contrasta por manifestarse en otros contextos, específicamente de muy elevado desarrollo económico.

Se trata de un patrón que, en cuanto a la estructura, se diferencia del resto del país por ser de cúspide con tendencia a ser dilatada. Lo caracteriza, además, un rol significativo de la fecundidad de las mujeres de 30 años y más, acompañada de los menores niveles de fecundidad adolescente, cuya participación media también se encuentra por debajo del promedio nacional. A nivel municipal resaltan los municipios de Regla, San Miguel del Padrón y Cotorro como los de mayor fecundidad de las mujeres menores de 20 años. Así, en la medida en que disminuye el peso de la fecundidad adolescente, también lo hace el del grupo de 20-24 años, mientras aumenta el de 25-29, 30-34 y 35-39 años.

En este escenario de baja fecundidad, los niveles mayores se encuentran en las mujeres con vínculo marital, notablemente aquellas en unión consensual o casadas (aunque se conoce por investigaciones previas que es aún mayor en las que están en uniones), lo que tiene un notable correlato con los niveles de las mujeres dedicadas a los quehaceres del hogar, condiciones ambas en las que se verifica una fecundidad significativamente por encima del nivel del reemplazo, y que se acompaña, aunque a menor nivel, de la de las mujeres de 7 y más grados de escolaridad.

 

Referencias bibliográficas

Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI). (2003-2016). Anuarios Demográficos (años seleccionados). La Habana, Cuba: ONEI.



* Doctora en Ciencias Económicas y en Demografía. Profesora titular. Centro de Estudios Demográficos (CEDEM), Universidad de La Habana, Cuba. E-mail: grisell@cedem.uh

** Licenciada en Psicología. Centro de Estudios Demográficos (CEDEM), Universidad de La Habana, Cuba. E-mail: gabriela@cedem.uh.cu

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