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Revista Novedades en Población

versión On-line ISSN 1817-4078

Rev Nov Pob vol.14 no.27 La Habana ene.-jun. 2018

 

ARTÍCULO ORIGINAL

La fecundidad adolescente en La Habana entre 2010 y 2014

Adolescent fertility in Havana from 2010 to 2014

 

Grisell Rodríguez Gómez*
Anisley Rodríguez Reyes**

Recibido: 4 de abril de 2018
Aceptado: 2 de mayo de 2018

 


Resumen

La fecundidad adolescente en La Habana, si bien es la más baja del país ―36,8 nacimientos por cada mil mujeres de 15 a 19 años―, precisa ser estudiada con vistas a la propuesta de acciones para disminuir sus niveles. En el artículo se describe su comportamiento entre 2010 y 2014 atendiendo a edades simples. Se concluye con un estudio de las madres adolescentes en estas etapas atendiendo a los diferenciales nivel de escolaridad, ocupación y situación conyugal.

Palabras clave: adolescente, fecundidad, La Habana.


Abstract

Adolescent fertility in Havana, although it is the lowest in the country ―36.8 births per thousand women aged 15 to 19― needs to be studied with a view to proposing actions to reduce their levels. This article describes their behavior between 2010 and 2014, based on simple ages. It concludes a study of adolescent mothers in these stages attending to the differentials level of education, occupation and conjugal situation.

Keywords: Adolescence, fertility, Havana.


 

Desde finales de la década de los 60 y principios de los 70 la fecundidad comenzó a experimentar una tendencia al descenso en La Habana, en específico, y en Cuba, en general, a consecuencia de una combinación de cambios socioeconómicos (industrialización, modernización), culturales (individualización en proyectos de vida, nuevos estilos de familia), de género (creciente inserción laboral y protagonismo social de las mujeres) y tecnológicos (especialmente en el plano anticonceptivo). Adicionalmente, este proceso ha sido apoyado por políticas y campañas públicas en favor de la planificación familiar (Rodríguez, 2013).

En este marco histórico era de esperar que mujeres y hombres comenzaran a reducir el número de hijos, extendiendo esta baja hacia las y los adolescentes, lo que efectivamente ocurrió hasta el año 2006. Desde este año, la fecundidad antes de los 20 años ha presentado una tendencia distinta: primero refractaria a la baja, y luego con una nueva propensión al aumento en varias provincias y territorios del país (Molina, 2017).

El tema de la fecundidad adolescente ha sido muy estudiado en Cuba en los últimos años. Se ha abordado a través de diversas fuentes de información y desde diferentes perspectivas.

Si bien este es un tema del que se ocupan los investigadores, los prestadores de servicios y los tomadores de decisión, el comportamiento diferenciado entre los territorios del país, la búsqueda de los condicionantes del mismo, así como la necesidad de organizar acciones para disminuir sus niveles, indican la necesidad de insistir en su estudio.

Por ello, el estudio diferenciado de la fecundidad adolescente en las distintas provincias aporta valiosa información. La Habana, por ser la provincia de menor fecundidad adolescente del país, precisa un estudio específico a su interior.

La Habana, capital de Cuba, con 2 119 607 habitantes en 2014,[1] tiene la mayor concentración del país, así como es la ciudad más importante por su peso económico y político. Se ha ubicado históricamente como la provincia de más baja fecundidad del país.

De manera general, la fecundidad en la provincia de La Habana presenta un patrón de cúspide dilatada ―concentrándose el mayor número de nacimientos en los grupos de 20-24 y 25-29 años― si se analiza el período de los años 2010-2014, aunque cada año en particular tiene sus peculiaridades en el comportamiento (figura 1).

En lo que respecta a la fecundidad adolescente en particular, un análisis por provincias muestra que La Habana, durante todo el período, mantiene las más bajas tasas de fecundidad adolescente del país, muy por debajo de la media nacional (figura 2), alcanzando en el quinquenio 2010-2014 un promedio de 36,58 nacimientos por cada mil mujeres de 15-19 años.

En La Habana, en el período estudiado, no se registran nacimientos de mujeres menores de 12 años. Un análisis de la estructura de la fecundidad en La Habana en el año 2010 revela que la misma presenta una estructura joven. La mayor parte de esta se concentra en el grupo entre 20 y 24 años, que aporta alrededor del 31% de la fecundidad, seguido por el grupo 25 a 29 con el 25%. No obstante, resulta interesante el aporte de las jóvenes entre 15 y 19 años, quienes representan el 13% de la fecundidad total. Es interesante cómo en el año 2014 esta estructura muestra un ligero cambio. La mayor fecundidad la posee el grupo de 25-29 años con cerca del 30%, seguido por el grupo de 20-24 con el 26%, manteniéndose el resto de los grupos relativamente iguales. Este proceso de cambio en la estructura en La Habana da cuenta de tránsitos desde cúspides tempranas a dilatada y tardía, no obstante, en el período como tendencia la estructura fue de cúspide temprana.

Es interesante destacar que las mujeres de 10 a 14 años tienen un nivel de fecundidad muy bajo, aunque no lo es más que la del grupo de 44-45 años.

Si se analiza atendiendo a algunas de las características diferenciales de las adolescentes madres, analizando en primera instancia al grupo de 12 a 14 años, se aprecia que en el quinquenio 2010-2014 predominó en La Habana, las adolescentes madres acompañadas seguido por las solteras, con 7 a 9 grado de escolaridad y que se dedican a los quehaceres del hogar o son estudiantes. En el grupo de 15-17 años para el período de análisis predominan las madres unidas, igualmente dedicadas a los quehaceres del hogar y con un nivel de escolaridad de 7 a 9 grados.

 

Niveles, tendencia y estructura de la fecundidad adolescente en La Habana en el período 2010-2014

La Habana, a pesar de ser la provincia de menor fecundidad del país, ha mostrado un incremento oscilante en la fecundidad de las adolescentes en los últimos cinco años, destacándose fundamentalmente el grupo de 12-14 años. Es este uno de los temas más preocupantes debido a las complicaciones en la salud y en la vida que puede ocasionar ser madres a tan temprana edad.

Cuando se habla de fecundidad adolescente generalmente se hace referencia a todos los eventos producidos entre los 10 y 19 años, no obstante, por la repercusión que en la vida de estas muchachas tiene la maternidad, es importante un análisis independiente en las menores de 15 años. A ello se le une, en el caso de Cuba, la estabilidad en el número de nacimientos de madres en estas edades en los últimos años.

Una comparación entre el grupo de adolescentes de 12-14 años y el de 15-19 revela que, entre el año 2010 y 2014, la tasa específica de fecundidad de las adolescentes de 15 a 19 años ha disminuido, pasando de 36,63 a 33,67 hijos por cada mil mujeres, mientras que en el grupo 12-14 años ha aumentado, transitando de 0,61 hijos por cada mil mujeres en estas edades en el 2010 a 0,93 en el 2014 (figuras 3 y 4). Por su parte, el peso ha seguido el mismo comportamiento, el grupo 15-19 pasó de representar el 13,34% de la fecundidad total en el 2010 al 11,96% en el 2014. Con relación a la proporción de la fecundidad de 12-14 años, mientras en el 2010 representaba el 0,22%, ya en el 2014 el valor fue de 0,33% (figura 4).

A partir de estos datos se puede hacer varias reflexiones. En primer lugar, efectivamente es necesario separar la fecundidad de 15-19 años de la de menores de 15, pues el comportamiento es diferente y preocupante en el país y en particular en la capital. Por una parte, se ha producido una disminución de la tasa específica y del peso de la fecundidad del grupo de 15-19 años, debido a la caída que experimentaron tanto los nacimientos como la población media en este grupo de edad en el período analizado. Mientras que en el caso de las adolescentes de 12-14 años se registró un aumento de la tasa y del peso relativo, lo cual confirma que, de cualquier forma en que sea analizado, existe un aumento del indicador en estas edades.

Profundizando en este análisis al interior de los adolescentes en general, valdría diferenciar entonces el comportamiento de las tasas de manera particular en las diferentes edades. Un análisis por edades simples muestra que las tasas específicas de fecundidad correspondientes a las edades 12, 13, 14, 15, 16 y 17 años han mostrado una tendencia al aumento en el período analizado; contrario a lo que sucede con la fecundidad de las mujeres de 18 y 19 años, las cuales han mostrado un comportamiento oscilante con una tendencia al descenso (figura 5). Se observa que la fecundidad de las adolescentes de 18 y 19 años está determinando la tendencia en la evolución de la fecundidad de todo el grupo (15-19 años). Por tanto, es evidente que el camino hacia el descenso de la fecundidad adolescente está conducido por el grupo de 18 a 19 años.

Si se profundiza en el comportamiento de la estructura atendiendo a edades simples de la adolescencia, se aprecia que, de manera general, las edades de 12 a 17 años han aumentado ligeramente su contribución relativa, a la par que ha disminuido el rol que juegan las edades de 18 y 19 años, al pasar la fecundidad de las adolescentes de 19 años, de representar el 40,26 % en el 2010, a ser el 34,11% en el 2014. Resulta interesante cómo el aporte de las adolescentes de 18 años aumenta en el 2011 pero a partir de ese año comienza a disminuir (tabla 1).

Un estudio según edades simples, como muestra la tabla 1, para comprender el movimiento en el tiempo de la estructura, permite percibir que el comportamiento en 2014 con relación al 2010 es ascendente según edades simples, es decir que en cada caso aumenta la importancia en la medida en que aumenta la edad, con excepción de los 19 años, en el que se aprecia un descenso, si bien al interior del periodo puede haber un comportamiento sinuoso en todas las edades.

Con respecto a ambos grupos de edades antes mencionados, 12-14 y 15-19 años respectivamente, se puede observar que el grupo de 12-14 años manifiesta una ligera tendencia al aumento dentro de la fecundidad adolescente, siendo en el año 2010 de un 1,64% y alcanzando en 2014 un 2,69%, lo que quiere decir que durante estos cinco años ha crecido en 1.05 puntos porcentuales, dato que resulta bien interesante ya que no ocurre lo mismo con el grupo de 15-19 años, el cual ha ido manteniendo una disminución paulatina con respecto a la fecundidad adolescente. En resumen, se puede observar que el grupo más representativo dentro de la fecundidad adolescente habanera es el grupo de 15-19 años, pero el que está jugando un rol más importante, debido al aumento de su aporte, es el grupo de 12-14 años (tabla 2).

Una vez profundizado en los niveles, tendencia y estructura de la fecundidad adolescente habanera, se realizará un análisis del comportamiento de esta variable por municipios con el objetivo de mostrar los municipios de mayor y menor fecundidad adolescente en La Habana y cuál ha sido su tendencia y contribución en los años de estudio.

 

La fecundidad adolescente en La Habana. Un análisis por municipios

La fecundidad habanera ha mantenido niveles bajos sostenidos en el tiempo durante ya varias décadas, es por ello que se hace necesario abordar otros niveles de análisis para poder estudiar la dinámica en contextos sociales de mayor proximidad a la muchacha (por ejemplo, espacios territoriales como el municipio). A continuación, se mostrará la tasa de fecundidad adolescente de 12-14 y 15-19 años por los municipios de la provincia de La Habana (figuras 6 y 7).

La mayor tasa de fecundidad del grupo de 12-14 años le corresponde al municipio de Regla con 1,97 hijos por cada mil mujeres en estas edades, ubicándose muy por encima de la media de la provincia de La Habana. En segundo lugar, se encuentra la tasa de La Habana Vieja con 1,54 por cada mil mujeres, seguida por la de Centro Habana con 1,32. Los menores valores los ostenta Plaza de la Revolución con solo 0,25 hijos por cada mil mujeres de 12-14 años de edad; en segundo lugar, La Lisa y en tercero Diez de Octubre. Lo anterior es muestra de la heterogeneidad de la fecundidad adolescente en La Habana, según sus municipios.

Respectoal grupo 15-19 años (figura 7), el mayor valor se observa en los municipios San Miguel del Padrón y Cotorro con 48,63 nacimientos por cada mil mujeres en estas edades, seguidos por Arroyo Naranjo con 48,15 nacimientos por cada mil mujeres. Plaza de la Revolución, Playa y Diez de Octubre, en ese orden, muestran las tasas inferiores con 17,35; 24,80 y 28,76 hijos por cada mil mujeres de 15-19 años.

Es interesante que coinciden los municipios Plaza de la Revolución y Diez de Octubre como dos de los municipios con menor tasa de fecundidad adolescente en los dos grupos (12-14 y 15-19).

Resulta de interés, además, observar que Centro Habana, siendo el tercer municipio de mayor fecundidad adolescente en el grupo 12-14 en La Habana, muy por encima de la media habanera, está dentro de los municipios de menor fecundidad en adolescentes entre 15-19 años. Este es un fenómeno que podría ser estudiado con mayor profundidad.

Una vez analizados los valores generales, se hace necesario observar la tendencia de cada municipio a través del tiempo. Ya los datos de La Habana mostraron dos elementos importantes: la fecundidad de menores de 15 años tuvo un ligero aumento en el período y la del grupo 15-19 un ligero decremento.

En la tabla 3 se observa que, con la excepción de los municipios de Regla, San Miguel del Padrón, Cerro, La Lisa y Cotorro, todos los demás muestran un aumento en la fecundidad de las adolescentes menores de 15 años entre el 2010 y el 2012. Entre el 2012 y el 2014 también se observa que ha aumentado este índice, a excepción de Guanabacoa, San Miguel del Padrón, Diez de Octubre y Arroyo Naranjo, con la peculiaridad de que, aunque se observa una disminución entre 2012 y 2014 en Guanabacoa y Arroyo Naranjo, las cifras de estos dos municipios continúan siendo superiores a las observadas en el 2010.

Las adolescentes de 15 a 19 años (tabla 4) muestran un comportamiento por municipios contraria a la que muestran las menores de 15 años, en este grupo de edad la variable ha disminuido su valor en la mayoría de los municipios. Entre 2012 y 2014, en los únicos municipios en que el valor de la fecundidad adolescente no bajó fue en Centro Habana, La Habana Vieja, San Miguel del Padrón, Marianao y La Lisa. Es interesante cómo en los primeros cuatro municipios mencionados entre el 2010 y el 2012 se observa un descenso en la tasa específica del grupo, luego vuelve a estar por encima del mostrado en el 2012.

Es notable que Playa y Regla han mantenido un ritmo constante de disminución de la fecundidad adolescente, mientras que el resto ha tenido oscilaciones; sin embargo, es generalizado el hecho de que el 2014 muestra valores inferiores al 2012.

Resulta interesante que, durante casi todo el período, San Miguel del Padrón mantuvo las más elevadas tasas de fecundidad en las mujeres de 15-19 años, alcanzando en el 2014 un valor de 47,03 nacimientos por cada mil mujeres en este grupo de edad.

Por consiguiente, un análisis de la contribución de los nacimientos por municipios a los nacimientos totales en la provincia de La Habana reveló los siguientes resultados.

En el quinquenio analizado, los municipios Arroyo Naranjo, San Miguel del Padrón y Boyeros fueron los de mayor contribución, representando en el período entre el 10% y el 14% del total de nacimientos en la provincia, mientras Plaza de la Revolución y Regla aportaron entre un 2 y 3%. La diferencia entre estos municipios alcanzó en el 2010-2014 más de 7 puntos porcentuales (tabla 5).

De los municipios analizados, Plaza de la Revolución, Centro Habana, La Habana Vieja, Diez de Octubre, Marianao, La Lisa y Cotorro han mostrado un aumento en el aporte a los nacimientos totales de la capital en el período de análisis, entre los que se destaca La Lisa con una diferencia del 2014 al 2010 de 2,05%. En el resto de los municipios el peso de sus nacimientos comenzó a descender a partir del año 2010, se ubicó el municipio de San Miguel del Padrón como aquel donde más se redujeron los nacimientos (cayeron en 1,45% en el año 2014 en comparación con el 2010). Es importante señalar que este análisis no es referido a la fecundidad sino a los nacimientos, por ende, no es posible hacer una relación directa entre ambos.

De manera general, los elementos hasta aquí expuestos están apuntando a que los niveles de la fecundidad adolescente se han comportado de manera diferente atendiendo a los dos grupos de edad. En el grupo de 12-14 años se registra un aumento tanto del peso como de la tasa específica de fecundidad, pasando la tasa de 0,61 hijos por cada mil mujeres en estas edades en el 2010 a 0,93 en el 2014, y el peso, de 0,22% en el 2010 a 0,33% en el 2014. A diferencia, en el grupo de 15-19 años se registró una caída en la tasa y el peso de su fecundidad en los años de estudio. Específicamente, al interior del grupo, se puede distinguir que las tasas específicas de fecundidad correspondiente a las edades 12, 13, 14, 15 años han mostrado una tendencia al aumento, mientras que la fecundidad de las mujeres en edades de 18 y 19 años ha tenido un comportamiento oscilante con una tendencia al descenso. En tanto, las edades de 16 y 17 años muestran un recorrido oscilatorio. Parece ser que las edades 18 y 19 años estarían conduciendo el camino al descenso de la fecundidad adolescente en la provincia.

En lo relativo a la estructura al interior del grupo, se evidencia un aumento de la participación de las edades de 12-17 años en la fecundidad, con una relativa menor participación de las muchachas de 18 y 19 años. La fecundidad de las adolescentes de 19 años, de representar el 40,26% en el 2010, pasa a ser el 34,11% en el 2014. Adicionalmente, se registra cada año un aumento del aporte a medida que aumenta la edad, por lo que la estructura de la fecundidad adolescente en La Habana presenta una tendencia al envejecimiento, a pesar de que el aporte de las adolescentes en edad tardía ha ido disminuyendo en el período analizado.

En tanto, un estudio por municipios nos revela que en el grupo de 12-14 años el municipio de mayor tasa de fecundidad es Regla, alcanzando un valor de 1,97 hijos por cada mil mujeres durante el período. Por su parte, San Miguel del Padrón y Cotorro son los municipios de mayor tasa en el grupo de 15-19 años. Plaza de la Revolución se destaca por ser el municipio de menor tasa de fecundidad adolescente en los dos grupos de edad (12-14 y 15-19). En cuanto a la contribución de los nacimientos, los municipios Arroyo Naranjo, San Miguel del Padrón y Boyeros fueron los de mayor contribución, mientras Plaza de la Revolución y Regla figuraron como los de menor aporte al total de nacimientos.

Una vez analizadas las especificidades de la fecundidad adolescente habanera entre 2010 y 2014, valdría caracterizar a las protagonistas de este proceso reproductivo, poniendo de manifiesto los elementos distintivos o característicos de las madres adolescentes pertenecientes a la provincia de La Habana, en los últimos cinco años.

 

Características de las madres adolescentes habaneras

A partir de las características que muestra la estructura de la fecundidad adolescente en La Habana en los años de estudio, se pretende en este epígrafe identificar las peculiaridades de las muchachas habaneras que han tenido sus hijos entre los 12 y 19 años de edad en el período 2010-2014.

No solo resulta importante para los estudiosos del tema, sino también para los decisores de los distintos sectores, en materia de conocer particularidades de la fecundidad adolescente habanera, así como las características al interior del grupo. Una vez dadas a conocer las peculiaridades de estas madres tan jóvenes, la información puede ser muy valiosa en la línea de la educación integral de la sexualidad.

Entre las variables más importantes a considerar se encuentran:

Relativas a la madre: situación conyugal, nivel de escolaridad, situación ocupacional y cantidad de abortos.

Relativas al recién nacido: año de nacimiento, peso al nacer.

En el período de 2010 al 2014 en La Habana hubo un total de 98 769 nacimientos, de ellos el 11,81% corresponde a madres con edades entre 12 y 19 años. En 2010 llegaron a representar un 12,3%, pero en 2014 un 11,25% del total de nacimientos en ese año, lo que quiere decir que en estos cinco años se ha evidenciado una disminución del aporte de los nacimientos de las madres adolescentes, la cual, aunque no ha sido muy pronunciada, pudiera afirmarse que se ha mantenido con bastante estabilidad (figura 8).

 

Madres adolescentes habaneras en el período 2010-2014

Los nacimientos de madres menores de 20 años en el período 2010-2014 constituyen alrededor del 12% del total. Como se puede observar en la figura 9 estos alumbramientos, en números absolutos, muestran un ligero descenso en el año 2012 y en el 2014, pero de manera general se han mantenido en valores bastante estables en los cinco años analizados. Como es obvio, no llegan a representar ni siquiera la quinta parte del total de nacimientos en todo el período, pero, sin embargo, todavía ellas tienen un aporte dentro de la fecundidad, es por eso que se consideró de mucho interés establecer sus características contrastándolas con las de aquellas madres de 20 años y más.

La estructura de nacimientos adolescentes en el período 2010-2014 tuvo un proceso de descenso hasta el año 2013, donde el peso vuelve a aumentar. Posteriormente, en el año 2014 desciende nuevamente y se ubica en el valor más bajo de este período. De manera general el comportamiento de la fecundidad de este grupo de edad ha sido oscilatorio con una ligera tendencia a la disminución. Similar ha sido el comportamiento de las mujeres de 20 años y más (tabla 6).

Conocer las características de las mujeres adolescentes que están asumiendo el rol materno en La Habana en el período 2010-2014, puede ayudar a crear políticas y servicios dirigidos a prevenir el embarazo en la adolescencia y que ellas tengan mejores posibilidades, condiciones y oportunidades de elegir el momento adecuado y deseado por ellas para tener sus hijos. A continuación, se caracterizará a las protagonistas de este proceso reproductivo atendiendo a: su situación conyugal, nivel de escolaridad, situación ocupacional, número de abortos que se han realizado y peso de sus hijos al nacer.

 

Situación conyugal

Del total de las madres adolescentes habaneras, el 90% declaran estar acompañadas o casadas, en el momento del nacimiento de su hijo, por lo que solo están teniendo a sus hijos solas, el 10%. En tanto, al interior del grupo se destacan las madres menores de 15 años por estar solas el 25%, mientras que las madres de 15-19 años solo están solas el 10%.

En correspondencia con las madres de 20 años y más, también están en su mayoría unidas o casadas (el 94%), es decir, los valores son bastante similares. Al parecer la condición conyugal no se diferencia de manera sustancial en ambos grupos por edad de la madre, solo que particularmente las más jóvenes (12 a 14 años) están un poco más solas en el momento del nacimiento de sus bebés.

Si se analiza al interior del grupo de las madres adolescentes, se observa que en el grupo de 12-14 años, en el quinquenio 2010-2014, existe una tendencia al aumento de las madres que tienen a sus hijos sin cónyuge, pasando del 11% del total de nacimientos en el 2010 a 29% en el 2014. Por consiguiente, el porcentaje de madres de este grupo que tienen sus hijos casadas o acompañadas ha caído en estos años (figura 10).

Mientras, en el grupo de 15-19 años las madres que se declaran sin vínculo conyugal han mostrado un comportamiento relativamente estable, con una ligera tendencia al descenso. Mientras que las adolescentes madres que están casadas o unidas han aumentado levemente su peso en estos años, apreciándose al inicio y final del período (figura 12). En resumen, resulta interesante cómo los nacimientos provenientes de madres de 12-14 sin cónyuge han ido aumentando en el tiempo, en detrimento de los provenientes de madres casadas o unidas. Sin embargo, los nacimientos de las madres de 15-19 con cónyuge o sin cónyuge se han ido manteniendo en el tiempo (oscilando, en el primer caso, alrededor de un 10% y, en el segundo, alrededor de un 90%).

 

Nivel educacional

Teniendo en cuenta dos agrupaciones dentro del nivel de escolaridad de la madre ―cero a seis grados y siete grados y más― se observa que el grupo de adolescentes en general, presenta un elevado nivel de escolaridad (98%), y solo un 2% de ellas están en situación de abandono o atraso escolar, pues poseen menos de 6 grados de escolaridad.

Analizando al interior del grupo, se puede apreciar, como es lógico, que las muchachas de 12 a 14 años ya deben haber cursado los estudios primarios, sin embargo, el 36% de estas adolescentes están atrasadas y aún cursan de 0-6 grados o abandonaron los estudios. En tanto, del grupo de 15-19 años, el 98% se encuentra cursando 7 grados y más, lo que quiere decir que la mayoría de estas madres terminaron su nivel medio y quizás algunas se encuentren en niveles superiores de estudio. Esto por supuesto tiene una correspondencia con la edad en que se convierten en madres, sin embargo, es evidente que en las edades menores está presente un mayor abandono o atraso en los estudios (tabla 7).

Si se comparan con el grupo de 20 años y más, se aprecia un comportamiento muy similar, el 99% de ellas cursa estudios superiores a los 7 grados de escolaridad y solo el 1% presenta abandono escolar (figura 13). De manera general, en La Habana, en los años de análisis se observa un elevado nivel escolar tanto en las madres adolescentes como en las madres de 20 años y más, representando solo alrededor del 1% y el 2% del total de madres las que poseen 0-6 grados de escolaridad.

Un análisis de la evolución de las madres adolescentes por grupo de edad revela que las adolescentes de 12-14 años, en el transcurso de los años, han experimentado un aumento de la deserción o atraso escolar, pasando de representar el 25% en el 2010 al 46% del total de las madres en estas edades en el 2014. Este fenómeno resulta de gran importancia, debido a que revela que las madres adolescentes habaneras, lejos de continuar sus estudios, los están abandonando. Sin embargo, no se observa la misma conducta en las madres de 15-19 años. Las mismas han mostrado un comportamiento muy estable en estos años, solo alrededor del 2% de ellas se atrasan o abandonan sus estudios (tabla 8).

Situación ocupacional

En el período de estudio, del total de madres adolescentes solo el 18% están ocupadas mientras el resto están desocupadas (son estudiantes o se dedican a los quehaceres del hogar). Sin embargo, un análisis al interior de las adolescentes revela que las más jóvenes (12-14 años) están mayormente desocupadas (62%) y se dedican a los quehaceres del hogar en su mayoría. Este comportamiento pudiera sugerir que muchas de estas madres adolescentes abandonan sus estudios para asumir la responsabilidad de madre y de ama de casa de su hogar. En estas edades no se registran madres en situación de ocupadas, lo que es de esperar, debido a que es a partir de los 16 años de edad que los jóvenes se pueden incorporar al mercado de trabajo. En el grupo de 15-19 años el 18% del total de las madres están ocupadas y un 14% están estudiando, mientras que el resto están desocupadas. Al igual que el grupo de 12-14 años, estas madres adolescentes terminan o abandonan sus estudios para dedicarse a los quehaceres del hogar, las estudiantes representan solo el 14% del total de desocupadas y las amas de casa el 68% (figura 14).

Al referirse a un análisis por años de las madres adolescentes según situación ocupacional, resulta destacable que en el grupo de 12-14 el peso de las adolescentes estudiantes aumenta de 38% en el año 2010 a un 46% en el año 2014. Es interesante la caída que experimenta este valor en el año 2013, cuando solo representa el 25% del total de madres adolescentes. Las adolescentes de 15-19 que se dedican a los quehaceres del hogar han mostrado en los años de análisis una tendencia al aumento, hasta alcanzar en el último año un valor del 71%. Resulta relevante el peso de las madres ocupadas en este grupo de edad, el cual ha disminuido con el transcurso del tiempo (tabla 9).

Número de abortos

Un análisis del número de abortos voluntarios que se han realizado estas madres, tendrá en cuenta tres agrupaciones: 1 aborto, 2 abortos y más de 2 abortos. En las muchachas adolescentes habaneras (12 a 19 años) sucede que el 39% ha recurrido al aborto en su trayectoria reproductiva; de ellas, el 26% se ha realizado uno, el 10% dos y un 3% aproximadamente, más de dos. El hecho de que la cuarta parte de ellas hayan recurrido al aborto en tan corto tiempo está confirmando una alta recurrencia a su uso.

Las adolescentes que tienen edades entre 12 y 14 años presentan un menor porcentaje con respecto a aquellas que poseen entre 15 y 19 años. Se someten a un aborto solo el 3% de las más pequeñas, sin embargo, un 27% corresponde a las muchachas de 15-19 años (figura 15).

Comparándolas con las madres de 20 años y más, como es obvio, estas han utilizado el aborto más que las madres adolescentes, representando el 70%; el 27% de estas mujeres se han hecho uno, un 21% dos y un 22% más de dos (tabla 10). Estas cifras son más elevadas, pero ambos grupos están confirmando los altos niveles de uso de aborto en la población habanera.

Respecto a la evolución del número de abortos de madres adolescentes en el período 2010-2014, se observa que en el grupo de 12-14 años ha aumentado el porcentaje de madres que no se han practicado ningún aborto, pasando de representar el 88% en el 2010 a ser el 100% en el 2014. En el grupo de 15-19 años los porcentajes se han mantenido relativamente estables en estos años, las jóvenes que no se han practicado ningún aborto representan alrededor del 60%, aproximadamente 27% las que han recurrido a un aborto en su trayectoria reproductiva, 10% las que se han practicado 2 abortos y un 3% las que se han realizado más de 2.

 

Peso al nacer

De las muchachas adolescentes habaneras, el 6% tienen bebés con bajo peso, es decir menos de 2500 gramos, y un 94% son normopeso o peso normal, 2500 gramos y más. Sin embargo, cuando se analiza al interior del grupo, son las madres de 12 a 14 años las que tienen más bebés con bajo peso (12%), lo cual es obvio por la constitución y preparación física en estas edades para la maternidad. En tanto, a las jovencitas con edades entre 15 y 19 años les ocurre, pero en un porciento menor (6%).

Teniendo en cuenta el comportamiento de las madres habaneras de 20 años y más, es preciso señalar que solamente alrededor de un 5% tienen bebés con bajo peso, mientras que en las adolescentes este porciento es ligeramente más elevado. No existe casi diferencia entre estos valores, precisamente porque en general en Cuba los niveles de bajo peso al nacer son muy bajos debido la atención especializada que se brinda por el Programa Materno-Infantil a todas las gestantes; sí es de señalar que el bajo peso al nacer es algo más frecuente en adolescentes, por razones obvias, de menor preparación desde el punto de vista físico para la gestación, tan es así que este es mucho más frecuente en las más jovencitas (de 12 a 14 años) (figura 16).

En el transcurso de los años, como se aprecia en la tabla 11, está disminuyendo paulatinamente el bajo peso al nacer de niños de madres adolescentes de 12-14 años de edad, lo cual es también un producto de la atención a la futura madre en estas edades, desde una política intencionada de salud pública. En el caso de las madres adolescentes habaneras de 15-19 los valores se han mantenido estables, los nacimientos de bebés con bajo peso representan el 6% y el 94% nacen con peso normal.

A modo de conclusiones

En resumen, los nacimientos de madres adolescentes habaneras en el período 2010-2014 representan el 11,81% del total de nacimientos que tuvieron lugar en la provincia de La Habana, y en términos de estructuras han tenido un ligero descenso, del 12,30% en el año 2010 a 11,25% en el 2014. De manera general, tanto los nacimientos en términos absolutos como el peso, se han mantenido en valores bastantes estables en los cinco años de análisis. En tanto, estas madres se caracterizan por estar acompañadas o casadas en el momento del nacimiento de sus hijos (el 90% declaran tener un cónyuge); tienen un nivel escolar de más de 7 grados en el 98% de los casos, solo el 2% está en situación de abandono o atraso escolar. Con relación a la situación ocupacional, solo el 18% están ocupadas, mientras el resto están desocupadas (el 14% son estudiantes y el 68% se dedican a los quehaceres del hogar). En las muchachas adolescentes habaneras (12 a 19 años) sucede que el 39% ha recurrido al aborto en su trayectoria reproductiva y el 6% están teniendo un hijo con bajo peso al nacer, cifra muy similar a la de las madres de 20 años y más.

Pudiera afirmarse que en La Habana está teniendo lugar un comportamiento similar, debido a que en el grupo de adolescentes de 15-19 años, en el período 2010-2014, solo el 14% eran estudiantes, mientras el 18% se incorpora al mercado laboral y el 68% se dedica a los quehaceres del hogar. Por otra parte, si se observa la evolución de las madres de 12-14 años, se tiene que en los años de análisis ha aumentado el porcentaje de madres que abandonan o se atrasan en sus estudios, pasando de representar el 25% las madres que tienen menos de 6 grados de escolaridad en el 2010 al 46% del total de las madres en estas edades en el 2014. Unido a esto, se aprecia que son estas madres las que han mostrado un incremento en su fecundidad, lo que hace pensar que una vez que estas muchachas quedan embarazadas abandonan sus estudios para dedicarse al cuidado de sus hijos y de su hogar.

Pudiese, además, estar sucediendo que las madres adolescentes habaneras abandonan sus estudios previamente al momento de quedar embarazada, tal y como se sugiere en el estudio realizado por Matilde Molina (2017). Por tanto, para una mayor comprensión del fenómeno, se requeriría realizar un estudio detallado al respecto.

Por otra parte, con relación a la situación conyugal, en la Habana se observa que son las madres de 12-14 años las que están más solas en el momento de tener a sus bebés, en comparación con las madres de 15-19 años. Por tanto, son estas madres más jóvenes que tienen un menor nivel de estabilidad conyugal, las que van a presentan mayores dificultades en la crianza de sus hijos afectando el desempeño escolar. Es así como, la fecundidad adolescente no sólo implica una serie de adversidades para la madre, sino también para sus hijos.

Referencias bibliográficas

Molina, M. (2017). La fecundidad adolescente en cuba a partir de 1990. La familia como espacio de influencia (Tesis presentada en la opción al grado científico de doctor en Ciencias demográficas). Centro de Estudios Demográficos (CEDEM), Universidad de La Habana, Cuba.

Rodríguez, G. (2013). De lo individual a lo social. Cambios en la fecundidad cubana. La Habana: Editorial CEDEM.

 



* Doctora en Ciencias Económicas. Centro de Estudios Demográficos (CEDEM), Universidad de La Habana, Cuba. E-mail: grisell@cedem.uh.cu

** Licenciada en Economía. Facultad de Economía, Universidad de La Habana, Cuba.

[1] Población media anual según estimaciones realizadas por la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI) (Oficina Nacional de Estadística e Información, 2014).

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