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Revista Novedades en Población

versión On-line ISSN 1817-4078

Rev Nov Pob vol.14 no.27 La Habana ene.-jun. 2018

 

ARTÍCULO ORIGINAL

Rasgos de bienestar según fuentes de ingreso en un grupo de adultos mayores de barrios capitalinos

 

Traits of welfare according to sources of income in a group of elder adults in the capital

 

 

Ailyn Delgado Pérez*
Luisa Íñiguez Rojas**

 

Recibido:15 de julio de 2017
Aceptado:15 de octubre de 2017


Resumen

La vejez forma parte de una de las etapas del ciclo vital y se refleja a partir de una edad determinada socialmente. Esta etapa de la vida trae aparejadas transformaciones en el plano personal, en las determinaciones físicas, en ocasiones una dependencia financiera, el cambio de roles dentro del entorno familiar, de ahí que sea de interés su estudio. Es de gran importancia para la sociedad cubana saber la forma en que se percibe el bienestar en la vejez por ese grupo etario, puesto que Cuba presenta un envejecimiento acelerado de su población. En la investigación presente se estudia el bienestar de adultos mayores de cuatro barrios de la ciudad de La Habana, que presentan fuentes de ingresos diversas. La muestra está compuesta por 103 ancianos(as) mayores de 60 años de edad, a los cuales se les aplicó una entrevista-cuestionario. Los resultados evidenciaron que las diferentes fuentes de ingreso que muestran los adultos mayores influyen pero no determinan el bienestar de los mismos y de que existe una diversificación de necesidades e interioridades en torno a este gran grupo etario denominado adulto mayor.

Palabras clave:bienestar, adultos mayores, economía.


Abstract

   Old age is part  of one of the stages of the life cycle and is reflected from a socially determined  age. This stage of life brings about transformations in the personal plane, in  physical determinations, sometimes a financial dependence, the change of roles  within the family environment, hence the importance of its study. It is very important  for Cuban society to know how well-being is perceived in old age by that age  group, since Cuba presents an accelerated aging of its population. The present  research studies the welfare of older adults from four neighborhoods of the city  of Havana, which present diverse sources of income. The sample is composed of  103 elderly people (as) over 60 years of age, to whom an interview-questionnaire  was applied. The results showed that the different older adults’ sources  of income influence but do not determine their well-being and that there is  a diversification of needs and interiorities around this large age group.      
 Keywords: welfare, older adults, economy.

 

Introducción

En los tiempos actuales ha sido objeto de interés el estudio del proceso de envejecimiento en diferentes disciplinas de investigación, entre otras razones, por la marcada denotación que tiene para la sociedad afrontar el proceso de una población envejecida.

La percepción de la vejez como objeto social, o sea, la representación que de la vejez existe en la sociedad, es la construcción de formas de pensar y explicar este fenómeno, de este modo es compartido por el contexto social lo que conciben los individuos por la realidad existente referente a la vejez; es decir, las concepciones que tienen los seres humanos sobre la forma de desarrollarse los(as) ancianos(as) según sexo, color de la piel, cultura, ocupación, entorno ambiental, entre otros. Estos elementos condicionan la idea que tienen las personas de los adultos mayores como también la noción que tienen estos últimos sobre sí mismos.

En Cuba, a partir de las medidas adoptadas después del triunfo revolucionario de llevar salud a los lugares más intrincados, acceso al empleo y a la cultura a escala social, mejores condiciones de vida, entre otras políticas sociales, se ha podido lograr una población envejecida con bienestar, el cual es un gran proyecto humanista de nuestro país pero genera retos, por lo que se debe propiciar un grupo de medidas y condiciones para mantener una sociedad con estas características. Este proceso provoca cambios tanto sociales como políticos y económicos para Cuba a partir del aumento de este sector poblacional, por lo que las diferentes instituciones deben prepararse y estar acorde a la realidad social presente.

La presente investigación aborda el bienestar de adultos mayores de cuatro barrios de la ciudad de La Habana, por la importancia que tiene la forma en que se percibe el bienestar en la vejez por ese grupo etario. "No cabe dudas de que el envejecimiento y el bienestar de los ancianos son una función de la realidad social y de que el ingreso en un proceso de enfermedad es largamente dependiente de la exclusión social y del rechazo producto de la vejez y de la enfermedad" (Monchietti y Lombardo, s. a., p. 4). Las percepciones que el anciano tiene de sí mismo están en varias ocasiones influenciadas por las ideas que sobre el envejecimiento tiene la sociedad. De ahí que nos hayamos propuesto como objetivo: Valorar cómo perciben su bienestar adultos mayores en diferentes barrios de la capital del país.

Material y método

Para la obtención de los resultados se realizó una entrevista-cuestionario con 45 preguntas que recogían información tanto cuantitativa como cualitativa de los datos, para hacer una triangulación analítica de los datos, entendida como técnica de confrontación y herramienta de comparación de diferentes tipos de análisis de datos para evaluar similarmente los resultados.

La muestra estuvo compuesta por adultos mayores de 60 años, seleccionados de forma intencional en barrios de diferentes orígenes y morfologías urbanas, que sugieren condiciones de habitabilidad favorables o poco favorables. Se seleccionaron los siguientes barrios: Luyanó Moderno de San Miguel del Padrón; Los Pocitos del municipio Marianao; Alturas de Almendares en el municipio Playa y Víbora en el municipio Diez de Octubre. Se procuró encuestar a 26 adultos mayores de cada barrio, suponiendo al menos la pérdida de una encuesta por barrio; no obstante, a excepción del barrio Luyanó Moderno, en el resto fueron aplicadas las encuestas previstas, por lo que quedó conformada la muestra por 103 ancianos(as) (tabla 1).

1. Aproximación al bienestar de los adultos mayores según ingresos económicos

Procurando equilibrar la muestra según ingresos declarados por los adultos mayores encuestados fueron identificados los siguientes estratos (tabla 2).

Las variaciones obtenidas pueden considerarse muy elevadas, lo cual reitera la heterogeneidad interna de este grupo de población, que por lo general es considerado muy vulnerable en esta dimensión. Las brechas de ingresos son de particular interés en la aplicación de las políticas sectoriales que identifican este grupo de población como prioritario y más vulnerable, considerando la complejidad de una posible distinción a su interior según ingresos recibidos.

 

1.1. Características sociodemográficas según ingresos económicos

El total de la muestra por sexo es relativamente equilibrado (60% mujeres, 40% hombres); sin embargo, del total de adultas mayores el 36% se concentra en el estrato IV. Las diferencias por sexo entre estratos acusan la mayor frecuencia de mujeres en este estrato (88%), seguido del estrato I con la mitad (tabla 3 y figura 1).

Este resultado apunta a la relación directa en este estudio entre ingresos económicos y género, hecho destacado en varias investigaciones (Borrel, García y Martí-Bosca, 2004), en lo cual no puede descontarse la influencia de precedencias de oportunidades laborales o culturales, al tratarse de personas nacidas todas antes del triunfo de la Revolución.

En cuanto a la escolaridad, aparecen relaciones de interés, donde en el estrato I es más frecuente el nivel universitario, predomina el nivel de pre universitario en el estrato IV y hay cifras relativamente más altas de adultos mayores con nivel primario incompleto en este estrato, que alcanzan el 15%. Del total de adultos mayores con nivel universitario, el 60% se concentra en los estratos I y II.

De nuevo cabe la observación de la posible influencia de las precedencias, ya que como fue planteado, el grupo de adultos mayores de 75 y más años arroja frecuencias inferiores del nivel universitario (figura 2).

El color de la piel también muestra algunas regularidades entre estratos, con el predominio de personas de color de la piel blanca en todos ellos, con las frecuencias más elevadas en el estrato IV y más bajas en el III. Los estratos I y II tienen estructuras similares por color de la piel (tabla 4).

Los tipos de familias por estratos muestran algunas semejanzas, con el predominio de las extendidas en todos. La frecuencia de familias unipersonales es similar, ligeramente superior en el estrato IV; al igual que las familias nucleares, donde el estrato I alcanza a la cuarta parte de los adultos mayores del estrato. Las diferencias más notables se obtienen en las extendidas (más elevadas en el estrato II y las compuestas con el más elevado porcentaje en el estrato IIII, y no representadas en el estrato II. Los 14 adultos mayores que residen solos se distribuyen en todos los estratos de forma equilibrada: 3 en el I, II y III, respectivamente, y 5 en el estrato IV con cerca del 20% del total del estrato (tabla 5).

 

1.2. Fuente y montos de ingresos por estratos

Diferencias notables se constatan en relación con las fuentes de ingresos según estratos, donde los de más altos se caracterizan por una diversificación mayor de los ingresos por fuentes. Las remesas aparecen como fuentes de ingresos en todos los estratos y son más frecuentes en los estratos I y II, donde también predominan los que trabajan por sobre los jubilados. Todo lo contrario sucede en los estratos III y IV, donde la jubilación es la fuente de ingresos más frecuente, y en especial el IV, de más bajos ingresos, donde ninguno de los adultos mayores jubilados refiere tener vínculo laboral (19) y 8 (30%) del total del estrato no está incorporado al trabajo (figura 3).

Una interesante observación es la relacionada con la edad de los adultos mayores por estratos de ingresos y en especial con la vinculación laboral. Aunque el estrato IV es el que posee la mayor frecuencia de adultos mayores de 75 y más años (35%), el estrato que le sigue con los más bajos ingresos posee solo el 11%, lo cual no refleja la relación entre estratos económicos y vínculo laboral por grupos de edades, pues la prueba de significación arrojó un 0.004.

Refirieron trabajar el 40% de los adultos mayores, de los cuales el 85% se concentra en los estratos I (46%) y II (39%), en el estrato III trabaja el 15% del total de adultos mayores, mientras en el estrato IV ni un solo adulto manifestó tener vinculación laboral y es el mayor porciento de adultos mayores de 75 y más años del total de la muestra y de la representación de este grupo en su estrato (tabla 6).

Estos resultados apuntan a la influencia de la edad y en especial del sexo, antes planteada, al ser los estratos III y IV donde se concentran las adultas mayores de la muestra.

Una aproximación más detallada a la dimensión económica es la que considera la referencia a otras ayudas económicas, suministrada por familiares en Cuba, por el Estado o por otras organizaciones. Se obtiene que el 43% de la muestra refiere tener otras ayudas económicas, y resulta llamativo que en los adultos mayores de los estratos III y IV la ayuda es más frecuente, cubriendo el 75% del estrato IV, 48% del III, 38% del II y solo el 29% del estrato I.[1]

Este hallazgo trae nuevas interrogantes a la ya difícil caracterización del bienestar económico y es llamativo que las ayudas, al contrario de las remesas, se incrementan en los estratos de ingresos más bajos, lo cual significa una protección por esta vía de la mayoría de los adultos mayores con más bajos ingresos (figura 4).

Otra interesante perspectiva de análisis es la que incorpora la valoración que hacen los adultos mayores sobre su principal fuente de ingresos. Coherente con los resultados antes expuestos, la jubilación es la fuente principal de ingresos de los estratos III y IV, mientras en el estrato I tiene absoluto predominio el salario producto del trabajo. Las ayudas, como fue antes comentado, aparecen con la mayor frecuencia en el estrato IV, aunque también alcanzan porcentajes relativamente elevados en el estrato II, no así en el I (figura 5).

1.3. Condiciones habitacionales de los adultos mayores

Las frecuencias de los que refieren no tener problemas en su vivienda alcanzan cifras similares por estratos entre el 34 y el 37%, ligeramente superiores en el estrato III (42%). La falta de espacio también alcanza resultados similares en los estratos II y III (11%), con el 15% en el IV y llega a un 17% en el I, el estrato de mejor situación de ingresos según el análisis realizado.

Las diferencias más claras en la estructura de los problemas de viviendas se aprecian en los que refieren problemas más graves de deterioro de sus viviendas que alcanza un 4% en el estrato I y un 19% en el IV. El 75% de las viviendas de adultos mayores con problemas constructivos más graves se concentran en los estratos III y IV, este último con el 42% del total.[2]

Al tratarse de una estructura (igual a 100%), es precisamente el estrato IV el que alcanza frecuencias ligeramente más bajas de los que plantean tener algunos problemas constructivos, como reparaciones, mantenimiento, pintura, entre otros, y el resto de los estratos alcanza frecuencias similares (figura 6).

Una valoración que no necesariamente resulta contradictoria es aquella que realizan los adultos mayores acerca del estado de su vivienda, a pesar de los problemas referidos en el acápite anterior. En todos los estratos la mayoría de la población la califica de bueno, con frecuencias un poco más bajas en los estratos IV y II y que en el III alcanza el 63% del total, y concentra el 30% de las valoraciones de buen estado de la vivienda del total de adultos mayores de todos los estratos. La única regularidad hallada en relación con la dimensión económica que exploramos es la calificación de mala, superior en el estrato IV, como podía esperarse (figura 7).

En la totalidad de los estratos la mayoría de los adultos mayores poseen cuarto propio, y en el estrato I, la totalidad de ellos lo tiene. En el II, tres adultos no poseen cuarto propio; en el III, 2, y en el IV solo 1.

1.4. Cotidianidad y subjetividades

Los problemas familiares, asociados al bienestar subjetivo, arrojan resultados de interés. Los que refieren no tener problemas varían ligeramente entre los estratos I y II, este último con la frecuencia más elevada. Es el estrato IV el que refiere más problemas de salud, y el II problemas afectivos familiares, con valores similares en los estratos I y III. Los problemas económicos son mencionados con menos frecuencia por el estrato I, y se incrementan en los estratos II y III. No obstante, el estrato IV obtiene el menor porcentaje (15%); vale resaltar que la mayor heterogeneidad en cuanto a los problemas familiares que presentan y a la vez el relativo equilibrio en relación con los problemas afectivos-familiares y económicos coincide con este estrato. Es notorio también el elevado número de adultos que no responden a la pregunta en todos los estratos (figura 8).

En un análisis vertical de la información, del total de adultos mayores que refieren problemas afectivos familiares, el 40% se concentra en los estratos III y IV, y el 60% en los estratos I y II, este último con el 38% de las frecuencias.

La declaración del principal anhelo difiere del anterior indicador y los estratos I y II refieren deseos relacionados con aspectos afectivo-familiares, entre los que se mencionan "la unidad familiar", "que mi hijo entre al país", "que mis hijos me visiten más". Llama la atención que viajar para visitar a familiares es un anhelo para 11 adultos mayores, ninguno del estrato IV, y solo uno del estrato III, lo cual sugiere que la situación económica pudiera estar asociada a la formulación de una aspiración.

En el estrato IV la salud es el anhelo que se expresa con mayor frecuencia, coherente con el predominio de problemas de su salud entre sus problemas familiares. También relacionado con la valoración de la vivienda, en el estrato IV mejorar las condiciones de esta es el anhelo más frecuente en ese estrato (figura 9).

Cabe destacar que mejoras en la sociedad son destacadas por pocos adultos mayores de los estratos III y IV y ninguno de los estratos I y II. Entre ellos se expresa "que el país mejore", "que mejoren las condiciones de vida, de alimentación".

La amplia mayoría de los adultos mayores de todos los estratos está satisfecha con su vida familiar, los muy satisfechos alcanzan frecuencias ligeramente más altas en el estrato III y ninguno de los adultos mayores del estrato IV refiere esta condición, no obstante si se consideran juntos los satisfechos y muy satisfechos, es este estrato donde más adultos mayores se consideran satisfechos (88% del total del estrato).

Solo refiere estar insatisfecho un adulto del estrato III. De forma similar están satisfechos con la vida en el barrio la mayoría de los adultos de todos los estratos, ninguno refiere estar insatisfecho y los muy satisfechos alcanzan frecuencias superiores en el estrato I (figuras 10a y 10b).

La actividad de los adultos mayores en la casa según estratos económicos muestra las frecuencias más elevadas entre los que realizan todas las actividades del hogar en el estrato IV seguido del I; los que declaran no realizar ninguna actividad o casi nada en la casa alcanzan bajas frecuencias, ligeramente más elevadas en los estratos I y III. Resultan llamativas algunas observaciones de los adultos mayores del estrato I al referir "poner el dinero", "yo ayudo con el dinero", "yo pinto y reparo cuando hace falta", respuestas todas de adultos hombres que no realizan ninguna actividad en la casa. Por su parte también del estrato I llama la atención una adulta cuya repuesta fue "lo que me manden" (figura 11).

La recreación tiene notables implicaciones en la percepción del bienestar de los adultos mayores. En la muestra estudiada, la mayoría de todos los estratos tiene algunas formas de recreación y son solo los del estrato IV los que manifiestan con mayor frecuencia que no se recrean, algunos aportando razones económicas con frases como "nada, no tengo dinero", "nada, no se puede coger la economía para divertirse, me siento en la puerta a conversar".

Aunque esta respuesta contiene lo que estas personas entienden por recreación, y probablemente no consideren escuchar radio o ver la televisión, es sugestivo que sea este estrato quien refiera con más frecuencia no recrearse. Por otra parte, los que consideran que se recrean asistiendo a la televisión son más frecuentes en los estratos III y IV. Beber y tomar cerveza es la principal recreación de tres adultos mayores del estrato I, de uno del estrato II, y de uno en el estrato III que responde "tomarme un trago de ron cuando puedo" (figura 12).

Es también llamativo que los tres adultos mayores que mencionan recrearse viendo novelas y juegos en la computadora, pertenecen al estrato I.

Por último, al explorar los problemas de salud de los adultos mayores, si bien como se ha evidenciado antes, y en razón de la edad, la mayoría de ellos plantean tener alguna o varias enfermedades, la percepción de salud en relación con los estratos económicos muestra valores porcentuales más elevados de los que la califican de buena y muy buena en los estratos I y II. En los estratos I y IV evalúan la salud de mala dos y tres adultos mayores respectivamente. Solo califican su salud de muy mala dos adultos mayores, ambos del estrato IV (figura 13).

1.5. La aproximación a las diferencias del bienestar en los barrios estudiados

Como fue explicado en la metodología, la selección de los barrios fue intencional según criterios definidos en la investigación, estos no necesariamente se asocian a la situación económica de las familias que en ellos residen y menos a la luz de los cambios más reciente que diversifican las opciones de empleo y las fuentes de ingreso, entre otros factores.

No obstante, considerando que se trata de adultos mayores con relativamente menos opciones de vincularse a los nuevos procesos, y sin menospreciar el papel de la familia en la protección y cuidado de este grupo de población, se decidió explorar la posible relación entre los estratos económicos y los adultos mayores de los barrios en que se desarrolla la investigación.

La primera observación es que en la totalidad de los barrios están representados todos los estratos de ingresos, lo cual muestra la heterogeneidad interna del tejido socio espacial. Se obtuvo cierta relación a favor de los barrios de Alturas de Almendrares y Víbora con concentración de sus adultos mayores en los estratos I y II (65%) en relación con los barrios de Luyanó Moderno y Los Pocitos, donde los adultos mayores de estos estratos concentran el 31% del total (figura 14).

 

Consideraciones finales

1. Los adultos mayores del estrato IV se caracterizan por tener menos fuentes de ingresos, ninguno trabaja, el 45% está jubilado y la entrada económica principal de ingresos es la jubilación. Aunque la mitad de ellos tienen familias en el extranjero, solo tres reciben ayudas de estos, en tanto es este el estrato donde las ayudas económicas de familiares en el país son más frecuentes.

2. Los adultos mayores del estrato III poseen más fuentes de ingresos, el 81% está jubilado y solo el 18% de ellos trabaja. La entrada económica principal es también la jubilación. Poco más de la mitad de los adultos mayores de este estrato (15) tienen familiares en el extranjero, y de ellos reciben ayuda económica solo 4.

3. Los adultos mayores del estrato II poseen diversas fuentes de ingreso, el 67% (18) está jubilado y solo 2 de ellos no tienen vinculación laboral; coherente con este resultado, el trabajo es declarado como la fuente principal de ingresos económicos en la mayoría de los adultos mayores de este estrato. El 74% del total refiere tener familiares en el extranjero y el 45% de ellos reciben ayuda económica. Reciben apoyo de familiares del extranjero el 33% del total de adultos mayores del estrato.

4. Los adultos mayores del estrato I poseen también diversas fuentes de ingreso y como característica que los diferencia, la mayoría mantiene otra vinculación laboral (83%). De los 14 que refieren estar jubilados, 9 también trabajan y el 46% del total del estrato reciben ayuda económica de familiares del extranjero.

5. El estrato IV es prácticamente de mujeres y ninguna trabaja. El nivel educacional predominante es el preuniversitario y el color de la piel blanca. En este estrato hay menor cantidad de fuentes de ingreso por lo que la jubilación es la entrada económica fundamental, reciben más ayuda de sus familiares en Cuba. Es en el estrato IV donde se concentran los problemas más graves de vivienda y donde más adultos mayores la califican en mal estado.

6. Los adultos que consideran la falta de espacio en la vivienda como el principal problema alcanzan frecuencias relativamente más elevadas en los estratos I y IV.

7. Las viviendas en estado regular y malo son más frecuentes en los estratos IV (50%) y II (48%).

8. Existen diferencias coherentes con las peores y mejores condiciones materiales de vida entre los estratos; hay una brecha por ingresos. La mayor diversidad de fuentes de ingresos coincide con los estratos de ingresos más elevados.

9. Los problemas afectivos familiares son más frecuentes en los adultos mayores de mejores situaciones económicas que en los de situaciones económicas más desfavorables. Esto demuestra que lo afectivo familiar no necesariamente está determinado por la situación económica.

10. La ampliación de la heterogeneidad social que experimenta la sociedad cubana actual se expresa al interior de los grupos sociales, que usualmente son considerados vulnerables, como en el caso de los adultos mayores. Los resultados de la investigación muestran las diferentes condiciones materiales y espirituales en que estos se desarrollan y la necesidad de conocerlas a fondo, con vistas a mejorar el bienestar según necesidades constatadas.

Referencias bibliográficas

Borrel, C., García, M. y Martí-Bosca, J. V. (2004). La salud pública desde la perspectiva de género y clase social. Gaceta sanitaria, 18(4), 2-6.

Monchietti, A. y Lombardo, E. (s.a.). Representación social de la vejez y su influencia sobre el aislamiento social y la salud de quien envejece. Material digital.

Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI (2015). "El envejecimiento de la población cubana". Centro de estudios de Población y Desarrollo. Edición, marzo de 2016.



* Máster en Sociología. Investigadora. Museo Antropológico Montané, Facultad de Biología, Universidad de La Habana, Cuba. E-mail: ailyn@fbio.uh.cu

** Doctora en Ciencias Geográficas. Profesora de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), Universidad de La Habana, Cuba. E-mail: luisa@flacso.uh.cu

[1] La mayoría de los adultos mayores no consiguieron contabilizar las ayudas en dinero y comida de sus familiares, por lo cual estas ayudas no están contempladas en la estratificación de ingresos realizada.

[2] Un solo adulto, clasificado en el estrato IV, refirió como principal problema la seguridad, no previsto en la captación.

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