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Revista Novedades en Población

versión On-line ISSN 1817-4078

Rev Nov Pob vol.15 no.30 La Habana jul.-dic. 2019  Epub 15-Abr-2020

 

ARTÍCULO ORIGINAL

El potencial demográfico como categoría analítica para el diagnóstico de cadenas de valor. Estudio de caso

The demographic potential as an analytical category for the diagnosis of value chains. Case study

Dianné Griñan Bergara1  * 

1 Máster en Población y Desarrollo. Centro de Estudios Demográficos (CEDEM), Universidad de La Habana, Cuba.

Resumen

Este artículo sintetiza resultados de una investigación realizada en la cadena del frijol del municipio Remedios, provincia de Villa Clara. Este ordenamiento productivo no solo representa una oportunidad para contribuir a la seguridad alimentaria de la población consumidora, sino también una opción rentable económicamente para la fuerza de trabajo vinculada a las distintas actividades que comprenden desde su producción hasta su comercialización.

Se propone la incorporación de la perspectiva de población en los estudios de cadenas de valor, con el objetivo de complementar los diagnósticos de factibilidad económica e inversión tecnológica, con los relativos a la fuerza de trabajo. Con este objetivo se realiza un diagnóstico del potencial demográfico de la cadena en cuestión desde una perspectiva no tradicional. Por tanto, no se emplea el potencial cuantitativo, dividendo o bono demográfico al que correspondería un valor muy bajo del índice de dependencia demográfica. Se rescata su valor cualitativo en los contextos laborales, en estrecho vínculo con el mercado laboral.

Palabras clave: potencial demográfico; fuerza de trabajo; cadena de valor

Abstract

This article synthesizes the results of an investigation carried out in the bean chain of the municipality of Remedios, province of Villa Clara. This production system not only represents an opportunity to contribute to the food security of the consumer population, but also a cost-effective option for the labour force linked to the various activities from production to marketing.

The incorporation of a population perspective into value chain studies is proposed, with the aim of complementing economic feasibility and technological investment diagnoses with those relating to the labour force. To this end, a diagnosis is made of the demographic potential of the chain in question from a non-traditional perspective. Therefore, the quantitative potential, dividend or demographic bonus that would correspond to a very low value of the demographic dependency index is not used. Its qualitative value is recovered in the labor contexts, in close connection with the labor market.

Key words: labour force; value chain; demographic potential

Introducción

El desarrollo de cadenas agroalimentarias en Cuba en la actualidad coexiste con problemáticas irresueltas relativas a los entornos agrario-rurales en el país. Las políticas, programas y proyectos dirigidos al fortalecimiento de encadenamientos productivos en el sector agrícola tienen ante sí un gran reto de transformación sociocultural y resulta fundamental el reconocimiento del papel de la fuerza de trabajo en el proceso de creación de valor y de ventajas competitivas.

En la teoría de cadenas de valor los factores que fundamentan la generación de ventajas competitivas se centra esencialmente en la identificación y potenciación de actividades claves dentro de la cadena. En este artículo también se incorpora un análisis del componente humano, las condiciones socioeconómicas y culturales que condicionan su participación en las actividades decisivas y su disposición y capacidad para su desempeño. Estos factores son claves para añadir un valor cualitativo a las actividades estratégicas, e influyen directamente en la competitividad empresarial, sobre todo en escaso desarrollo de infraestructura tecnológica como es el caso de la agricultura en Cuba.

En el sector económico objeto de estudio coexisten diferentes formas de gestión: el cooperativo (en diferentes modalidades), el privado y el estatal. Entre ellos, destacan las Cooperativas de Crédito y Servicio (CCS) y el sector privado como los de mayores niveles de eficiencia, en la actualidad producen aproximadamente el 60% de la producción total de alimentos del país y registran la menor cantidad de superficie no agrícola y ociosa (T. Recompensa y L. Recompensa, 2017).

Las cadenas agroalimentarias pueden conformarse por empresas de diversa naturaleza en cuanto a su estructura, tamaño y forma de gestión. En el caso de las cadenas en Cuba, el panorama multiempresarial en el agro con distancias sustanciales entre sus formas y resultados de trabajo, dificulta su fortalecimiento. Por ejemplo, las empresas estatales aún no generan los resultados esperados en la consolidación de la actividad agropecuaria en el país; y por su parte, las Unidades Básicas de Producción Cooperativa (UBPC), según investigaciones referidas a esta forma de organización cooperativa (T. Recompensa y L. Recompensa, 2017; Rodríguez, 2000; Pérez y Echevarría, 2000; González, 2000; Tejeda, 2007; Botella, James y Kindelán, 2017), presentan importantes limitaciones: elevado nivel de compromiso de ventas establecido con la empresa Acopio, superior al 70%;1 los precios pagados por Acopio son muy inferiores a los del Mercado Libre Agropecuario y casi nunca cubren los costos; falta de autonomía; existencia a nivel intermedio de una empresa que agrupa a las UBPC, determina y centraliza las decisiones; las UBPC ganaderas, arroceras, citrícolas y productoras de papas no pueden acudir con su producción fundamental al Mercado Libre Agropecuario; dificultades en la contabilidad y estabilidad de los cooperativistas. Estas problemáticas deben ser atendidas en profundidad en aquellos sectores estratégicos vinculados a la sustitución de importaciones y a garantizar la seguridad alimentaria. Uno de estos rubros es el frijol común.

El frijol es un alimento básico en la dieta de la población cubana. Sin embargo, su cultivo no es una prioridad para el país hasta la crisis alimentaria de la década de los noventa (Chailloux y otros, 1996). Cuba, como otros países caribeños, no posee una tradición de producción frijolera semejante, por ejemplo, a la tradición azucarera, fundamentalmente por la existencia de humedades altas que dificultan su prosperidad. Según clasificaciones de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, 2006), considerando los niveles de consumo de frijol per cápita en América Latina, Cuba es un país consumidor neto de frijol frente a otras dos categorías: exportadores netos, y exportadores y consumidores (Pastor-Corrales y Schwuartz, 1994); sin embargo, la producción de frijol (y otros granos) es de vital importancia por sus características agronómicas, riqueza varietal, distancia al mercado, preferencias de consumo, demanda y precios de transacción.

La cadena del frijol no solo representa una oportunidad para contribuir a la seguridad alimentaria de la población consumidora, sino también una opción rentable económicamente para la fuerza de trabajo vinculada a las distintas actividades que comprenden desde su producción hasta su comercialización. Su estudio desde las ciencias sociales implica tener en cuenta las múltiples dimensiones que convergen alrededor de este tema: la intensidad de trabajo vivo que requiere la siembra y la cosecha, aun cuando se trata de un producto de ciclos cortos; la relación entre la oferta y la demanda de empleo para un rubro que se produce generalmente dos veces al año; la relación entre el desempeño laboral, los ingresos y el consumo de la fuerza de trabajo: ¿todos los productores de frijol tienen la misma capacidad de consumo?

Para explorar en el tema se desarrolla una investigación entre los años 2017 y 2018 en la cadena del frijol del municipio villaclareño Remedios. Si bien no se responden todas las preguntas que suscita, deja las interrogantes fundamentales a disposición de quienes deseen profundizar. Además, propone la incorporación más sistemática de la perspectiva de población en los estudios de cadenas de valor, con el objetivo de complementar los diagnósticos de factibilidad económica e inversión tecnológica, con los relativos a la fuerza de trabajo. Con esta finalidad, se realiza un diagnóstico del potencial demográfico en la cadena en cuestión, asunto al que se presta especial atención en este artículo.

¿Cómo definir el potencial demográfico?

El conocimiento y reconocimiento de los datos sobre el estado y dinámica de la población constituyen insumos para diseñar y ejecutar políticas públicas encaminadas al desarrollo socioeconómico, y quizás en ningún otro campo sea tan importante establecer los nexos existentes entre la población y el desarrollo como en la planificación de los recursos humanos para las actividades productoras de bienes y servicios (Elizaga, 1971). Según Naciones Unidas (1978), las características demográficas de la fuerza de trabajo constituyen determinantes primarios de la potencia productiva. Por lo tanto, responden a un contexto demográfico, institucional y cultural que condiciona la estructura y distribución de la fuerza de trabajo y sus cambios.

Al igual que otros componentes objeto de la demografía, en la participación de la población en la actividad económica el sexo y la edad intervienen como atributos diferenciales en el comportamiento de los indicadores de la fuerza de trabajo. Aún se registran en todos los países tasas de participación femenina inferiores a las masculinas, y efectivamente esto es una consecuencia de la persistencia de brechas de género que no logran superarse. También el crecimiento o decrecimiento de la población económicamente activa (PEA) tiene un estrecho vínculo con los cambios en la estructura socioeconómica de las sociedades: escolaridad, ingresos, participación de la mujer, transformaciones tecno-productivas, etcétera. Por tanto, la PEA crece o decrece en dependencia de los cambios demográficos y socioeconómicos que ocurren en determinados períodos.

Como parte del proceso de transición demográfica2 existe un período durante el cual la población en edad laboral crece de manera sostenida y con mayor rapidez que la proporción de personas dependientes, esto es lo que se conoce como bono demográfico; que si bien ofrece oportunidades para el crecimiento económico (frente a la concurrencia favorable de factores productivos), su aprovechamiento implica desafíos en diversos órdenes socioeconómicos, que generan un contrapunteo entre la inmediatez y la planificación a largo plazo. La experiencia demuestra que no es suficiente contar con el bono demográfico, son las estructuras económicas y sociales, las políticas, y otros determinantes sociohistóricos, procesos que influyen en la capacidad productiva de una economía y en el grado de absorción de la fuerza de trabajo, con independencia del volumen de la población y de la PEA. Por tanto, el curso de la dinámica demográfica no actúa de manera aislada, ni resuelve por sí solo el tema de la productividad. Deben articularse las variables socioeconómicas con las variables demográficas.

Estudios relacionados con el tema señalan algunos desafíos relativos al bono demográfico, en el contexto de países que ya concluyeron su primera transición demográfica. Apuntan la necesidad de reanimar la inversión en educación, programas novedosos de capacitación e investigación y desarrollo, así como la generación y fortalecimiento de empleos productivos y políticas que favorezcan la consolidación de encadenamientos. Se puede distinguir un patrón con relación al impacto positivo de la fuerza de trabajo en el crecimiento económico, con la intervención de las políticas en las estructuras productivas, el ambiente institucional, las relaciones laborales, la calificación y la capacitación (Ortega, 2012). Las buenas prácticas y las investigaciones al respecto tienen como trasfondo la idea de que el bono demográfico no se traduce directamente en crecimiento económico, superando la visión tradicional que considera a la fuerza de trabajo como input del sistema productivo (Faus, 2002).

Por ello en este estudio se emplea la categoría potencial demográfico, la cual reconoce los aspectos cualitativos característicos de la fuerza de trabajo, y se operacionaliza tomando en cuenta elementos de la estructura de dicho subgrupo (sexo, edad, años de experiencia laboral, ocupación, calificación y capacitación); y el componente dinámico de la fuerza de trabajo (movilidad ocupacional, reposición generacional, migración y fluctuación laboral), en estrecha relación con factores sociolaborales. Estos elementos de la estructura, desplegados en determinadas condiciones de trabajo, influyen cualitativamente en la productividad y eficiencia real y potencial. Se incorpora y articula el estudio del componente dinámico, pues el comportamiento de sus diferentes dimensiones influye en los cambios que se producen en la estructura de la fuerza de trabajo a través del tiempo.

Estos aspectos se identifican como potencial demográfico, haciendo énfasis en la oportunidad que representa la fuerza de trabajo como factor de producción y reconociendo también su condición de consumidora. Por tanto, no se alude al potencial cuantitativo, o al dividendo o bono demográfico convencional que equivaldría a los valores más bajos del índice de dependencia demográfica; sino que se adopta una perspectiva cualitativa para el análisis de la fuerza de trabajo en su contexto laboral de desempeño, y sus vínculos con el mercado laboral.

El caso de estudio

La cadena del frijol en Remedios está conformada por cuatro eslabones: multiplicación de semillas (MS), producción (PRD), acopio (AC) y distribución y comercialización (DC). En estos eslabones es posible distinguir diferentes tipos de empresas, son actores directamente vinculados a la producción, distribución y comercialización del producto. Existen otros actores que componen el entorno institucional y empresarial en el cual se inserta la cadena, brindan servicios, gestionan recursos, pero su relación es indirecta. Entre los actores indirectos, son de gran importancia los proveedores de insumos y prestadores de servicios (IS), pues intervienen de forma significativa en el proceso de creación de valor. Son empresas de carácter logístico, financiero, de capacitación o asistencia técnica.

Se presentan los hallazgos relativos a los actores directos, agrupados según el eslabón de la cadena al que se vinculan. Por su importancia, también se incluyen las entidades proveedoras de insumos y prestadoras de servicios, las cuales se clasifican como actores indirectos a los eslabones de la cadena. Para el levantamiento de información se aplicó un cuestionario semiestructurado a los trabajadores.

Estructura y composición de la fuerza de trabajo

La población seleccionada para efectuar el estudio comprende unas 84 personas,3 distribuidas de la siguiente forma: 1,2% en MS; 71,4% en PRD; 7,1% en AC; 7,1% en DC y 13,1% en IS. El 83% son hombres y el 16,7% son mujeres.

La fuerza de trabajo según su estructura por edad está comprendida entre los 17 y los 74 años, siendo la edad 48 el centro de gravedad de la distribución (edad media), y la edad 50 la que marca el percentil 50 (edad mediana). El análisis de la estructura de la fuerza de trabajo por grupos de edades quinquenales ilustra la concentración de la población hacia los grupos de edades más cercanos a la edad de retiro (tabla 1).

Tabla 1 Distribución de la fuerza de trabajo de la cadena del frijol en Remedios por grupos de edades quinquenales 

Fuente: Elaboración propia a partir de base de datos de trabajadores de la cadena del frijol. Remedios, Villa Clara, 2017.

El eslabón PRD es el que ejerce mayor peso sobre esta estructura, con un 20% de trabajadores con más de 55 años de edad y un 11% que sobrepasan los 60. Lo mismo pasa con relación al sexo, este es un eslabón masculinizado, solo presenta un 14,8% de mujeres.

La estructura por sexo y edad en la cadena responde a la situación demográfica del territorio donde se ubica. Remedios pertenece a la provincia Villa Clara, la más envejecida de Cuba. En este municipio el grueso de la población se concentra entre los 15 y los 59 años (62,15%), en el grupo de 0-14 años se encuentra solo el 13,75% y por encima de los 60 años el 24,9%. Con relación a la distribución por sexo, existe una diferencia entre las zonas urbanas y rurales, mientras que en las primeras es más homogénea, en las segundas el 53,1% son hombres y el 46,8% son mujeres (ONEI Villa Clara, Remedios, 2017). En este caso de la cadena del frijol también influye en la estructura la división sexual del trabajo en el sector agrícola, por ello en las actividades más directamente relacionadas con el trabajo de la tierra (MS y PRD) los hombres están sobrerrepresentados.

El factor edad debe contemplarse como elemento indispensable dentro de las estrategias de fortalecimiento de la cadena, tomando en consideración las etapas de mayor uso intensivo de fuerza de trabajo. Esto fundamenta la necesidad de una transformación en la infraestructura tecnológica de las actividades productivas y el desarrollo de los procesos de capacitación y calificación que correspondan.

La estructura de la fuerza de trabajo según nivel de escolaridad terminado muestra un estado favorable, pues del total de las 84 personas, el 37% posee nivel preuniversitario, el 31% técnico y el 5% universitario. Como se muestra en la tabla 2, entre los técnicos se encuentra el personal de mayor especialización para el desempeño en la cadena, el 76% de los que poseen este nivel educativo.

Tabla 2 Distribución de la fuerza de trabajo de la cadena del frijol en Remedios por nivel educacional terminado (técnico medio) 

Fuente: Elaboración propia a partir de base de datos de trabajadores de la cadena del frijol. Remedios, Villa Clara, 2017.

El análisis del nivel de especialización entre los actores de la cadena y su correspondencia con las actividades propias de cada uno confirman lo dicho respecto a los técnicos dentro de la estructura por nivel educacional terminado, con una mayor correspondencia en el caso de PRD. Sin embargo, durante el trabajo de campo se constata que no todos los trabajadores de este eslabón hacen uso correcto y eficiente de los recursos clave para el mejoramiento de la siembra, y que aún son insuficientes los conocimientos y prácticas sobre: el control fitosanitario; las variedades de semillas mejoradas que por su resistencia genética incrementan los rendimientos; la preparación adecuada de los suelos (la mayoría de los productores rotan el cultivo del maíz con el del frijol y ello demanda una limpieza de las hileras luego de la dobla del maíz y dar un pase con cultivadora de tracción animal para dejar el suelo en condiciones adecuadas de siembra), etcétera.

La manera en que se emplean los recursos y técnicas está condicionada por un grupo de factores en interrelación:

  • Los productores generalmente utilizan para la siembra sus propias semillas, que guardan de la última cosecha, no necesariamente en óptimas condiciones ni las mejores variedades. Basados en la experiencia empírica acumulada consideran que realizan una buena selección, no obstante, es posible que esta práctica tenga un condicionamiento externo detrás, como la dificultad para acceder a las semillas certificadas que ofrece la Empresa de Semillas por el precio elevado de las mismas.

  • Los problemas con la distribución del paquete tecnológico, que contempla, además de los productos químicos y biológicos para el control fitosanitario, la gestión de procesos de instrucción para su uso conveniente.

  • La poca experiencia en la actividad que tienen algunos productores. Si se considera que la siembra del frijol se produce, por cuestiones climáticas relativas a los períodos de lluvia, dos veces al año, aquellos productores con 6 o menos años de experiencia en la actividad han producido frijol muy pocas veces como para tener una práctica productiva que se traduzca en un aprendizaje empírico sólido,4 aunque no se desconoce por esto la importancia de la transmisión de saberes desde otros productores.

El eslabón MS contempla igualmente actividades relacionadas con el trabajo directo en la tierra, en este caso para la multiplicación de semillas que luego son utilizadas por los productores para la siembra del frijol. De esta actividad dependen los rendimientos de la producción ulterior a partir de la calidad de la semilla que se produce. Los productores vinculados a ese eslabón, conocidos como productores extensionistas, una vez concluido un ciclo de multiplicación envían sus productos a la Empresa de Semillas,5 que es la entidad encargada de distribuirla. Como es de esperarse, la productividad en este eslabón debe cumplir con cantidades y calidades requeridas. En la muestra solo figura un productor vinculado a este eslabón y está asociado a una CCS. La infraestructura tecnológica que requiere la actividad, la demanda de conocimientos, la capacidad productiva que exige y su posición dentro de la cadena como eslabón proveedor de materia prima para la producción, son factores que pueden mediatizar la escasez de productores que ejerzan la multiplicación de semillas para su posterior distribución. Este es un segmento clave y estratégico para el desarrollo y fortalecimiento de la cadena teniendo en cuenta que se encuentra entre las actividades primarias dentro del proceso de producción, distribución y comercialización. En el caso del productor extensionista, aunque tiene nivel secundario, posee una experiencia acumulada de más de 10 años en la cadena del frijol con muy buenos resultados de trabajo y ello le permite desarrollar la actividad de multiplicación.

La distribución de la fuerza de trabajo por años de experiencia vinculados a la cadena del frijol guarda una estrecha relación con la estructura por edad. En PRD, a diferencia del resto, la distribución hace más difícil la distinción de un patrón en que se relacionen ambas estructuras por la presencia más acentuada de personas de mayor edad con menos de 6 años de experiencia en la actividad y con más de 10 años. Esto puede ser indicativo de mayor movilidad laboral en este eslabón (tabla 3).

Tabla 3 Distribución de la fuerza de trabajo de la cadena del frijol en Remedios por grupos de edades decenales y años de experiencia en la cadena (eslabón PRD) 

Fuente: Elaboración propia a partir de base de datos de trabajadores de la cadena del frijol. Remedios, Villa Clara 2017.

Entre los otros actores más rejuvenecidos, la fuerza de trabajo de menor experiencia en la actividad se percibe desde los primeros grupos decenales mostrando una correspondencia entre la edad y la experiencia de trabajo en la cadena. A diferencia de AC, DC e IS, en PRD la forma de propiedad sobre la tierra es más diversa. Este eslabón agrupa a productores vinculados a empresas estatales, y otros a cooperativas a través de la tenencia de tierras en forma de propiedad privada o en usufructo. Ante las actuales oportunidades referidas al régimen de tenencia de la tierra, es posible encontrar productores que sin tener previa experiencia en la actividad, adquieran tierras en usufructo en un período relativamente inmediato y ello influye en que se hayan incorporado recientemente a la producción de frijol.

Atendiendo a la estructura por categorías ocupacionales, la más representada es la de productor-propietario6 (33%), seguida de los operarios (21%) (tabla 4).

Tabla 4 Distribución de la fuerza de trabajo en la cadena del frijol en Remedios, según categoría ocupacional 

Fuente: Elaboración propia a partir de base de datos de trabajadores de la cadena del frijol. Remedios, Villa Clara, 2017.

Esta estructura se corresponde con la distribución de la fuerza de trabajo entre los actores de la cadena, y con el peso que ejerce cada actividad dentro del ciclo de producción, distribución y comercialización del producto. Lo más llamativo, es que al relacionarla con los años de experiencia en la cadena, emerge que, del total de productores-propietarios (no necesariamente productor de manera directa), el 59,3% posee 10 o más años de experiencia, y en el caso de los no propietarios (siempre productor de manera directa), los más experimentados representan solo un 25%. Entre los no propietarios también es sugerente que los menos experimentados no son los más jóvenes. Esclarecer si estas características repercuten negativamente o no en los resultados de la producción es un asunto a debatir, tomando en consideración las competencias individuales, la organización del trabajo y los procesos de transmisión de saberes.

Los componentes dinámicos de la fuerza de trabajo

La migración

La fuerza de trabajo de la cadena reside fundamentalmente en Remedios (88,1%). El resto está distribuido en otros municipios y un 2% en el municipio Yaguajay de la provincia Sancti Spíritus. Del total de la muestra, solo el 25% refiere una residencia anterior diferente a la actual, y provienen esencialmente del municipio Corralillo (Villa Clara) y del municipio Yaguajay.

A partir de esta información y teniendo en cuenta que en este municipio se registran tasas de saldo migratorio negativas7 que permanecen hasta la actualidad (Boquet et al., 2012; ONEI Villa Clara, 2017), pudiera pensarse que la migración tiene un efecto discreto como variable reguladora entre la oferta y la demanda de fuerza de trabajo. Entre los migrantes que hoy trabajan en la cadena del frijol, los cambios de residencia están motivados fundamentalmente por asuntos familiares relacionados con la nupcialidad (uniones y divorcios), y en menor medida con la posibilidad de disponer de mejores oportunidades de trabajo, mejorar el acceso a los servicios y las condiciones de vivienda. Lo anterior puede ser indicativo de que quizás debe estudiarse, más que los movimientos migratorios, los movimientos pendulares.

Para un análisis posterior sería conveniente replicar este estudio en los picos de cosecha. Durante el trabajo de campo se constató que en este ciclo se emplea otra fuerza de trabajo que no pudo ser controlada, también vinculada a la cadena, fundamentalmente al eslabón PRD. El contrato es informal y por temporadas cortas. Son residentes de pueblos aledaños y municipios cercanos, otros proceden de la provincia Sancti Spíritus. No se cuenta con un dato que confirme cómo están representados estos trabajadores informales según el municipio y provincia de residencia habitual, pero sí se puede afirmar, a partir de la declaración de los encuestados, que esto ocurre por dos motivos: primero, porque es una manera de no tener bajo contrato permanente a un número mayor de personas que luego de la siembra del frijol no tienen otras tareas que realizar; segundo, porque expresan la dificultad para encontrar personas que apoyen en los picos de cosecha.

La reposición generacional de la fuerza de trabajo

El análisis de la reposición generacional de la fuerza de trabajo, por ejemplo y como es este caso, mediante los hijos, se basa fundamentalmente en la transmisión y socialización de saberes, valores, experiencias, aspiraciones, desde la familia, que mediatizan, junto a los aspectos relativos al lugar de trabajo, las condiciones que favorecen o dificultan el ingreso de activos jóvenes a las labores agrícolas.

Al calcular el número de hijos tenidos (de ambos sexos), la cifra aproximadamente asciende a solo 1,4 descendientes, en promedio, por persona. En términos de sostenibilidad futura de la fuerza de trabajo con relación a su reposición generacional, estos elementos son de gran importancia teniendo en cuenta la naturaleza del sector agrícola y el rol que históricamente ejerce la familia en los contextos rurales en la inserción laboral de los jóvenes a estas faenas; por ello la investigación indaga en el interés de los trabajadores actualmente vinculados a la cadena por que sus hijos trabajen en el mismo sector.

El 45,1% expresa motivación por dar continuidad a su trabajo a través de los hijos, y el 54,9% expresa lo contrario. Las figuras 1 y 2 ilustran los motivos que fundamentan ambas inclinaciones.8

Fuente: Elaboración propia a partir de base de datos de trabajadores de la cadena del frijol. Remedios, Villa Clara, 2017.

Figura 1 Expresiones del interés por que los hijos trabajen vinculados a la agricultura 

Fuente: Elaboración propia a partir de base de datos de trabajadores de la cadena del frijol. Remedios, Villa Clara, 2017.

Figura 2 Expresiones del desinterés por que los hijos trabajen vinculados a la agricultura 

La tradición familiar como criterio del interés por que los hijos se vinculen a la agricultura está más representada en PRD, uno de los actores más cercanos a la producción de manera directa, lo cual puede explicar esta característica. Los otros fundamentos del interés también están concentrados principalmente en este eslabón. Quizás la mayor influencia en este sentido se ejerza desde los trabajadores que allí se desempeñan, y aunque ello no necesariamente garantice la reposición generacional, es un factor importante a tomar en consideración al delinear estrategias de atracción de fuerza de trabajo.

En la toma de decisión sobre el desempeño de actividades vinculadas a la agricultura se identifica un mayor protagonismo de los hijos y un peso menor de la decisión individual de los padres, nótese que es una de las categorías que mayor porcentaje registra en la gráfica anterior. En otro orden, aunque cuantitativamente esté menos representada, la visión de que el trabajo en la agricultura es una actividad masculina se mantiene y puede obstaculizar la incorporación de mujeres, subgrupo poblacional que constituye una reserva laboral importante del territorio (Griñan, 2018).

Los motivos del desinterés se distribuyen de manera dispersa entre los actores de la cadena. A partir de esta información no se identifica un patrón que permita ubicar en cuál de ellos sea más difícil garantizar una reposición generacional. Según lo analizado hasta el momento, parecería que el eslabón PRD juega un papel fundamental en la atracción de fuerza de trabajo; y que, eventualmente, los otros eslabones median la no reposición. Aún así, la estructura por edad parece indicar lo contrario, al ser PRD el eslabón con la estructura por edad más envejecida. En todo caso, quedan estos elementos como nichos de investigación para el futuro, con énfasis en la participación de la cadena dentro del mercado laboral del territorio, pues durante el trabajo de campo se constata el criterio reiterado de que las fuentes de empleo disponibles básicamente se relacionan con el sector agropecuario. Por otra parte, la aspiración laboral de los jóvenes e hijos es el sector turístico desarrollado en los cayos de la costa norte de la provincia.

La forma de expresar el desinterés por que los hijos se vinculen a la agricultura indica una posible relación con la categoría de mayor peso entre todas las que ilustran dicha desmotivación: las dificultades en torno a las condiciones de trabajo. Permanece constante la idea de que la descendencia estudie y se supere profesionalmente como forma de aspirar a un mejor trabajo. Si a ello se le añade que los saldos migratorios totales del municipio son negativos, entonces la reposición generacional en la cadena tiene como referencia un contexto interno y externo poco favorable para la absorción de población joven.

La movilidad ocupacional y la fluctuación potencial

Los cambios en la estructura ocupacional son el resultado de las estrategias que la fuerza de trabajo adopta como respuesta a determinados condicionamientos sociales en estrecha interrelación, como pueden ser: las mejores oportunidades de ingresos económicos y/o reconocimiento social que ofrecen los distintos sectores de actividad u ocupaciones; las características del mercado de trabajo; los cambios estructurales en determinados sectores de actividad; el aumento en los niveles de instrucción; la influencia de problemáticas y dinámicas en el ámbito privado relativas a los cuidados familiares, la tenencia de hijos, la nupcialidad, etcétera.

El 45% de los encuestados manifiesta una ocupación anterior, ya sea dentro del propio sector agropecuario o fuera de este, aunque predomina el arribo de personas con experiencia previa en la agricultura. Los mayores flujos de movilidad se producen hacia la categoría de productor-propietario, fundamentalmente desde trabajadores que, según se autodefinieron, se desempeñaban con anterioridad como albañiles (16%) y obreros agrícolas (21,1%).

La motivación por el cambio de ocupación tiene distintos matices según la forma de gestión de la entidad a la cual están vinculados en la actualidad. Donde se identifica la mayor frecuencia del criterio económico es en aquellos que actualmente están asociados a CCS, y donde prevalece el criterio del gusto por la actividad es en los vinculados a las empresas estatales y a las UBPC. Entonces: ¿Más allá de la actividad que se realiza propiamente y del sector del que se trata, las características de la forma de gestión constituyen factores de atractividad de fuerza de trabajo? ¿Qué motivaciones o expectativas generan una u otra forma de gestión? Debe estudiarse en profundidad la posibilidad de una relación entre los criterios más observados que expresan la motivación por el cambio de ocupación, las características de la ocupación anterior y las características de la forma de gestión en que desempeñan las ocupaciones actuales, así como su influencia en la percepción actual de los motivos de la movilidad.

Otro elemento a tener en cuenta es que, aunque la categoría de productor-propietario es la mayor receptora de fuerza de trabajo, cuando se analizan quiénes son los que transitan hacia dicha categoría, resulta que son principalmente hombres entre los 40 y los 49 años de edad. Quiere decir, que, entre los nuevos titulares de tierras dentro de la muestra, no figuran jóvenes ni mujeres.

La movilidad ocupacional a lo externo de la cadena parece no comprometer la disponibilidad actual de fuerza de trabajo, solo el 7,1% expresa la posibilidad de cambiar de ocupación en una muestra de 84 personas. La permanencia está condicionada esencialmente por la satisfacción con las actividades que se realizan lo que va acompañado de un criterio positivo sobre las relaciones de trabajo y el colectivo laboral. De igual forma se señala la escasez de otras oportunidades de trabajo, elemento que no debe desestimarse.

La fuerza de trabajo como factor de consumo

El diagnóstico del potencial demográfico arroja diferencias entre los actores de la cadena. A fin de comprender estas y otras diferencias manifiestas, se hace necesario abordar de forma sucinta algunos elementos referidos a la situación económica actual de la fuerza de trabajo. Dos hallazgos relevantes justifican este tipo de análisis: entre los trabajadores que poseen nivel educacional preuniversitario y universitario, la mayor parte de ellos considera su situación económica regular, 77,4% y 75% respectivamente. Más llamativo aún es que esta percepción de la situación económica se reproduce entre los trabajadores con más años de experiencia en la cadena del frijol, con una proporción muy similar a los que tienen menor experiencia.

Estos datos resultan controversiales, en tanto se esperaría que a mayor nivel educacional se perciba una situación económica más positiva, lo mismo con la experiencia en el desempeño de la actividad. Atendiendo a estas observaciones, según las cuales no necesariamente existe una relación directa entre el nivel educacional, los años de experiencia en la actividad y la declaración de la situación económica, se presenta una síntesis de los resultados fundamentales.

Se identifican inequidades de género en cuanto a la obtención de ingresos y al uso que se hace de los mismos. Ello se verifica entre hombres y mujeres pertenecientes a la misma categoría ocupacional o a categorías diferentes. Destaca que solo los hombres productores están representados como usufructuarios, y que ninguna mujer refiere relación con el eslabón MS, uno de los que figura como una buena oportunidad para obtener ingresos económicos y de los que aporta mayor valor agregado al producto.

Otro elemento relativo a las inequidades identificadas por categoría ocupacional, es la representación de casi la totalidad de los negros y mestizos en la situación económica regular en todas las categorías ocupacionales en que se distribuyen: operario, trabajador de servicios, administrativo y productor-propietario.

Entre los jóvenes no se distinguen grupos homogéneos de acuerdo a sus características, quizás porque constituyen un grupo muy pequeño dentro de la muestra. No obstante, aportan elementos a tener en cuenta, en tanto constituyen el relevo de la fuerza de trabajo. Por la menor edad con respecto al resto de los trabajadores se distingue con mayor nitidez la influencia del contexto familiar en su desempeño. Se constatan jóvenes que conviven en entornos menos favorecidos y ello repercute en bajas expectativas de desarrollo personal y profesional. Otros, que manifiestan la necesidad de desarrollo profesional y dificultades económicas en el núcleo familiar, expresan la importancia de mejoras en las condiciones de trabajo (equipamiento, tecnología, insumos, salarios, capacitación).

Entre las personas de mayor edad se observa cierta conformidad con la situación económica actual, sin embargo están representados mayoritariamente entre los que tienen situaciones económicas menos positivas, distribuidos indistintamente entre las categorías ocupacionales, a excepción de directivo, administrativo y una categoría muy particular, la de supervisor.

¿Quién es el supervisor? Esta categoría se construye para desigualar el desempeño de funciones relativas a la producción del frijol entre ocupaciones similares en apariencia. Esto se pone de manifiesto en el eslabón PRD, donde se identifican distintas formas de tenencia de la tierra dentro del modo de gestión cooperativo. Por este motivo se separan los productores-no propietarios, los productores-propietarios y el supervisor, este último de menor relevancia cuantitativa dentro de la muestra, pero que debe quedar explicitado y no diluido en otras ocupaciones ni categorías para comprender su posición dentro de la estructura ocupacional.

El supervisor refleja un tipo de trabajador intermedio entre el productor-no propietario y el productor-propietario de tierras. Además de participar en las labores vinculadas a la siembra y la cosecha del frijol, ejerce la función de controlar el trabajo que se realiza y de ejecutar actividades logísticas y de aseguramiento. Por lo tanto, los productores- propietarios, no propietarios y los supervisores, no son equiparables en sus funciones, y quizás tampoco en sus ingresos económicos. Sus fuentes de ingresos declaradas son más diversificadas y los gastos están distribuidos de una forma diferente. No se manifiestan insatisfacciones relacionadas con las formas de pago ni con los salarios.

En las empresas estatales las mayores brechas se identifican entre los trabajadores de IS (uno de los que requiere mayor fuerza de trabajo calificada y especializada). Es posible apreciar una relación inversamente proporcional entre el nivel educacional y la percepción de la situación económica; pues, en general, en la medida que disminuye la apreciación positiva, es mayor el nivel de instrucción que más representa dicha condición.

Entre las cooperativas las brechas se observan en las CCS, fundamentalmente en una parte de los productores-propietarios respecto al resto de las categorías ocupacionales que se identifican. La tenencia y uso de equipamiento en condiciones adecuadas (fundamentalmente el sistema de riego), el uso de las mejores variedades de semillas, la diversificación del cultivo, y la recepción en tiempo y uso conveniente del paquete tecnológico, son factores que se relacionan con la productividad y la obtención de ingresos, mediatizados por una situación económica que dificulta el acceso y por problemas de abastecimiento y distribución de los recursos técnicos. Además, se identifica que la vinculación al eslabón MS puede generar ingresos económicos diferenciados y superiores al resto.

Estos elementos se articulan con dinámicas propias de los entornos familiares que también ejercen influencia: recepción de remesas del exterior o del interior del país; convivencia con familiares que aportan al sustento del hogar; o al contrario, recarga por convivencia con adultos mayores e hijos que aún no trabajan; problemáticas familiares que pueden dificultar la participación en la actividad económica y absorben una parte importante de los ingresos percibidos.

La situación económica se considera desfavorable por más del 50% de los trabajadores, escenario que se complejiza en un entorno de insatisfacciones marcadas por la escasez de recursos materiales, las formas de pago, el estado de los recursos técnicos y el escaso poder de inversión en buena parte de los productores-propietarios. Estas dificultades pueden repercutir en el monto de los ingresos económicos. Ello se manifiesta con elementos distintivos entre los actores de la cadena, como bien se refleja en la breve exposición realizada, en función de la heterogeneidad empresarial que los caracterice, la diversidad de formas de propiedad que se identifica, y la posibilidad de añadir mayor valor agregado al producto. Quiere decir que, a medida que predominan las empresas estatales, se simplifican las formas de propiedad, y se acortan las posibilidades de añadir valor agregado, la percepción de la situación económica es más negativa y prevalecen las fuentes de ingresos por concepto de salario y estimulación.

La relación ingresos-consumo es muy difícil de investigar y esclarecer, así como la percepción de la situación económica. Múltiples factores influyen en la dificultad para captar este tipo de información como son: las expectativas y aspiraciones individuales, el grado de empatía que se logra durante el trabajo de campo, la subdeclaración de las fuentes y el monto de los ingresos, etc. No obstante, son resultados que no deben desestimarse y fundamentan la utilidad de la perspectiva metodológica adoptada en este estudio.

Consideraciones finales

Los hallazgos de la investigación y las interrogantes que deja expuestas, se conectan con algunos antecedentes que adoptan una perspectiva similar para el estudio de la fuerza de trabajo como subgrupo poblacional. Emergen temáticas como: la importancia de tomar en consideración, más que el potencial cuantitativo (bono demográfico), el potencial cualitativo de la fuerza de trabajo (lo que este estudio considera como potencial demográfico); la necesidad de fortalecer las estructuras productivas, el ambiente institucional y los procesos de capacitación para el desarrollo y la consolidación de las actividades estratégicas.

¿Contará la cadena del frijol en Remedios con la fuerza de trabajo necesaria para garantizar su sostenibilidad futura en el orden económico y social?

La no reposición generacional de la fuerza de trabajo puede comprometer a futuro la disponibilidad de trabajadores. Aunque la fluctuación potencial no se presenta como un problema, predomina la desmotivación por que los jóvenes se incorporen a la agricultura. Por tanto, el envejecimiento demográfico que ya caracteriza a la estructura de la fuerza de trabajo no debe manifestarse como un problema, sino como un resultado de la no absorción de jóvenes. Son necesarias las estrategias para valorizar el trabajo en la agricultura, así como elevar y preservar el significado de la tradición; para incorporar en condiciones de equidad a un mayor número de mujeres a la cadena; y fundamentalmente, para amortiguar los problemas relacionados con las características y las condiciones del trabajo. Según la perspectiva de los estudios de población, el abordaje de este tema debe reconocer el desarrollo pleno de las capacidades de la fuerza de trabajo y superar los enfoques tradicionales sobre su papel en el desarrollo económico; es decir, reconocer su doble condición como productora y consumidora. En este sentido debe encaminarse la gestión de los procesos y recursos, con el objetivo de hacer más eficaces las prácticas vigentes. Sin dudas el apoyo y el acompañamiento de las políticas es indispensable.

Revisitar las problemáticas objeto de discusión, retomar la perspectiva metodológica que se propone y enriquecerla, e incorporar esta visión en la toma de decisión, puede aportar resultados positivos en el ámbito de la planificación del desarrollo local y de los encadenamientos agroalimentarios.

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Es válido señalar que dentro del enfoque de cadenas agroalimentarias en Cuba, la empresa Acopio protagoniza en sí misma un eslabón, por lo tanto, ya se tiene como premisa una asimetría en la relación entre empresas de las cadenas, producida por una estructura institucional que entorpece el establecimiento y consolidación de alianzas entre las empresas.

2 Proceso de descenso de la fecundidad y de la mortalidad a través del tiempo como resultado del desarrollo de las sociedades en su más amplio sentido, siendo el proceso de industrialización un eje articulador central de este desarrollo. Muchas han sido las críticas formuladas al respecto, pues la teoría de la transición demográfica está relacionada con la experiencia en Europa, y se ha objetado que difícilmente pueda dar cuenta de esos procesos en otros países, cuando incluso al interior de Europa se observan diferencias; se han identificado distintas modalidades de comportamiento de las tasas de natalidad y de mortalidad que pueden apartarse de la secuencia supuesta por la teoría de la transición; se ha afirmado que no es una teoría, sino una descripción de acontecimientos históricos que se han producido con cierta regularidad en los países desarrollados (Naciones Unidas, 1978); comparaciones efectuadas entre su manifestación en Europa y en América Latina confirman diferencias sustanciales, que evidencian que no necesariamente en los países latinoamericanos este proceso es el resultado del desarrollo económico (Erviti y Segura, 2000).

3 Se realizó un muestreo aleatorio estratificado.

4 Esto reafirma los hallazgos de un diagnóstico anterior efectuado en la cadena (AGROCADENAS, 2016).

5 Esta empresa tiene un doble rol alrededor de la multiplicación de semillas: “relaciona los procesos desde la compra de la semilla proveniente de los Institutos de Investigaciones hasta la venta a las CCS o UBPC multiplicadores de semillas”, y “recibe la semilla multiplicada de las CCS o UBPC multiplicadores” (AGROCADENAS, 2016, s. p.).

6 Es aquel trabajador vinculado a la producción de semillas o a la producción de frijol, y posee tierras en usufructo o en calidad de propiedad privada.

77 Tasa de saldo migratorio total, tasa de saldo migratorio interprovincial y tasa de saldo migratorio intraprovincial.

8 Es necesario aclarar que las personas encuestadas podían fundamentar el interés o el desinterés por que los hijos se vinculen a la agricultura mediante más de un criterio, por tanto, los porcentajes de los gráficos representan el peso de cada categoría dentro del total de respuestas ofrecidas en cada caso.

Recibido: 15 de Agosto de 2019; Aprobado: 02 de Octubre de 2019

*Autor para la correspondencia: dianne@cedem.uh.cu

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