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Revista Novedades en Población

versión On-line ISSN 1817-4078

Rev Nov Pob vol.16 no.32 La Habana jul.-dic. 2020  Epub 31-Mar-2021

 

ARTÍCULO ORIGINAL

Mujeres de 30 años y más en Cuba. Algunas características de su fecundidad en el período 2005-2016

Women aged 30 and over in Cuba. Some characteristics of their fertility in the period 2005-2016

Gabriela María Dujarric Bermúdez1  * 
http://orcid.org/0000-0002-7353-1174

1 Máster en Estudios de Población. Centro de Estudios Demográficos (CEDEM), Universidad de La Habana. Cuba.

Resumen

La fecundidad cubana se ha mantenido por debajo del nivel de reemplazo desde 1978. Aunque presenta un patrón temprano, en algunos períodos se evidencian aumentos en las tasas del grupo de treinta años y más. Con la base de propuestas teóricas y estudios previos sobre la variable, el trabajo que se presenta se orienta a caracterizar la dinámica de la fecundidad de las mujeres cubanas de 30 años y más, entre 2005 y 2016. Para ello se caracteriza la fecundidad de este grupo desde su evolución en el tiempo, su comportamiento diferencial y las particularidades en las regiones del país. Los resultados evidencian que la fecundidad tardía aumenta en algunos de sus subgrupos, donde resalta el incremento de los nacimientos de primer orden en el grupo de 30-34 años. El diferencial por escolaridad marca mayores distancias en el grupo y destacan algunas provincias de las tres regiones del país con tasas más altas en el grupo de estudio.

Palabras clave: fecundidad; fecundidad tardía; segunda transición demográfica

Abstract

Cuban fertility has remained below the replacement level since 1978. Although it presents an early pattern, in some periods there are increases in the rates of the group of thirty years and over. Based on theoretical proposals and previous studies on the variable, the work presented is aimed at characterizing the fertility dynamics of Cuban women aged 30 and over, between 2005 and 2016. It is characterized, the fertility of this group from its evolution over time, its differential behavior and the particularities in the regions of the country. The results show that late fertility increases in some of its subgroups, where the increase in first-order births in the 30-34 age group stands out. The differential by schooling marks greater distances in the group and some provinces of the three regions of the country stand out with the highest rates in the study group.

Keywords: fertility; late fertility; second demographic transition

Introducción

El proceso de transición demográfica en Cuba ha configurado un escenario que se caracteriza por una baja fecundidad, elevada esperanza de vida, así como una estructura por edades envejecida. En ese sentido, los bajos niveles de la fecundidad sostenidos y su impacto sobre la situación demográfica han motivado el estudio de la variable desde diversos matices. Temas como las perspectivas sociales e individuales de la fecundidad cubana a partir de 1990 (Rodríguez Gómez, 2006), toma de decisiones en torno a la reproducción (Quintana, 2017), fecundidad adolescente en Cuba (Molina, 2017) y la fecundidad de las cubanas fuera de Cuba (Rodríguez Javiqué, 2017), han guiado el trabajo del Centro de Estudios Demográficos de la Universidad de La Habana en la primera veintena del siglo XXI.

Los niveles de la fecundidad cubana están situados por debajo del nivel de reemplazo desde el año 1978 (tasa global de fecundidad [TGF] de 1,95 hijos por mujer), y aunque han tenido fluctuaciones, nunca han superado este límite (Rodríguez Gómez, 2013). Estas características (junto a la elevada esperanza de vida), nos ubican en un momento de evolución de la población comparable al de países con mayor desarrollo económico. En la actualidad la mayoría de los países europeos presentan tasas por debajo de 2,1 hijos por mujer (Esping-Andersen, 2013). Incluso regiones como Australia también desde mediados de los setenta se mantienen con tasas por debajo del nivel de reemplazo. En ese sentido, Barnes (2001) plantea que en ese país casi todas las mujeres estaban disminuyendo su aporte en hijos y que se evidencia una relación inversa entre el lugar de residencia, los logros profesionales y la posición socioeconómica, por un lado, respecto a las tasas de fecundidad.

En Cuba la investigación sobre la variable ha profundizado más allá de las generalidades mencionadas. En cuanto a la estructura, antes de la década de los sesenta existía una cúspide dilatada con valores máximos similares en los grupos de edades de 20-24 y 25-29 años, a partir de estos años la cúspide transita de dilatada a temprana con valores máximos en el primer grupo antes mencionado (González, 2004).

Los estudios anteriores evidencian que en Cuba la evolución de la fecundidad ha sido objeto de investigación en los últimos cincuenta años, sin embargo, no se ha profundizado en las particularidades del grupo de las mujeres de 30 años y más. Entonces, ¿por qué estudiar la fecundidad de 30 años y más? ¿Qué aportes puede ofrecer el enfoque en este grupo?

La mayoría de los trabajos señalados (Alfonso, 2009; Molina, 2017; Quintana, 2017; Rodríguez Gómez, 2013; Rodríguez Javiqué, 2017), si bien abordan el tema de la fecundidad en el grupo de 30 años y más, no particularizan este caso con profundidad, y específicamente desde 2005 en adelante no se desarrolla una sistematización del tema. Sin embargo, resultados cuantitativos y cualitativos de dichos estudios alertan sobre la existencia de algunos elementos que deben ser retomados en la investigación que se presenta. Se evidencian en la curva de fecundidad de 30 años y más, oscilaciones que van en ascenso hasta 2002, una tendencia a la postergación de la edad al tener el primer hijo, así como referencias de que tanto las personas que tienen hijos antes de los 30 años, como las que no, consideran que el mejor momento para tenerlos es después de haber cumplido esa edad (por motivos de superación profesional y económica). Los datos de Anuarios Demográficos muestran, desde 1995 hacia 2015, un incremento de la fecundidad en los grupos de 30-34 años (46,8 en 1995 y 61,3 en 2015) y 35-39 años (17,1 en 1995 y 25,2 en 2015).

Bajo esta lógica, el nivel de la fecundidad puede verse afectado, pues si la postergación del nacimiento del primer hijo a partir de los 30 años se convierte en un patrón comportamental, se recortaría el período reproductivo y se reduciría, consecuentemente, la exposición al riesgo de tener hijos; lo cual a su vez fortalece la necesidad de investigar la fecundidad por grupos y darle una lectura a los resultados que se ajuste al contexto cubano.

El recorrido por las investigaciones previas deja ver, además, que la fecundidad cubana ha sido temprana históricamente, con influencia de una cultura que ha generado patrones reproductivos de este tipo. Junto a este comportamiento, no hay evidencia de políticas de salud que hayan potenciado el embarazo después de los treinta años. En entrevista realizada al especialista en ginecobstetricia Gabino Arman Alessandrini, funcionario del Departamento Materno-Infantil del Ministerio de Salud Pública, explica que si bien no es la edad, precisamente, el factor de riesgo, sí se incrementan los peligros de un embarazo en esas edades por la frecuente aparición de determinados padecimientos. No obstante, asegura que la maternidad en edades avanzadas no debe estigmatizarse, pues la mujer hace uso de sus derechos sexuales y reproductivos cuando decide cuántos hijos quiere tener y en qué momento de su vida. Plantea también que el sistema de salud cubano debe garantizar la atención preconcepcional adecuada y durante la gestación, para que ella transcurra por ese período de vida de manera satisfactoria Domínguez (2016, 16 de noviembre). Respecto a estos elementos, Sobotka (2010) refiere que los fundamentos biológicos que ofrecen los especialistas de salud acerca de las ventajas de la maternidad temprana, son cada vez más contradictorios con los motivos socioeconómicos que llevan a iniciar la vida reproductiva en etapas más tardías.

Los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución para el período 2016-2021, respecto a la dinámica demográfica, proponen garantizar la implantación gradual de la política para atender los elevados niveles de envejecimiento de la población, así como estimular la fecundidad con el fin de acercarse al remplazo poblacional en una perspectiva mediata, la estimulación del nacimiento de dos hijos o más, y la aplicación de políticas fiscales y de precios que favorezcan la natalidad (Cubacrece, 2019). Esta política, aunque no explicita una potenciación de la fecundidad de 30 años y más, al estimular nacimientos de segundo y tercer orden, deja ver una intención de fortalecerla.

Con el estado actual de la investigación en torno a la fecundidad, el escenario demográfico existente y la política asociada al mismo, es pertinente entonces realizar un aporte investigativo que profundice en la fecundidad del grupo de 30 años y más. Sería de utilidad comprender, entre otros elementos, qué características distinguen la fecundidad de este grupo del resto, cuál es su comportamiento en el país y sus provincias, y cómo son las madres que aportan nacimientos en esta edad.

Aspectos metodológicos

Esta investigación tributa al estudio de la fecundidad con un enfoque cuantitativo que, a través del procesamiento de bases de datos, así como de los análisis estadístico y demográfico, permite describir la evolución de la variable en un período de doce años.

La investigación tiene un alcance descriptivo con la finalidad de responder a los objetivos propuestos. Se puede clasificar como transversal debido a que se caracteriza la variable a partir del comportamiento de la fecundidad de período.

Se utilizaron como fuentes de información las bases de datos de nacimientos entre 2005 y 2016, así como los Anuarios Demográficos de Cuba (ONEI, 2006-2017), Anuarios Estadísticos de Salud, y la información de investigaciones recientes. Para el primer objetivo se trabajó también con la Encuesta Nacional de Fecundidad de 2009 (ONEI, 2010) y el Informe del Censo 2002 y 2012. Con esta información se caracterizó la fecundidad cubana de 30 años y más en el período de estudio (2005-2016), a partir de su comportamiento previo desde 1995, y posteriormente se analizó su comportamiento por provincias.

Se trabajó con población y muestra según el contenido de cada objetivo. Esto incluyó los datos de las mujeres de todo el país de 15 a 49 años que tuvieron hijos nacidos vivos en el período 2005-2016 y la población de mujeres de todo el país de 30 a 49 años que tuvieron hijos nacidos vivos en el período 2005-2016. Se emplearon técnicas del análisis demográfico de la fecundidad (cálculo de tasas, edad media, estructura porcentual de la fecundidad) y de la estadística descriptiva (media, mediana, moda y frecuencia).

Panorámica de la fecundidad cubana entre 1995-2016

Es oportuno, antes de hacer un análisis particular de las características de la fecundidad en cualquier grupo de edad, realizar una observación de la fecundidad general en el período previo más cercano, de modo que se comprenda el comportamiento del grupo en el contexto de la evolución en el tiempo de la variable, a partir de su nivel y patrón. Es por esta razón que primero se detalla el nivel y estructura de la fecundidad desde 1995, para luego pasar al período y grupo seleccionado en el trabajo.

Nivel de la fecundidad

Tal como venía comportándose el nivel de la fecundidad a partir de 1990, en el período 1995-2016 se mantiene fluctuante, con valores por debajo del nivel de reemplazo (2,1 hijos por mujer). Tuvo su valor más alto en 2011, con 1,78 hijos por mujer, y el más bajo en el año 2006, con 1,39. Este resultado corrobora lo planteado por Quintana (2017) cuando refiere que solo en el trienio 2005-2007 y alrededor de diez años antes (1994-1996), descendió por debajo de 1,5 hijos por mujer. Según Rodríguez (2013) estas oscilaciones son parte del comportamiento de la fecundidad una vez que se alcanzan niveles moderadamente bajos de la variable (figura 1).

Fuente: Elaborada por la autora a partir de ONEI, Anuarios Demográficos, años seleccionados, y ONEI, Bases de Datos de Certificados de Nacimientos. 1995-2016.

Figura 1 Cuba. Tasa global de fecundidad. 1995-2016 

La edad media de la fecundidad desde 1995 hasta 2003 se mantiene en ascenso (de 25,20 a 26,44 años). A partir de este momento parece rejuvenecer hasta 2008, con posteriores fluctuaciones entre 2009 y 2011, momento en que comienza a aumentar sin interrupciones, hasta alcanzar el valor más alto en 2016, de 26,35 años. Según Rodríguez (2013) la elevación de este indicador hacia 26,4 años en 2003 significó una evidencia de la posposición de la fecundidad iniciada a fines de los noventa y hasta inicios de los 2000, que podría pensarse como resultado de la agudización de la crisis económica. Sin embargo, las causas del aumento hacia el año 2016 habría que buscarlas en otras explicaciones que pueden estar asociadas al nivel de escolaridad de estas mujeres, cambios en el ideal de familia, entre otros. Lesthaeghe y Willems (1999), a partir de su aplicación del modelo de posposición de la fecundidad (efecto quanto-tempo) elaborado por Bongaarts y Feeney (2000), describen este fenómeno como una fase de los países que se encuentran en segunda transición demográfica.

Estructura de la fecundidad

En todo el período se evidencia un patrón temprano como continuidad del comportamiento histórico en la fecundidad cubana. Los grupos de edades con mayor aporte a la fecundidad siguen siendo 20-24 años, 25-29 años y 30-34 años. En correspondencia con Rodríguez Gómez (2006), desde 1995 hasta el año 2002 aumenta el aporte del grupo de 25-29 años, por lo que aparecen indicios de una posible dilatación del patrón; sin embargo, desde ese último año hasta 2007 el grupo vuelve a disminuir su peso, para posteriormente fluctuar con tendencia al aumento desde este año hasta el final del período del 22% a un 27% aproximadamente (tabla 1).

El aporte relativo de la fecundidad de 30 años y más muestra variaciones que desde 1995 hasta 2004 tienden al aumento (tabla 2), para descender desde este año hasta el 2011 y a partir de aquí comenzar otro aumento hasta el final del período de estudio (tabla 3). Rodríguez Gómez (2006) refiere que la curva de descenso del grupo de 30 años y más que comienza en 2003 puede apuntar a un proceso oscilatorio o bien al inicio del descenso de la fecundidad de este grupo. En ese sentido este resultado da continuidad al cuestionamiento planteado por la autora, al confirmar que el movimiento del grupo hacia 2016 se caracteriza por un proceso de fluctuación.

Tabla 1 Tasas específicas de fecundidad por edad en Cuba. Período 2005-2016 

  2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016
15-19 48.78 46.48 48.8 54.96 56.22 56.23 58.77 54.27 54.2 52.04 52.4 50.07
20-24 93.95 90.77 93.75 104.17 112.79 111 114.74 105.78 102.94 96.48 106.48 98.78
25-29 69.4 61.7 62.17 70.4 79.91 83.92 93.37 93.04 96.74 97.74 95.2 89.85
30-34 57.35 52.37 52.09 54.48 56.51 54.27 56.48 57.69 60.88 62.98 59.93 55.86
35-39 22.52 21.91 23.5 26.18 27.97 26.43 26.7 25.01 23.19 21.75 26.03 25.83
40-44 4.69 4.54 4.46 4.65 4.87 4.79 5.15 5.06 4.99 4.83 5.08 5.06
45-49 0.17 0.2 0.17 0.26 0.31 0.28 0.29 0.29 0.25 0.27 0.36 0.31

Fuente: Elaboración propia.

Tabla 2 Aporte relativo de la fecundidad. Grupos 30 años y más. 1995-2004 

Año/Grupo 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004
30-34 14.75 15.96 16.36 16.67 16.36 16.54 16.81 18.16 19.13 19.48
35-39 5.26 5.40 5.62 5.91 5.87 6.08 6.55 7.23 7.69 7.83
40-44 0.83 0.83 0.84 0.87 0.82 0.95 1.09 1.29 1.48 1.60
45-49 0.15 0.11 0.11 0.07 0.07 0.08 0.10 0.09 0.07 0.07
Peso 30+ 21.00 22.30 22.93 23.52 23.12 23.64 24.55 26.77 28.37 28.98

Fuente: Elaborada por la autora a partir de ONEI, Anuarios Demográficos, años seleccionados, y ONEI, Bases de Datos de Certificados de Nacimientos. 1995-2004.

Tabla 3 Aporte relativo de la fecundidad. Grupos 30 años y más. 2005-2016  

Grupo 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016
30-34 19.32 18.84 18.28 17.29 16.69 16.11 15.89 16.91 17.74 18.74 17.35 17.15
35-39 7.59 7.88 8.25 8.31 8.26 7.84 7.51 7.33 6.76 6.47 7.53 7.93
40-44 1.58 1.63 1.57 1.48 1.44 1.42 1.45 1.48 1.45 1.44 1.47 1.55
45+ 0.06 0.07 0.06 0.08 0.09 0.08 0.08 0.09 0.07 0.08 0.10 0.10
30+ 28.54 28.43 28.15 27.16 26.48 25.46 24.93 25.81 26.02 26.73 26.46 26.73

Fuente: Elaborada por la autora a partir de ONEI, Anuarios Demográficos, años seleccionados, y ONEI, Bases de Datos de Certificados de Nacimientos. 2005-2016.

Una mirada a lo interno del grupo de 30 años y más evidencia que los mayores aportes a partir de los 30 años son realizados por el grupo de 30-34 años. Las tasas específicas indican fluctuaciones en todos los grupos; sin embargo, dichas oscilaciones en los grupos de 40-44 y 45 años y más, tienden al aumento. Se observa que si bien las tasas en este último grupo aumentan ligeramente, el aumento del aporte relativo implica que la fecundidad de 45 y más años está ganando importancia en peso con respecto a los otros grupos quinquenales.

La fecundidad de primer orden es protagonizada fundamentalmente por las adolescentes y el grupo de 20-24 años, pues tienen mayores tasas y aporte. Sin embargo, los grupos de 30-34 y 35-39 años, aunque tienen algunas fluctuaciones, aumentan sus tasas y peso en el período de estudio, estas últimas con un aumento en su peso desde 2,13 (2005) hasta 2,48 (2016). Si tenemos en cuenta que la fecundidad cubana está determinada fundamentalmente por el primer orden de nacimientos, sería importante analizar, en los años siguientes, los aumentos de estos nacimientos en esas edades más tardías. La comparación con Nathan (2014) muestra que este resultado tiene similitudes con el comportamiento de la fecundidad en Uruguay en el período 1996-2011, donde se evidencia un incremento gradual de la fecundidad de orden 1 en estas edades avanzadas. Sería útil también cuestionarse si estos elementos dan continuidad a los resultados de Rodríguez Gómez (2006) y Alfonso (2009) en el sentido de que pueden evidenciar condiciones de segunda transición demográfica, tales como el cambio en el ideal de familia, la adopción de comportamientos reproductivos de postergación condicionados por el efecto de la difusión en las mujeres y el incremento de las tasas de fecundidad de primer orden en las edades más avanzadas.

En la fecundidad de 30 años y más, la edad media se mantiene alrededor de los 34 años; mientras que la edad media a partir de los dos primeros órdenes se mueve alrededor de los 33 y 34 años. Este indicador en el tercer orden de nacimientos solo desciende por debajo de los 35 años en el 2014, y en el cuarto orden se mantiene alrededor de los 35 y 36 años en todo el período.

La peculiaridad en este caso es que la edad media de este grupo calculada para los nacimientos de primer orden, oscila con tendencia al aumento, ubicándose en 2015 y 2016 muy cerca de la de segundo orden, lo cual indica que las mujeres que tuvieron su primer hijo a partir de los treinta años, lo hicieron más tardíamente en los últimos dos años del período. Esto podría significar un comportamiento oscilatorio, o bien el comienzo de un período de mayor postergación del primer hijo en las mujeres de 30 años y más, lo cual sería necesario comprobar en posteriores estudios (figura 2).

Fuente: Elaborada por la autora a partir de ONEI, Anuarios Demográficos, años seleccionados, y ONEI, Bases de Datos de Certificados de Nacimientos. 2005-2016.

Figura 2 Cuba. Edad media de la fecundidad de 30 y más hasta el cuarto orden de nacimiento. 2005-2016 

Particularidades de la fecundidad de 30 años y más en cuba (2005-2016)

Fecundidad de las mujeres de 30 años y más, según algunos diferenciales (2005-2016)

Diferencial por zona de residencia

El peso de la fecundidad urbana de 30 años y más se mueve entre el 26% y 29% en el período de estudio, mientras que la rural está alrededor del 22%, por lo que el aporte las mujeres de 30 años y más tiene más importancia en la zona urbana que en la rural durante casi todo el período. Como se vio anteriormente las tasas globales de fecundidad en la zona urbana son mayores que las rurales en los últimos cinco años de estudio; sin embargo, las tasas de los grupos de 30-34, 35-39 y 40-44 años son mayores en la zona urbana no solo durante cinco años, sino en casi la totalidad del período. Se exceptúan las del grupo de 45 años y más, que siempre tiene tasas más altas en la zona rural (figura 3).

Fuente: Elaborada por la autora a partir de ONEI, Anuarios Demográficos, años seleccionados, y ONEI, Bases de Datos de Certificados de Nacimientos. 2005-2016.

Figura 3 Cuba. Peso relativo de los grupos de 30 años y más. Diferencial urbano-rural. Cuba 2005-2016 

Los grupos quinquenales tienen también características peculiares que llaman la atención. Las tasas del grupo de 30-34 años son mayores en la zona urbana en todo el período. Tienen un comportamiento fluctuante, con aumentos en el año 2009 y disminución en 2010; sin embargo, a partir de este año las tasas en la zona urbana comienzan un aumento hasta el año 2014 para luego descender hacia 2016. Mientras, las rurales mantienen oscilaciones y aumentan en 2016.

El grupo de 35-39 años tiene un comportamiento similar al anterior, con aumento de las tasas urbanas hacia 2009, posteriores oscilaciones y superioridad a partir de 2006 sobre las tasas rurales. Luego las urbanas disminuyen hasta 2014 y aumentan en lo últimos dos años. En el área rural a partir de 2011 el grupo disminuye sus tasas sin interrupciones desde 0,023 en dicho año hasta 0,012 en 2016.

En el grupo de 40-44 años las tasas urbanas oscilan con tendencia al aumento, mientras que las tasas en la zona rural fluctúan hasta 2011, en que comienzan a decaer continuamente hasta el final del período. De manera general los valores en el área urbana superan a los de la rural.

En el último grupo (45 y más) los valores de las tasas en ambas zonas fluctúan, con superioridad de las rurales sobre las urbanas en todos los años excepto en 2015.

Aunque la edad media se ubica alrededor de los 34 años en ambas zonas, en la rural se mantiene ligeramente más tardía durante todo el período excepto en 2015 y 2016. Este aspecto contrasta en cuanto a distancia y valores con la fecundidad general, en la cual el diferencial por zona de residencia marca distancia de 1 año entre la edad media de la fecundidad urbana y rural, siendo las inferiores estas últimas.

Diferencial por ocupación

El peso de la fecundidad de 30 años y más de las mujeres ocupadas, se mueve entre el 28 y 32% (con tendencia al aumento), mientras que el de las desocupadas está entre el 27% y el 23% (con tendencia a la disminución desde 2006). Este comportamiento del peso en este grupo se mueve a la inversa de las tasas globales de fecundidad según este diferencial, las cuales aumentan en las desocupadas y a partir de 2012 se ubican por encima de la fecundidad de las ocupadas. Por lo tanto, esto confirma que no es el grupo de 30 años y más quien provoca este aumento en la fecundidad de las desocupadas (figura 4).

Fuente: Elaborada por la autora a partir de ONEI, Anuarios Demográficos, años seleccionados y ONEI, Bases de Datos de Certificados de Nacimientos. 2005-2016.

Figura 4 Cuba. Peso relativo de los grupos de 30 años y más según diferencial de ocupación 

En el grupo de 30-34 años las tasas de las ocupadas se mantienen por encima de las no ocupadas en todo el período. Se observan fluctuaciones en las tasas de las ocupadas, cuyo valor más alto se alcanzó en el 2014 con 0,067. En el caso de las no ocupadas hay un descenso señalado en 2010, para luego aumentar hacia 2014 y disminuir en los últimos dos años. En general el comportamiento del grupo es similar en las dos aristas, con disminución hasta 2014 y aumento en los últimos dos años, pero son las tasas de 35-39 de las ocupadas las que se mantienen por encima en todo el período.

Las tasas del grupo 40-44 en las mujeres ocupadas fluctúan en todo el período y muestran superioridad sobre las no ocupadas en los primeros ocho años de estudio. Los valores de las desocupadas decaen en los primeros cinco años de estudio, para aumentar desde aquí hasta el final del período, por lo que en los últimos cuatro años se ubican por encima de las ocupadas. Este comportamiento es similar al de las tasas globales de fecundidad, donde los valores de las no ocupadas aumentan y en los últimos cinco años se ubican por encima de las tasas de las mujeres ocupadas.

Las tasas del grupo de 45 y más oscilan tanto en las mujeres ocupadas como en las no ocupadas, estas últimas permanecen con valores superiores.

Diferencial según vínculo conyugal

Este diferencial homogeniza a los subgrupos de 30 años y más en el comportamiento oscilatorio y en la superioridad de las tasas específicas de mujeres con vínculo conyugal sobre las tasas de mujeres sin vínculo conyugal; similar a la superioridad de las tasas globales de las mujeres con vínculo. Muestra, por otro lado, que el aporte de la fecundidad de 30 años y más de las mujeres con vínculo conyugal se mueve alrededor del 18%, mientras que el de las que no tienen vínculo está entre el 33%, lo cual implica que en estas últimas la fecundidad de 30 años y más tiene mayor importancia en peso relativo. Este elemento, que pudiera resultar contradictorio, puede ser señal de un fenómeno que se ha constatado en estudios de caso previos (Molina, 2017), donde las mujeres más jóvenes en situación de maternidad tienden a declararse unidas (incluso cuando esta unión no sea estable).

Diferencial según nivel de escolaridad

Al observar el nivel de escolaridad se muestra que el aporte relativo de las mujeres de 30 años y más a la fecundidad de las universitarias (alrededor del 40%), es superior durante todo el período, respecto al aporte que este grupo realiza al resto de los grados de escolaridad. La fecundidad de las mujeres de 30 años y más respecto a la secundaria básica y nivel medio representa alrededor del 26%, mientras que las que tienen primaria terminada aportan alrededor del 23% (tabla 4).

Tabla 4 Grado de escolaridad. Aporte relativo de la fecundidad de los grupos de 30 años y más. 2005-2016  

Escolaridad 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016
0-6 grados 19.25 21.29 21.85 21.63 23.31 23.63 25.17 24.60 24.26 23.51 22.42 23.72
7-9 grados 24.31 25.20 25.82 25.98 26.39 26.92 26.95 26.64 24.83 22.64 21.39 20.52
10-12 grados 28.99 30.04 30.72 29.64 29.04 27.91 26.35 25.74 24.98 24.34 25.55 25.49
Universitarias 37.53 41.80 42.18 41.50 41.10 39.67 36.67 35.19 35.27 36.86 38.27 40.25

Fuente: Elaborada por la autora a partir de ONEI, Anuarios Demográficos, años seleccionados, y ONEI, Bases de Datos de Certificados de Nacimientos. 2005-2016.

El grupo de 30-34 años muestra tasas más altas en las mujeres con nivel medio y universitario, además de mantenerse oscilando con tendencia al ascenso en el caso de estas últimas. El grupo de 35-39 años muestra también tasas más altas en las mujeres con dichos niveles de escolaridad. Una característica de la fecundidad en estos dos grupos es que desde 2005 hasta 2010 las tasas específicas de mujeres con preuniversitario se mantienen por encima de las de nivel universitario; mientras que a partir de 2011 y hasta el final del período las tasas de mujeres con nivel universitario son superiores a todas las demás.

En los grupos de 40-44 años y 45 y más, las tasas tienen comportamientos fluctuantes y con valores similares en todos los niveles de escolaridad.

Fecundidad de 30 años y más. Comportamientos por provincias entre 2005 y 2016

El análisis del comportamiento de la fecundidad de 30 años y más en las provincias del país evidencia que en el período de estudio el aporte relativo de este grupo a la fecundidad general se movió entre el 22% y el 32% en todos los territorios, con tendencia al aumento en el tiempo, fundamentalmente en La Habana (cuyos mayores aportes los realizó de 2013 a 2016, alrededor del 31%), Villa Clara, Isla de la Juventud, Cienfuegos y Santiago de Cuba. Esta última provincia, si bien tiene tasas específicas de 30 años y más, mayores que otras de las regiones mencionadas, tiene también valores más altos en la fecundidad temprana, por lo que el peso relativo del grupo de 30 años y más en la fecundidad general es menor respecto a otras provincias que tienen tasas más bajas en estos grupos más tardíos (tabla 5).

Tabla 5 Provincias. Aporte relativo de la fecundidad del grupo de 30 años y más. 2005-2016  

Provincia 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016
La Habana 30.6 29.8 30.4 29.6 29.8 28.7 28.8 29.0 30.7 31.7 31.6 31.7
Villa Clara 26.9 27.9 26.5 26.2 26.3 25.4 25.1 26.0 27.8 28.0 26.9 27.6
Isla de la Juventud 26.6 26.0 26.5 25.7 28.3 28.3 26.7 26.7 27.4 26.1 27.4 29.9
Cienfuegos 26.2 27.5 27.0 25.9 36.0 25.9 24.8 26.3 27.4 25.4 27.9 28.5
Santiago de Cuba 27.2 26.8 27.5 27.2 26.7 26.4 26.7 27.0 27.7 27.5 27.5 26.8

Fuente: Elaborada por la autora a partir de ONEI, Anuarios Demográficos, años seleccionados, y ONEI, Bases de Datos de Certificados de Nacimientos. 2005-2016.

La observación de los grupos muestra que, similar al comportamiento que tienen en el país, las tasas del grupo de 30-34 años oscilan con tendencia al aumento en todas las provincias, excepto en Artemisa, que mantienen valores similares en los 12 años. Este grupo es el que más resalta en la fecundidad de 30 años y más, con valores visiblemente más altos en sus tasas que el resto de los grupos quinquenales. Sin embargo, esta diferencia disminuye en el tiempo en Santiago de Cuba y Guantánamo, territorios en los cuales el grupo de 35-39 años tiene mayores tasas (que en el resto de las provincias), las cuales además tienden al aumento y están menos distantes de las del grupo de 30-34 años (tabla 6).

Tabla 6 Santiago de Cuba y Guantánamo. Tasas específicas de fecundidad de los grupos de 30-39 años. 2005-2016  

Provincia Grupo 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016
Santiago de Cuba 30-34 53.4 55.9 54.6 58.8 64.4 64.5 68.8 67.1 70.1 67.8 68.8 59.8
35-39 24.4 26.1 26.9 29.7 30.6 30.7 31.2 28.1 31.5 32.5 30.7 29.3
Guantánamo 30-34 54.1 55.9 54.5 61.8 61.2 58.2 66.6 63.6 63.0 66.8 70.6 63.3
35-39 26.5 26.1 27.4 26.5 28.9 30.0 30.8 27.9 25.7 27.2 33.7 30.4

Fuente: Elaborada por la autora a partir de ONEI, Anuarios Demográficos, años seleccionados, y ONEI, Bases de Datos de Certificados de Nacimientos. 2005-2016.

Las tasas de los grupos de 40-44 y 45-49 años se mantienen oscilando en la mayoría de las provincias, mientras que en La Habana,1 Matanzas, Camagüey, Las Tunas, Granma y Santiago de Cuba estas fluctuaciones tienen tendencia al aumento. A partir de estos datos se evidencia que la última provincia mencionada acentúa su aporte a la fecundidad de 30 años y más, debido al aumento de sus tasas en casi todos los grupos (de 30 a 44 años). En trabajos posteriores es necesario profundizar en este resultado para conocer a qué orden de nacimiento corresponden estos aumentos en los aportes de Santiago de Cuba a la fecundidad de 30 años y más.

La edad media de la fecundidad de 30 años y más se mantiene en todas las provincias alrededor de los 34 años, como mismo ocurre en Cuba. Santiago de Cuba y Guantánamo tienen los valores más altos, cercanos a los 35 años.

Características de las madres de 30 años y más en Cuba, en el período 2005-2016

Zona de residencia

Del total de madres de 30 años y más, el 78,6% vive en zonas urbanas, mientras solo el 21,4% reside en zonas rurales. Este comportamiento es coherente con el de las tasas de fecundidad de este grupo, pues las de 30-34, 35-39 y 40-44 son mayores en la zona urbana en casi la totalidad del período.

Ocupación

El 57,7% de las madres de 30 años y más se encuentra en situación de ocupación, mientras el 42,1% está desocupada.

Situación conyugal

Como mismo sucede con las tasas de fecundidad, el predominio es para las madres con vínculo conyugal, las cuales representan el 91,7% de estas mujeres, mientras que el 5,8% no tienen vínculo.

Grado de escolaridad

Se observa un predominio de las madres con nivel educacional preuniversitario terminado, pues representan el 50,8% del total. Mientras, el 24,2% de las madres culminaron el nivel superior y el 20% terminó la secundaria. Al analizar la frecuencia por año, se evidencia un aumento en términos relativos de las madres con nivel superior culminado. En 2005 solo el 15,7% de las madres de 30 años y más eran universitarias, valor que aumentó sin interrupciones hasta alcanzar en 2016 el 35,2%. Esta superioridad en el nivel preuniversitario e incremento de las madres de 30 años y más universitarias, puede estar relacionado con que estas mujeres están cada vez más inmersas en un medio social que influye en ese sentido sobre sus decisiones reproductivas, de manera que podría ser un indicador de que el espacio donde se configuran los comportamientos en torno a la fecundidad implica darles prioridad a cuestiones profesionales antes que la maternidad.

A modo de resumen, esta información hace visible que en el período 2005-2016 las madres de 30 años y más, son en su mayoría de la zona urbana, ocupadas, se declaran con vínculo conyugal y con nivel preuniversitario terminado.

Consideraciones en torno a la fecundidad de 30 años y más en Cuba (2005-2016)

El análisis realizado respecto a las características de la fecundidad por grupos en el período 2005-2016 permite encontrar particularidades en el comportamiento de la fecundidad del grupo de 30 años y más, así como profundizar en las variaciones que ocurren en nivel y estructura a partir de algunos diferenciales. Como elementos fundamentales se destacan:

  • El aporte relativo de la fecundidad de 30 años y más muestra variaciones que desde 1995 hasta 2004 tienden al aumento, para descender desde este año hasta el 2011 y a partir de aquí comenzar otro aumento hasta el final del período de estudio.

  • Los mayores valores en tasa y aporte relativo a partir de los 30 años son del grupo de 30-34 años.

  • La edad media de la fecundidad oscila alrededor de los 34 años, y está en casi todo el período por encima de los 34,50 años.

  • Las mujeres que tuvieron su primer hijo a partir de los 30 años lo hicieron más tardíamente en los últimos dos años del período.

  • Las tasas de los grupos de 30-34, 35-39 y 40-44 años son mayores en la zona urbana casi en la totalidad del período. Se exceptúan las del grupo de 45 años y más, que siempre tiene tasas más altas en la zona rural. Aunque la edad media se ubica alrededor de los 34 años en ambas zonas, en la rural se mantiene ligeramente más tardía.

  • Las tasas de las mujeres ocupadas son superiores en todos los grupos, excepto en el grupo de 45 y más. La fecundidad de 30 y más está ganando importancia en peso en las mujeres ocupadas y perdiendo en las desocupadas.

  • Todas las tasas específicas de mujeres de 30 años y más con vínculo conyugal son superiores a las tasas de mujeres de 30 años y más sin vínculo conyugal.

  • Las tasas específicas de los grupos de 30-34 y 35-39 años son superiores en las mujeres con nivel preuniversitario hasta el 2011, y a partir de este año las tasas de estos grupos son más altas en las universitarias; comportamiento que puede explicarse desde el modelo teórico asumido, a partir de que la interacción de los tres niveles del mismo se articulan de manera que estas mujeres asumen comportamientos reproductivos que implican darle prioridad a cuestiones profesionales, previas a la maternidad.

  • Las madres de 30 años y más se caracterizan por ser en su mayoría de zonas urbanas, ocupadas, con vínculo conyugal y con grado de escolaridad preuniversitario.

  • El aporte relativo de la fecundidad de 30 años y más aumenta fundamentalmente en La Habana, Villa Clara, Isla de la Juventud, Cienfuegos y Santiago de Cuba.

  • El grupo de 30-34 años tiene mayores tasas de fecundidad que el resto de los grupos de 30 años y más en todas las provincias, sin embargo, Santiago de Cuba acentúa su aporte a la fecundidad de 30 años y más, debido al aumento de sus tasas en casi todos los grupos (de 30 a 44 años).

  • El porciento de madres de 30 años y más con nivel universitario aumenta en el tiempo.

Todos los resultados de la investigación apuntan a que aun cuando en algunos años se constata un aumento en la fecundidad de 30 años y más, esta tiene un comportamiento fluctuante. La fecundidad del grupo puede ser explicada bajo los supuestos de la segunda transición demográfica y, hasta donde los datos recogidos permiten, a partir de la interacción de los niveles individual, macrosocial y de condiciones mesosociales. Se requiere entonces desarrollar investigaciones que complementen el estudio sobre el comportamiento de la fecundidad de 30 años y más desde sus determinantes. Asimismo, sería importante sistematizar los estudios sobre este grupo en relación con otras variables de la dinámica demográfica y profundizar en su impacto sobre el envejecimiento de la estructura por edades.

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Hasta el año 2009 las tasas de La Habana hacen referencia a Ciudad de La Habana; a partir de 2010, se trabaja con La Habana (debido al cambio de división político-administrativa).

Recibido: 12 de Agosto de 2020; Aprobado: 28 de Noviembre de 2020; Aprobado: 15 de Diciembre de 2020

* Autor para la correspondencia: gabriela@cedem.uh.cu

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