Introducción
En el Departamento de Tecnología de la Salud trabaja actualmente la mayoría de los profesionales de la educación con que cuenta la Facultad de Ciencias Médicas Miguel Enríquez; licenciados en Educación en diferentes especialidades como Español-Literatura, Química, Matemáticas, por ejemplo, pedagogos todos con más de dos décadas de experiencia, a quienes la Decana de la Facultad Dr.C. Natascha Mezquía de Pedro -persona de vocación y talento pedagógico- ha dado la indicación de contribuir desde ese perfil profesional al desarrollo de investigaciones propuestas por los profesionales de las Ciencias Biomédicas.
Desarrollo
La indicación se interpreta como un reconocimiento al trabajo de dichos profesores que en reunión metodológica, previa preparación individual, sistematizan el presente cuerpo de ideas que, en lógica relación sistémica, fueran expuestas a solicitud del Dr.C Sergio González jefe del departamento de posgrado e investigaciones, en un consejo científico de la facultad, donde estuvieron bien valoradas ya que recogen la experiencia de la presentación de un proyecto de investigación, con salida doctoral, titulado “El maestro silencioso”. En este ejemplo se hacen concretas las relaciones esenciales que se desarrollan en la presente comunicación breve.
Exposición del comentario
Para cumplir con el objetivo propuesto de valorar las posibilidades de la investigación pedagógica en el campo de las Ciencias Médicas, se hace necesario establecer una posición teórica basada en las relaciones esenciales que se identifican entre las categorías de: Pedagogía, educación, cultura, relación educación-cultura, así como la caracterización de la investigación pedagógica y su metodología para ejemplificar esas relaciones desde las posibilidades de la investigación pedagógica en el campo de las Ciencias Médicas.
Es un criterio común entre la comunidad científica de los profesionales de la educación el considerar a la Pedagogía como su Ciencia principal, que en su desarrollo y como necesidad del estudio multidisciplinar de su único objeto, el proceso educativo del ser humano en sociedad, ha dado lugar al sistema de Ciencias de la Educación entre las que se encuentran por ejemplo, la Historia de la educación, la Filosofía de la educación, la Sociología de la educación, la Psicología educativa, la Didáctica y la Investigación educativa, que en su conjunto comparten las características generales de toda ciencia, es decir un sistema de leyes, de principios, un aparato categorial, un lenguaje profesional específico, que expresa un conocimiento determinado y en continuo desarrollo.
En lo adelante al referirse a la Pedagogía, se le comprende como base de las Ciencias de la Educación, en general y también en lo particular, como la ciencia cuyo objeto de estudio es el descubrimiento de las regularidades, el establecimiento de los principios y las categorías que permiten conscientemente dirigir de forma institucional, escolarizada o extraescolar al complejo proceso educativo.
Se asume como objetivo del proceso educativo el juicio de Cánovas y Chávez: el proceso educativo especialmente dirigido hacia el logro de un objetivo determinado, la apropiación por cada hombre de la herencia histórico-cultural acumulada por la humanidad que le ha precedido.1 Se puede acotar que no solamente para la apropiación de la cultura, sino también para conservarla, desarrollarla, promocionarla y disfrutarla en todas sus manifestaciones.
Ese proceso educativo tiene a la educación como su principal categoría, ampliamente estudiada desde la Filosofía Clásica Antigua, hasta el presente y que en síntesis, se puede entender como una actividad humana, tan antigua como la misma especie que resuelve la necesidad social de adaptación, comunicación, y crecimiento individual para el desarrollo de la sociedad, que en sus inicios se realiza fundamentalmente por la práctica sistemática de acciones, con la transmisión oral de la información históricamente acumulada en la praxis social de la humanidad y resulta consustancial a la cotidianidad de todos los sujetos sociales, en sus diferentes funciones.
Por otra parte, el contenido y resultado del proceso educativo es la cultura, categoría también muy estudiada por diferentes ciencias y de muy difícil definición por la diversidad y riqueza de opiniones, pero se asume en este caso la definición que se hiciera en la Conferencia Mundial sobre Políticas Culturales que se realizara en México en 1982: “En su sentido más amplio la cultura puede considerarse como el conjunto de los rasgos distintivos espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan a una sociedad o grupo social. Ella engloba además de las artes y las letras, los modos de vida, los derechos fundamentales del ser humano, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias”.2
Porque resume todas las ideas fundamentales de otras definiciones y mantiene una total actualidad, al reconocer que es resultado de la actividad intelectual (conocimientos de todo tipo), de la actividad valorativa y sus formas de expresarse mediante los afectos, las emociones y los sentimientos, los productos propios de la espiritualidad únicamente de la especie humana y los productos materiales en su gran diversidad y también en sus relaciones.
Es esencia en esta definición que todo esto se realiza siempre de manera diferente, en cada sociedad, concreta e históricamente condicionada, lo que conlleva a la riqueza de la diversidad cultural, tanto en lo individual, como en lo grupal y social. El respeto a esa diferencia, a esa diversidad cultural, debe ser el primer valor que se eduque en la personalidad humana.
Ahora bien, se considera oportuno en este momento identificar a la relación educación-cultura como: “un proceso determinado por las demandas histórico-concretas que tiene en cada momento de su desarrollo una sociedad y cada grupo social para formar sus recursos humanos, favorecer su crecimiento en lo individual y social con la creación, conservación, difusión y disfrute de los bienes materiales, espirituales, intelectuales y afectivos que garantizan la existencia humana: bienes culturales.3
Desde esa consideración se reconoce a la Investigación pedagógica (o educativa) y su metodología. como vía por excelencia en la intención de la formación del capital humano, que son los recursos vitales para el desarrollo de cualquier sociedad. Porque mediante este tipo de investigación científica se identifican problemas sociales y científicos, que pueden ser resueltos por la obtención de conocimientos acreditados, destinados a la transformación de la realidad para su desarrollo, en una interminable espiral de crecimiento.
Actualmente se maneja en la comunidad científica de los educadores a nivel de Latinoamérica el término de Investigación en educación: Es una de las modalidades de Investigación Educativa cuyo objetivo es conocer para transformar o mejorar la práctica educativa. Su interés es docente e institucional. Su objeto es la práctica educativa, el educar. La realizan docentes-investigadores y otros actores sociales vinculados a la práctica educativa. Supone una mirada ‘desde dentro’, o sea que implica la aprehensión desde la experiencia. Su marco teórico general es dado por las Ciencias de la Educación en consistencia con el paradigma seleccionado desde la Investigación educativa. Cada vez que hay resultados se comparten con la comunidad.4
Es lo que los pedagogos cubanos consideran como investigación aplicada con la utilización de métodos científicos, con una determinada metodología y se coincide con Chirino Ramos cuando propone tres macro habilidades para el desarrollo de este tipo de investigación:
Problematizar la realidad educativa (comprende la etapa exploratoria).
Fundamentarla teóricamente (teorizarla, corresponde al diseño teórico-metodológico).
Comprobar la realidad educativa bajo una nueva visión (es la etapa de ejecución y valoración de la propuesta).5
La investigación educativa, como expresión de la investigación científica, en un campo particular del conocimiento, tiene entre sus principales resultados:
Diagnósticos psicopedagógicos, investigaciones de carácter histórico, estudios de casos, experimentos pedagógicos, concepción teórico-metodológica, metodologías, estrategias (educativas, pedagógicas, didácticas, metodológicas, por ejemplo) modelos, alternativas metodológicas, entre otros.
A la sazón, se puede decir que la metodología de la investigación es la disciplina que se encarga del estudio crítico de los procedimientos, y medios aplicados por los seres humanos, que permiten alcanzar y crear el conocimiento en el campo de la investigación científica.6
Como ciencia ella aporta las leyes, principios y categorías que desde la relación teoría-metodología y práctica, dirigen racionalmente, pero con un enfoque dialéctico materialista, toda la actividad del investigador durante las diferentes etapas del proceso investigativo con la intención de obtener nuevos conocimientos y de su aplicación tecnológica. Pero, ¿cómo se relacionan todas estas ideas con la investigación en el campo de las ciencias médicas?
Tradicionalmente se entiende por ciencias de la salud el conjunto de disciplinas que proporcionan los conocimientos adecuados para la prevención de las enfermedades, la erradicación de enfermedades y el bienestar de un conjunto de la persona.7) Estas disciplinas deben tener un enfoque inter-, entre- y trandisciplinar en el tratamiento de sus contenidos, para poderlas conocer en sus aspectos generales y particulares.
Dentro de ellas se ubican a la medicina y el sistema de sus ciencias que están dedicadas al estudio de la vida, la salud, las enfermedades y la muerte del ser humano, e implica ejercer tal conocimiento técnico para el mantenimiento y la recuperación de la salud, aplicándolo al diagnóstico, tratamiento y prevención de las enfermedades.8
Precisamente un profesional de la salud, el director del área de Cirugía Plástica y Caumatología del Hospital Miguel Enríquez, Dr. Aramís Estévez Aparicio, presenta al Consejo Científico de la Facultad de Ciencias Médicas, de igual nombre, su Proyecto de investigación: “El maestro silencioso”, con la aspiración de que se le apruebe con salida doctoral. El médico investigador parte de su propia experiencia profesional en esa área de las ciencias médicas, insatisfecho con un proceso docente-educativo que en tres meses solamente, es a su juicio insuficiente en su intención de dotar a los residentes de las habilidades necesarias para la cirugía reconstructiva, necesaria en la atención fundamentalmente de los pacientes quemados.
Por eso propone el estudio de las relaciones entre esas habilidades profesionales, los principios de la cirugía reconstructiva y el desarrollo de competencias con el fin de lograr el dominio de los principios de la cirugía reconstructiva, en el área de la cirugía plástica y la caumatología, en sus residentes desde el primer año.
En ese sentido se puede identificar una coincidencia de concepciones, al estudiar las ideas del científico mexicano Carlos Larralde que explica: “La formación de científicos médicos no se hace con las tediosas prácticas de laboratorio, donde profesor y alumno desgastan su sabiduría y entusiasmo en acrobacias triviales. Un verdadero acertijo estimula más la curiosidad y afila más la imaginación. Habría pues que diseñar proyectos de investigación institucionales, en donde el alumno pueda inscribir sus esfuerzos para alcanzar una solución verdadera, y de los que extraiga la experiencia y la formación que consolide su vocación científica”.9
Se trata entonces, en la investigación del Dr. Estévez Aparicio de una visión diferente de la dirección de ese proceso-docente educativo, desde una nueva concepción didáctica, porque incorpora nuevos contenidos y medios de enseñanza-aprendizaje tan tradicionales como un cadáver, pero con un tratamiento metodológico diferente, por su concepción interdisciplinar y metodológica, porque se incorpora en ese proceso docente-educativo, nombrado también como proceso de enseñanza-aprendizaje, al residente desde primer año, con el tratamiento de métodos productivos, que en sus relaciones con la investigación científica, también los educa en un pensamiento científico que condiciona en esa misma medida determinada conducta en su actuación profesional.
Es una investigación fundamentada en la pedagogía, en tanto ciencia de la educación, orientada hacia la didáctica y de naturaleza innovadora, que se inscribe en la línea investigativa de la educación médica. Se considera que en este ejemplo se hacen concretas las relaciones esenciales que se desarrollan en la presente comunicación breve.
Consideraciones finales
La formación de los recursos humanos en cualquier campo del conocimiento, en sus aplicaciones tecnológicas y prácticas, debe fundamentarse en la pedagogía y en las ciencias de la educación, porque son las que proporcionan los contenidos (conocimientos, habilidades y valores) necesarios para dirigir el complejo proceso docente-educativo, como proceso de la educación de la personalidad para garantizar el ciclo reproductivo de la cultura, en todas sus expresiones.
El desarrollo de la teoría, la metodología y la práctica de ese proceso docente-educativo, se logra con el empleo del proceso de la investigación científica, particularizada como investigación educativa que, desde su metodología, permite diagnosticar cualquier realidad educativa de partida para identificar sus problemas sociales y científicos, teorizarlos en una concepción interdisciplinar en sus relaciones esenciales con todas las demás ciencias, ofrecer soluciones mediante sus diferentes resultados y comprobarlos en la práctica, como vía para llegar a una realidad deseada.
El análisis del ejemplo del proyecto de investigación “El maestro silencioso” permitió valorar las potencialidades de la investigación educativa en el campo de las ciencias médicas, porque ese proyecto investigativo propone la obtención de nuevos conocimientos y procederes en la preparación de los residentes de la especialidad de cirugía estética y caumatología, en cuanto tienen de común el empleo de la cirugía reconstructiva, la cual necesita de la formación de competencias para el dominio de los principios que la rigen.
Por eso se considera como propia a la investigación pedagógica, o investigativa en el campo de las ciencias médicas en la intención del perfeccionamiento de la formación de sus recursos humanos, tanto en el pregrado como en el posgrado, con ilimitadas posibilidades de desarrollo.