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Conrado

versión impresa ISSN 2519-7320versión On-line ISSN 1990-8644

Conrado vol.14 no.63 Cienfuegos abr.-jun. 2018  Epub 03-Jun-2018

 

Articulo Original

El maltrato infantil en el entorno familiar y sus implicaciones en el rendimiento académico. Estudio desde Ecuador

Child abuse in the family environment and its implications in academic performance. study from Ecuador

Carmita Yisela Ramírez Calixto1  * 

Adrián Cedeño Sandoya2 

1Universidad de Guayaquil. República del Ecuador.

2Unidad Educativa “Economista Abdón Calderón Muñoz. República del Ecuador.

RESUMEN

Las reflexiones acerca del rendimiento académico poseen diferentes niveles de análisis, pero existe consenso en cuanto a la relevancia e implicaciones que tiene en él factores asociados a las condiciones que ofrece la familia para asegurar el proceso de formación como estudiante. Esta posición, explica la prioridad que se le concede en este trabajo a las implicaciones que llega a tener el maltrato infantil en el entorno familiar en el rendimiento académico, al develar las casusa, tipología y secuelas que estas prácticas tienen el desarrollo cognitivo y emocional del niño y sus implicaciones en los resultados del aprendizaje. Desde esta posición se presentan los resultados de una investigación que se asumen como base para la reflexión y toma de decisiones para corregir, compensar y evitar la propagación de actuaciones como estas en Ecuador.

Palabras clave: Maltrato infantil; entorno familiar; rendimiento académico.

ABSTRACT

Reflections on academic performance have different levels of analysis, but there is consensus regarding the relevance and implications of factors associated with the conditions offered by the family to ensure the training process as a student. This position explains the priority that is given in this work to the implications of child abuse in the family environment in academic performance, by revealing the causes, typology and sequels that these practices have the cognitive and emotional development of the child and its implications for learning outcomes. From this position, we present the results of an investigation that is assumed as a basis for reflection and decision making to correct, to compensate and to prevent the propagation of actions like these in Ecuador.

Keywords: Child abuse, family environment; academic performance.

INTRODUCCIÓN

El maltrato infantil es un problema mundial y cultural, que promueve el interés y el debate en organizaciones sociales (gobiernos, grandes organizaciones o iglesias), junto con los individuos pues aun cuando los índices de relevancia difieren de un lugar a otro, dependiendo de las normas y estándares locales, es un hecho que su utilización ha llevado promover investigaciones acerca de cómo reducir los factores de riesgo y aumentar el conocimiento de las víctimas para ayudan, apoyar y prevenir este tipo de actos.

Existe consenso en afirmar que el maltrato infantil es una situación social que genera la estigmatización por discriminación, ostracismo y persecución, y puede causar sentimientos de vergüenza y humillación en el niño o niña afectada.

En particular, los estudios acerca del maltrato infantil reconocen una amplia gama de áreas de influencias asociadas sobre todo al desarrollo cognitivo, emocional y afectivo, sobretodo relacionadas con los resultados del aprendizaje. En particular se han dedicado esfuerzos a presentar evidencias acerca de cómo se comporta estos dos problemas, pero, aun es necesario reflexionar y socializar los análisis que revele las implicaciones mutuas y, sobre todo, promueva el compromiso de actuar para disminuir o eliminar las probabilidades contar en nuestras aulas con niños y niñas diagnosticados como maltratados (Blanco Tamayo, Salvador Álvarez, Cobián Mena & Bello Sánchez, 2000).

Discutir y tomar posición acerca del tema precisa primero declarar los referentes conceptuales y metodológicos del estudio, para después presentar los resultados que una investigación empírica desarrollada por los autores de las que se infieren la necesidad de abrir nuevos espacios de reflexión para trazar las rutas de un proceso que no debe tener vuelta atrás. Siguiendo esta lógica se organizan los apartados siguientes.

DESARROLLO

Los propósitos que animan este trabajo presupone poner atención en el término maltrato y rendimiento académico, para develar las relaciones que justifican la relevancia de uno de los problemas que está marcando la sociedad actual: el maltrato a niños y niñas en el seno familiar

¿De qué estamos hablando?: aproximación conceptual y filosofía de análisis?

Cierto es que el maltrato a niños y niños es una práctica milenaria que asociada al ejercicio del poder y la educación que es responsabilidad del adulto; pero, con el progreso de la sociedad contemporánea se crearon las bases para comprender las implicaciones que tienen este tipo de acto en el desarrollo humano a lo largo de la vida.

Durante años, golpear a un niño o someterlo a tirones, insultos o gritos en el interior de la familia, se consideraban prácticas aceptables bajo la concepción de ser entendidas como expresiones asociados a método educativos efectivos. Sin embargo, desde mediados del siglo XX, el maltrato de los niños y niñas comenzó a ser considerado como un problema social y masivo que merecía atención desde diferentes perspectivas, (biológica, psicológica, pedagógica, social y jurídica. Fue así, que, durante los años 60, los debates y aportes teóricos respecto al tema enfatizaron en la necesidad de describir las formas de maltrato, las causas y consecuencias que producen la negligencia, el abandono y el abuso sexual, como tipos de maltrato (Hurtado, 2006).

Con el tiempo se llegó a concebir una denominación más amplia del maltrato, al asumir bajo la denominación de “Síndrome del Niño Maltratado¨, no solo la identificación del acto sino sus consecuencias, pues estas pueden trascender a lo largo de la vida.

En este marco el maltrato infantil se definió como toda acción u omisión intencional o no, que ocasiona un prejuicio en el desarrollo bio-psico-social del niño o niña. Esta puede ser producida por personas con lazos sanguíneos o no, pero, en cualquier caso, supone, un descuido o falta de consideración de los derechos de niños, pero, puede ser definido de múltiples maneras.

Garbarino & Eckenrode (2001), reconoce que existen al menos cuatro criterios involucrados en la definición de maltrato: la intencionalidad del acto u omisión, su efecto sobre el niño, el juicio valorativo que hace la comunidad respecto de la acción y los patrones socioculturales empleados para construir este juicio.

Las publicaciones en los últimos años reconocen que el interés se ha situado en clasificar el tipo de maltrato según el carácter intencional, nunca accidental, del daño; el propósito de lastimarlo o injuriarlo, el contexto (intrafamiliar o extrafamiliar) y definición del agresor (padres, madres, docentes, tutores o adulto implicados (Rey, 2002).

En general, el predominio del maltrato intrafamiliar se valora como un derecho fundamental el ejercicio parental de orientar y establecer límites claros y de disciplinar a los hijos, aun cuando se reconoce que el castigo corporal es una forma errada de educar y conlleva riesgo de daño emocional. Sin embargo, se identifica que, dentro de la familia, se puede encontrar estilos de comunicación y de disciplina que reflejan otras formas de maltrato (Caballero, Gómez, Betancourt, Laffitte & Fernández, 2016).

Los estudios en varios países latinoamericanos (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, 2009) advierten el predominio del maltrato físico como hematomas, quemaduras, fracturas, u otras lesiones, resultados de pinchazos, mordeduras, nalgadas, patadas, empujones, bofetadas, golpes, tirones de pelo, torceduras, quemaduras, puntapiés u otras formas de lastimar al niño o niños y niñas.

También, se incluye el maltrato psicológico como forma más extendida de maltrato infantil., sobre todo si se tiene en cuenta que estos son niños(as) habitualmente ridiculizados, insultados, regañados o menospreciados. Se los somete en forma permanente a presenciar actos de violencia física o verbal.

Lo cierto es que el maltrato constituye la manifestación y resultado de un conjunto de problemas que afectan la salud física y/o psíquica del niño(a) y cuyos efectos negativos, aumentan en intensidad en la medida que la situación se hace crónica o más severa.

La sistematización de las investigaciones referentes al tema, confirman que los malos tratos a niños y niñas es una práctica intrafamiliar más frecuente de lo que pudiera admitirse y ha llegado a transformarse en uno de los problemas psicosociales de mayor incidencia pues; se ha comprobado que el maltrato infantil tienen consecuencias negativas en el desarrollo emocional o psicológico; daña la autoestima, genera sentimientos de inferioridad e inadecuación; confusión en el mundo afectivo; interfiere en el desarrollo adecuado de la personalidad; trae consigo dificultades en el aprendizaje y promueve conductas perturbadas de inhibición, timidez, agresión y violencia.

Pero, el estudio acerca de la naturaleza del maltrato infantil, como fenómeno, resulta fundamental para la comprensión de sus implicaciones en otros procesos como puede ser el aprendizaje y su expresión en el rendimiento académico.

En este caso, la referencia al término ¨rendimiento académico, se interpreta de manera compleja y diversa; pero, existe consenso en que está ligado al producto del aprendizaje generado por el estudiante y por tanto, expresa el aprovechamiento de las influencias empleadas en el proceso de enseñanza aprendizaje.

En general, el rendimiento académico se ha estudiado en relación con otros constructos, como el desarrollo motivacional y cognitivo del estudiante que influyen, directa o indirectamente, en los resultados académicos de los estudiantes, pero en la actualidad, Jiménez (2001); y Holgado, Maya, Ramos & Palacio (2014), consideran que el rendimiento académico incluye el análisis la impronta de una serie de factores sociales, económicos, educativos, que intervienen en el proceso.

Así, en términos generales el rendimiento expresa los logros tangibles que pueden alcanzar los estudiantes, pero también dejan explicita la manera en que se involucra factores extrínsecos e intrínsecos que influyen en el proceso de enseñanza- aprendizaje del individuo, pues el producto que se deriva de él, expresa tanto los valores predeterminados por el contexto sociocultural, como en las decisiones y acciones que este realice en relación con el conocimiento que obtiene de dicho proceso.

Desde esta posición se considera que el buen rendimiento académico, debe valorarse atendiendo a diversos factores: los factores personales, ambientales como la familia, la sociedad, las actividades extracurriculares y el ambiente estudiantil, los cuales están íntimamente relacionados, sin embargo, se precisa enfrentar el análisis de las relaciones entre rendimiento y cada uno de estos factores.

Un análisis de los factores que intervienen en el rendimiento académico obliga a detenerse en los factores endógenos como biológicos y psicológicos y exógenos como ambientales, pedagógicas y, los factores sociales; en este último, interesa aquí abordar las implicaciones del entorno familiar.

En este marco se reconoce que la influencia de los padres y del entorno familiar es esencial en la estimulación del proceso de aprendizaje. La familia asume la responsabilidad de asegurar las condiciones organizativas y afectivas para que el estudiante pueda implicarse en aprendizaje con motivaciones y se pueda dar continuidad en el hogar al proceso de enseñanza- aprendizaje que se lleva a cabo en la institución educativa.

Desde este marco, se identifican aspectos claves de la familia asociados a los resultados del rendimiento académico del estudiante: asegurar un buen estado de salud de los niños y niñas, ampliar las posibilidades para estimular motivaciones, hábitos de estudio, el conocimiento de sí mismo y la autorregulación académica, junto a la influencia que ejerce el entorno familiar en la percepción que poseen los estudiantes acerca de los deberes escolares, resultan solo algunas de las principales condiciones que favorecen los progresos académicos.

Se comprende que la familia estimula la participación y compromiso con el cumplimiento de tareas escolares, el establecimiento de metas personales y desarrollo de actitudes de logro, las cuales quedaran expresadas en la proyección social futura, resultan condiciones básicas para que niños y niñas, se impliquen en el proceso y alcancen un desempeño académico favorable.

Por tanto, la influencia educativa del entorno familiar, sobre todo las disfunciones o trastornos que se presenten en él, dejaran su impronta en el rendimiento académico del estudiante.

¿Cómo influye el maltrato en el rendimiento académico?: razones para prevenir este acto

Las exigencias psicopedagógicas para llevar a cabo una adecuada educación de los niños y niñas e insiste en evitar el maltrato de cualquier naturaleza. Así el discurso pedagógico más actual no aprueba el castigo físico o psicológico como métodos educativos, tanto en la familiar como en la escuela, pues, hoy se dispone de varios estudios acerca de los efectos que tiene el maltrato y su influencia en los bajos rendimiento académico.

Es un hecho que el maltrato a niños y niñas, identifica como problemas asociados las dificultades en el aprendizaje, comportamientos inadecuados y sobre todo manifestaciones de agresividad. En efecto, se comparte la certeza de que, como consecuencia de los maltratos, no sólo se afecta la integridad física y la dignidad humana, sino que además se identifican secuelas tales como alteraciones en los procesamientos cognitivos; el déficit en el desarrollo de las habilidades necesarias para un adecuado enfrentamiento y resolución de problemas, el manejo del malestar psicológico, frustración y dificultades de comunicación, entre otros (Morelato, Giménez, Vitaliti, Casari & Soria, 2015).

Se advierte también que los problemas emocionales, cognitivos y conductuales que presentan los niños y niñas maltratados pueden ser el resultado de las anomalías cerebrales provocadas por los golpes y el estrés crónico en que viven como consecuencia de los malos tratos y que pueden ocasionar un daño permanente en la estructura neural y en el funcionamiento de un cerebro y sobretodo en desarrollo.

En particular, los daños emocionales causados a temprana edad pueden significar “marcas imborrables” para toda la vida y dejan su impronta en los resultados que se alcanzan durante el tránsito por la vida escolar lo cual queda legitimado en rendimiento académico. Así, puede acabar desarrollando inseguridad, angustia o una clara propensión a presentar problemas para relacionarse en su entorno y rechazar las actividades escolares o de estudio.

Con frecuencia los niños y niñas sometidos a cualquier tipo de maltrato, carecen de creencias positivas acerca de sí mismos y de su mundo. Además, muestran menos habilidades para reconocer o reaccionar ante el malestar de los demás se interpretan todo tipo de relación como hostil por lo que viven en un mundo de extremos y de continuas contradicciones emocionales, que les lleva a presentar dificultades para entender, graduar y regular sus estados internos.

De acuerdo con lo anterior se entiende entonces que los niños y niñas maltratados pueden presentar problemas a escala psicológica, intelectual y lingüística, que afecta su aprendizaje y en consecuencia se refleja en el rendimiento académico. Conocer cómo se manifiesta esta situación en la práctica ecuatoriana promovió este estudio.

¿Cómo se comporta el rendimiento de los estudiantes sometidos al maltrato familiar en Ecuador? Un estudio de caso

En Ecuador el maltrato a niños y niñas es un problema social que se ha incrementado en los últimos años, sus causas y consecuencias registran igual situación que en otros países de América Latina y del mundo. Se destaca la implicación de la familia y los docentes en estos comportamientos asociado a la utilización del castigo como método educativo. En este marco, las políticas de control y prevención con un marcado propósito de salvaguardar la integridad física, psicológica de este sector de la población (Sánchez, 2011); (Garcés Palacios, 2013).

Interesados en develar el comportamiento que tiene el tema en la realidad ecuatoriana se organizó una investigación en la Unidad Educativa “Economista Abdón Calderón Muñoz” del Cantón Milagro, Provincia del Guayas en Ecuador, con el objetivo de identificar las implicaciones del maltrato familiar en el rendimiento académico. En el estudio incluyó una muestra intencional de 45 niños diagnosticados con maltratados, al presentar evidencias y por poseer bajo rendimiento escolar. También se incluyó a los 12 docentes responsables de la formación escolarizada de los estudiantes.

Desde el punto de vista metodológico se utilizó el cuestionario tipo encuesta para conocer en profundidad las características de la familia, y, sobre todo, de sus concepciones acerca del maltrato a sus hijos. Se incluyó también un cuestionario a los estudiantes que permitió confirmar y ampliar la información que se obtuvo de los padres. El estudio se completó con una discusión grupal con los docentes en interés de ampliar la concepción que se maneja acerca del maltrato familiar y el rendimiento académico.

El análisis de los resultados de las técnicas aplicadas reveló que en cuanto a la estructura familiar; el 53.85% de los niños y niñas viven con ambos padres aun cuando uno de los dos puede ausentarse por largo tiempos por problemas de trabajo. El 35.90% vive sólo con la madre, que han decidido criar a sus hijos sin apoyarse en una pareja, por lo que se encuentran recargadas de las responsabilidades económicas y de educación muchos de ellas alejan haber puesto fin relaciones disfuncionales plagadas de agresiones y violencia a que incluso fueron objetos sus propios hijos.

Asimismo, un 2.56 % que vive con el padre manifiestan haber sido abandonado y asumieron el rol a partir de su esfuerzo y el apoyo de otros miembros de la familia que ofrecen apoyo para el cuidado y educación de los hijos.

El 73 % de los padres/madres de familia que participaron en esta investigación confirmaron que las prácticas de los maltratos están asociadas a la educación que deben propiciarles a sus hijos y, sobre todo, los padres aseguran que así consiguen el respeto. Asimismo, el 26 % de padres y madres encierran a sus hijos/as en su cuarto por portarse mal provocando pánico, temor y traumas que se convierten en un ataque violento contra la integridad de los niños.

De este modo, la utilización del castigo físico como método educativo se sustenta en una idea errónea ampliamente fundamentada en relación a la utilización del castigo físico como método para educar a sus hijos, aun cuando el 36% considera que lo rechaza en la práctica y el 22 % reconoce que lo han utilizado en ocasiones.

El 42 % de los padres advierten que acuden al castigo físico y las palabras fuertes porque no saben cómo corregir a sus hijos de otra forma. Se evidencia así la combinación del maltrato físico y psicológico y el estudio de las biografías personales de los estudiantes, reveló que el 63 % ha sido sometido a maltrato físico y un 32 % advierte que también se les grita, zarandea o le han causado daños físicos con objetos.

En este caso el 29 % responden que entre las causas que generan ese comportamiento violento en ellos están las malas notas de sus hijos, el incumplimiento de sus deberes escolares y en el cenofamiliar (22 %), por desobediencia (20 %,) peleas con sus hermanos el 18 % y el 11 % por las travesuras que ellos provocan. Solo un 21 % de padres/madres consuelan a sus hijos después de haberlos golpeados; pero, no identifican esta como resentimiento sino como un tipo de educación que deben propiciar.

. Sin embargo, un 44 % se sienten tristes y arrepentidos cuando maltraten a sus hijos y un15, 00% se sienten frustrados.

Solo un 21 % de los padres/madres en algún momento después de maltratar a su hijo o hija se sienten frustrados, tristes y arrepentidos, pero, ocasionalmente, lo dicen o lo hacen saber a sus hijos; reconocen que los niños y niñas necesitan ser guiados y tener restricciones bien definidas. Para ellos, proporcionándoles reglas claras y consistentes es lo que asegura un estado de seguridad y bienestar que deben asegurar a los hijos

Sin embargo, los efectos de maltrato permanecen en la víctima para siempre y se convierten en una parte imborrable de su vida la cual estará cargada de una enorme frustración que resulta en hostilidad que se expresará más adelante en la vida con actos violentos en contra de otros.

Un 13.51 % son maltratados por hacer travesuras algunas veces las travesuras son causa de nuestra risa por su ingenio u originalidad, otras veces se enfadan, pero hay que tener en cuenta que muchos de los accidentes infantiles, son debido a las travesuras y por esta razón, se debe poner freno ya que algún día la travesura podría estar fuera de límites y podría tener unas consecuencias nefastas. Aunque sea normal que un niño/a haga travesuras, debemos tener la responsabilidad de transmitir a los hijos normas de conducta, pero también se debe discernir entre las travesuras peligrosas de las que no lo son.

Un 15,56 % son maltratados por peleas entre hermanos o primos; las peleas entre hermanos o primos son muy frecuentes y normales durante la infancia. La relación entre hermanos trae consigo sentimientos que van del amor al odio; y se manifiestan con besos, mordiscos, caricias, empujones, caricias, gritos, abrazos o insultos.

Un 2,70% les propugnan castigo por no querer comer en muchas ocasiones pues los padres y madres, poseen un gran deseo de que el niño esté bien nutrido, hacen de la hora de la comida el momento de más tensión en el hogar, con angustia, ansiedades y reproches a la conducta del niño frente al alimento. Los niños tienen la sabiduría natural frente a sus necesidades fisiológicas.

Los padres/madres de la muestra son personas que tienen distintos grados de educación y no tiene ningún tipo de patología mental asociada, además, no se reconocen como maltratadores, aunque aseguran que utilizan golpes, gritos e insultos a sus hijos para que puedan aprender a comportarse. En el 83 % de ellos, refieren que estos fueron los métodos utilizados por sus padres y que aprendieron en a veces únicas para educar y aprender.

Se constató además que los estudiantes presentan un desarrollo intelectual comunicativo y emocional insuficiente. Los propios padres advierten que sus hijos se muestran desmotivados para aprender, son ansiosos, agresivos y en ocasiones, se muestran triste, con miedo tienen problemas para establecer relaciones con otras personas.

Los docentes, al ser interrogados acerca de los resultados y comportamiento de los estudiantes, coinciden en que con frecuencia estos niños y niñas llegan con muestras de golpes sobre todo en la cabeza, brazos y piernas y aun cuando no se identifican heridas es evidente que sufren maltrato. También reconocen que el ciclo de maltrato, puede incluso ser cada vez más corto, lo que se muestra después en su desinterés, la depresión y el pensamiento

El 36 % de los padres, aseguran que el comportamiento de sus hijos en la institución educativa no tiene que ver con sus actos Declararon que aun cuando muchas veces ellos han castigado injustamente, estos les ayudaran a ser mejores personas. Lamentablemente todavía siguen empleando los términos grotescos cuando se dirigen a los hijos pues advierten que ¨gritos, golpes y jalones, es el lenguaje de los niños cuando están aprendiendo¨, señalaron de manera coincidente.

En efecto al profundizar en las causas del bajo rendimiento académico se identificó que al 100% de los padres, les interesa que sus hijos alcancen buenos resultados en su aprendizaje; pero, se pudo comprobar que el 78 % descuidan las revisiones de tarea, no revisan el cumplimiento con estas, tienen poco control con las calificaciones y declaran que sus hijos: no son responsables, no tienen talento, no les entra el conocimiento,.¨ lo cual les han dicho a sus hijos, reconociéndose como un tipo de maltrato psicológico que baja la autoestima y denigra.

Los docentes son conscientes que el problema de rendimiento académico de los niños viene de los problemas del hogar y que son los padres de familias los responsables de la formación de los niños. Sin embargo, no han ofrecido a los padres ningún tipo de ayuda para que reflexionen acerca de esta situación, advierten que cualquier cosa que digan a los padres ¨es probable que estallen de manera violenta y asuman un comportamiento difícil de controlar; aseguran que¨ estos padres no consiguen darse cuenta de cómo influye el trato que le dan a sus hijos en su vida, tiene fuerte creencia de que el castigo es la vía para aprender ¨¨pero , los niños y niñas se muestran tímidos, tristes, inseguros y llegan actitudes agresivas hasta con los maestros pues se sienten siempre en peligro de ser maltratados.¨

Al indagar acerca de cómo resolver esta situación la perplejidad aumentó, se mostraron silenciosos y cautelosos, pero en tema merecía un debate más amplio y se le solicitó que listaran las posibles soluciones y entregaran al retirarse del local.

La sistematización de las respuestas advierte, la poca claridad en la búsqueda de soluciones; optan por asumir enfoque jurídico del tema, aun cuando debió ser asumida como principal forma de intervención el trabajo de orientación educativa que deben realizarse desde las instituciones educativas tanto a los niños como a los padres de familia. Las observaciones acerca de esta posición quedaron en manos de los directivos académicos que tendrían a su cargo abordar el tema con otros propósitos.

Padres, docentes y los propios estudiantes dicen rechazar el castigo físico y cada vez más intentan detener estas prácticas, sin embargo, viejos prejuicios, una fuerte tendencia educar por todos los medios, se vuelve insensibles. Los niños incluidos en la muestra, no refieren lesiones graves, pero se han formado con temores, desconfianzas y, sobre todo, un sentimiento de culpa que llega interpretarse como merecido, bloqueando así sus posibilidades para aprender. Al mismo tiempo hay poco o ninguna atención pedagógica que pueda generar una posibilidad nueva para ser mejor persona, mejor estudiante.

CONCLUSIONES

En correspondencia con lo planteado hasta aquí se advierte como conclusión del estudio que la problemática que se aborda en este trabajo es común en muchas partes del mundo; pero que cada vez más se debe profundizar en las relaciones causases de variables asociadas a la educación integral de los niños y niñas y al aprendizaje. El estudio de caso, que aquí se presenta permite señalar el predominio de creencias que justifican el maltrato como método educativo, al utilizar como referente las experiencias vividas por qué optan por reproducir estos comportamientos acentuando los estereotipos de violencia y maltrato sin calcular en su justa medida las consecuencias del mismo sobre todo para el aprendizaje.

Es evidente que la relación entre maltrato infantil y rendimiento académico es notable. El niño o niña maltratado de manera continua pierden motivaciones, tiende a deprimirse, no poseer autoestima y se niega a si mimo la posibilidad de éxito incluso se propone destacar por su conducta disruptivas, reproduciendo un ciclo de maltratos en el entorno familiar.

Los padres, no reconocen su condición de maltratado y tiene muy poco juicio crítico acerca de su actitud; pero, los docentes tampoco se han proyectado a propiciar influencias orientadoras que contribuya a que los padres puedan identificar, caracterizar y valorar las implicaciones que tiene el maltrato en el rendimiento académico de sus hijos.

Por tanto, los padres deberán prepararse para que puedan autocontrolar sus impulso y utilizar método educativos persuasivos y orientadores y para ello deberán aprender a escuchar a sus hijos; enseñarles a ser responsables de sus actos y a no sentirse culpables de sus equivocaciones, pero, sobre todo, deberán aprender a mantener una buena comunicación y dar muestras de amor, pues solo así podrán evitar las secuelas del maltrato y prevenir que se siga reproduciendo este comportamiento una vez que los niños de hoy, se conviertan en padres Martínez, (2007).

Al asumir estas ideas se considera necesario unirnos al llamado a ser tratados y tratar a los demás con dignidad humana, pues en ello se basa la construcción de un mundo de paz y asegurar mejores resultados académicos en los niños y niñas que se forman hoy cualquier institución educativa en el mundo.

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Recibido: 03 de Enero de 2018; Aprobado: 03 de Febrero de 2018

*Autor para la correspondencia. E-mail: carmita.ramirezc@ug.edu.ec

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