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Conrado

versión impresa ISSN 2519-7320versión On-line ISSN 1990-8644

Conrado vol.14  supl.1 Cienfuegos oct.-dic. 2018  Epub 03-Dic-2018

 

Articulo Original

En el CL aniversario de la Universidad de Guayaquil, su historia: una asignatura pendiente

In the CL anniversary of the University of Guayaquil, its history: A pending subject

Dr. C. Samuel Sánchez Gálvez1  * 

José Wladimir Castro Cisneros1 

Angie Brigette de la Cruz Lamilla1 

Dra. C. Alina Rodríguez Morales1 

1 Universidad de Guayaquil. República del Ecuador

RESUMEN

El presente estudio tiene como objeto aproximarse a una sistematización teórica del arsenal historiográfico y de fuentes primarias, localizado, acerca de la historia de esa casa de altos estudios. Ello se cumple mediante el empleo de los métodos histórico-lógico, heurístico, inductivo-deductivo, la crítica de fuentes, entre otros. El estudio devela la insuficiente atención prestada a la temática por parte de historiadores e investigadores, la dispersión y en ocasiones raleza de las fuentes necesarias para construir la historia y examina críticamente cuanto material de carácter historiográfico pudo localizarse acerca de la misma. De manera conclusiva, se considera insuficiente la producción historiográfica sobre el tema -la mayoría de ella escrita bajo los criterios positivista-, diseminadas y precisadas de conservación sus fuentes primarias y secundarias. Se reitera la necesidad de estudiar la historia institucional, tanto a nivel general como por facultades y carreras, así como la preparación de profesionales de la Historia a encargarse de esta y otras muchas tareas.

Palabras clave: Universidad de Guayaquil; historia de instituciones educativas; historiografía ecuatoriana

ABSTRACT

The present study aims to approach a theoretical systematization of the historiographic arsenal and its primary, localized sources, about the history of that institution of higher education. This is accomplished through the use of historical-logical, heuristic, inductive-deductive methods, the criticism of sources, among others. The study reveals the insufficient attention given to the topic by historians and researchers, the dispersion and sometimes scarcity of the sources needed to construct the history and critically examine how much historiographical material could be located about it. In a conclusive way, it is considered insufficient the historiographic production on the subject -most of it written under the positivist criteria-, disseminated and precise of conservation its primary and secondary sources. It reiterates the need to study the institutional history, both at a general level and for faculties and careers, as well as the preparation of professionals of History to take in charge of this and many other tasks.

Keywords: University of Guayaquil; history of educational institutions; Ecuadorian historiography

Introducción

Sumergirse, mediante el empleo del método histórico, en la localización de fuentes primarias y secundarias, relacionadas con la historia de la Universidad de Guayaquil, conduce a un criterio: dicha historia no ha recibido la atención suficiente por parte de historiadores e intelectuales ecuatorianos. Quien indague información sobre esa casa de altos estudios, hallará un lienzo historiográfico todavía muy tenue. En ese lienzo, obra de unos pocos estudiosos, es imposible resumir cuanto ha sido y es dicha institución. Asimismo, si el interesado dirigiera su atención a esos hilos que son las fuentes primarias de la temática, constataría, su dispersión, cuando no su inexistencia. En fin, mucha hebra todavía hay por develar en ese campo y mucho tejido por hilvanar.

Tales realidades, la historiográfica y la relativa a las fuentes reveladas, cual ineludible barrera, con frecuencia obstaculizan, no impiden, una superior inmersión en estudios dirigidos a la búsqueda crítica de los entresijos del cómo se ha construido la historia de esa casa de altos estudios y cómo continuar su construcción. A tal barrera, se añaden, la complejidad característica de la investigación científica en el campo de las ciencias sociales y, especialmente, en el de la Historia, y la todavía parva cifra de historiadores con que cuenta la Universidad de Guayaquil. Tratar este último elemento, per se, a no dudarlo trasciende más allá de la temática objetivo del presente artículo.

Desarrollo

La Universidad de Guayaquil, se fundó el 1º de diciembre de 1867, hará pronto ciento cincuenta años. Descuella entre las instituciones de educación superior ecuatorianas, por su activa labor durante ese tiempo de existencia, por sus aportes académicos, científicos y sociales. por el número de hombres y mujeres que ha formado y entregado al país. Lo relevante de su presencia en el ámbito educativo nacional es de sobra admitido por la sociedad ecuatoriana. No es objetivo del presente artículo abundar en cuanto hace notable a la institución sino aproximarnos a una sistematización teórica del arsenal historiográfico y de fuentes primarias, localizado, acerca de la historia de esa casa de altos estudios.

Los primeros acercamientos a la historia de la Universidad de Guayaquil patentizaron, de inmediato, ya se mencionó, una palpable la penuria de estudios históricos de y sobre la universidad, junto con una escasa localización de fuentes secundarias y primarias sobre la temática. Los estudios existentes al respecto, resultan insuficientes por su número y alcance. A la vez, muestran desiguales resultados científicos, dado cuanto amerita el quehacer de la institución.

En relación con las fuentes primarias localizadas, las relativas a la labor de la institución durante los años decimonónicos son muy pocas. El panorama se muestra especialmente desfavorable en cuanto respecta a los años previos a la fundación de la universidad, 1843-1867, años precursores por cuanto en ellos tuvieron lugar los primeros intentos guayaquileños por disponer de una institución de altos estudios. Similar panorama presentan los años que median entre 1867 y 1898, período de fundación y primeros pasos de la universidad. El grueso de las actas y documentos correspondientes a ese período se da por desaparecido en medio de los varios incendios sufridos en la ciudad o de los padecidos en el primer local construido para la universidad. Asimismo, ya en sentido general, son exiguos, casi nulos, los documentos localizados por los autores en la secretaría de la institución, en sus bibliotecas -ya sean la central o las de las facultades-, y en la Biblioteca de la Casona, sobre esos cincuenta y cinco años contenedores de la génesis institucional.

Al indagar en algunas de las mencionadas bibliotecas y secretarías de la universidad y entre sus docentes y trabajadores sobre las fuentes primarias correspondientes al siglo XX hasta la actualidad, se constató cómo al atesoramiento, en reiteradas oportunidades almacenamiento, de dichas fuentes le caracteriza una marcada dispersión física -todo lo indica, intra y extra institucional-, cuando no por la ausencia. Vale apuntarlo, obvio, paralelamente se evidenció la inexistencia de una “bitácora institucional”, indicadora de cuáles entidades y quiénes -sean personas jurídicas o naturales-, presumiblemente puedan atesorar fragmentos del patrimonio documental de la universidad salvado de los estragos del tiempo y de los hombres.

Mientras, las búsquedas de información al respecto en otras instituciones, tampoco arrojan resultados halagüeños. Muy pocos son los documentos, atesorados en el archivo de la Biblioteca Municipal, ya sean propios o relacionados directa o indirectamente con la institución.

Igual de escasa, y con similares características, resulta la documentación primaria sobre el tema depositada en los fondos del Archivo Histórico del Guayas y en la Biblioteca de la Casa de la Cultura Núcleo Guayas. Aunque en situación no igual por descorazonadora, las fuentes primarias correspondientes a los siglos XX y XXI tampoco abundan diversas y amplias en esas instituciones.

Comoquiera, por explorar a fondo se hallan algunas de las fuentes primarias más importantes de la propia universidad, relevantes para los investigadores por el bagaje de información que pudieran acumular. Nos referimos, por ejemplo, a documentos primarios atesorados en la Secretaría de la Universidad, las actas de los distintos órganos de la institución, la correspondencia enviada y recibida, las Resoluciones del rectorado y vicerrectorado, las Instrucciones y Oficios y la similar papelería producida a nivel de las distintas facultades. Ya hoy, a inmediato tiempo y futuro, extraordinaria importancia adquiere el testimonio de docentes y trabajadores administrativos y de servicios quienes, jubilados y no, son parte de la historia e historia ellos mismos, como fuente de trabajo de los historiadores.

Análoga búsqueda espera por la labor de los investigadores en los fondos de las asociaciones de profesores, estudiantes y personal administrativo y de servicios. Sí, se constata la existencia de un numeroso y disperso fondo de fotografías, algunas cintas de películas, y cuantiosos videos, correspondientes a diversas etapas de los últimos cincuenta años, así como de objetos de diversa índole, prestos a “responder las interrogantes de los historiadores”, previa conservación de los mismos.

Con relación a esa historia más reciente, es preciso alertar acerca de la insuficiente conciencia institucional sobre el valor histórico de cuanto documento emana o circula en ella. Lo ejemplifica el hecho de la considerable cifra de valiosos documentos propios de la universidad no conservados adecuadamente, e incluso destruidos por la mano del hombre a lo largo de los últimos años, muchos de ellos ex profeso.

No desdeñable es reflexionar acerca de la inevitable digitalización de las actividades. Aunque existen indicaciones de conservar en diversos dispositivos de almacenamiento la información fundamental de la institución, lo cierto es que la digitalización ha traído consigo cierta pérdida informativa de cuanto se refiere a la labor universitaria. Mientras, un cotidiano, y en ocasiones excesivo, apego disciplinario a la orden superior de “plasmar en evidencias fotográficas” cuanta actividad se realiza en los predios universitarios, pudiera contribuir, en alguna medida, al trabajo de los futuros historiadores.

Un posible reservorio de información de la historia institucional debió quedar tras el proceso de rediseño de las carreras, en que estuvo inmersa la universidad a partir de 2014. Entonces, algunos de quienes dirigían el proceso, orientaron el rescate por las facultades de cuanta fuente histórica primaria y secundaria se lograse acerca de las carreras, así como la inmediata reconstrucción de dichas historias. El fin era dotar a los rediseños de dichas carreras de un punto de partida histórico. No era un empeño superficial. Se intentaba, historia mediante, develar y comprender el porqué de la creación de cada carrera, de sus cambios en los micro currículos, de su permanencia y evolución, de las diversas problemáticas que durante sus años de existencia afectaron a cada una, de “descubrir” de dónde provenían las mismas y las soluciones dadas en cada lugar y tiempo histórico; saber quiénes fueron los docentes y estudiantes con que se contó, del impacto en la sociedad de su labor, entre otros múltiples intereses. Estratégicamente se procuraba fundamentar desde la memoria histórica la pertinencia de cada carrera y, en un segundo plano, aunque no de menor importancia, compenetrar y comprometer a los docentes de hoy día con su labor, a partir del dominio de su historia. El quehacer en esta dirección resultó fallido. Especialistas del CES a cargo de la dirección metodológica de la tarea la desestimaron, pues nunca había sido orientada desde ese nivel. Obvio, bien valdría la pena por quienes corresponde hacer preciso recuperar cuanto se hizo entonces y enfatizar en la necesidad de darle continuidad.

Antes de continuar, es inevitable atender a la existencia de un pequeño grupo de obras cerca de la historia de la universidad, sobre el cual nos detendremos más adelante. En ellas, indistintamente, se reproducen de manera íntegra varios documentos primarios de la historia de la universidad. A juicio de los autores del presente trabajo, esos documentos ofrecen aristas y atisbos de sucesos y del accionar de determinadas figuras, necesitados todavía de mayor interpretación, ya sea para la construcción de la historia o para su completamiento.

En un segundo orden, este ya historiográfico, el análisis de la producción sobre la temática, las fuentes secundarias, devela en obras y textos un reiterado predominio de un esquema propio del paradigma investigativo positivista, acorde en unos casos al momento de haber sido estos elaborados, mantenido luego pese a haber ya sido enriquecido y/o superado dicho paradigma por las diversas escuelas o corrientes actuantes en la ciencia histórica a lo largo del siglo veinte, y lo ya andado del presente.

Así, con frecuencia se ausentan de artículos y textos las múltiples aristas contextuales y lógico-históricas, reveladoras de los por qué de cuanto ha acontecido en los predios universitarios -imprescindibles en las ya no tan novedosas formas de escribir la historia-, tributarias o determinantes en eventos o procesos desde lo económico, lo político, lo social, lo “estrictamente” académico, lo individual, lo ideológico, lo científico, lo mental, lo cultural… dicho de otra forma, prima la historia-relato por sobre la historia-problema.

Se impone un paréntesis. No obstante, tal primacía, esos discursos, artículos y textos mantenedores del paradigma positivista, en reiteradas ocasiones, las más de ellas, resultan imprescindibles por la cantidad y calidad de la información de la cual son portadores. Queda pues, quedará, el agradecimiento a sus autores, la inmensa mayoría carente de formación como historiadores, por un esfuerzo, a todas luces más hijo de la vocación y la voluntad individual que de un esfuerzo institucional planificado.

En cuanto a esas fuentes secundarias específicas que son los libros, entre los dados a la luz pública, por sobre todos destacan los debidos a Digna Ayón de Messner, pionera en la reconstrucción de la historia institucional y a Willington Paredes Ramírez.

En 1959, Ayón de Messner defendió su trabajo de grado con una tesis sobre la temática. De su estudio se derivó un libro: Trayectoria histórica y cultural de la Universidad de Guayaquil, publicado en el año 1965, y un posterior artículo aparecido en la Revista de la Universidad de Guayaquil en 1983.

El libro, fundacional a no dudarlo, ofrece profusa información histórica al lector. Se distingue por la pródiga documentación que recoge, parte de ella desaparecida o de acceso si no restringido sí fatigoso, por la organización cronológico-espacial que hace de la misma así como por su bibliografía, aunque no muy profusa, sí orientadora para quienes se sumergen en la tarea de historiar la universidad. A la precursora Ayón Messner se le debe la primera periodización de la historia de la Universidad de Guayaquil. Como elemento característico de esa obra resulta su apego a la ya mencionada corriente positivista, apreciable, entre otros elementos, por una, a juicio de los autores del presente estudio, insuficiente crítica e interpretación de fuentes y hechos. Tal característica es sostenida en una edición posterior del mismo, esta de 1967, corregida y aumentada en casi cien páginas más e ilustrada con una galería de retratos de quienes habían ejercido como rectores de la institución hasta esa fecha.

Mientras, a Paredes Ramírez (2009) le corresponde, también a juicio de los autores del presente trabajo, el mérito de entregar dos de las más significativas obras que sobre la universidad se hayan escrito en las dos últimas décadas. Nos referimos, en primer lugar, a su Historia social de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Guayaquil 1938-2008, la cual vio la luz en 2009. El valor principal de ese texto es la metodología en él empleada. Por mérito propio esta se constituye en referente metodológico, en recomendable GPS de enfoque, para quien se adentre en la labor de historiar una institución educativa de nivel superior, como lo es una facultad universitaria. Seguidor de los cánones de las escuelas dialectico-materialista del marxismo y social de los Annales, el autor despliega la historia de la facultad de Economía, inmersa y como parte activa del contexto histórico, social, científico, económico, ideológico, mental y material en que nació y se desarrolló, durante sus primeros setenta años.

En segundo lugar, y de no menor importancia es su artículo “Historia de la Universidad de Guayaquil”. A lo largo de sus cuarenta y nueve páginas, el trabajo, realizado bajo los mismos principios paradigmáticos de construcción histórica antes descritos, ofrece una actualizada periodización de la historia de la institución, caracteriza cada uno de esos períodos, examina en cada uno de ellos cómo y bajo qué condiciones y expectativas económicas, sociales, políticas…, transcurrió la fundación de las diversas facultades y centros de investigación y, por último, reflexiona acerca de los retos y el papel a jugar por la educación superior en el actual Ecuador.

Acompañan a los textos antes mencionados, otros como Historia de la Facultad Piloto de Odontología. De Escuela a Facultad, de la autoría del docente José Apolo Pineda y cuatro colaboradores, publicado en 2010. El libro se agradece por lo pródigo de su información, pese a la insuficiente interpretación crítica de la misma. Ello no le resta méritos a su autor, quien no es historiador ni pretende serlo. El libro es, será, insoslayable fuente documental para quien se aboque a darle continuidad al tema.

En la búsqueda realizada por las diferentes facultades, localizamos una publicación de 2003, de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas. Nos referimos a un folleto, dedicado a su septuagésimo aniversario, el cual ofrece variados datos acerca de la facultad y sus docentes y directivos históricos. (Abad Montero, 2003)

En otra de las facultades, la de Filosofía, Letras y Ciencias de la Educación, se halló un texto muy anterior en el tiempo, de 1946, debido a Julio Pimentel Carbo. Es un folleto: Apuntes para la Historia de la Facultad de Filosofía, Pedagogía y Letras. El mismo entrega una reconstrucción de la fundación e inicios de la labor de la mencionada facultad. Asimismo, de la firma de Rubén E. Rites Mariscal es el texto Centenario de la Facultad de Jurisprudencia y Ciencias Sociales. Escrito, en 1968, refleja algunos aspectos de la existencia, centenaria ya entonces, de dicha facultad.

Recensiones de datos históricos también ofrecen varias publicaciones promocionales de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo; la fundamental entre todas, del año 2011, “Reseña histórica de la FAU”. Otro folleto, este debido a la firma de Francisco Morán Márquez: Enseñar con Amor, tiene como fecha de publicación febrero de 2013. Se dedica todo él a describir en el tiempo algunos aspectos de la labor de la Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias de la Educación.

Más acá en el tiempo, en 2015, en un número de la revista de la Facultad de Comunicación Social, intitulado 35 años FACSO. Revista Anual, aparecieron varios artículos de la historia de esa facultad, la cual entonces cumplía treinta y cinco años, referidos su creación, su fundador, las diversas carreras, su surgimiento y figuras relacionadas con ello, entre otros datos. Dedicado también a esa entidad, vio la luz un documental: Historia de la Facultad de Comunicación Social, dirigido por Rolando Panchana.

Inédita pero socializada es la investigación de Ruth Carvajal Martínez de Lindao, “Casona Pedro Carbo. Desarrollo histórico de la Universidad de Guayaquil”. Como su título indica el trabajo reconstruye algunos aspectos de la historia de la Casona, y con ella de parte de la propia universidad.

Publicado en el año 2014, el libro Proceso de Restauración de la Casona Pedro Carbo 1995-2000 y Evaluación de Resultados, de Rafael María Arízaga Guerrero (2014), constituye una muy completa descripción histórica, arquitectónica y constructiva de la Casona y del proceso al cual alude en su título. Dicho proceso fue dirigido técnicamente y a pie de obra por el arquitecto Arízaga Guerrero. Magníficamente ilustrado con fotos y planos, el libro está impreso en papel cromado.

Gracias al docente y médico Ronald Alvarado, accedimos a otro artículo -¿también inédito?-, escrito Alberto Cordero Aroca e intitulado “Fundación de la Facultad de Medicina de Guayaquil”. Este, contiene una detallada reconstrucción de los primeros años de esa facultad. A los anteriores libros y artículos y textos deben sumarse, sin duda, alguna otros tantos no alcanzados a localizar por los autores del presente trabajo.

Entre todas las fuentes localizadas dentro de las publicaciones seriadas, de y sobre la historia de la universidad, desde su fundación hasta hoy día, de manera condensada, la que mayor cantidad de información aporta es la Revista de la Universidad de Guayaquil.

No es la única publicación seriada de la universidad. Con ella coexisten otras como Investigación, Tecnología e Innovación, como la Revista de la Universidad de Guayaquil perteneciente a la Dirección de Investigación de la universidad, la Revista de la Facultad de Ciencias Médicas y la Revista de la Facultad de Ciencias Naturales, de las entidades homónimas, todas ellas indexadas. Súmense, además, la Revista de la Facultad de Ciencias Económicas e Ingeniería Química, ambas de las facultades mencionadas en sus títulos.

Cada número de la Revista de la Universidad de Guayaquil, más allá de atesorar información de carácter histórico, es historia misma. De hecho, lo son la totalidad de los números de las mencionadas revistas. Sin embargo, como apuntamos, por sobre todas con largura destaca la Revista de la Universidad de Guayaquil. Es difícil hallar fuentes comparables por su riqueza, con la ofrecida en las páginas de la misma. Son comunes en ella los editoriales, los artículos científicos y de pensamiento, las biografías de pedagogos y científicos, los análisis acerca de las novedades institucionales, las promociones de las autoridades de la universidad, las conferencias, los discursos, las noticias sobre tesis sustentadas en un largo etcétera.

Dentro de cuanto se ha publicado en la Revista de la Universidad, acerca de los inicios de la universidad, especial atención merecen los artículos “Historia de la Universidad”, publicado por el CXI Aniversario de la universidad, en 1978; “Don Pedro Carbo el verdadero fundador de la Universidad de Guayaquil y el Dr. Numa Pompilio Llona, su primer Rector”, de la autoría de Julio Pimentel Carbo; “Trayectoria histórica de la Universidad de Guayaquil” debido a Digna Ayón de Messner; y “Trayectoria de lucha y superación de la Universidad de Guayaquil”, de la pluma de Jorge Villacres Moscoso.

Aparecido en una publicación seriada de la universidad, en este caso la Revista A.P.U.G., órgano de la asociación de Profesores de la Universidad de Guayaquil, se halla el artículo “La Universidad de Guayaquil y su tarea fundamental”. Firmado por Elías Muñoz Vicuña. El artículo, también aporta datos acerca de la historia institucional.

Una fuente apenas explorada, muy a tomar en cuenta para la construcción de la historia de la universidad son las publicaciones seriadas, y dentro de ellas la prensa periódica. Esta, fuente histórica por excelencia, ha gozado de una tradicional presencia en la vida cotidiana de la ciudad porteña durante los últimos 150 años. La prensa recogió y recoge la vida nacional, con lugar preponderante dentro de ella para la citadina. Tal realidad permite afirmar que esa prensa guarda un reservorio informativo nada desdeñable para quien intente historiar la Universidad de Guayaquil. Diarios como El Universo, El Telégrafo, El Comercio, junto a otros de más antigua data -pensemos en El Grito del Pueblo y El Guante, ameritan un acercamiento sistémico y sistemático por parte de historiadores e investigadores de la temática.

Ilustra cuánto puede ser de útil dicha prensa periódica a los fines de construir dicha historia una búsqueda digital realizada en los diarios El Universo y El Telégrafo. Esa búsqueda, arroja la publicación en El Universo, entre el 9 de mayo del 2013 y el presente, de 408 notas y artículos relacionados con la universidad. En caso de El Telégrafo, entre el 14 de marzo de 2011 y el día de hoy, aparecieron 85 notas y artículos, de igual carácter. A lo anterior agréguese que en ambos diarios publicaron y publican varios docentes de la institución. Un ejemplo de ello es David Freija Rivadeneira, colaborador del diario El Universo, autor de algunos artículos referidos a la vida de la universidad.

Un último dato a mencionar. A finales de 2015, se presentó en la Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias de la Educación un Proyecto de Investigación titulado, precisamente, Historia de la Universidad de Guayaquil. Ambicioso, y, a la luz de hoy, en alguna medida desarticulado de las realidades investigativa e historiográfica de la universidad, pretendía dar continuidad a la construcción científica de su historia, a partir de develar, analizar e interpretar la labor de la institución. El Proyecto procuraba determinar la importancia y significación de la labor y accionar docente, científico, comunitario, cultural y social de la universidad, en sus diferentes tiempos y espacios de actuación. Tomaba en cuenta para ello, además, la necesidad de formar historiadores en Guayaquil, Guayas y Ecuador. Producto de ese Proyecto son algunos artículos publicados o por publicarse, la participación en un evento científico, un libro inédito, las prontas sustentación, de una tesis de grado y de un documental, junto con una muy rudimentaria introducción de algunos docentes en las labores de la investigación histórica.

Los autores del presente trabajo, conscientes de que un examen historiográfico nunca será completo, saben pendiente la búsqueda más exhaustiva de cuanto sobre la historia de la universidad no localizaron. Asimismo, llaman la atención a cuánto se precisa atender a lo realizado por la universidad en los campos de lo académico, lo investigativo, lo extensionista, de vinculación o de gestión del conocimiento, y, derivado de ello, a su probado impacto educacional, científico y, en general, socio-cultural en la sociedad guayaquileña y ecuatoriana.

Por otra parte, el escenario descrito hace imprescindible identificar y/o visibilizar a quienes trabajan o en algún momento han laborado la temática, así como las investigaciones en proceso -ya sea en los pasos previos, medios, de pre o de plena redacción-, culminadas inéditas o en proceso de socialización. En ese inevitable, y a priorizar, proceso indagatorio acerca de cuanto se ha publicado sobre el tema -¿cuántos?-, de seguro se asistirá al “descubrimiento” de “nuevos” textos en las revistas y publicaciones seriadas auspiciadas por la universidad.

A tenor de todo lo anterior, lo autores resumen algunas cuestiones antes tratadas y ponen a consideración de los lectores aquellas apreciadas como las más necesitadas de la atención de la propia institución. He aquí estas:

  1. Se impone con urgencia la identificación, rescate y conservación adecuada de las fuentes históricas primarias y secundarias existentes, de y sobre la universidad. Tal tarea deberá involucrar no solo a las autoridades centrales y de las diversas facultades sino a todos los organismos y sujetos de la institución, sin distingo alguno.

    • La tarea del levantamiento bibliográfico y biográfico de las fuentes primarias y secundarias existentes, implica, identificar los fundamentales actores sociales, personalidades e ideas que han contribuido a su actividad institucional, así como las posibles fuentes orales que permitan reconstruir la historia más reciente de la universidad.

  2. Es oportuno analizar la posibilidad de crear uno o cuantos archivos se estimen donde atesorar los documentos primarios y secundarios fundamentales, emanados o recibidos por la universidad, correspondientes a autoridades, docentes, administrativos, personal de servicio y estudiantes, entre otros.

  3. De igual manera, vale la pena considerar por el vicerrectorado de investigaciones de la universidad la apertura de una línea de investigación dirigida a los estudios históricos, con énfasis en los inherentes a la propia institución.

  4. En consonancia con lo anterior, es preciso crear proyectos y dispositivos académico-investigativos que, de manera institucionalizada, asuman la tarea de investigar la historia de la institución, profundicen, junto con cuanto alrededor de la labor de la universidad ha influido o tenido relación con su accionar, con sus numerosas interioridades, avatares y logros, con sus fundamentales actores sociales, personalidades e ideas concurrentes a su actividad institucional, así como de las diversas prácticas y relaciones de la institución con la ciencia y la tecnología. Ello contribuirá a determinar históricamente la significación de su labor y accionar docente, científico, comunitario, cultural y social, en los diferentes períodos de su existencia, y permitirá profundizar en los nexos causales entre la creación y desarrollo de las diversas facultades y carreras en el contexto histórico de la universidad, la región y el país.

  5. En relación con cuanto antecede a este punto, vale la pena analizar la realización de tesis de grado y postgrado sobre la temática de la historia de la universidad. Para ello se cuenta con una fortaleza: la existencia de la carrera de Historia y Geografía en sus predios. Esta, pese a su carácter pedagógico, puede servir de inicial base, de punto de partida en tal sentido.

  6. Asimismo, valdría la pena observar la posibilidad de crear en la universidad una revista de ciencias sociales y humanísticas, y en ella priorizar la temática de la historia institucional o, al menos, dedicar alguna de las publicaciones ya existentes o parte de las páginas de alguna de ellas a la historia, con prioridad para la de la universidad.

  7. Deberá regir, ante cualquiera de las tareas tributarias a la conservación de la memoria histórica de la universidad, en particular la referida a la elaboración de su historia, el criterio de labor inter y multidisciplinaria, con una seria aspiración de conseguir la inter y la transdisciplinariedad. El carácter de la institución así lo exige. En igual medida reclama incorporar a la investigación a los docentes desde sus diversas áreas de trabajo, de conjunto con los alumnos.

    • La tarea es imposible de enfrentar siquiera con mínimo o relativo éxito por individuos solos. Demanda del trabajo en equipo. Tómese en cuenta, por ejemplo, cómo esta necesita interrelacionar a la Historia de la Pedagogía, la Historia de las Ciencias, la Técnica y la Tecnología, la Historia Social, la Historia de la Cultura, la Historia de las Ideas, la Historia del Arte, la Historia de las Mentalidades, la Historia Urbanística la Historia Económica, la Historia Política, la Historia de la Filosofía.

  8. Aunque no ha sido objeto del presente estudio, es imposible el abordaje de la situación en él analizada sin tomar en cuenta que la deficiente atención a la historia de la universidad ha tenido, tiene, como caldo de cultivo, como génesis y freno, un contexto socio cultural que la desborda, una limitante no invisible pero sí poco aludida. Nos referimos concretamente al de una sociedad que no ha prestado ni presta a su historia, a la Historia local, regional, nacional ecuatoriana, la atención debida. En consecuencia, asumimos como la presente la hora en que la Universidad de Guayaquil debe proyectarse a mediano plazo a la creación de la carrera de Historia, no ya con el perfil pedagógico de la actual en funcionamiento en la institución, sino dirigida a la preparación y titulación de jóvenes especialistas en la investigación histórica, o sea: historiadores. En esa dirección, también asoma la posibilidad de crear una maestría, por ejemplo, en Estudios Históricos Regionales.

Conclusiones

Urge asumir el objeto investigativo de examen, interpretación y análisis del proceso de origen y desarrollo de la Universidad de Guayaquil, durante su centuria y media de existencia, en cada contexto y tiempo histórico de su accionar. Urge determinar acerca de iguales procesos en sus facultades y carreras, del papel jugado por sus docentes, del alcance y limitaciones de su actividad y producción científica, de la valoración de su lugar en las universidades nacidas de ella, de sus proyectos y movimientos sociales, sus luchas, sus derrotas, sus victorias, de la significación científico-cultural que tuvo y tiene la creación y existencia de la que fue la primera, y durante largos años única, universidad de la ciudad, la provincia de Guayas y la región histórica Costa.

El hecho es que el peso, la magnitud de lo realizado por la institución en 150 años no se corresponde con cuanto al respecto se conserva, se ha escrito y domina. Es inadmisible. Es motivo de insatisfacción, de zozobra, que nuestra alma mater emerja ante los suyos, ante todos, si no desnuda de su historia, al menos con memoria flaca de ella. En términos más nuestros, señalándose como una asignatura no desaprobada pero sí pendiente.

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Recibido: 08 de Abril de 2018; Aprobado: 29 de Julio de 2018

*Autor para correspondencia. E-mail: samuel.sanchezg@ug.edu.ec

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