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Conrado

 ISSN 1990-8644

        02--2019

 

Artículo Original

La hermenéutica: axiología y tratamiento desde la apreciación de las artes plásticas

Hermeneutics: Axiology and treatment from the appreciation of fine arts

0000-0001-6713-7034Yaskil Moisés Álvarez Cuéllar1  * 

1Universidad de Cienfuegos. Cuba

RESUMEN

El artículo expone un acercamiento a la hermenéutica de las Artes Plásticas, donde el autor considera como objetivo valorar el tratamiento, complejidades y especificidades de esta rama del saber, específicamente desde las potencialidades que, para la Educación Plástica y la Enseñanza Artística, representa. En función de ello se aborda reflexivamente, y desde disímiles autores y posiciones, la exégesis de esta particular forma de aprehensión del saber artístico. En función de ello se profundiza en cuestiones medulares para la compresión del fenómeno iconoplástico, como: la apreciación e interpretación artísticas; la definición del término hermenéutica; la lectura de la imagen y sus especificidades; el mensaje artístico y sus niveles (denotativo y connotativo); la polisemia; el vínculo indisoluble entre el contenido y la forma y los elementos a considerar en el análisis plástico de una obra de arte, entre otras.

Palabras-clave: Hermenéutica de las Artes Plásticas; apreciación; polisemia; forma y contenido

ASBTRACT

The article presents an approach to hermeneutics in Fine Arts, where the author considers as objective to value the treatment, complexities and specificities of this branch of knowledge, specifically from the potentials it represents for Fine Arts Education and Artistic Teaching. Based on this, the exhibition of this particular form of apprehension of artistic knowledge is approached reflexively, and founded on theoretical ideas and positions. These ideas are approached in order to understand the icono-plastic phenomenon, such as: appreciation and artistic interpretation; the definition of the hermeneutics term; the reading of the image and its specificities; the artistic message and its denotative levels (and connotative); polysemy; the indissoluble link between the content and the form, and the elements to be considered in the plastic analysis of a work of art; among others.

Key words: Hermeneutics in Fine Arts; appreciation; polysemy; form and content

Introducción

Desde los albores de la humanidad los hombres han disfrutado el acto de decodificar los mensajes alojados en las producciones antropogénicas. Esta rama del saber ha recibido el nombre de hermenéutica, término que se traduce-básicamente-como interpretación o exégesis. Como refiere De Michel (2006), “se conoce que en los siglos XVI y XVII, además de una hermenéutica teológica-que interpreta los textos sagrados-aparecen distintas hermenéuticas: una hermenéutica profana, orientada a la interpretación de los textos clásicos latinos y griegos, una hermenéutica jurídica, y una hermenéutica histórica”.

En las Artes Plásticas, fue precisamente en el Renacimiento, con el reconocimiento de artista, la aparición de las galerías, la autonomía y valor de la obra de arte y el nacimiento del mercado del arte, el periodo artístico que marcó pauta en la complejidad del consumo y la apreciación del arte en vínculo con las nuevas condiciones histórico-sociales y culturales. Estas especificidades tornaron al arte en un fenómeno social y orientado hacia la transmisión de conocimientos, estatus social, ideas religiosas, etc. Sin embargo, no fue hasta los siglos XVIII y XIX, con la aparición de los museos, el nacimiento de la Estética como disciplina autónoma, la Historia del Arte y la crítica de arte especializada, que la interpretación o decodificación artística comenzó a ser considerada elemento cardinal en el proceso de comunicación y conocimiento artísticos.

En el siglo XX, con el advenimiento de las complejas emanaciones artísticas de las vanguardias y la postmodernidad, se hizo prácticamente imprescindible-en el escenario sociocultural del arte-de la decodificación e interpretación de los aspectos vertidos por los artistas en sus obras, pues la variedad de conceptos, técnicas y tendencias así lo condicionaron. Tanto es así, que en la actualidad el interés por los estudios para develar los mensajes atrapados en las obras de artes llama la atención no solo de teóricos, críticos, connoisseur, sino también de docentes y alumnos; lo que ha tornado a la hermenéutica de las Artes Plásticas y su enseñanza, en una necesidad cultural, artística y pedagógica.

A nivel mundial los estudios sobre hermenéutica de las Artes Plásticas han sido abordados desde los ámbitos académico y editorial. En Venezuela, por ejemplo, Benchetrit (2009), concluye que las teorías hermenéuticas contemporáneas aportan el método más adecuado para la lectura de la obra de arte al permitir la interpretación de su complejo tejido estructural y acceder a su sentido existencial y simbólico. Esta autora declara, citando a Burke, “que han sido los historiadores y los críticos de arte quienes tradicionalmente se han preocupado por la creación de métodos capaces de interpretar las complejas estructuras icónicas de las obras de arte”. Precisa además, que “la pintura, el dibujo, el grabado y la fotografía han sido utilizados como fuentes históricas documentales que han permitido a los investigadores, junto con los documentos escritos, reconstruir los hechos históricos de carácter político, económico y social”. Asimismo, afirma, que “no existen dudas en la actualidad acerca del carácter comunicante de las obras de arte… en el cual el espectador puede experimentar sensaciones o percepciones diversas que conduzcan a connotaciones de tipo intelectual y/o emocional”.

En la praxis de la hermenéutica (o interpretación) de la obra de arte sería injusto dejar de mencionar a Berger (2010), autor inglés que en su texto “Modos de Ver” realiza el examen holístico de obras de las Artes Plásticas desde puntos de vista tan disímiles como lo sexual, comercial, genérico y artístico.

Adentrándose propiamente en el cometido de la interpretación artística, autores mexicanos como Fernández Calán & García Ramírez (2011), específicamente en lo referido a la problemática de la interpretación de las imágenes como textos artísticos, han precisado a “la interpretación de la imagen implica… el reconocimiento de la estructura discursiva, no sólo aparente o superficial, sino profunda; es decir, la imagen vista como texto implica analizar cómo opera el soporte material en los elementos diferenciales de la expresión, así como su sintaxis en articulación con tópicos que a su vez llevan a rutas intertextuales, al diálogo”.

García Ramírez (2012). referido con anterioridad-en lo concerniente a la importancia del acto interpretativo desde sus aspectos social, cultural y educacional, afirma que “el porvenir de las humanidades depende de saber interpretar correctamente las huellas humanas, ya sea mediante el estudio de sus obras culturales, artísticas, documentos históricos y cualquier expresión en donde se encuentre impreso su espíritu”. (p. 38)

En Chile, autores como Mora Muñoz & Osses Bustingorry (2012), ante el reto que afronta en la actualidad la educación en aras de cultivar la experiencia estética desde los desafíos que impone la globalización-en su arista negativa-para la formación artística e integral del hombre, precisan que “junto con la globalización de la cultura y la masificación de los medios se afecta directamente a la población a través de la imagen, siendo ésta altamente deformante si no se educa para su valoración responsable”. (p. 323).

A partir de estos juicios, se desprende la importancia que al cultivo de una alfabetización visual como complemento de la cultura general integral de la personalidad, otorgan estos autores y, en ello desempeña un inestimable valor la hermenéutica como vía para el descubrimiento y comprensión de los mensajes en las producciones artísticas.

En sentido positivo, una regularidad que comparten muchos de los estudios revisados por el autor de la investigación, es la importancia que le otorgan a la interpretación de las Artes Plásticas para el enriquecimiento cultural y espiritual de los hombres, validando con ello su necesaria enseñanza, en virtud de la adquisición de conocimientos que permitan a los estudiantes dialogar con los mensajes contenidos en las producciones artísticas.

Por otra parte, en muchas de las fuentes que se dedican a las teorías hermenéuticas en las Artes Plásticas existe una imbricación casi indisoluble entre los contenidos que se dedican tanto a la apreciación como a lo propiamente hermenéutico. En este sentido, es importante señalar que en la actualidad es prácticamente imposible separar ambas ramas en el saber artístico, pues en todo proceso de apreciación interviene la interpretación como vía de enriquecimiento y aprehensión sensible de los contenidos artísticos. Como expone Morales (2001), “el término apreciación recoge todas las actividades de aproximación responsivas al arte y las obras de arte, que configura la interpretación, el análisis, el disfrute o toda manera de experiencia estética. También se puede entender como sinónimo de respuesta, interpretación, enjuiciamiento, análisis, valoración, etc”. (p. 80)

En Cuba la enseñanza de la interpretación de las obras de arte ha sido potenciada en todos los niveles educacionales. Ello ha estado condicionado por la significación y valor que en la formación del hombre nuevo, lo estético, artístico y apreciativo representan. Es precisamente en el área de la apreciación de las Artes Plásticas donde se ha insertado la hermenéutica, no como una disciplina o asignatura autónoma, sino como complemento para la lectura y comprensión integral de la imagen plástica. Su uso se evidencia en disciplinas y asignaturas como “Historia y Apreciación de las Artes”, “Panorama y Teoría de las Artes Plásticas” y “Apreciación de las Artes”, etc. En estas materias subyace la interpretación como canal para la expresión de juicios, valoraciones y análisis que se revierten en el enriquecimiento intelectual y cognitivo de los estudiantes.

En el ámbito nacional, específicamente en la producción de textos enfocados metodológicamente a la apreciación-y por extensión a la interpretación de las Artes Plásticas-se destacan pedagogos como Machado García, con su obra “Historia y Apreciación de las Artes Plásticas” (1981); Cabrera Salort con sus libros “Artes Plásticas” (1985) y “Apreciación de las Artes Visuales” (2015); y Morriña Rodríguez con textos como “Artes visuales dinámica texto imagen” (2007) y “Fundamentos de la forma” (2010), entre otros.

Autores cubanos como Menés, Silva y Rizo (2011) han promovido la hermenéutica como presupuesto investigativo en las Artes Plásticas. Para ello se enfocan en configurar la comprensión, explicación, investigación y la concepción intertextual icónica como modelación para estudiar el ícono plástico, siendo uno de los referentes de la apreciación artística, y a su vez una de las aristas para desarrollar la cultura artística y estética, adentrando a los educandos y los docentes en el mundo de la alfabetización visual. Otros autores como Rizo & Pérez (2011), destacan entre las insuficiencias que desde el punto de vista pedagógico atentan contra el lógico proceso de decodificación de las obras plásticas: la carencia de herramientas didácticas para orientar, conducir y evaluar de forma integral el proceso de apreciación de las Artes Plásticas, la exigua bibliografía para la enseñanza de la decodificación del texto icónico-plástico, así como las insuficiencias en la interpretación de las Artes Plásticas y su apreciación como contenido en la formación permanente del profesor.

Desarrollo

Toda obra de Artes Plásticas es recinto en que se alojan las ideas, emociones y sentimientos que el artista vertió de modo personal y creativo. Cuando un artista crea una obra, lo hace con el objetivo de comunicar las impresiones de un fenómeno determinado a los públicos. Los públicos, por su parte, se enfocan hacia la revelación de los contenidos y mensajes en correspondencia con sus conocimientos, posicionamiento cultural y concepción del mundo (idealista o materialista). En este proceso desempeña un papel determinante la hermenéutica. En el “Diccionario del Arte Actual”, Thomas (1987), define la hermenéutica como teoría y práctica de la glosa de textos=interpretación de textos. La filología clásica (ciencia del lenguaje) fue principalmente la que hizo de la hermenéutica, una disciplina artística de la intelección comprensiva, la base metodológica de las ciencias del espíritu (Shleiermacher, citado por Ochoa, 2009; y Dilthey, citado por Da Trinidade & López, 2015) contraponiéndola a la metodología del razonamiento causal, propio de las ciencias naturales.

Cabe destacar que este método interpretativo, empleado en trabajos de investigación literaria, estética, filológica y teológica, fue perfeccionado por Heidegger y su discípulo Gadamer, determinando a este tenor, en la estética, que la contextura y el valor de una obra de arte pueden quedar revelados a la luz de la interpretación hermenéutica como exégesis explicativa. La teoría criticista de la escuela neomarxista ha relativizado la validez del método heideggeriano de la interpretación razonada del arte, mediante un entendimiento ideológico-crítico de éste, deduciendo su propia comprensión de la teoría del arte a base de un planteamiento de interrogación crítica y objetiva, que se orienta siguiendo condicionantes sociológicos y fijación de los objetivos propios de la teoría del conocimiento.

Como se puede advertir en el concepto expuesto el término hermenéutica se asocia superficialmente a la interpretación, sin embargo, su significado va más allá de esta acepción. Al respecto, Álvarez & Ramos (2003), han precisado que “en general, aunque hay diversos modos de definirla, la hermenéutica puede verse en dos sentidos. En uno estrecho, es la teoría de la interpretación, el conjunto de principios científicos que respaldan metodológicamente la labor de reinterpretación de textos. Y en un sentido ancho y menos profesional, se la identifica como un sinónimo de interpretación”.

A juicio de Menés, Silva & Rizo (2011), los estudios hermenéuticos han transitado por diferentes momentos históricos, y se precisan en las cuatro décadas finiseculares del XX y los primeros años del siglo XXI, seis formas básicas de definirlas:

  • Teorías de exégesis bíblicas.

  • Metodología filológica general.

  • Ciencia de toda comprensión lingüística.

  • Base metodológica de todas las disciplinas centradas en la interpretación del arte, hechos y escritos del hombre.

  • Fenomenología de la existencia y de la comprensión existencial.

  • Sistemas de interpretación para descifrar el significado de mitos y símbolos.

En la contemporaneidad la hermenéutica es empleada en estudios teológicos, en el campo de la filosofía, de la literatura, de la investigación, etc., así como en el universo de la creación y la apreciación artísticas. Específicamente en el área de las artes, la hermenéutica es de substancial importancia, pues el acto artístico-como hecho creativo, estético y apreciativo-es, por esencia, interpretativo. Al respecto Fernández Calán y García Ramírez (2011) refieren que “el fenómeno estético, visto desde cualquier ángulo, implica una fuerte carga de interpretación. Ante las nuevas propuestas estéticas que oscilan de la representatividad a la desconexión con el mundo es esencial recuperar la reflexión hermenéutica”.

La particularidad de ser el arte un medio de comunicación y expresión entre los hombres, es lo que potencia la actitud interpretativa ante el hecho artístico. En este sentido, Heidegger, citado por Sobrevilla (1984), consideró que el ser humano es, por naturaleza, un ser que interpreta.

En las Artes Plásticas, la lectura de la imagen-ponderada por lo visual-reclama siempre de una decodificación, o sea, la búsqueda de significados atrapados en la trama-sea pictórica, escultórica, fotográfica, etc. como elemento medular para la comprensión de lo que el autor quiso expresar. Sin embargo, en múltiples ocasiones la complejidad que las obras de Artes Plásticas muestran, hace que su revelación sea un hecho intelectual ininteligible.

Para una acertada lectura interpretativa de la imagen poseen particular validez la iconografía (descripción de la imagen) y la iconología (estudio de la imagen). Estas dos ramas (o métodos), fuertemente vinculadas entre sí, permiten la compresión totalitaria del texto plástico. Sin embargo, el estudio y descripción de la imagen sobre la base de estos métodos reclama de estudios profundos y largas horas de entrenamiento.

En la interpretación o revelación del mensaje iconográfico intervienen otras áreas del conocimiento y de las ciencias como la semiótica (ciencia que estudia los símbolos y significados en el entramado social), la estética, la Historia del Arte (disciplina cuyo objeto de estudio es la obra de arte), la historia, la filosofía, etc. A ello se une además, la competencia del destinatario (receptor) y el espacio histórico y cultural, tanto de realización de la obra y como en el que vive el espectador. En este sentido, Lizarado (2009), ha expuesto que la lectura de la obra de arte “desborda los márgenes del lienzo y exige que también sea interpretado el espacio desde donde será mirada, el espacio que produce la imagen determina, en mayor cantidad, el sentido de ésta. Las miradas, propias de un espacio cultural, contribuyen a construir las imágenes pero, a su vez, las imágenes, propias de un espacio cultural, contribuyen a construir las miradas”. (p. 9).

Por su parte, al decir de Frascara (2005), en la interpretación o lectura de la imagen siempre se han de considerar o estimar los niveles denotativo y connotativo. Para ello precisa que:

  • La denotación representa aspectos relativamente objetivos de un mensaje, constituido por elementos de carácter descriptivo o representacionales de una imagen o texto.

  • La connotación representa aspectos relativamente subjetivos de un mensaje, y tiene capital importancia… En el proceso connotativo el receptor participa más activamente en la construcción del significado que en el proceso denotativo.

En virtud de esclarecer los niveles expuestos, Frascara (2005), ejemplifica que “un plato con frutas pintado por un pintor flamenco del siglo XVII es un plato con frutas para nosotros y para mucha gente; ese es el mensaje denotado. Los mensajes connotados, en cambio, pueden ser variados: para algunos este plato es símbolo de abundancia, para otros es símbolo de hedonismo, para otros vanidad, para otros es una buena o una mala pintura, una muestra de falta de imaginación o el símbolo de una sociedad materialista. Para todos es un plato con frutas”. (p. 64).

De hecho, en el proceso de decodificación artística, toda imagen se comporta como un texto que puede describirse como una unidad sintáctico/semántico/pragmática, unidad que deviene en interpretación semiótica a través del acto comunicativo. Al respecto, Fernández Calán & García Ramírez (2011), declaran que “la interpretación de la imagen implica también el reconocimiento de la estructura discursiva, no sólo aparente o superficial, sino profunda; es decir, la imagen vista como texto implica analizar cómo opera el soporte material en los elementos diferenciales de la expresión, así como su sintaxis en articulación con tópicos que a su vez llevan a rutas intertextuales, al diálogo. El hermeneuta es, por lo tanto, aquel que se dedica a interpretar y develar el sentido de los mensajes, haciendo que su comprensión sea posible y todo malentendido evitado, favoreciendo su adecuada función normativa”. (p. 1)

Respecto al vínculo existente entre texto e imagen, Rodríguez Aguiar (2014), expresa que “la imagen es un enunciado con equivalencia lingüística-desde el punto de vista icónico-por su capacidad de producir significación, pero también es una estructura compuesta de signos que producen un sentido y dan lugar a un contenido-discurso visual-generado en su relación con el receptor”. (p. 150)

La noción, comprensión y concepción de lo que es un texto ha cambiado con el curso del tiempo, de hecho existen textos que van más allá de la palabra escrita como, por ejemplo, una pintura, una escultura, una fotografía, una obra arquitectónica, un grabado, etc. Los hombres del medioevo y renacentistas afirmaban que el mundo mismo era un texto. En este sentido, la amplitud de la acepción “texto” es comprendida como todo lo que pueda significar algo.

En las artes, una de las características esenciales de los textos es la polisemia, entendida por Marchán Fiz (1982), como “la pluralidad de sentido reservada a lo artístico y a lo poético frente a los esquemas de la lógica o al lenguaje primario de la comunicación hablada”. Solo basta que una obra posea significado múltiple para que sea entendido como un texto plurivalente. Limitar la polisemia del arte sería restarle su arista de mayor valor, pues la libertad de lecturas que lo artístico genera, es lo que lo torna distintivo como producto humano y como creación y recreación espiritual de la realidad.

La peculiar multiplicidad de sentidos presentes en la obra de arte, preconiza, por una parte, la riqueza de lecturas y significaciones, y, por otro, el afloramiento de juicios erróneos. Ello es débito de la aprensión sensible -a través de las sensaciones- de la realidad como canal primario en las artes. En tal sentido, Morriña Rodríguez (2010) define las sensaciones como “el reflejo de las cualidades aisladas de los objetos y fenómenos del mundo material que actúan directamente sobre los órganos de los sentidos”. (p.19)

Toda interpretación de la obra de Artes Plásticas se realiza a partir de lo sensorial, o sea, con el concurso de los órganos de los sentidos. Cuando el artista crea su obra, traduce al lienzo, la piedra o el papel la interpretación personal que, a través de su percepción sensorial, tuvo de una realidad dada. Tanto en la creación como en la apreciación o la interpretación, los sentidos como forma de conocimiento externo de la realidad pueden engañar al hombre y, por tanto, tornar inexacta o equívoca las lecturas o aprehensiones. Tal como señala Morin (1999), “un conocimiento no es el espejo de las cosas o del mundo exterior. Todas las percepciones son a la vez traducciones y reconstrucciones cerebrales, a partir de estímulos o signos captados y codificados por los sentidos; de ahí, es bien sabido, los innumerables errores de percepción que, sin embargo, nos llegan de nuestro sentido más fiable, la visión. Al error de percepción se agrega el error intelectual. El conocimiento en forma de palabra, de idea, de teoría, es el fruto de una traducción/reconstrucción mediada por el lenguaje y el pensamiento y por ende, conoce el riesgo de error”. (p. 22)

Para evitar tales inexactitudes, la estética marxista propone para el análisis (por extensión la crítica, apreciación, interpretación, etc.) de las obras artísticas la exégesis de las categorías de la dialéctica materialista: contenido y forma. Zis (1987), define el contenido como “la representación artística de ciertos fenómenos de la realidad, concebidos y apreciados estéticamente por el artista. El contenido comprende la idea estética, el tema, y desempeña el papel predominante con respecto a la forma, por cuyo medio es expresada y con la cual se encuentra en unidad dialéctica”.

En lo referido a la forma, el citado autor la precisa como “la manera de ordenar los medios figurativos y expresivos del arte en un sistema artístico. La forma abarca la composición, el asunto y otros componentes, siendo su finalidad principal la expresión del contenido. Tanto contenido como forma constituyen categorías filosóficas relacionadas, y por consiguiente, inseparables en el análisis de cualquier obra artística”. (p. 221)

El vínculo indisoluble entre contenido y forma pondera la aprehensión y esclarecimiento de los mensajes subyacentes en las obras de artes. De hecho, las Artes Plásticas no pueden ser interpretadas como una serie de proposiciones aisladas, sino como un todo único y orgánico, y en ello desempeña un inestimable valor el análisis del contenido en vínculo con lo formal. Al respecto Morriña Rodríguez (2010) declara que “hay que insistir en el carácter ambivalente de estos dos contrarios, la forma y el contenido están indisolublemente unidos. No puede existir contenido sin forma, ni forma vacía de contenido. Son polos de un todo. Su unidad indestructible se comprueba en que cada contenido requiere específicamente de una forma dada”.

Para efectuar una lógica interpretación de una obra de arte-sea en el espacio del aula, en un museo, en una galería, etc.-existen elementos de medular importancia a considerar en los análisis. Algunos de ellos son:

  • La existencia de un espacio histórico-temporal, físico y cultural que separa a creadores de los espectadores. Este elemento imposibilita en ocasiones, conocer y explorar totalmente los códigos contenidos en la creación artística.

  • Que toda obra de arte es la objetivación (materialización) de la subjetividad de su creador (artista), y por tanto debe ser interpretada desde los vínculos artista-época, realidad objetiva-realidad subjetiva, etc.

  • Que el arte posee un marcado carácter polisémico, lo que pondera el enriquecimiento y la recreación intelectual en el acto apreciativo, interpretativo y comunicativo.

Además, en la lectura del producto artístico se ha de considerar que en las obras de Artes Plásticas siempre se dan cita componentes o factores (artísticos y extra-artísticos) de obligada atención por parte del espectador-intérprete, entre algunos de ellos se pueden citar:

  • Individuales. Toda obra de arte es, en primer lugar, el reflejo de la personalidad creadora del artista. En lo individual se refleja lo típico o característico del artista (su estilo, los procedimientos, su proyección compositiva, su preferencia por determinados asuntos, géneros o temas y su concepción del mundo-idealista o materialista-, así como su dominio del colorido, de los trazos, etc.).

  • Intelectuales. Se refleja en los pensamientos y sentimientos que impregna la época en el artista y que este manifiesta en la realización artística. Son de índole intelectual las inquietudes personales que mueven a los artistas a objetivar en sus creaciones elementos pasionales, filosóficos, históricos, conceptuales, etc.

  • Sociales. Se presenta en las obras de arte a partir del reflejo de las circunstancias sociales que inciden sobre el artista, sobre todo, cuando éste trabaja por encargo. También se materializa en el carácter clasista que se refleja en las composiciones (tema burgués, aristocrático, socialista, entre otras).

  • Ideológicos. Constituyen la expresión de clase del autor y se materializa en las obras sobre la base de la concepción política, religiosa y moral que de la realidad posea el artífice (aquí es pertinente aclarar que en la obra artística la presencia o expresión de ideas concerniente a lo político, moral, ético, lo filosófico, etc., nunca excede la idea estética como rectora. En el arte la idea es siempre de carácter estético).

  • Técnicos. En la medida que la actividad artística exige destreza manual, las posibilidades y características del material sobre el que se trabaja y los conocimientos técnicos que el artista posee, influye en la expresión final de la obra. De igual forma, el dominio técnico denota la maestría artística, a menudo alcanzada tras años de experiencia en el oficio.

El mero conocimiento de estos componentes no es suficiente para el éxito en la interpretación de las obras plásticas. La complejidad que el proceso encierra, demanda múltiples y sucesivas aproximaciones a las obras. Por ello es importante el desarrollo de actividades de apreciación donde se pondere el carácter vivencial con respecto a los originales artísticos, como vía plena de recepción e interés por la decodificación de los mensajes iconoplásticos. De ahí la importancia que las visitas a museos y galerías poseen para el entrenamiento in situ.

La enseñanza de la Historia y Apreciación de las Artes, a partir del estudio y la práctica de la interpretación artística tributan en gran medida a la conformación de la cultura general y artística en función de la revelación de los componentes conceptuales presentes en las obras plásticas. El hecho que los individuos (por extensión desde la escuela los estudiantes) sean capaces de leer acertadamente imágenes artísticas es indicador de una cultura artística y de integración de conocimientos como forma de expresión del pensamiento complejo. Ello solo se logra a través de la ejercitación práctica y constante del ejercicio del criterio (la crítica), la apreciación e interpretación artísticas. En este sentido Montoto Torres & Cespón Castro (2011), refieren que “el docente debe sistematizar las acciones de la habilidad apreciar, elevando la complejidad de las obras presentadas. Lograr que el estudiante aplique de manera independiente las acciones de la habilidad valorar, que enuncie y emplee argumentos de otras asignaturas, ejes transversales, hechos o fenómenos de la actualidad noticiosa, en los análisis del contenido de las obras y la relación de estos con otras formas que empleó el artista para materializarlo. Es necesario que se tenga en cuenta el ofrecimiento de niveles de ayuda oportunos para aquellos que lo necesiten”. (p. 22)

El acto de interpretación de obras de arte es netamente demostrativo, y por consiguiente en él se potencian las habilidades comunicativas. En la práctica de la interpretación artística se pondera lo afectivo, lo motivacional, lo volitivo y lo cognitivo como estratos de la conformación de la personalidad. A ello se une, de por sí, la formación y desarrollo de la sensibilidad estética y el gusto por las artes. En este sentido, Morriña Rodríguez (2010), citando a Aguirre, refiere”por la carga emocional que hay en lo estético el arte es insustituible en esta tarea (la cognoscitiva). Allí donde los razonamientos caen al vacío, obra inesperada reacciones el golpetazo a la sensibilidad. Donde se estrellan las reflexiones generales, el ejemplo concreto y sensible puede ser decisivo. Se necesita cierto grado de sensibilidad, de altura de conciencia, para que el corazón sienta sin que los ojos vean. Y en su poder hacer ver está el inmenso poderío del pensamiento que se traduce en imágenes”. (p. 7)

Conclusiones

La decodificación de los mensajes contenidos en las obras de artes constituye en la actualidad un desafío. Ello está dado, en primer lugar, por la inexistencia de una metodología para tal finalidad y, en segundo lugar, por ser la hermenéutica una rama de incipiente desarrollo y que recién comienza a ser incluida dentro de los programas y planes de estudio.

La decodificación e interpretación del hecho artístico es de crucial importancia en el complejo proceso de recepción artística, de ahí la jerarquía que a su estudio y práctica se le deba otorgar como colofón-a nivel individual y colectivo-de la cultura artística y apreciativa.

Las potencialidades que el arte y su disfrute poseen para el crecimiento espiritual y cultural del hombre es razón suprema para otorgar a la apreciación e interpretación artísticas una jerarquía como complemento para el enriquecimiento afectivo, motivacional, volitivo y cognitivo por las artes, así como para el desarrollo de la sensibilidad estética y el impulso del gusto por el consumo de las artes.

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Received: September 21, 2018; Accepted: November 14, 2018

*Autor para correspondencia. E-mail: ymalvarez@ucf.edu.cu

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