SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.15 número69Actividades físicas para desarrollar las habilidades motrices básicas en niños del programa Educa a tu HijoLa mediación de conflictos escolares. Incidencia en el desarrollo de la inteligencia emocional índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

  • No hay articulos citadosCitado por SciELO

Links relacionados

  • No hay articulos similaresSimilares en SciELO

Compartir


Conrado

versión impresa ISSN 2519-7320versión On-line ISSN 1990-8644

Conrado vol.15 no.69 Cienfuegos oct.-dic. 2019  Epub 02-Sep-2019

 

Articulo original

Glosas en torno a algunas ideas martianas sobre la juventud

Annotate concerning some ideas martianas on the youth

Ángel Agustín Rodríguez Domínguez1  * 
http://orcid.org/0000-0002-6597-6595

Maribel Rodríguez Sabatés1 
http://orcid.org/0000-0002-3450-3920

Claro Oscar Barcos Saroza1 
http://orcid.org/0000-0001-8497-8839

1Universidad de Cienfuegos “Carlos Rafael Rodríguez”. Cuba. E-mail: mrodriguez@ucf.edu.cu , cobarcos@ucf.edu.cu

RESUMEN

Este artículo recoge un grupo de frases del Apóstol dedicadas a la juventud, las cuales se glosan para que sirvan de guía y enseñanza a las actuales generaciones. Vio siempre en la juventud la cantera de los futuros habitantes de América como una patria unida, de la América Nuestra. Eran ellos los que se debían poner la camisa al codo y hundir las manos en la masa, parafraseando al maestro. Eran quienes tenían que poseer un vínculo estrecho con la patria. Los que no debían imitar ejemplos foráneos sino adaptarlos a las nuevas circunstancias. Fustigó severamente a los jóvenes que se apartaban de la recta vía hacia un futuro luminoso para dedicarse a faenas ruines y mezquinas enriquecedoras. Debían nutrirse de conocimientos en todas las esferas para poder enfrentar de manera adecuada a la nueva realidad que se les presentaba en pos de un futuro luminoso y creativo donde todos tuvieran los mismos derechos.

Palabras clave: Jóvenes; juventud; América; patriotismo; patria; educación

ABSTRACT

This article collects a group of phrases of the Apostle dedicated to the youth, which are glossed so that they serve as guide and teaching to the current generations. He always saw in youth the quarry of the future inhabitants of America as a united homeland, of Our America. They were the ones who had to put their shirts on their elbows and put their hands in the dough, paraphrasing the master. They were the ones who had to have a close bond with the fatherland. Those who should not imitate foreign examples but adapt them to the new circumstances. He severely lashed out at the young people who were moving away from the straight path towards a bright future to devote themselves to mean and meanwhile enriching tasks. They had to be nourished by knowledge in all spheres in order to adequately face the new reality that was presented to them in pursuit of a bright and creative future where everyone had the same rights.

Keywords: Young people; young people; America; patriotism; fatherland; education

Introducción

José Martí entendió que era necesario asestar un duro golpe a la depauperación moral del colonialismo español. Previó que el pueblo cubano que se elevaba sobre el sacrificio de sus hijos debía llevar a cabo un verdadero movimiento de renovación que barriera vicios y prejuicios latentes aún en la conciencia humana. Si se regulaba la moral de la sociedad se lograría que la colonia no perviviese a la república. Se prepararía así el camino para una juventud próspera y digna.

Sugirió a todos los que se relacionaron con él, hombres emigrados con ideas redentoras, lo heroico, lo útil, lo honesto y promisorio. Consideró necesario orientarlos hacia un estilo de vida. Era preciso cambiar el mundo exterior al que estamos obligados a servir y del que somos responsables y a nosotros mismos, desde el entorno latinoamericano, su meta máxima.

Afirmó que cada hombre construye su mundo. Así habla de “deber, compromiso, reunión en amistad, descanso después de haber cumplido con la tarea del mundo puro, deber de cada ser humano hasta lograr la amistad con los pueblos” (Argilagos, 1944). Dentro del conjunto de términos martianos contenedores de valores que no cesan ni se debilitan en su alcance ético encontramos: pureza y lealtad, verdad y ternura, virtud, honradez, decoro, deber (con la satisfacción de su cumplimiento), amor, patriotismo, entre otros.

Había que crear conciencia que produjera cambios sustanciales en la conducta del hombre individual. Intentaba educar a unos y convencer a otros del cambio en el hombre. Había que destruir el viejo régimen y propiciar la preparación para construir una nueva vida. Era preciso enseñar a la niñez y a la juventud futura de América para que no dejaran caer la bandera de la libertad y la justicia que tantas vidas había costado.

Desarrollo

En su bregar por la América y Estados Unidos hizo apreciaciones y alabanzas sobre la labor de los jóvenes que pretendían instruirse y crear. En ellos concibió la cantera de la futura América unida. Esto se hizo realidad en la generación del centenario. Fidel Castro ha expresado que Martí nos enseñó su ardiente patriotismo, su apasionado amor a la libertad, la dignidad y el decoro del hombre; su repudio al despotismo y su fe ilimitada en el pueblo y en especial en los jóvenes. En su prédica revolucionaria estaba el fundamento moral y la legitimidad histórica de nuestra acción armada. Es propósito del presente trabajo esbozar y comentar algunas ideas de Martí sobre el papel relevante de la juventud, así como la vigencia que tienen esas ideas en la actualidad. Definió la juventud a la manera de un psicólogo. Opinó sobre la necesidad del desarrollo de la mente en esa edad con vistas a su futura vida adulta.

“El mundo tiene más jóvenes que viejos. La mayoría de la humanidad es de jóvenes y niños. La juventud es la edad del crecimiento y del desarrollo, de la actividad y la viveza, de la imaginación y el ímpetu. Cuando no se ha cuidado del corazón y la mente en los años jóvenes, bien se puede temer que la ancianidad sea desolada y triste. Bien dijo el poeta Southey, que los primeros veinte años de la vida son los que tienen más poder en el carácter del hombre. Cada ser humano lleva en sí un hombre ideal, lo mismo que cada trozo de mármol contiene en bruto una estatua tan bella como la que el griego Praxiteles hizo del dios Apolo. La educación empieza con la vida, y no acaba sino con la muerte. El cuerpo es siempre el mismo, y decae con la edad; la mente cambia sin cesar, y se enriquece y perfecciona con los años. Pero las cualidades esenciales del carácter, lo original y enérgico de cada hombre, se deja ver desde la infancia en un acto, en una idea, en una mirada”. (Martí, 1973, p.17)

En “Nuestra América” publicado en El Partido Liberal, México, 30 de enero de 1891, destaca el valor del trabajo creador para la formación de los jóvenes. “Los jóvenes de América se ponen la camisa al codo, hunden, las manos en la masa, y la levantan con la levadura de su sudor. Entienden que se imita demasiado, y que la salvación está en crear. Crear es la palabra de pase de esta generación. El vino, de plátano; y si sale agrio, ¡es nuestro vino! Son precisamente los jóvenes los abanderados, los creadores, los forjadores de la nueva América. No se deben imitar moldes foráneos ajenos; la solución debe salir de las entrañas de la América nuestra”. (Rivero, 1990, pp106-107)

Ya antes, en 1889 había aseverado: “La juventud ha de ir a lo que nace, a crear, a levantar, a los pueblos vírgenes, y no estarse pegada a las faldas de la ciudad como niñotes que no quieren dejarle a la madre el seno(Leal, 2013). Esta prédica estuvo presente en los dirigentes de nuestra Revolución. No por azar, Ernesto Guevara, paladín de la gesta emancipadora declaró que la arcilla fundamental de nuestra obra era la juventud. Con respecto a la creación en lo relacionado con Literatura ya había expresado antes en 1876 en Revista Universal de México: “Cuando se es joven, se crea. Cuando se es inteligente, se produce”. (Cuba. Centro de Estudios Martianos, 2004)

Martí percibe que la cultura constituye un factor de elevación de la conciencia ciudadana y de la participación activa en el desenvolvimiento del Estado. A los jóvenes cubanos se les ha dado la posibilidad de crear en materia de literatura y de arte. Todo el que tenga aptitudes puede desarrollarlas libremente. Es precisamente en la juventud, en el período de la vida en que se pueden fomentar ampliamente estas capacidades

En muchos países de América Latina donde todavía predominan diversas formas de opresión e injusticia, los jóvenes organizados se lanzan a las calles clamando por sus derechos a la enseñanza gratuita, a la salud y otros. Serán estos mismos jóvenes u otros inspirados en su ejemplo los que dirigirán los destinos de sus respectivos pueblos. Había apuntado Martí en la Revista Universal de México el 11 de mayo de 1875, “la juventud debe ejercitar los derechos que ha de realizar y enseñar después”.(López, 1950)

Fustigó el Maestro a los traidores, a los jóvenes que se apartan del camino del bien, de la virtud, a los jóvenes no interesados en esforzarse para obtener la recta vía: “hacen mal los hombres jóvenes que se entretienen en morder con dientes envenenados el virgen seno de la patria: esa prensa es la impotencia de espíritus ambiciosos y pequeños: mueven la lengua, porque les cuesta menos trabajo que mover los brazos. No es una indignación sincera: es una lamentable deficiencia en las perezosas fuerzas del ánimo”.(Valdés, 2007)

Como Martí, Fidel excluyó en su concepto de pueblo a los jóvenes pertenecientes a sectores acomodados y conservadores de la nación, los que aprobaban cualquier régimen de opresión y se hincaban de rodillas ante el gobernante de turno vendido a Estados Unidos. En La historia me absolverá se ofrece una definición de pueblo que contempla a “obreros de la ciudad y del campo, pequeños agricultores, profesores y maestros, profesionales jóvenes, desempleados, la gran masa que sufre todas las desdichas”.(Castro, 2007)

En Escenas Mexicanas, Revista Universal, México, 29 de junio de 1875 hizo la siguiente observación: “La juventud es feliz porque es ciega esta ceguedad es su grandeza: esta inexperiencia es su sublime confianza. ¡Cuán hermosa generación la de los jóvenes activos! Unos irían ahora a las entrañas de Guerrera; otros buscarían con el arado el secreto de la felicidad americana: unos emprenderían, otros guiarían; a través de la tierra cultivada cruzaría silbando la locomotora; atracaría el vapor al puerto; llevaría el ferrocarril bronces y hierros desde la abundante mina madre hasta el vasto y fragoroso taller. Aquí el cantar de los labriegos, allá el crujir de ruedas y el humo de la alta chimenea. La libertad en la atmósfera, la riqueza en el hogar; en el alma la conciencia del trabajo, y en el pueblo la sólida ventura. Así se sueña imaginando el despertar de un campo alegre y de una ciudad trabajadora, en tanto que la mirada entristecida se detiene en extraviados diarios de la capital. Con el sueño, la juventud nos honraría; con la verdad, se desmorona y se degrada”. (Martí, 1975b, p.339)

Aborda la importancia de soñar en un futuro que les permitiera crear. La juventud debía ser activa osada, imponerse metas aunque a otros ojos parecieran inalcanzables. En el caso citado se refería a una situación mexicana que resultaba presente en su época. Pero si analizamos nuestra gloriosa gesta revolucionaria parecía un sueño imposible que doce hombres con escasos recursos pudieran hacer frente a un poderoso régimen explotador con todas las posibilidades de armamentos; solo contaban con la fuerza de las ideas.

Insistía Martí en la importancia del conocimiento de la ciencia y de los avances tecnológicos, dejando a un lado lo retrógrado de la religión que en su época impedía el avance científico. Respecto a esto planteó:

“Paseaban los pacíficos paulinos por largos y desiertos corredores, y hoy les suceden animados grupos de jóvenes celosos, que llevarán luego a los pueblos, no la palabra desconsoladora del Espíritu Santo, sino la palabra de la historia humana, los reactivos de la química, la trilladora y el arado, la revelación de las potencias de la Naturaleza. La nueva religión: no la virtud por el castigo y por el deber; la virtud por el patriotismo, el convencimiento y el trabajo”. (Martí, 1975 b, p.120)

Esta idea ha sido una constante de nuestra revolución, sacando a los humildes de la incultura que permitía la sumisión y la ignorancia y logrando paulatinamente un desarrollo científico y cultural que garantizara avanzar al país. Es lo que hacen también muchos países progresistas de nuestra América. (Martí, 1975 b, p.120)Esta idea de la adquisición y profundización cultural se hacía patente en sus observaciones sobre Guatemala:

Los jóvenes dotados de las copiosas aptitudes comunes a los hombres de estas tierras, echado ya hacía atrás el manto de cadenas que la dominación del hombre de los montes puso en sus espaldas; abiertas ampliamente las vías del crecimiento y del trabajo, se lanzan, sin concierto aún, ganosos a ellas; se apoderan de los modernos libros, leen afanosos en historia a Laurent, en literatura a Gautier y a Musset. Quinet, Michelet, Pelletan, Simon, Proudhon, van siendo ya libros vulgares. La ciencia amena se va haciendo amable; como que amenizar la ciencia es generalizarla. Médicos y abogados futuros, médicos y abogados recientes coronan las calvas cabezas de Papiniano e Hipócrates los blancos azahares de las musas. Vagos ensueños de americanismo preocupan a aquellas mentes juveniles: Matta, Gregorio Gutiérrez, Lozano, Prieto, Palma, les son familiares y amados. Tienen ahora activas sociedades, y vi alegre en las mesas de periódicos de México las revistas que les sirven de órgano: “El Porvenir” y “El Pensamiento”. Aquélla tiende a desarrollar el gusto por lo bello; ésta por lo grave; aquélla por lo literario; ésta por lo científico. Discuten, proponen, reglamentan, eligen por sufragio, gustan de ver reunidas a las gentes, dan veladas. Estos ejercicios de palabra, de discusión, de sociabilidad, fortalecen el carácter, mejoran las uniones acentúan la cultura. La actividad es el símbolo de la juventud (Cantón Navarro, 2008).

Martí comenta la necesidad de abrir la cultura en la joven nación hispanoamericana al movimiento cultural contemporáneo de las ideas en Europa y en sus valoraciones se aprecia una tangible proyección americanista. Ve una relación estrecha entre cultura y patria. Para que un pueblo pudiera ser libre, la cultura era imprescindible; resultaba un alimento y un arma, pero también un peligro, por cuanto el desarrollo torcido e insuficiente de una cultura, por falta de independencia nacional verdadera, impulsa a la deformación.

Nuestro país desde los primeros momentos posibilitó a los jóvenes creadores abanderados de credos culturales el estudio de los autores hispanoamericanos y de los clásicos de la literatura universal. Los programas de estudio de todas las enseñanzas comenzaron a contar también con obras y autores cimeros. Se pretendía que la población en pleno con una enseñanza obligatoria arribara a una cultura general integral. “Los jóvenes impacientes de todos los países debieran tener siempre en la mente el pan salado y el agua amarga de que se han nutrido por mucho y tiempo los hombres ilustres”. (Martínez, 1974)

Alude Martí en esta cita a los artistas, a los creadores en el plano cultural. La historia ha demostrado que todo el que comienza en el difícil camino de una carrera artística no triunfa de un primer momento. Si son buenos y realmente tienen talento, la posteridad les otorgará el puesto merecido. No pueden impacientarse. Tienen que mirarse en el espejo de grandes creadores que para llegar a la cima han tenido que pasar por situaciones difíciles. “Y a fe que mientras hay que guerrear, en la guerra deben estar todos los jóvenes”.(Álvarez & Yero, 2008)

Son los jóvenes los que deben dar el paso al frente. Así está ocurriendo en toda América Latina, así ha ocurrido a lo largo de todos los tiempos, como así ha sucedido también en Cuba. Ante la frustración de las aspiraciones independentistas, de democracia y justicia, destacados representantes del mambisado y de las clases no oligárquicas, defendieron el ideal martiano en la prensa en la tribuna, en organizaciones políticas y sociales e incluso en el Congreso de la República.

A partir de los años 20 surgió un grupo de intelectuales progresistas que comenzaron a develar el pensamiento más radical de Martí para contrarrestar la tergiversación hecha por la dictadura. De igual forma los comunistas cubanos inscribieron los postulados martianos en sus banderas de lucha por la emancipación nacional y social.

La colina universitaria fue centro constante de reunión de varias agrupaciones juveniles. Y una de las primeras acciones en contra de la dictadura fue la creación de una organización basada en el ideario de nuestro Héroe Nacional: la Unión Martiana de la Juventud cuya actividad se inició con la elaboración de un Juramento Martiano, apoyado con firmas de unos 300 jóvenes de todo el país representantes de numerosas organizaciones estudiantiles, obreras, políticas, sociales, deportivas, masónicas, religiosas, etc., de los más disímiles credos e ideologías.

Conclusiones

Martí comprendió desde los primeros momentos de su sagrada y redentora misión el protagonismo de la juventud y el papel destacado que debía jugar en la erradicación de regímenes oprobiosos. Asimismo, avizoró la importancia del estudio así como la adquisición de conocimientos culturales y científicos para hacer progresar una nación.

Todas las ideas martianas han estado presentes en nuestras luchas emancipadoras. Todos los pasos de nuestras juventudes en el logro de la independencia estuvieron presididos por la irrevocable decisión martiana de pelear por la conquista de la libertad o entregar la vida en el combate. Es uno de sus legados el de la lucha a muerte contra el despotismo y la opresión extranjera, males que laceran las entrañas de Nuestra América.

Se siente la presencia del apóstol y su legado a la juventud en los objetivos del movimiento revolucionario encabezado por Fidel Castro, lo hallamos en cada uno de los pasos de su acción insurreccional, incluso en la inclaudicable actitud asumida ante los reveses.

Referencias bibliográficas

Álvarez Álvarez, L., & Yero, O. G. (2008). Visión martiana de la cultura. Camagüey: Ácana [ Links ]

Argilagos, R. G. (1944). José Martí. Ideas en el hombre. Pensamientos seleccionados y clasificados. La Habana. [ Links ]

Cantón Navarro, J. (2008) Una revolución martiana y marxista. La Habana: Centro de Estudios Martianos. [ Links ]

Castro Ruz, F. (2007). La Historia me absolverá. La Habana: Ciencias Sociales. [ Links ]

Cuba. Centro de Estudios Martianos. (2004). Testamentos de José Martí. La Habana: CEM [ Links ]

Leal Spengler, E. (26 de enero de 2013). Martí es la fuerza salvadora. Granma, p.3 [ Links ]

López Dorticós, P. (1950). Intimidad de Martí en sus cartas a Manuel A. Mercado. La Habana: Academia Nacional de Artes y Letras. [ Links ]

Martí, J. (1973). La Edad de Oro. T. 18. La Habana: Gente Nueva. [ Links ]

Martí, J. (1975 a). Obras Completas. Martí T. 6. La Habana: Ciencias Sociales . [ Links ]

Martí, J. (1975 b). Obras Completas. Martí T. 6. La Habana: Ciencias Sociales . [ Links ]

Martí, J. (1975 c). Obras Completas. Martí T. 8 c). La Habana: Ciencias Sociales . [ Links ]

Martínez Estrada, E. (1974). Martí Revolucionario. La Habana: Casa de Las Américas. [ Links ]

Rivero, D., et al. (1990). Español-Literatura 11no Nuestra América. La Habana: Pueblo y Educación. [ Links ]

Valdés Galarraga, R. (2007). Diccionario del pensamiento martiano. La Habana: Ciencias Sociales . [ Links ]

Recibido: 07 de Enero de 2019; Aprobado: 18 de Mayo de 2019

*Autor para correspondencia. E-mail: aarodriguez@ucf.edu.cu

Creative Commons License Este es un artículo publicado en acceso abierto bajo una licencia Creative Commons