SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.15 número70Amistad, del término de Quranic a la expresión mística, en la interpretación relacionada a Imam Jafar Al-SadiqFundamentos del estudio de la Historia Local en las Ciencias Sociales y su importancia para la Educación Ciudadana índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Articulo

Indicadores

  • No hay articulos citadosCitado por SciELO

Links relacionados

  • No hay articulos similaresSimilares en SciELO

Compartir


Conrado

versión On-line ISSN 1990-8644

Conrado vol.15 no.70 Cienfuegos sept.-oct. 2019  Epub 02-Dic-2019

 

Artículo original

Felicidad y comportamiento prosocial en estudiantes de educación de una universidad pública

Happiness and prosocial behavior in education students of a public university

0000-0002-3263-5663Lourdes Basilia Pareja Pérez1  *  , 0000-0003-3175-8896Enrique Alejandro Barbachán Ruales1  , 0000-0001-6416-6817Flor de María Sánchez Aguirre2 

1 Universidad Nacional de Educación Enrique Guzmán y Valle. Perú

2 Universidad César Vallejo- IESPP “MGP”. Perú.

RESUMEN

Los estudiantes universitarios adoptarán un sistema de valores y comportamientos basados en el proceso de su experiencia educativa dentro y fuera del campus. De forma destacada, en la que tendrá un sentido coherente de identidad, autoestima, confianza, integridad, sensibilidad estética y responsabilidad cívica, para con él y los demás, dando significatividad al proceso vivido y posteriormente en el contexto social. Este estudio se realizó con la finalidad de determinar la relación que existe entre la felicidad y el comportamiento prosocial, teniendo en cuenta el género, grupos etáreos y las facultades de pertenencia en 427 estudiantes de educación, de una universidad de Lima. Estudio de tipo descriptivo, correlacional, de diseño no-experimental, de carácter transversal, y ex-post-facto. Se aplica la Escala de Felicidad de Lima (EFL) de Alarcón y el Cuestionario de Comportamiento Prosocial de Roche. Los resultados muestran que existe una correlación positiva significativa entre las dos variables estudiadas; no existen diferencias significativas en función al sexo y a la edad tanto en la variable Felicidad como en el Comportamiento Social; asimismo, la pertenencia a una facultad no genera diferencias significativas en la variable Felicidad, pero sí en la variable Comportamiento prosocial.

Palabras-clave: Felicidad; comportamiento prosocial; realización personal; sentido positivo de la vida

ABSTRACT

University students will adopt a system of values ​​and behaviors based on the process of their educational experience on and off campus. In an outstanding way, in which he will have a coherent sense of identity, self-esteem, trust, integrity, aesthetic sensitivity and civic responsibility, towards them and others, giving significance to the process lived and subsequently in the social context. This study was carried out in order to determine the relationship between happiness and prosocial behavior, taking into account gender, age groups and the faculties of belonging in 427 education students, from a university in Lima. Descriptive, correlational, non-experimental design, cross-sectional, and ex-post-facto study. The Lima Happiness Scale (EFL) of Alarcón and the Roche Prosocial Behavior Questionnaire are applied. The results show that there is a significant positive correlation between the two variables studied; there are no significant differences according to sex and age in both the Happiness variable and the Social Behavior; Likewise, membership in a faculty does not generate significant differences in the Happiness variable, but in the prosocial Behavior variable.

Key words: Happiness; prosocial behavior; personal fulfillment; positive sense of life

Introducción

El modelo educativo a nivel superior ha persistido relativamente invariable en los últimos tiempos, ante este hecho es seriamente cuestionado por todos los avances tecnológicos tenidos es forzado a adecuarse a un entorno cada vez más cambiante en todo nivel, tanto en aspecto del desarrollo del conocimiento y nuevas técnicas de aplicación, así como en el contexto económico social y cultural. Por lo que resulta cada vez más complejo generar nuevas estrategias y servicios que satisfagan las necesidades de sus estudiantes, que son el centro de la acción formativa de la universidad.

El estudiante asume un sistema de valorativo producto en su experiencia y el arraigo cultural que poseen, de tal forma que tendrán un sentido coherente en identidad, autoestima, confianza, integridad, sensibilidad estética, responsabilidad cívica, entre otros, valores y derechos que son base en su desarrollo.

Contribuir a universalizar la aplicación de los valores y derechos fundamentales produce una triple satisfacción, un triple motivo de felicidad: en primer lugar, la que corresponde a los beneficiados por la aplicación de esos valores universales. En segundo lugar, la propia acción de ayudar a los demás, de ser útil y contribuir a una óptima causa, produce complacencia en cada persona y en tercer lugar, la resultante de la propia coherencia de defender unos valores y actuar consecuentemente para contribuir a extenderlos y universalizarlos. Además, esa coherencia, unida a la expresión de solidaridad o la realización de una conducta prosocial, refuerza la identidad positiva que uno tiene de sí mismo y la propia autoestima que produce gozo y complacencia por uno mismo hacia los demás.

La dimensión ética y de valor del estudiante universitario puede analizarse en dos tendencias: el de lo deseable, y el asumido como compromiso de la disposición y la acción. Esto es observado cuando los estudiantes refieren las características de un buen amigo, un buen delegado de clase o lo que buscan en su pareja. En ello surgen algunos rasgos deseables, tales como: confianza, lealtad, sinceridad y solidaridad. En el segundo aspecto, a pesar de lo anterior, los valores cambian de matiz y nivel, por otro lado, la estructura de jerarquías y graduaciones en el tema de valores no son tan claras. La cantidad de los problemas en los que está inmerso el estudiante universitario, empezando por el incumplimiento de los compromisos de índole académico, económico y social, refieren inicialmente a una problemática en la esfera socioafectiva (distorsiones actitudinales) y también una tendencia hedonista a no ejercer suficiente esfuerzo, compromiso y superación personal. En todo ello se denota la discrepancia entre la juventud y el mundo del adulto “civilizado” en su propio contexto y ambiente de desarrollo

Según Cajias (2001), los jóvenes en general forman un conjunto de diversas características, ellos comparten una fuente estigmatización por parte de la sociedad en general, que los han catalogado genéricamente, de muy diferentes maneras como seres individualistas, indiferentes, revoltosos, violentos, drogadictos, pandilleros, emocionales confusos, etc. incrementando la imagen del joven como un actor social pasivo, cuyo único rol es el de preparase y capacitarse.

Se considera que el estudio de las actitudes hacia el comportamiento prosocial de los adolescentes permitirá, de cierta manera, prever la conducta y formar una idea más estable de la realidad de los jóvenes; al considerar como individuos activo-participativos en el cambio y mejora de su sociedad y de la educación peruana voluntaria.

Teniendo en consideración que entendemos al comportamiento prosocial como una conducta personal y facultativa de ayuda que ha de actuar en beneficio de los demás y que sus elementos componentes han de ser la empatía, el juicio moral y las emociones por lo que asume una extensa área respecto a las emociones positivas de la persona.

Así mismo en la educación superior se sostiene que es a través del aprendizaje, que los estudiantes universitarios asumirán un sistema de valores basados en el proceso formativo de su experiencia educativa dentro y fuera del campus. De tal manera que el estudiante universitario tendrá un sentido coherente de identidad, autoestima, confianza, integridad, sensibilidad estética y responsabilidad cívica. Por lo que en base a lo propuesto el presente estudio ha de lograr el siguiente objetivo, determinar las relaciones que existe entre la Felicidad y el Comportamiento Prosocial en estudiantes de educación de una universidad de Lima.

Definir la felicidad es muy complejo pues hay que tener en consideración muchos factores tanto internos como externos de la persona, así como concepciones, características pensamientos entre otros; para la psicología, desde una percepción, la felicidad es un estado emocional positivo que los individuos alcanzan cuando han satisfecho sus deseos y cumplido sus objetivos. Por otro lado, la felicidad, como tal, viene medida por la capacidad que hay en cada persona de dar soluciones a los variados aspectos que conforman su vida cotidiana. En este sentido, las personas que tengan cubiertos estos aspectos deberían ser más felices, sentirse autorrealizadas y plenas.

Desde la antigua Grecia que consideraba que la felicidad estaba relacionada con el equilibrio y la armonía, y se conseguía mediante acciones encaminadas a la autorrealización. En el aspecto religioso, la felicidad es un estado de paz que solo se alcanza en la comunión con Dios. Así mismo se considera a la felicidad como un estado de equilibrio entre afectos positivos y negativos, cuyo resultado denota la habilidad de la persona para hacer frente a las situaciones estresantes de la vida cotidiana. En definitiva, la felicidad implica un predominio de los sentimientos positivos por encima de los negativos.

En forma muy general, la felicidad pue de plantearse como rasgo o como estado. Ello implicaría dos perspectivas o modos de abor dar el tema: 1) Uno, sería considerar la felici dad como un estado general que se consi gue a través de estados parciales o situacionales de felicidad y 2) el otro, sería con siderarla como un sentimiento general que hace “leer positivamente las diferentes situaciones o avatares de la vida”. (Hernández & Valera, 2001)

En ese aspecto, Hernández & Valera (2001), según la dimensión temporal, la felicidad se puede definir en dos planos: el sincrónico y el diacrónico. En el plano sincrónico, la felicidad es un estado temporal que se da en el sujeto en función de las condiciones intra-psíquicas o externas; en concordancia a esto la felicidad se plantea como un estado, es decir, como un estado general que se consigue por medio de estados parciales o situaci0ones de felicidad. Y, en el plano diacrónico, se la considera como un ‘rasgo’ o sentimiento general que nos permite percibir positivamente las diversas situaciones (incluyendo las difíciles). Por lo tanto, varía de un sujeto a otro.

Dentro de los indicadores para el estudio de la felicidad se encuentran:

  1. Sentido positivo de la vida

    • La persona encuentra su sentido de vida, su porque, cuando vive y goza cada instante de su existencia, al cumplir su misión en la tierra. Así, pues, la persona se siente feliz cuando comprende el significado de su propósito, porque el hecho de tener un propósito no significa necesariamente que la vida tenga un sentido Marinoff (2001), considera que la felicidad es la que brinda un sentido a la vida, sin embargo, es el amor el que brinda un rumbo más definido a las personas, confirmando el dicho que “la felicidad no lo es todo en la vida”.

  2. Satisfacción con la vida

    • Expresiones como las condiciones de mi vida son excelentes, la vida me ha tratado bien me siento satisfecho con lo que soy, trasladan estados personales positivos de satisfacción de los individuos que son generados por la posesión de un bien deseado (Alarcón, 2006).

    • La satisfacción con la vida es el componente cognitivo del constructo "bienestar subjetivo" y se define como el sentimiento de bienestar en relación consigo mismo en la propia vida, diferenciándose de la aprobación-desaprobación o el grado de satisfacción con las condiciones objetivas de vida; es básicamente una estimación subjetiva. En otro sentido, el bienestar subjetivo es tomado en cuenta, cuando la persona, se hace una evaluación integral sobre su vida. Las personas que evidencian una alta satisfacción con la vida poseerían una adecuada salud mental, ausente de estrés, depresión, afectos negativos o ansiedad.

  3. Realización personal

    • El concepto de “realización personal” guarda correspondencia con la definición de felicidad que supone la orientación del individuo hacia metas que considera valiosas para su vida (Alarcón, 2006).

    • La persona se considera, un ser que tiene la necesidad de autorrealizarse y autoconocerse mediante la constante confirmación y actualización de su existencia, a fin de comprender a sí mismo como un ser que existe y que forma parte de la construcción del cosmos de sus experiencia.

  4. Alegría de vivir

    • La denominación que lleva este factor obedece a que sus ítems señalan lo maravilloso que es vivir, refieren experiencias positivas de la vida y sentirse generalmente bien (Alarcón, 2006).

    • La alegría, representa uno de los elementos educativos que no podemos olvidar, en tanto que una de las finalidades de cualquier proyecto educativo en cualquier edad es la de formar personas felices Esta alegría irá acompañada en muchas ocasiones de la risa.

Conducta prosocial

La conducta prosocial, una de las formas del comportamiento en base a principios y valores que tiene mucha significancia a la persona humana en ella la moral, se ha aunado, con las conductas de apoyo, ayuda, altruismo, confianza, compartir, asistencia, beneficio, cooperación siendo la última el soporte de la conducta de solidaridad. Esta abundancia y diversidad de comportamientos que componen la conducta prosocial hace difícil una definición concreta.

La conducta de apoyo de ayuda podemos definirla como “un tipo de conducta positiva que se ejecuta para beneficiar a otra persona” por otro lado también definimos como conducta de cooperación y apoyo mutuo a un “intercambio social que sucede cuando dos o más personas cooperan, sistematizan sus hechos y acciones para lograr un beneficio mutuo”

Se entiende por conducta prosocial toda conducta social positiva con o sin motivación altruista. Positiva significa que no daña, que no es agresiva. A su vez se entiende por motivación altruista el deseo de favorecer al otro con independencia de propio beneficio.

Como conducta prosocial se entiende a los “actos realizados en beneficio de otras personas; maneras de responder a éstas con simpatía, condolencia, cooperación, ayuda, rescate, confortamiento y entrega o generosidad”. (Vander Zander, 1989, p. 617)

La conducta prosocial abarca actos hacia otras personas como simpatía, condolencia, cooperación, ayuda, rescate, confortamiento, entrega, generosidad o los realizados en beneficio de otros.

Cuando hablamos de comportamiento prosocial nos referimos al comportamiento de una persona que beneficia a otra. Podemos señalar tres razones por las que las personas pueden comportarse prosocialmente: en primer lugar, para obtener un beneficio ellas mismas; en segundo lugar, para cumplir con normas personales y finalmente para beneficiar a otras personas. En este sentido un acto prosocial puede ser considerado altruista, si parece tener la intención de beneficiar a otros en vez de obtener recompensas materiales o sociales para uno mismo.

Una definición aceptada, en general por la comunidad científica, considera actitudes prosociales “aquellas acciones que tienden a beneficiar a otras personas, grupos o metas sociales sin que exista la previsión de una recompensa ulterior”. (Roche, 1998)

Como definición de los comportamientos prosociales se parte de la siguiente: “aquellos comportamientos que, sin la búsqueda de recompensas externas, extrínsecas o materiales, favorecen a otras personas, grupos o metas sociales y aumentan la probabilidad de generar una reciprocidad positiva, de calidad y solidaria en las relaciones interpersonales o sociales consecuentes, salvaguardando la identidad, creatividad e iniciativa de las personas o grupos implicados”. (Roche, 1998)

Por tanto, son aquellas acciones que han de beneficiar a otras personas sin esperar recibir recompensa alguna de ello engloban comportamientos específicos: “ayudar, confortar, dar y compartir. No obstante, cuando se trata de estudiar operativamente estas acciones, debemos previamente definirlas” (Roche, 1998). Según Roche la conducta prosocial tiene las siguientes dimensiones:

  • Ayuda física. Conducta no verbal que procura asistencia física a otras personas para cumplir un determinado objetivo, y que cuenta con la aprobación de las mismas.

  • Servicio físico. Conducta que elimina la necesidad a los receptores de la acción de intervenir físicamente en el cumplimiento de una tarea o cometido, y que concluye con la aprobación o satisfacción de éstos.

  • Dar y compartir. Dar objetos, ideas, experiencias vitales, alimentos o posesiones a otros.

  • Ayuda verbal. Una explicación o instrucción verbal que es útil y deseable para otras personas o grupos en la consecución de un objetivo.

  • Consuelo verbal. Expresiones verbales para reducir la tristeza de personas apenadas o en apuros y aumentar su ánimo.

  • Confirmación y valorización positiva del otro.

    • Expresiones verbales para confirmar el valor de otras personas o aumentar la autoestima de las mismas, incluso ante terceros (interpretar positivamente conductas de otros, disculpar, interceder, mediante palabras de simpatía, alabanza o elogio).

  • Escucha profunda. Conductas metaverbales y actitudes en una conversación que expresan acogida paciente pero activamente interesada en los contenidos y objetivos del interlocutor

  • Solidaridad. Conductas físicas o verbales que expresan aceptación voluntaria de compartir las consecuencias, especialmente penosas, de la condición, estatus, situación o fortuna desgraciadas de otras personas.

  • Presencia positiva y unidad. Presencia personal que expresa actitudes de proximidad psicológica, atención, escucha profunda, empatía, disponibilidad para el servicio, la ayuda y la solidaridad para con otras personas y que contribuye al clima psicológico de bienestar, paz, concordia, reciprocidad y unidad en un grupo o reunión de dos o más personas

Materiales y métodos

El presente trabajo ha desarrollado bajo el paradigma positivista enmarcado en el enfoque cuantitativo de tipo descriptivo, Hernández, Fernández & Baptista (2010), hacen referencia que los estudios descriptivos, “buscan especificar las propiedades, las características y los perfiles de personas, grupos, comunidades, procesos, objetos o cualquier otro fenómeno que se somete a un análisis. Es decir, únicamente pretenden medir o recoger información de manera independiente o conjunta sobre los conceptos o las variables a las que se refieren, esto es, su objetivo no es indicar cómo se relacionan estas”. (p.80)

Trabajo No-experimental, pues que no fue posible la manipulación de las variables, ya que, se observaron los fenómenos tal y como se dieron en su contexto para luego analizarlos de carácter transversal según el periodo de captación de la información es, ex-post-facto.

La población de estudio estuvo conformada por los estudiantes de la Universidad Nacional de Educación, Enrique Guzmán y Valle. La muestra determinada de manera probabilística aplicada de forma estratificada, estuvo conformada por 427 estudiantes. De ellos el 41% (175) son varones y 59% (252) son mujeres, ratificando que la educación es preferida por las mujeres, especialmente en educación inicial y agropecuaria donde es abrumador la mayoría de mujeres. El grupo de predominio en función a la edad es el de 18 a 21 años con más de la mitad (53,4%) de la muestra; seguido de, el de 22 a 24 años con un (26,2%) de la muestra.

Los instrumentos que se utilizaron para la recolección de datos, son una Ficha de datos sociodemográficos, una escala de Felicidad de 27 reactivos, un Cuestionario sobre Comportamiento Prosocial de 40 ítems.

Los instrumentos que se utilizaron en la recolección de datos son: La Escala de Felicidad de Lima (EFL), de Alarcón (2006), refrendada y adaptada por Pareja. Técnica psicométrica de aplicación en ámbitos educativos, clínico, social, laboral, militar, que permite observar el desempeño de los diversos factores que conforman la Felicidad: Sentido Positivo de la Vida, satisfacción con la vida, Realización personal y Alegría de vivir, está constituida por 27 ítems, con alternativas de respuestas tipo likert.

Y el Cuestionario sobre Comportamiento Prosocial (CCPS), de Roche (2004), adaptado por Pareja. Que evalúa el comportamiento prosocial de la persona, dividido en diez grupos de acciones prosociales: Ayuda física, Servicio Físico, Compartir, Ayuda Verbal, Consuelo Verbal, Confirmación y Valorización Positiva del Otro, Escucha Profunda, Empatía, Solidaridad, Presencia positiva y unidad, Está constituido por 40 ítems, con respuestas de alternativa múltiple.

Resultados y discusión

Relación entre felicidad y comportamiento prosocial

En la prueba de correlación del Rho de Spearman el valor para su coeficiente es 0.228 en un nivel crítico de p=.000 valores refiere una asociación significativa entre las variables Felicidad y Comportamiento Prosocial a un nivel alfa menor a 0.01, en la que indica que existe una correlación positiva. La prueba Tau_b de kendall arroja similares resultados. Estos resultados nos permiten aceptar la hipótesis general que dice “Existe relación significativa entre la Felicidad y el Comportamiento Prosocial en estudiantes de educación de una universidad de Lima”.

Tabla 1 Correlación de la felicidad y el comportamiento prosocial. 

Coeficiente de Correlación Valor Sig. (bilateral)
Rho de Spearman ,228(**) ,000
Tau_b de Kendall ,158(**) ,000

(**) La correlación es significativa al nivel 0,01 (bilateral).

Según Tabla 1, la Felicidad correlaciona significativa y positivamente en su mayoría con las clases de comportamiento prosocial, con excepción de la dimensión Ayuda Física. Con siete de los componentes del Comportamiento Prosocial a un nivel de 0,01: Compartir (rs=0,139; p=0,004), Ayuda Verbal (rs=0.156; p=0,001), Valoración Positiva con el Otro (rs=0,221; p=0,000), Escucha Profunda (rs=0,189; p=0,000), Empatía (rs=0,233; p=0,000), Solidaridad (rs=0,217; p=0,000), Presencia Positiva y Unidad (rs=0,251; p=0,000). Y a un nivel de 0,05 con Servicio Físico (rs=0.124; p=0,010), y Consuelo Verbal (rs=0,097; p=0.046) (tabla 2).

Tabla 2 Correlaciones entre Felicidad Global y las categorías de Comportamiento Prosocial. 

Felicidad Ayuda Física Servicio Físico Compartir Ayuda Verbal Consuelo Verbal Valoración Positiva del Otro Escucha Profunda Empatía Solidaridad Presencia Positiva
rs ,060 ,124(*) ,139(**) ,156(**) ,097(*) ,221(**) ,189(**) ,233(**) ,217(**) ,251(**)
Sig. ,213 ,010 ,004 ,001 ,046 ,000 ,000 ,000 ,000 ,000
N 427 427 427 427 427 427 427 427 427 427

(**) p<,01 (muy significativo) y (*) p<,05 0,05 (significativo).

Según la Prueba U de Mann-Whitney, la felicidad no varía significativamente (Z= -,088; p=0,930>0,05) según el sexo de los estudiantes encuestados, aunque observemos que el promedio de las estudiantes varones (=101,44) en mejor que el de los Mujeres (=100,83) lo cual es representado en el Figura 1. Por lo tanto, podemos indicar que no existen diferencias significativas entre la felicidad según el sexo de los estudiantes. (Tabla 3).

Tabla 3 Estadísticos descriptivos y contraste(a) de la Felicidad, según sexo (tabla 3). 

Género N % Media Desv. típ. Z Sig.
Masculino 175 41 101,4400 14,31564 -,088 ,930
Femenino 252 59 100,8294 16,42654
Total 427 100 101,0796 15,58148

*a) Prueba U de Mann-Whitney.

Fig. 1 Promedios de la Felicidad según sexo. 

Según los contrastes realizados mediante la Prueba de Kruskal-Wallis, los promedios y las desviaciones estándar de los componentes de la felicidad según los grupos etéreos considerados. En primer lugar, señalaremos que las dimensiones de la felicidad no varían significativamente según el grupo etáreo al que pertenecen los estudiantes. En la dimensión Sentido Positivo de la Vida el mejor promedio lo tiene el grupo

>=31 años (=46,36).

En la dimensión Satisfacción por la Vida el mejor promedio está en el grupo mayor de

30 años (=22,9).

En la dimensión Realización Personal el mejor promedio está también, en el grupo mayor de 3

0 años (=20,18).

Y en la dimensión Alegría de Vivir el mejor promedio se ubica en el grupo mayor de

30 años (=17,9).

Así, el grupo mayores de 30 años tiene mejores promedios en las cuatro dimensiones; los más bajos promedios se reparten en dos grupos etáreos: el grupo 25 -27 en Sentido Positivo de la Vida y Alegría de Vivir; y el grupo 28-30 años Satisfacción con la Vida y Realización Personal (Tabla 4).

Tabla 4 Estadísticos descriptivos y de contraste de los componentes de la felicidad. Según grupo etéreo. 

Grupo Etáreo N Sentido Positivo de la Vida Satisfacción con Vida Realización Personal Alegría de Vivir
Media DS Media DS Media DS Media DS
<=17 años 23 45,1304 6,33 22,0000 3,95 19,4348 4,47 16,1739 3,236
18-21 años 228 42,9386 7,92 22,3465 4,12 19,8070 4,43 15,9254 2,89
22-24 años 112 43,0804 7,99 22,1518 3,95 19,9911 4,46 16,0625 2,99
25-27 años 36 42,7500 7,42 21,7500 4,34 19,6667 4,40 15,0833 4,13
28-30 años 17 43,4118 6,80 20,1765 5,03 18,7059 4,87 15,8235 2,56
>=31 años 11 46,3636 5,73 22,9091 4,37 20,1818 5,69 17,9091 1,76
Total 427 43,1850 7,72 22,1546 4,13 19,7892 4,47 15,9508 3,03
Estadísticos de contraste (a,b) X2 3,348 4,225 1,504 7,097
gl 5 5 5 5
Sg ,646 ,518 ,913 ,214

(a) Prueba de Kruskal-Wallis (b) Variable de agrupación: Edad 6 Categorías

Categorías del comportamiento prosocial

Los estadísticos descriptivos de los componentes del Comportamiento Prosocial. Los tres mejores promedios se ubican en Valoración Positiva del Otro (Figura 2) (15,20), Empatía

(=15,10)

y Presencia Positiva y Unidad

(=14,94).

En cuanto a los tres promedios más bajos lo encontramos en los Componente Ayuda Física

(=13,11);

Compartir

(=13,23)

y Servicio Físico

(=13,63)

Ver (Tabla 5).

Tabla 5 Estadísticos descriptivos de las categorías del Comportamiento Prosocial. 

N = 427 Ayuda Física Servicio Físico Compartir Ayuda Verbal Consuelo Verbal Valoración Pos del Otro Escucha Profunda Empatía Solidaridad Presencia Positiva
Media 13,11 13,63 13,23 13,73 13,82 15,20 14,14 15,10 14,60 14,94
Desv. típ. 3,722 3,213 3,322 3,215 3,601 3,238 3,357 3,488 3,357 3,64
Mediana 13 14 12 14 14 16 14 15 15 15
Rango 20 16 15 15 15 16 15 16 15 16
Mínimo 4 4 5 5 5 4 5 4 5 4
Máximo 20 20 20 20 20 20 20 20 20 20

Fig. 2 Perfil de promedios de los componentes del Comportamiento Prosocial. 

Comportamiento Prosocial según facultad

El Comportamiento Prosocial según se puede apreciar que el más alto promedio (Figura 3) están en la Facultad de Pedagogía y Educación Física

(=147,28),

seguido de Facultad Ciencias Sociales y Humanidades

(=146,70)

y posteriormente el de Facultad de Educación Inicial

(=144,16),

asimismo cabe señalar que estas facultades tienen promedios que están por encima del promedio global de prosocialidad

(=141.51),

el resto de facultades están por debajo. Según el contraste de los promedios inter-facultades mediante la prueba de Kruskall-Wallis se encontró una

χ 2=19,093 con p=0,004,

lo cual indica que diferencias de los promedios de Prosocialidad según las facultades es altamente significativo (tabla 6).

Tabla 6 Estadísticos descriptivos y de contraste del Comportamiento Prosocial según facultad. 

Facultad Media Desv. típ. N χ 2 gl Sig.
Pedagogía y EF 147,2769 22,85245 65 19,093 6 0,004
CCSS y Humanidades 146,7041 26,22591 98
Educación Inicial 144,16 27,19271 50
Agronomía y Nutrición 138,825 29,45043 40
Ciencias 138,3182 25,35845 66
Tecnología 135,3974 25,50444 78
Administración y Turismo 134,1667 16,15887 30
Total 141,5129 25,65136 427

Por lo que podemos indicar que, existen diferencias significativas en la comparación de los promedios del Comportamiento Prosocial según facultad en estudiantes de educación de una universidad de Lima.

Fig. 3 Promedios del Comportamiento Prosocial según facultad 

Las personas felices y las que no lo son pueden tener comportamientos prosociales. En ese sentido, las personas felices y prosociales se caracterizan por experimentar en mayor magnitud sentimientos positivos. Por lo que cuando una persona que tiene experiencias emocionales positivas, lo más posible es que sienta su vida como deseable y positiva con mucha significancia, entonces ha de ser más propensa a la realización y ejecución de conductas prosociales. En este sentido, resulta especialmente difícil la distinción de la conducta prosocial con el altruismo.

Las personas felices, dentro de ellas las prosociales se les identifica por tener un concepto positivo de la naturaleza humana. Son esas, personas que tienen una percepcion positiva y afirmativa del resto del género humano, de sus relaciones interpersonales y de la capacidad de llevar a cabo conductas prosociales, pueden presentar una mayor disponibilidad a la hora de realizar dichos comportamientos, que aquellas personas que tienen un concepto más negativo de la naturaleza humana.

Las personas felices y prosociales se caracterizan por tener una percepción positiva de sí mismo, lo que establece un comportamiento singular hacia los otros. En ese sentido aquellas personas que tienen una imagen positiva de sí mismas, pueden llegar a sentirse más dispuestas a realizar mejores comportamientos prosociales que aquellas personas que tienen una imagen no adecuada, buena, de sí mismas.

Es de mayor frecuencia que encuentren una mayor felicidad entre las relaciones interpersonales, cuando se mantienen afectos estables; ese estado tiene mucho que ver con la independencia y autodeterminación de la persona. En esa dirección, cuando se les pregunta: ¿qué es la felicidad? En su mayoría la respuesta refiere, que los seres humanos alcanzamos ese supremo bien del espíritu cuando logramos establecer relaciones positivas y satisfactorias con las otras personas con las cuales convivimos, especialmente en el seno del matrimonio, en el ámbito de la familia o en el campo de la amistad.

La afiliación puede exponerse como amor familiar, conductas de apoyo afectivo, desinteresado por amigos y conocidos, o como capacidad de compartir experiencias en el ámbito afectivo y cognitivo. Así, la afiliación se expresa de manera legítima en el campo de las relaciones interpersonales cercanas, tales como familiares, amigos, conocidos, e íntimos, como pareja, donde juega un papel fundamental la expresión sincera de afecto, el apoyo emocional y el compartir experiencias emocionales.

Entonces las personas felices y prosociales se caracterizan por tener un concepto positivo de su propia competencia. Es en este sentido que existe una relación entre la prosocialidad y el concepto que tiene de su competencia. Si la persona que sabe que es competente en el área del saber o en sus actitudes para conocer lo que sucede, o como para prestar una ayuda o soporte hacia una víctima, tiene una mayor posibilidad que otra persona que no realice ningún comportamiento prosocial hacia ella. Por el contrario, si se siente capaz y competente para llevar a cabo dicho comportamiento será más probable que lo desarrolle, que si no se siente capaz para realizar dicha conducta.

En el estudio se ha encontrado que en el componente Alegría de Vivir predomina la tendencia a puntuaciones altas en los estudiantes universitarios (=16,99 ± 0,85).

Ese bienestar anímico en mantenido en la mayoría de la juventud sobre todo en la vida afectiva. Las satisfacciones que obtienen en relación fundamentalmente hacia quienes participan de una vida de familia placentera en armonía, en referencia a las amistades que se han perdurado teniendo como principal causa de la felicidad juvenil.

Querer y ser queridos tienen su soporte, en la autoestima y en el autoaprecio en la mejora del yo personal. Es por ello que es frecuente, las referencias al buen estado personal, ánimo y de salud. En ese sentido una "autoimagen" positiva que procede de la aceptación de sí mismos y de la que les ofrecen los demás.

Arellano (2002), en su análisis de la prevalencia de sentimientos anímicos en la población adolescente (12-17 años) de Lima Metropolitana y el Callao 2002, refiere que los estados emocionales positivos como la alegría prevalece en casi tres tercios de la muestra (74,7%) y la tranquilidad en más de dos tercios de la muestra (68,9%). En cuanto a los estados displacenteros que sin ser por sí mismos patológicos pueden generar repercusiones significativas en la calidad de vida de los adolescentes, los resultados son más positivos que en el adulto, pero aún se mantienen en un nivel significativo.

Respecto al análisis de la variable género, no refiere diferencia significativa entre varones y mujeres. Las mujeres y varones universitarios de nuestro estudio no difieren significativamente en sus percepciones de felicidad global, es más se aproximan a ser semejantes (p=0,930, cercana a la unidad). Lo cual concuerda con lo hallado en una muestra peruana por Martínez (2004) y es relacionado con otros estudios como el de Casullo & Castro (2000); y Diener, Suh, Lucas & Smith (1999), quienes en sus resultados refieren no haber encontrado diferencias significativas en la felicidad en función al género de sus muestras estudiadas. Cabe resaltar, que las mujeres vivenciarían con mayor intensidad y en el mismo momento, tanto emociones positivas como negativas lo que de algún modo produciría un equilibrio entre ambos afectos, obteniendo puntajes similares a los hombres.

En el Perú, Martínez & Morote (2001), en su investigación sobre las preocupaciones de los adolescentes de Lima, encontraron que las mujeres recalcan su preocupación por su futuro, por sus amistades y por lo que sucedía en el país; mientras que los hombres manifiestan su preocupación por la escuela por su contexto y entorno.

Con respecto al grupo etáreo, en este estudio el mayor promedio lo obtuvo el grupo mayores de 29 años. Estos niveles de satisfacción se incrementan en los adultos jóvenes, lo que podría entenderse como la sensación de haber logrado ya con algunas de sus objetivos en su proyecto de vida, lograr una familia, aspectos económicos más solventes u otras que brinden satisfacción. Se confirmaría así la conexión entre el logro de metas y la satisfacción con la vida descrita en otros estudios (Castro & Sánchez López, 2000; Díaz Morales & Sánchez López, 2002).

En esta investigación no se ha encontrado diferencias significativas en la variable felicidad en merito a que él estudiante pertenezca a una determinada facultad. Esto se debería a la uniformidad que caracteriza a la muestra en pertenecer a una sola carrera: estudiantes de educación y al componente económico social al que pertenecen en su mayoría.

Pero también hay que tomar en consideración, que hay facultades y especialidades que requieren una mayor interacción socioemocional docente-alumno, así tenemos al grupo conformado Pedagogía y Educación Física, Ciencias sociales y Humanidades, y Educación Inicial frente a facultades de administración y turismo, tecnología, Agronomía-Nutrición y ciencias; caracterizados por ser más impersonales.

Conclusiones

Las variables Felicidad y Comportamiento Pro-social están asociadas positiva y muy significativamente en los estudiantes universitarios. Los componentes, sentido positivo de la vida, satisfacción con la vida, realización personal y alegría de vivir de la Felicidad se encuentra asociada significativa y positivamente con la variable Comportamiento Prosocial. El sexo, el grupo etáreo y la facultad no influyen en la relación que existe entre la felicidad y el comportamiento prosocial.

No existen diferencias significativas entre los promedios de la felicidad según facultad en los estudiantes de educación. Lo mismo sucede en sus dimensiones, con excepción del componente Sentido Positivo de la Vida donde si se encontró diferencias significativas. A nivel global las tres facultades que obtuvieron mejores promedios fueron Pedagogía, Ciencias Sociales y Humanidades, y Agronomía y Nutrición. Las tres más bajas: las facultades de Educación Inicial, de Ciencias y de Tecnología. Los mejores promedios por facultad a nivel dimensiones son: en Sentido Positivo de la Vida la facultad de Administración y Turismo; en Satisfacción con la Vida y Alegría de Vivir, está la facultad de Pedagogía y Educación Física; y, en Realización Personal, la facultad de Educación Inicial.

Existen diferencias significativas entre los promedios del comportamiento prosocial según facultad en los estudiantes de educación. A nivel de Componentes, nueve tienen diferencias significativas en sus promedios generados por la pertenencia a una facultad y en una no hay diferencias significativas: Ayuda Física. Los tres mejores promedios en la felicidad global lo obtienen las facultades de Pedagogía y Educación Física (147,3), de Ciencias Sociales y Humanidades (146,7) y de Educación Inicial (144,3) y los tres más bajas son las facultades de Administración y Turismo (134, 2), de Tecnología (135,4) y de Ciencias (138,3).

Los tres mejores promedios entre las diez categorías del Comportamiento Prosocial lo obtienen Valoración Positiva del Otro (15,20), Empatía (15,10) y Presencia positiva (14,94). Los peores promedios Ayuda Física (13,11), Compartir (13,23) y Servicio Físico (13,63).

Referencias bibliográficas

Alarcón, R. (2006). Desarrollo de una escala factorial para medir la Felicidad. Revista Interamericana de Psicología, 40 (1), 99-106. Recuperado de http://www.redalyc.org/pdf/284/28440110.pdf Links ]

Arellano, C. (2002). Estudio epidemiológico metropolitano en salud mental 2002. Lima: Instituto Nacional de Salud Mental. [ Links ]

Castro, A., & Sánchez-López, M. (2000). Objetivos de vida y satisfacción autopercibida en estudiantes universitarios. Psicothema, 12(1), 87-92. Recuperado de http://www.psicothema.com/psicothema.asp?id=257Links ]

Casullo, M. M., & Castro, A. (2000). Evaluación del bienestar psicológico en estudiantes adolescentes argentinos. Revista de Psicología, 18(1), 35-68. Recuperado de http://revistas.pucp.edu.pe/index.php/psicologia/article/view/6840 Links ]

Díaz-Morales, J.F. & Sánchez-López, MªP. (2002). Relaciones entre estilos de personalidad y satisfacción autopercibida en diferentes áreas vitales. Psicothema , 14(1), 100-105. Recuperado de http://www.psicothema.com/pdf/692.pdfLinks ]

Diener, E., Suh, E. M., Lucas, R.E., & Smith, H.L. (1999). Subjective well-being: Three decades of progress. Psychological Bulletin, 125(2), 276-302. Recuperado de https://media.rickhanson.net/Papers/SubjectiveWell-BeingDiener.pdfLinks ]

Hernández, R., Fernández, C., & Baptista, P. (2010). Metodología de la investigación. México: McGraw-Hill. [ Links ]

Hernández, B., & Valera, S. (2001). Psicología Social Aplicada e Intervención Psicosocial. San Cristóbal de la Laguna: Resma. [ Links ]

Marinoff, L. (2001). Más Platón y menos Prozac. México: Punto de Lectura. [ Links ]

Martínez, P., & Morote, R. (2001). Preocupaciones de adolescentes de Lima y sus estilos de afrontamiento. Revista de Psicología , 19(2), 211-236. Recuperado de https://psycnet.apa.org/record/2002-10734-001Links ]

Martínez, P. (2004). Perspectiva temporal futura y satisfacción con la vida a lo largo del ciclo vital. (Tesis doctoral). Barcelona: Universitat Autónoma de Barcelona. [ Links ]

Roche, R. (1998). Psicología y educación para la prosocialidad. Buenos Aires: Ciudad Nueva. [ Links ]

Roche, R. (2004). Desarrollo de la inteligencia emocional y social desde los valores y actitudes prosociales en la escuela. Guía práctica para la enseñanza y el aprendizaje vital en alumnos de E.G.B. Buenos Aires: Ciudad Nueva. [ Links ]

Vander Zander, J. W. (1989). Manual de Psicología Social. Buenos Aires: Paidos. [ Links ]

Recibido: 17 de Julio de 2019; Aprobado: 21 de Octubre de 2019

*Autor para correspondencia. E-mail: Lubaspa22@gmail.com

Creative Commons License