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Conrado

Print version ISSN 2519-7320On-line version ISSN 1990-8644

Conrado vol.16 no.74 Cienfuegos May.-June 2020  Epub June 02, 2020

 

Artículo Original

La comprensión lectora una necesidad de los estudiantes de la básica secundaria colombiana

Reading understanding a need for students of Colombian secondary basic

Marian Gissett Villota Ruíz1  * 
http://orcid.org/0000-0003-4739-6666

1 Institución Educativa Técnica Agropecuaria San Gerardo. Colombia

RESUMEN

En el artículo se analiza la comprensión lectora como uno de los elementos que propicia en los estudiantes herramientas para la vida como: hablar, leer, escribir y comprender el mundo, en particular desde las instituciones educativas para lograr que los estudiantes adquieran aprendizajes para la vida y pertinentes para cada sociedad donde se desenvuelven. Las deficiencias que existen en muchos contextos educativos, demuestran la necesidad de que se potencie en los estudiantes aspectos importantes de su personalidad como el desarrollo emocional, cognitivo y social, teniendo presente sus características particulares, sus intereses y necesidades formativas. La comprensión lectora favorece crear nuevas formas de vida, comprender los problemas y solucionarlos desde diversos puntos de vista, a partir de tareas docentes que permiten concretar tal aspiración.

Palabras clave: Comprensión lectora; tarea docente; estudiantes; educación

ABSTRACT

One of the elements to be promoted to help develop reading comprehension is to The article analyzes reading comprehension as one of the elements that provides students with tools for life such as: speaking, reading, writing and understanding the world, particularly from educational institutions to achieve that students acquire life-long learning and pertinent to each society where they operate. The deficiencies that exist in many educational contexts demonstrate the need for students to enhance important aspects of their personality, such as emotional, cognitive and social development, bearing in mind their particular characteristics, interests and training needs. Reading comprehension favors creating new ways of life, understanding problems and solving them from different points of view, based on teaching tasks that make this aspiration possible.

Keywords: Reading comprehension; teaching task; students; education

Introducción

El lenguaje, la oralidad, la escritura, la lectura, son formas claves de comprender el mundo, de mirar la realidad desde otra perspectiva; romper las fronteras de lo visible es el objetivo principal de aquel que incursiona en el mundo de la lectura, quien como un visionario puede percatarse de lo que está por venir, teniendo como herramienta fundamental un universo conceptual que se expande a medida que lee, que aprende. Sus sentidos ya no serán los mismos después de recibir una descarga de realidades e imaginarios, que se entregan sin mesura desde el autor hasta el oído del lector; este tipo de realidades e imaginarios, son los que enriquecerán la capacidad tanto intelectual como critica de quien incursiona en el maravilloso mundo de los libros, de este modo irá adquiriendo herramientas, que cada vez le faciliten una comprensión de su propia realidad y del mundo que le rodea.

Sin duda alguna, no podemos escapar ni un solo instante del lenguaje, como si estuviéramos cautivos nos rodea la palabra, Deleuze (1996), afirma: “Vemos y oímos a través de las palabras, entre las palabras” (p. 3). Es decir, que todo lo que circunda a nuestro alrededor, está configurado por medio de la palabra y ésta misma es la que representa nuestra realidad, de esta manera, al conocer cada vez más sobre el lenguaje, al enriquecernos como buenos lectores e intérpretes de estas realidades, fortalecemos cada vez nuestro nivel de comprensión, como ya lo dije anteriormente, la comprensión de una realidad como tal.

Dicho fortalecimiento se va a llevar a cabo siguiendo un hábito de lectura, estoy hablando como si se tratase de un atleta disciplinado, que cada mañana sale a cumplir con su rutina de ejercicio, tanto así que se convierte en una necesidad para sentirse bien física y espiritualmente, para afrontar los días de una manera armoniosa. Algo similar ocurre con la lectura, digamos que es también un ejercicio de disciplina, de voluntad y motivación para poder ejercitar esa capacidad conceptual y cognitiva que poseemos y que en ocasiones no nos arriesgamos a explorar, Handke (1995), afirma sobre la lectura diciendo: “el lector se dirige a si mismo día tras día en aquel recomenzar sin garantías” (p. 10). De esta manera se dirá que el lector encuentra cada día una nueva oportunidad de interpretación, de conocimiento, que lo ayude a salir de la rutina y lo lleve a explorar nuevos mundos posibles, de esta manera encontrará en cada cosa, lugar o situación, una nueva forma de interpretación, una nueva forma de comprender y asimilar la realidad.

Cada día es un nuevo acontecimiento, una nueva historia, una nueva forma de ver la realidad, una nueva aventura que solo quien se atreve a leer puede experimentar, este tipo de personas tendrán una capacidad de comprensión y de critica mayor que aquellas que se dejan llevar por la rutina, dicha capacidad los llevara a establecer nuevas formas de sociedad, de cultura, una sociedad encaminada al cambio, a la creación de una nueva historia por venir, una sociedad que no es ajena a sus problemáticas y por el contrario enfrenta y asume el caos del día a día de una manera diferente, los demás como plantea Larrosa (2003), “vemos el mundo pasar ante nuestros ojos y nosotros permanecemos exteriores, ajenos, impasibles” (p. 28) de una u otra forma, es lo que buscan aquellos que nos quieren dominar, buscan que desconozcamos la realidad, que desconozcamos los libros y que no encontremos esa capacidad de reflexión, de crítica y de autorrealización de nosotros mismos, la realidad que nos pretenden mostrar es otra, sin retos, sin aventuras, sin acontecimientos y lo más importante sin las ganas de levantar la mano y opinar, pues solo debemos conformarnos con la rutina, sin el valor de adquirir nuevos conocimientos y nuevas formas de ver la vida.

El ejercicio de la comprensión lectora, nos lleva a crear nuevas formas de vida, a conocernos a nosotros mismos y a los demás, de esta manera nos permite comprender miles de problemáticas que se presentan en nuestro día a día, así nos construimos como personas y llegamos a ser más conscientes de las diversas situaciones, es decir mediante este ejercicio somos cada vez más humanos, aprendemos a mirar desde diversos puntos de vista, desde diferentes enfoques y perspectivas, desarrollamos la capacidad de comparar diversos textos y junto con ello descubrir también diferentes contextos, donde a partir del texto, matizamos lo leído y lo comparamos con una realidad perceptible.

Lo dicho anteriormente nos lleva por el camino de la comprensión de lo que leemos, diré que no solo basta con leer sino también con comparar lo que leemos, dicha comparación nos llevara por la senda del diálogo, quiero resaltar (el diálogo), como base fundamental para la construcción de conocimiento e interpretación, pues, no podemos dejar lo que leemos sólo a nuestro criterio, es nuestra responsabilidad compartir nuestro conocimiento y nuestros saberes, es decir, llevarlos a debate, a duda, a argumentación, algo así como lluvia de ideas, conversaciones, donde como lo dije anteriormente, a partir de diferentes textos y contextos realizaremos varias lecturas e interpretaciones, es decir la literatura en contexto, como idea que se percibe en las lecturas que hacemos y la participación que provocamos desde diferentes contextos, con las personas que hablamos a diario o sin duda alguna en las aulas de clase.

Para la comprensión lectora no existen los límites, el límite puedo ser yo mismo, al no querer compartir lo que leo y lo que eso representa para mí, Bajtín (1982), asegura al respecto: “el yo en su relación mutua con otras personas, es decir, el yo y el otro, el yo y el tú, es decir en un diálogo infinito en que no existe ni la primera, ni la última palabra, sino un aprendizaje, donde la pregunta y la respuesta no son relaciones (categorías) lógicas; no caben en una sola conciencia (unitaria y cerrada en si misma); toda respuesta genera una nueva pregunta” (p. 390) entendiendo así, hay que dejar que la comprensión surja, que fluya el texto a través del diálogo, donde haya infinita renovación de sentidos y a la vez construcción de nuevos saberes, la comprensión no puede limitarse a un solo análisis personal, sino que debe enriquecerse desde las diversas perspectivas del mundo, para así mismo ampliar nuestra capacidad conceptual y también nuestra capacidad de cambio, para crear nuevas realidades y así ocasionar cambios en la humanidad.

Desarrollo

En nuestra actualidad podemos apreciar que ni siquiera los educadores se encargan de concientizar a los pueblos, sino más bien de conducirlos hacia una sola forma de ver el mundo, la cual nos lleva a modos de comportamiento globalizado, que obedecen a políticas gubernamentales, las cuales a su vez, buscan el beneficio económico solo para las grandes élites. Es así como de una u otra forma nos hemos convertido en simples consumidores, dejando a un lado la creación, acompañada de la crítica ante lo que nos es impuesto o hacia donde somos conducidos, Duchesne Winter (2001), afirma que “el estudiante halla su hipóstasis en la figura del cliente consumidor de información. El educador se realiza a sí mismo, profesional y espiritualmente, en su función muy bien definida de facilitador de datos y adiestrador de personal. Decanos decir, se re- conceptualizan, como súper agencias de adiestramiento de personal solventes y rentables”. (p. 16)

Podemos comprender claramente que existe en la actualidad una lógica que no busca la crítica de la sociedad, sino por el contrario se rodea de un pensamiento práctico y tecnificado, que se encuentra lejos de una comprensión de lo que sucede en la realidad y así dejan a un lado el carácter humanizador de la educación y sobre todo en este caso, dejando a un lado a la literatura como el arte de comprender y evaluar el pensamiento, hacia unas posibles soluciones de los problemas que aquejan la cultura y las mismas sociedades de consumo. Entendiendo de esta manera que la lucha de los lectores, escritores y la literatura en general, es contra agentes grandes que adoctrinan el pensamiento y que adormecen el carácter sensible de los pueblos, es así como al docente de literatura le queda un camino estrecho en pro de la sensibilización de los pueblos, de la creación de conciencia con el uso de la comprensión literaria, para construir una realidad que no nos lleve hacia la robotización del ser humano, sino más bien de devolverle su carácter autónomo, creador, pensador, donde se pueda expresar libremente y fomente diálogos hacia una convivencia mejor para con los de su especie y para con los demás seres de la naturaleza.

Jean Luc (2000), argumenta que se debe crear una comunidad que resista a todo lo que quiera acabarla, todo esto exige un grado alto de literatura y de saber, este tipo de saberes deben surgir de la interpretación de los textos y en su conjunto, las realidades que aquejan a una sociedad que en su mayoría no se ha atrevido a leer ni a comprender las problemáticas, que han llevado al deterioro de nuestra especie y de nuestro habitad.

Lo que acontece está en la palabra y en las obras literarias, es allí donde permanece grabado el pasado por recordar y el futuro por hacer; es allí donde se desnuda el pensamiento y muestra todo lo que tiene de encantador, de mágico, de tenebroso, es la fuerza de la literatura la que hace presencia y debela las cosas como son, Blanchot nos afirma: “mediante la fuerza concreta de la palabra, desnudan las cosas, desnudez que es como la de un rostro inmenso que se ve y no se ve, y que, al igual que un rostro, es luz, el absoluto de la luz, aterradora y arrebatadora, familiar e inasible, inmediatamente presente e infinitamente extraña, siempre venidera, siempre por descubrirse e incluso por provocar” (BLANCHOT 1959, 97). La palabra que provoca sentidos y reflexiones, es la que crea a la vez movimientos internos para aquel que se somete a su poder, a su fuerza por medio de la lectura, a su expresión en la obra literaria que hace una relación entre un mundo interior y otro exterior, relación de la vida con sus experiencias y emociones. Podemos apreciar que en la literatura se puede encontrar lo más puro que es a la vez difícil de descifrar y que se contrapone al lenguaje cotidiano y aparente, mediante el cual nos han dominado y construido, edificado; para generar una respuesta a diversos intereses de poder y de dominio. De esta forma en la literatura podemos encontrar diversas formas de revolución del pensamiento, que nos sirven como herramientas de emancipación y de búsqueda de la verdad, así como de creación de un lenguaje nuevo que nos ayude a comprender y vivir mejor la realidad humana. Mediante la comprensión literaria alcanzamos un grado de sensibilidad mayor, que provoca mayores reflexiones que nos llevan hacia una toma de conciencia ante la problemática humana, sensibilidad que no se hace solo desde un mundo exterior sino una sensibilidad interior, a modo de sentimiento que se manifiesta en el espíritu mismo, no solo como materialidad observable sino como idealidad, que se expresa mediante el contenido mismo de una obra, contenido que sale a flote desde el espíritu de un autor.

Siguiendo la línea de interpretación, no nos conformaremos solo con la lectura y el diálogo, le agregaremos una dosis de creación para que la comprensión sea aún más tangencial, de esta forma se hablara del ejercicio de escritura como base fundamental de crítica y de argumentación de lo que leemos y de lo que reflexionamos a diario, sin este proceso nuestro ejercicio de comprensión quedaría incompleto, diré que es necesario un soplo de creación para sacar a flote aquellos movimientos internos que solo un buen lector e interprete puede presenciar y que se vuelven inexplicables solo con la oralidad o el diálogo, debido a que hay una multitud de sensaciones que no salen a flote en el momento exacto del debate, son ideas que se escapan en ese instante y que solo siendo plasmadas pueden llegar a materializarse; son aquellas que ponen en movimiento el espíritu y lo llevan a la representación como acción dentro de una sociedad. Es en la idea representada donde se encuentra esa energía en potencia, que causa un pensamiento nuevo y diferente, no solo en base a una necesidad externa sino interna, cuando cada autor se encuentre dentro de sí, e identifique su lugar en medio de una totalidad de seres, buscando quizá una armonía, como necesidad para poder realizarse a sí mismo, como ser particular universal, es decir, como ser realmente pensante y creador.

La literatura es ese encuentro en medio de la razón y la imaginación, como punto neutro del sentir mismo y del delirio que nos lleva hasta la misma ficción, como forma de representación de la realidad desde otras formas y otros sentidos, captando cada vez el mundo exterior y haciendo de este una realidad que desmantela lo que no se ve, mostrando en escena lo que solo ha sido percibido por el lector. Es un aprovechar las diferentes maneras en que se presenta el lenguaje, para luego llevarlo a la escritura, para encontrar un afuera en esta misma como arte y representación de lo que ahora se ve, a causa de un movimiento que se ha manifestado en nuestro interior y que ha comenzado desde afuera, Deleuze (1996), refiere que “desde lo que ha visto y oído, el escritor regresa con los ojos llorosos y los tímpanos perforados” (p. 9), en este regreso que ha causado un movimiento a nivel espiritual, es donde comienza la creación desmedida y que a le vez nos llevara por nuevos caminos, nuevas formas de replantear la realidad, también de edificar nuestra manera de ser y de reactivar el cuerpo a nuevas formas del sentir mismo, de reflexión y de alternativa de vida que se aleje de la rutina y que se situé en un presente en constante aprendizaje, como una liberación ante la vida misma, como manera de mostrarse de otro modo, ahora en forma de literatura, más allá de la muerte misma; “volverse imperceptible es la Vida, «sin cesar ni condición», alcanzar el chapoteo cósmico y espiritual”. (Deleuze, 1996, p. 43)

Es un trabajo constante en la vida cotidiana, para salir y representar nuevas creaciones, a partir del movimiento y lucha, en nuestro sentir y en nuestro pensar. Dicho movimiento es causado a partir del acontecimiento, el cual se convierte en palabra donde se rompe los esquemas de lo cotidiano, es decir donde el acontecimiento que es experiencia misma se hace palpable en el presente mismo y a la vez pasado; que se eterniza dentro de lo escrito en busca de una trascendencia infinita y una marca o huella que se hace en forma de literatura, que marca el paso de los hombres por la historia y por sus historias mismas, la cual parte del encuentro con el otro, en un presente donde se hace y un pasado eterno por recordar.

Se resalta de esta forma, la importancia de escribir como método de comprensión en la literatura, quizá el ejercicio de escritura es el fin de la comprensión, el proceso finalizado de interpretación de una realidad, solo quien se atreve a escribir lo que piensa está dando un paso más allá de los límites que impone la sociedad, pues se da a la tarea de hacerse escuchar y de sacar a flote lo que ya ha comprendido en su propio proceso de conocimiento. Es de vital importancia fortalecer la escritura en las clases de literatura, pues mediante ella el estudiante fortalece su capacidad de comprensión y asume una posición crítica con mayor responsabilidad, la cual no se alcanza solo con la oralidad, recordemos que la humanidad requiere personas creadoras y capaces de construir su realidad. De otro modo se dirá que mediante el proceso de escritura se busca situarse en otro nivel cognoscitivo, diré que no es fácil atreverse a escribir o como sostiene Chaparro Madiedo (2009), “escribir produce mareo, vértigo. Escribir es meterse en la botella rota de los significados, escribir es algo parecido a recibir un botellazo de whisky en la cabeza, produce el mismo aturdimiento lucido… es decir una descarga eléctrica, las palabras fluyen a la velocidad de la luz, no hay nada en frente, solamente la electricidad, los sonidos de las palabras, y entonces escribir ya no es un acto de construcción arquitectónica, sino un acto de composición musical. La literatura también es un acto musical, un acto que implica decir las palabras en voz alta, un acto que en sí mismo es un desequilibrio de la razón. Escribir es intentar explicar el vértigo rampante que se abre más allá de nuestros cuerpos y nuestras palabras”. (p. 165)

Es así como el proceso de escritura es el intento de arrancarle sentido a las palabras, de imprimir fuerza de conocimiento que relacione de la misma forma la teoría de los textos, con la ficción y la experiencia de las diversas vivencias.

El encontrarle sentido a las diversas formas en que se manifiesta la literatura es el trabajo de la comprensión, voy a decir sentido, mediante lo que implica encontrar significado a los enunciados, lo que se traduce en una comprensión como tal, es decir encontrar la profundidad de lo que dicen los textos, pensamientos profundos que seamos capaces también de evidenciar mediante procesos de escritura; para no irnos muy lejos Gilles Deleuze (1996), plantea que “la lógica del sentido está enteramente inspirada por el empirismo; pero precisamente sólo el empirismo sabe superar las dimensiones experimentales de lo visible sin caer en las Ideas, y acosar, invocar, y tal vez producir un fantasma en el límite de una experiencia alargada; desplegada. El sentido es lo expresado” (p. 20).

De aquí podemos decir que encontrarle sentido a lo que se habla es encontrarle significado y a la vez saber relacionarlo con lo empírico, de lo contrario estaríamos hablando de una especie de locura dentro de la comprensión, o una especie de insensatez; de sinsentido, según Deleuze (1996); el proceso de comprensión es un proceso lógico, de relaciones lógicas que nos permitan comprendernos, dicha comprensión se da en un campo implícito de relaciones, es decir comenzando desde algo que ya sabemos o desde un lenguaje universal que todos podamos comprender.

En este sentido se dirá que partiremos desde el concepto como forma de nombrar realidades, por ejemplo: el concepto (estudio) donde todos y cada uno tenemos una idea de lo que eso representa, es decir que para la comprensión es muy necesario arrancar desde lo objetivo, quizá desde lo indudable, para luego incursionar en algo más profundo o en diversas manifestaciones o interpretaciones que nos conduzcan a un mutuo acuerdo y a un posible diálogo.

El diálogo debe ser infinito en cuanto a construcción de sentidos, que como lo dije anteriormente, partirá de conceptos ya edificados, sin duda alguna mediante la comprensión lectora no quiero que lleguemos a la repetición, se trata de crear, pues, por el contrario, si solo nos dedicamos a seguir con lo ya conocido, seremos como robots que se encargan de recibir órdenes. Al respecto Eco (1986), afirma que “se limitaba a recibir tantos bits computables, por el ingeniero que cuidaba de las posibilidades de transmisión a través del canal, y actuaba en consecuencia. A nivel de la máquina, estábamos todavía en el universo de la cibernética, que se ocupa de las señales. Al introducir al hombre hemos pasado al universo del sentido. Ha quedado abierto un proceso de significación, porque la señal no es únicamente una serie de unidades discretas, computables por bits de información, sino que es también una forma significante que el destinatario humano deberá llenar con un significado”. (p. 52)

Lo anterior nos abre las puertas a la interpretación y de una manera generosa, entrega al pensamiento humano la capacidad de descubrir una infinitud de sentidos y significados, es decir de replantear la realidad, de esta forma le da paso a un conocimiento que no está acabado y que dentro de la comprensión literaria podemos incrementar o llevarlo a investigación, por consiguiente se le devuelve al ser humano esa capacidad de crear su propia realidad, de dudar sobre lo que acontece y lo más importante, se le reconoce el lado sensible de ver las cosas de otra manera, ahora con nuevas ideas y nuevos puntos de vista.

Si bien, estamos dando paso, a nuevas interpretaciones del mundo, a nuevos sentires, a nuevas formas de expresión, cosmovisiones que mediante una comprensión e investigación del lenguaje, pueden llevarse a cabo o reivindicar nuestro andar. De una u otra forma se puede percibir que siempre le damos una interpretación y comprensión un tanto superficial a lo que acontece, la literatura como arte tiene esa capacidad de mover nuestras entrañas más íntimas y llevarnos a nuevos puntos de vista, nuevas formas de conciencia, porque de lo que se trata en la comprensión literaria es precisamente eso, un ver más allá de lo común; en palabras de Nietzsche (1981), “por ello el lenguaje en cuanto órgano y símbolo de las apariencias, nunca y en ningún lugar puede extraverter la interioridad más honda de la música sino que, tan pronto como se lanza a imitar a esta, queda siempre únicamente en un contacto externo con ella, mientras que su sentido más profundo no nos lo puede acercar ni un solo paso, aun con toda la elocuencia lírica”. (p. 72)

Aquí el filósofo hace alusión a la música como forma también de interpretación, como generadora de sentidos, es un salir de las interpretaciones comunes y buscar alternativas del pensar alejado del método y vinculado más que todo con lo narrativo, con el sentir mismo, ante todo lo que es impresentable, lo que se indaga y también lo que se esconde dentro de lo aparente. Es así como podemos darle cabida a nuevas manifestaciones del pensamiento desde un ámbito artístico y poético, donde no es solo la razón del lenguaje común la que habla “En el poeta la oreja ríe, la boca jura, es la inteligencia el despertar que mata, es el sueño que sueña y ve claro, es la imagen y el fantasma que cierran los ojos, es la falta y la laguna que se han creado” (RAMIREZ 2010., 6), es un darle paso a los diversos movimientos de la naturaleza, salir del solo pensamiento de lo humano y aprender a pensar o sentir desde otras formas, por las que el lenguaje aún no ha circulado.

Mediante la comprensión se pone en tela de juicio las diversas realidades y se busca encontrarle sentido a lo que se lee, es un alejarse de las estructuras y abordar el caos, cómo no abordarlo mejor que a través de la palabra, es un modo de salvación para poder ser en el mundo, para comprender mejor la realidad a la cual estamos atados, la comprensión como salvación, como creación y manifestación de lo que se piensa en el instante, manifestaciones de una interioridad y de un sentir muy subjetivo por el que atraviesa el ser humano. Es la renuncia a la duda para acentuar la vida con todos los movimientos posibles del cuerpo y de esta manera aceptar lo diverso, Derridá (1989), argumenta que “la letra es separación y límite en que el sentido se libera, de quedar encerrado en la soledad aforística. Pues toda escritura es aforística. Ninguna «lógica», ningún crecimiento de líneas conjuntivas puede acabar con su discontinuidad y su inactualidad esenciales, con la genialidad de sus silencios sobreentendidos. El otro colabora originariamente en el sentido. Hay un lapsus esencial entre las significaciones, que no es la simple y positiva impostura de una palabra, ni siquiera la memoria nocturna de todo lenguaje. Pretender reducirlo mediante el relato, el discurso filosófico, el orden de las razones o la deducción, es desconocer el lenguaje, y que éste es la ruptura misma de la totalidad”. (p. 98)

Lo anterior nos lleva a una comprensión sin límites de todo trabajo de interpretación, es decir que no hay comprensión como tal absoluta de una realidad o de una situación dentro de los textos, por el contrario, existen un sin número de interpretaciones al igual que existen un sin número de lectores y mentes dispuestas a manifestarse a través del lenguaje, “La luz está en su ausencia, que tú lees.. Todas las letras conforman la ausencia”. (Derridá, 1989, p. 99)

Esta ausencia es el permiso que se le da al lector para encontrar sentido en lo que lee, es la libertad para no encerrar al lenguaje en una red, en este sentido diría Derridá (1989), “bajo la palabra lenguaje, no hay que entender aquí sólo la expresión del pensamiento con palabras, sino también el lenguaje gestual y cualquier otro tipo de expresión de la actividad psíquica, como la escritura”. (p. 303)

De acuerdo a lo anterior nos enfrentamos ante una comprensión literaria que se manifiesta de otras formas, como el teatro, la música, el folclor y miles de representaciones que podemos encontrar en la cultura y en diversas culturas del mundo, de esta manera asumimos un concepto de literatura un poco más amplio que vincula a la letra y su significado a un campo de interacción mayor, el cual, es nuestra responsabilidad conocer, para así lograr una mayor comprensión de lo que nos rodea, no solo en un campo literario como tal sino también en un campo político y social, demostrando de esta manera el enfoque que tiene la literatura como construcción de sociedad y como testimonio de la historia de la humanidad. Comprender la literatura es también el reto de comprender la historia del hombre, y analizar las diversas situaciones mediante las cuales se ha construido la cultura, el conocimiento y el sentido de la realidad que vemos a diario. Desde lo anterior se asume al literato como aquel que investiga sobre diversas culturas y cosmovisiones del mundo, no debe ser aquel que se conforma con lo expuesto a su simple vista, sino que debe ir más allá de lo que ve y oye, la comprensión literaria es en sí un trabajo de investigación.

Dentro de la palabra y de la comprensión se dice que no hay que buscar entre las primeras capas de su significado, sino ir al fondo, al lugar de lo no dicho, de llegar al todo del simbolismo dentro del lenguaje, a nuevas interpretaciones a modo de metáfora como: “quien teje pone sus sentidos al servicio de la pieza: trenza los hilos, organiza los puntos, zurce el encaje, adereza los tintes, enliza las orlas, enrama las hebras, desenreda las redes y remata la urdimbre. El quehacer literario sigue las directrices del tejido mediante un análisis que construye, la observación que edifica, el comentario que corrige, la discusión que enmienda” (Anku Ediciones, 2014, p. 16).

Entendido, así como un todo de relaciones, conexiones de sentidos que nos hablan, que no paran de manifestarse tanto en nuestro sentir como en nuestro andar, de esta manera la comprensión es un todo vivificante, que no puede limitarse a una sola línea, porque siempre quedara algo por decir, algo que investigar, algún lugar por descubrir y un lenguaje por reconocer.

Este análisis de la palabra, del lenguaje como tal, no son simples reflexiones, son fuerzas que están en movimiento a través de la expresión, de aquellos que se atreven al cambio, a colocarse en cuestión, a dejarse guiar por el poder de la palabra y los diversos sentidos que perciben en el mundo, con esto quiero hacer énfasis en las diversas narrativas que encontramos a diario, desde la oralidad a la escritura, los relatos, cuentos, novelas, fabulas, mitos, leyendas, noticias y en fin todo lo que leemos y oímos a diario, todas las formas que se presentan para nuestra comprensión, critica, análisis y reflexiones, Larrosa (2003), aporta diciendo que “la auto comprensión narrativa no se produce en una reflexión no mediada sobre sí mismo, sino en ese gigantesco hervidero de historias que es la cultura y en relación al cual organizamos nuestra propia experiencia el sentido de 1o que nos pasa y nuestra propia identidad, el sentido de quién somos”. (p. 39)

Se puede decir al respecto que en cada lectura, en cada texto hay un poco de lo humano, cada texto que leemos y que logramos comprender va a tener una relación con nuestra historia, con lo que percibimos a diario, en medio de cada línea va a existir algo con lo cual nos identificamos, ya sea de manera subjetiva u objetiva, algo que provoque cambios en nuestro sentir y pensar, va a existir una enseñanza o tal vez una duda, tendremos ante ese texto que se presenta a nuestros ojos algo que decir o que callar.

La literatura y el lenguaje en toda su expresión son la máxima manifestación del ser humano, por eso son la herramienta fundamental para crear cambios, la comprensión literaria y del lenguaje es el camino para humanizar, para indagar sobre lo que acontece en nuestra cultura, para buscar soluciones y respuestas a miles de crisis sociales, para denunciar nuestro inconformismo ante la realidad, para investigar y asumir una posición ante la vida, de este modo edificar nuestro pensamiento y nuestro modo de ser en el mundo; así seremos un poco más conscientes, más sabios, sabremos mirar más allá de las cosas, sabremos tomar mejores decisiones y afrontar mejor el día a día, en conclusión seremos mejores personas.

Conclusiones

La compresión lectora es una de las competencias básicas que todos los alumnos deben desarrollar de manera óptima y así poder acceder de forma directa a la información y conocimiento de todas las materias del currículo del actual sistema educativo.

Una buena comprensión lectora, se demostrará no sólo en la asignatura de lengua castellana sino también en el resto de materias que utilizan el lenguaje escrito. Emitir juicios y reflexionar acerca del texto para saber si conocemos algo del mismo, es importante puesto que cuando se es capaz de realizar inferencias al texto, permite desarrollar el razonamiento y poner en marcha estrategias que faciliten la comprensión eficaz.

Es importante conocer si las dificultades se mantienen o bien son debidas a una situación puntual de dificultad añadida que podemos solucionar buscando otras alternativas.

Referencias bibliográficas

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Recibido: 05 de Febrero de 2020; Aprobado: 21 de Marzo de 2020

*Autor para correspondencia. E-mail: marian.villota@hotmail.com

Los autores declaran no tener conflictos de intereses.

Los autores han participado en la redacción del trabajo y análisis de los documentos.

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