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Conrado

versión impresa ISSN 2519-7320versión On-line ISSN 1990-8644

Conrado vol.16 no.76 Cienfuegos sept.-oct. 2020  Epub 02-Oct-2020

 

Artículo original

La educación holística y los valores en la Educación Superior

Holistic education and values in Higher Education

Migdalia Bustamante1  * 
http://orcid.org/0000-0002-2782-8129

1 Universidad de Panamá. Panamá

RESUMEN

La educación y la calidad son dos conceptos que exigen una relación recíproca, y, dentro del contexto de la universidad como una institución rectora en la formación de alto nivel, no se puede pasar por alto esa concomitancia. Los planteamientos descritos sobre Universidad y Desarrollo, resultaron valiosísimos, al tomar en cuenta el cúmulo de conocimientos aportados y que son suficientes motivos como un marco de referencia, para profundizar en la educación holística y los valores en la educación superior.

Palabras clave: Valores; educación superior; educación holística

ABSTRACT

Education and quality are two concepts that require a reciprocal relationship, and within the context of the university as a leading institution in high-level training, this concomitance cannot be ignored. The approaches described on University and Development were extremely valuable, taking into account the accumulation of knowledge provided and that are sufficient reasons as a frame of reference, to deepen holistic education and values ​​in higher education.

Keywords: Values; higher education; holistic education

Introducción

La educación, la salud, el trabajo, la seguridad, la justifica social y la recreación son indicadores inherentes a la mejora de la calidad de vida del ser humano, que deben identificar las autoridades en todos los niveles, si se persigue el bienestar común en general. Sin una educación de calidad es imposible lograr un buen estado de salubridad en cualquier rincón del mundo, y un pueblo carente de estos beneficios no podrá jamás procurarse una tranquilidad social y, mucho menos, una vida para vivirla a plenitud, más que todo en estos momentos donde una crisis mundial a consecuencia de una pandemia ha dejado mal parado a todos y principalmente a los sistemas educativos.

La esperanza de vida al nacer, el ingreso per cápita, y, el nivel de educación, son, entre otros, los indicadores que ayudan a medir el desarrollo humano de un país. Aunque estas situaciones están estrechamente relacionadas entre sí; también lo están otros indicadores, como el empleo, la seguridad personal, el ecosistema, la distracción, la distribución de la riqueza en esta economía del conocimiento y el deseo de vivir una vida plena. En este caso la educación es una actividad propia de los seres humanos y para los seres humanos, pensando siempre en el desarrollo integral del país a través de la ciencia, el conocimiento, la tecnología y la economía de la información; es decir, de una educación de calidad.

Al referirse a la calidad de la educación superior, además de los aspectos humanos, propios del sujeto y objeto de la educación, se debe aceptar que la misma está condicionada a una oferta y a una demanda, porque el avance científico tecnológico y, especialmente, la tecnología de la información aplicada a los ambientes virtuales de aprendizaje, así como los cambios en la economía, tanto a nivel nacional y regional como a nivel mundial, exigen e imponen cambios estructurales y administrativos, para hacerle frente a los retos de la competitividad, y aunque no se quiera, a la globalización de los mercados.

El Sistema Educativo Holístico a Nivel Superior, exige una conjunción de contenidos, asignaturas, programas, líneas de acción, a partir de un curriculum integrado y un esfuerzo humano; léase profesores, estudiantes y personal administrativo, que muchas veces no se da y, por ende, la calidad de la educación a este nivel se va quedando rezagada con relación al contínuum del progreso esperado.

Desarrollo

La educación holística (del griego holos, totalidad), surgió en los años 90 del siglo XX. Es un paradigma educativo que considera que cada ser humano es único y relacionado con todo lo que le rodea. La educación holística no es un método educativo, sino una visión integral de la educación, que va más allá del aspecto cognitivo (Gil, 2013; Gluyas Fitch, et al., 2015), para formar un ser más íntegro.

En este contexto toma vital importancia la educación en valores en los estudiantes universitarios para el desarrollo de la profesión, que se debe fomentar desde los primeros años del pregrado. Vander (1990), define el término valor como “principios éticos con respecto a los cuales las personas sienten un fuerte compromiso emocional que lo impregna para juzgar las conductas”.

Por otra parte, uno de los más grandes científico de los últimos tiempos, Hawking, dijo: “En la época de Isaac Newton (1642-1727) era posible que una persona educada tuviera una idea de la totalidad del conocimiento humano, al menos en líneas generales. Pero desde entonces, el ritmo del desarrollo de la ciencia y el conocimiento lo ha hecho imposible. La velocidad del progreso ha sido tan rápida que lo que se aprende en la escuela o en la universidad queda siempre un poco pasado de moda”.

En los últimos treinta años el avance tecnológico ha tenido un crecimiento vertiginoso, especialmente, en el ámbito de la comunicación, tanto personal como global. Hoy, es muy fácil comunicarse cara a cara con una persona que esté en Moscú y, simultáneamente, en el mismo momento con otra que esté en Alaska o en Argentina. A propósito, la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Panmá, el año pasado tuvo la dicha de recibir conocimientos renovados sobre Los Portafolios y los Ambientes Virtuales de Aprendizaje, en una conferencia vía Skype, ofrecida por la Ingeniera colombiana Ximena Castaño, que, en ese momento, se comunicaba desde Oslo, Noruega.

En Panamá, hasta marzo de este año (2020), se gozaba de una economía fresca y en franco crecimiento. Sin embargo, los problemas de la educación, en general y, de la educación superior en especial, en nuestro son mayores si se comparan, por ejemplo, con otros países como Chile, Brasil y Costa Rica.

Wong (2012), refiere que “los países que están en vías de desarrollo tienen que empezar a correr si quieren mantenerse en el mismo lugar”. Cabe preguntarse, entonces: ¿Está la educación superior en Panamá cumpliendo con las expectativas de calidad con relación a las competencias que exige el mercado laboral que cada día se hace más exigente, exigente y competitivo? La mejor respuesta es: Se está haciendo el esfuerzo, pero este no es suficiente y, lo que es más preocupante, es que no es coherente con las políticas nacionales (por ausencia de ellas) porque, todo esfuerzo que se hace de forma aislada y no como un asunto de estado.

Bosco Bernal (2011), plantea que “la situación económica del país define las posibilidades de progreso de la educación y de educación superior y, ésta a su vez, tiene el potencial de crecimiento cuando el capital humano que se forma se hace de manera eficiente y con calidad”.

La autora considera que a este nivel todos deben hacer un ejercicio de reflexión con mucha seriedad sobre este asunto, ya que en las mediciones de calidad que se hacen a nivel internacional, Panamá no sale muy bien.

Es más, se debe estar claros que la universidad como institución formadora juega un papel importantísimo en el desarrollo de una nación, en la medida que, no solamente se encargue de preparar el recurso humano que el país requiere, sino también, mirarse como una institución social al servicio de los demás; eso sí, a lo interno y a lo externo.

Hacia adentro, la Universidad debe velar por el bienestar colectivo a través programas encaminados a mejorar en nivel de vida de sus asociados. Al respecto, en cierta ocasión el García de Paredes (2014), exrector de la Universidad de Panamá planteó: “Sueño con una universidad en donde los funcionarios administrativos trabajen con alegría, solidaridad, compañerismo y eficiencia. Y agregó: hacia lo externo, se deben seguir impulsando los programas comunitarios que ya hemos llevado a regiones apartadas de nuestro país, porque “Uno de nuestros propósitos esenciales es formar espíritus emprendedores para enfrentar las desigualdades sociales, la pobreza y la pobreza extrema”:

Ante esta realidad, la universidad, como primera institución de la educación superior, debe empeñarse en una docencia seria y de calidad y en una investigación sistemática cuyos resultados den las bases necesarias para tomar las mejores decisiones. Ya el argentino, Houssay, premio Nóbel de fisiología y, a quien, en su honor, el 10 de abril se instituyó como el Día del Investigador Científico, dijo: “Una escuela que no investiga no se le puede considerar como una universidad”.

Tobón (2006), refiere que la necesidad de brindar una formación holística a través de la educación se fundamenta en:

  1. Los postulados de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (2000) de formar personas con conocimientos teóricos, prácticos y valorativos-actitudinales en todos los niveles educativos.

  2. El informe de Delors en el cual se introduce el ámbito de los saberes en la educación para trascender el aprendizaje de conocimientos: saber ser, saber conocer, saber hacer y saber convivir.

  • La Universidad como institución social tiene que ir hacia la universalización. Es decir, su alcance debe llegar a todos y no a una minoría, porque de acuerdo al Informe de Delors (1998), haber una política de selección y ubicación de sus estudiantes de acuerdos a sus intereses, pero, más que todo, tomando en cuenta sus potencialidades.

  • Debe procurar una docencia seria y de calidad en todos los niveles (grados y postgrados) que garantice el desarrollo de habilidades y competencias, no solo atendiendo las necesidades laborales del mercado, sino también fortaleciendo la reingeniería humana y el crecimiento personal.

  • Debe impulsar la investigación, tanto pura como aplicada, cuantitativa y cualitativa, en todos los campos y en todos los niveles, para disponer de conocimientos, no solo para uso interno de la universidad, sino para el beneficio de todos los usuarios.

  • Debe incorporar políticas de administración, docencia, investigación e innovación, producción, extensión, fundamentadas en valores humanos, porque según Ken Blanchard y Michael O’connor: El éxito verdadero no proviene de proclamar nuestro valor, sino de ponerlos en práctica consecuentemente todos los días.

    • Por otra parte, en sus primeros momentos, una vez consolidada la universidad como una institución social al servicio de los intereses de la comunidad -atendiendo los requerimientos de la época- y, en especial, para las personas menos favorecidas, la Universidad de Panamá en particular, atendió los retos y empezó a satisfacer el compromiso social para lo cual fue creada: formar el capital humano que el país requería en ese momento. De esa forma, una pléyade de profesionales de diversas especialidades se fue formando en el país, contribuyendo responsablemente, a dar respuestas a las exigencias que el mismo desarrollo exigía.

Más adelante, desafortunadamente, al servicio de los vaivenes de la política y gobernantes de la época, la única universidad del estado, para ese entonces, fue perdiendo esa hegemonía y esa vigencia para lo cual fue creada, pero a pesar de eso, continuó con ese papel formador, aunque se ha sacrificado la calidad para dar paso a la cantidad, y muchas veces, a la mediocridad.

La universidad, ahora que se habla de universalización, y atendiendo el lema: Educación compromiso de estado: Retos y Desafíos, tiene que volver a jugar ese papel de institución primaria de Universitas magistorum et universitas scholarium (Universidad para maestros, universidad para estudiantes), en cuanto a la educación superior, donde se forme un profesional, no solo en conocimientos, habilidades y destrezas, sino también, como una persona íntegra (intelectual, moral y espiritualmente).

Es decir, con una formación fundamentada en valores, ya que como dice Araúz-Rovira (2005), “se instruye con los procesos pero se educa con los valores”; sin dejar por fuera, parafraseando a Saramago: “los lados oscuros del quehacer docente”.

Por eso, se debe tener presente con claridad meridiana que “el buen docente es aquél que, además de estrategia y creatividad, hace gala de su preparación, disciplina y vocación ama lo que hace y hace lo que ama; a saber, motiva los aprendizajes”. (Araúz-Rovira, 2005).

Si se aspiran tener una Educación Superior Holística y fundamentada en Valores, todos los universitarios, deben empezar a repensar a rediseñar y, a la vez, a tomar en serio: eso es Reingeniería humana. Hay mucho por hacer, pero hay que cambiar de actitud y para ello es necesario que aprender a pensar para cambiar el pensamiento y ser más flexibles. De esta forma, con pensamientos positivos y alineados, se condicionan las emociones y actitudes, y éstas, a su vez, el modo de actuación. Además, el uso de estrategias pedagógicas donde se desarrollen habilidades cognitivas orientadas al desarrollo intelectual propio del educando como lo manifiesta Morales, et al. (2018).

Araúz-Rovira (1990), dijo: “Colegas: No hay que vivir de la universidad, hay que vivir la universidad”; expresión que fue celebrada y repetida con mucho orgullo en el siguiente Consejo Académico, por el Adames, rector de aquel momento.

Por otra parte, volviendo a la modernidad a través de la tecnología de la información y más que todo, los ambientes virtuales de aprendizaje, se sabe que han llegado para quedarse. Pero la resistencia al cambio de muchos (profesores y estudiantes), es una debilidad que hay que considerar, planificar e invertir recursos para afrontarla de forma estratégica para lograr las transformaciones y cumplimiento con las funciones de la educación superior, más que todo en estos momentos de crisis que se vive a nivel mundial.

Sobre la base de lo dicho por Arauz-Rovira & Bustamante De Avilés (2015), es preciso traer aquí las palabras de Antón Makarenko cuando dijo: “No se puede educar la naturaleza del hombre en función de la sociedad, si el mismo docente no se reviste de honestidad, vigencia, eficiencia, puntualidad, responsabilidad y capacidad de orientación y liderazgo; y agrega: Un educador no puede enseñar las bondades de un modelo didáctico, si él mismo no lo pone en práctica”; o, como dice Covey (2009), “busca primero entender para luego ser entendido”; porque según Félix Socorro: “el valor no está en saber, sino en lo que se hace con lo que se sabe”.

Oppenheimer (2010), en una entrevista preguntó a Bill Gates: “qué opinaba sobre la creencia muy difundida en muchos países latinoamericanos de que nuestras universidades son excelentes… a lo que él respondió: ¿A quién estás bromeando? Y agregó: Los países de la región solo podrán insertarse de lleno en la economía de la información del siglo XXI -y producir bienes más sofisticados que les permitan crecer y reducir la pobreza, si hacen un buen diagnóstico de la realidad y dejan de creer que están así de bien”. Y puntualiza, además: “Si creen que han llegado a la meta, están fregados. Todos los países deben empezar con humildad. Y yo termino de diciendo: creo que esto lo encierra todo”.

La ciencia, el conocimiento y la tecnología de la información siempre van a estar en constante desarrollo; por eso, se debe tener presente que, en la educación, queda mucho por hacer, ya que esto no termina aquí, porque ser educador como el ser médico y otras profesiones exige el estudio constante, porque muchas veces los conocimientos logrados se quedan obsoletos el mismo día que se recibe un título.

El hogar y la escuela son los centros apropiados para la formación del carácter y la personalidad de los estudiantes. Los conocimientos logrados a través de la buena didáctica, como teoría y práctica de la pedagogía, fortalecen los logros de los aprendizajes, que son las herramientas básicas como competencias para la vida laboral, pero el carácter y la personalidad se moldea a través de los valores. De esta forma hay que enseñar a los estudiantes a pensar para que cambien su manera de actuary transformar su contexto.

Cruz (1999), considera que “en todo proceso educativo lo más importante es partir primero del cultivo de los valores en torno a la cultura y la actitud, para ser mejores”. Por eso en la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Panamá se debe fortalecer la institucionalidad con un sentido de pertenencia y motivación, donde cada uno juegue el papel que le corresponde; como autoridad, como docente y como administrativo, pero hermanados en un haz de voluntades, para crear un mejor ambiente organizacional, pensando siempre en el bienestar de todos.

Bajo esta óptica, se debe estar preparados para la convivencia pacífica, la fraternidad, honorabilidad, responsabilidad, honestidad, tolerancia, solidaridad, respeto, franqueza, sinceridad y amistad: estos valores llevarán a estimular un crecimiento como institución y como persona humana con equidad, dentro del marco de la diversidad, como un modelo de integración, a partir de la mediación y la conciliación; y privilegiar así el desarrollo de un clima óptimo donde impere el respeto y la cordialidad, aprendiendo a jugar en equipo y hacer las cosas de la mejor manera.

Se debe estar convencido en que el país solo logrará el desarrollo deseado través de la educación, pero no una educación cualquiera, sino una educación de calidad en todos los niveles, donde se haga énfasis en el desarrollo de los valores humanos y en las nuevas tendencias, y donde, tanto los profesores como los estudiantes, pongans empeño, haciendo gala de humildad y vocación.

Los docentes tienen que leer y escribir más. Ya lo dijo Lessing, premio nobel de literatura de 2007, cuando afirma:

Es imposible llamarse culto sin un fondo de lectura. Somos el resultado de lo que vivimos, pero también de lo que leemos. Mi biblioteca me hace un recuento de la historia, me relata y me retrata. Quedan pocas parcelas de excelencia en alguna universidad, alguna escuela, en el aula de algún profesor enamorado de los libros, pero ha desaparecido la cultura. ¿Qué va a pasar ahora en este mundo de cambios tumultuosos? En una Educación superior holística y de calidad”;

la misión del buen educador es orientar los aprendizajes, para que, a través de didáctica orientadora, precisa y oportuna, además de un trabajo armonioso y en equipo, tanto docentes como docentes, se entusiasmen en su misión fundamental: aprender a aprender y aprender para cambiar. D

Conclusiones

Es importante destacar que la evaluación docente en el contexto de la educación holística y la formación de valores en la educación superior debe estar basada en evaluación sobre el desempeño y no en la evaluación procedimental y, menos aún, sobre el resultado del proceso de la gestión formativa. Todo eso constituye uno de los escenarios esenciales del desarrollo de la personalidad, ya que las acciones y espacios de interrelación con los estudiantes está comprometido de una forma holística con sus recursos personales.

De este modo es importante ubicar a cada estudiante en un rango, constituyendo las evaluaciones en un centro de atención de profesores y alumnos donde se desarrolle la personalidad del alumno, en particular, desarrollar aquellas configuraciones cognitivas y psicológicas que le permitan construir su valoración de sí mismos.

Referencias bibliográficas

Arauz-Rovira, J. N., & Bustamante De Avilés, M. B. (2015). La pedagogía del método. Editorial La Antigua. [ Links ]

Bosco Bernal, J. (2011). Universidad, globalización y heterogeneidad institucional. Editorial Universidad Especializada de las Américas. [ Links ]

Covey, S. R. (2009). El liderazgo centrado en principios. Editorial Paidos. [ Links ]

Cruz, J. (1999). Educación, Excelencia, Autoestima, pertenencia y T. Q. M. Colección siglo XXI. Editorial Orión. [ Links ]

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Gluyas Fitch, R. I., Esparza Parga, R., Romero Sánchez, M. C., & Rubio Barrios, J. E. (2015). Modelo de educación holística: una propuesta para la formación del ser humano. Actualidades Investigativas en Educación, 15(3), 1-23. Disponible en: https://www.redalyc.org/pdf/447/44741347022.pdfLinks ]

Morales, L., García, O., Torres, A., & Lebrija, A. (2018). Habilidades cognitivas a través de la estrategia de aprendizaje cooperativo y perfeccionamiento epistemológico en Matemática de estudiantes de primer año de universidad. Formación Universitaria, 11(2), 45-56. Disponible en: https://www.researchgate.net/publication/324234784_Habilidades_Cognitivas_a_traves_de_la_Estrategia_de_Aprendizaje_Cooperativo_y_Perfeccionamiento_Epistemologico_en_Matematica_de_Estudiantes_de_Primer_Ano_de_UniversidadLinks ]

Oppenheimer, A. (2014). ¡Basta de historias! Random House Mandadori, S. A. de C. V. Disponible en: http://www.colsanignacio.org/profesores/12oppen.pdfLinks ]

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Recibido: 12 de Septiembre de 2020; Aprobado: 18 de Octubre de 2020

*Autor para correspondencia. E-mail: migdalia.bustamantev@up.ac.pa

Los autores declaran la no existencia de conflictos de intereses.

Los autores participaron de forma igualitaria en la concepción y elaboración del artículo.

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