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Conrado

 ISSN 1990-8644

        02--2021

 

Artículo Original

El legado ético de Paulo Freire: reflexiones de sus aportes al siglo XXI

The aesthetic legacy of Paulo Freire: reflections of his great contribution in the 21st century

0000-0001-5383-535XElizabeth Gradaille Ramas1  *  , 0000-0001-5580-4258Raydel Zumeta Fernández2  , 0000-0002-1910-0517María Antonieta Rubio Gradaille2 

1Universidad de Cienfuegos “Carlos Rafael Rodríguez”. Cuba

2Universidad de Ciencias Informáticas. La Habana. Cuba

RESUMEN

Los tiempos actuales demandan la digitalización de las relaciones interpersonales y mayor integración social, de convivencia grupal, de solidaridad, cooperación y conservación del medio ambiente. Se precisa una educación integral y de calidad que responda a las necesidades de las sociedades contemporáneas. Sobre ello reflexionó y escribió el destacado pedagogo Paulo Freire. Sus aportes provienen de la realidad y, por ende, responden a ella, de esta manera humaniza la pedagogía, defiende la autonomía de docentes y estudiantes, y abre el diapasón a la lucha contra la educación bancaria mediante la inclusión del diálogo educativo, la práctica del desarrollo de ideas nuevas y la libertad. A su obra pretende este trabajo hacer referencia, siendo enfáticos en el aporte de la pedagogía de dicho autor a la axiología contemporánea.

Palabras-clave: Paulo Freire; Pedagogía; docente; estudiante; ética

ABSTRACT

The current times demand the digitalization of the interpersonal relationships and a bigger social integration, of grupal, coexistence of solidarity, coperation and the environment conservation. It is necessary an integral education of the quality that it responds to the necesity of the contemporary society. Paulo Freire wrote about it. His contributions come from the reality and for that, they respond to it, on this way they humanize a cloistered pedagogy in a rigid traditional outlines, and they open the pitch to the against fight, the bank education this means the inclusion of the educational dialogue, the practice development of new ideas and the freedom.

Key words: Paulo Freire; Pedagogy; educational personal; student; ethics

Introducción

La llegada del nuevo milenio trae consigo la creciente homogenización de las tendencias socio-culturales y la monopolización del conocimiento científico por los países primermundistas, fenómenos resultantes del neoliberalismo. En el fenómeno de la globalización afloran como una moda la ambición y el egoísmo, se laceran los procesos de inserción social de la mayoría de los individuos que pertenecen a la periferia geopolítica y económica. Se produce un escenario poco favorable donde no se aceptan las prácticas socioculturales de gran parte de los habitantes del planeta.

Entre las propuestas de solución, enfoques y puntos de vista sobre la problemática existente, se añade el aporte esencial de la Pedagogía. Esta disciplina tiene como objeto de estudio la educación , con la intención de organizarla para cumplir con determinados fines, establecidos a partir de lo que es deseable para la sociedad. En los tiempos actuales las ciencias de la Educación tributan a la conformación de un ciudadano que responde a la historia, los valores, los paradigmas estéticos y socioculturales de la latitud geográfica donde está circunscrito. De esta forma la pedagogía juega un rol fundamental en el siglo XXI.

La humanidad necesita de conocimientos , habilidades , valores , creencias y hábitos que promuevan un largo alcance a la vida. En este sentido, resulta vital la creación de un pensamiento heurístico, propiciar formas de expresión personal y de comunicación verbal y gráfica que favorecen el proceso de maduración biopsicosocial de los individuos, su autonomía (Vera & Moreno, 2020). Esto se logra mediante la manifestación lúdica y estética, la iniciación deportiva y artística, la protección del medio ambiente, el crecimiento socio afectivo y los valores éticos.

“Cuba ha desplegado una activa política del conocimiento que ha priorizado la formación del potencial humano, la educación, la creación de capacidades científicas y tecnológicas y el desarrollo cultural”. (Díaz Canel, et al., 2021, p. 3)

Los tiempos actuales demandan junto a la digitalización de las relaciones interpersonales, mayor integración social, de convivencia grupal, de solidaridad, cooperación y conservación del medio ambiente. Se precisa una educación integral y de calidad que responda a las necesidades de las sociedades contemporáneas. En la búsqueda de referentes alternativos a la globalización aparece bajo la lupa el legado educativo y ético de Paulo Reglus Neves Freire, educador brasileño, considerado como uno de los más influyentes teóricos de la Educación del siglo XX. A su prolífica obra pretende este trabajo hacer referencia, siendo enfáticos en el aporte de la pedagogía de dicho autor a la axiología contemporánea.

Desarrollo

Los primeros lustros de este siglo traen consigo el vuelco de las masas y de gran parte de la juventud hacia la incertidumbre y el cuestionamiento de las teorías desilusión. La aventura intelectual ha sido sustituida por el catecismo de los nuevos filósofos de occidente y el racismo de los nuevos conservadores. El siglo XXI ha devuelto a las feministas al fregadero, arrojadas a ese espacio social por un sistema industrial que las discrimina y omite su protagonismo. El underground ha sido minado, procesado industrialmente y comercializado, abrumando su esencia contestaria y transformadora.

Los países industrializados, en la actualidad, mueven la rueda de la hegemonía con la importación de mano de obra, generalmente proveniente de los países tercermundistas. La situación provocada por la ambición y el egoísmo humano sustentada en una estructura axiológica cuya finalidad es el capital y no la vida plena del hombre, en un contexto donde se monopoliza la producción de saberes y se disemina el acriticismo cognoscitivo. En una escena donde el proceso globalizador fomenta el agravio a las diversas expresiones culturales del planeta consumiéndolas y/o envolviéndolas. Se obvian así las especificidades regionales, en las tendencias consumistas primermundistas, suscitando una enajenación económica, política y social de consecuencias indescifrables. Demanda una reestructuración en esa jerarquía de valores.

Una posible respuesta considerada por los autores de este artículo, radica en los cambios de paradigmas en la forma en que se realiza, por los agentes educativos familia, escuela y comunidad, el proceso de enseñanza- aprendizaje que capacite a los grupos humanos del siglo XXI para interactuar con las particularidades de su ambiente, su historia, su ética, su estética, sus modos específicos de producirse material y espiritualmente como enseña Freire en su obra. “Para comprender esta teoría en su potencial revolucionario es necesario ubicarla en su local y en su tiempo de nacimiento, Brasil en los años 50 y 60 del siglo XX”. (Moreira & Carola, 2020)

Para ello la Pedagogía, materia que percibe el proceso educativo como un fenómeno complejo y multireferencial, busca y encuentra, apoyo conceptual y práctico en otras disciplinas. Entre ellas la Historia, la Sociología, la Psicología, la Política entre otras, para responder a las necesidades que surjan en el entorno educativo enriquecido por los problemas que afectanla cotidianidad humana. Para que no le sean ajenas las situaciones planteadas por la Pedagogía a los intereses de los individuos. Las corrientes pedagógicas apoyadas en los enfoques sociales, psicológicos, antropológicos, su actualización y confrontación marcan la pauta en la práctica formativa de los individuos para alcanzar la inserción social a tono con sus capacidades instructivas y educativas. Entendido este par dialéctico como las capacidades procedimentales de los actores involucrados y los beneficios que tales destrezas puedan reportar al grupo al que pertenecen.

Si bien, existen diversas teorías pedagógicas que intentan responder a los desafíos educacionales entre ellas: la escuela nueva, la pedagogía liberadora, el enfoque cognitivo, el enfoque constructivista y de la teoría socio histórica (Ortiz,et al., 2018).

La última entre las más destacadas para América Latina. En ella, se ubica el legado educativo de Paulo Freire saberes que son indispensables para la praxis cotidiana. Sus aportes provienen de la realidad y, por ende, responden a ella, de esta manera humaniza una pedagogía enclaustrada en rígidos esquemas tradicionales, y abre el diapasón a la lucha contra la educación bancaria, la inclusión del diálogo educativo, la práctica del desarrollo de ideas autóctonas y la libertad.

La obra de Freire: Texto y contexto

Durante el año 1961 en Brasil, aparecen las reflexiones pedagógicas de Paulo Freire. Sus contribuciones provienen de la experiencia vivida en diferentes ambientes educacionales. Entre sus primeras obras en el año 1966escribió el libro titulado, Pedagogía del Oprimido y para 1967 el texto,La educación como práctica de la libertad. Un buen número de sus obras elucidan una trayectoria pedagógica que supo dar respuestas a los signos de los tiempos que se presentaron en su entorno cuyo aporte trasciende a realidades posteriores, sobre todo a las latinoamericanas.

La obra de Freire se enmarca en una etapa de maduración de las ideas alternativas como resultado de la reestructuración geopolítica, cultural, epistémica y social. Supera el positivismo imperante en muchos espacios académicos bajo el influjo de la hermenéutica. Lo cual vislumbra en su obra una horizontalidad que se traduce en valores como la humildad, el respeto, la justicia, la accesibilidad y la dignidad, entendida como luz interior que ilumina la ascensión espiritual y material de los individuos.

Freire invita a lo largo de sus escritos a las dos partes involucradas en el proceso de enseñanza-aprendizaje: maestro-aprendiz a construir la sociedad desde la conciencia de los problemas sociales que se viven a diario, a partir de una relación dialógica entre ambos que solventen las falencias teóricas y prácticas de su entorno particular. Al respecto, su propuesta de método dinámico con la ayuda de las palabras y las imágenes logró la promoción de la alfabetización como camino de liberación, para adultos de campos brasileros.

Por su parte, “La Pedagogía de la Autonomía, saberes necesarios para la práctica docente”, es una obra donde Freire profundiza en el fin de la educación, confirmada en el desempeño de los educadores. Señala con franqueza como la mayoría de las prácticas educativas docentes estaban limitadas por las corrientes de pedagogías tradicionales, prevalencia de la memorización, el adiestramiento y cristalizaba la reproducción acrítica del espacio donde se circunscriben los individuos. Esto impedía la trasformación de realidades.

Las contribuciones de Paulo Freire, enriquecen el proceso de la educación en valores. La necesidad inminente de cavilar sobre ella es un imperativo en escenarios como el latinoamericano. En este contexto con altos índices de violencia, confrontación y sensibles expresiones de desigualdad, poca tolerancia, entre otras miserias humanas que hacen del problema de los valores un hecho urgente que en ocasiones son víctimas de tecnicismos peyorativos amén de los ingentes esfuerzos desarrollados por instituciones educativas lóales y organizaciones gubernamentales, expresado también en comunidades educativas que tímidamente se identifican con la necesidad de educar en valores. Estas no solo reconocen la carencia, sino que buscan respuestas por medio de organizaciones comunitarias y enlaces con red de apoyo de diversa índole (religiosa, deportiva, técnicas, ambientalistas, entre otras).

Desde la lectura y análisis de lo expuesto por Freire bajo la óptica del método hermenéutico, como ciencia que estudia la interpretación, inicialmente de textos filosóficos y la posibilidad de desarrollar un diálogo entre sus palabras, y la realidad vivida, surgen un cúmulo de ideas que permiten la promoción de una base teórica para la pedagogía que se convierte en alianza de la enseñanza en valores. La propuesta de categorías más destacadas en sus aportes y reflexiones se presentan como: la ética universal, educación humanizadora, pensamiento acertado, postura crítica, autonomía y transferencia de conocimientos.

A su vez, es posible realizar una orientación general, que se devela a partir de la ética universal, incorporando una postura crítica.

Para la Pedagogía crítica la realidad educativa debe ser entendida como realidad social que permite abordar… pensamiento y realidad (Niño,2019). Se aporta el hecho educativo como debate y creación que favorece la realidad del ser humano y reconoce las diferencias para poderlo educar y empoderar.

Aparece una vez más la interrogante ¿Cómo educar en valores? En respuesta a ello se debe tomar conciencia de la complejidad que entraña la educación en valores. El profesor arrostra en las aulas una amplia gama de posturas cosmovisivas, objetivos, intereses, fines, diversos entre sí y por ello el reto es fuerte cuando se quiere que esta sea profunda y fecunda. Sin embargo, a pesar de los muchos eventos, estudios de grado y postgrado las propuestas pedagógicas aun no superan del todo la doctrina aún reinante en la academia por lo que se deshumanizan las respuestas y se llenan de polvo en estantes y librerías. Una correcta educación en valores implicaría la capacidad para resolver los problemas de las comunidades y la aplicación del conocimiento activo y vivencial, basado en un sistema de valores compartidos sobre los cuales construir la vida de cada persona y el entramado social.

La práctica docente en los últimos años se ha reorientado hacia una promoción de espacios humanistas y de reflexión, pero persisteuna marcada tendencia que se estanca en la educación pragmática- utilitarista que acompaña a las sociedades humanas desde los primeros atisbos de la modernidad, aquella que pregona pero no genera la interacción, lo que entroniza más la instrucción, las capacidades, habilidades y destrezas que lo educativo, lo axiológico, lo cívico, y el bienestar humano resultante del desarrollo procedimental. Por tanto, para la opción de una educación humanizante es obligatorio tomar en cuenta la formación docente. Al respecto Freire (2006), en sus escritos insiste: “para nosotros mismos, profesores y profesoras, nuestra responsabilidad ética en el ejercicio de nuestra tarea docente, subrayar esta responsabilidad… estoy absolutamente convencido de la naturaleza ética de la práctica educativa, en cuanto práctica específicamente humana”.(p. 4)

La ética como teoría del comportamiento moral o ciencia de la conducta humana se vincula con la conciencia. La obra de Freire se presenta como ideal que genera opciones puntuales de una pedagogía que apueste por la autonomía, la disertación y la crítica en la educación. Freire enfatiza en la idea al mencionar lo siguiente: “Cuando hablo de la ética universal del ser humano estoy hablando de la ética en cuanto marca de lanaturaleza humana, en cuanto a algo absolutamente indispensable a la convivencia humana” (Freire, 2006, p. 8). En este punto el autor brasileño alerta sobre la crisis que atraviesa la concepción que se tiene sobre ética; la que no es lo suficientemente conveniente para aquellos que dictaminan, influenciados por los intereses de clases que representan, posturas acríticas y descontextualizadas.

La ética en la educación recaba constantemente de la humanización de la misma, sobre esta idea gravita Freire en su obra una y otra vez: “Si se respeta la naturaleza del ser humano, la enseñanza de los contenidos no puede darse alejada de la educación moral de los educandos” (Freire, 2006, pp. 8-9). Lo planteado se vuelve un imperativo categórico para el proceso educativo: no puede existir una educación sin ética. Este tópico se complejiza cuando ese conocimiento ético debe ir acompañado de una práctica ética.

Para Freire el hecho de que el docente sea ético en su actuar a su vez lo lleva a gestionar el desarrollo moral y ético del estudiante, traduciendo esto en un constante llamado a la educación en valores ciudadanos desde la escuelaseñala que: “Enseñar exige pensar acertadamente y coherencia con lo que se dice y lo que se hace” todo un tratado para los docentes, que en la actualidad muchas veces separan la educación de la vida cotidiana, constriñendo a aquella como una actividad exclusivamente teórica, a la vez que omiten la importancia práctica que tiene la misma”.(Freire, 2006, p. 9)

Por otra parte, Freire convida a los educadores a comprender que su trabajo trasciende los muros de un centro de estudio o la impartición de una clase. Además, alerta que la responsabilidad social que implica educar es más seria de la que la mayoría tiende a reconocer. El enseñar exige crítica, entendida como develación de las condiciones que fundamentan la existencia y evolución de las cosas y la consiguiente comprensión de la esencia de las mismas. Otro de los presupuestos que Freire apunta, fundamentalmente en la idea de la creatividad, la describe como superación las diferencias del saber de la experiencia y el saber cómo resultado de procedimientos teóricos.

Es de sumo interés para Freire que bajo una mirada ética el docente suscite modificaciones sustanciales en las realidades de los individuos a partir de la integración de saberes donde se imbriquen lo científico con lo cotidiano, postura esta que se hace eco de la revolución epistemológica operada a partir de la segunda mitad del siglo XX. El constante reclamo de Freire al docente de que sea ético en su proceder y la exhortación a promover en sus estudiantes una manera de pensar dinámica, generadora de cambios. Lo relaciona con la asimilación de lo nuevo, del aprendizaje innovador pero que no necesariamente implica un rechazo de algo por ser “viejo” o de ejercer discriminación en el saber. Más bien, resalta entre líneas esa “negación de la negación” hegeliana donde lo nuevo se produce en la caducidad y fortaleza de lo que lo precede, y el propio proceso de superación entraña dialogar con lo “viejo”.

La ética educativa exige compromiso, “debo revelar a los alumnos mi capacidad de analizar, de comparar, de evaluar, de decidir, de optar, de romper, la capacidad de hacer justicia, de no faltar a la verdad, el testimonio tiene que ser, por eso mismo, ético”. (Freire, 2006, p. 11)

Esta idea desvanece los intereses particulares y apunta hacia los intereses humanos, hacia la colectividad. La ética que señala Freire intenta enseñar desde una cierta antropología, un modelo de entender al ser humano, implica trabajar por la humanización de la humanidad.

En el proceso de enseñanza-aprendizaje, cuando se propone una pedagogía vanguardista y desprendida de la educación tradicional, en muchas ocasiones de manera errónea se le tilda que adolece de rigor metodológico. Pero nada más lejos de ello, los autores de la presente comunicación, consideran el arraigo de la teoría pedagógica de Freire en fuertes estructuras metodológicas, que proponen resaltar “lo fundamental en la formación permanente de los profesores y la reflexión crítica sobre la práctica” (Freire, 2006, p. 11). A la vez Freire aboga la disponibilidad para el cambio, mezcla la competencia profesional y los valores, procura generar la conciencia necesaria para el cambio y la optimización de la existencia humana. Por ello se afirma que la educación es humanista, democrática y participativa.

Persiguiendo tales fines, la formación del docente debe estar acompañada por la coherencia y la buena práctica, sobre ello menciona Freire (2006): “hay maestros y maestras científicamente preparados pero autoritarios a toda prueba” (p. 11) es decir, que la cuestión de la libertad y la coherencia en el salón de clases debe estar fundamentada en la opción del educador, tanto en su perfil profesional como en su base ética.

La evocación de Freire a la reflexión de la ética universal que requiere el docente para su quehacer es un punto medular en su trabajo. Él considera que de este modo se puede generar una pedagogía dinámica que oriente la crítica y la creatividad del estudiante, socavando las bases dogmáticas que imperan, y provocando la transformación integral de la persona y de la sociedad.

En su obra “La pedagogía de la Esperanza” se describe el gusto por la vida, su capacidad de lucha, aspectos que deben ganar mayor presencia en la educación en estos tiempos de crisis existenciales, económicas, políticas y reestructuración constante de la jerarquía de valores. La promoción de las tradiciones culturales en las cuales se refleja la identidad y valores sociales está a cargo de todos y es deber de los docentes”. (Gordillo, et al., 2021)

En su obra “La pedagogía de la Esperanza” se describe el gusto por la vida, su capacidad de lucha, aspectos que deben ganar mayor presencia en la educación en estos tiempos de crisis existenciales, económicas, políticas y reestructuración constante de la jerarquía de valores. La sociedad actual exige hombres y mujeres que cuiden también “la representación y los mundos simbólicos construidos… con sus singularidades que le brinda distinción tipificadora para determinar excepcionalidades vinculadas profundamente con el sujeto histórico social que la construye y la emplea”.(Soler, 2020, p. 32)

Desde la interpretación atenta de la realidad, Freire declara queel educador y el educando emprende una relación donde la dialogicidad es el punto de partida.El ser cognoscente, en esta concepción, es capaz de aprender en un proceso dialéctico, transformándose en protagonista. Ambos enrumban un proceso de crecimiento mutuo, en el que laspalabrasson “instrumentos detransformación y búsqueda permanente de la liberación del pensamiento”. (Rivas, et al., 2020)

Las anteriores razones justifican que el pensamiento educativo de Freire (2006), se propone como referente axiológico, político, pedagógico y cultural para los tiempos actuales. “Siendo una práctica estrictamente humana, jamás pude entender la educación como experiencia fría, sin alma, en la cual los sentimientos y las emociones, los deseos, los sueños, deberían ser reprimidos por una especie de dictadura racionalista, y tampoco comprendí nunca la práctica educativa como una experiencia a la que le faltara el rigor que genera la necesaria disciplina intelectual”. (p. 12).

La propuesta demanda una actualización y aplicación constante de los planes educativos de la educación contemporánea. Hace de la educación un ejercicio de pensamiento crítico y creativo, considerándolo un avance para la relectura de estrategias aplicadas en la actualidad. Para ello, considera esencial la cercanía del profesor con el estudiante, la horizontalidad en el vínculo; propicia una educación más inclusiva, sin dejar de lado el rigor metodológico para alejar el dogmatismo existente.

Además, en la obra de Freire, se coloca a los estudiantes en su rol de personas capaces de hacerse del conocimiento desde el saber cotidiano y que se solidifican en las aulas “La autonomía del estudiante, “es un componente primordial y necesario para lograr los alcances requeridos en el ámbito educativo y debe contemplarse como fuente de construcción de las estrategias que favorecen mejores resultados educativos”.(Vera & Moreno, 2020).

En la actualidad el bombardeo ideológico producido por la globalización enrumba el pensamiento juvenil hacia una inevitable pobreza cognoscitiva, desorientación ética y estética, y tristemente al desconocimiento de su identidad. Si bien esta crisis cultural y moral se acentúa, el proceso es reversible. En este sentido, y consciente de la importancia que reviste la preparación del individuo concreto; a tono con ello reflexiona Freire sobre las condicionantes sociales que estructuran y definen los estilos de pensamiento de dichos individuos o comunidades, la confluencia de contradicciones axiológicas en el cuadro moral que los guía en el ánimo de proponer un plan de acción, desde la pedagogía que tribute el rescate del gusto por lo autoctonía, los valores del grupo y los elementos hereditarios e identitarios que matizan estos valores.

Conclusiones

Paulo Freire aporta una propuesta humanizadora de la educación, que responde a las especificidades de la realidad material y espiritual de los individuos. Esta, en el escenario actual recaba urgente aplicación de las categorías que se deben aprender y enseñar, como la coherencia y la ética.

Freire en su obra declara la libertad, la autonomía, la esperanza y una pedagogía dinámica que amplía la propuesta de la educación en valores acorde con los intereses de los implicados. Con su obra se abre una nueva puerta en el impacto social de la pedagogía, a través del diálogo entre saberes, el vínculo con las comunidades que practican y valoran el conocimiento desde su experiencia. Para ello, es necesario respetar la dignidad de la persona, su capacidad de decidir, criterio sustentado en la noción de un aprendiz crítico, consciente, autónomo y responsable.

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Recibido: 05 de Mayo de 2021; Aprobado: 24 de Junio de 2021

*Autor para correspondencia. E-mail: gradaille75@gmail.com

Los autores declaran no tener conflictos de intereses.

Los autores participaron en la redacción del trabajo y análisis de los documentos.

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