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Conrado

versión On-line ISSN 1990-8644

Conrado vol.18 no.86 Cienfuegos mayo.-jun. 2022  Epub 02-Jun-2022

 

Artículo Original

Enseñar y aprender en la normalidad, confinamiento y posconfinamiento: ¿modelos didácticos iguales o diferentes?

Teaching and learning in normality, confinement and post confinement: same or different didactic models?

0000-0002-7854-2016Asnaldo Macías Lima1  *  , 0000-0002-6751-4941René de Jesús García Aguilera1  , 0000-0002-3712-3907Fernando Herrera Cobo2  , 0000-0001-8831-7771Yenny Daily Santander Lovera2  , 0000-0000-9776-4274Yaxer Medina López2 

1Centro Universitario Municipal Cumanayagua. Cienfuegos. Cuba

2Empresa Cítrico Arimao, Cumanayagua. Cienfuegos. Cuba

RESUMEN

El proceso formativo de los estudiantes en la Educación Superior en la normalidad o presencialidad responde a enseñar y aprender en los ambientes normales de las universidades, mientras que en la etapa de confinamiento y posconfinamiento producto del COVID-19 se tuvo que desarrollar una nueva dinámica por parte de docentes y estudiantes la (virtualidad e hibridación). En este sentido los docentes tuvieron que prestar especial atención al tratamiento didáctico integrador de los contenidos, y con ello una nueva forma de decir y hacer para dar respuestas a los cambios científico-técnicos, socioeconómicos y culturales, en el escenario de cada país, y así poder desarrollar las competencias profesionales de los futuros egresados de la Educación Superior.

Palabras-clave: Modelos didácticos; confinamiento; posconfinamiento; virtualidad; hibridación

ABSTRACT

The training process of students in higher education in normality or face-to-face responds to teaching and learning in the normal environments of universities, while in the stage of confinement and post-confinement product of COVID-19 a new dynamic had to be developed by part of teachers and students (virtuality and hybridization). In this sense, teachers had to pay special attention to the integrative didactic treatment of the contents, and with it a new way of saying and doing to respond to scientific-technical, socio-economic and cultural changes, on the scenario of each country, and thus, to develop the professional competences of future graduates of higher education.

Key words: Didactic models; confinement; post-confinement; virtuality; hybridization

Introducción

El nuevo orden académico producto de las diferente crisis a nivel global, económicas, sociales, ambientales, pandemias u otras y las perspectivas respecto a cómo dar solución desde la didáctica al Proceso Enseñanza-Aprendizaje (PEA), exige a las instituciones de la Educación Superior y en especial a los docentes a que se consagren en ella, a revisar sus esquemas de planeación, organización, enfoques y estrategias didácticas en función de formar los nuevos profesionales, con una base solida de conocimientos en su desempeño profesional, permitiéndole incorporar a su acervo cultural nuevos conocimientos, que puedan adaptarse a las condiciones de su objeto de trabajo.

En consecuencia con lo anterior, producto del SARS-COV-2 y especial la pandemia de COBID-19, apareció un inconveniente para los docentes de la educación superior, dejar la clase presencial e impartir la docencia desde la virtualidad, por lo que hubo que cambiar el modelo de enseñar y aprender a través de las Tecnología de la Información y la Comunicación (TIC), mediante la virtualidad, la cual requirió de un docente con un alto grado de conocimiento y entrega a su labor educativa con vistas a lograr un proceso formativo de calidad.

Dejar atrás el confinamiento producto de la vacunación y la baja incidencia de contagios con el virus del COVID-19, apareció una nueva etapa el posconfinamiento, se produjo la inserción a nivel global a los centros de altos estudios (Universidades) sus estudiantes, muchos de ellos no lograron incorporarse producto a la cantidad que se podían recibir en las casas de altos estudios, otros por problemas de lejanía o por estar enfermos con la pandemia, lo cual complejizó el proceso enseñanza-aprendizaje en la etapa de hibridación.

Metodología

La didáctica en la presencialidad, la virtualidad y el posconfinamiento en la Educación Superior

Jandrić, et al., (2018), indica que la educación superior requiere un replanteamiento conceptual y filosófico de la naturaleza de la enseñanza, su aprendizaje y de los roles y conexiones entre el profesorado, los estudiantes y los materiales didácticos.

Los docentes en las universidades son los encargados de la formación de los futuros profesionales de nivel superior, donde sus principios deben ser fundamentados sobre la necesidad social de desarrollarlos bajo una formación profesional que garantice la fuerza calificada y a la vez que adquieran una cultura general integral. Lo que significa entonces, que la preparación inicial y de pregrado sea de una sólida formación social y humanística, además, prepararlos con una formación técnica específica desde la sostenibilidad.

Para dar cumplimiento a lo anterior los docentes deben estar en un continuo proceso de formación y preparación, en correspondencia con los profundos cambios socio-culturales, económicos y tecnológicos, y sus crecientes demandas, desde el punto de vista de cómo alcanzar una mayor calidad en el aprendizaje de los estudiantes desde la sostenibilidad. Pero para ello deben poseer dominio o conocimientos suficientes sobre la materia a impartir; que actúen de forma didáctica, ya que no se trata sólo de conocer el contenido, sino de seleccionarlo, secuenciarlo y proponer las actividades pertinentes, y que posean la formación y disposición para mejorar profesionalmente mediante la autoformación, la reflexión crítica sobre su práctica y la realización de proyectos de innovación.

Desarrollar el proceso de enseñar y aprender antes del COVID-19 por parte de docentes y estudiantes se hacía de forma o modalidad presencial, el cual se seguía la forma tradicional, en el cual el proceso de enseñar es impartido por docentes, en un espacio exclusivo o ambiente escolar para la educación. El docente a través de la didáctica como disciplina encargada de articular la teoría con la práctica y como ciencia de enseñar y el aprender por parte de los estudiantes resulta familiar a todos los que de una manera u otra tienen que ver con la enseñanza. Pero en la etapa de confinamiento producto por el COVID-19 se tuvo que dejar atrás la presencialidad y volcarse a una nueva forma o modelo didáctico desde el confinamiento en la modalidad virtual a distancia.

El confinamiento producto del COBID-19

El confinamiento fue la actividad que se opto por proteger a los seres humanos a nivel global producto del SARS-COV 2 y en especial de la pandemia de COBID-19, la cual afecto a un número de individuos superior al esperado en una población durante un tiempo determinado.

Según lo anterior los autores de este trabajo se hacen la siguiente interrogante ¿Estaban preparados los estudiantes y docentes, para desarrollar la didáctica de la clase virtual a distancia? Muchos responderían que la preparación seria de forma parcial y otros que no.

Según directivos de la CEPAL-UNESCO (2020), expusieron en una reunión que la pandemia de enfermedad por coronavirus (COVID-19) provocó una crisis sin precedentes en todos los ámbitos. En la esfera de la educación, esta emergencia dio lugar al cierre masivo de las actividades presenciales de instituciones educativas en más de 190 países con el fin de evitar la propagación del virus y mitigar su impacto. Donde a mediados de mayo de 2020 más de 1.200 millones de estudiantes de todos los niveles de enseñanza, en todo el mundo, habían dejado de tener clases presenciales en la escuela. De ellos, más de 160 millones eran estudiantes de América Latina y el Caribe.

Trucco & Palma, (2020), explican que a pesar de los esfuerzos por parte de gobiernos y las universidades, producto de los procesos de cambio que se debían llevarse a cabo, los países de América Latina y el Caribe estaban desigualmente preparados para enfrentar esta crisis para aprovechar la digitalización. Aunque la región había avanzado de manera significativa en la reducción de las brechas de acceso al mundo digital en los últimos años, en particular gracias a la masificación de la conectividad móvil, aún persisten brechas considerables en el acceso efectivo al mundo digital, lo que tiene profundas implicaciones en las oportunidades y la participación de las nuevas generaciones.

Estudios de (Leal-Filho, et al., 2021), revelan que la situación pandémica por la enfermedad de la COVID-19 ocasionó a nivel mundial una alteración en la forma de enseñar y de aprender.

Para Ruiz & López (2019) citado por (Cárdenas, et al., 2021), indican que la evolución que asumió la enseñanza universitaria, al confrontar la época de confinamiento, los autores partieron del criterio que el escenario de aprendizaje se tuvo que trasformar de forma vertiginosa debido a la irrupción de las tecnologías de la información y la comunicación.

Los mismos autores en otro momento explican que su integración fue necesaria al sistema educativo en cual se exigió el diseño de escenarios emergentes de aprendizaje que facilitaran nuevos recursos y una formación más flexible y personalizada. Esto exigía de profundos cambios tanto metodológicos como organizativos; si se tiene en cuenta además que la universidad ha pasado de ser transmisora del saber a gestora del conocimiento.

Vialart (2020), considera que, resulta lógico el cuestionamiento de la preparación de todos los actores del proceso de enseñanza aprendizaje ante este urgido cambio, el cual, sin estar prevenidos, ha condicionado que se asuma una modalidad virtual con francas desigualdades tecnológicas y a la consecuente adecuación apresurada de programas de estudios, lo que, sin dudas, ha provocado zozobra, intranquilidad y preocupación.

Es por ello que realizar la virtualidad como una nueva forma de desarrollar el proceso enseñanza-aprendizaje con el uso de las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC), ha sido un reto en el cual los docentes han gestionado todo lo relacionado con el contenido de cada asignatura o especialidad, en la administración y desarrollo de cada de ellos, los medios, los métodos a usar, el control y seguimiento al progreso de sus estudiantes de forma virtual.

Cabero (2020), explica que el cambio repentino en el sistema educativo producto a la COBID-19, implicó un gran desafío. No solo fue necesario tener acceso a las herramientas tecnológicas, sino fue preciso que todos los factores implicados contaran con las competencias tecnológicas y que los docentes desempeñaran de forma correcta su tutoría, la cual les exigió un mayor tiempo y esfuerzo en su preparación.

García-Aretio (2021), declara que, producto de la búsqueda de soluciones educativas, considera que en la etapa de confinamiento surgieron propuestas muy innovadoras en un período de tiempo relativamente corto. Donde se pusieron en práctica diferentes estrategias metodológicas y algunas se enfocaron en aprovechar las ventajas de las plataformas de digitales y las redes sociales para el desarrollo de actividades de forma más creativa y eficaz.

(Tang, et al., 2021) indica que la pandemia aceleró el proceso de digitalización de la enseñanza, ya que gran parte de la docencia se efectúo en su totalidad en modalidad online (e-Learning), o parcialmente (Blended Learning o b-Learning) dependiendo de los brotes o las olas de la enfermedad. Este hecho según (Sáiz-Manzanares et al., 2021) tuvo importantes consecuencias para el profesorado respecto al diseño y ejecución del proceso para enseñar y aprender, lo que a su vez debía tener una estrecha relación con la satisfacción del estudiantado respecto a dicho proceso.

Los mismos autores anteriores exponen que la satisfacción percibida por los usuarios (profesorado y estudiantado) de cada centro universitario, varío en función de las condiciones de aislamiento y de los recursos tecnológicos que asumieran cada uno de ellos con el (tipo de dispositivos y de redes de conexión).

Como se puede constatar en los autores referenciados, ellos enmarcan la necesidad de implementar políticas que potencien la innovación docente, en cuanto a las mejoras en desarrollar una enseñanza-aprendizaje de calidad, mediante los recursos tecnológicos y así poder afrontar los retos que se debían presentar en la modalidad virtual, como su preparación, solo de una forma teórica, no para realizar dictados completos de forma virtual.

También, es necesario señalar a modo de conclusión de esta etapa, que el trabajo pedagógico, y los cambios de paradigmas en las universidades en tiempos confinamiento producto del COVID-19 dio lugar a desarrollar una nueva conversión en las concepciones de los diseños educativos, de la didáctica a implementar, y de la práctica educativa presencial, para dar respuesta a esta etapa, en la cual se incorporó la virtualidad como la forma de enseñar y aprender bajo la premisa que ningún estudiante quedara en desigualdades y se pudiera reducir las brechas que pudieran aparecer, mediante los:

  • Foros,

  • Chat,

  • Wiki,

  • Correo electrónico,

  • Hipervínculos a páginas web,

  • Enlaces a videoconferencias,

  • WhatsApp,

  • Skype,

  • Aulas virtuales,

  • Otras formas de enseñar y aprender.

Terminada la etapa de confinamiento apareció una nueva etapa, el posconfinamiento, la cual era más flexible, pero con muchas dudas y en ocasiones hasta miedo por lo que había dejado la pandemia del COBID-19. A continuación se realiza algunas valoraciones al respecto.

El posconfinamiento

Zhu & Liu (2020) citado por García-Peñalvo (2021), expone que diferentes instituciones educativas se vieron obligados a planificar una nueva forma de enseñar y aprender en el (posconfinamiento). Pero para ello se debía tener presente diferentes escenarios ante las incertidumbres futuras con respecto a la evolución de la pandemia, de esta o de otras venideras, como es ÓMICRON en los momentos actuales.

También es necesario señalar que en los primeros meses del posconfinamiento necesariamente se produjo un tránsito desde las actividades educativas tradicionales, centradas en el docente y, generalmente, basadas en exposiciones magistrales tanto presenciales (preconfinamiento) como online (confinamiento), hacia acciones más centradas en el estudiante, incluidas actividades en grupo, discusiones, actividades de aprendizaje práctico y un uso más limitado de exposiciones por parte de los docentes Zhu & Liu (2020).

Obviamente, esto requirió de un replanteamiento conceptual y filosófico de la naturaleza de la enseñanza y el aprendizaje y de los roles y conexiones entre el profesorado, los alumnos y los materiales didácticos (Jandrić, et al., 2018).

Es por ello que en esta etapa necesariamente se debía producir un tránsito desde las actividades educativas (preconfinamiento) como online (confinamiento), hacia acciones más centradas en el estudiante, incluidas actividades en grupo, discusiones, actividades de aprendizaje práctico y un uso más limitado de exposiciones por parte de los docentes de forma tradicional, con una cantidad de estudiantes limitadas para la etapa, siempre centrada en el vinculo entre el docente y los estudiantes, generalmente, basadas en exposiciones magistrales tanto presenciales como las otras formas de enseñar expuesta anteriormente.

Proter, en el (2003), citado por García-Peñalvo (2021), explican que la experiencia blended-learning que para algunos docentes es una actividad nueva, pero ya a principio de siglo XXI Proter hablaba sobre un escenario de presencialidad discontinua o variable, según el si aparecía alguna circunstancias sanitarias en la cual era necesario la flexibilización, reestructuración y adecuación de los espacios educativos físicos, y que se preservara la habitabilidad y seguridad sanitaria, además que acogiera servicios tecnológicos, por lo que era preciso que se hicieran nuevos enfoques pedagógicos más abiertos, diversos, combinados y flexibles, para abordar una situación que en el ámbito sanitario aún no ha sido superada.

Al parecer Proter veía con luz larga sobre cómo debía ser la enseñanza-aprendizaje si acaeciera una pandemia u otro fenómeno que entorpeciera dicho proceso, pero para ello se debía asegurar a los docentes y estudiantes de tecnologías de la información y la comunicación que evitaran las brechas o nichos en ambos sentidos.

Para García-Peñalvo (2021), exhibe que, más allá del rediseño de aulas, la adaptación de nuevos espacios multiusos o al aire libre y de la distribución de grupos de estudiantes más reducidos, en esta etapa de posconfinamiento no sería posible atender a todos en formato presencial durante las mismas horas y espacios que se utilizaban en tiempos COVID-19. Para esta nueva etapa, surgió una nueva problemática, que en muchos centros universitarios no se contaban con los recursos, ni el personal docente suficiente, ni los espacios necesarios para hacer grupos pequeños y sería necesario arbitrar soluciones provisionales si el empeño siguia siendo todos en presencia durante todo el horario lectivo. Pero para ello había que tener previstas situaciones de enseñanza-aprendizaje combinada, mixta, híbrida e incluso, prever otro escenario de vuelta al confinamiento por el recrudecimiento de esta o de otra nueva cepa como fue el caso del ÓMICRON.

En otro momento el mismo autor plantea que para desarrollar este proceso de enseñanza-aprendizaje fue necesario utilizar diferentes formas o modelos de enseñar y aprender, entre ellas:

  • Sincronía en remoto. Se trata de replicar, sin más, toda la actividad del docente y los estudiantes en el aula, mediante una conexión síncrona, en muchos casos respetando, incluso, la misma distribución y horarios.

  • Sincronía y asincronía. En formato síncrono, teniendo en cuenta las exposiciones y orientaciones del profesor, y el restante tiempo de trabajo en línea, pero en formato asíncrono. Donde la hibridación o mezcla sería entre lo síncrono y lo asíncrono, más que entre la presencia (que no se produjo) y la distancia.

  • Presencialidad total. En estos casos al primar la seguridad sanitaria se haría preciso, por la necesidad de guardar las preceptivas distancias físicas, multiplicar y adaptar los espacios, así como aumentar sustancialmente el número de docentes. Es opción extendida en bastantes países, su viabilidad se antoja algo complicada durante un tiempo relativamente prolongado, dada la escasez de recursos, sobre todo en determinados países ya que no existen las condiciones necesarias para poder ser cumplida 100% la presencialidad.

  • Por mitades, tercios alternos. Teniendo en cuenta esta forma los tiempos presenciales, la mitad de la clase o grupo de estudiantes asiste mediante diferentes horarios, ya sea por la mañana y la otra mitad por la tarde. Una mitad sería a distancia y según decisión, con formato síncrono o asíncrono. Esas rotaciones o alternancias pueden darse, en lugar de mañana y tarde, en días alternos de la semana, dividiendo el 5 día por la mitad, o haciendo ese 5 día de la semana en formato virtual para todos. Pueden rotar el 50% de los estudiantes, o un tercio cada vez, según las necesidades y disposición de espacio físico. Las combinaciones son múltiples, rotación por semanas, por quincenas, meses, alternando el cuatrimestre/semestre, con diferente proporcionalidad presencia/distancia.

  • El formato síncrono podría ser:

    1. Síncrono/virtual para todos; o hibridación síncrona o concurrencia/simultaneidad de aulas, que supondría que mientras la mitad (o tercio) de los estudiantes siguen en presencia (aula presencial) las orientaciones del docente y dinámica del grupo, la otra mitad (o dos tercios) sigue esas mismas orientaciones y participa de esa dinámica, desde sus hogares en conexión síncrona (aula virtual) Beatty 2019), citado por García-Peñalvo (2021), o mediante el sistema de (aulas espejo) que se podrían establecer en locales, propios o no, de la misma institución. En ambas situaciones, la conexión sería en directo siguiendo la misma dinámica del grupo que asiste presencialmente;

    2. Opcionalidad. Asisten a más sesiones presenciales aquellos estudiantes que tienen problemas de brecha digital (de conectividad o de acceso con dispositivos), o determinadas dificultades de aprendizaje, problemas de conciliación familiar o, sencillamente, los que quieren asisten, previa comunicación al centro, y los que no, se quedan en casa (¿auto-blended?).

    3. Aula invertida. Si se opta por el formato asíncrono de esa mitad que trabajaría desde casa, podría tratarse de un modelo de aula invertida que se repetiría con cada grupo de forma idéntica y alterna, o con todos a la vez.

    4. HyFlex. Sería un modelo combinado o híbrido pero adaptado al máximo a las posibilidades de los estudiantes. Es decir, los estudiantes son más protagonista en la toma de decisiones en cuanto a su proceso de aprendizaje, puede decidir, ejemplo, qué actividades en presencia o en línea, síncronas o asíncronas, qué porcentaje de sesiones en una u otra modalidad (Beatty, 2007; Miller, Risser, & Griffiths, 2013), citado por García-Peñalvo (2021).

    5. Modelo de lista de reproducción. Muy similar al anterior modelo citado. Se trataría de una especie de rotación individual. Los docentes ofrecen a los estudiantes una secuencia de actividades de aprendizaje relacionadas con una unidad de estudio, que éstos podrán ir acometiendo a su ritmo. Esas actividades deberán ser de lo más variadas posible, individuales o grupales, Tucker, 2020, citado por García-Peñalvo (2021) El docente podrá atender a estudiantes individual o grupalmente, según se precise.

Stein & Graham (2020), citado por García-Peñalvo (2021), expone que para combinar ambos modelos se debe tener presente los elementos positivos (fortalezas) y negativos (debilidades) de uno y del otro y sobre la base de ambos se debía armar ese nuevo enfoque, para mantener el principio que nadie se quedará atrás (equidad) por razones de desventaja socioeconómica u otra brecha que apareciera.

Atendiendo los acápites anteriores, se puede plantear que dar cumplimiento al (PEA) en cada escenario educativo, la presencialidad, el confinamiento, o en el posconfinamiento, docentes y estudiantes deben tener una preparación para cada uno de los escenario, es decir, la presencialidad según se disponga de los espacios y la cantidad de estudiantes a tener presente, en la virtualidad dar un uso adecuados de las tecnologías de la información y comunicación y en el posconfinamiento utilizar las dos variantes, lo presencial y lo virtual formando una hibridación de esos dos modelos educativos. Pero para ello es necesario tener presente los componentes de la didáctica como ciencia de enseñar y aprender.

La didáctica como proceso de enseñar y aprender

Dar cumplimiento a los anteriores acápites desde la didáctica en la normalidad (presencialidad, confinamiento (virtualidad), y posconfinamiento (hibridación), para los autores de este trabajo se hace necesario tener presentes los componentes esenciales del proceso enseñanza-aprendizaje que actúan en el acto o proceso didáctico presencial, virtual o hibridación, ellos son:

  • El docente.

  • El discente o estudiante

  • El currículo.

  • El contexto social de aprendizaje

Si se extrapola los componentes que actúan en el acto o proceso didáctico presencial, en la forma virtual, o el posconfinamiento, el docente sigue siendo el actor el cual se dedica a enseñar, el discente o estudiantes es el que aprende, el currículo, el cual se refiere al conjunto de objetivos, contenidos, criterios metodológicos y técnicas de evaluación que orientan la actividad académica, es decir, es la (enseñanza-aprendizaje) ¿cómo enseñar?, ¿cuándo enseñar? y ¿qué, cómo y cuándo evaluar?, y el cuarto, el contexto de aprendizaje ya sea las aulas en la presencialidad, en la virtualidad, los medios o materiales didácticos desde las tecnologías de la información y la comunicación y la hibridación, donde se conjugaría ambas formas de enseñar y aprender.

Es criterio de los autores que la didáctica es sola una, ya sea presencial, virtual o de hibridación, solo hay que tener presente las categorías personalizadas del proceso enseñanza-aprendizaje, y llevarlas al contexto donde se enseña y se aprende. Es por ello que a continuación se hace un análisis como se conjugan las diferentes modelos o formas descritas anteriormente, ya sea la presencial, virtual o de hibridación, desde las categorías de la didáctica (objetivo, contenido, método, medios, formas de organización y evaluación).

El objetivo es el ¿Para qué se aprende y enseña?, ya sea en la presencialidad, en la etapa de confinamiento producto del COVID-19 o posconfinamiento, es decir es la aspiración de los docentes en lograr en sus estudiantes y ellos a su vez el grado de conocimiento a alcanzar por parte de ellos. Donde los docentes desarrollan de forma didáctica esta categoría en función de la habilidad rectora de la clase, ya sea presencial, virtual o de hibridación, donde se precisa lo que se ha de enseñar, el contenido y los métodos, medios y formas organizativas de la enseñanza.

En cada una de ellas, se debe tener presente como instruir, para ello el profesor/a debe transformar el pensamiento de los estudiantes en cuanto al contexto donde se va realizar la actividad (presencial, virtual o hibridación). Donde se transformen sentimientos, habilidades, convicciones y otros rasgos de la personalidad de ellos en cuanto a la forma de participar, y aprender, en la presencialidad el grupo, compartir criterios, emociones, sentimientos, mientras que en la virtualidad el grupo se inserta mediante las tecnologías de la información y la comunicación, y la individualidad es un elemento esencial en este proceso didáctico virtual, mientras en el posconfinamiento, se debe usar la hibridación, en la cual se utilizara ambas formas de enseñar y aprender la (presencial y virtual).

El contenido, ¿Qué se enseña? y ¿Qué aprender?

Como categoría personalizada del proceso enseñanza-aprendizaje es donde se pone de manifiesto ¿Qué se enseña y aprende?, en cualquier de las formas de enseñar los docentes tiene que tener presente que enseñar a los estudiantes y como ellos se apropian de los conocimientos, por lo que se debe tener presente como se divulga el mismo, que método utilizar para una mejor interpretación del mismo, que medios para reforzar el contenido. En la presencialidad se conjuga el intercambio entre el profesor y los estudiantes, en la virtualidad los contenidos se desarrollan utilizando las diferentes plataformas o medios de las tecnologías de la información y la comunicación, además, se desarrolla un nuevo comportamiento ya que al no tener la presencialidad (ambiente escolar-profesor-estudiantes), hay que buscar nuevas formas de trabajo individual o colaborativos y en ocasiones crear una integralidad entre ellos y los docentes y la hibridación es la combinación de ambas formas de enseñar y aprender.

El método es el ¿Cómo enseñar? y ¿Cómo aprender?, es la estructura, el orden que debe desarrollar los docentes en su interacción con sus estudiantes a lo largo del proceso enseñanza-aprendizaje como elemento dinamizador. Donde los docentes direccionan cada proceso ya sea en la (presencialidad, la virtualidad, o la hibridación). En la presencialidad se garantiza la participación activa de los estudiantes en la búsqueda de sus conocimientos, la aplicación y la valoración de soluciones, potenciando su repercusión en la actividad cognoscitiva, el cual propicia el trabajo grupal en armonía con el individual dentro de cada estrategia didáctica realizada por los docentes en cuanto a la atención a la diversidad, en la virtual se potencia el desarrollo del autoconocimiento, autocontrol, la autovaloración y la autoevaluación como formas de desarrollar el conocimiento y la hibridación es la combinación de ambas.

Los medios ¿Con qué enseñar y aprender?, es la forma de como los docentes dan uso a los materiales o medios necesitados por ellos y los estudiantes para una estructuración y conducción efectiva y racional del proceso de instrucción y educación, y así poder satisfacer las exigencias del plan de enseñanza aprendizaje ya sea de forma presencial, virtual o de hibridación. En la presencialidad el profesor le da usos a los medios y materiales de enseñanza en cada momento de la clase, es decir se va interrelacionando el contenido con los diferentes medios a usar en ella, mientras que en la virtualidad los docentes deben tener una comunicación permanente con sus estudiantes, para hacer llegar todas las orientaciones docentes, los contenidos y las formas de como analizarlos para una mejor interpretación de ellos según su adecuación a las diferentes vías que cada cual tiene o posea, entre ellos (correos electrónicos, Whats App, Skype, aulas virtuales, u otras), mientras que la hibridación es la combinación de ambos, se usa cada medio según se necesite, ya sea presencial o virtual.

Las Formas de organización, ¿De qué manera enseñar? y ¿De qué manera aprender?, en la presencialidad, se debe tener presente que el profesor/a presente la materia para dirigir a los estudiantes el proceso de aprendizaje o, dicho de otro modo, la indumentaria exterior con que viste el conocimiento. Por lo que es importante reconocer como lo fenoménico, lo externo del proceso de aprendizaje, parte del principio docente educativo de la interrelación entre el profesor y los estudiantes; en el cual se pone de manifiesto un proceso interactivo entre él como organizador, guía, y orientador, para lograr potenciar el desarrollo, es decir, tirar del desarrollo e impulsar el desarrollo de los estudiantes desde la presencialidad.

Para los docentes la etapa de confinamiento o virtual ha sido de gran importancia la utilización de los medios para conducir la enseñanza, no solo con conferencias, videos, cápsulas, artículos, libros u otros, sino que ha sido necesario implementar estrategias didácticas que atrajeran la atención, estimularan la investigación y la participación dinámica, creativa y protagónicas de los estudiantes, mediante la realización de actividades grupales, en las que los estudiantes desarrollaran bajo sus condiciones y medios, iniciativas propias; y se establecieran y se fortalecieran sus relaciones con los otros, aunque también fue otro reto para desarrollar competencias comunicativas entre todos, en cuanto a desarrollar conocimientos, pero también supieran evaluarse entre ellos, para profundizar e incorporar sus saberes de manera autogestionada.

Por lo que enseñar desde la virtualidad es una forma didáctica de integración de acciones de dirección (planificación y control), en cuanto a la utilización racional de recursos humanos y materiales en condiciones concretas (lugar, tiempo, horarios) para lograr objetivos de carácter inmediato, con proyección de futuro de forma concreta lo cual se debe llevar un plan de acción por parte de los docentes y estudiantes, para así lograr los objetivos propuestos, mientras que la etapa de posconfinamiento o hibridación es la combinación de ambos modelos según se necesitaba en cada forma de enseñar y aprender.

La evaluación es ¿En qué medida se lograron los objetivos?, la evaluación en la presencialidad es un componente esencial del (PEA), ya que permite establecer en diferentes momentos del proceso de enseñar y aprender, la calidad con que se van cumpliendo los objetivos, y en dependencia de los resultados alcanzados se van a determinar las correcciones que son necesario introducir para acercar cada vez más a las exigencias de los objetivos, razón por la cual constituye el componente regulador del (PEA), mediante preguntas orales, escritas, exposiciones de trabajos, exámenes presenciales u otras formas de comprobar el conocimiento alcanzado por los estudiantes por parte de los docentes.

En la virtualidad la comprobación es la forma dar validez a las estrategias didácticas aplicada, la cual estuvo configurada a las opciones que se fueron tomando por parte de ellos en cuanto a los números de los elementos didácticos en orden a la consecución de los objetivos propuestos. Las evaluaciones a realizar en la virtualidad no solo son factibles, sino necesarias y obligatorias como única vía de constatar si los estudiantes han adquirido los conocimientos necesarios y si han cumplido los objetivos propuestos. Para este modelo de enseñar y aprender es necesario utilizar variados recursos, con mayor uso a través de las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC); de forma sistemática por cada actividad realizada, para que exista un intercambio comunicativo, con la entrega de un resultado a partir de lo indicado y, ya en el final, hacerlo de manera integral que comprendiera todos los temas abordados.

En la etapa de confinamiento se usaron diferentes formas para evaluar, entre ellas, la autoevaluación, coevaluación y la heteroevalución. Donde, la autoevaluación o autocomprobación como componente insustituible y utilizada en la educación a distancia, el valor fundamental estuvo en su realimentación inmediata, acompañada de la autorregulación, donde los estudiantes pudieran reaccionar al cerciorarse de la calidad de su progreso y aprender a autoevaluarse, emitir juicios sobre su propio aprendizaje, además, desarrollarse a ser más autónomo, es decir, adquirir un hábito de suma utilidad en diferentes facetas del futuro desempeño humano y un elemento importante para el objetivo de su autoaprendizaje futuro y del permanente aprender a aprender.

La coevaluación, donde cada grupo debe aprender a evaluarse y dar valoraciones conjunta que sobre la actuación de cada uno de ellos de forma grupal, atendiendo a criterios de evaluación o indicadores establecidos por consenso, el cual permite a cada estudiante y profesor a identificar los logros personales y grupales, fomentar la participación, reflexión y crítica constructiva ante situaciones de aprendizaje, es el opinar sobre su actuación dentro del grupo y donde se desarrolla actitudes que se orienten hacia la integración del grupo y así mejorar su responsabilidad e identificación con cada trabajo a realizar, donde se emiten juicios valorativos acerca de otros en un ambiente de libertad, compromiso y responsabilidad.

Mientras la heteroevaluación permite al estudiante y al profesor a identificar carencias o puntos flojos que es necesario reforzar antes de seguir adelante con el programa, evita repeticiones innecesarias de objetivos que ya han sido integrados y dar soporte para la planificación de objetivos reales, adecuados a las necesidades e intereses del grupo y se trabaje en el diseño de actividades para solucionar las problemáticas detectadas, destinadas al grupo o a los individuos que lo requieran.

Por lo que se puede plantear que la evaluación es la forma que tiene el docente para saber el conocimiento alcanzado por parte de los estudiantes y ellos a su vez para saber el grado de conocimiento alcanzado en una materia en un periodo determinado, es decir es la retroalimentación individual como herramientas para fortalecer sus aprendizajes, de manera que les permita aprovechar más los encuentros, donde pudieron consultar las dudas que aún presentan, y cerrar cada tema visto con la mayor claridad posible desde las diferentes formas de enseñar y aprender ya sea la presencialidad, la virtualidad o la hibridación.

Desarrollar la evaluación como forma de comprobación de lo aprendido por parte de docentes y los estudiantes, según el modelo didáctico utilizado, ya sea la (presencialidad, virtual o hibridación), en los diferentes ambientes de aprendizaje, con el fin de generar nuevos conocimientos, y donde los participantes puedan reforzar los que ya poseen, a continuación, se enumeran algunas formas para evaluar que existen que aun no se le da el uso adecuado:

  • Demostración de maniobras.

  • Resolución de cuestionarios.

  • Escritos monográficos y de reflexión argumental.

  • Exposición oral.

  • Producciones gráficas.

  • Mapas conceptuales.

  • Mapas mentales.

  • Estudio de caso.

  • Portafolio.

  • Wiki académico.

  • Chat académico.

  • Otros

Conclusiones

En el análisis de las diferentes formas de enseñar y aprender, ya sea la (presencialidad, confinamiento (virtualidad) o el posconfinamiento (hibridación) todas formas de enseñar didácticos deben estar encausados desde la didáctica teniendo en cuenta los siguientes aspectos: organizar y planificar, es decir, se debe tener presente una adecuada organización y planificación del proceso docente; desarrollar en los estudiantes el dominio de las ideas más significativas y esenciales de cómo deben insertarse a cada proceso ya sea la presencialidad, la virtualidad o la hibridación; estimular los conocimientos ya asimilados, y los enfoques desde un nuevo punto de vista, para así precisar y enriquecer esos conocimientos; tener presente la objetividad de cada forma didáctica de enseñanza y la de desarrollar en los estudiantes una asimilación consciente y activa de los conocimientos; despertar en los estudiantes una actitud interesada y activa hacia la actividad cognoscitiva en cada una de las formas de enseñar y aprender, utilizando diferentes medios y formas de organización de cada proceso de aprendizaje; aplicar diferentes medios para cada forma de enseñar y aprender como: el aula o la clase invertida, el dictado de forma virtual y obligatoria a través de diferentes plataformas, seminarios, correos electrónicos, Whats App, Skype, aulas virtuales o la combinación de ambas.

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Recibido: 17 de Marzo de 2022; Aprobado: 22 de Abril de 2022

*Autor para correspondencia. E-mail: amacias@ucf.edu.cu

Los autores declaran no tener conflictos de intereses.

Los autores han participado en el diseño y redacción del trabajo, y análisis de los documentos.

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