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Conrado

versión On-line ISSN 1990-8644

Conrado vol.18 no.86 Cienfuegos mayo.-jun. 2022  Epub 02-Jun-2022

 

Artículo Original

La formación de una cultura histórica como necesidad de la escuela cubana actual

The formation of a historical culture as a necessity of the current Cuban school

0000-0001-8289-2855Marianela Utrera Alonso1  *  , 0000-0001-6416-8812María Mercedes Consuegra Cheng1  , 0000-0003-4859-6379Jiosbel Jesús Lóriga Socorro1 

1Universidad Carlos Rafael Rodríguez. Cienfuegos. Cuba

RESUMEN

La formación de una cultura histórica como necesidad de la escuela cubana actual es un tema de gran importancia en los momentos actuales, pues mediante la cultura histórica se puede abordar y comprender la relación efectiva y afectiva de un grupo humano del pasado, tanto desde el punto de vista material como espiritual, que comprende los procedimientos utilizados para su creación y transmisión en el proceso de la práctica histórico-social, y tiene como aspecto significativo que se expresa y concreta en los valores; tiene en cuenta de dónde venimos, cómo somos, y por qué y en consecuencia a dónde vamos. Por ende, favorecer su formación permite entender la realidad nacional y mundial en que vivimos. Sin embargo, en la práctica pedagógica se confirma poco dominio de los requerimientos que se deben contextualizar sobre dicho término en el proceso de enseñanza - aprendizaje de la Historia de Cuba, constatado tanto en comprobaciones de conocimientos como en las observaciones sistemáticas. Es por ello que en el trabajo que se presenta se proponen algunos requisitos que contribuyen a la formación de una cultura Histórica en la escuela primaria. Para arribar a los principales resultados se partió de la constatación inicial y la aplicación de instrumentos teóricos y empíricos. La aplicación de los instrumentos puso en claro la necesidad de la formación de una cultura histórica. Todo lo expuesto hizo posibles cambios a partir de disponer situaciones que llevan a desarrollar una cultura comunitaria atemperada a nuestros tiempos.

Palabras-clave: Cultura histórica; historia de Cuba; enseñanza

ABSTRACT

The formation of a historical culture as a necessity of the current Cuban school is a topic of great importance at the present time, because through historical culture it is possible to address and understand the effective and affective relationship of a human group of the past, both from the point of from a material and spiritual point of view, which includes the procedures used for its creation and transmission in the process of historical-social practice, and its significant aspect is that it is expressed and specified in values; it takes into account where we come from, how we are, and why and consequently where we are going. Therefore, promoting their training allows us to understand the national and global reality in which we live. However, in pedagogical practice, little mastery of the requirements that must be contextualized about said term in the teaching-learning process of the History of Cuba is confirmed, verified both in knowledge checks and in systematic observations. That is why in the work that is presented some requirements are proposed that contribute to the formation of a Historical culture in primary school. To arrive at the main results, we started from the initial verification and the application of theoretical and empirical instruments. The application of the instruments made clear the need for the formation of a historical culture. All of the above made changes possible from arranging situations that lead to the development of a community culture tempered to our times.

Key words: Historical culture; history of Cuba; teaching

Introducción

El término cultura histórica ha cobrado actualidad en las últimas décadas, la ciencia histórica es un saber acumulado y transmitido por generaciones, es la última expresión del proceso de renovación de la historia, en donde el recuerdo del protagonista y el punto de vista de los testigos se constituyen en una nueva fuente. Conviene destacar que la cultura histórica está presente en el nacimiento de la historiografía en el mundo antiguo. Al hablar del término cultura histórica en el proceso de enseñanza aprendizaje se debe tener en cuenta cómo coadyuvar el cambio educativo que se requiere, como parte del continuo perfeccionamiento de la Educación Primaria, que se fundamenta sobre la base de las necesidades de la sociedad cubana actual y en correspondencia con el fin y los objetivos de ese nivel educacional.

En este sentido la escuela, esta llamada, a elevar el nivel cultural de los escolares, a partir de enmarcar el papel que juega la asignatura Historia de cuba en su formación. Esta materia es la encargada de brindar las herramientas necesarias para que los escolares se interesen por conocer la historia de su país, de su comunidad, así como de hechos y figuras que a nivel mundial tuvieron una gran repercusión en nuestra historia y que son indispensables para la adquisición de una cultura histórica. Lo anterior permite revelar el valor que esto tiene para la vida presente, futura y facilita además entender la realidad. Quintana (2013).

Para lograr potenciar desde el proceso de enseñanza -aprendizaje de la Historia de Cuba una cultura histórica no basta sólo con determinar aquellos elementos que forman parte de la literatura histórica, se requiere precisar además aquellos contenidos correspondientes que por su relevancia cultural o sus aplicaciones prácticas permiten su formación.

La Historia nos permite trascender las limitaciones del presente, muchas veces anodino o difícil, y vivir otras vidas y otras situaciones. Al igual que la literatura, la Historia nos ofrece la posibilidad de explorar la condición humana, de revestirnos de otras existencias y viajar en el tiempo y el espacio. La conciencia histórica supone siempre un enriquecimiento personal, ya que nos adentra en otros planos y dimensiones de la cultura.

El concepto de cultura histórica expresa una nueva manera de pensar y comprender la relación efectiva y afectiva que un grupo humano mantiene con el pasado. Se trata de una categoría de estudio que pretende ser más abarcadora que la de historiografía, ya que no se circunscribe únicamente al análisis de la literatura histórica académica. La perspectiva de la cultura histórica propugna rastrear todos los estratos y procesos de la conciencia histórica social, prestando atención a los agentes que la crean, los medios por los que se difunde, las representaciones que divulga y la recepción componente estético y una función social, pedagógica, mercantil o simplemente ornamental. Bell (2017).

La formación de una cultura histórica debe comenzar desde las edades tempranas por el valor instructivo y educativo del mismo, aporta capacidades, conocimientos y habilidades que contribuyen a desarrollar la personalidad del individuo, para ello se hace necesario la concepción de un proceso sociocultural que tome partido por la verdad científica y su uso humanista, donde la adquisición de una cultura como tipo específico de la conciencia social y de la actividad humana, puede llegar a constituir una necesidad para el hombre en el propio medio donde se desarrolla.

Si la cultura es el modo en que una sociedad interpreta, transmite transforma la realidad y debe ser asumida como fibra esencial para el desarrollo, y este exige de avances y progresos en los distintos campos y esferas en que se encuentra enmarcado el ser humano. Su indispensable dimensión integral ha quedado expuesta desde los diversos estudios científicos, cumbres y reuniones; que incluye dimensiones culturales, éticas, políticas, sociales, económicas y medioambientales, con una interrelación inherente al propio fenómeno del desarrollo; y más allá de un crecimiento económico, con brechas de inequidad, sin participación de los interesados, la cultura histórica es el modo concreto y peculiar en que una sociedad se relaciona con su pasado. Salazar (2019).

Al estudiar la cultura histórica indagamos la elaboración social de la experiencia histórica y su plasmación objetiva en la vida de una comunidad. Elaboración que, habitualmente, llevan a cabo distintos agentes sociales muchas veces concurrentes a través de medios variados.

La cultura, hilo conductor de la sociedad, debe ser asumida como fibra esencial para el desarrollo, y este exige de avances y progresos en los distintos campos y esferas en que se encuentra enmarcado el ser humano. Su indispensable dimensión integral ha quedado expuesta desde los diversos estudios científicos, cumbres y reuniones; que incluye dimensiones culturales, éticas, políticas, sociales, económicas y medioambientales, con una interrelación inherente al propio fenómeno del desarrollo; y más allá de un crecimiento económico, con brechas de inequidad, sin participación de los interesados. Rodríguez (2015).

Es imposible acceder al pasado en cuanto que pasado. Para aproximarnos a él, debemos representarlo, hacerlo presente a través de una reelaboración sintética y creativa. Por ello, el conocimiento del pasado y su uso en el presente se enmarcan siempre dentro de unas prácticas sociales de interpretación y reproducción de la historia. La conciencia histórica de cada individuo se teje, pues, en el seno de un sistema socio-comunicativo de interpretación, objetivación y uso público del pasado, es decir, en el seno de una cultura histórica. Este último punto es de una importancia crucial para el ser humano ya que los rasgos culturales más importantes de la Historia ayudan a la identidad de un individuo y de un pueblo, ese conjunto de características que delinean la personalidad y que hacen de un grupo humano una entidad única y especial.

En el artículo que a continuación se presenta se proponen algunos requisitos para contribuir a potenciar desde las clases de Historia de Cuba la formación de una cultura histórica lo cual constituye un caudal de fuente de conocimiento.

Metodología

Requisitos para promover la formación de una cultura histórica desde la asignatura Historia de Cuba

La enseñanza de la Historia de Cuba, forma parte de la historia que nos rodea, de la que trasciende, de lo que está en el libro de texto, de la que va más allá de lo que hacemos todos los días en nuestras aulas, por lo bien que se haga; es una posibilidad de constatar que dentro de todos los recursos que intervienen en el proceso de enseñanza-aprendizaje, los medios originales como los documentos históricos escritos tienen una especial atención en las clases de Historia para despertar la formación de una cultura histórica, dichos elementos contribuyen la curiosidad del hecho o de las figura que se esté estudiando a través de la interpretación de lo visual, es decir de lo que sea capaz de transmitir y expresar lo que observa, adquiere un lenguaje más significativo, pues adquiere conocimientos, palabras propias de la asignatura: lo que permite la formación de nuevos significados y el desarrollo de la motivación por descubrir lo nuevo.

La noción de cultura histórica surge, con una tensión teórica y unas implicaciones filosóficas innegables, como un concepto heurístico e interpretativo para comprender e investigar cómo se crean, se difunden y se transforman unas determinadas imágenes del pasado relativamente coherentes y socialmente operativas, en las que se objetiva y articula la conciencia histórica de una comunidad humana. Esa comunidad humana, ese sujeto colectivo, puede acotarse, según múltiples criterios: nacionalidad, lengua, religión, género, clase, generación que comparte experiencias formativas o civilización que se basa en un legado simbólico y material común. Tamm (2015).

Es imposible acceder a los últimos sucesos exactamente de lo que sucedió. Con el fin de acercarse a ella, tenemos lo que la representan y hacen parte del presente a través de una síntesis creativa que se reconstruye. Por esta razón, el conocimiento del pasado y su uso en el presente siempre se enmarca dentro de ciertas prácticas sociales para interpretar y reproducir la historia a través del relato, del intercambio actual y comunicativo.

La conciencia histórica de cada individuo es, pues, creado en el corazón de un sistema social y comunicativo del uso de la interpretación, la cosificación y el público del pasado, es decir, en el corazón de una cultura histórica.

En el último decenio, la cultura histórica ha pasado a ser también un término para designar todo un campo de estudios socio-humanísticos al que se le dedican asignaturas, programas específicos universitarios de grado o de postgrado y centros de investigación. Los estudios sobre cultura histórica y sobre memoria se han convertido en un prolífico ámbito interdisciplinar en el que confluyen filósofos, historiadores, teóricos de la literatura, sociólogos y antropólogos.

Las reflexiones realizadas con anterioridad permiten comprender que contribuir a sentar las bases para la formación de una cultura histórica mediante el proceso de enseñanza -aprendizaje desde las edades escolares es un reto, no sólo por el contexto histórico concreto que distingue al mundo de hoy a nuestro país, sino también por las características psicopedagógicas de estos y las de la asignatura en este nivel educacional lo que conlleva a tener en cuenta diferentes requisitos.

  • Alcanzar progresivamente por parte de los escolares durante los grados precedentes un desarrollo intelectual.

Este elemento indica que después que el escolar adquiere durante los grados que le anteceden al 5to y 6to grado de la escuela primaria un desarrollo intelectual pueden asimilar conscientemente el contenido histórico, operar con abstracciones y en consecuencia realizar reflexiones sustentadas en conceptos, o en relaciones entre hechos, procesos y personalidades objeto de estudio, lo que pueden, entre otras habilidades caracterizar, relatar, comparar, ejemplificar, explicar y valorar.

Ahora bien, para el logro cabal de estos propósitos resulta imprescindible además que el docente tenga en cuenta el diagnóstico de sus escolares desde el punto de vista no solo cognitivo sino también socioeducativo.

  • El profundo dominio del contenido histórico

Es importante el profundo dominio del contenido histórico que ha de tener el maestro pues no puede programar lo que no conoce, tiene que dominar el contenido de la asignatura que imparte, lo primero es lo del libro de texto de sus escolares, y por ende los programas que lo rectoran, ya partir de ahí profundizar los conocimientos que posee a través del estudio sistemático de una variada bibliografía que incluya las diversas fuentes del conocimiento histórico. Solo así, podrá realizar un análisis integral de los componentes del proceso de enseñanza aprendizaje, objetivos, contenido, métodos, medios de enseñanza, formas organizativas y de evaluación que se debe tener en cuenta en el sistema de clases en el que deberá tener presente cómo propiciar la vinculación de la historia nacional con la historia local, el papel trascendental que juega la asignatura en la formación patriótica, antimperialista, latinoamericanista e internacionalista, la educación política-ideológica y de formación de valores, es decir de alto potencial formativo y humanista de que es portadora la historia .de manera tal que los escolares lleguen a comprender y a valorar la esencia de la Revolución Cubana.

  • El trabajo con las ideas o ejes rectores de la asignatura

Estas ideas constituyen una orientación fundamental en la autopreparación del maestro, dado que no aparecen declarados de manera evidente en los programas de la asignatura. Las cuatro ideas o ejes rectores son:

El carácter histórico de la actitud e intenciones de los círculos de poder de los Estados Unidos para apoderarse de Cuba para de esta manera impedir su independencia y soberanía y destruir la Revolución cubana.

El carácter histórico de la actitud del pueblo cubano y sus figuras representativa en el enfrentamiento a esas intenciones y acciones a lo largo de la historia.

La Revolución cubana es una sola desde 1868 hasta nuestros días.

Lo que ha significado la unidad, o la falta de ella, a lo largo de las luchas del pueblo cubano por la independencia y la revolución social.

El socialismo como necesidad histórica y el papel desempeñado en la lucha por su realización, por el liderazgo revolucionario en particular el del compañero Fidel Castro.

  • El desarrollo del modo de razonar histórico

Para lo cual no debe perderse de vista que los escolares deben asimilar los conocimientos fácticos y de esencia, que implica el análisis del hecho histórico desde sus raíces y durante el devenir histórico, el establecimiento de relaciones causales, espaciales y temporales, así como de los nexos y contradicciones que se dan entre los acontecimientos, fenómenos y procesos; el análisis y comparación de los ideales y actuación de las personalidades en el contexto histórico concreto. La adecuada selección de los métodos y procedimientos metodológicos.

Es importante que para que el escolar se potencie la formación de una cultura histórica el maestro tenga concebido siempre los métodos y procedimientos como sistema, que propicien no solo la aprehensión y profundización por los escolares de los conocimientos y habilidades adquiridas, sino también su aplicación a diferentes situaciones, que en consecuencia favorezcan un proceso de enseñanza-aprendizaje que contribuya a propiciar la comunicación y el protagonismo, en el que los escolares puedan actuar de forma consciente y expresar de manera individual y en el marco del respeto y lo que piensan y sienten, para garantizar así el intercambio de ideas entre unos y otros; donde el maestro no se anticipe a sus razonamientos y juicios, y les permita valorar los errores cometidos y rectificarlos.

Es por ello que son convenientes los que orienten y lleven a los escolares a la búsqueda independiente del conocimiento en variadas fuentes del saber histórico, en particular el libro de texto, relatar, describir y compara los hechos objeto de estudio y llegar a generalizaciones; lo que no contradice la utilización de los métodos orales, que en las clases de Historia juegan un papel importante por las potencialidades que tienen para tocar las fibras más sensibles de los escolares. En resumen, métodos que garanticen que ellos sean el centro el proceso, y en el que tengan en cuenta tanto los conocimientos y habilidades precedentes como sus necesidades, motivos e intereses para favorecer el desarrollo de las cualidades de su personalidad.

  • Los medios de enseñanza

Los medios de enseñanza juegan un papel indispensable en la formación de una cultura histórica por eso es necesario que el maestro en las clases de Historia de Cuba no puede dejar de utilizar aquellos que por su contribución posibilitan la formación de representaciones históricas entre ellos se encuentran :la pizarra , en la que el docente , por ejemplo, escribe o traza cuadros sinópticos ,esquemas conceptos, cronologías sobre los hechos históricos objetos de estudio, los libros de texto, fragmentos de documentos históricos, láminas ,gráficas del tiempo y mapas ,por otra parte, están la televisión educativa, los videos los software educativos que influyen de manera especial en el desarrollo de eses pensamiento en los escolares, al ofrecer variados materiales como fotos y fragmentos de películas no contenidos en los libros de texto y que además de constituir elementos probatorios de los hechos históricos que estudian, ejercen una gran influencia emocional.

  • La interdisciplinariedad

Este requisito permite preparar al estudiante para dar respuestas integrales, de ahí, la necesidad de potenciar su desarrollo aprovechando las potencialidades de las diversas disciplinas del currículo escolar, en particular, desde el contenido de la enseñanza de la Historia, pues el estudio de los hechos históricos, las personalidades históricas y la historia local, pueden ser, entre otros, nodos de articulación que ayuden en el cumplimiento de este propósito.

Otros requisitos fundamentales para potenciar la formación de una cultura histórica lo constituyen el conjunto de imágenes, ideas, nombres y valoraciones, que, de forma más o menos coherente, componen la visión del pasado que tiene una sociedad no es fruto hoy exclusivamente, ni quizás predominantemente, de las aportaciones de los historiadores profesionales o académicos. En la creación, diseminación y recepción de esas representaciones del pasado inciden directamente más hoy las novelas y films históricos, las revistas de divulgación sobre historia y patrimonio cultural, las series de televisión, los libros escolares, las exposiciones conmemorativas y las recreaciones de acontecimientos relevantes que llevan a cabo instituciones públicas.

La comunicación, está ligada al desarrollo de la cultura histórica consideran que cuando a la vuelta de los años haya que clasificar dentro de la periodización histórica a esta época, nada será más exacto que llamarla la "era de las comunicaciones" y afirman que lo que se vive actualmente es el estado actual de un proceso que inició cuando el hombre inventó el lenguaje en su forma más primitiva. El surgimiento del lenguaje es una de las revoluciones que el hombre en su infinita vocación creadora ha sido capaz de realizar.

Unos teóricos señalan que el desarrollo tecnológico pretende desaparecer el lenguaje verbal o aunque no se lo proponga, de hecho lo condiciona otros refieren que este fenómeno tecnológico irá modificando y adaptando el lenguaje a los nuevos tiempos.

Pudiera parecer que la forma más simple de comunicación es la que se realiza por medio del lenguaje oral, por ser esta la primera en aparecer en la historia del hombre y también en la vida del niño y que no es menos cierto que surge antes de la escuela u otra institución educativa y que se aprende independientemente de estas. Esta razón entre otras, ha influido en que la Didáctica de la Lengua haya prestado mayor atención a la lengua escrita y en menor medida a la lengua oral, aunque en la actualidad está renaciendo el interés por esta última.

El aprendizaje de la lengua oral no es tan fácil como parece porque en el lenguaje intervienen múltiples factores relativos al desarrollo del intelecto humano, a las potencialidades de su pensamiento, unido a las influencias de tipo social.

El relato oral tiene una significación especial tanto para el presente como para el futuro de los niños preescolares debido a su influencia en el desarrollo afectivo, cognitivo y volitivo, por ello debe ser concebida esta tarea decisiva e impostergable para su desarrollo integral. Aunque este término puede parecer preciso tiene carácter polisemántico por ello es necesario esclarecer que se está haciendo referencia al Relato Creador Oral, porque es la tarea comunicativa que le permite al preescolar crear una historia o cuento en correspondencia con sus experiencias, sueños y fantasías mediante un lenguaje coherente y expresivo.

El educador preescolar debe tener presente que esta tarea debe provocar la necesidad de comunicación dentro de una situación comunicativa motivante y asequible para esta etapa de desarrollo. Debe tener conocimientos previos del tema que se le propone o que él escoge relatar y con intereses para los que no la han vivido. Además, debe ser visto el relato oral como tarea desarrolladora donde se propicien los modos de expresar sus ideas, movilizando sus sentimientos y actitudes de una forma cualitativamente nueva.

Una vía que favorece este proceso educativo es introducir el enfoque comunicativo consciente que la tarea se realiza entre dos o más sujetos activos, donde forma y significado van de la mano. Unido a la concepción de que debe ser un proceso más que un momento dirigido hacia el máximo desarrollo en todas las esferas de la personalidad.

La investigación histórica

La investigación histórica recoge conocimientos o datos de fuentes primarias y los sistematiza para el logro de nuevos conocimientos. No es investigación confirmar o recopilar lo que ya es conocido o ha sido escrito o investigado por otros. La característica fundamental de la investigación histórica es el descubrimiento de los hechos novedosos. El investigador parte de resultados anteriores, planteamientos, proposiciones o respuestas en torno al problema que le ocupa. El investigador de la ciencia histórica tiene como objeto el pasado de la humanidad y como método el propio de las ciencias sociales. No todos los historiadores aceptan la identificación de la historia con una ciencia social, al considerarla una reducción en sus métodos y objetivos, comparables con los del arte si se basan en la imaginación. Los partidarios de su condición científica son la mayor parte de los historiadores de la segunda mitad del siglo XX y del siglo XXI. Buena parte de ellos, desde una perspectiva multidisciplinar Braudel combinaba historia con geografía, Bracher con ciencia política, Fogel con economía, Gay con psicología, Trigger con arqueología, mientras los demás citados lo hacían a su vez con las anteriores y con otras, como la sociología y la antropología.

Esto no quiere decir que entre ellos hayan alcanzado una posición común sobre las consecuencias metodológicas de la aspiración de la historia al rigor científico, ni mucho menos que propongan un determinismo que (al menos desde la revolución einsteniana de comienzos del siglo XX no proponen ni las llamadas ciencias duras. Por su parte, los historiadores menos proclives a considerar científica su actividad tampoco defienden un relativismo estricto que imposibilitaría de forma total el conocimiento de la historia y su transmisión; y de hecho de un modo general aceptan y se someten a los mecanismos institucionales, académicos y de práctica científica existentes en historia y comparables a los de otras ciencias (ética de la investigación, publicación científica, revisión por pares, debate y consenso científico.

La utilización que hace la historia de otras disciplinas como instrumentos para obtener, procesar e interpretar datos del pasado permite hablar de ciencias auxiliares de la historia de metodología muy diferente, cuya subordinación o autonomía depende de los fines a los que estas mismas se apliquen. Para ello debe:

  • Planear cuidadosamente qué va a investigar sobre qué acontecimientos históricos.

  • Recoger, registrar y analizar los datos obtenidos.

  • De no existir estos instrumentos, debe crearlos.

La investigación debe ser objetiva, es decir, elimina en el investigador preferencias y sentimientos personales, y se resiste a buscar únicamente aquellos datos que le confirmen su hipótesis; de ahí que emplea todas las pruebas posibles para el control crítico de los datos recogidos y los procedimientos empleados. Finalmente, una vez sistematizados los datos son registrados y expresados mediante un informe o documento de investigación, en el cual se indican la metodología utilizada y los procedimientos empleados para llegar a las conclusiones presentadas, las cuales se sustentan por la misma investigación realizada.

En la investigación sobre el contenido histórico deben darse una serie de características para que sea en realidad científica:

  • Estar planificada, es decir, tener una previa organización, establecimiento de objetivos, formas de recolección y elaboración de datos y de realización de informe.

  • Contar con los instrumentos de recolección de datos que respondan a los criterios de validez, confiabilidad y discriminación, como mínimos requisitos para lograr un informe científicamente valido.

  • Ser original, esto es, apuntar a un conocimiento que no se posee o que este en duda y sea necesario verificar y no a una repetición reorganización de conocimientos que ya posean.

  • Ser objetiva, vale decir que el investigador debe tratar de eliminar las preferencias personales y los sentimientos que podrían desempeñar o enmascarar el resultado del trabajo de investigación.

  • Disponer de tiempo necesario a los efectos de no apresurar una información que no responda, objetivamente, al análisis de los datos que se dispone.

  • Apuntar a medidas numéricas, en el informe tratando de transformar los resultados en datos cuantitativos más fácilmente representables y comprensibles y más objetivos en la valoración final.

  • Ofrecer resultados comprobables y verificarles en las mismas circunstancias en las se realizó la investigación.

  • Apuntar a principios generales trascendiendo los grupos o situaciones particulares investigadas, para los que se requiere una técnica de muestreo con el necesario rigor científico, tanto en el método de selección como en la cantidad de la muestra, en relación con la población de que se trate.

Conclusiones

En la escuela primaria donde juega un rol esencial el docente, es imprescindible desde las primeras edades la formación de una cultura histórica componente esencial de la cultura general e integral a formar en las nuevas generaciones. Por ello, se requiere de una profunda preparación pedagógica, cultural e histórica, que le permita contribuir al cumplimiento del propósito formativo de la enseñanza de la Historia.

La cultura histórica es sinónimo de desarrollo, conocimiento, posibilita abrir la puerta a lo desconocido, buscar nuevos caminos, sociabilizar los conocimientos, engrandecer el alma de la enseñanza como herramienta necesaria para lograr en los estudiantes los conocimientos de sus antepasados, de su cultura, en fín de su historia.

Referencias bibliográficas

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Quintana, F. (2013) Didáctica de la Historia de Cuba para maestros primarios. Pueblo y Educación. La Habana, Cuba. [ Links ]

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Salazar, Y. (2019). El desarrollo cultural, complicidad necesaria. Revista Estudios del Desarrollo Social: Cuba y América Latina, 7(1), 88-89. http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_abstract&pid=S2308-01322019000100088Links ]

Tamm, M. (2015). Afterlife of Events: Perspectives on Mnemohistory. Basingstoke: Palgrave Macmillan. https://www.amazon.com/-/es/Marek-Tamm/dp/1349500623Links ]

Recibido: 09 de Marzo de 2022; Aprobado: 26 de Abril de 2022

*Autor para correspondencia. E-mail: mutrera@ucf.educ.cu

Los autores declaran no tener conflictos de intereses.

Los autores han participado en el diseño y redacción del trabajo, y análisis de los documentos.

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