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Introducción
El emprendimiento ha existido desde hace mucho tiempo, con personas que han tomado la iniciativa de comenzar sus propios negocios y empresas desde la antigüedad. A lo largo de la historia, el emprendimiento ha evolucionado y ha sido influenciado por temas sociales, políticos y económicos. En el pasado, el comercio era común entre diferentes culturas y civilizaciones. Los primeros emprendedores eran comerciantes y artesanos que producían y vendían sus productos a otros individuos y comunidades.
Durante la Edad Media, el emprendimiento se volvió más formalizado, con la creación de corporaciones y guildas comerciales que regulaban el trabajo y el comercio. Los emprendedores de esta época eran principalmente artesanos y comerciantes que producían y vendían sus productos en el mercado. Con la Revolución Industrial del siglo XVIII, el emprendimiento evolucionó aún más, con la creación de empresas más grandes y la introducción de la producción en masa. Esto llevó a la aparición de empresarios industriales que se dedicaban a la producción y la venta de productos en grandes cantidades.
En el siglo XX, el emprendimiento se volvió aún más diversificado, con la aparición de nuevas industrias y tecnologías. Los emprendedores de esta época incluyen tanto a personas que comienzan negocios tradicionales como a aquellas que se dedican a la innovación y la tecnología. En la actualidad, el emprendimiento sigue siendo una opción atractiva para muchas personas que quieren tener control sobre su destino profesional y tener la libertad y la flexibilidad de trabajar por sí mismas. A pesar de los desafíos y los riesgos, el emprendimiento sigue siendo una opción muy gratificante y exitosa para aquellos que están dispuestos a trabajar duro y a asumir la responsabilidad de dirigir su propio negocio.
Emprender es crear y dirigir una empresa. Puede incluir la innovación, el riesgo y el espíritu emprendedor necesarios para convertir una idea en un negocio viable. Los emprendedores son personas que toman la iniciativa de comenzar su propio negocio en lugar de trabajar para otra empresa.
El emprendimiento puede ser una opción atractiva para aquellos que quieren tener control sobre su destino profesional y tener la libertad y la flexibilidad de trabajar por sí mismos. Sin embargo, también conlleva riesgos y desafíos, como la incertidumbre financiera y la responsabilidad de tomar decisiones importantes para el negocio.
El emprendimiento femenino es configurar recursos y llevar a cabo una empresa con éxito por una mujer. El emprendimiento es una opción atractiva para muchas mujeres que quieren ser dueñas de su destino profesional y tener la libertad y la flexibilidad de trabajar por sí mismas.
El emprendimiento femenino se ha incrementado debido las nuevas formas de pensamiento e inclusión de las diversidades de género, ya que las mujeres están demostrando ser tan exitosas como los varones. Sin embargo, aún existen desafíos específicos, como la falta de acceso a financiamiento y recursos, la discriminación de género. A pesar de estos desafíos, hay muchas oportunidades para las mujeres emprendedoras. Existen organizaciones y recursos diseñados específicamente para apoyar a las mujeres emprendedoras, incluyendo programas de capacitación y asesoramiento, fondos de inversión y redes de apoyo.
A nivel global se han producido cambios significativos, para una mejor igual de oportunidades entre ambos géneros, sin embargo, se considera que aún queda un camino largo por recorrer; por lo que existen diversos motivos (crecimiento de la economía, disminución de la igualdad de género, tener un mayor desarrollo social, etc.), la pandemia del COVID 19 ha llevado a reinventarse ante está difícil situación la generación de empresas ha venido en aumento por lo que va de la pandemia según el Global Enterperneurship Monitor, Latinoamérica fue una de las que presenta mayor porcentaje de participación femenina en emprendimiento y start up y Colombia se encontró en el primer lugar como el país de mayor crecimiento de mujeres emprendedoras, llegando a alcanzar un 30,2 %, pasando a Panamá, llegando a alcanzar un 29,1 % y México, con un 26 % de crecimiento. Incluso, las cifras de los colombianos superaron los de la región, aumentando un 24 % (Infobae, 2022).
El emprendimiento se considera como la herramienta clave para desarrollar la economía en un país, motivo por el cual muchas personas se inclinan a desarrollar una idea de negocio, no obstante, en la mayoría de países es visible que es menor el porcentaje de femeninas emprendedoras en comparación con los hombres, debido a diversas barreras que se presentan tales como de sector, educación, ocupacionales, estructurales, conceptuales, culturales y de género, siendo las barreras de carácter estructural el principal obstáculo que afrontan las femeninas al instante de querer emprender (Elizalde et al., 2022). La intención emprendedora arroja una nueva luz sobre la compleja dinámica del comportamiento emprendedor en América Latina, considerando la importancia de la diferencia de género y sus efectos en la intención empresarial, para que se pueda tener un desarrollo sostenible, relacionado con la reducción de desigualdad, igualdad de género y la equidad social. (Contreras et al., 2021).
Desde el panorama del emprendimiento femenino en estudiantes universitarios debido al desarrollo social y económico, principalmente en los países en desarrollo a través del espíritu empresarial, las empresas, las organizaciones gubernamentales y los órganos legislativos han prestado especial atención al desarrollo empresarial. Sin embargo, estos desarrollos son imposibles sin fortalecer la intención emprendedora de las estudiantes, revelando dos antecedentes empresariales (actitud y norma subjetiva) tienen un impacto beneficioso significativo en la intención emprendedora. La actitud emprendedora y las normas subjetivas desempeñan un papel vital para las estudiantes bangladesíes a la hora de mejorar su intención emprendedora (Rahman et al., 2022).
Por lo antes expuesto (Weng et al., 2022) considera necesario que, los centros educativos realicen actividades en la cual los estudiantes se involucren en problemas a nivel mundial para que puedan desarrollar sus competencias emprendedoras basadas en las 5E (envolver, explorar, explicar, elaborar y evaluar) y se puedan convertir en estudiantes creativos y emprendedores, que puedan brindar soluciones eficientes a través de sus emprendimientos.
Las mujeres emprendedoras comparten muchas de las mismas características que los hombres emprendedores, pero también tienen algunas características únicas que las distinguen como: la visión y pasión, las mujeres emprendedoras tienen claro lo que quieren lograr y una pasión por su trabajo y su negocio; persistencia, las emprendedoras son personas que no se dan por vencidas fácilmente y tienen la determinación y la perseverancia necesarias para superar obstáculos y desafíos; adaptabilidad, las mujeres emprendedoras son capaces de adaptarse a cambios y nuevas situaciones y encontrar soluciones creativas a problemas; liderazgo, las emprendedoras tienen la capacidad de liderar y motivar a un equipo y tomar decisiones importantes para el negocio; habilidades de comunicación, las mujeres emprendedoras son capaces de comunicarse efectivamente con clientes, proveedores y empleados; habilidades financieras, las emprendedoras tienen un buen conocimiento de finanzas y son capaces de manejar el presupuesto del negocio de manera eficiente; habilidades de marketing y publicidad, las mujeres emprendedoras tienen conocimientos de marketing y publicidad y son capaces de promocionar y vender productos o servicios de manera efectiva; innovación y creatividad, las emprendedoras son creativas, pueden encontrar soluciones innovadoras a problemas y desafíos. Cada mujer es única y puede tener un conjunto diferente de habilidades y características que la hacen exitosa como emprendedora.
La presente investigación tiene relevancia ya habiéndose demostrado líneas arriba que las femeninas embarcan su espíritu emprendedor porque lo necesitan más que por buscar oportunidades para los países en desarrollo se deberían implementar medidas que promuevan el espíritu emprendedor en las mujeres tales como cursos de tutoría y formación, apoyo a la conciliación emprendedora y familiar, redes más sólidas y en contrataciones públicas. Para que de esa manera los gobiernos ayuden a las femeninas a tener acceso con facilidad a un financiamiento y se mejore la educación emprendedora, incrementando la confianza en las mujeres en sí mismas y en sus capacidades propias de emprendimiento (Martínez et al., 2022). Se pretende con la presente investigación caracterizar el emprendimiento femenino en estudiantes universitarias cómo respuesta a la pandemia del covid 19.
Materiales y métodos
Se empleó el análisis documental y la revisión literaria como técnica para recolectar información, siendo de gran ayuda para la construcción y análisis del emprendimiento femenino en estudiantes universitarios, del mismo modo para la selección exhaustiva de información se tuvo en cuenta la esquematización PRISMA (Preferred Reporting Items for Systematic Reviews and Meta-Analyses). (Fig 1).
Por lo tanto, para seleccionar los distintos artículos de revisión bibliográfica y científicos, se realizaron diversos filtros de búsqueda, iniciando desde la selección donde el título, resumen y palabras claves, que tuvieron similitud con la variable de estudio (emprendimiento femenino), asimismo se tomó la misma población de estudio (estudiantes universitarios), siendo información de los últimos 5 años es decir desde el 2018 hasta el 2022,
Los artículos seleccionados fueron considerados de acuerdo con el criterio de inclusión y exclusión, eliminándose por duplicidad, porque no tienen relación con lo que se estuvo investigando.
Resultados
De los 6,996 artículos encontrados, el 35% (2,438) correspondió a la base de datos de Scopus, al buscar mediante el termino female and entrepreneurship, de quienes luego de realizar una lectura y análisis profundo del título, resumen y contenido se logró seleccionar a 5 artículos, del mismo modo el 54% (3,744) correspondió a la base de datos de science direct al buscar mediante el termino female and entrepreneurship, de quienes luego de realizar una lectura y análisis profundo del título, resumen y contenido se logró seleccionar a 5 artículos, asimismo; el 5% (368) correspondió a la base de datos de Scielo, al buscar mediante el termino emprendimiento femenino, de quienes luego de realizar una lectura y análisis profundo del título, resumen y contenido se logró seleccionar a 5 artículos, y por último el 6% (446) correspondió a la base de datos de Ebsco, al buscar mediante el termino female entrepreneurship, de quienes luego de realizar una lectura y análisis profundo del título, resumen y contenido se logró seleccionar a 5 artículos, del todo ello considerándose a 20 artículos, los mismos que están organizados (tabla 1 y fig. 2)
Tabla 1 - Selección de los artículos científicos participantes de la investigación
| Base de datos | Términos buscados | Artículos encontrados | Artículos seleccionados |
|---|---|---|---|
| Scopus | female and entrepreneurship | 2,438 | 5 |
| Science Direct | female and entrepreneurship | 3,744 | 5 |
| Scielo | emprendimiento femenino | 368 | 5 |
| Ebsco | female entrepreneurship | 446 | 5 |
| Total | 6,996 | 20 | |
Nota: La tabla muestra la selección de los 20 artículos de principales bases de datos teniendo en cuenta los términos de búsquedaFig. 2 - Porcentaje de selección de los artículos hallados en las diversas bases de datos
En la época actual el emprendimiento femenino ha tomado mayor relevancia por la forma sutil de las mujeres cuando direccionan una empresa, además, el espíritu de liderazgo que poseen para ocupar puestos más altos dentro de una organización. El emprendimiento es un proceso que busca generar riqueza y para ello, se necesita buscar un problema y satisfacerlo. Conociendo que las mujeres afrontan muchos retos en la sociedad, uno de ellos es la falta de equidad entre las organizaciones constituidas por las mujeres y hombres. Se considera que las mujeres son más lideres en empresas más pequeñas en relación con el género opuesto. De tal manera, existe una alta probabilidad de emprender un negocio y lo que genera mayores desafíos que deben de superar como empresa.
Zsár (2021) en su investigación sobre el emprendimiento femenino encontró que, aunque la brecha de género en el emprendimiento está reduciendo lentamente a nivel mundial, la proporción de femeninas emprendedoras continúa siendo menor a la de los masculinos, evidenciándose que se debe a que no existe confianza en sí mismas, existe desmotivación, no reciben apoyo del entorno, por lo que su emprendimiento tiende a ser solitario y su labor a tiempo parcial. Por ello los centros educativos superiores no solo deben entregarles materiales didácticos innovadores, y crear un círculo universitario, sino que también se les debe brindar apoyos con programas intensivos de tutoría y formación basándose en el desarrollo de habilidades duras y blandas, habilidades para que se establezcan contactos, mentalidad emprendedora, y ayuda a estudiantes femeninas como emprendedoras potenciales para lograr sus propósitos.
Del mismo modo, (Bortoluzzi et al. 2020) en su estudio encontraron que las mujeres tienden a invertir en una carrera profesional como una manera de estar activas en el mercado laboral, destacando su perfil profesional y su potencial de éxito, para desarrollar destrezas y habilidades de liderazgo que les ayude a enfrentar las diversas dificultades y retos que se enfrenta todo emprendimiento, teniendo como factores influyentes para emprender; la independencia económica, estar más cerca de sus hijos y conciliar entre su familia y trabajo.
A su vez, (Huamán et al. 2022) demostraron que los emprendimientos femeninos están mayormente enfocados en áreas comerciales y servicios con empresas más pequeñas, en donde su crecimiento depende en las ventas que realicen, el grado de innovación y la rentabilidad alta, por ende se afirmó que sus emprendimientos están más enfocados en las necesidades que en las oportunidades, convirtiéndose en menos importantes en el entramado productivo de un determinado país, debido a que no necesitan tener un significado impacto, no en capital humano, empleabilidad, ni en ventas, no en volúmenes de exportación.
Sin embargo, hoy en día no pudiéramos hablar de emprendimiento femenino, sin resaltar que fue necesario el reclamo imperioso de mujeres, quienes en marchas y protestas desde el siglo XX, pedían vivir en una sociedad justa, equitativa y gozar de un mundo que les permitiera crecer y desarrollar sus anhelos, por lo que, en aras de promover la libertad, la igualdad de género y eliminar la discriminación sexual, nace este pensamiento que exige el acceso a hombres y mujeres al mercado laboral, a una sociedad justa, a gozar de los mismos derechos y oportunidades especialmente en la vida pública y laboral, y por lo tanto que cada mujer llegue a donde quiera llegar. Buscando culminar con la opresión en las mujeres, dejar de lado a la mujer sumisa y domesticada, quien desde el siglo XX viene luchando por la igualdad de género, por contar con una sociedad justa y equitativa, en donde se les brinde los mismos derechos y deberes como a varones, por ejemplo, el derecho al voto, las mismas condiciones laborales, las mismas oportunidades en todos los aspectos, en donde puedan desarrollarse plenamente
Es así como, las mujeres se encuentran influenciadas y altamente motivadas por una combinación de factores, tales como los factores económicos, sociales, y rasgos personales de los emprendedores, es así como afrontan distintas dificultades, y ven el espíritu emprendedor como la solución a sus necesidades causadas por el desempleo o por las malas condiciones de un trabajo formal, también ven su espíritu emprendedor como una oportunidad para incrementar sus ingresos y puedan tener independencia financiera (Silva et al., 2021). Aunque el espíritu emprendedor se ha convertido en una fuente de trabajo cada vez más indispensable para las mujeres en diversos países, aún todavía no se iguala al de los varones (Ribes et al., 2019).
Por otra parte Justus (2021) en su investigación en estudiantes de una universidad alemana y checa examina las diferencias específicas de género en forma de varios componentes diferentes de la competencia empresarial. Este estudio se centra en particular en el conocimiento empresarial, el interés específico del dominio en el espíritu empresarial, el interés en los roles de liderazgo e intención empresarial y la intención intraempresarial. Mostrando que hay valores estadísticamente significativos más bajos para las estudiantes femeninas que para los estudiantes masculinos para todas las variables investigadas, es decir, con excepción de la intención intraemprendedora. Estos hallazgos subrayan la necesidad de una promoción específica del espíritu empresarial femenino en el contexto de la educación académica para el emprendimiento.
Las economías neoliberales han fomentado el espíritu empresarial a través de la reestructuración y reducción del empleo en el sector público, un énfasis en la agencia individual y en convertirse en empresario como un proyecto procesual de uno mismo. El espíritu empresarial femenino como fenómeno situado toma formas particulares en este contexto, convertirse en empresaria implica procesos de reestructuración organizacional, conflictos laborales en el empleo anterior, enfermedad, problemas familiares y una visión de la vida como un proyecto trabajado y vivido de manera diferente a la encapsulada en el empleo convencional. Emprender aquí se convierte en ruptura, pero también en compromiso con nuevas estructuras de apoyo empresarial, en este caso un centro de coworking exclusivamente femenino (Griffin & Häyrén, 2022).
En ese mismo orden de ideas (Vamvaka et al. 2020) identificó las diferencias relacionadas con el género en los niveles y las interrelaciones entre la actitud emprendedora y la intención empresarial los resultados mostraron que la actitud consta de dos componentes: uno instrumental y otro afectivo; el control conductual percibido se compone de dos factores: la autoeficacia percibida y la controlabilidad percibida; y la intención empresarial está mejor representada por tres factores: la intención de elección, el compromiso con el espíritu empresarial y el espíritu emprendedor incipiente. Los hallazgos indicaron además que la actitud afectiva y la autoeficacia percibida son, con mucho, los predictores más fuertes de la intención, destacando así el papel emocional en el proceso empresarial. De la misma forma la relación entre el compromiso con el emprendimiento y el emprendimiento naciente es más fuerte entre el género masculino que femenino.
Las mujeres enfrentan oportunidades y desafíos específicos de género en sus esfuerzos empresariales. Sin embargo, la investigación sobre cómo el género y la cultura interactúan dinámicamente; cómo la cultura afecta el espíritu empresarial de las mujeres en múltiples niveles (es decir, individual, equipo, empresa, región y sociedad en su conjunto); y cómo la actividad empresarial de las mujeres, a su vez, afecta las normas, los valores y las prácticas sociales, hasta ahora se ha fragmentado y dispersado en múltiples plataformas teóricas. Se propone un marco para el emprendimiento de las mujeres y la investigación cultural con tres temas superpuestos que incluyen expectativas e identidades de roles de género, dimensiones culturales sociales y el entorno empresarial (Bullough et al., 2022).
En Perú el espíritu emprendedor de las mujeres ha ido creciendo constantemente a lo largo del año. No obstante, introducen una serie de barreras limitantes que afectan a la sostenibilidad del negocio, el hecho de que, si bien afecta a la igualdad de género, también afecta a la economía del país. Los resultados muestran que el 39% de las mujeres peruanas se consideran emprendedoras, el otro 77,3% pertenecen al sector informal de la economía, siendo sus principales fuentes de motivación el apoyo económico y la motivación personal. Entre los factores habilitantes y limitantes se percibieron una gama de características divididas en aspectos personales, familiares, sociales, económico y tecnológicos, fortalecer el apoyo institucional y la red de contactos; por el contrario, la falta de inversión en capital social y la violencia doméstica (Aranibar et al., 2022).
El espíritu emprendedor es una actitud, se caracteriza por la innovación, la creatividad y el riesgo, y que se aplica en crear nuevos negocios y empresas. En Perú, el espíritu emprendedor ha estado presente desde la época precolombina, con el comercio entre diferentes culturas y civilizaciones. En la actualidad, el espíritu emprendedor sigue siendo una parte importante de la cultura peruana y hay muchas personas que buscan iniciar y desarrollar sus propios negocios. Sin embargo, el emprendimiento en Perú también enfrenta algunos desafíos, como lo es el escaso financiamiento y la falta de infraestructura y servicios básicos en algunas áreas.A pesar de estos obstáculos, el espíritu emprendedor sigue siendo una parte importante de la cultura peruana y hay muchas organizaciones y programas que apoyan el emprendimiento y el desarrollo de nuevos negocios en el país. Además, el gobierno peruano ha tomado medidas para promover el emprendimiento.
En México (Carrillo et al., 2021) investigaron que la influencia de las variables: formación emprendedora, actitud, norma subjetiva, control conductual, género, intención de desempeño y cómo estas variables inciden en el objeto de investigación sobre su espíritu emprendedor, se puede determinar que el 85% de las estudiantes universitarias mostraron una preferencia por ser emprendedoras y los estudiantes varones mostraban una diferencia del 74 %, ya que creen que ser emprendedor tiene más ventajas. El 82% de las estudiantes dice tener más habilidades para convertirse en emprendimiento y start up, seguida por el 76% de los hombres. Sin embargo, las intenciones empresariales aún estaban empatadas entre estudiantes masculinos y femeninos en 7 % y 85%, respectivamente. La formación emprendedora es el proceso de adquirir las habilidades, conocimientos y experiencias necesarios para tener éxito como emprendedor.
Existen diferentes opciones para obtener formación emprendedora, como:
Programas de formación: muchas universidades y escuelas ofrecen programas especializados en emprendimiento y negocios que proporcionan a los estudiantes lo necesario para emprender
Cursos y talleres: existen muchos cursos y talleres de emprendimiento disponibles en línea y en persona que ofrecen formación específica en temas como finanzas, marketing y planificación de negocios.
Asesoramiento y mentoría: contar con un mentor o un asesor experto puede ser muy útil para obtener consejos y guía en el proceso de emprendimiento.
Experiencia práctica: la experiencia práctica es una forma valiosa de obtener formación emprendedora. Esto puede incluir trabajar en un negocio existente, iniciar un negocio a tiempo parcial o involucrarse en proyectos emprendedores a través de organizaciones sin fines de lucro.
Es importante tener en cuenta que la formación emprendedora es un proceso continuo y es necesario estar dispuesto a aprender y adaptarse a los cambios y desafíos del emprendimiento. Con una combinación de formación y experiencia, puedes desarrollar las habilidades para emprender.
La educación empresarial es necesaria para el desarrollo socioeconómico de los países, esto por su impacto en las intenciones empresariales de los estudiantes. Encontrando una actitud favorable entre el emprendimiento y la motivación de los estudiantes, teniendo un efecto significativo y positivo en la intención de desempeño. La elección de carrera y la experiencia laboral también resultaron ser predictores relevantes. El espíritu emprendedor de un alumno incrementa cuando logra percibir que su enseñanza es útil para su vocación emprendedora. Por lo demás, es más probable que un alumno inicie un negocio si tiene experiencia laboral y sigue una carrera con perfil emprendedor.
En una universidad panameña (Salgado, 2021) demostraron que las variables que inciden positivamente en el espíritu emprendedor son las actitudes hacia el mismo y el control que perciben, siendo esta influencia mayor en los hombres que en las mujeres. Por otro lado, no se observó un efecto moderador estadísticamente significativo de la formación empresarial. Se muestran como resultados de este estudio que son importantes para el diseño de regímenes y programas que promuevan las aspiraciones de los universitarios, tengan en cuenta las diferencias de género y reflexionen sobre la educación para el emprendimiento que se persigue actualmente en la docencia universitaria.
En ese mismo contexto Araya (2021) analizó los factores motivacionales para la intención emprendedora entre universitarios que toman cursos de emprendimiento y start up. La intención de emprender del alumno incrementa al momento de percibir que la enseñanza le ayuda en su formación emprendedora y creando la convicción profunda, que lo hace creer capaz de hacer negocios. Siendo, más probable que un alumno inicie un negocio si tiene experiencia laboral y sigue una carrera con perfil emprendedor. Esto muestra la importancia de desarrollar currículos que generen confianza en los estudiantes y actitudes de apoyo hacia la enseñanza del espíritu empresarial.
Por su parte, (Krauss et al. 2020) mencionan que existen factores motivacionales push y pull, y balance que afecta en la vida del emprendimiento femenino, siendo así los pull son los que motivan a emprender de manera interna a las mujeres, mientras que el push está vinculado de manera externa tales como los incentivos bajos que reciben luego de ser despedidas, o la insatisfacción laboral, siendo así como ambos factores están relacionados con el deseo de ser independientes. Asimismo, el factor balance está relacionado con el desarrollo rápido de la tecnología y la falta de tiempo entre la familia y el trabajo, lo que hacen que las mujeres se decidan a emprender para pasar más tiempo con su familia.
En base a todo ello se considera que no es ajeno al conocimiento, que la mujer no ha contado con las mismas oportunidades laborales que los hombres, y ello quizás por diversas razones históricas y económicas, lo que conlleva a que sigan presentando una desventaja frente al género masculino; puesto que no contó con igual apertura al sector empresarial, educativo, político y social, a poseer capacitación, entrenamiento o reforzamiento cuando los necesitó, entre otros.
La humanidad es más inclusiva y se ha incrementado la igualdad de género, a pesar de estos hitos, todavía existen desafíos para las mujeres en el lugar de trabajo. Algunas de las desventajas más comunes incluyen:
Discriminación de género: las mujeres a menudo enfrentan discriminación en el lugar de trabajo basada en su género, ya sea en términos de oportunidades de empleo, promoción o salario.
Brecha salarial: en muchos lugares, las mujeres tienen escalas salariales menores que los varones, que se conoce como brecha salarial de género. Esto puede afectar la motivación femenina.
Falta de representación en puestos de liderazgo: las mujeres a menudo tienen menos oportunidades de ascender a puestos de liderazgo y están menos representadas en los consejos de administración y otras posiciones de poder.
Carga de responsabilidades familiares: las mujeres a menudo tienen más responsabilidades en el hogar, esto puede dificultar el desarrollo de la vida familiar.
Estereotipos de género: las mujeres a menudo enfrentan estereotipos de género que limitan sus oportunidades y expectativas en el lugar de trabajo. Por ejemplo, se espera que las mujeres sean más emocionales y menos capaces de tomar decisiones racionales.
Es importante tener en cuenta que estas son solo algunas de las desventajas que enfrentan las mujeres en el lugar de trabajo. A pesar de estos desafíos, hay muchas mujeres que han tenido éxito en sus carreras y han roto barreras en una variedad de campos profesionales.
Es así como se considera que para que las femeninas se decidan de emprender también deben tener en cuenta diversos elementos individuales, es decir, que tengan la necesidad de logro, de sentirse autorrealizadas, y sobre todo desarrollen la habilidad para que puedan asumir riesgos y sean tolerantes a la incertidumbre, sin embargo, estos elementos no son del todo suficiente ya que también tiene que desarrollar elementos sociales en el cual su desmotivación en el trabajo, el no tener la opción de ascender de puesto, el que no se genere un buen clima laboral donde trabajan y el que tengan dificultades económicas son las que incentivan a las mujeres a que puedan iniciar con un emprendimiento.
También sus familiares son los actores principales desde varias perspectivas, siendo ellos, los que motivan a las mujeres a emprender, ya sea porque sus padres tiene sus propios emprendimientos, o por que han laborado sin depender de un centro laboral, o porque las mujeres madres de familia desean pasar más tiempo con sus hijo y consideran que trabajando para otra persona no pueden, por ello al tener su propio emprendimiento ellas podrán tomar la decisión de que tiempo le dedican a su emprendiendo y que tiempo a sus hijo, logrando tener un equilibrio en ambos. Además de ello, las mujeres que deciden emprender cuentan con el apoyo económico de sus familiares para iniciar un negocio incentivándolas en su gran aventura empresarial.
Considerando que el motor principal que motiva a las mujeres a emprender es la necesidad económica que ellas tienen, más que identificar el deseo de desarrollar su idea innovadora o identifiquen una oportunidad en un cierto rubro; convirtiéndose en dueñas de emprendimientos pequeños, siendo su rubro principal empresas que ofrezcan servicios y que están mejor posicionadas para poder llegar a varios segmentos de los mercados; sin embargo, los mujeres que emprenden tienden a enfrentarse con dificultades estructurales para que puedan acceder a capital y crédito limitado, lo que impide que sus negocios no crezcan al mismo ritmo que al de los negocios de hombres
Por ende, los emprendimientos femeninos están definidos por la creación de empresas que son propiedad de mujeres, destacando una mujer con carácter, que sabe luchar ante las adversidades, resiliente, que posee gran creatividad e iniciativa propia y no se amilana ante nada ni nadie para crear su propio negocio, aquella mujer que asume retos practicando acciones para su desarrollo y satisfacción de sus objetivos y metas trazadas. Desempeñando un rol indispensable en el incremento social y económico de un determinado país. Su inclusión en el campo laboral ha permitido obtener grandes beneficios para una empresa y por ende una nación, su destacable participación en el mundo laboral ha logrado la reducción en la brecha de género y la creación de leyes que busquen la igualdad de género, teniendo la misma oportunidad y acceso a recursos, que los empresarios de género masculino.
Aun así, las mujeres no se amilanan, resaltando que “Las mujeres crean un negocio por oportunidad y no por necesidad” un gran porcentaje de mujeres suelen emprender un negocio porque detectan un hueco en el mercado y si a ello se le suma que disponen de estudios técnicos, universitarios, entre otros, que poseen una gran creatividad al momento de establecer su publicidad, estas cualidades se tornan como una oportunidad para ejecutar su propio negocio. Sin embargo, no podemos dejar de lado la importancia del acompañamiento a la mujer por parte de las organizaciones privadas y públicas, desde que nace una idea de formar un emprendimiento hasta la puesta en marcha de este. Así como, el apoyo con financiamiento considerando la importancia y el valor que aporta un nuevo proyecto empresarial a una nación. Nos encontramos en un mundo en donde no deben existir barreras que impidan la ejecución de los emprendimientos femeninos.
No obstante, es básico que las mujeres estén convencidas que cuentan con capacidades, habilidades y actitudes que puede conllevar hacer que sus empresas sean exitosas y que sus ideas de negocio pueden generar grandes beneficios en su entorno. Es importante dejar de lado estereotipos y apostar por asumir retos que puedan generar grandes proyectos de impacto social.
Es indiscutible que la mujer, considerada muchas veces como el sexo débil, ha demostrado ser muy fuerte y asumir grandes retos, así como presentar una gran autoconfianza que la lleva a conocer quién es y cuán lejos puede llegar si así se lo propone. Confiar en sus capacidades, poder aprovecharlas y ponerlas en práctica en un nuevo emprendimiento. Saber adaptarse a los cambios y enfrentar las circunstancias que puedan presentarse sabiendo tomar decisiones y sobresalir ante las adversidades. Sin duda el emprendimiento femenino exige que toda mujer posee una ambición al éxito, al crecimiento y al reconocimiento social, situaciones que permitirán una gran satisfacción profesional y más aún personal en las mujeres y en su familia.
Apoyar el emprendimiento es importante porque genera actividad económica a un país, por ende, el empoderar a las mujeres a ser independientes financieramente, también, ayuda a otras mujeres a hacer lo mismo o a contratar a las demás para trabajar en conjunto, se considera una valoración a las habilidades blandas de las mujeres y sus talentos como libertad de género porque las incluye dentro de la sociedad.
Las habilidades que poseen las mujeres siempre tienen que estar ligadas a la capacidad de planificar las cosas, cuando se quiera emprender, es necesario tener en cuenta aspectos como: marketing, finanzas y ventas. Otra capacidad a tener es la del análisis, siendo necesario estudiar el mercado y a la competencia, con ello se hará frente a los cambios que sucedan en la actualidad y lo que pueda suceder en un futuro. Además, la capacidad de negociar también se considera importante, porque esto busca una buena relación con los socios, clientes y/o proveedores, y con eso se deben desarrollar nuevas habilidades de persuasión comunicativa con la finalidad de poder generar ganancias para todos. Y también está la capacidad de motivarse, esta es la capacidad más importante porque si no se tiene una fuerte mentalidad para afrontar situaciones difíciles, es muy posible que el emprendimiento no llegue a ser exitoso, es necesario saber gestionar las emociones, ser empático y ser una líder para ellas mismas y para sus colaboradores.
Por otro lado, es de vital importancia resaltar que muchas mujeres hoy en día emprenden un negocio por diferentes razones, más allá de poder obtener mayores ingresos, se dispone de un horario flexible, deseo de perseguir su pasión y disponer de mayor tiempo para su familia, aspectos valiosos para el género femenino.
El emprendimiento femenino mayormente está enfocado en el mundo de la moda, muchas emprendedoras llegan a emprender en este rubro, ayudando a las marcas recién creadas a ser presentadas en desfiles de moda, donde permitan ver el talento de las mujeres en sus diseños, su crecimiento y consigan mejores oportunidades de negocio. Otro emprendimiento que ha dado mucho de qué hablar son los hoteles que relacionan a la tecnología, esto genera que los clientes tengan mejor estadía y experiencia. Los departamentos son acogedores, y son especiales por su diseño original. Por último, las plataformas de comercio digital entre tiendas de barrios son otros emprendimientos femeninos que han tomado mucha importancia en la economía nacional, muchos de estos servicios son diseñados para personas que pertenezcan a una clase social media alta, los dueños mantienen una relación directa con los proveedores evitando gastos innecesarios en intermediarios.
Conclusiones
Al caracterizar el emprendimiento femenino en estudiantes universitarias cómo respuesta a la pandemia del COVID 19, se ha encontrado que las mujeres tienden a emprender mayormente por necesidad, ya sea económica o por sentirse autorrealizadas y avanzar en su carrera profesional, o porque no se sienten satisfechos con sus trabajos, ya que su centro laboral no les permite ascender a un puesto con más alta jerarquía y prefieren pasar más tiempo con sus hijos. El emprendimiento puede ser una forma de autorrealización para muchas personas, ya que les permite trabajar en algo que les apasiona y tener control sobre su destino profesional. Además, el emprendimiento ofrece la oportunidad de tener un impacto positivo en la comunidad y en el mundo, lo que puede ser muy gratificante para aquellos que buscan la autorrealización.
Es importante investigar y prepararse adecuadamente antes de iniciar un negocio y estar dispuesto a trabajar duro y asumir la responsabilidad de dirigir un negocio. Si estás dispuesto a asumir estos desafíos, el emprendimiento puede ser una forma muy gratificante y significativa de autorrealización.
Las mujeres que emprenden tienen menores beneficios que los hombres, teniendo una desventaja considerable al momento de querer dirigir una empresa, si bien es cierto esa brecha de desigualdad cada vez está disminuyendo, sin aún existen deficiencia, desde el hecho de que las mujeres no cuentan con la experiencia laboral suficiente o previa formación empresarial, debido a que las mujeres tienden a emprender más jóvenes que los hombres, poniendo así en desventaja a los emprendimientos femeninos.
Del mismo modo, el emprendimiento femenino, tiene un menor rendimiento debido a que sus negocios inician a operar en los sectores de rendimiento bajo y tienden a evadir riesgos, por lo que, no se deciden por acceder a un financiamiento externo para hacer crecer su negocio. Ya que consideran, que si hacen eso no podrán tener un equilibrio entre su emprendimiento y familia, debido a que se centrarán más horas en su emprendimiento, y menos horas a su familia.
