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Conrado

versión On-line ISSN 1990-8644

Conrado vol.19 no.94 Cienfuegos sept.-oct. 2023  Epub 10-Oct-2023

 

Artículo Original

La enseñanza-aprendizaje de la Historia de Cuba en la formación de Profesores de Historia y Marxismo

The teaching-learning of Cuban History in the training of Teachers of History and Marxism

0009-0005-7920-2119Wilfredo Falcón Quintero1  * 

1Universidad Central Marta Abreu de Las Villas. Cuba

RESUMEN

La enseñanza y el aprendizaje de la historia tiene como misión esencial, que los educandos adquieran conocimientos, habilidades, valores y adopten actitudes que les faciliten la comprensión de la realidad actual del universo, con énfasis en la nación en que viven, al tiempo que les permita, tener un papel activo en la trasformación de su entorno.

El presente artículo intenta abordar una problemática crucial para la formación de las actuales y futuras generaciones de cubanas (os). La enseñanza de la Historia de Cuba desempeña un rol esencial en este proceso y se ve afectada por carencias relacionadas con el proceso de formación de los profesores encargados de impartir esta disciplina.

El trabajo se enmarca en un momento de transformaciones de la realidad cubana y de perfeccionamiento del sistema de enseñanza media, que impone desafíos a la aplicación de vías y métodos de enseñanza- aprendizaje de la Historia, sobre todo de Cuba, que permitan alcanzar niveles superiores de motivación y solidez en los conocimientos. La propuesta analiza algunas de las principales dificultades y propone enfoques y acciones para perfeccionarla docencia de Historia de Cuba en la formación de los profesores de Marxismo e Historia, en nuestras universidades.

Palabras-clave: Motivación; Proceso de enseñanza-aprendizaje; Sistematización; Dialéctica marxista

ABSTRACT

The essential mission of teaching and learning history is that students acquire knowledge, skills, values, and adopt attitudes that facilitate understanding of the current reality of the universe, with emphasis on the nation in which they live, while at the same time Allow yourself to have an active role in the transformation of your environment.

This article tries to address a crucial problem for the formation of current and future generations of Cubans. The teaching of the History of Cuba plays an essential role in this process and is affected by shortcomings related to the training process of the teachers in charge of teaching this discipline.

The work is part of a moment of transformations of the Cuban reality and improvement of the secondary education system, which imposes challenges to the application of ways and methods of teaching-learning of History, especially of Cuba, that allow reaching higher levels. Motivation and soundness in knowledge. The proposal analyzes some of the main difficulties and proposes approaches and actions to improve the teaching of Cuban History in the training of Marxism and History teachers in our universities.

Key words: Motivation; Teaching-learning process; Systematization; Marxist dialectic

Introducción

El estudio del proceso de enseñanza-aprendizaje de la historia en general y de Cuba en particular, ha sido recurrente entre los investigadores y docentes de esta disciplina. Investigaciones y proyectos de estudiosos y universidades cubanas y extranjeras, han abordado el estudio de la enseñanza de la historia y su importancia en la formación de las nuevas generaciones, sus complejidades y especifidades, así como las carencias de que se adolece en reiteradas ocasiones al conducir el tratamiento de la Historia, como disciplinas en las escuelas y en el sistema nacional de enseñanza en nuestro país.

No es ocioso, sin embargo, la reflexión continua entre profesores y especialistas, en un tema tan vital para la formación de las futuras generaciones de cubanos (as). Predominan los estudios sobre la enseñanza - aprendizaje de la Historia en el nivel medio y medio superior de escolaridad en nuestro país. Es lógico, si se considera que en esa etapa se decide la formación del joven, por lo que es imprescindible usar el nivel de influencia formativa que tiene la historia y, por el carácter general de la formación en esos niveles escolares.

Es reconocida la significación que tiene el conocimiento de la Historia de Cuba, en particular, para la formación de las nuevas generaciones en nuestro país. Entre los autores que, en Cuba se destacan en este tema se encuentran: (Díaz, 2002; Hernández et al., 2014; Morera, 2020).

De procedencia internacional, han sido aportativos para el presente estudio, los trabajos de: (Lima, & Reinoso, 2014; Delgado, 2015; Polo, 2017; Toro-Pérez & Parra-Monserrat, 2022)

Múltiples son los factores que se tiene en cuenta en el análisis de las dificultades y potencialidades que impactan la enseñanza de la historia en nuestro país. La falta de motivación de los estudiantes, el aprendizaje memorístico, la enseñanza basada primordialmente en los hechos, sin considerar los procesos históricos, la no aplicación de la dialéctica en el estudio de la historia, la poca sistematización al explicar los contenidos en las distintas etapas y regiones de Cuba, y por consiguiente los problemas en la ubicación espacio temporal en el tratamiento del contenido, entre otros, son los problemas más recurrentes en el proceso de enseñanza-aprendizaje de la Historia de Cuba, en los niveles medio y medio superior de enseñanza.

En ocasiones se habla de la responsabilidad que tiene el docente de Historia en las carencias que afectan al aprendizaje del educando. No es frecuente, sin embargo, el análisis del papel del profesor y las realidades que afectan al proceso de formación de este tipo de docente, en las facultades de educación media de las universidades, aspecto que es decisivo en los alcances y carencias que presentan los alumnos de nivel medio, en el aprendizaje y utilización de los contenidos históricos que reciben en las aulas.

Las carencias en la formación de los profesores de Historia y Marxismo, son decisivas en los problemas de los que se adolece en la formación de las jóvenes generaciones, en lo que se refiere a la enseñanza aprendizaje de la Historia de Cuba y demás disciplinas humanísticas de este nivel de enseñanza.

Es esencial, siempre lo será, el tratamiento profundo de este problema, toda vez que su solución, o avances en la solución del mismo, puede y debe contribuir al aprovechamiento sistemático de las potencialidades que tiene la enseñanza de la Historia de Cuba en todos los niveles educativos.

En tal sentido, la continuidad del debate sobre el tema y de la aportación de enfoques y propuestas para su solución es una necesidad innegable, sobre todo, cuando la falta de profesores de esta disciplina se acrecienta, de modo que los que salen de las aulas universitarias y ejercen la docencia, deben tener la mayor calidad y preparación posibles.

Materiales y métodos

En el presente estudio se analizan y exponen algunas consideraciones sobre el proceso de formación del profesor de Historia y Marxismo en las universidades cubanas y los criterios de solución, a partir de la experiencia del autor, sin pretender abarcar el problema en toda su extensión y profundidad. (

Entre los aspectos del proceso, más abordados en los análisis de los especialistas, se encuentran la motivación de los estudiantes que inician la carrera, para el estudio de la historia, como una necesidad pedagógica y didáctica que asegure la dedicación y constancia que exige esta disciplina y sus asignaturas en el estudiante que se forma como docente.

Entre los factores causales de esta dificultad hay que considerar los problemas en la formación vocacional desde la educación básica. Muchos estudiantes inician la carrera sin elementales conocimientos de la misma, y lo que es peor, con esquemas y estereotipos, sobre la historia en general y la de Cuba en particular, que les hace difícil la identificación con la especialidad que estudian.

Otra causa importante radica en que los estudiantes de la carrera reciben teóricamente los contenidos de Psicología y Pedagogía, sobre la necesidad de lograr el componente afectivo - volitivo para la asimilación del contenido y la formación de convicciones desde su conocimiento, pero en la explicación de la Historia de Cuba, no siempre reciben la influencia formativa, ni la demostración práctica que les permita tener en cuenta este componente, de manera sistemática, desde el contenido concreto de la disciplina. Y no siempre se les enseña las vías y los métodos didácticos de modo que se asegure la identificación del estudiante en formación con los significados y significantes del contenido, para que puedan tenerlos en cuenta y aplicarlos en su ejercicio profesional.

En ocasiones no se considera suficientemente que los estudiantes comienzan el estudio de la Historia de Cuba en el tercer año de la carrera, alejados en el tiempo de los contenidos que recibieron en el preuniversitario, y que los nuevos conocimientos tienen un nivel de profundidad muy superior a los anteriores, que muchos no recuerdan o recuerdan con vaguedad.

Aprendizaje, para algunos autores, significa salir de la zona de confort cognitivo o trasformar estructuras previas de conocimiento mediante determinadas teorías. Una de ésta indudablemente es la interacción social o el conflicto socio cognitivo. (…). En este sentido, debe generarse en el sujeto dicho conflicto, mediante una asimetría que influye sobre sus conocimientos previos y los pone en discusión para que éstos evolucionen y progresen hacia un nueva y más amplia área de confort cognitivo. Aquí el aprendizaje (…) debe moverse cuidosamente sobre un andamio que contiene dos factores claves en su estructura. Por un lado, hay que operar sobre la dimensión cognitiva del sujeto y al mismo tiempo, hay que actuar sobre su dimensión motivacional. Sólo de esta manera lograremos con éxito una enseñanza-aprendizaje eficaz. (Ferrante, 2018)

Es imprescindible, en consecuencia, que los profesores de Historia de Cuba en particular, enseñen a los estudiantes que se preparan como profesores, las vías para utilizar la emoción como recurso didáctico y formativo, unido a la habilidad para determinar cuando en la clase se le incorpora mayor significado emotivo al contenido que se imparte.

Según (González, 1995, p. 36), motivación es: “El conjunto concatenado de procesos (psíquicos, que implican la actividad nerviosa superior y refleja la realidad objetiva, a través de las condiciones internas de la personalidad) que conteniendo el papel activo y relativamente autónomo de la personalidad y su constante transformación y determinación recíprocas con la actividad externa, sus objetos y estímulos van dirigidos a satisfacer las necesidades del hombre, y en consecuencia a regular la dirección (objeto - meta) y la intensidad o activación del comportamiento, manifestándose como actividad motivada”.

Es menester tener en cuenta que al arribar al tercer año ya los alumnos de la carrera comienzan a recibir la Historia de Cuba y han superado en lo fundamental el proceso de adaptación a la educación universitaria, han cursado las asignaturas básicas generales que le dan una cultura pedagógica, dominan el lenguaje técnico de la especialidad, han recibido elementos esenciales de investigación básica que les permite asumirse como docentes y adoptar la responsabilidad en la adquisición de conocimientos, para poder impartirlos en un futuro próximo.

Lo anterior es una gran potencialidad para asegurar la motivación por el estudio de la Historia de Cuba, que se convierte en una necesidad concientizada por ellos y que allana la labor de convencimiento de la misma, para despertar el interés por el conocimiento del contenido y por el dominio del instrumental didáctico y pedagógico para enseñarlo. Otra potencialidad motivadora resulta del conocimiento anterior que tienen de grados preuniversitarios sobre el contenido, los cuales sirven de base cognoscitiva para la profundización y el enfoque de proceso que, si se pone en práctica por el docente que imparte, se convierte en un poderoso estímulo al aprendizaje, despierta el interés por buscar conocimientos más allá de los que se adquieren en el aula, como expresión de madurez en la regulación de la conducta y de expresión de comportamiento motivado.

Si se considera, con Morera & Morera (2020), que: “En la motivación participan los procesos afectivos, las emociones, los sentimientos, las tendencias voluntarias e impulsivas y los procesos cognitivos de senso percepción, pensamiento y memoria, los afectivos y las tendencias ocupan un papel primordial en ella.” (p.1), y que el contenido de la disciplina tiene dificultades de generalización, abstracción, lejanía en el tiempo respecto a la realidad de los receptores del mensaje, así como, que no se trata solo de enseñar el contenido, sino enseñar a enseñarlo, entonces se comprende que el logro de la motivación y la preparación del profesor en formación para fomentarlo en el estudiante de preuniversitario, es una tarea muy compleja, con potenciales amenazas, que deben ser atendidas y resueltas de manera permanente, por el profesor que imparte Historia de Cuba.

Factores y elementos a considerar para el logro de la motivación por la Historia de Cuba.

Muchos profesores consideran como vías muy efectivas para la motivación por la historia, las actividades extraclases; entrevistas a testigos históricos, visitas a museos, a lugares históricos, el trabajo en la biblioteca, el cuidado de una tarja o un memorial histórico, los círculos de interés con temas sobre la Historia, etc. Hernández et al., (2014)

Sin dudas estas son formas y vías efectivas, sobre todo, porque se cambia el lugar de emisión - recepción de la información, se rebasa el entorno de rigor que impone la clase en el aula, el mensaje llega al receptor de modo menos formal, da oportunidad a recibir el conocimiento en contacto con elementos probatorios y vivenciales que influyen positivamente en la concentración de la atención del alumno, despierta su curiosidad, los impulsa a realizar preguntas, a buscarles respuestas, a dialogar con el profesor y con la fuente de la que está recibiendo la información, entiéndase, monumento , tarja, objeto museable, o lugar de una batalla, despierta emociones y sentimientos muy difíciles de provocar oralmente desde el aula.

Es necesario empero motivar y enseñar a motivar desde el contenido y mediante la exposición oral. Mostrar en el aula como se hace un relato, como se explica las causas, características y consecuencias de un acontecimiento o proceso histórico, de modo que despierte la curiosidad del estudiante, que desate su interés por el conocimiento, que lo conduzca a preguntarse, y sobre todo que lo emocione y por consiguiente lo identifique con el hecho personalidad o proceso.

En tal sentido las autoras Hernández et al., (2014) citando a Díaz, (2002) afirman la necesidad de “armonizar lo probatorio y lo emocional en las clases” (…) “porque si es importante la presencia de hechos demostrativos, importante es la fuerza emocional con que se expliquen, el grado de convencimiento que se evidencia en quien aborda el tema. Razón y sentimientos deben marchar juntos en la dirección del aprendizaje y la educación de los alumnos” y más adelante se afirma. “La exposición oral del profesor de Historia (narraciones, descripciones, explicaciones, etc.) bien utilizada es muy importante para el desarrollo de la motivación, la animación y el entusiasmo en las clases. La manera de decir sigue siendo un factor pedagógico esencial, junto al diálogo cotidiano con los alumnos, entre los alumnos y la estimulación de estos a la indagación.”

En la motivación por la Historia inciden procesos psíquicos muy importantes para lograrla que el profesor debe conocer y tener en cuenta permanentemente cuando está aplicando la exposición oral. Atención es la acción de concentrar la mente del receptor en un objeto, acontecimiento o pensamiento. Debe dirigir la atención del estudiante hacia la parte del contenido que se considere más impactante y susceptible de interesar al alumno, que lo sorprenda y que lo motive a pensar, a relacionar lo que escucha con procesos o momentos similares, ya conocidos, de modo que establezca interconexiones y produzca independientemente conclusiones o ideas propias.

El profesor debe saber elegir el momento de la exposición y la parte del contenido en que se usa un tono de voz más o menos intenso que llame la atención, que induzca la importancia del tema, y emoción al receptor. Que despierte la curiosidad y la admiración por los personajes y los hechos, pues esto es condición y garantía de la fijación del conocimiento en el intelecto del estudiante y de su solidez.

En este sentido Sierra-Arizmendiarrieta & Pérez-Ferra (2015), aludiendo a las concepciones pedagógicas de J.J. Rousseau, consideran de que acuerdo con el método de dar independencia en el aprendizaje, al alumno, guiado por el profesor, sin que aquel lo advierta, propuesto por el filósofo francés, aseguran: El difícil trabajo del educador lleva implícito principalmente:

“Estimular, motivar al aprendiz para despertar su interés y gusto por el aprendizaje: “No se trata de enseñarle las ciencias, sino de darle el gusto para amarlas y métodos para aprenderlas, cuando ese gusto esté mejor desarrollado” (…) y seguidamente afirman:

“Por ello, advierte (Rousseau) que no se debe nunca obligarle, sino que ha de aprender por placer para poder mantener la atención. No se trata de motivarle con premios, sino ayudarle a encontrar una motivación intrínseca, pues, como algunos destacan, la motivación para Rousseau “viene de dentro”.

(Mostrarle los caminos para que él mismo los recorra: “Le muestro la ruta de la ciencia, acomodada hacia la verdad, pero larga, inmensa, lenta de recorrer (...). Forzado a aprender por sí mismo, él usa de su razón y no de la de los demás” (OC, IV, p. 486).”

A modo de ejemplo; si se está explicando la Invasión a Occidente en 1895, es muy útil y productivo por la carga emotiva que aporta, el paso por las montañas de Manicaragua entre los días 9 y 13 de diciembre de 1895, hecho que influyó mucho en la victoria obtenida por las tropas mambisas, en la Batalla de Mal tiempo el día 15 y que demuestra por sí misma la capacidad táctico - estratégica de Máximo Gómez, la preparación combativa del Ejército Libertador y el espíritu patriótico del pueblo cubano representado en este caso por los pobladores de Manicaragua.

Es muy impactante el uso de la narración que hace el General José Miró, jefe de Estado Mayor de la columna dirigida por Antonio Maceo de la belleza y las posibilidades tácticas de las montañas cuando escribió el día 9 de diciembre: “Después de transitar por caminos tan pedregosos como los de ayer llegamos al hermoso valle de Manicaragua; palpita aquí el corazón cubano.

Después explicar cómo piensan utilizar el terreno para enfrentar y burlar a las tres potentes columnas españolas que les están cerrando el paso, Miró describe el diálogo en que Máximo Gómez ordena a Maceo conducir la operación y le explica su necesidad estratégica cuando le pregunta a su segundo al mando: “No comprende usted general que a nosotros nos conviene que ese enemigo se nos ponga detrás porque en vez de atajarnos nos empuja?”

En un tiempo no largo de la clase, el profesor explica la operación y sus resultados, logra entusiasmar al estudiante, capta su atención, despierta admiración por el desempeño de ambos generales y de sus tropas, logra que los perciban como grandes líderes, pero humanos, incita a leer la obra, a ampliar, provoca la curiosidad del alumno, despierta el deseo de visitar el lugar y demuestra el tratamiento no forzado de la historia local, teniendo en cuenta que las acciones se desarrollaron en una región que hoy comprende el territorio de dos municipios de la provincia de Cienfuegos, Cumanayagua y Cruces y 2 de la de Villa Clara, Manicaragua y Ranchuelo que está muy cercano al lugar de los hechos y también hay alumnos de allí que conocen esos territorios.

Debe cuidarse el profesor de extender demasiado la exposición. Esta debe ser precisa, bien seleccionados los contenidos esenciales que no deben faltar y los momentos en que se va a explicar, la entonación, capaz de convencer y entusiasmar, para no lograr resultados contrarios a la motivación, que se debe conseguir en el auditorio.

También es importante impregnar repulsión y rechazo hacia los hechos y acontecimientos que expresen actitudes negativas, como traición, egoísmo, prepotencia, doble moral, divisionismo, discriminación, explotación humana, sobre explotación del ambiente y sumisión al poderoso y, sobre todo, el repudio al imperialismo y demás formas de explotación y colonización humanas. Esto permite que el alumno elija y adopte posiciones ante los hechos, discrimine lo positivo de lo negativo y adopte criterios y convicciones sobre lo que subyace en el proceso de formación nacional que debe ser superado y aquello que debe ser preservado venerado y desarrollado para crear compromiso, tanto de apego y defensa hacia lo positivo, como de lucha por la superación o eliminación de lo negativo.

En resumen, el logro de la motivación en la clase de historia asegura en buena medida su calidad y es una de las acciones principales para lograr el desarrollo de la vocación por la carrera, de manera permanente y sistemática.

En la enseñanza de la historia de Cuba a profesores que se forman, es imprescindible y de mucha utilidad, el uso permanente y oportuno del principio didáctico de la sistematización.

Si por sistema se entiende al conjunto organizado de elementos que interactúan entre sí y con elementos externos ya sean de tipo material(concretos) o conceptual (teóricos), el alumno necesita aprender a establecer la articulación causal y esencial que existe entre acontecimientos, procesos, ideas, actitudes, y decisiones, con las realidades que los condicionaron y con sus resultados, lo cual permitirá establecer el legado de aquellas y trasmitirlo.

Es, además, innegable la necesidad de sistematizar los acontecimientos del pasado respecto a las realidades del presente; es decir, relacionar y articular los procesos actuales con los anteriores y demostrar el basamento que hay en estos, para la dinámica de la realidad estructural, política e ideológica del país en la actualidad. Es imprescindible por la coherencia y la capacidad demostrativa de la justeza y necesidad de algunas de las decisiones, la capacidad de los líderes, la oportunidad del establecimiento de las estructuras o las estrategias y las medidas en defensa del proyecto social que se construye en estos momentos.

En la actualidad la estructura y el funcionamiento de la democracia en nuestro país, tiene conexiones estructurales y políticas con lo acordado e instituido en Guáimaro en abril de 1869, y sus correspondientes actualizaciones epocales, en calidad de adecuaciones a cada momento y necesidad de la lucha, en los períodos anteriores hasta la actualidad.

Es, además imprescindible enseñar al profesor que se forma a demostrar la línea de continuidad que indica el derrotero del antimperialismo en Cuba como principio de la Revolución, a partir de su necesidad, impuesta por las históricas y continuas apetencias de expansionistas de los gobiernos de los Estados Unidos, condicionada entre otros aspectos, por la posición geográfica del archipiélago cubano, que es muy favorable a la ancestral estrategia de dominación mundial, coincidente con la autopercepción de sus gobernantes como gran potencia, desde su fundación como Estado, en 1876.

Es imperativo didáctico y formativo, impartir el contenido de manera que el estudiante que se forma como docente, conciba el hecho, personalidad, idea, actitud, ideología, documentos que explica, como parte de un proceso, en un lugar incluido en una región y está en un país, el cual, a la vez, se desarrolla en relación con otros países del continente y con los del resto del mundo. Al estudiar la Historia de Cuba no debe concebirse a esta, de manera aislada; hay que insertar su valoración en el devenir de Iberoamérica y el Caribe en el momento que se analiza y en sus relaciones con la América Anglosajona, para poder entender el objeto que se estudia en su más amplia dimensión.

La Revolución de 1895 a 1898; su manifiesto de Montecristi, las concepciones y estrategias de sus líderes principales, y los documentos que emitieron, no están condicionados sólo, por la necesidad y el objetivo de lograr la supresión del dominio español en Cuba; también por la necesidad y el propósito de impedir la expansión estadounidense por Nuestra América y su dominación a través de Cuba, o sea, está condicionada por el proceso de consolidación del imperialismo que está teniendo lugar en ese momento, en los Estados Unidos y por el peligro que esto significaba para la independencia de todos los pueblos de América.

Esta etapa de la Revolución, las anteriores y las que le siguieron antes de 1953; sus objetivos, programas de lucha, acciones, acontecimientos y sus resultados están en la base de la etapa revolucionaria que comenzó en 1953 y que continua hasta nuestros días.

Es decisivo entonces para la formación de los profesores de Historia y Marxismo, que aprehendan la concepción de la historia como proceso y que superen la visión desconectada del positivismo que privilegia los hechos, y sobre todo, asuman las habilidades para aplicarla en su ejercicio profesional, para lo cual deben verlo cotidianamente en las clases universitarias que reciben y ejercitarlo en actividades independientes, en investigaciones, eventos y en la práctica pre profesional que realizan a partir de tercer año de la carrera.

La enseñanza de la Historia de Cuba asegura la toma de consciencia sobre los problemas nacionales, regionales y mundiales. Los docentes que la imparten deben formarse con la capacidad de apreciar los problemas que se dan en su entorno, desde el estudio del contenido histórico, saber relacionarlos y aplicarlos a la docencia con oportunidad y sentido histórico y formativo, en los niveles secundario y preuniversitario de enseñanza. Tal vinculación con la vida da credibilidad al contenido, el estudiante asume el sentido que tiene la historia y la razón de las decisiones actuales o medidas ante las dificultades, aumenta el prestigio del profesor y se convierte en arma de defensa frente a las acusaciones y ataques mediáticos, de una manera natural.

Se trata de la necesidad de formar a los docentes con una perspectiva histórica que les permita estar en condiciones de establecer nexos y relaciones entre los procesos sociales que ocurren a escala personal, familiar, comunitaria y local, así como, relacionarlos con los que tienen lugar a nivel nacional, regional y universal desde una perspectiva histórica. En este sentido se reconoce como “fundamental la enseñanza de una Historia formativa centrada en el análisis crítico de la información para la comprensión de hechos y procesos.” (Lima & Reinoso, 2014) y para su aplicación a la realidad en que se vive con una intención y dinámicas educativas.

Son múltiples las oportunidades que ofrece el contenido de Historia de Cuba, para fomentar las adecuadas relaciones de convivencia, el respeto por los compañeros, y compañeras, la capacidad para participar en la lucha por la igualdad de género, el combate al racismo y a la segregación, contra el machismo y por el fomento del respeto de la mujer y la lucha por su adelanto e inclusión en la sociedad.

El futuro profesor debe formarse con la habilidad para utilizar el potencial educativo que tienen los acontecimientos y procesos de la Historia de Cuba, como la participación de los negros y las mujeres en la lucha, su contribución al fomento de las instituciones democráticas, las manifestaciones de respeto a la Constitución, las concepciones fundacionales de José Martí contra el racismo, por la participación de todos en la construcción republicana y de sus bases que tienen un potencial cívico y formativo que de ser adecuada y oportunamente utilizados, son de mucha validez.

Es imprescindible considerar de modo permanente el aspecto formativo de la disciplina Historia de Cuba, a partir de que es reconocido entre muchos docentes de Historia, incluso en otros países como México que, “…la Historia determina una actitud frente a la vida social y frente a los grandes problemas nacionales.”(Lima & Reinoso, 2014)

El profesor que forma profesores de Historia, debe enseñarlos a conducir el debate, a encausarlo permanentemente y evitar que este se atasque en aspectos de menor importancia, o se desvíe hacia asuntos ajenos al objetivo del análisis que se realiza. Hay que prever las problemáticas y complejidades que puede tener el contenido para la comprensión y asimilación del estudiante. La preparación previa del debate es muy útil, tanto por los alumnos como por el profesor que lo conduce, para no ser sorprendido y quedarse sin respuestas, o preguntas y valoraciones que destraben el análisis, convenzan y eviten enfrentamientos entre los alumnos; que resultan fatales para las buenas relaciones necesarias a la asimilación de lo que se discute y al mantenimiento de la afectividad en el grupo durante el proceso de debate.

Hacer preguntas al contenido, a los textos, plantear problemas, buscarle alternativas y respuestas lógicas y convincentes; formular demostraciones y saber arribar a conclusiones, son instrumentos y habilidades que deben ser entregados al estudiante en la educación superior, mediante la demostración en clase y en actividades extraclases.

El respeto por la opinión del otro se educa y se muestra como preservarlo y defenderlo, sin regaños estériles y sin apartarse del contenido que guía permanente en el decursar de la clase hacia el alcance del objetivo trazado. Entrenar al estudiante y lograr que aprendan este aspecto de la didáctica cotidianamente, es muy aportativo a la autoconfianza del joven profesor y a su identificación con el ejercicio de la profesión, a la vez que le desarrolla permanentemente la responsabilidad por la autopreparación y por el resultado de las actividades docentes.

El docente formador de profesores, no perderá nunca de vista que su actuación en el aula es el referente principal y más efectivo que tienen sus estudiantes para asimilar y aprender lo que debe hacerse y cómo hacerlo en el aula; así como lo que no debe ocurrir y como evitarlo. El prestigio que el profesor alcanza con su actuación, de manera natural, oportuna y como sin querer, es decisivo en la solidez y la profundidad de la asimilación del contenido y en el aprendizaje de conjunto.

Es generalmente reconocida la tesis martiana de que la educación debe preparar al hombre para la vida. De vital significación resulta la preparación que debe recibir el profesor en formación, desde las clases y actividades extraclases, de Historia de Cuba, para conducir, desde el contenido el trabajo educativo y político, tomando como sustento los conocimientos que posee de la historia nacional. Por lo general no se considera lo útil que significa aplicar los contenidos a las actividades que poseen una gran carga formativa, como la preparación de conmemoraciones y homenajes a héroes, mártires y acontecimientos y procesos históricos.

Conducir a los estudiantes del nivel medio en la preparación y desarrollo de este tipo de actividades, contiene una significación educativa extraordinaria, pero necesita preparación y conocimientos suficientes que les permitan determinar y trasmitir el legado, la importancia el contexto en que se produjo el hecho que se conmemora. Promover la formación de la actitud del estudiante, la identificación con el significado histórico y motivar el compromiso con el legado que emana del hecho o personalidad histórica y con su continuidad, son de tanta significación en el orden formativo como las actividades docentes en clases.

Más allá del currículum y los manuales, resulta fundamental adentrarse en el modo concreto en que éstos se insertan en el día a día de la escuela, en los discursos y representaciones de los docentes y en los aprendizajes de alumnado. Pero, además de las rutinas cotidianas, debemos atender a otro tipo de actos educativos que, como las celebraciones escolares, también inciden en el mantenimiento de relatos e imaginarios. Buena parte de las fiestas o conmemoraciones de carácter cívico-político remiten a acontecimientos que frecuentemente han sido presentados como el nacimiento de un nuevo orden para la comunidad concernida, contribuyendo a dar forma a determinadas concepciones identitarias. (Toro-Pérez, J. J.; Parra-Monserrat, D. 2022)

El Marxismo como instrumento de análisis en la enseñanza- aprendizaje de la Historia de Cuba.

En la formación de Historia y de ciencias sociales en general, es decisiva la preparación para aplicar la metodología marxista. El análisis de los fenómenos desde la dialéctica marxista, asegura el estudio del proceso histórico, teniendo en cuenta la interdependencia entre las partes y, entre las partes y el todo, lo que conduce a entender la actuación de los individuos en su relación con otros individuos, con la sociedad y con la naturaleza.

Explicar el proceso social, condicionado epocal y temporalmente, implica que el estudio de las personalidades y la valoración de su papel en el proceso histórico de un país, región o universalmente, hay que hacerlo considerando la relación del líder o personalidad, con las masas y sus necesidades en un contexto histórico concreto. (Delgado, 2015, 140)

Esta metodología del marxismo coincide, sin dudas, con la perspectiva martiana que afirma: “Nada es un hombre en sí y lo que es lo pone en él su pueblo”. En vano concede la naturaleza a algunos de sus hijos cualidades privilegiadas; porque serán polvo y azote si no se hacen carne de su pueblo, mientras que, si van con él, y le sirven de brazo y de voz, por él se verán encumbrados, como las flores que lleva en su cima una montaña.

Los hombres son productos, expresiones, reflejos. Viven, en lo que coinciden con su época, o en lo que se diferencian marcadamente de ella; lo que flota, les empuja y pervade; no es aire sólo lo que les pesa sobre los hombros, sino pensamiento; esas son las grandes bodas del hombre: sus bodas con la patria”. (Martí, 1991. p. 34)

Es muy importante formar al profesor de Historia y Marxismo para explicar la historia bajo el impacto decisivo de las contradicciones que se generan en el curso de las relaciones sociales. Muy importante es no perder de vista que la esencia de la dialéctica marxista está en su concepción materialista, o sea, la determinación material de la dinámica que caracteriza la actividad de los hombres. (Delgado, 2015).

La noción de “Historia” que proponía Marx es muy importante para la enseñanza de la Historia de Cuba, unida a la noción de práctica y su papel en el desarrollo de la actividad humana. No será posible entender o demostrar el optimismo característico de la Revolución cubana, en el pensamiento y el accionar de sus líderes principales desde Carlos Manuel de Céspedes a Fidel Castro, sin esa convicción trasformadora y dinámica de la Historia que permite la confianza en el triunfo, aun en las situaciones más difíciles, la convicción de la fuerza popular, y la fe en el futuro y en la juventud, que mostraban Martí, Mella y Fidel, por solo mencionar algunos de los más destacados conductores revolucionarios en nuestro país.

La convicción de Marx, expresada en su oncena tesis sobre Feuerbach, de que, en el análisis de la sociedad, lo fundamental no es interpretar el mundo, de diversos modos, sino pensar y actuar para transformarlo, está en la base de la concepción de Fidel sobre que el papel de todo revolucionario es cambiar todo lo que debe ser cambiado, con adecuado y fiel sentido del momento histórico.

Esta visión. Adecuadamente impartida en clases supera la actitud contemplativa, tan nefasta en la preparación de los jóvenes profesores y crea en ellos, la responsabilidad individual y social, tanto con su vida personal y familiar, como con su profesión

No debe obviarse, así mismo, que las características, de la formación de las naciones, sus procesos de lucha, las tácticas y estrategias, las tendencias y valores culturales y políticos, tienen su explicación en buena medida, en las características geográficas y naturales, así como en la actividad práctica de los hombres y mujeres, que condicionan sus intereses, sus acciones, concepciones ideológicas, políticas, religiosas, artísticas, científicas y culturales en general.

Sin la perspectiva histórica de la dialéctica marxista, es muy difícil entender y explicar, con apego a la realidad los procesos históricos y el devenir de la formación nacional en Cuba y en la humanidad en general.

La teoría marxista de la Revolución social es muy necesaria para la enseñanza y el aprendizaje de la Historia de Cuba. Se trata de una concepción material, práctica y sobre todo dinámica de la historia. Tiene en cuenta el papel de las relaciones materiales y de las condiciones subjetivas necesarias para el estallido revolucionario y para su triunfo. No es dogmática, no puede aplicarse de manera homogénea en cada país o momento histórico del mismo país, porque la contradicción entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción se manifiesta de manera específica, en concordancia con el grado de explotación sobre las masas trabajadoras, del desarrollo tecnológico de los medios de producción, del desarrollo concreto de las fuerzas humanas y de su potencial creador, condicionado, en buena medida por el desarrollo alcanzado por la ciencia, como fuerza productiva directa.

El sistema de núcleos conceptuales con los que opera el marxismo, aportan organicidad y coherencia a la explicación del proceso histórico y al aprendizaje por parte del profesor en formación quien deberá después utilizarlos en su actuación profesional. Trabajo, modo, medio y relaciones de producción, capital, propiedad, mercancía, valor y plusvalía, unidos a lucha de clases, masas populares, situación revolucionaria, revolución, objetivación, alienación, ideología y conciencia de clases, entre otros, son parte del instrumental imprescindible que tiene el profesor de historia en el ejercicio de su profesión, sin que esto signifique el uso abusivo e inapropiado y constante, de estos y otros conceptos necesarios. Delgado (2015).

No debe olvidarse lo complejo que se torna el proceso del pensar histórico para el profesor en formación y para los noveles que comienzan el ejercicio de la profesión. Es menester dotarlos de la metodología para establecer los vasos comunicantes y las sinergias que existen, muchas veces ocultas, entre los fenómenos y que son determinantes de causas y factores de los hechos, procesos y actuación de personalidades. Es preciso, saber determinar lo esencial, lo que caracteriza una época o un proceso y sus significados.

En este sentido hay que enfatizar en el proceso de formación nacional en Cuba; sus orígenes, sus etapas, las tendencias que caracterizan cada una y al proceso en conjunto, los aportes principales de las personalidades y los procesos que alimentan la formación de la Nación en Cuba.

Junto a la metodología del marxismo, no puede omitirse el potencial formativo, político, axiológico y metodológico contenido en el pensamiento y la obra de José Martí. El estudio de la Historia de Cuba en relación con la de América y el universo, no puede prescindir de las propuestas analíticas, y los enfoques del apóstol de la independencia, las que ocupan un lugar central en el proceso de formación nacional.

Los procesos identitarios y los proyectos políticos, se comprenden con más precisión desde las concepciones, propuestas y definiciones que aporta José Martí en obras como: “Nuestra América”, “La verdad sobre los Estados Unidos” “La Edad de Oro”. En esta última se muestra un enfoque y una metodología para el análisis y la valoración de las personalidades, su papel en la Historia y el modo de valorar sus aportes y limitaciones de manera objetiva, justa, unida a sus análisis sobre personalidades en Cuba, como Céspedes y Agramonte, El General Gómez la madre de los Maceos y otras, que resultan de inestimable valor para el estudio de las personalidades en el proceso histórico.

Las clases de Historia de Cuba, constituyen espacios esenciales para el combate a la mentalidad colonizada, y mistificadora de la supuesta superioridad del Occidente y de los Estados Unidos en específico, sobre los pueblos de Nuestra América y Cuba en particular; an presente como imperceptible, en la conciencia de muchos jóvenes y no tan jóvenes, en nuestro país y el mundo.

En la lucha contra el racismo y demás formas de discriminación y exclusión, no deben olvidarse, ni desaprovecharse los múltiples, diversos y entrelazados espacios que ofrece el contenido para combatir el discurso dominador sobre la incapacidad cubana, para el desarrollo independiente, que esconde el sistema de virtudes demostradas de resistencia, creatividad y resiliencia, frente a la naturaleza y a la dominación del llamado occidente.

En las clases de Historia de Cuba, en la formación de profesores de la especialidad, es posible y necesario desterrar, paulatina pero firmemente, el lenguaje, los términos, y los esquemas de análisis, propios de la dominación cultural para poder combatir a esta con eficacia.

Como plantea (Polo, 2017, p.96) “Las teorías que pretenden ser críticas con la colonialidad del poder y del saber, no pueden construirse a través de los mismos mecanismos discursivos que siempre empleó el discurso colonial.”

Por consiguiente, es impostergable, desde el contenido histórico, combatir la naturalización que las personas de Nuestra América asumen su propia condición subalterna frente a la cultura “Occidental”. Se trata de la necesidad de desnaturalizar la inferioridad asumida como natural en la subjetividad de los profesores jóvenes en formación para que cultiven la mentalidad y el lenguaje liberadores a sus estudiantes, en el nivel medio y medio superior.

Conclusiones

Sin menospreciar el aporte formativo del resto de las disciplinas, la preparación en Historia de Cuba es decisiva en la formación del profesor de Historia y Marxismo en las universidades. La cantidad de contenido que se imparte en la enseñanza media y media superior, la preparación de los estudiantes de preuniversitario para los exámenes de ingreso a la educación superior y el impacto en la formación político-ideológica y ética que aporta a la formación de los adolescentes y jóvenes en nuestro país, impone que los profesores de la disciplina egresen de la universidad con sólido dominio del contenido y de las habilidades y valores necesarios para que puedan cumplir la misión educativa en esta asignatura.

Entre los elementos esenciales a tener en cuenta el proceso de enseñanza aprendizaje de la Historia de Cuba en la formación de profesores de Marxismo Leninismo e Historia, resultan esenciales, la motivación por la disciplina y la preparación para lograrla en los alumnos que se forman, la adecuación de los principios didácticos de manera constante en el proceso docente con énfasis en la sistematización, la vinculación con la vida y el carácter científico y el uso de métodos que aseguren la asequibilidad y solidez de los conocimientos, habilidades y valores que se trasmiten y se forman en el estudiante. La consideración permanente del aspecto formativo de la disciplina, es también un componente esencial de su enseñanza, unido a la aplicación de la concepción y metodología que aporta el marxismo para el estudio de la historia, así como la preparación del docente para superar el lenguaje de la dominación, desde el contenido de la disciplina, entre otros aspectos significativos.

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Recibido: 02 de Abril de 2023; Aprobado: 07 de Junio de 2023

*Autor para correspondencia E-mail: wfquintero@ucvl.cu

El autor declara no tener conflictos de intereses.

El autor participó en el diseño y redacción del trabajo, y análisis de los documentos.

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