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Varona. Revista Científico Metodológica

versión impresa ISSN 0864-196Xversión On-line ISSN 1992-8238

Varona  no.69 La Habana jul.-dic. 2019  Epub 01-Dic-2019

 

Artículo original

La educación para la paz como competencia para la vida: una mirada desde la labor del docente

The education for peace as a competence for life: a look from docent labor

Orquidia Miló León1  * 

Taymi Breijo Worosz1 

Carlos Manuel Valle Gálvez1 

1 Departamento de Marxismo-Leninismo e Historia. Universidad de Pinar del Río Hermanos Saiz Montes de Oca. Cuba.

RESUMEN

El análisis de la comunicación pedagógica y su significado como proceso que transversaliza el proceso formativo del profesional, deviene en componente esencial para emprender el camino de la formación de la educación para la paz como competencia para la vida, desde un enfoque profesional en los estudiantes de la carrera de Marxismo-Leninismo e Historia.

Palabras claves: educación para la paz; comunicación pedagógica y competencia para la vida

ABSTRACT

The analysis of pedagogical communication and its meaning as a process that mainstream the formative process of the professional becomes an essential component to undertake the path of education for peace education as a competence for life, from a professional approach in the students of the career of Marxism, Leninism and History.

Keywords: education for peace; pedagogical communication and competence for life

INTRODUCCIÓN

La formación de competencias para la vida es el resultado de una educación de calidad que prepara a los escolares para asumir los retos de un mundo que avanza rápidamente, donde la equidad e igualdad de oportunidades deben constituir premisas de la educación; formarlas, es un reto que asumen los maestros para que las nuevas generaciones contribuyan de forma activa a lograr un mundo mejor (Mederos, 2016).

En el foro Educación para Todos en las Américas realizado en Santo Domingo en el 2000, los países de América Latina, el Caribe y América del Norte debatieron los resultados de la evaluación regional de las metas de Educación para Todos, como antesala de la evaluación mundial realizada en abril del mismo año en Dakar.

El Marco de Acción Regional, que incluían los nuevos compromisos de los gobiernos hasta el 2015, introducía el concepto de competencias para la vida, relacionado con una visión amplia de la educación para la vida, no restringida exclusivamente a la preparación para la producción y el empleo. Se considera, desde esta óptica, que las competencias para la vida incluyen, además de las que tributan a la formación laboral, las vinculadas con una cultura del derecho, el ejercicio de la ciudadanía y la vida democrática, la paz y la no discriminación, la formación de valores cívicos y éticos, la sexualidad, la prevención de la drogadicción y el alcoholismo, la preservación y cuidado del medio ambiente. Del mismo modo se destaca el nuevo rol de profesores como modelos de las competencias para la vida y la necesidad de que a su vez desarrollen competencias para acompañar y facilitar el aprendizaje durante toda la vida.

Así el proceso de formación de profesionales, basado en competencias, presupone que la actividad docente y la educación en el trabajo es, ante todo, un ejercicio de comunicación por excelencia, donde docentes y alumnos establecen relaciones afectivas, empáticas, dinámicas que desde lo instructivo trascienden a lo afectivo y que sin dudas influyen de forma significativa en que el alumno se sienta en condiciones más favorables para ser protagonistas de su aprendizaje para la vida.

Dentro de estas competencias especial énfasis para este trabajo lo adquiere la educación para la paz, dadas las complejas circunstancias en las que se desarrolla el mundo actual. Por lo que privilegiar el proceso de formación de esta competencia en la formación de los estudiantes de la carrera de Marxismo e Historia desde una perspectiva profesional deviene en cuestión estratégica de primer orden.

DESARROLLO

En torno a la comunicación pedagógica, vía esencial en la formación por competencias

El proceso de enseñanza-aprendizaje constituye, sin dudas, un acto de comunicación, por esta razón se deben respetar las leyes que la misma precisa, en tal sentido cada uno de los sujetos participantes deben jugar su papel en un proceso de retroalimentación, interacción, colaboración, alejado de toda rigidez, imposición y autoritarismo, sin desestimar los criterios de los otros y con una actitud favorable a la comunicación y al aprendizaje.

Según Álvarez la actividad comunicativa es inherente al ser humano (por ser este un ser social) y a la educación (por tener esta una naturaleza social) (Álvarez, 1997). El proceso educativo puede considerarse un proceso de comunicación: alumno-alumno, alumno-maestro, alumno-sociedad, maestro-sociedad, maestro-sociedad-alumno.

La comunicación tiene su centro en el lenguaje, que deviene en instrumento esencial de la comunicación humana. La actividad de comunicarse implica el uso del lenguaje en toda su variedad: verbal y no verbal. En la actualidad existe una amplia variedad de lenguajes que han venido a complejizar el proceso de enseñanza-aprendizaje desde los roles tradicionales de sus protagonistas. Se reconocen la existencia de los lenguajes verbales, artísticos y cibernéticos.

Desde la universidad, en la formación inicial, se hace necesario la apropiación de competencias comunicativas por los alumnos, donde los modelos de actuación que transmiten sus docentes, son esenciales en el proceso de formación de profesionales, por el impacto que presenta al ser un problema profesional de carácter trasversal, en toda la actuación del profesional, con independencia de sus encargos.

La actividad comunicativa que se desarrolla en el proceso de enseñanza-aprendizaje posee otra dimensión que guarda relaciones con los métodos de enseñanza: el trabajo con las fuentes de información.

“[…] La comunicación se establece cuando el individuo tiene una información procesada, posee un contenido en su pensamiento. Pero para pensar y comunicar tiene que manejar información lo que implica buscar información, clasificarla, ordenarla, planificarla, procesarla para comprenderla, reelaborarla, es actividad que requiere del uso del lenguaje y de las fuentes. La información puede estar contenida en el libro de texto, en obras científicas, filmes, personas, museos, laboratorios, pinturas, literatura, naturaleza, instituciones sociales, medios de comunicación, etc. La actividad de aprendizaje consiste en dominar las características de las fuentes de conocimiento o el medio de información y las técnicas para obtener o procesar información. ”El papel de la comunicación es esencia, sin ella en toda su integralidad, no hay soluciones a problemas, ni investigación, ni creación, ni decisión, ni crítica, por lo que no existe aprendizaje. El desarrollo del pensamiento, de las actitudes y del lenguaje, son aspectos internos, psíquicos del método. El lenguaje es factor interno de la actividad del sujeto y de la comunicación entre sujetos, lo que incide directamente en el desarrollo del pensamiento y de las actitudes. La fuente de información está fuera del sujeto: en la palabra del profesor, el libro de texto, la obra científica o cultural, la comunidad o el filme, los objetos museables, el experimento. ”La fuente de información no forma parte del método. Ahora bien, el acto de obtener la información y de valerse de ella, como actividad que realiza quien aprende, es también factor interno del método… El alumno actúa con su pensamiento y a través del lenguaje (actividad interna), sobre la fuente de información (aspecto externo). Por esta razón puede considerarse que hay aspectos internos y externos del método que se complementan dialécticamente […]”. (Álvarez, 1997).

De lo anterior se revelan las respuestas al hecho de que existan múltiples estudios que desde diversas aristas tratan el problema de la comunicación en algunas de sus variantes.

En los últimos años la categoría comunicación ha pasado a ser, dentro de las ciencias de la educación, un tema recurrente tratado por los investigadores de diversas ramas, por lo que su estudio ha sido amplio y muchos autores e investigadores la tratan de diferentes formas lo que se refleja de manera esencial en las definiciones dadas por ellos.

En la comunicación se da una constante transformación motivacional, apreciándose nuevos motivos durante su transcurso, que difieren de la intención inicial del proceso que se da en los sujetos participantes, es decir, sus dos polos son activos siendo además un proceso plurimotivado variable (Márquez, 1999).

A partir de esta concepción, Márquez establece una definición de comunicación pedagógica, que se asume como un proceso que se da en el marco de la actividad pedagógica, a través del intercambio cognoscitivo-afectivo de habilidades y motivaciones con un carácter regular, histórico-social entre el profesor y sus estudiantes, y entre ellos de forma específica y entre ellos y los elementos del sistema de influencias y los estudiantes de forma general. Posee dos funciones básicas esenciales: una educativa en la esfera inductora y otra instructiva dirigida a influir predominantemente en la esfera ejecutora.

A partir de estos criterios se puede comprender el énfasis que se hace en la actividad pedagógica respecto a la comunicación y su vinculación con la motivación.

La excelencia académica implica un alto nivel de competencias, que tiene entre sus objetivos motivar a los estudiantes atendiendo a la diversidad, la comunicación y la reflexión en el proceso de enseñanza-aprendizaje.

La universidad tiene como procesos formativos principales: la docencia, la investigación, la innovación y la gestión. Sin embargo, el docente dedica la mayor parte de su tiempo a la enseñanza, donde es esencial el desempeño que tengan como comunicadores eficientes para dar cumplimiento a sus funciones.

Por su parte la excelencia docente se caracteriza por una definición clara de los objetivos, una adecuada preparación, el uso de los métodos apropiados, la obtención de resultados significativos, la visibilidad de la enseñanza, la interacción comunicativa y la reflexión crítica.

Por la amplitud y diversidad de definiciones de comunicación se asumen los criterios que ofrecen una serie de índices distintivos más característicos y esenciales que faciliten el estudio de la comunicación tales como de (Márquez, 1999):

  • Es un proceso que se manifiesta a través de la interrelación de dos o más sujetos: en la que ambos polos son activos y se influyen mutuamente por lo que tiene un carácter activo.

  • Ocurre un intercambio cognoscitivo-afectivo de finalidades y motivaciones con un carácter regulador.

  • Surge en forma de comunicación emocional afectiva de carácter selectivo a partir de la necesidad de expresarse y se va transformando con el desarrollo alcanzado por la personalidad en cada etapa de su vida.

  • Posee un carácter histórico social e individual que la hace ser diferente en cada período de evolución ontogenética y a su vez que cada sujeto tenga un estilo personal de comunicación que matiza tanto su contenido como su forma.

  • Que está condicionado esencialmente por el lugar que ocupa el hombre en el sistema de relaciones sociales.

  • Constituye un elemento imprescindible junto a la actividad en la formación y desarrollo de la personalidad, así como el medio a través del cual esta se manifiesta.

¿Se puede calificar a la comunicación que se realiza en el proceso de formación de profesionales como pedagógica?

La comunicación que se realiza en el proceso de formación de profesionales es pedagógica y adopta distintas formas según sus objetivos, pero de manera general mantiene una misma estructura y se manifiesta a partir de varios componentes que son comunes independientemente de la forma que adopte el proceso.

Los niveles de comunicación determinan en gran medida los nexos comunicativos entre los integrantes de un grupo, por lo que a partir del conocimiento, de sus estructuras, se puede predecir el grado de cohesión de sus miembros.

En la comunicación pedagógica la percepción mutua tiene una gran relevancia, pues de su objetividad y profundidad depende la efectividad del proceso pedagógico, ya que de la forma en que las personas se perciban e interpreten depende el carácter de su influencia. Su conocimiento por los docentes es de gran importancia para el desarrollo del proceso (Márquez, 1999).

Existen elementos que se repiten en el tratamiento de la comunicación pedagógica y es la unidad entre lo afectivo y lo cognitivo, así como el desarrollo de los procesos autorreguladores. Esto es un presupuesto de relevancia si de proceso de enseñanza-aprendizaje desarrollador se trata, pues facilitan en el alumno la búsqueda de alternativas en función de solucionar las tareas de aprendizaje que se le proponen.

La labor del docente como gestor de ambientes comunicativos favorables para la educación para la paz

En la formación de profesionales basado en competencias un proceso de enseñanza-aprendizaje desarrollador supone considerar el papel de la comunicación como proceso catalizador y dinamizador de aprendizajes pertinentes en los alumnos (Breijo Worosz, 2016).

El papel del docente como guía y mediador es esencial para desde la selección y orientación de las actividades de enseñanza-aprendizaje, la selección de los métodos, medios y formas, favorecer las condiciones para la colaboración y cooperación entre él y los alumnos, así como entre los alumnos.

En correspondencia con esta idea se precisa en la importancia del docente como mediador en el desarrollo del proceso de formación profesional, donde su papel es primordial desde la preparación previa a la clase hasta el posterior rediseño de pautas de actuación.

Dentro de este proceso las categorías didácticas desempeñan un papel esencial en la medida que el profesor diseñe las tareas de acuerdo con los objetivos que debe lograr, a partir de la utilización de métodos que le permitan desde el trabajo con las diferentes fuentes del conocimiento y formas creativas de organización de la actividad, potenciar en sus alumnos, la formación y desarrollo de competencias profesionales.

Estas categorías son medulares para el establecimiento, desde las diferentes asignaturas y partir de las tareas diseñadas, de las relaciones interdisciplinarias, teniendo en cuenta que cada texto contenido en una fuente de información, resume e integra múltiples saberes, los que se derivan de su conocimiento del mundo de las diversas ciencias y la cultura en general, así como de las relaciones multidisciplinarias y transdisciplinarias, ya que el análisis de los textos a favor de lo motivacional es el resultado de los aportes de diversas disciplinas.

La educación para la paz: una mirada en la formación de profesionales de la carrera de Marxismo-Leninismo e Historia

Los profesionales que se forman en la carrera desempeñan un rol fundamental en la formación integral de los adolescentes y jóvenes en y para la vida. Los conocimientos que adquieren en Historia y Marxismo les permiten un modo de actuación profesional, que protagoniza la educación ideopolítica, jurídica, cultural y ética, en la escuela, la familia y la comunidad. Están preparados, de manera especial, para investigar los problemas sociales que inciden en los procesos pedagógicos a tono con las exigencias y condiciones histórico-sociales concretas.

Un estudio diagnóstico y algunas notas periodísticas exponen como no siempre los educadores cuentan con recursos pedagógicos necesarios para la solución pacífica del conflicto en las distintas esferas de actuación en que se desempeña. Los adolescentes y jóvenes son vulnerables y la violencia puede conformar su personalidad desde los estadios tempranos de la vida. En las relaciones humanas el conflicto es inevitable y necesario para cuestionarse y crecer, pero la pelea y la violencia son evitables (Amstutz, 2009: 6).

En este sentido la educación para la paz ofrece el marco idóneo en la formación de este profesional para trabajar con herramientas que contribuyan desde los componentes académico, laboral, investigativo y extensionista en la solución de problemas profesionales, en vínculo estrecho con la solución pacífica del conflicto, promoviendo la adquisición de valores que contribuyan al desarrollo integral de este profesional como ser humano.

El estudio de la educación para la paz ha evolucionado desde las concepciones surgidas a raíz del fin de la Segunda Guerra Mundial hasta la actualidad. En sus inicios se limitaba a plantear la necesidad de evitar la guerra, definida como paz negativa. En la actualidad se amplía con la definición de la paz positiva, que educa al hombre en la solución del conflicto mediante la no violencia, la cultura del dialogo, el respeto a la diferencia, la tolerancia, la justicia y la solidaridad en las relaciones interpersonales.

La educación para la paz una es entendida como una: “Forma de convivencia sociocultural caracterizada por la defensa de los derechos humanos, el desarrollo sustentable, el desarrollo humano, la justicia, el respeto a la diferencia, la democracia, las nuevas relaciones con la naturaleza, la superación de la pobreza y la solidaridad en las relaciones humanas que vincule estrechamente los componentes nacional e internacional” (Viciedo, 2004: 25).

Torres define, sobre la base de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la cultura de paz como el resultado de la educación para la paz y señala que:

“[…] constituye una nueva forma de concebir el mundo, se caracteriza por el respeto a la vida y a la dignidad de cada persona, al rechazo a la violencia en todas sus formas, la defensa de un conjunto de valores como la libertad, el respeto al diálogo y el rechazo a la injusticia, la intolerancia o el racismo; la apuesta por la diversidad cultural y el interculturalismo como medio de enriquecimiento común, una concepción del desarrollo que tenga en cuenta la importancia de todas las formas de vida y el equilibrio de los recursos naturales del planeta, la búsqueda colectiva de un modo de vivir y de relacionarse, que contribuya a construir un mundo más justo y solidario en beneficio de toda la humanidad” (Torres, 2015: 16).

Se define la educación para la paz como una competencia del licenciado en educación Marxismo-Leninismo e Historia, en la cual se integran conocimientos, habilidades, valores y actitudes, para transformar la realidad mediante un modo ético de actuación profesional pedagógica para construir una cultura de paz y de respeto a los derechos humanos.

Propiciar que los docentes potencien el respeto a la diferencia, la tolerancia, la democracia, la solidaridad en las relaciones humanas que vincule estrechamente los componentes nacional e internacional en la armonía del ser humano consigo mismo, con los demás y con el medio ambiente, es tarea pedagógica priorizada en el sistema educativo cubano, donde no solo aprenda cuáles son los fundamentos de este enfoque, sino que también sea capaz de desarrollar tareas y estrategias mediante las que los conflictos puedan resolverse de manera pacífica.

Esta competencia permite a los profesionales en formación de la carrera de Marxismo-Leninismo e Historia, de la Universidad de Pinar del Río percibir la oportunidad para enriquecer el proceso de enseñanza-aprendizaje desde posiciones más participativas, tolerantes y respetuosas consigo mismo, con el otro y con el medio ambiente.

Avanzando en su desarrollo personal, donde no solo le permita aprender a conocer, sino también aprender a ser, aprender a hacer y aprender a vivir juntos. De modo que puedan contribuir a una mayor cohesión social, a la consecución de una vida feliz y digna para alumnos y profesores, contribuyendo a la consolidación del proyecto social cubano, creando y manteniendo una cultura de paz.

En la formación de este profesional la disciplina de Historia Universal constituye un agente catalizador en la formación de esta competencia por permitir la sensibilización del estudiante a partir del análisis de fenómenos como la explotación del hombre por el hombre, los desastres acaecidos en la humanidad a partir del fenómeno.

CONCLUSIONES

  • La formación de las competencias para la vida, es un proceso imprescindible y necesario para todos de manera general, sin embargo, en el proceso de formación de profesionales, se hace necesario una mirada particular por el objeto de este proceso.

  • La educación para la paz es considerada por diferentes agencias internacionales como una educación para la vida.

  • En este proceso se hace necesario crear las condiciones para favorecer la interacción comunicativa y las relaciones interpersonales entre docentes y alumnos, tomando como base el perfeccionamiento de la comunicación pedagógica y el papel del docente como agente dinamizador de ambientes favorables para la educación para la paz.

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Recibido: 01 de Junio de 2019; Aprobado: 01 de Julio de 2019

*Autor para la correspondencia: orquidia.milo@upr.edu.cu

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