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Introducción
La enfermedad COVID-19 se inició en diciembre de 2019, en la Ciudad de Wuhan, Provincia de Hubei, China. El 11 de marzo del 2020 se confirmó el primer caso en Cuba.1
La aparición de la pandemia de la COVID-19, producida por el virus SARS-CoV-2, ha marcado un hito en la salud pública a nivel internacional. Es el evento epidemiológico de mayor repercusión en un siglo por los dañinos efectos que ha producido en la población mundial y ha puesto en evidencia la capacidad real de los sistemas de salud para enfrentarlo.2
Se ha demostrado a nivel mundial que los sistemas de salud basados en atención secundaria y terciaria han presentado limitaciones para dar respuesta oportuna y efectiva a la diseminación de la enfermedad; es necesario se adopten apropiadas medidas en la Atención Primaria de Salud (APS), vinculadas a la detección precoz de enfermos, portadores asintomáticos, sospechosos, contactos, con la consiguiente aplicación de acciones preventivas en los distintos momentos del desarrollo de la enfermedad.2
Para la Atención Primaria de salud y el médico general, sobre todo en los tiempos actuales, el paciente con enfermedades respiratorias agudas ha sido siempre motivo de preocupación. Ya que la población cubana tiene una alta incidencia de enfermedades respiratorias no graves como rinitis y catarro común que son producidas principalmente por la influenza. En estos momentos se precisa la cooperación de la población, para identificar estos casos pues pueden enmascarar la infección causada por el SARS-CoV-2.3
Una de las herramientas desarrolladas por el Sistema de Salud cubano en el enfrentamiento a enfermedades transmisibles y no transmisibles, ha sido la pesquisa activa en población. La palabra pesquisa deriva etimológicamente del latín perquisitum, deriva del verbo perquirere, “buscar con cuidado”.2
Se define la pesquisa activa en salud como el conjunto de acciones diagnósticas que tienden a identificar el estado de salud individual en grupos de población, con la finalidad de establecer los factores de riesgo existentes y descubrir tempranamente la morbilidad oculta, con el objetivo de ser incluidos en programas para garantizar su seguimiento y atención continuada.4
El desarrollo de la pesquisa activa en Cuba involucra acciones de atención de salud, investigación y formación de recursos humanos, enmarcadas en el objetivo general de desarrollar una atención médica integral dispensarizada y de excelencia dirigida a las personas, familias, grupos y comunidad, para elevar de forma continua el estado de salud de la población.4
Las circunstancias que envuelven la aparición y desarrollo de la COVID-19, permitió que se diseñara por el Ministerio de Salud Pública de Cuba (MINSAP), el Plan para la prevención y control del nuevo coronavirus (COVID-19), con la puesta en marcha de un programa de pesquisaje activo en todo el país, apoyados en las experiencias de campañas anteriores ante enfermedades transmisibles. Se adoptaron nuevas estrategias ajustadas a las actuales circunstancias.4
El papel de los estudiantes de las ciencias médicas en el enfrentamiento de la pandemia de COVID-19 que hoy azota el mundo es un tema bien debatido en la actualidad y sobre el que se ofrecen opiniones diferentes, lo cual ha sido reflejado por importantes publicaciones médicas.1
Ante la magnitud de la pandemia, las universidades médicas han tomado posiciones en función de la situación, las necesidades y las particularidades de sus países. Algunas asociaciones encomendaron la suspensión de las actividades clínicas de los estudiantes y que estos no se involucraran directamente en la atención a pacientes, salvo que haya una crítica situación con el personal sanitario. Otras instituciones decidieron cancelar la enseñanza y las asignaturas optativas médicas temporalmente en respuesta a la confirmación de casos positivos dentro de sus planteles.1
Teniendo en cuenta, que en Cuba, fue el primer caso de COVID-19, el 11 de marzo del 2020; pero dada la importancia de la detección precoz de los enfermos y ante los reportes internacionales del avance de la enfermedad, se decidió por las autoridades sanitarias, ya desde finales de febrero, incrementar la pesquisa activa en grupos poblacionales de todos los enfermos con infección respiratoria aguda.1
La pesquisa activa masiva en comunidades ha sido utilizada en Cuba para muchas enfermedades y tiene su base en el programa de dispensarización en el nivel primario de atención, la cobertura y acceso universal de la salud en el país y la amplia participación de las organizaciones de masas en las comunidades.1) Un enfoque más reciente del pesquisaje es que no tiene por objeto solamente descubrir enfermedades (prevención secundaria), sino también identificar a las personas de alto riesgo.5
Basados en estos criterios, la experiencia y los resultados en otras enfermedades infecciosas, el 17 de marzo se decidió por el Ministerio de Salud Pública de Cuba solicitar a los estudiantes de las carreras de ciencias médicas su cooperación para hacer pesquisa activa de casos con infecciones respiratorias agudas en las comunidades.1
En la sistematización realizada por Montano y otros2) en junio de este año, no se había reportado en el mundo la utilización de este tipo de pesquisa para el manejo de la infección por el SARS-CoV-2 con respecto a la APS.
El objetivo de esta investigación fue describir los resultados de la pesquisa activa poblacional con estudiantes de las ciencias médicas en San Cristóbal I.
Desarrollo
Se realizó un estudio observacional, descriptivo, de corte transversal, en el Policlínico Docente “Camilo Cienfuegos”, del Municipio San Cristóbal, Artemisa, Cuba, del 1ro. al 30 de abril de 2020.
La muestra fue de 12 estudiantes de diferentes carreras universitarias de las ciencias médicas y 2 de sus profesores, quienes desarrollaron la pesquisa en el Consejo Popular San Cristóbal I, el cual posee una población 7088 por dispensarización, la más alta del municipio (ya que su población está dispuesta en viviendas de edificios principalmente, por tanto se mantiene más hacinada que otros territorios). Tiene además cinco consultorios médicos: CM 8 con una población de 1577, CM 9 con 1353, CM10 con 1601, CM 11 con 1088 y CM 12 con 1409.
Para el desarrollo del trabajo se ubicaron los estudiantes en el policlínico “Camilo Cienfuegos”, en los consultorios según área de residencia; y en eéstos fueron distribuidos por dúos (o tríos), en los consultorios médicos de la familia, según su complejidad. Cada cinco dúos se ubicaron dos profesores con las funciones de garantizar la disciplina, supervisar el trabajo, así como verificar la calidad de la información emitida al finalizar la labor de cada día. En todos los consultorios del Consejo Popular San Cristóbal I, se encontraban los estudiantes con sus profesores para desarrollar la pesquisa activa. Se estableció el uso permanente de nasobuco para estudiantes y profesores, así como el empleo de solución de hipoclorito de sodio al 0,1 % como medidas de protección individual.
Para minimizar el riesgo de contagio de estudiantes y profesores, la pesquisa se realizó utilizando la entrevista a la población desde la entrada de las viviendas, indagando sobre los signos y síntomas de la enfermedad respiratoria aguda. Se garantizó un adecuado distanciamiento físico entre ellos. De detectarse algún caso de esta enfermedad, se les notificó al médico y la enfermera de la familia, quienes tomaron conducta al respecto.
A partir del 19 de marzo, como en casi todo el país, la Universidad de Ciencias Médicas de Artemisa cambió la modalidad presencial de enseñanza por la educación a distancia. No fueron incluidos estudiantes que cursaban años terminales de sus carreras para que pudieran culminar su formación universitaria en el tiempo previsto.
Previo a la realización de la pesquisa, se realizó una capacitación a todos los estudiantes y profesores sobre los aspectos de la COVID-19, las medidas de bioseguridad para evitar contagio, así como las bases generales de su manejo; incluyendo el correcto uso de los medios de protección personal y las acciones de prevención para con las comunidades. Se solicitó el consentimiento a estudiantes y profesores para participar en el proceso masivo comunitario de pesquisa.
Se utilizó la observación participativa e informes diarios de actividad de pesquisa.
Como resultado de ello, en el período no se reportaron enfermos de COVID-19 entre los estudiantes ni entre los profesores participantes ni el resto de los pesquisadores. El horario de pesquisa fue de cuatro horas en la mañana (08:00 a 12 del día), los 7 días de la semana de manera estable. En todo el periodo de estudio se visitaron hasta 100 viviendas diarias por cada dúo de estudiantes, las cuales podían ser revisitadas al final de la jornada o en el próximo día, sí estuvieron cerradas.
En el mes de abril, fue pesquisada más del 80 % de la población de este consejo popular diariamente. Hubo solo un caso positivo que fue del consultorio médico 12, y solo 4 contactos que fueron trasladados a centros de aislamiento, los cuales resultaron negativos. El caso positivo fue contacto de la empresa Constructora del municipio Mariel donde trabaja, tuvo una evolución satisfactoria, y alta sin complicaciones, cumpliendo Protocolos de actuación de la COVID-19.6
Los estudiantes de las Ciencias Médicas ante la situación epidemiológica existente en el mundo y en el país, por indicación del Ministerio de Salud Pública comenzaron a pesquisar en busca de síntomas respiratorios que se correspondieran con los causados por la COVID-19. De esta manera, dan salida a su vez a las actividades extracurriculares existentes en los planes de estudio, y contribuyen a su formación multilateral con la educación en el trabajo, forma principal de organización de la enseñanza de los estudiantes.7
Aunque la incorporación de los estudiantes se realizó de manera progresiva, se comenzó con los estudiantes de las carreras de medicina y estomatología de años intermedios; en la medida que la COVID-19 avanzó a su segunda etapa (transmisión autóctona limitada) se fueron incorporando estudiantes de otras carreras y años, muchos estudiantes han participado progresivamente en actividades diarias de pesquisa.2) Los 12 estudiantes y los dos profesores que pesquisaron el área en estudio, se mantuvieron estables durante todo el período.
La participación estudiantil en actividades ante la COVID-19 ha estado también propiciada en muchas universidades e instituciones, tanto como equipos de respuesta médica estudiantil; como para la realización masiva de test diagnósticos para el pesquisaje de la enfermedad.1
Se coincide con Falcón y otros1) en que el sistema de pesquisa desarrollado utilizó la entrevista entre los estudiantes y los pobladores en la entrada de sus viviendas (no llevó implícito ninguna acción directa sobre las personas ni su entorno), por lo que se previó un adecuado distanciamiento en el intercambio entre los pesquisadores y población pesquisada; la función era detectar, mediante un pequeño interrogatorio, la presencia de casos con infección respiratoria aguda, lo cual sería luego corroborado por el médico y enfermero de la familia. Es por esto que el riesgo de contagio de los estudiantes ante la existencia de algún caso de COVID-19 entre los pesquisados fue muy bajo.
Los estudiantes conocen que no pueden examinar a ninguna persona con un cuadro respiratorio, ni siquiera se considerará obligatorio entrar al domicilio de la persona, tenga o no un cuadro de IRA, y mucho menos hacer termometría. El estudiante solo debe hacer una indagación sobre cada hogar, con sus moradores o incluso con vecinos, para saber si existen personas que hayan mostrado manifestaciones respiratorias, y en ese caso, indagar si ha estado en el exterior o ha tenido contacto con viajeros, hasta ahí su labor, y con base en reportar el caso. Corresponde luego al médico y la enfermera de la familia hacer mayores precisiones y atender de inmediato a los posibles enfermos y a los especialistas, hacer una encuesta epidemiológica según corresponda.8
Se reportan trabajos de los estudiantes de las Ciencias Médicas en otros lugares del país1,7) Se afirma que más de 28 mil estudiantes de medicina en Cuba han realizado pesquisa activa contra el coronavirus.9) En Guantánamo, se movilizaron para la tarea más de mil 250 estudiantes de tercer, cuarto y quinto año de la carrera de Medicina y de tercero y cuarto de Estomatología.10
La Universidad Médica jugó un importante papel desde la instrucción a los docentes que dirigieron, guiaron y compartieron con los estudiantes la pesquisa. Se demostró el éxito de la pesquisa activa cuando las labores se realizan de forma organizada, con sentido de pertenencia, disciplina, buenas relaciones interpersonales entre los estudiantes, entre los estudiantes y el profesor y entre los estudiantes y la población.7
Como afirmara el presidente Miguel Díaz-Canel, lo que evitará el contagio de la COVID-19 no es el miedo, sino el trabajo coherente con las acciones que se ha planteado el país. Para eso, agregó el mandatario, tenemos fortalezas suficientes, desde la voluntad política y la experiencia del Partido, del Gobierno y de la Revolución, hasta nuestro sistema de Defensa Civil, nuestro sistema de Salud, las organizaciones de masas y, lo fundamental, nuestro pueblo que entiende y apoya.10
Consideraciones finales
El trabajo de pesquisa activa poblacional para el enfrentamiento de la COVID-19, con estudiantes de las ciencias médicas en el Consejo Popular San Cristóbal I, y rectorado por el Policlínico Docente “Camilo Cienfuegos”, fue estable durante el mes de abril y contribuyó a la detección temprana de infección respiratoria y de la COVID-19. El proceso de pesquisa ha sido seguro para estudiantes y profesores, quienes fueron entrenados en aspectos relacionados con la transmisión de la enfermedad y las medidas de bioseguridad.
