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EDUMECENTRO

versión On-line ISSN 2077-2874

Rev EDUMECENTRO vol.6 no.3 Santa Clara sep.-dic. 2014

 

REVISIÓN

 

El enfoque axiológico o valorativo de las ciencias médicas

 

The axiological or appraisive approach of medical sciences

 

 

Taimi Nereida Rodríguez Abrahantes1, Yosvani Trujillo Rodríguez2, Dasmylis del Castillo Salazar3, Madelyn Martínez Espino4

1 Licenciada en Enfermería. Máster en Enfermedades Infecciosas. Asistente. Policlínico "Mártires del 8 de Abril". Quemado de Güines. Villa Clara. Cuba. Correo electrónico: taimir@capiro.vcl.sld.cu
2 Doctor en Medicina. Especialista de I Grado en Medicina General Integral. Máster en Enfermedades Infecciosas. Asistente. Policlínico "Mártires del 8 de Abril". Quemado de Güines. Villa Clara. Cuba. Correo electrónico: madelisp@capiro.vcl.sld.cu
3 Doctora en Medicina. Especialista de I Grado en Medicina General Integral. Instructora. Policlínico "Mártires del 8 de Abril". Quemado de Güines. Villa Clara. Cuba. Correo electrónico: fquemado@ucm.vcl.sld.cu
4 Doctora en Medicina. Especialista de I Grado en Medicina General Integral. Instructora. Policlínico "Mártires del 8 de Abril". Quemado de Güines. Villa Clara. Cuba. Correo electrónico: madelinm@capiro.vcl.sld.cu

 

 


RESUMEN

La educación en valores es un proceso continuo que comienza con la atención y educación del niño en la familia y se extiende hasta la universidad. Para el profesional de la salud es importante el fortalecimiento de su formación humanística, y comprender en su totalidad el enfoque valorativo que descansa en la relación profesional salud-paciente. Fundamentar la estructuración del pensamiento ético en el estudio y desarrollo de la teoría de valores, explicar la importancia que tiene la actuación del profesional de la salud frente a los dilemas morales contextuales del medio en que se desenvuelve, y realizar una adecuada interpretación del pensamiento valorativo para el propio desarrollo de las ciencias médicas, es una realidad determinante en la contribución de su formación profesional y en el proceso continuo de la labor desempeñada.

DeCS: valores sociales, educación profesional, ética profesional.


ABSTRACT

Education in values is a continuous process that starts with the care and education of the child within the family, and is extended until the university. For the health professionals it is important the strengthening of their humanistic training, and to understand in its totality the appraisive approach that exists in the professional relationship health-patient. To lay the foundations for the structuring of the ethical thinking in the study and development of the theory of values, to explain the importance of the behavior of the health professional in front of the contextual moral dilemmas of the environment, and to develop an adequate interpretation of the appraisive thinking for the development of the medical sciences, is a determining reality in the contribution to their professional training and in the continuous process of the work done.

MeSH: social values, education, professional, ethics, professional.


 

 

INTRODUCCIÓN

La educación en valores es un proceso continuo que comienza con la atención y educación del niño en la familia y se extiende hasta los diferentes procesos formativos de la universidad.

Se asume la posición de José de la Luz y Caballero en su discurso leído en los exámenes del Colegio del Salvador, el 16 de diciembre de 1861, sobre la preponderancia de lo axiológico sobre lo cognitivo, principio que hoy se hace vital en la Pedagogía Social. Así expresa el ilustre cubano, según referencia Pereda Rodríguez:1 "Hombres más bien que académicos es la necesidad de la época".

En cada sociedad existe un código de valores éticos predominantes que está determinado por la base socioeconómica existente. En Cuba, la educación en valores está encaminada a la conquista y mejoramiento de atributos humanistas, solidarios, de amor a la patria y al logro de un individuo pleno con posibilidades reales de desarrollo integral.

Es conocida la importancia que tienen los valores en la sociedad cubana, este es un tema vigente ya que ellos se han visto influenciados por el desarrollo científico técnico cada vez más acelerado, los cambios y conflictos sociales y económicos a nivel mundial, entre otros factores, que los han llevado a una crisis, sobre todo en la juventud y la adolescencia, de manera que trabajar desde edades tempranas para su fortalecimiento, debe ser una tarea esencial del sistema educativo en sus diferentes niveles de enseñanza.2 De ahí que la labor desempeñada por los profesores en este sentido sea fundamental, para ello necesitan estar pertrechados de adecuados conocimientos teóricos, metodológicos y de un pensamiento creador, para de esta forma propiciar la solución de problemas profesionales y modos de actuación que fortalezcan los valores humanos basados en las relaciones sociales de estudiantes y profesores.3

La educación en valores humanos no es una abstracta descripción del conocimiento realizado en una clase, sino que, según plantea Álvarez en su artículo Una urgencia de nuestro tiempo publicado en el diario Juventud Rebelde: …"está ligada al proceso de desarrollo del pensamiento, a la capacidad de reflexionar y de crear que marca el trabajo educacional; debe ser característica, tanto de las actitudes de los estudiantes, como de los maestros".

En este sentido, la educación ejerce una función particular sobre los individuos como formadora de valores y se distingue porque su influencia se realiza de manera diferente a la del medio familiar.

Los trabajadores del sector de la salud en Cuba, no están exentos de las influencias exógenas, motivo por el cual se hace pertinente la necesidad de reforzar la educación en valores que se ha ido debilitando y ha dado paso a antivalores que en ocasiones conspiran contra el buen servicio que recibe la población.4

Formar profesionales de la salud implica asumir el reto de crear y desarrollar una mente inquisitiva, preparada para estar en un permanente cuestionamiento, es decir, consolidar investigadores, que desde diferentes disciplinas, aporten al conocimiento colectivo del país. Para esto, es fundamental que se forje una actitud positiva hacia la generación del conocimiento y la ciencia.5

La práctica médica se orienta generalmente a erradicar las alteraciones que afectan la salud del individuo, es decir, la enfermedad, dando como punto de partida de cualquier análisis, solamente ese. Se olvida así al hombre como ser social y el marcado carácter humano que debe prevalecer en la atención médica; esta y otras observaciones llevan a reflexionar sobre la visión axiológica de las ciencias de la salud, por lo que el siguiente trabajo está encaminado a investigar el enfoque axiológico y destacar el carácter valorativo de las ciencias médicas, partiendo de conceptos elementales y del perfil humanista de esta ciencia.

Educación en valores profesionales

Es importante abordar el tema de educación en valores profesionales, conceptualizarlo e interpretarlo para un análisis más lúcido del comportamiento del profesional de la salud, y mas allá de esto, poder destacar el pensamiento valorativo de las ciencias médicas a partir de la formación de valores en educandos, futuros profesionales capaces de actuar y evaluar una situación determinada del paciente, sustentados en los principios humanos.

El sistema social cubano reclama del personal de la salud no solo valores profesionales, sino también ideopolíticos y morales, como componentes de la personalidad. Aunque la Axiología tiene su propio objeto de estudio, se nutre de otras ciencias dentro de las que desempeña un gran papel la Psicología, y por ello es importante destacar la importancia que reviste el enfoque psicológico de los valores.6

Coincidiendo con la bibliografía consultada, los autores consideran que aún son insuficientes las investigaciones sobre valores dentro de la educación superior; teniendo en cuenta la pertinencia del tema, se constató que, según una revisión del Consejo Mexicano de Investigación Educativa (COMIE) en el campo de la educación y los valores, se comenzó la producción científica entre los años 1991 y 2001,7 Alcántara y col,8 por su parte, señalan que esta temática se investigaba desde la educación básica, y es en años recientes que se indaga sobre ella en otros niveles formativos. A pesar de esto, los autores consideran que en Cuba el tema de los valores siempre ha sido motivo de investigación, sobre todo en los últimos años.

Los valores profesionales son entendidos como los de índole humana, contextualizados y dirigidos hacia la función que se realiza; ellos, junto a los principios y las normas, forman parte de la ética, son cualidades de la personalidad que expresan significaciones sociales de redimensionamiento humano y que se manifiestan relacionadas al quehacer y los modos de actuación.9,10 Interiorizados, conforman la esencia del modelo de representaciones personales, constituyen el contenido del sentido de vida y de la concepción del mundo, permiten la comprensión, la interpretación y la valoración del sujeto y brindan la posibilidad de definir el proyecto de vida, integrado por objetivos y finalidades para la actividad social.

Otra peculiaridad de la educación en valores profesionales es su carácter intencional, consciente y de voluntad, no solo por parte del educador, sino también del educando, quien debe asumir dicha influencia a partir de su cultura, y estar dispuesto al cambio.

Desde otra perspectiva es importante para educar en valores, "… la acción planificada, intencionada, orientada y controlada que ejercen la familia, la escuela y la comunidad mediante el ejemplo personal en las actuaciones de los adultos responsabilizados con el encargo social de la formación de las nuevas generaciones".11 En este sentido, la preparación y superación pedagógica y científico-técnica de todo el personal docente es una tarea de primer orden. La aspiración de convertir a toda Cuba en una gran universidad, implica que todo profesional debe ser, potencialmente, un profesor universitario.12

Los autores consideran que, cuando se abordan los múltiples valores humanos que debe tener un profesional en general, y de las ciencias médicas en particular, existen muchos que marcan al estudiante universitario en el largo y virtuoso camino hacia su futura profesión, sin embargo, hay uno que es imprescindible: la responsabilidad, constituye un signo de madurez, es un valor que está en la conciencia de la persona y les permite reflexionar, orientar y valorar las consecuencias de sus actos. La persona responsable es aquella que cumple con sus obligaciones y tareas que se les indican de manera consciente.13,14

Luego de un análisis interpretativo de la educación en valores profesionales y el enfoque particular de su significado en el campo de la educación médica superior, se puede reflexionar y ejemplificar en relación al carácter valorizante de las ciencias médicas, partiendo del concepto interpretativo de valoración, importante para el reconocimiento del carácter humanista de esta ciencia, como un proceso esencialmente humano, mediante el cual se juzga la realidad desde de la mirada particular del sujeto valorante. El juicio valorativo, según criterios de los autores de este estudio, expresa la significación que tiene la situación valorada para la persona que la valora. Una condición indispensable es la presencia de la conciencia y autoconciencia.

La Conferencia Mundial de Educación Médica en el 2003, estableció los estándares globales en educación médica, señalando las competencias esenciales mínimas, las cuales muestran en primer lugar, una preocupación relativa a la formación humanista al declarar, entre sus aspectos: valores, actitudes, conductas y ética profesional, habilidades relacionales y comunicativas, salud poblacional y sistemas asistenciales, pensamiento crítico e investigación, entre otras prioridades.

En esta misma línea e inspirado en los requisitos globales mínimos esenciales en educación médica del Instituto Internacional, se declaran como valores profesionales, actitudes, comportamientos y ética: reconocer los elementos esenciales de la profesión médica, incluyendo los principios éticos y las responsabilidades legales; comprender la importancia de tales principios para el beneficio del paciente, de la sociedad y la profesión, con especial atención al secreto profesional; saber aplicar el principio de justicia social a la práctica profesional y desarrollarla con respeto a la autonomía del paciente, a sus creencias y cultura.

En las proyecciones de organismos internacionales, como la Organización Panamericana de la Salud y la Organización Mundial de la Salud se aprecia preocupación por el tema de la formación humanista en el futuro profesional médico, sin embargo, aún se reclaman criterios de otros investigadores sobre el tema.15

La universidad médica cubana ha logrado un alto nivel de preparación científico-técnica de sus egresados con un método de enseñanza basado en la solución de problemas, y la educación en el trabajo como su forma fundamental de organización, que utiliza como escenarios docentes los propios del Sistema Nacional de Salud; así se propicia el desarrollo de un sistema de conocimientos y habilidades necesarios y suficientes para lograr adecuadas competencias y desempeños como futuros profesionales, tal y como se ha evidenciado a lo largo de estos últimos cuarenta años.16

Como plantea García Salabarría17 hoy Cuba es una gran escuela, de manera que los autores coincidiendo con la bibliografía revisada, la consideran una gran universidad en la formación masiva gratuita de recursos humanos en salud para Cuba y el resto del mundo.

El carácter axiológico de la investigación científica

Otro campo donde se evidencia el carácter humano y valorativo de las ciencias médicas, es en el de la investigación científica. Articular prácticas médicas pertinentes, orientadas hacia la búsqueda de alternativas formadoras que garanticen una correspondencia con su hacer médico, con la connotación humana en los procesos investigativos, es la misión social y los nuevos derroteros de sus profesionales.

En torno a los procesos formativos que abogan por la exigencia de orientarse con pensamiento propio, en relación con la profesión, se reconocen los elevados niveles de conocimientos científicos que se requieren como eslabón mediador entre la práctica profesional y la investigación.18

El proceso de formación del investigador clínico en las ciencias médicas, debe constituirse en un perfeccionamiento continuo en el desarrollo no solo académico, sino también humano, pues en las instituciones médicas aún se manifiestan comportamientos que no están en correspondencia con el al alto nivel de responsabilidad que implica su rol.

Es innegable que el proceso de formación humana debe conducir a resolver los problemas peculiares del proceso salud-enfermedad; es necesario que el investigador se involucre en el mejoramiento de la calidad humana en la atención a sus pacientes, debe adquirir competencias éticas en este ámbito, al manifestarse como líderes sociales, capaces de enfrentarse a los retos sociohumanistas, acordes con la época actual, dentro de un mundo globalizado, desde principios, posturas y posiciones teóricas, epistemológicas y metodológicas, de tal manera que produzcan resultados de gran alcance e impacto científico-tecnológico, pero sin perder de vista la dignidad humana.18

La formación del investigador debe ser una exigencia en las instituciones de salud, en tanto se supere el cientificismo positivista que ha dominado por muchas décadas, y que se mantiene como un obstáculo para el nuevo milenio; se debe transformar radicalmente esta posición a fin de lograr una formación integral de sus profesionales.

Al hacer un análisis más pertinente sobre este particular se evidencia que desde este punto de vista se trata de sobrellevar una posición epistemológica más humana en el proceso de formación del investigador; no obstante, dentro de la función que deba ejercer se hace necesario impulsar un proceso de formación axiológica bioética del investigador clínico en las ciencias médicas, donde se revelen particularidades que caractericen este proceso.

Sobre el mismo tema, Fuentes González19 asevera que la profesión del investigador requiere para su ejercicio de la comprensión del fenómeno educativo axiológico, porque la investigación científica de avanzada no se reduce simplemente a la práctica médica, ni a la simple búsqueda de medicamentos para determinada afección; asimismo, los investigadores han de asumir una concepción integradora con respecto a su cultura y contexto, y han de aceptar el desafío de formarse profesionalmente en las cualidades humanas. Los autores de esta investigación se afilian a esta posición respecto al carácter valorativo de la investigación científica.

Es válido reconocer que se han realizado trabajos significativos a nivel internacional, que dirigen su atención a problemas generales acerca de los valores, sin establecer la relación del significado y el sentido en la formación axiológica bioética del investigador clínico en las ciencias médicas.

Quien ejerza la investigación clínica se apropia de una relación intrapersonal, donde cada sujeto es consciente de sus pensamientos, sentimientos, motivaciones, necesidades y deseos; al administrar sus emociones y asumir la situación de manera responsable, encuentra el valor que tiene; significa entonces, desde la perspectiva de esta investigación, que la inteligencia no es suficiente para valorar cada situación y, por tanto, esto responde al criterio de que no se pueden tomar decisiones sin la aprobación de otros sujetos.

Lo planteado expresa que la formación del investigador clínico debe tener en cuenta el equilibrio de los pares dialécticos entre amor-rencor, aprecio-desprecio, preocupación-despreocupación y así sucesivamente, hasta determinar una clave esencial para el desarrollo de la maduración del sujeto social, que le conduzca al respeto hacia sí mismo y hacia los demás como formas de una relación positiva; sin embargo, los diferentes autores ya enunciados no ven una articulación en el proceso de la formación axiológica bioética que conlleva a la sensibilidad humana de los investigadores clínicos como un elemento esencial, lo cual conlleva al planteamiento de que hace falta un enfoque epistemológico de cómo llegar a que este profesional tenga cualidades transformadoras desde la intencionalidad de su formación en la sensibilidad humana, para afrontar todos los fenómenos que suceden a su alrededor, en un contexto que avanza a la globalización, la cual cobra cada vez mayor fuerza.

Hace falta entonces un proceso formativo que conduzca al investigador clínico a las posibilidades de éxito en la relación interpersonal e intrapersonal, como mecanismos de control y compensación que le permiten superar barreras, para generar en su «ser» una sensibilidad especial ante estos problemas del entendimiento mutuo, que proporcione el desarrollo de sentimientos con una alta carga de humanismo, ya que en ninguna entidad médica se ha considerado este proceso como parte de la teoría y práctica pedagógica de la formación axiológica bioética.20

Uno de los aspectos esenciales que han de tomarse en cuenta en los procesos de formación de investigadores es lo referido a las cualidades que poseen como el desarrollo de las habilidades, los intereses, la inteligencia, las actitudes, las creencias, la motivación y las expectativas que los caracterizan y repercuten en la eficiencia o no con que hagan sus actividades.

Cabe mencionar además, que investigar puede generar múltiples estados afectivos, desde la satisfacción y felicidad por las metas logradas hasta la frustración, con la consecuente experiencia de decepción, tristeza e incluso temor a no poder cumplir con las expectativas u objetivos de la investigación.21

Por otra parte, otros estudios destacan que esta concepción de la actividad científica como proceso y resultado, pone de manifiesto la unidad dialéctica entre los componentes de la investigación científica y la unidad entre teoría y práctica, expresión del proceso formativo y las exigencias sociales para los diferentes perfiles de salida.5,22

A partir de todas estas consideraciones teóricas que han llevado a los autores de este artículo a una total reflexión acerca del tema referido sobre el valor axiológico de las ciencias médicas, se puede concluirque la pertinencia del tema constituye pieza clave para el desarrollo integral de los recursos humanos que se forman en la esfera de la salud.

Un pensamiento axiológico bien estructurado sirve como base para el estudio y desarrollo de los valores, y proporciona una teoría basada en principios y modelos que proporcionan una adecuada metodología mediante la cual el profesional de la salud puede regular su actuación y comprender cabalmente lo indispensable de establecer una adecuada relación médico-paciente.

 

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Recibido: 18 de septiembre de 2013
Aprobado: 2 de junio de 2014

 

 

Taimí Nereida Rodríguez Abrahantes. Policlínico "Mártires del 8 de Abril". Quemado de Güines. Villa Clara. Cuba. Correo electrónico: taimir@capiro.vcl.sld.cu