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EDUMECENTRO

versión On-line ISSN 2077-2874

EDUMECENTRO vol.8  supl.2 Santa Clara  2016

 

ARTÍCULO ORIGINAL

 

Una mirada martiana acerca del consumo del tabaco

 

Marti´s glance on tobacco consumption

 

 

Anayda Alfonso Hidalgo1, Blanca Rosa Pérez Obregón2

1 Doctora en Medicina. Especialista de I Grado en Farmacología y en Medicina General Integral. Máster en Educación Médica Superior. Profesor Auxiliar. Universidad de Ciencias Médicas de Villa Clara. Cuba. Correo electrónico: anaydaah@ucm.vcl.sld.cu
2 Licenciada en Educación. Especialidad Español Literatura. Asistente. Universidad de Ciencias Médicas de Villa Clara. Cuba. Correo electrónico: blancarosap@infomed.sld.cu

 

 


RESUMEN

Fundamento: en la obra de José Martí se evidencian observaciones muy novedosas para su época, acerca del consumo del tabaco.
Objetivo: analizar las consideraciones de José Martí acerca del consumo del tabaco en su tiempo y el alcance ético-preventivo de su pensamiento en relación con el tema.
Método: se realizó una investigación documental cuyo objeto de estudio fueron las Obras Completas de José Martí, en la Universidad de Ciencias Médicas de Villa Clara, durante 2015. Para ello se emplearon métodos teóricos: análisis-síntesis, inducción-deducción e histórico-lógico; y empíricos: el análisis de textos martianos relacionados con el consumo del tabaco.
Resultados: Martí evidencia lo nocivo del consumo de tabaco, independientemente de la forma en que se haga y la relación causal con la aparición de cáncer, en varios de sus textos, los cuales aseveran la vigencia de su pensamiento.
Conclusiones: José Martí se adelantó a su época en sus consideraciones sobre el consumo de tabaco y esbozó la prevención, como premisa fundamental del accionar de conservación de la salud.

DeCS: José Martí, hábito de fumar/prevención & control, promoción de salud, educación médica.


ABSTRACT

Background: novel observations on tobacco consumption are evidenced in José Marti's work, for his time.
Objective: to analyze José Marti's considerations about tobacco consumption in his time and the ethical-preventive links of his thought in relation to the topic.
Methods: it was carried out a documental investigation whose study object was José Marti's Complete Works, in Villa Clara University of Medical Sciences, during 2015. Theoretical methods were used: analysis-synthesis, induction-deduction and historical-logical; and empiric ones: the analysis of José Marti's texts related to tobacco consumption.
Results: Martí evidences the damage of tobacco consumption in several of his texts, independently of the way it´s consumed and the causal relationship with cancer onset, which asserts the validity of his thought.
Conclusions: José Martí was ahead of his time in his considerations on tobacco consumption and he talked about prevention, as the fundamental action to carry out for health preservation.

MeSH: José Martí, smoking/prevention & control, health promotion, education, medical.


 

 

INTRODUCCIÓN

La dependencia o drogadicción se define como un trastorno conductual en el cual, como resultado de los efectos biológicos de una determinada sustancia, la persona tiene disminuido el control sobre su consumo; este concepto fue introducido hace unas décadas por los expertos de la Organización Mundial de la Salud1.

El tabaco es una droga legal con efectos simultáneos estimulantes y depresores, cuyo consumo frecuente conduce a la tolerancia y dependencia con la determinación de consecuencias nocivas sobre el sujeto, la sociedad o ambos. La nicotina es el principal ingrediente psicoactivo que buscan sus consumidores. Los cigarrillos y demás preparados tabáquicos son las formas para la administración de la nicotina1,2.

El consumo intensivo del tabaco tuvo un momento histórico relevante durante la Primera Guerra Mundial porque se popularizó el hábito de fumar cigarrillos. En las trincheras, los soldados fumaban para aliviar tensiones y ese hábito dañino se extendió a la vida civil3,4.

Con su entrada al viejo mundo al tabaco se le adjudicaron ciertas propiedades medicinales. Su uso se dispersó rápidamente por el resto del orbe: se fumaba, se masticaba, se inhalaba nasalmente en forma de polvo (conocido como rapé), se administraba por vía rectal para tratar las hemorroides y la constipación o se aplicaba localmente para tratar la tos, el asma, los cólicos abdominales, la gota, diversas enfermedades de las mujeres, parásitos intestinales, heridas abiertas y tumores, entre otras muchas indicaciones. Al principio se estilaba inhalar el humo a partir de las hojas envueltas y después en pipa (costumbre acentuada en Inglaterra en el último cuarto de siglo XVI). A partir de 1614, Sevilla se convirtió por decreto del rey Felipe II en la capital mundial del tabaco. En esta urbe española se estableció la primera fábrica tabacalera que recibía toda la recolección de hojas procedente de las colonias del Caribe. Los indigentes de la ciudad recogían del suelo las colillas de puros fumados, y aprovechaban el tabaco picándolo y envolviéndolo en un papelillo. Para muchos, ese fue el inicio de los cigarrillos. Con el paso del tiempo su consumo se dignificó en varias partes del planeta: aunque estos no tenían la distinción de los puros, comenzaron a consumirse mayoritariamente cuando en 1876 los fabricantes estadounidenses Allen & Ginter ofrecieron un premio a quien inventara una máquina que acelerara la producción de cigarrillos, hasta ese momento realizados de modo manual3-6.

Es increíble cómo la historia de la cosecha del tabaco, la expansión del hábito de fumar y los supuestos efectos beneficiosos que se le atribuían, no pasaron inadvertidos para José Martí. El objetivo de la presente investigación es analizar sus consideraciones acerca del consumo del tabaco en su época y el alcance ético-preventivo de ellas en la actualidad.

 

MÉTODOS

Se realizó una investigación documental, cuyo objeto de estudio fueron algunos textos de las Obras Completas de José Martí, en la Universidad de Ciencias Médicas de Villa Clara, durante 2015, para analizar la forma en que abordó en ellas el consumo del tabaco, sus efectos dañinos y el alcance ético-preventivo de su pensamiento en relación con el tema.

Para ello se emplearon métodos teóricos: análisis-síntesis e inducción-deducción para los referentes teóricos del tema, la interpretación de la revisión documental y la conformación del informe investigativo y el histórico-lógico para conocer los antecedentes bibliográficos que tratan el tema y su progresión en los artículos revisados.

Dentro de los empíricos, la revisión documental de:

* Todas las citas de José Martí han sido extraídas de los citados volúmenes.

 

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

En épocas pasadas el concepto de dependencia se identificaba también como hábito, y se definía por caracterizar un estado de deseo de consumo adictivo en el cual no hay tendencias a aumentar las dosis, pero sí presencia de un sometimiento con escasa representación física y daño individual, no social; sin embargo, para Martí estos hábitos eran más que peligrosos, y así alerta: "… el hábito llega a convertirse en bondad y dar poesía a los mismos crímenes". Actualmente los expertos de la Organización Mundial de la Salud asumen un concepto único de dependencia, en el que se implican de forma directa factores sociales lo cual contribuye a la realización de labores de prevención, tratamiento y rehabilitación del consumidor1,2.

En su labor de periodista y durante su estancia en Estados Unidos, Martí realiza un periodismo de investigación: revisa la prensa norteamericana y polemiza con sus escritos, no solo políticos sino sociales, con la intención de dar a conocer la verdad sobre los Estados Unidos en todos los planos de su sociedad; sus variados artículos están agrupados en las llamadas Escenas Norteamericanas. En uno de ellos comenta sobre un texto publicado en un diario norteamericano titulado Salud y Hogar, donde el General Chingman de Nueva Carolina, al cual define como hombre experimentado y agradecido, cuenta maravillas de las virtudes médicas del tabaco: dice que la hoja húmeda puede ser usada en los ojos inflamados de un caballo de labor, en la irritación de los párpados de la persona cuando no ha podido dormir; en la luxación de tobillo y en las heridas de bala con daño de músculos y nervios; en las erisipelas severas en la cabeza y en el ataque de ciática; además asegura que es inmejorable para el endurecimiento de los pies, al punto que puede convertir en una suave llanura una cordillera de montañas.

Las evidencias científicas acumuladas han demostrado con amplio margen que el tabaco, independientemente de la forma que se consuma es dañino, y Martí tenía conocimiento de ello. En septiembre de 1883 escribe el artículo: Observaciones sobre el hábito de fumar cigarrillos de papel, donde expresa: «La costumbre que se va haciendo cada vez más generalizada de fumar incesantemente cigarrillos de papel es muy poco menos dañina, aunque de una manera sutil y poco sensible, que el hábito de tomar tragos de alcohol entre las comidas. Quizás no sea muy grande la cantidad de tabaco consumido, pero no hay dudas de que el volumen de humo a que están expuestos los órganos respiratorios del fumador y las propiedades de ese humo respecto a la proporción de nicotina introducida en el sistema, se combinan para poner el sistema completamente bajo la incidencia del tabaco. (…) Contra lo que deseamos protestar es contra el hábito de fumar cigarrillos de papel en grandes cantidades, imaginándose que estas dosis pequeñas de nicotina no son dañosas". Y continúa: "Hemos tenido conocimiento en estos últimos meses de un número considerable de casos, en que muchachos y jóvenes que no habían alcanzado aún su completo desarrollo físico, han visto su salud seriamente alterada por el hábito de fumar incesantemente cigarrillos de papel". (…) "… conveniente es que estos hechos se sepan, pues es evidente que prevalece la idea de que, cualquiera que sea su número, estas bocanaditas de humo no pueden ser dañinas en lo más mínimo, cuando al contrario producen con frecuencia mucho daño".

Identifica como nocivo este hábito en la juventud temprana. Describe que se consumen de ocho a doce cigarrillos por hora y durante cuatro a cinco horas por día, planteó que aunque no sea grande la cantidad de tabaco consumida, siempre producirán daño a los órganos respiratorios del fumador.

Sin embargo, en este mismo texto, haciendo referencia a los puros y a la costumbre de fumar en pipa, dice: "Nada tenemos que decir contra el fumar (los) en horas oportunas y con moderación". Y lo argumenta con dos razones fundamentales: en el caso de los cigarrillos de papel, las dosis pequeñas de nicotina son más dañinas, pues se ponen en contacto directo con la boca y los conductos de aire. Por lo que los efectos producidos por su abuso son más marcados: presentan caracteres más fijos que los que se observan después de emplear otra forma de fumar.

Hoy se sabe que no solo la nicotina es dañina, también en el humo hay otros miles de productos tóxicos. Su composición depende del tipo de tabaco, la profundidad de la inhalación, la temperatura de combustión, su longitud, la porosidad del papel y la existencia de aditivos y filtros. A la hora de valorar el daño del humo del tabaco se distingue una corriente principal que es el respirado por el fumador y una corriente secundaria que es el producido en las diferentes aspiraciones; al variar la temperatura de combustión, los componentes cambian y aumenta la toxicidad1,2,7-9.

En una de sus crónicas fechada el 26 de octubre de 1884, cuando describió el desfile de veinte mil hombres y mujeres por las calles de Nueva York, haciendo realidad la decisión de los artesanos estadounidenses de que el primer lunes de cada septiembre fuera un inmenso día festivo para todos los trabajadores, Martí deja ver su recelo acerca de ese obrero que se dedica a la confección de cigarrillos y a la manera en que, satisfechos por su trabajo esparcen el producto; y de lo lastimoso de esta acción, por cuanto los primeros en recogerlos son los niños, entusiasmados por la forma abundante en que se regala:

"¡No es, no por cierto, tan grato a los ojos un hombre que lía cigarrillos como el que labra la tierra, o golpea el hierro! Llevan carro los cigarreros, y van haciendo y echando a la multitud puñados de cigarros. Se arrastran por tierra los chicuelos, para recogerlos: ¡nada debiera hacerse, ni en procesión ni en chanza, que haga que un niño se arrastre por tierra!".

Relaciona de forma innovadora para su época cuando el pensamiento médico y científico no estaba tan avanzado, las consecuencias del consumo del tabaco en la aparición del cáncer, partiendo del hecho de que la primera referencia que conecta esta acción con el cáncer, se debe al médico londinense John Hill, el cual en 1761 describió el desarrollo de pólipos nasales en pacientes con una afición desmedida por el rapé. En poco más de tres décadas, otros especialistas empezaron a describir la asociación de cáncer de labio inferior, de lengua y de otras partes de la boca, con el hábito de fumar en pipa; pero fueron dos estudios divulgados en 1950 los que sostienen con evidencias científicas que fumar es causa de cáncer en el aparato respiratorio3.

Durante la primera mitad del año 1885, en el diario La Nación de Buenos Aires, Martí se refirió a la agonía y muerte del presidente norteamericano Ulysses Grant. Específicamente el 2 de junio de ese año describió que al presidente, "… de fumar con exceso se le llegó a acentuar en la garganta una disposición cancerosa que hoy se extiende por toda ella, y ya le está comiendo, en presencia de un pueblo afectado, las últimas migajas de la vida".

Desde meses antes, José Martí había explicado que, "… a causa del tabaco la lengua se había hinchado y puesto a punto de cáncer"; y en su crónica Inauguración de un presidente en los Estados Unidos, publicada con posterioridad, se refirió a que Grant, "… con un cáncer en la garganta, había escrito sus memorias, y expiró".

Si bien es cierto que se dice que Martí fumó una que otra vez, y que escribió sobre el tabaco, no era fumador en el verdadero sentido de la palabra, dato curioso cuando se piensa que sus mejores auxiliares y hermanos en la lucha por la independencia de Cuba fueron precisamente los tabaqueros. Muy conocida es la anécdota que cuenta que los patriotas cubanos, bajo la dirección de José Martí y el Partido Revolucionario Cubano, ya lo tenían todo preparado para volver a empezar la lucha por la independencia de la Patria. Solo faltaba avisarles, desde los Estados Unidos, a los revolucionarios en Cuba, sin que los españoles sospecharan. Fue entonces que en una reunión celebrada en Nueva York, el 29 de enero de 1895, uno de los participantes propuso mandar la orden dentro de un tabaco. Aprobada la idea, se le propuso esta misión a un tabaquero cubano, trabajador de la fábrica «Príncipe de Gales», en Tampa. Días después, un revolucionario trajo a la Patria el tabaco con el aviso y se lo entregó a Juan Gualberto Gómez, delegado del Partido Revolucionario Cubano. Inmediatamente este reunió a los demás jefes y juntos acordaron la fecha del 24 de febrero para recomenzar la guerra.

En sus textos, matizados siempre de la impronta poética que los caracteriza, plasma la necesidad del conocimiento y difusión de lo dañino del hábito de fumar, pero alerta también acerca de la necesidad de la prevención de salud: «El arte de curar consiste más en evitar la enfermedad y precaverse de ella por medios naturales, que en combatirla por medios violentos e inevitablemente dañosos para el resto del sistema, cuyo equilibrio es puesto a contribuir en beneficio del órgano enfermo»8.

El consumo de tabaco es la epidemia que más causa mortalidad en el mundo. Por su aumento y extensión se considera una pandemia, cuyo incremento se relaciona actualmente con la publicidad. El consumo es tolerado y fomentado por la mayoría de los gobiernos, debido principalmente a los ingresos económicos que derivan de su producción y comercialización, sin considerar que cerca de diez mil personas mueren al día por causa del humo del cigarrillo. Asimismo, se están mostrando altas repercusiones en el ámbito mundial, en la salud de la población de distintas edades. Diariamente, el número de personas que consume tabaco está aumentando a pesar de los esfuerzos que las organizaciones públicas y privadas llevan a cabo para desarrollar labores de prevención y rehabilitación1,2,8-10.

El tabaco no es peligroso solo para quien lo consume en forma de cigarrillo, lo es también para quienes inhalan el humo medioambiental denominado actualmente humo de segunda mano, el cual es reconocido como causante de numerosas patologías en personas no fumadoras2,8.

Los obstáculos encontrados en la lucha contra el tabaquismo son múltiples y creativos, por ejemplo, las campañas comerciales para su consumo entre los jóvenes lo presentan como algo atractivo y natural. Su influencia es continua y persistente y contrarresta las iniciativas que buscan aminorar el porcentaje de población que es consumidora regular del tabaco. El camino por recorrer aún es arduo, ya que este hábito nocivo encuentra nuevos seguidores de todas las edades, con resultados que pueden ser letales; por tanto, su constante afrontamiento requiere de estrategias que ultrapasen los límites de las fronteras nacionales; en el caso de Cuba, que enfrenta esta labor con herramientas científicas, cuenta también con la huella que ha dejado la vigencia del pensamiento martiano sobre el tema.

 

CONCLUSIONES

José Martí se adelantó a su época y al pensamiento médico y científico en sus consideraciones sobre el consumo de tabaco en general y de los cigarrillos en particular. Esbozó la acción de prevención, como premisa fundamental del accionar, para salvar y vencer, base de la medicina social y comunitaria. De forma empírica relacionó el cáncer con el consumo de tabaco.

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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Recibido: 24 de marzo de 2016.
Aprobado: 4 de abril de 2016.

 

 

Anayda Alfonso Hidalgo Universidad de Ciencias Médicas de Villa Clara. Cuba. Correo electrónico: anaydaah@ucm.vcl.sld.cu

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