Contribuir a mejorar la salud y el bienestar de la población cubana depende en gran medida de la educación de posgrado. Ella eleva la calidad en la formación integral y promueve la educación permanente de los egresados universitarios, enfatiza en el aprendizaje colectivo, la integración académica en redes, el desarrollo de la investigación, el uso de la tecnología y la cultura general integral en busca de una alta competencia profesional e innovadora. Es garantía de superación y formación académica.1 En el plano profesional puede ser entendida como el vencimiento de un obstáculo o dificultad, el perfeccionamiento que tiene lugar en la actividad desarrollada, y en lo personal se concreta en una mejoría apreciada en las cualidades y valores humanos.2
La superación profesional como uno de los subsistemas del posgrado, alcanza relevancia en la medida que se orienta a la solución de problemas relacionados con la actualización y profesionalización del capital humano, en aras de promover el perfeccionamiento permanente del hombre en la sociedad quien busca su desarrollo en su área de desempeño.3
Los cursos, talleres, entrenamientos, diplomados, seminarios y conferencias especializadas son formas de superación profesional que se planifican en dependencia de las insuficiencias de cada institución y de las necesidades de aprendizajes de los profesionales, pero no son las únicas vías para aumentar o actualizar los conocimientos y solucionar los problemas que se presentan en la práctica diaria; la investigación científica como medio de búsqueda de etiología y nuevas soluciones constituye otra forma, toda vez que durante el proceso investigativo, el científico va actualizándose y ampliando sus conocimientos en lo referente al objeto de estudio, por lo que no puede verse como un ente aislado sino como parte del proceso de superación profesional. Por ello, las autoras de la presente comunicación se propusieron destacar la importancia de la investigación científica como vía de superación profesional.
La investigación como función sustantiva de la universidad en el siglo XXI tiene la misión de solucionar los acuciantes problemas que amenazan el contexto local, regional y mundial mediante la generación y divulgación del conocimiento; constituye un proceso contextualizado: se investiga para transformar la realidad y con ello contribuir al mejoramiento de la calidad de vida en los seres humanos, de los servicios y la atención médica, por lo cual constituye un medio valioso para alcanzar cualquier transformación en el ámbito profesional, social y económico.4,5,6
La función de la investigación no consiste únicamente en crear conocimientos científicos sino en aplicarlos en beneficio de toda la comunidad. La ciencia debe cumplir con esa función social, el investigador de ciencias médicas tiene el compromiso ineludible de poner la evidencia científica al servicio de todos los seres humanos en la práctica; el conocimiento debe transitar del campo de lo abstracto a lo concreto, así adquiere una cualidad instrumental que se aplica para mejorar las condiciones de vida en relación con la salud.7
¿Cuáles son las vías para desarrollar la investigación científica? Son múltiples, entre ellas: los eventos científicos nacionales e internacionales, jornadas científicas estudiantiles, fórums de ciencia y técnica, discusiones de casos y la asesoría y/o tutoría de tesis de especialidades, maestrías, doctorados y las publicaciones científicas.
No se concibe un profesional que no busque alternativas para su superación y no ponga sus saberes en función de la comunidad; debe agotar los recursos que tiene a su disposición y sentirse comprometido con las exigencias de las demandas actuales. Constituye un reto a asumir por los del sector de la salud insertarse en aquellas actividades de posgrado que se oferten en sus universidades o instituciones, además de dedicar el tiempo necesario para su autopreparación utilizando también las tecnologías de la información y las comunicaciones, donde se exponen resultados científicos actualizados sobre diversas temáticas en diferentes bibliografías que pueden ser consultadas para su productividad científica.
Coinciden las autoras con Román Collazo et al.4) cuando plantean que una variable decisiva en el éxito investigativo son las habilidades científico-investigativas o competencias investigativas. Con su dominio los profesionales de la salud estarán preparados para incursionar en el campo de la investigación y así aumentan su intelecto, el acervo del conocimiento científico, y por ende, ofrecen una atención totalmente holística a la población.