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EDUMECENTRO

On-line version ISSN 2077-2874

EDUMECENTRO vol.11 no.4 Santa Clara Oct.-Dec. 2019

 

ARTÍCULO ORIGINAL

Ricardo Jorge Oropesa: protagonista de los comienzos de la educación médica en la región central

Ricardo Jorge Oropesa: protagonist of the beginnings of medical education in the central region

Wirson Fabero Rodríguez1  * 

Anisley García Veliz2 

Francisco Iván Alfonso Tejeda1 

Adolfo Enrique Rodríguez Cima1 

José Armando Vázquez Pérez1 

Yudelmis Borrero Santiesteban1 

1Universidad de Ciencias Médicas de Villa Clara. Cuba.

2Universidad de Ciencias Médicas de Villa Clara. Policlínico Docente “Manuel Piti Fajardo Rivero”. Santo Domingo. Cuba.

RESUMEN

Fundamento:

el 18 de junio de 2019 se cumplen 100 años del natalicio del Dr.C. Ricardo Jorge Oropesa, figura destacada en la fundación y desarrollo de la docencia médica en la región central de Cuba, y de la consolidación del enfoque integral de la salud pública en Nicaragua durante la revolución sandinista.

Objetivo:

identificar los aspectos más relevantes vinculados con la docencia médica en la obra científica, pedagógica y revolucionaria del Dr. Oropesa.

Métodos:

se desarrolló una amplia revisión documental en los archivos personales del Dr. Oropesa, en la Universidad de Ciencias Médicas de Villa Clara y en la Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas. Se realizaron entrevistas a informantes clave sobre los aspectos investigados, complementando estos métodos y técnicas con otros de corte teórico. Finalmente se realizó la triangulación de fuentes para obtener los resultados que se informan.

Resultados:

la relación y aportes de Oropesa a este importante proceso solo han sido destacados, y no de forma integral, por la revista EDUMECENTRO. El estudio describe aspectos relevantes en la obra edificadora de este hombre que lo convierten en una personalidad de connotación nacional y latinoamericana.

Conclusiones:

la educación médica en la región central de Cuba y en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua cuenta con el legado científico-pedagógico del Dr.C. Ricardo Jorge Oropesa.

DeSC: historia de la Medicina; rasgos de la historia de vida; educación médica.

ABSTRACT

Background:

June 18, 2019 marks the 100th anniversary of the birth of Dr.C. Ricardo Jorge Oropesa, a leading figure in the foundation and development of medical teaching in the central region of Cuba, and the consolidation of the comprehensive approach to public health in Nicaragua during the Sandinista revolution.

Objective:

to identify the most relevant aspects related to medical teaching in the scientific, pedagogical and revolutionary work of MD. Jorge Oropesa.

Methods:

an extensive documentary review was developed in the personal archives of MD. Oropesa, at Villa Clara University of Medical Sciences and at “Marta Abreu” Central University of Las Villas. Key informants were Interviewed on the aspects investigated, complementing these methods and techniques with others of theoretical nature. Finally, sources were contrasted to obtain the results that are reported.

Results:

Jorge Oropesa's relationship and contributions to this important process have only been highlighted, and not comprehensively, by EDUMECENTRO magazine. The study describes relevant aspects in this man's edifying work that make him a personality of national and Latin American connotation.

Conclusions:

medical education in the central region of Cuba and at the National Autonomous University of Nicaragua has the scientific-pedagogical legacy of Ph D. Ricardo Jorge Oropesa.

MeSH: history of medicine; life history traits; education, medical.

INTRODUCCIÓN

Todo proceso histórico destaca a un grupo de hombres y mujeres aunque las grandes masas, en muchas ocasiones anónimas, se conviertan en los verdaderos protagonistas. Existen figuras que encarnan con su pensamiento y actuación renovadora las esencias de las épocas en que viven.

La docencia médica en Cuba tiene sus inicios en el siglo XVIII pero no es hasta después de 1959 que se logra expandir por toda la isla. El plan Santiago en 1962 fue la primera acción de extensión en la formación de médicos fuera de la capital cubana. Sobrevino otra en 1966, por el ingenio de un hombre y el apoyo estatal en la búsqueda de soluciones a la problemática de la región central, que sufría las consecuencias del éxodo de profesionales de la salud en la todavía ineficiente estructura y organización salubrista. Plan “Marta Abreu” se denominó la propuesta del Dr. Ricardo Jorge Oropesa al Ministerio de Salud Pública, que cristalizó con la Escuela de Medicina de Santa Clara, en la noche del 21 de noviembre de 1966.1

En la región central de Cuba se han destacado prestigiosos profesionales de la salud y la educación médica, a los que las páginas de la revista EDUMECENTRO han dedicado espacio en la divulgación de su obra y pensamiento; entre ellos se mencionan:

  • Dr. Luis Manuel Martín García2

  • Dr. José Francisco Martínez Delgado3

  • Dr. Serafín Ruiz de Zárate Ruiz4

  • Prof. Edgar Francisco Romero Monteagudo5

  • Dr. Agustín Anido Artiles6

Aunque se han publicados dos artículos: Ricardo Jorge Oropesa: Yo fui el primer profesor7 y Dr. Ricardo Jorge Oropesa: excelente jefe, maestro incomparable y amigo siempre, (8 los autores de esta investigación consideraron pertinente identificar los aspectos más relevantes vinculados con la docencia médica en la obra científico-pedagógica y revolucionaria del Dr. Ricardo Jorge Oropesa como un reconocido homenaje al centenario de su natalicio y al 53 aniversario de la descentralización de los estudios médicos en la región central.

MÉTODOS

Se desarrolló una amplia revisión documental en los archivos personales del Dr. Oropesa facilitados por su familia, en la Universidad de Ciencias Médicas de Villa Clara, y en la Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas; en artículos periodísticos y de revistas; informes, expedientes docente y de cuadro; trabajos científicos del investigado; diarios de viajes, memorias, discursos e informes, entre otros. Se realizaron, además, entrevistas a informantes clave quienes brindaron datos fidedignos sobre los aspectos investigados, complementando estos métodos y técnicas con otros de corte teórico tales como: analítico-sintético, inductivo-deductivo e histórico-lógico. Finalmente, se realizó la triangulación de fuentes para obtener los resultados que se informan.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

Existe cierta complejidad en resumir la fecunda vida de un hombre con potencialidades de líder, que interpretó con acierto los intereses apremiantes de su pueblo y trabajó sin descanso para transformar la realidad que le correspondió vivir. Este es el caso de la personalidad investigada. El 18 de junio de 1919 nació en Nueva Paz, territorio actual de la provincia Mayabeque, hijo de Ricardo Jorge Pereira, ministro presbiteriano y Consuelo Oropesa Pérez, maestra primaria.

En el Colegio Estrada Palma de Unión de Reyes y el Instituto de Segunda Enseñanza de Matanzas transitaron los estudios primarios y secundarios. Se vinculó en esta última etapa a las actividades revolucionarias del Ala Izquierda Estudiantil.

El bachillerato lo realiza en la Escuela “La Progresiva” de Cárdenas, donde obtuvo una semibeca que pagaba trabajando: servía mesas en un comedor, limpiaba patios y cuidaba el orden en las horas de estudio. En este periodo, año 1939, es designado por la Juventud Evangélica para representar las demandas de los jóvenes cubanos en la Asamblea Constituyente, al instituirse un movimiento nacional de juventudes, donde figuró como secretario de esta organización.

Realizó sus estudios de Medicina en la década de 1940. El 8 de junio de 1943 obtuvo una plaza como Alumno Interno en el Hospital de Emergencias de La Habana, donde trabajó principalmente en los servicios de Urología del Dr. Gonzalo Pedroso y en la clínica del Dr. Carlos Font Pupo. Culminó la Universidad en 1947. Su título se expidió con fecha 23 de agosto.

Inició la vida laboral posgraduada en 1948 en Sancti Spíritus. En ese mismo año contrajo matrimonio con Esther López Benítez. Ejerció como médico vacunador en la jefatura local de sanidad de Cabaiguán; y allí se postuló para su alcaldía en 1950. Enfrentó con protagonismo el golpe de Estado de Batista el 10 de marzo de 1952 en esa localidad.

Militó brevemente en la Triple A y en Acción Liberadora hasta encontrarse definitivamente con el Movimiento 26 de Julio. Conspiró y se arriesgó constantemente. Los testimonios recogidos en sus documentos personales reflejan la complejidad y sacrificios de esos tiempos. Siendo presidente del Colegio Médico desde 1956 incrementó sus esfuerzos en el apoyo logístico y favoreció el arribo de profesionales del sector al Escambray, donde combatían los rebeldes. Participó directamente en la liberación de Cabaiguán. En este territorio les son asignadas diversas responsabilidades por las fuerzas revolucionarias en el periodo comprendido entre los últimos días de combate y después del triunfo.

Formó parte del comité provincial para la aplicación de la Primera Ley de Reforma Agraria. Se encontró entre los fundadores de la Milicia Nacional Revolucionaria (MNR) y estuvo entre los delegados al X Congreso de la Confederación de Trabajadores de Cuba (CTC-R), primero en celebrarse después del triunfo de la Revolución. Formó parte de la Comisión de Reglamento del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Medicina. Al desarrollarse el Primer Congreso Provincial de Trabajadores fue elegido Secretario de Organización Provincial. Participó como delegado en Santiago de Cuba en la XLIV Asamblea Médica Nacional, donde fue elegido como presidente del Colegio Médico Nacional el Comandante Dr. Oscar Fernández Mell. En 1962, a solicitud de la CTC Provincial y en correspondencia con las responsabilidades que desempeñaba en esta organización, se trasladó a Santa Clara.

Como se observa en los datos panorámicos ofrecidos, que van más allá de la enumeración superficial, se evidencia que este hombre estuvo involucrado en los procesos políticos más importantes que sucedieron en Cuba desde la década de 1930, cuando era apenas un adolescente hasta el triunfo de la Revolución cubana en 1959. Puede encontrarse más información sobre la temática en el material de apoyo a la docencia: “Dr. Ricardo Jorge Oropesa, un precursor de la docencia médica en Cuba y Latinoamérica” de Fabero Rodríguez.9

El mayor aporte de esta personalidad a la historia patria radica en la proyección futurista y el esclarecimiento del papel protagónico de la formación médica y la salud pública en la consolidación y desarrollo de revoluciones sociales en curso, como se demostró en la cubana y posteriormente en la nicaragüense.

Sobre cómo sucedió este proceso, particularmente la participación protagónica del Dr. Oropesa en él, se relacionarán a continuación en orden cronológico, aspectos relevantes que denotan la importancia del estudio de esta personalidad.

En un trabajo periodístico donde fue entrevistado el Dr. Oropesa, en ocasión de cumplirse diecisiete años de la docencia médica superior en Santa Clara, publicado el 20 de noviembre de 1983 en el periódico Vanguardia, por De la Hoz, expresó:

“Yo estaba en Cabaiguán y me pidieron trasladarme a Santa Clara. Llegó el momento en que consultaba y atendía salas en mi especialidad -Medicina Interna- y fungía como cuadro de dirección en el Hospital Provincial. En medio de aquel tiempo azaroso, no obstante, pensábamos en lo útil que sería la formación de personal médico en Las Villas. Y en varias oportunidades expusimos esa idea no solo como un sueño, sino como una realidad que podía materializarse”.

Sobre esta misma proyección, años más tarde en un valioso documento inédito encontrado en sus archivos personales, refería:

“Aquella apertura de la educación médica hacia otras provincias del país, la traición vergonzosa de los mercaderes de la medicina que vendían sus servicios al imperialismo aceptando sus ofertas tentadoras, nos hizo pensar en la posibilidad de crear en Santa Clara la tercera Escuela de Medicina del país, en un tiempo más corto de lo que era posible suponer, en aquel momento”.

¿Cuáles fueron las acciones para materializar sus ideas?

En mayo de 1964 fue promocionado a director del Hospital Provincial de Santa Clara. Tras la investidura, en junio, describe en una de sus investigaciones: “… en una reunión técnico administrativa del Hospital Provincial de Santa Clara se señaló (por él) como meta de los dos años siguientes elevar la calificación de los servicios del hospital en forma tal que este pudiera ser considerado como hospital docente de acuerdo con lo establecido por el Ministerio de Salud Pública e ir a la organización de una Escuela de Medicina”.

En octubre de ese año, asistió a la inauguración del edificio de la Escuela de Medicina en Santiago de Cuba y allí le expresó al Ministro de Salud Pública, Dr. José Ramón Machado Ventura, la posibilidad de hacer un plan similar en Santa Clara, pero con la variante de comenzar por el tercer año de la carrera con los alumnos del centro del país que cursaran los dos primeros años en el Instituto de Ciencias Básicas y Preclínicas, “Victoria de Girón”, en La Habana, dejando para más adelante la posibilidad de hacer los estudios completos, y le propuso llamarlo “Plan Marta Abreu”.1

Para enero de 1965 en el informe de la dirección del Hospital Provincial de Santa Clara confeccionado por él, refiere:

“Indudablemente que el año 1964 fue un año de actividades especiales en el hospital provincial, creando sus condiciones para transformar su organización de hospital meramente asistencial, en un hospital que a la vez que cumpla a plenitud su indispensable y necesaria labor asistencial y de medicina preventiva, vaya reuniendo cualidades que le permitan encuadrar su actividad dentro de la orientación descentralizadora de la docencia del Ministerio de Salud Pública. Esta política del Ministerio, unida al especial interés de la Revolución por la salud del pueblo, ha sido sin duda el estimulante principal de todas nuestras actividades en el año que acaba de finalizar”.

Sobre el documento debe precisarse que por el contenido y los valores históricos que encierra fue incorporado, por disposición del entonces Ministro de Salud Pública, a los archivos de la Historia de la Medicina del Ministerio de Salud Pública (Minsap).

En abril de 1965, en la visita de control y ayuda del Minsap a la provincia de Las Villas, se analizó el proyecto propuesto por el Dr. Oropesa, y se valoraron las condiciones y necesidades de los hospitales provinciales para ello. En las conclusiones de esa visita el ministro en funciones anunció que al año siguiente se inauguraría la escuela de Medicina de Las Villas.

Diversas y complejas fueron las acciones constructivas, organizativas, administrativas y políticas desarrolladas para el cumplimiento del compromiso contraído con la dirección del país desde esa fecha hasta noviembre de 1966.

En septiembre de ese año, Oropesa fue enviado por dos meses y medio a la Escuela de Medicina de La Habana con el fin de establecer los nexos necesarios y aprender sobre la organización y estructura que pudiera servir de modelo para la institución que se iba a abrir en Santa Clara.

En la noche del lunes 21 de noviembre de 1966 quedó fundada en las afueras del actual Hospital Docente Clínico-Quirúrgico “Celestino Hernández Robau”, la Escuela de Medicina de la Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas (UCLV), la tercera de su tipo en el país y la segunda en el período revolucionario. En el acto de inauguración el Dr. Oropesa pronunció el discurso de apertura. Al día siguiente, dictó una conferencia sobre Propedéutica Clínica, la primera que se impartió en el nuevo plantel universitario.7) Asumió ese año la responsabilidad de las funciones docentes más importantes de la novel escuela: profesor de Medicina Interna, coordinador de tercer año y jefe del departamento de Medicina.

Once meses después, en octubre de 1967 fue enviado a Chile en compañía de los compañeros Helenio Ferrer, Rodríguez Silva, Vara Von Smith y Caballero para estudiar las experiencias que allí se realizaban con relación a la integración de la medicina preventiva en el curriculum de la carrera, permanecieron en esa misión académica 32 días, becados por la Oficina Regional de la Organización Sanitaria Panamericana.

Sobre un importante acontecimiento ocurrido en 1968, poco divulgado en la historia de la salud pública después de 1959, el Dr. Jorge Oropesa refiere: “… inconformes con el curriculum y estrategia de nuestra enseñanza, nos reunimos en esta ciudad de Santa Clara las tres escuelas de medicina existentes en aquel momento: Habana, Santiago de Cuba y Santa Clara para introducir algunas coordinaciones e integraciones. Sin embargo, lo más importante de aquella reunión fue la inquietud que se recogió en sus actas por ir a modificaciones más profundas. Las leves modificaciones realizadas no costaron poco trabajo y se pospusieron para ocasiones más propicias dichas modificaciones”.

Para la búsqueda de otros elementos ya aplicados en la práctica, que sustentaran las necesarias transformaciones que debían introducirse en los planes de estudios que se requerían para los nuevos tiempos, en los días finales de mayo y en el mes de junio de 1970, la dirección de la UCLV en coordinación con el Minsap lo envía, junto al Dr. Néstor Caleya, director entonces de la Escuela de Medicina de Santa Clara, a los países del desaparecido bloque socialista: Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y República Democrática Alemana (RDA), con periplo incluido por Francia. El objetivo era estudiar los planes integrados de Medicina de esos países. De regreso se adiciona la visita a la Escuela Médica de la Universidad Central de Madrid. Visitaron cerca de 30 instituciones científicas y docentes de Moscú y Kiev, la Universidad de Rostock en la RDA y las facultades de Medicina de París y Burdeos, en Francia; publicaron un amplio informe de las experiencias registradas en dichos viajes.

Al año siguiente, en mayo de 1971 asistió al seminario de educación médica que se celebró en Santiago de Cuba donde participaron 69 profesionales provenientes de las universidades del país y el Minsap, la cita se organizó con asesoría de tres funcionarios de la Oficina Sanitaria Panamericana.

Durante el curso académico 1971-1972 dirigió y coordinó todas las actividades para el inicio de la enseñanza integrada de la Escuela de Medicina de las Villas.

Toda la sapiencia acumulada en estos años de intercambio directo con lo más avanzado del pensamiento pedagógico en los campos de la Medicina le sirvió de aval para la designación como subdirector docente de la escuela santaclareña, en febrero de 1973.

Como dato interesante en su prolífera vida dedicada al magisterio se encuentra que ostentó las más altas responsabilidades docentes en la enseñanza médica de Villa Clara, aspecto irrepetible e insuperable en esta provincia. Fue el coordinador de las actividades docentes del tercer año en 1966; subdirector docente de la Escuela de Medicina, en 1973; vicedecano docente de la Facultad de Medicina de la UCLV, en 1975 y vicerrector docente del Instituto Superior de Ciencias Médicas de Villa Clara, en 1983.

Otros aportes teórico-prácticos al importante proceso de perfeccionamiento de la educación médica cubana, donde tuvo participación el Dr. Oropesa, fue la ponencia presentada en la Primera Jornada de Medicina Las Villas, celebrada en Santa Clara, entre los días 22 y 24 de junio de 1973, a la que se ha estado haciendo referencia anteriormente en este trabajo. En ella se analizaron y propusieron interesantes y novedosos aspectos sobre la integración de las ciencias básicas y clínicas. En las autobiografías de 1984, 1986 y 1987, Oropesa registró que este trabajo fue seleccionado como uno de los documentos básicos al constituirse la Comisión Nacional de Docencia Médica.

Paradójico pudiera parecer en este año 1973 su designación, por encargo del Dr. Juan Manuel Diego Cobelo, entonces Decano de la Facultad de Medicina, para trabajar en la elaboración del proyecto de construcción del Instituto Superior de Ciencias Médicas de Villa Clara, en las actuales áreas que ocupa la devenida Universidad de Ciencias Médicas en 2009, como ideólogo principal en la región central de un proceso de connotación nacional. Sin embargo, diversos aspectos indican que Cobelo quiso aprovechar todas las experiencias adquiridas por Oropesa en Europa y América Latina, enriquecidas con las propias asimiladas en el entonces reciente Seminario de Educación Médica desarrollado en Estados Unidos, en 1972, para lograr en el orden constructivo una institución moderna, ajustada a las exigencias de los modelos más novedosos y eficientes de enseñanza. Los planos se confeccionaron de conjunto con la arquitecta Ariz Plana y con colaboración de otros compañeros, donde se destacó el Dr. Rafael Machado García Siñeriz.

Como reconocimiento a su labor y el papel protagónico que venía desarrollando, en dos de sus biografías refiere que en 1973 fue nombrado secretario de la subcomisión nacional de los planes y programas y secretario de la subcomisión nacional de estructura de facultades de Medicina.

En 1975 formó parte del Consejo Científico de la UCLV, se le designó en el cargo de vicedecano docente de la Facultad de Medicina y fue elegido presidente de los tribunales para la evaluación de los aspirantes a especialistas de Medicina Interna. En el mes de julio, el Consejo Científico del Minsap lo propuso Miembro Numerario de la Sociedad Cubana de Medicina Interna y posteriormente fue elegido para la presidencia de dicha sociedad, en la filial Las Villas.

Sin lugar a dudas, 1976 fue un año fructífero en la exposición y socialización de sus investigaciones y proyectos. En febrero participó en la IX Conferencia de Medicina de la Unión de Universidades de América Latina, celebrada en La Habana, y posteriormente fue enviado a la Universidad de Rostock, en la RDA, donde dictó dos conferencias sobre educación médica. En este viaje y en ese país, hizo la presentación de solicitud de obtención del grado científico Candidato a Doctor, la cual fue aceptada y se comunicó a la Facultad de Ciencias Médicas de Las Villas. También estuvo con el Dr. José Arteaga Herrera en el Congreso de Pedagogía Médica para Países en Desarrollo celebrado en la Universidad “Patricio Lumumba” de Moscú, donde presentaron el trabajo: "Experiencia de 10 años de educación médica en la provincia de Las Villas, Cuba". Fue invitado al Congreso sobre Medicina Tropical celebrado en la propia universidad.

En enero de 1977 alcanzó la categoría de Profesor Titular. Para septiembre fue designado Jefe de la Dirección de Planeamiento del proceso docente del Instituto Superior de Ciencias Médicas de Villa Clara y en noviembre participó en la Universidad Autónoma de Santo Domingo, República Dominicana, como delegado en la X Conferencia de Facultades y Escuelas de Medicinas de América Latina. Como dato significativo relacionado con él y su labor magisterial en este año, se menciona que al crearse el gabinete nacional metodológico del Minsap fue designado como miembro de esta institución académica.

Los elementos planteados hasta aquí demuestran la participación activa del Dr. Oropesa en la consolidación y desarrollo de la docencia médica en Cuba. Valorarlo solo en esta área limitaría comprender en su totalidad la dimensión de su obra.

Su protagonismo en la consolidación de la educación médica revolucionaria en Nicaragua

Desde octubre de 1979 hasta mayo de 1980, al triunfar la Revolución Sandinista en Nicaragua fue designado por el gobierno cubano como miembro de la comisión asesora de educación superior en ese país. La misión tenía entre sus objetivos la confección de los planes de estudio de Medicina y Odontología para concluir el curso iniciado en octubre de 1979 y los planes y programas que habían de establecerse para el curso 1980-1981 así como en la estructura y organización de la educación médica con enfoque integral en la capital nicaragüense. También participaron en los lineamientos para la organización de la enseñanza en enfermería y técnicos medios de la salud.

En reconocimiento a la labor desarrollada como profesor internacionalista en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (Unam), la Asociación de Profesores Universitarios de León lo distinguió como Miembro Honorario de dicha organización y el 2 de octubre de 1980 lo premiaron con el título de Profesor Honoris Causa de la Unam, por haber prestado a esa casa de altos estudios, “… con gran dedicación y capacidad, su valiosa cooperación en la elaboración de sus planes de desarrollo durante la importantísima etapa del inicio de su transformación revolucionaria”. Tres días después recibió también un reconocimiento nacional formulado en el Consejo de Rectores del Minsap de Cuba por el trabajo realizado en la asesoría a la Facultad de Medicina de León.

Aparece entre sus datos biográficos la designación como miembro del consejo de redacción de la Revista Cubana de Educación Superior, en 1981. Ese año regresó a Nicaragua como asesor del consejo nacional de educación médica superior. Los objetivos eran trabajar en la organización y apertura de la Escuela de Medicina de Managua y en los planes de estudio de la carrera y el internado.

Encontrándose en cumplimiento de sus funciones asesoras participó en el I taller de investigación y evaluación formativa de los recursos humanos para la salud en América Latina, en León, Nicaragua organizado por la Confederación Universitaria Centroamericana.

Después de su regreso a Cuba, entre octubre de 1981 y abril de 1982, fue seleccionado para integrar un grupo de trabajo a propuesta del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, bajo la dirección del vicepresidente del consejo de ministros, Comandante José Ramón Fernández Álvarez, para hacer un estudio nacional sobre la preparación de los médicos y técnicos medios de la salud, actividad por la que recibió un reconocimiento de la alta dirección del país el 9 de abril de 1982 donde se expresó:

“Deseo hacer énfasis en reconocer el trabajo realizado por el compañero Dr. Oropesa que de un modo abnegado se dedicó, sin limitación de horario, al día de la semana y sin escatimar esfuerzos de ninguna índole, a recorrer el país, entrevistar compañeros, estudiar materiales, hacer análisis, participar en discusiones y, en definitiva, ha contribuido de un modo importante a la elaboración de los criterios que finalmente han integrado el informe elevado al Comandante en Jefe”.

En 1982 fue reconocido por su labor ininterrumpida en los diez fórum científicos estudiantiles y designado presidente de la comisión central metodológica del Instituto Superior de Ciencias Médicas de Villa Clara. En 1983 se le confirió la Medalla por la Educación Cubana, otorgada por el Ministerio de Educación Superior y certificado por su condición de Fundador de la Docencia Médica en Villa Clara; y fue designado para el cargo de vicerrector docente del mencionado instituto villaclareño.

En 1984, entre el 5 y 9 de febrero, en Managua, Nicaragua, participó como delegado en la XIII Conferencia de Facultades y Escuelas de Medicina de América Latina, con la ponencia: Relaciones entre instituciones formadoras e instituciones prestadoras de servicios de salud. Modelo de integración docente asistencial en Cuba. En el acto de clausura de este evento regional, el día 9 en sesión solemne en el Paraninfo de la Unam, se le concedió el Título de Decano Emérito de la Facultad de Ciencias Médicas de ese país, “… por haber colaborado eficazmente con el desarrollo de los programas de educación superior de Nicaragua, especialmente en el área de la salud, área priorizada por la Revolución Popular Sandinista, como reconocimiento por el alto espíritu de solidaridad para contribuir con las tareas del Gobierno de Reconstrucción Nacional y destacarse en labores de beneficio para el pueblo nicaragüense”.

El 26 de julio del 1984, el Consejo de Estado de la República de Cuba lo condecoró con la Medalla Trabajador Internacionalista. En 1985, el 27 de junio, la Comisión Nacional de Grados Científicos le otorgó el Título de Candidato a Doctor en Ciencias Médicas y el 9 de diciembre un Diploma por ser fundador de las Milicias Nacionales Revolucionarias, a 25 años de creadas.

La confianza que le tenía la dirección del Minsap se puso de manifiesto una vez más en diciembre de 1985, cuando viajó a México, ya con 66 años, para estudiar los planes de estudio y organización de la educación médica en la capital de ese país. Como elemento interesante en el informe rendido al Minsap sugirió la posibilidad de crear los cursos introductorios en las carreras de ciencias médicas, actividad que se introdujo posteriormente y se ha extendido hasta la actualidad.

A mediados de 1986, con 67 años pero con salud y voluntad para continuar siendo útil a la majestuosa obra que había contribuido a edificar, se le designó su última responsabilidad laboral: asesor del rector del Instituto Superior de Ciencias Médicas de Villa Clara9 quien era otra de las figuras destacadas de la salud pública cubana, el Dr.C. Serafín Ruiz de Zárate Ruiz, lo que pudiera considerarse como el binomio más completo en la historia de la docencia médica en Villa Clara.

En noviembre de ese año, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Salud le otorgó un certificado por su condición de Miembro Fundador del Primer Secretariado Ejecutivo del Consejo Provincial de Las Villas, del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Medicina, en ocasión de cumplirse 25 años de su elección.

Tal como los hombres grandes, vuelve a Nicaragua a mediados de 1988 y entre el 2 de julio y el 9 de agosto trabajó intensamente y de forma destacada en la elaboración de la metodología de transformación curricular de posgrado en salud.

Las más jóvenes generaciones herederas de su legado quisieron condecorarlo por la labor desarrollada en la formación de médicos, estomatólogos y licenciados en Enfermería, con toda justicia y merecimiento, el día 22 de diciembre de 1988.

Trabajó en estos años en destacar la importancia del estudio de la historia de la medicina local y nacional, y se vinculó con protagonismo en las jornadas científicas estudiantiles hasta que el jueves, 9 de mayo 1991, falleció de forma repentina en la ciudad de Santa Clara con 72 años de edad.

Los autores comparten el criterio de Robaina Castillo et al.10) cuando expresan: “Coincidir en la vida con personalidades que destacan, porque reflejan con mayor profundidad su entorno social, la necesidad histórica y las demandas esenciales de su época, siendo capaces de actuar en consecuencia para contribuir al progreso de la sociedad, es un privilegio que muchas veces ni siquiera se percibe”. Llegue hasta las jóvenes generaciones de médicos el ejemplo del Dr. Oropesa, y que su integralidad se multiplique entre ellos.

CONCLUSIONES

Ricardo Jorge Oropesa fue un hombre que interpretó y estuvo en la vanguardia de los momentos históricos que vivió. Es el ideólogo más destacado de la educación médica en la región central y uno de los protagonistas en los éxitos de la medicina cubana después del triunfo revolucionario de 1959. Su legado innovador, científico-pedagógico, forma parte del patrimonio historiográfico de la región central de Cuba y la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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7. Sosa Morales DE, Martínez Neira X. Ricardo Jorge Oropesa: Yo fui el primer profesor. EDUMECENTRO [Internet]. 2009 [citado 21/01/2019];1(1):[aprox. 4 p.].Disponible en: http://revedumecentro.sld.cu/index.php/edumc/article/view/19/45Links ]

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10. Robaina Castillo JI, Hernández García F, González Díaz EC, Angulo Peraza BM, González Sánchez MC, Hidalgo Ávila M. Dra. Norma Pérez Calleja: la más natural de los educadores sociales. EDUMECENTRO [Internet]. 2018 [citado 21/01/2019];10(2):[aprox. 11 p.]. Disponible en: http://revedumecentro.sld.cu/index.php/edumc/article/view/1020/html_330Links ]

Recibido: 11 de Febrero de 2019; Aprobado: 02 de Septiembre de 2019

*Autor para la correspondencia. Correo electrónico: wirsonfr@infomed.sld.cu

Los autores declaran no tener conflicto de intereses

Wirson Fabero Rodríguez, Anisley García Veliz y Francisco Iván Alfonso Tejeda: localizaron las fuentes bibliográficas, las analizaron y redactaron el informe.

Adolfo Enrique Rodríguez Cima, José Armando Vázquez Pérez y Yudelmis Borrero Santiesteban: analizaron las fuentes bibliográficas y acotaron por Vancouver.

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