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EDUMECENTRO

versión On-line ISSN 2077-2874

EDUMECENTRO vol.13 no.3 Santa Clara jul.-set. 2021  Epub 30-Sep-2021

 

ARTÍCULO ORIGINAL

Villaclareños de la salud en el Primer Congreso Médico Regional de la Isla de Cuba

Health representatives from Villaclara in the First Regional Medical Congress of the Island of Cuba

José Ramón Ruiz Hernández1  * 
http://orcid.org/0000-0001-9183-8877

Lilian Esther Ruiz González2 
http://orcid.org/0000-0001-9911-5729

1 Universidad de Ciencias Médicas de Villa Clara. Departamento de Grados Científicos. Villa Clara. Cuba.

2 Universidad de Ciencias Médicas de Villa Clara. Facultad de Tecnología-Enfermería. Villa Clara. Cuba.

RESUMEN

Fundamento:

la salud pública villaclareña tiene una rica historia que permite conocer destacados profesionales en las diferentes ramas de las ciencias médicas. La existencia de esas figuras durante el período colonial sentó las bases de un desarrollo científico en el territorio.

Objetivo:

reseñar las historias de vidas de las principales figuras de la medicina villaclareña que participaron en el Primer Congreso Médico Regional de la Isla de Cuba de 1890 y sus aportes a la salud pública del territorio.

Métodos:

se realizó una investigación documental de corte histórico durante el año 2019, se emplearon métodos teóricos, sustentados en la interacción de lo histórico y lo lógico y desde las dimensiones temporal y espacial; y empíricos: el análisis documental y entrevistas a informantes clave; se efectuó triangulación metodológica para arribar a consideraciones integradoras.

Resultados:

se identificaron importantes figuras de la medicina en Villa Clara que participaron en el Primer Congreso Médico Regional de la Isla de Cuba: Joaquín Albarrán Domínguez, Enrique López Veitía, Pedro Albarrán Domínguez, Agustín Wenceslao Reyes Zamora y Francisco Rodríguez Hernández, Fernando Plazaola, Agustín Abril y Letamendis, Domingo Lagomasino Álvarez y López Silvero. Se confeccionaron sus historias de vida identificando sus principales aportes a la salud pública cubana, y su influencia en la sociedad villaclareña del siglo XIX.

Conclusiones:

Villa Clara tuvo una importante participación en el Primer Congreso Médico Regional de la Isla de Cuba en 1890. Los médicos que asistieron a ese evento dejaron un importante legado que debe ser conocido por las nuevas generaciones.

DeSC: historia de la Medicina; rasgos de la historia de vida; educación médica

ABSTRACT

Background:

Villa Clara's public health has a rich history that allows us to meet prominent professionals in the different branches of medical sciences. The existence of these figures during the colonial period laid the foundations for scientific development in the territory.

Objective:

to review the life stories of the main figures of Villa Clara medicine who participated in the First Regional Medical Congress of the Island of Cuba in 1890 and their contributions to the public health of the territory.

Methods:

a historical documentary research was carried out during 2019; theoretical methods were used, supported by the interaction of the historical and the logical and from the temporal and spatial dimensions; and empirical ones: documentary analysis and interviews with key informants; information was methodologically contrasted to arrive at integrative considerations.

Results:

important figures of medicine were identified in Villa Clara who participated in the First Regional Medical Congress of the Island of Cuba: Joaquín Albarrán Domínguez, Enrique López Veitía, Pedro Albarrán Domínguez, Agustín Wenceslao Reyes Zamora and Francisco Rodríguez Hernández, Fernando Plazaola, Agustín Abril and Letamendis, Domingo Lagomasino Álvarez and López Silvero. Their life histories were compiled identifying their main contributions to Cuban public health, and their influence on Villa Clara society in the 19th century.

Conclusions:

Villa Clara had an important participation in the First Regional Medical Congress of the Island of Cuba in 1890. The doctors who attended this event left an important legacy that should be known by the new generations.

MeSH: history of medicine; life history traits; education, medical

INTRODUCCIÓN

Este trabajo forma parte de una investigación sobre el desarrollo de la salud pública villaclareña, en la cual se han identificado un grupo de figuras de las ciencias médicas del territorio que hicieron importantes aportes a la sociedad, no solo en el plano científico sino también social, dejando un importante legado histórico. En este caso, se ha hecho énfasis en la identificación de las personalidades más importantes de la Medicina en el territorio que participaron en el Primer Congreso Médico Regional de la Isla de Cuba en 1890, su papel en el desarrollo de la profesión y su influencia en el desarrollo de la sociedad villaclareña del siglo XIX, por lo cual el objetivo propuesto fue: reseñar las historias de vidas de las principales figuras de la medicina villaclareña que participaron en el Primer Congreso Médico Regional de la Isla de Cuba de 1890 y sus aportes a la salud pública del territorio.

MÉTODOS

Se realizó una investigación documental de corte histórico durante el año 2019, en la cual se emplearon métodos teóricos que permitieron efectuar un análisis objetivo sustentado en la adecuada interacción de lo histórico y lo lógico, y desde las dimensiones temporal y espacial, para conocer los antecedentes del desarrollo de la salud pública en Villa Clara e identificar a un grupo de médicos que profesionalmente se desempeñaban con profunda calidad científica y participaron en el Primer Congreso Médico Regional de la Isla de Cuba en 1890.

Como método empírico se realizó análisis documental en el Archivo Histórico Provincial que abarcó documentos relativos a la fundación y desarrollo de Santa Clara, los legajos sobre asociaciones culturales, benéficas y científicas que se conservan allí; se revisaron también documentos en los fondos raros de la Biblioteca Martí de Santa Clara, así como una extensa bibliografía histórica relacionada con las personalidades científicas identificadas.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

En el análisis documental y bibliográfico realizado, así como la opinión de los informantes clave, se pudo constatar que, durante siglos de coloniaje, Cuba fue virtualmente saqueada, con muy poco margen para el desarrollo. La forja de la nacionalidad cubana trae como consecuencia el deseo cada vez mayor de lograr la independencia de España, viene así la etapa de las conspiraciones y guerras por la libertad, eventos que jugaron un papel importante en una mayor apertura para Cuba en el orden social y cultural; y ello influyó en las ciencias médicas, que, si bien nunca llegaron a estar al alcance de toda la población, tampoco estuvieron ajenas al desarrollo científico-técnico que se producía en el mundo.

El desarrollo socioeconómico que se produjo en Cuba a partir del siglo XVIII, unido a la consolidación de la sociedad criolla, provoca cambios que amplían el intercambio comercial con otras naciones. De esta manera se ocurre una transformación no solo en las ideas y en las concepciones económicas, sino en el ámbito espiritual y material de los pobladores. En este contexto entran a la escena histórica cubana un grupo de hombres de pensamiento que constituyeron la generación de ilustrados cubanos, los cuales, educados dentro de las más modernas corrientes, influyeron en el quehacer político, intelectual, científico y económico del país.1

Sin embargo, la España del siglo XVIII se encontraba atrasada en relación con el resto de Europa, las universidades estaban en plena decadencia. Si esto ocurría en la metrópoli, la situación en Cuba era peor, no obstante, es el momento en que se funda en 1728 de la Real y Pontificia Universidad de La Habana con cuatro facultades, una de ellas la Facultad de Medicina y Farmacia que se caracterizó desde sus inicios por una enseñanza teórica, formal, anticientífica y también dominada por el espíritu escolástico medieval; no obstante, este hecho fue un importante paso de avance en el desarrollo de las ciencias en Cuba.2

Con posterioridad en 1861 se fundó la Real Academia de Ciencias Médicas Físicas y Naturales de La Habana, con tres secciones: Medicina, Farmacia y Ciencias; esto representó un paso trascendental en el desarrollo científico general y de la medicina cubana de la época, en esta institución destacados cubanos discutieron y depuraron sus ideas científicas.3)

El desarrollo económico y social de Cuba influyó en las ciencias médicas, además de que el movimiento revolucionario que se desarrollaba, provocó que muchos cubanos tuvieran que emigrar y terminar sus estudios en otras universidades de Estados Unidos y Europa lo cual incidió en un mayor desarrollo, pues estos profesionales adquirieron conocimientos avanzados allá, los cuales a su regreso, introdujeron en Cuba. Este desarrollo científico en el campo de las ciencias médicas ha sido estudiado por varios autores, que han descrito cómo surge y se desarrolla la vida científica en Cuba en el siglo XIX, en lo que se ha denominado a partir de 1797, “la eclosión del movimiento científico cubano”.4

En esos años que Santa Clara incrementa su importancia como reflejo del desarrollo socioeconómico que se produjo en la región central del país, y alcanza un auge superior, la población crece y llega a 43401 habitantes; y en el campo de la salud pública habían sido fundadas las Juntas de Sanidad (1814); y la de Caridad y Beneficencia (1833). Además, al antiguo hospital, fundado por el presbítero Juan de Conyedo en el siglo XVIII (conocido como Hospital San Juan de Dios), se le unen otros dos hospitales: San Lázaro (1843) y el Hospital Militar (1860); contando además con un total de siete médicos cirujanos, un médico militar y cinco farmacias.5

Es la época en que surgen las primeras sociedades culturales circuló un periódico y existían 275 centros comerciales. Estas primeras sociedades culturales dieron cabida en su seno a actividades de beneficencia o de ayuda mutua, a través de las cuales sus asociados recibían atención médica. Se había convertido Santa Clara en la principal ciudad del centro del país y en particular en la esfera de la salud, era la plaza más importante del territorio, y ello propició no solo el desarrollo de las ciencias médicas, sino también el surgimiento de inquietudes políticas, culturales y científicas.5

Por otra parte, entre 1870 y 1875 había mayor presencia de profesionales graduados en el territorio y ocurrió la llegada a la provincia de varios médicos que jugaron un papel destacado en el desarrollo científico de la provincia: Pedro Albarrán Domínguez, Agustín Wenceslao Reyes Zamora, Arturo Ledón Pairol, José Rafael Tristá Valdés, José B. Cornide Rivera, Domingo Lagomasino Álvarez, Agustín Abril y Letamendis, entre otros.6

En el período comprendido entre las dos guerras de independencia (1879 - 1894) se aprecia en Cuba un desarrollo de las ciencias médicas, ajeno al sistema colonial de salud, que ni lo atendió ni le dio apoyo. Se debió en lo fundamental al regreso a Cuba de un gran número de profesionales que procedentes de Europa y Norteamérica introducen los adelantos científicos conocidos. En 1890 tiene lugar un hecho trascendental para las ciencias médicas y muy vinculado al movimiento científico que se desarrollaba en Cuba: la celebración del Primer Congreso Médico Regional de la Isla de Cuba, auspiciado por la Sociedad de Estudios Clínicos de la Habana. Por primera vez médicos cubanos se reunían en un foro científico lo cual marcó un paso de avance importante en el orden profesional.7

Este primer Congreso Médico Regional de la Isla de Cuba se efectuó entre el 15 y el 20 de enero de 1890, con un programa basado en un grupo de temas que reflejaban los principales problemas de salud que afectaban al país, por lo que se puede afirmar que tuvo una visión y proyección científica destacada para la época.7

Un reflejo del desarrollo profesional y científico alcanzado por el territorio que abarca hoy la provincia de Villa Clara fue que participaron en ese Primer Congreso Médico Regional de la Isla de Cuba, un total de nueve médicos oriundos del territorio: Joaquín Albarrán Domínguez (radicado en Francia), Enrique López Veitía (radicado en La Habana), Pedro Albarrán Domínguez, Agustín Wenceslao Reyes Zamora y Francisco Rodríguez Hernández (Sagua la Grande); Fernando Plazaola (Cifuentes); Agustín Abril y Letamendis (Camajuaní); Domingo Lagomasino Álvarez (Remedios); y López Silvero (Santa Clara). Este grupo de médicos que asistieron al congreso, representaban parte importante de la vanguardia profesional del territorio y dejaron un importante legado para las ciencias médicas.7

A continuación se describen brevemente sus semblanzas:

Enrique López Veitía (1857-1910).7

Principal organizador de dicho evento. Nació en Santa Clara el 4 de mayo de 1857, cursó las primeras letras en Santa Clara y después en Sagua la Grande, como alumno interno del colegio de Manuel Hernández Echerri, pues sus padres residían en el ingenio Santa Lutgarda, en el poblado de Mata.

En 1869 con solo 12 años estudió a España, allí cursó el bachillerato e inició los estudios de Medicina, los cuales concluye en Cuba. En esos años realizó también estudios en Francia para especializarse en Oftalmología y allí se puso en contacto con Joaquín Albarrán Domínguez a quien había conocido siendo niño en Sagua la Grande.

Culminados sus estudios en Francia, se instaló en La Habana en 1883. No obstante, tuvo que regresar a Villa Clara para atender a su padre en varias ocasiones hasta su fallecimiento en 1885. A su regreso a la Habana, enfermó y tuvo su primera hemoptisis, que lo obligó a regresar a la casa familiar en Mata, donde pasó una larga estancia. En su zona realizó una investigación sobre enfermedades de los ojos, trabajo que presentó en la Academia de Ciencias Médicas Físicas y Naturales de la Habana en 1887. Además, estableció una relación estrecha con el destacado naturalista alemán Juan Gundlach con el que colaboró en sus investigaciones en toda la zona norte de la actual provincia de Villa Clara y lo apoyó en la publicación de sus trabajos.

A su regreso a la Habana en 1888, conoció a Laura Martínez de Carvajal y del Camino, primera mujer graduada de Medicina en la Universidad de la Habana, con quien contrajo nupcias en 1889. Conformaron una pareja de profesionales que desarrollaron una intensa vida profesional y científica, que tiene su colofón en la fundación de una clínica dedicada a enfermedades de los ojos en 1891, la que se denominó “La Policlínica” y que fue acompañada además con la edición de una revista científica que tuvo alcance nacional “Archivos de la Policlínica” en la cual colaboraban varios médicos villaclareños y de otras partes del país.

Sus ideales independentistas lo llevaron a organizar en Cuba un Comité Revolucionario que prestó gran ayuda al Ejército Libertador y a la Junta Revolucionaria de Nueva York, hasta que se hizo sospechoso y La Policlínica fue registrada en varias ocasiones, por lo que decide ir al exilio. A su regreso continúa su brillante obra profesional, a pesar de estar seriamente enfermo. Su labor hace que en 1908 sea nombrado presidente de la prestigiosa Sociedad de Estudios Clínicos de la Habana. Este destacado oftalmólogo falleció en la Habana, víctima de la tuberculosis, a los 52 años, el 10 de febrero de 1910.

Joaquín María Albarrán Domínguez (1860-1912)8,9

Nació en Sagua la Grande, el 9 de mayo de 1860, procedente de una distinguida familia con sólida posición económica. En 1872 fue a España junto con su hermano mayor Pedro y allí terminaron el bachillerato y estudiaron Medicina. Con solo 18 años se graduó de Licenciado en Medicina, pero por su edad no pudo ejercer en Cuba, lo que motivó que se dirigiera a París con el objetivo de perfeccionar sus conocimientos.

En París vuelve a estudiar Medicina y allí, ante la sorprendida mirada del profesor Ranvier, explicó a sus condiscípulos los trabajos prácticos de histología. Este profesor, al identificar las virtudes y conocimientos de Albarrán lo conminó a aspirar a los concursos de oposición de los Hospitales Parisinos, en los cuales con solo 24 años obtiene, primero una plaza de Externo en 1883, y después la importante plaza de Interno en 1884.

Inició de esta manera una serie ininterrumpida de éxitos que lo llevaron a figurar como profesor, cirujano, urólogo e investigador de insuperable calidad, con un dominio general de las ciencias básicas y de la patología general. Fue un innovador de las técnicas operatorias e incursionó también en la bacteriología; y creó varios aditamentos y aparatos auxiliares para la cistoscopia, como la mundialmente conocida “Uña de Albarrán”.

Fue discípulo de Jean Casimir Guyón conocido como el “Padre de la Urología Francesa”, este profesor con quien le unió una gran amistad supo aquilatar la calidad de su discípulo y lo retuvo a su lado. Al crearse la Cátedra de Enfermedades de las Vías Urinarias en el hospital Necker, lo llevó a Jefe de Clínicas en 1890 y en 1892 lo nombra Profesor Agregado. Después de varios años de brillante carrera en el campo de la Urología, en 1906 con 46 años, es nombrado para sustituir a su profesor que se acogió a la jubilación.

Su patriotismo se puso de manifiesto en su generosa contribución a la causa independentista y su hogar en Francia siempre estuvo abierto a los cubanos que a ella acudían. Tampoco fue indiferente a la vida científica cubana, pues participó personalmente junto al profesor Guyón en el Congreso Médico de 1890, visitó además su pueblo natal Sagua la Grande donde dejó una importante huella entre los profesionales de la salud del territorio. También envió sus trabajos al Primer Congreso Médico Nacional de 1905. La brillante carrera profesional de Albarrán en la cual obtuvo numerosos premios y fue además miembro de las más distinguidas Sociedades y Academias Científicas de la época se vio truncada por la tuberculosis que se unió a una diabetes mellitus, las que minaron su salud, llevándolo a la muerte el 17 de enero de 1912. Falleció a los 51 años, sin duda la figura más prominente de las ciencias médicas villaclareñas.

Pedro Albarrán Domínguez10,11

Hermano de Joaquín, con quien estudió en España y Francia, ejerció en San Diego del Valle, Sagua la Grande y Santa Clara a finales del siglo XIX, y después se instaló definitivamente en La Habana. El trabajo desarrollado por el doctor Pedro Albarrán Domínguez en Villa Clara donde desarrolló sus actividades, es poco reconocido en la bibliografía revisada. Sin embargo, el autor principal ha encontrado evidencias que demuestran que entre los años 1888 y 1899 este destacado profesional laboró en el territorio.

En el listado de los socios adherentes al Primer Congreso Médico Regional de la Isla de Cuba, realizado en 1890, aparece junto a otros dos profesionales como delegados de Sagua la Grande a dicho evento. También el historiador Martínez-Fortún y Foyo en su Cronología Médico Cubana, lo ubica trabajando en Sagua la Grande en 1894. En la revista “El Tiempo” en un número extraordinario editado en Sagua la Grande en 1925, donde se recogen varias biografías de personalidades científicas y sociales del municipio, al referirse al doctor Reyes y Zamora expresa: “Este médico fue junto a Pedro Albarrán y otros, de los que fueron a estudiar a Francia y regresaron a Sagua la Grande”.

Por último, en la Revista Villa Clara Médica editada en 1943, se recoge en la ponencia sobre el desarrollo de la cirugía, del doctor Joaquín Ruiz Mesa, que, en la Memoria de la Primera Conferencia de Beneficencia y Corrección, en el informe sobre el trabajo desarrollado en el dispensario “El Amparo” se expresa: “Que el doctor Pedro Albarrán practicó una talla suprapubiana a un niño, por cálculo voluminoso vesical, con buen resultado”.

Realmente este profesional una vez graduado ejerció en San Diego del Valle y en Sagua la Grande a finales del siglo XIX, donde desarrolló una importante actividad médico-quirúrgica que dejó un importante legado. Este destacado médico se estableció en La Habana de forma definitiva en 1899 y continuó allí una brillante carrera como urólogo, además, llegó a presidir la Sociedad de Estudios Clínicos de la Habana.

Domingo Lagomasino Álvarez (1859-1928)12

Natural de Sancti Spíritus, se graduó de Licenciado en Medicina en la Universidad de la Habana en 1883. Trabajó en el poblado de El Santo y se estableció en Remedios en 1884; alcanzó una gran reputación: fue profesor de Fisiología e Higiene en el Instituto de Segunda Enseñanza de esa localidad, director del hospital municipal, y un destacado cirujano. Entre los años 1888 y 1909 fue considerado el médico de mayor reputación y más abundante clientela en la Jurisdicción de Remedios. A pesar de su posición separatista, pues era miembro del Partido Autonomista, los más altos militares españoles le tenían gran consideración.

Durante los años que ocupó la dirección del hospital municipal, realizó importantes transformaciones, mejorando los servicios asistenciales. Respecto a este período de ejercicio en Remedios, el historiador Martínez-Fortún y Foyo planteó:

… “A partir de esa fecha se inició un gran adelanto en la medicina, con la introducción de la asepsia y la antisepsia en las intervenciones quirúrgicas. Contribuyeron a generalizar esta práctica en su clientela un grupo de jóvenes entusiastas por su profesión que formaron un “petit comité” y lograron practicar con éxito las primeras operaciones de vientre que se hicieron en la jurisdicción”.

Como se aprecia el doctor Lagomasino junto a otros profesionales, entre los cuales estaba también su compañero de congreso Agustín Abril y Letamendis, fueron parte de los precursores de la cirugía moderna en el territorio. Este profesional, después de 25 años de ejercicio en Remedios se trasladó a residir en la Habana en 1909, donde falleció el 25 de mayo de 1928.

Agustín Abril y Letamendis 13

Se radicó en Camajuaní en 1889 donde fue médico municipal en 1890. En el orden político desarrolló sus ideas independentistas junto a Leoncio Vidal Caro en la Sociedad El Liceo de Camajuaní. Sus inquietudes científicas lo llevaron a ser uno de los profesionales que colaboró con el doctor Lagomasino en la introducción de la sepsia y la antisepsia en la actividad de cirugía en Remedios.

Posteriormente viajó a Europa a perfeccionar estudios y de regreso se instaló en Sagua la Grande donde colaboró en 1892, en la Revista Archivos de la Policlínica. Ejerció muchos años en esa localidad cubana donde ganó un alto prestigio y consideración.

Agustín Wenceslao Reyes y Zamora.13)

Fue un destacado médico de Sagua la Grande, que llegó a ser Miembro Correspondiente de la Academia de Ciencias Médicas Físicas y Naturales de la Habana. Estudió en París en 1872 y se estableció en Sagua la Grande en 1884. Fue fundador de la revista Eco Científico de Las Villas, la cual es considerada por Martínez-Fortún y Foyo como: “la primera del interior del país”. También fue redactor de Gaceta Médica.

La revista Eco Científico de Las Villas estaba dedicada a la medicina y a otras ciencias auxiliares como la higiene, la farmacología y la química, además de la agronomía, la historia y el comercio. Se inauguró el 1 de mayo de 1884. El objetivo principal que se trazó al fundarla fue impulsar el movimiento científico dentro de la región. Además de artículos originales y de traducciones de trabajos de autores extranjeros, se pueden encontrar en esta revista regional muchos datos interesantes en relación con el estado sanitario del territorio por quincenas, así como las estadísticas necrológicas por meses. Eco Científico de Las Villas fue, después de El Restaurador, la segunda revista de ciencias médicas producida en el interior de la isla; y todo parece indicar que fue la primera dirigida por un cubano fuera de La Habana. Desde mayo de 1884 hasta junio de 1886, esta publicación integró dos volúmenes, el primero con 128 páginas y el segundo con 473. El doctor Agustín Wenceslao Reyes y Zamora falleció el 31 de diciembre de 1891 en Jumagua, Sagua la Grande, en condiciones que no fueron esclarecidas totalmente.

Fernando Plazaola14,15

Médico radicado en Cifuentes, amigo personal del doctor Francisco Zayas Jiménez, quien también participó por la Habana en el congreso de 1890. Ejerció durante varios años en ese municipio y fue amigo personal de Juan Bruno Zayas, a quien acogió en Cifuentes cuando una vez graduado, quiso trabajar en una zona rural. Laboraron juntos allí entre 1891 y 1895 y residieron en la casa que es hoy el museo municipal de Cifuentes. Este médico, si bien trabajó varios años en esta localidad, después de contraer nupcias se trasladó hacia otro lugar, y hasta hoy, no se ha podido dar continuidad a su trayectoria profesional.

Eduardo Francisco Rodríguez Hernández (1852-1918).16

Natural de Sagua la Grande, realizó sus primeros estudios esa ciudad. Siendo estudiante de Medicina en 1868, a escondida de sus padres, abandonó la carrera para tratar de incorporarse a la guerra contra España; viajó a Estados Unidos para enrolarse en la expedición del vapor Liliam la cual fracasó por la intervención de las autoridades norteamericanas. Al quedarse sin recursos en ese país, se incorporó a trabajar y terminó sus estudios de Medicina en Nueva York en 1871 como interno del Bellevue Hospital y después perfeccionó sus conocimientos en París y Barcelona. Colaboró con la emigración revolucionaria y se afilió a la Fraternidad Masónica.

En 1874 regresó a Sagua la Grande, aunque laboró también en Calabazar de Sagua y Encrucijada. Se vinculó con Emilio Núñez Rodríguez y conspiró para el alzamiento de la Guerra Chiquita, pero fue detectado por las autoridades españolas y se vio obligado a emigrar a Guatemala. Sus inquietudes científicas lo llevan a cursar estudios de posgrado en Nueva York en 1894 sobre Bacteriología. Al estallar la guerra de 1895, comprometido por sus ideales independentistas, estuvo exiliado hasta que finalizó la contienda, en que regresó nuevamente a su ciudad natal donde siempre mantuvo un alto prestigio profesional. Fue conocido como “Panchito, el médico de los pobres”. Al fallecer, sin peculio económico alguno, el pueblo de Sagua la Grande le erigió una estatua como reconocimiento a su humanitaria labor.

Doctor López Silvero

Los datos biográficos de este doctor no se han podido investigar al aparecer en las memorias del congreso solo con sus apellidos; aunque es probable que se trate del padrino de Enrique López Veitía llamado Rafael López Silvero, quien era médico, aunque hasta hoy no se ha podido verificar su identidad con exactitud.

Como se aprecia, existían en estos años en Villa Clara, médicos con un pensamiento de avanzada para la época, muchos de ellos que habían tenido contactos con la medicina europea y norteamericana, y a su regreso aplicaron esos conocimientos y desarrollaron un movimiento científico importante que los llevó a tener una reconocida participación en el Primer Congreso Médico Regional de la Isla de Cuba, pero también a iniciar publicaciones científicas como el “Boletín Sanitario” de Santa Clara, la revista “Eco Científico de Las Villas” en Sagua la Grande y en la Revista “El Mosaico”, esta última no era precisamente una revista médica pero se publicaban en ella trabajos científicos y de tipo educativo e informativo a la población sobre cuestiones médicas.

Estos profesionales influyeron además de forma directa en el surgimiento en Santa Clara del Cuerpo Médico Farmacéutico Dental (CMFD) en 1892, que fue una de las sociedades científicas más antiguas de Cuba junto a la Sociedad de Estudios Clínicos de la Habana; esta poco conocida sociedad perduró durante 60 años y publicó la revista Villa Clara Médica, su órgano científico, durante más de 30 años.

CONCLUSIONES

El desarrollo de las ciencias médicas en el territorio actual de la provincia de Villa Clara en el siglo XIX determinó el surgimiento de destacados profesionales de la Medicina quienes dejaron un importante legado para las generaciones que los sucedieron. La importante participación de los médicos villaclareños en el Primer Congreso Regional de la Isla de Cuba es una muestra del desarrollo profesional y científico alcanzado en esos años.

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Recibido: 16 de Octubre de 2020; Aprobado: 24 de Abril de 2021

* Autor para la correspondencia. Correo electrónico: jrruiz@infomed.sld.cu

Los autores declaran no tener conflicto de intereses.

Conceptualización: Dr. C. José Ramón Ruiz Hernández

Curación de datos: Ms. C. Lilian Esther Ruiz González

Análisis formal: Dr. C. José Ramón Ruiz Hernández

Investigación: Dr. C. José Ramón Ruiz Hernández, Ms. C. Lilian Esther Ruiz González

Metodología: Dr. C. José Ramón Ruiz Hernández

Administración del proyecto: Dr. C. José Ramón Ruiz Hernández

Recursos: Ms. C. Lilian Esther Ruiz González

Supervisión: Dr. C. José Ramón Ruiz Hernández

Validación: Dr. C. José Ramón Ruiz Hernández

Redacción-borrador original: Dr. C. José Ramón Ruiz Hernández

Redacción-revisión y edición: Dr. C. José Ramón Ruiz Hernández y Ms. C. Lilian Esther Ruiz González

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