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EDUMECENTRO

On-line version ISSN 2077-2874

EDUMECENTRO vol.14  Santa Clara  2022  Epub Dec 30, 2022

 

ARTÍCULO ORIGINAL

Competencias percibidas y necesidades de aprendizaje en enfermeros del Hospital Docente de Oncología “María Curie”

Perceived competencies and learning needs in nurses at the “María Curie” Oncology Teaching Hospital

Jaqueline García Rodríguez1  * 
http://orcid.org/0000-0001-7735-6265

Eurivise Rodríguez Cumbrera1 
http://orcid.org/0000-0003-4886-1785

Tania Betancourt Rodríguez2 
http://orcid.org/0000-0002-9020-8678

Liliana González Corría2 
http://orcid.org/0000-0002-7863-2556

1 Universidad de Ciencias Médicas de Camagüey. Facultad Tecnológica. Camagüey. Cuba

2 Universidad de Ciencias Médicas de Camagüey. Hospital Provincial Docente de Oncología “María Curie”. Camagüey. Cuba

RESUMEN

Fundamento:

reviste importancia la permanente superación de los profesionales de la salud sobre la base de la identificación de sus necesidades de aprendizaje.

Objetivo:

determinar las competencias percibidas y las necesidades de aprendizaje en el personal de enfermería del Hospital Docente de Oncología “María Curie”.

Métodos:

se realizó un estudio descriptivo, transversal con un enfoque cualicuantitativo, en el periodo junio-diciembre de 2021. Fueron utilizados métodos teóricos y empíricos. Se aplicó un cuestionario y los datos obtenidos se resumieron en porcientos, utilizando la estadística descriptiva. Fue empleada además la técnica “lista de habilidades”.

Resultados:

los sujetos estudiados ponderaron sus competencias técnicas, cognitivas y emocionales, en ese orden; sus valoraciones están mediadas por el servicio en el que laboran los profesionales. El 50 % de las necesidades de aprendizaje identificadas se dirige a las competencias emocionales, 30 % a las cognitivas y 20 % a las técnicas. En correspondencia con lo anterior, las necesidades de aprendizaje están dirigidas al conocimiento y control de las emociones, la comunicación y el autocuidado.

Conclusiones:

se determinaron las necesidades de aprendizaje y las principales competencias cognitivas, técnicas y emocionales percibidas, de los profesionales de enfermería del Hospital Docente de Oncología “María Curie”.

DeSC: educación basada en competencias; capacitación en servicio; programas de posgrado en salud; educación profesional; educación médica

ABSTRACT

Background:

the permanent improvement of health professionals based on the identification of their learning needs is of great importance.

Objective:

to determine the perceived competencies and learning needs of the nursing staff of the “María Curie” Oncology Teaching Hospital.

Methods:

a descriptive, cross-sectional study with a qualitative-quantitative approach was carried out from June to December 2021. Theoretical and empirical methods were used. The survey was applied as an empirical method in the form of a questionnaire and the data obtained were summarized in percentages, using descriptive statistics. The skill list technique was also used.

Results:

the subjects studied stand out their technical, cognitive and emotional skills, in that order. 50% of the identified learning needs are addressed to emotional skills, 30% to cognitive skills and 20% to technical skills. The assessment of competencies is mediated by the service in which the professionals work. In correspondence with the above, the learning needs are directed to the knowledge and control of emotions, communication and self-care.

Conclusions:

the learning needs and the main perceived cognitive, technical and emotional competencies of the nursing professionals of the “María Curie” Oncology Teaching Hospital were determined.

MeSH: competency-based education; inservice training; health postgraduate programs; education, professional; education, medical

INTRODUCCIÓN

Los procesos educativos, concebidos como procesos sociales, reflejan e influyen en las características de este siglo XXI. Las universidades de hoy tienen ante sí el desafío que impone la globalización neoliberal y la responsabilidad de formar profesionales capaces de responder a elevados niveles de exigencias.

Desde las universidades se quiere formar ciudadanos críticos y competentes profesionalmente, superando la enseñanza meramente academicista, y esto solo se puede conseguir mediante una formación enfocada en competencias,1 que se extienda al posgrado.

A juicio de las autoras del trabajo, el término competencia engloba no solo las habilidades y conocimientos requeridos sino también la posibilidad de formarlos. El resultado de esta formación otorga a los trabajadores del ámbito de las ciencias de la salud, el rigor y profesionalidad que exige su sensible labor.

Bisquerra2 define las competencias como: el conjunto de conocimientos, capacidades, habilidades y actitudes necesarias para realizar actividades diversas con un cierto nivel de calidad y eficacia, concepto en el que se integran el saber, saber hacer y saber ser, como principios rectores del aprendizaje.

Aunque existen varias clasificaciones de competencias, en el presente trabajo se parte de una categorización básica de dos grandes grupos: genéricas y específicas, y una subclasificación dentro de las competencias específicas en aquellas de orden técnico, cognitivo y emocional.

Así, se establecen competencias genéricas como las que hacen referencia a las que son comunes a una rama profesional (por ejemplo, las de salud, ingeniería, educación). Mientras que las competencias específicas son propias de cada profesión y le dan identidad a una ocupación (en este sentido, se hace referencia a las competencias específicas del profesional en Psicología, ingeniería de sistemas o en enfermería).3

En las ciencias médicas, la enfermería se percibe en una posición de subordinación a la medicina, aunque se reconoce la posibilidad de actuación en numerosos escenarios y servicios. Por estas razones, en el estudio de las competencias de estos profesionales, se debe partir de la caracterización del contexto en los que laboran: demográficos, políticos y sociales complejos.4

Los enfermeros en áreas o servicios de Oncología actúan en situaciones de escasez de recursos materiales, con ambigüedad y conflictos de roles; se les exige la adquisición de destrezas técnicas complejas para cuidar de pacientes, cuyas condiciones son rápidamente cambiantes; demandan decisiones correctas, inmediatas y de rápida instrumentación.5 Además, las autoras consideran que ocupan una posición intermedia entre el paciente, el médico y los familiares, por lo que están próximos a situaciones éticas de difícil solución y expuestos a intensas reacciones emocionales de ellos. Lo anterior justifica la necesidad de formar competencias que trasciendan los aspectos técnicos y procedimentales, les facilite dar solución a problemas de los contextos en los que transcurre su trabajo, modifique su práctica y contribuya al máximo desarrollo de su potencial humano.

La Enfermería como arte de cuidar, involucra una vocación especial de servicio y necesita recursos relacionales, actitudinales y habilidades diversas. Además, precisa la evaluación sistemática de las competencias requeridas en cada puesto de trabajo, la valoración del nivel de desarrollo de las competencias ya existentes y de la identificación de las necesidades de aprendizaje, o sea de formar a sus profesionales de forma continua e integral.

En Cuba, el propio Sistema de Nacional de Salud prepara su capital humano y asume la formación académica y superación de todos los profesionales que en él laboran. El perfeccionamiento del proceso de formación y superación de los trabajadores de la salud es sistemático y se basa en la identificación de sus necesidades de aprendizaje.

Se asume en este estudio la determinación de las necesidades de aprendizaje como la desviación real entre el desempeño práctico del individuo y el previsto en esa función o puesto de trabajo por el sistema de salud, siempre que esta diferencia obedezca a falta de conocimiento, preparación o entrenamiento.6

La identificación de necesidades de aprendizaje (INA) es un paso fundamental para derivar los contenidos educativos e identificar puntos débiles y problemas específicos a resolver, mediante la preparación, calificación, capacitación y el adiestramiento que se requiere organizar e impartir.7

La educación de posgrado forma parte de la continuidad de la formación pregraduada y contribuye a elevar la calidad del desempeño profesional en salud; se anticipa a las demandas de la sociedad creando la capacidad de enfrentar grandes desafíos,9) supone tener en cuenta el desarrollo científico y tecnológico de la época y las necesidades de la sociedad, estableciendo vías para su concreción. Es una actividad dinámica de gran importancia destinada a satisfacer las necesidades de superación y desarrollo permanente de los profesionales, en contextos donde se evidencia un vertiginoso avance científico-técnico.

Lo expuesto justifica la realización del estudio que tiene como objetivo: determinar las competencias percibidas y las necesidades de aprendizaje en enfermeros del Hospital Docente de Oncología “María Curie”.

MÉTODOS

Se llevó a cabo un estudio descriptivo transversal con un enfoque cualicuantitativo, en el periodo junio-diciembre de 2021 en el Hospital Provincial Docente de Oncología “María Curie”, de la ciudad de Camagüey. De un universo de 72 enfermeros se tomó una muestra de 42, a partir de un muestreo intencional, puro, en el que se seleccionaron enfermeros de las tres salas de hospitalización del centro: sala Cirugía, sala Clínica y sala Poliquimioterapia.

Se utilizaron métodos teóricos: análisis-síntesis e inductivo-deductivo en la búsqueda de información referente a competencias y necesidades de aprendizaje en profesionales de la salud.

Del nivel empírico:

  • Análisis documental: para la revisión de documentos oficiales como calificadores de cargo, evaluaciones del desempeño y otras investigaciones.

  • Cuestionario: con el objetivo de recabar información de carácter sociodemográfico, evaluar la percepción de las competencias en los sujetos de la muestra e identificar necesidades de aprendizaje.

Se utilizó además la técnica de lista de habilidades que parte de un método diseñado por Daniel Goleman, referenciado por Rodríguez Cruz 8 con el propósito de determinar, a partir del reporte de los propios profesionales, el peso conferido a diversas competencias: cognitivas, técnicas o emocionales, para alcanzar la excelencia en un puesto de trabajo específico.

Fue utilizado el método estadístico porcentual para el procesamiento de la información.

Se agruparon las competencias específicas en tres grandes grupos: las cognitivas, las técnicas y las emocionales, que constituyen dimensiones del estudio. Para ello se tomaron como referencia investigaciones similares y los resultados del análisis de documentos normativos de la labor de enfermería. Cada una de las competencias comprende un grupo de temáticas de gran importancia y fácil identificación en el quehacer profesional del enfermero.

La dimensión competencia cognitiva: incluye las habilidades relacionadas con componentes teóricos que sustentan la práctica profesional, así como la capacidad para aplicar los conocimientos a la resolución de problemas y toma de decisiones.

La dimensión competencia técnica aborda los componentes procedimentales: destreza en la instrumentación de procederes y técnicas.

La dimensión competencia emocional: abarca el conjunto de conocimientos, capacidades, habilidades y actitudes necesarias para comprender, expresar y regular de forma apropiada los fenómenos emocionales.2

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

Como se puede apreciar en la Tabla 1, en la muestra predominaron el nivel educacional de licenciado en enfermaría y las féminas. El grupo de edades más representado es el de 41 a 50 años, seguido por el grupo de 51 a 60.

Tabla 1 Distribución de la muestra según sexo, nivel educacional y grupo de edades. Hospital Provincial Docente de Oncología “María Curie”. Camagüey. Junio-dicienbre, 2021 

Fuente: cuestionario.

La Tabla 2 evidencia que los profesionales estudiados ponderan sus competencias técnicas, cognitivas y emocionales en ese orden. El 38% considera que sus destrezas técnicas están en primer lugar, seguido por el 33.3 % que valora sus competencias cognitivas y por último el 28.5% señalan sus competencias emocionales como las mas formadas.

Tabla 2 Percepción de competencias en sujetos de la muestra según sala de hospitalización en la que laboran. Hospital Provincial Docente de Oncología “María Curie”. Camagüey. Junio-diciembre, 2021. 

Fuente: Cuestionario y Técnica lista de Habilidades

Si se tiene en cuenta el desglose de esta valoración atendiendo a las salas de hospitalización en la que los profesionales de la enfermería realizan su labor, es preciso destacar que las competencias tienen valoraciones diferentes, justificada, a juicio de las autoras, por las especificidades de los contextos de actuación que demandan destrezas diversas: según el estado de los pacientes, las demandas de los familiares con los que interactúan estos profesionales, la finalidad de los tratamientos oncoespecíficos (curativa o paliativa) que se brindan en sus servicios y las expectativas que se tiene de ellos, y el nivel de desarrollo de las habilidades y la actualización científico-técnica.

Se observan en primer lugar las competencias técnicas, seguido por las cognitivas y luego las emocionales, como las más apreciadas por quienes trabajan en la sala de cirugía (en porcentajes de 14.2, 9.5 y 7.1 respectivamente)

Por su parte, el 19 % de los que laboran en sala clínica estiman sus competencias emocionales, el 16.6 % pondera sus competencias técnicas y finalmente, tres sujetos, para un 7.1 % valoran sus habilidades relacionadas con componentes teóricos.

En la sala en la que se administran los tratamientos de Poliquimioterapia, son más valoradas las competencias cognitivas (por el 16.6 % de los sujetos estudiados), 7.1 % de ellos reconoce que la destreza en la instrumentación de procederes y técnicas es su mayor fortaleza, mientras que solo una persona percibe una mayor formación de la competencia para manejar emociones.

De forma general, el 100 % de la muestra respondió afirmativamente a la pregunta sobre el deseo de superación, el 85 % refirió haber cursado algunas figuras del posgrado relacionadas con las necesidades de aprendizaje identificadas, pero en el 78 % de estos casos se señala que, a pesar de haber recibido alguna capacitación, esta continúa siendo insuficiente.

Necesidades de aprendizaje identificadas según competencias

En correspondencia con la valoración que los profesionales de la enfermería tienen de sus competencias, se identificaron las necesidades de aprendizaje donde predominó insuficiencia en la formación de competencias emocionales. Lo identificado se corresponde con los requerimientos de un puesto específico en cualquier área de la institución. En el caso del estudio actual, son clasificadas como necesidades sentidas, en tanto el individuo desea conscientemente satisfacerlas y se expresan mediante encuesta e indagación.6

Un total de 20 temáticas fueron sugeridas a perfeccionar mediante la superación: de ellas 10 en la dimensión competencia emocional, 6 en la competencia cognitiva y las restantes 4 en la dimensión competencia técnica. Visto desde los porcientos, el 50 % se dirige a la competencia emocional, un 30 % a la cognitiva y 20 % a la competencia técnica. Se presentan a continuación.

Dentro de la dimensión competencia emocional fueron señaladas las siguientes temáticas a cubrir mediante la superación: identificación y manejo de diferentes emociones frecuentes en las personas en el contexto hospitalario (ansiedad, depresión, ira), acciones para el autocuidado, generación de emociones positivas, automotivación, técnicas para manejar el estrés ocasionado por diversas fuentes, afrontamiento del duelo en familiares, comunicación de malas noticias, tolerancia a las frustraciones, manejo de las emociones y sufrimiento en situaciones de terminalidad, y capacidad de adaptación a las pérdidas.

La labor de enfermería se desarrolla a través del Proceso de Atención de Enfermería (PAE), lo que le otorga a esta profesión la categoría de ciencia e implica habilidades y competencias que debe poseer este profesional para llevar a cabo las fases de diagnóstico, planificación e intervención del mencionado proceso, entre las que se incluye el desarrollo de las taxonomías de la Asociación Norteamericana de Diagnósticos de Enfermería (NANDA),9 la clasificación de los cuidados de enfermería(NIC) y la clasificación de los resultados de enfermería (NOC). Es necesario señalar que los profesionales señalaron en su totalidad la necesidad de superarse en los aspectos antes enunciados, lo que habla a favor de la motivación por perfeccionar el método en cuestión que los define

Así, en la dimensión competencia cognitiva se identificaron como necesidades de aprendizaje: actualización en farmacología de nuevos medicamentos citostáticos, nuevas taxonomías de la NANDA, aspectos bioéticos, actualización en las nuevas tecnologías o tecnología de avanzada, idiomas y metodología de la investigación.

Dentro de las competencias técnicas sobresalieron: Administración de quimioterapia e inmunoterapia, complicaciones de los tratamientos oncoespecíficos, cuidados al paciente oncológico en el preoperatorio, transoperatorio y postoperatorio de cirugías oncológicas, curas de ostomías y tumores abscedados.

La carencia de estudios sobre las competencias en el personal de enfermería en el Hospital de Oncología camagüeyano hace que los resultados obtenidos sean novedosos, pues constituyen un primer acercamiento a este tema e ilustran la necesidad de formar, no solo destrezas y habilidades en procederes y técnicas propias de la profesión. Se aprecian además las diferencias en las competencias percibidas y las necesidades de aprendizaje identificadas, según la sala de hospitalización en la que trabajan.

Los bajos puntajes en la percepción de competencias emocionales y el número de temáticas que dentro de ellas fueron señaladas como necesidades de aprendizaje, hace que las autoras coincidan en la necesidad de trabajar las competencias emocionales en enfermería. El trabajo de la emocionalidad en esta profesión no es un concepto nuevo, su aplicación se ha ido modificando con el tiempo para favorecer el crecimiento personal de todos los implicados.

Lo encontrado coincide con el criterio de que las competencias emocionales deben ser entendidas como competencias genéricas que las personas necesitarán en su vida personal y profesional.10) La adecuada gestión emocional de los enfermeros puede contribuir a la calidad asistencial ya que se considera el compromiso emocional como una exigencia de la excelencia en la práctica profesional de enfermería.

Un estudio de competencias emocionales en enfermeros del Hospital Clínico Quirúrgico Hermanos Ameijeiras reveló la importancia de que estos profesionales desarrollen habilidades para el manejo de emociones perturbadoras, a partir del autoconocimiento y el autocontrol como vías para fomentar la tolerancia y mejorar la comunicación.11

Las competencias de los enfermeros deben trascender los aspectos físicos o del cuerpo para involucrar las características de las poblaciones a las que debe brindar cuidados integrales, con diferentes contextos antropológicos, culturales y cosmovisivos.12

Un estudio en España sobre las emociones en la práctica de enfermería señala que el enfermero es un ser emocional desde los fundamentos de la propia profesión, la cual se concibe como proceso interpersonal y terapéutico.13

Se destaca que no fueron referidas competencias para el liderazgo o temáticas afines por los sujetos del presente estudio; a juicio de las autoras pudiera ser por las características del trabajo de colaboración y en equipos multidisciplinarios, concebidos e instrumentados de forma efectiva en la atención oncológica.

Se considera además que la existencia de competencias emocionales constituye un importante predictor de bienestar subjetivo y un recurso que permite atenuar la acción de los factores de riesgo de desgaste profesional, tan habituales en la práctica de la enfermería como reseñan los trabajos de autores internacionales de Europa.5

Una revisión en diferentes bases de datos sobre la inteligencia emocional y el estrés laboral demuestra la relación entre las dimensiones de esta inteligencia y el bienestar, la salud mental y el burnout en enfermería. El estudio revisado concluye que el desarrollo de la inteligencia emocional y la formación de competencias favorecen la empatía, la motivación y las habilidades comunicativas de los profesionales de la enfermería.14

El presente estudio se corresponde con los resultados publicados en una de las revistas cubanas dedicadas a la educación superior, donde los sujetos evaluados señalan preocupación por la superación y reconocen esta actividad como motivos que los orientan en su comportamiento y asumen la necesidad de mejorar sus competencias.15

En un estudio llevado a cabo para determinar las competencias básicas de enfermeros de varios países latinoamericanos, incluidos los profesionales de Cuba, de un total de cuatro dominios establecidos, la mitad tiene coincidencia con los contenidos de las temáticas enunciadas del presente estudio: el dominio de atención clínica y comunicación interdisciplinaria y el dominio comunicación paciente-centro. Sus contenidos armonizan con temáticas como: la comunicación de malas noticias, manejo de situaciones en la terminalidad, capacidad de adaptación a las pérdidas, aspectos bioéticos, actualización en las nuevas tecnologías o tecnología de avanzada, taxonomías de la NANDA y cuidados al paciente. No hubo correspondencia con las temáticas referidas en el Hospital de Oncología camagüeyano con los contenidos de los dominios de: contexto de atención y práctica basada en evidencia.14

La Universidad de Ciencias Médicas de Guantánamo lideró una investigación para configurar las competencias de enfermería en el proceso vital de cuidado en la que se definieron las categorías diagnósticas a desarrollar por los enfermeros: adaptación y afrontamiento a la enfermedad, relación y comunicación, estado sociofamiliar, estado emocional, cuidado de la salud y prevención de riesgos. Estas competencias se relacionan con las identificadas en el presente estudio, sobre todo aquellas incluidas en la competencia emocional. Sus autores también plantean la necesidad de mantener a los profesionales actualizados en el desarrollo de las taxonomías.16

CONCLUSIONES

El diagnóstico realizado permitió identificar un grupo de temáticas por cada competencia o dimensión establecida, las que constituyen las necesidades de aprendizaje de los sujetos evaluados. En la Oncología la posición que ocupan en equipos mutidisciplinarios demandan la formación de competencias emocionales, generalmente por su alta incidencia en el logro de la excelencia en los cuidados, y para resolver con la ecuanimidad necesaria, problemas que se afrontan en la práctica de la enfermería profesional con los pacientes oncológicos.

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Recibido: 05 de Marzo de 2021; Aprobado: 17 de Julio de 2022

* Autor para la correspondencia. Correo electrónico: jgarcia.cmw@infomed.sld.cu

Los autores declaran no tener conflicto de intereses.

Conceptualización: Jaqueline García Rodríguez

Curación de datos: Jaqueline García Rodríguez, Eurivise Rodríguez Cumbrera, Tania Betancourt Rodríguez, Liliana González Corría

Análisis formal: Jaqueline García Rodríguez, Eurivise Rodríguez Cumbrera, Tania Betancourt Rodríguez, Liliana González Corría

Investigación: Jaqueline García Rodríguez, Eurivise Rodríguez Cumbrera, Tania Betancourt Rodríguez, Liliana González Corría

Metodología: Jaqueline García Rodríguez

Administración del proyecto: Jaqueline García Rodríguez

Supervisión: Jaqueline García Rodríguez, Eurivise Rodríguez Cumbrera

Validación: Eurivise Rodríguez Cumbrera, Tania Betancourt Rodríguez, Liliana González Corría

Redacción: Jaqueline García Rodríguez, Eurivise Rodríguez Cumbrera, Tania Betancourt Rodríguez, Liliana González Corría

Redacción-revisión y edición del informe final: Jaqueline García Rodríguez, Eurivise Rodríguez Cumbrera, Tania Betancourt Rodríguez, Liliana González Corría

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