Introducción
El hombre es el único animal que ríe
Aristóteles
El humor es un término con múltiples acepciones. El diccionario de la Real Academia de la Lengua Española precisa que el humor, del latín humor, -ōris ('líquido', 'humor del cuerpo humano'), significa genio, índole, condición, especialmente cuando se manifiesta exteriormente. También aparecen otros términos relacionados como el humorismo (modo de presentar la realidad), el buen humor, que es la propensión más o menos duradera a mostrarse alegre y complaciente y el sentido del humor, la capacidad para ver o hacer ver el lado risueño o irónico de las cosas, incluso en circunstancias adversas; es sinónimo de alegría, jovialidad, agudeza, ingenio, optimismo y gracia. El humor es un término muy rico en contenido y complejo por ser una de las manifestaciones esenciales de los seres humanos.
En la Grecia clásica, Platón y Aristóteles defendían la mesura de la risa y su uso contenido. Para Aristóteles, la risa es un rasgo propio del hombre (hommo risibilis) que está dotado de la capacidad de reírse, por lo que no debe prohibirse, pero si controlarse. Los primeros fundamentos de una teoría general del humor se encuentran en la Retórica de Aristóteles.
El humor es la consecuencia natural de la facultad humana de lenguaje y, al mismo tiempo, un lenguaje peculiar de tipo oral. Consiste en acercar mundos distantes y relacionar objetos diferentes. El humorismo, por lo tanto, es un procedimiento cuyo fundamento es la contradicción real o aparente entre dos cosas o entre dos ideas. Tiene una perspectiva estética porque es un lenguaje artístico capaz de relativizar pues constituye un instrumento desmitificador, desdramatizador, desacralizador y de sorprender, descubre lo que no se espera cuando encuentra algo diferente a lo que busca (Hernández, 2000).
El humor es el equilibrio dinámico entre lo que sucede y la forma de interpretarlo e incluye la percepción de la situación por parte del sujeto, la interpretación de lo percibido y una respuesta, en este caso divertida, que capacita a la persona para ser más hábil en adaptarse a lo que le sucede, pero de manera simpática y alegre. El humor se puede integrar en un conjunto de estrategias, habilidades y automatismos que ayudan a la persona a disfrutar de la vida, a mantener un espíritu alegre y a pensar en positivo, transmitiendo confianza, afecto y acercamiento, considerándolo como una actitud vital que enriquece las vivencias personales y se trasmiten a los demás. Es una forma de relación entre el sujeto y la vida que se ve desde su lado divertido, poder reír ante los acontecimientos adversos. En (Del Rosario & Peroso, 2015) el campo de la investigación debe entenderse en un sentido amplio, teniendo en cuenta que describe un estado emocional y una predisposición más o menos lúdica matizada por vivencias y experiencias vitales (Carbelo, 2006).
El humor es, junto a la lengua, uno de los elementos que mejor refleja las características de cada comunidad de hablantes, pueblo o cultura. Desempeña un papel importante en la vida de los hispanohablantes y, a pesar de la distancia geográfica que los separa, hispanoamericanos y españoles están unidos, además de por una lengua, por el peso que en sus culturas tiene el humor. El material humorístico, además de ser uno de los que más puede ayudar a mejorar la competencia comunicativa de los alumnos es, a su vez, uno de los tipos de manifestaciones que más conocimientos previos exige por parte de los estudiantes (Sánchez, 2010).
La utilización del humor en la educación resulta un recurso valioso que ha sido convenientemente fundamentado con argumentos científicos pertinentes y con experiencias concretas que así lo confirman y el sentido del humor constituye una cualidad personal del profesor que facilita su utilización. Su introducción ha sido favorable en todos los niveles de enseñanza y en los diferentes grupos etáreos, por su efecto beneficioso en lo cognitivo y en lo afectivo, aunque todavía existen determinados prejuicios sobre el carácter inadecuado o poco serio del humor que ha provocado su menosprecio por algunos docentes y directivos.
Sin embargo, en el contexto educativo universitario cubano no se han encontrado publicaciones que contengan experiencias científicas sobre la aplicación del humor en el proceso de enseñanza aprendizaje, aunque se supone que los profesores lo utilicen de manera espontánea y reiterada, sobre la base de su experiencia profesional, ya que en la raíces sociopsicológicas del cubano, el humor constituye una característica importante en la determinación de su identidad (Bustamante, 1960 e Ibarra, 1985). Precisamente, con el fin de profundizar en este tema, se decidió realizar un estudio exploratorio que permita obtener información empírica sobre la utilización del humor en este nivel de enseñanza.
En la revisión del estado del arte sobre este tema, se constató que el contexto educativo anglosajón fue pionero en la incorporación del humor, al sistematizar las experiencias obtenidas en su utilización mediante investigaciones y su consecuente divulgación a través de libros, monografías, antologías y artículos científicos. Desde los años 50 del siglo XX, se viene reflexionando e investigando sobre el valor del humor en la educación. Highet (1950) planteó que es una cualidad importante del buen maestro, tiene muchos propósitos y mantiene activo y atento a los alumnos. Cuando las personas ríen juntas, se convierten en grupos de seres humanos que disfrutan la existencia. Y Godfrey (1953) abundó que el humorismo constituye una de las habilidades valiosas del docente que lo asemejan a un artista.
Warren (1964) definió que el humor es una actitud emotiva duradera, la cual expresa una situación compleja, al combinar un elemento de comicidad con la atracción de simpatía. En el desarrollo histórico de las ideas psicológicas, el humor fue concebido inicialmente como secreciones líquidas relacionadas con el temperamento. Por tanto, constituye un fenómeno subjetivo esencial en la vida social influido por el contexto cultural, con una manifestación significativa en el arte, la literatura y la educación.
Martin (2007) considera que el humor es una actividad humana ubicua que ocurre en todos los tipos de interacción social, con funciones sociales, cognitivas y afectivas que se produce en un contexto social, con una amplia aplicación en diferentes esferas de la vida, como por ejemplo, en la educación. El humor ha sido utilizado históricamente de manera profusa y reiterada por maestros y profesores en todos los niveles de enseñanza, con el aporte de experiencias significativas que se han convertido en investigaciones científicas, muchas de ellas publicadas y con gran visibilidad.
Banas, Dunbar, Rodríguez y Liu (2011) resumieron cuatro décadas de investigaciones sobre la aplicación del humor en escenarios educativos anglosajones, con la revisión de las principales teorías y sus definiciones, las funciones y aplicaciones educativas. También identificaron y explicaron las inconsistencias de los resultados científicos aportados, así como las recomendaciones para las nuevas investigaciones sobre el tema.
McGrath (2013) considera que el humor, como herramienta didáctica, ayuda a reducir la ansiedad de los estudiantes, a afrontar las situaciones incómodas en el aula y a incrementar la retención de la información específica que se ofrece en la conferencia. Su aplicación efectiva permite que los profesores se comprometan con los estudiantes aun en los casos de los exámenes por la tensión que provocan y propuso varias estrategias para su aplicación efectiva en la clase.
Nasiri y Mafakheri (2015) resumieron varios aspectos relacionados con la utilización del humor como método informal en las conferencias que se imparten en la educación superior, su impacto y utilidad desde las perspectivas de los profesores y de los alumnos. Clasifican los retos y las limitaciones que tiene el uso del humor, así como las estrategias para aplicarlo en las conferencias con la intención de perfeccionar las experiencias de aprendizaje en el aula. Los profesores necesitan desarrollar una serie de habilidades acerca de cómo seleccionar materiales humorísticos y cómo utilizarlos en el aula.
Segrist y Hupp (2015) afirman que los educadores han incrementado el uso del humor en sus aulas, demostrado su utilidad como herramienta instructiva, el cual puede ser incorporado de disímiles formas: la clase, los exámenes y hasta en el programa. Existe una cantidad importante de artículos sobre la aplicación del humor en la enseñanza, que les brindan a los profesores muchos recursos para aplicarlos en el aula con efectividad.
Barr (2016) destaca que, dentro de los elementos que contribuyen a un clima positivo en el aula, está el uso del humor por parte del maestro, que contribuye al establecimiento del rapport con los alumnos, ayuda a comprender mejor el contenido y a un mayor procesamiento de la información. Ruch y Heintz (2013) evaluaron cuatro estilos de humor: afiliativo, automejora, agresivo y contraproducente, los cuales están relacionados con la personalidad y con el bienestar psicológico de las personas en la vida cotidiana.
Krause (2015) destaca el beneficio del humor en el proceso de enseñanza aprendizaje en general y en específico en la enseñanza de una lengua extranjera. El humor estimula e influye en las capacidades mentales de los alumnos para la memoria y el aprendizaje. Es un dispositivo para el entretenimiento y la risa, motiva y promueve una atmósfera más relajada en la clase que beneficia el aprendizaje. Posibilita mejores relaciones entre los estudiantes y el profesor.
El uso del humor incrementa el estatus y las relaciones interpersonales si es exitoso, pero si no lo es su utilización fallida puede provocar daños. La relación entre el humor exitoso y el estatus está mediatizada por las percepciones de confianza y por la competencia. El humor juega un papel fundamental en la conformación de las percepciones interpersonales y en la jerarquía entre los grupos (Bitterly, Brooks, & Schweitzer, 2017). (Thorson, Powell, Sarmany-Schuller, & Hampes, 1997)
En los países iberoamericanos se ha brindado continuidad a los aportes obtenidos en el mundo anglosajón, con el oportuno y necesario enriquecimiento de su aplicación para esta amplia, diversa y rica área social y cultural, a través de diversas investigaciones y su consecuente aplicación práctica. Varios investigadores han estudiado el humor en la educación. Ciudad (2002) considera que la risa y el humor en general, constituyen una de las emociones con mayor utilidad y sentido didáctico, no sólo como metodología de enseñanza aprendizaje, sino como actitud vital de primera categoría para la socialización de la persona. El humor sirve para desmontar los frecuentes estereotipos negativos (de edad, sexo, clase, nación) que circulan por el currículo del área social. Debe servir de mecanismo empático entre los alumnos y los personajes sobre los que se trabaja en el currículo. Tiene un profundo sentido autocrítico, ya que es imprescindible aprender a reírse de uno mismo (como individuo, como grupo y como especie) para resituar adecuadamente a la persona en su entorno local y global. La risa funciona así como heurístico, como vía de conocimiento.
Fernández (2003) considera que el sentido del humor en la educación genera un estilo de enseñanza aprendizaje que facilita las relaciones y la comunicación profesor alumno, ayuda a pensar y estimula la creatividad. Por medio del sentido del humor se lubrican los canales de comunicación, se enfrentan mejor los problemas grupales, se genera un estilo de ayuda y cooperación que contribuye a superar los contratiempos, las dificultades y a crear materiales educativos.
García (2005) afirma que un chiste provoca la atención, motiva al alumno, lo relaja y facilita la comprensión de algunos temas. El chiste puede servir como motivación general, pero hay rasgos particulares del lenguaje que son explotados con el fin de provocar la risa, por lo que determinados chistes pueden servir como motivación concreta en tal o cual explicación de contenido lingüístico o gramatical. Por consiguiente, puede emplearse como recurso didáctico para ilustrar un rasgo de la lengua, para poner al alcance del alumno, con mayor efectividad y de un modo divertido, unos contenidos que con frecuencia no alcanza a entender con claridad y, por último, podrá proponerse como un ejercicio de reflexión sobre el idioma.
Jáuregui y Fernández (2009) destacan el papel de la risa y el humor en el aprendizaje, pero es un arte como la labor docente en general, empleado juiciosamente puede reducir tensiones y barreras, motivar el aprendizaje y estimular los procesos cognitivos tan fundamentales en el proceso educativo.
González (2009) propone varias exigencias para la utilización del humor en el aula: que sea pertinente y eficaz, que contribuya a la fluidez del discurso y favorezca la creación de un ambiente relajado, el docente debe tener interés en usar el humor, disfrutarlo y creer que esta herramienta favorecerá el aprendizaje, debe atraer la atención, crear vínculos y hacer más recordable un concepto, puede aliviar tensiones, estrechar vínculos y motivar a los alumnos. Barrio y Fernández (2010) consideran que el humor tiene varias funciones en la educación: motivadora, de camaradería y amistad, de distensión, de diversión, de agresión, defensiva, intelectual, creativa, pedagógica y transformadora.
El sentido del humor es uno de los rasgos principales que conforma la persona del educador, junto con la alegría, la comprensión, el ingenio y la esperanza. Un profesor que es capaz de usar sabia y adecuadamente el humor, se acerca a sus alumnos, predisponiéndolos positivamente hacia el aprendizaje y hacia los adultos que saben generar complicidad riéndose con ellos, pero sin olvidar qué rol juega cada uno y manteniendo a su vez el respeto mutuo. El humor se presenta como una fortaleza que forma parte de los futuros maestros, ya que con el adecuado entrenamiento puede ser transferido a ellos, siendo punto de partida y apoyo para el desarrollo de otras fortalezas vitales. (López, Sevilla y Velandrino, 2010).
González (2011) reflexiona sobre la importancia del humor pedagógico en el proceso de enseñanza aprendizaje en el aula en contra de la desmotivación y el aburrimiento que ocurre en los alumnos. La aplicación didáctica del humor pedagógico en el aula se puede centrar en dos aspectos: el humor gráfico, la utilización del humor escrito y verbal (chiste).
Como el humor es un activador del sistema de recompensa cerebral, el sentido del humor supone un factor primordial que influye en el comportamiento humano, en general y en los procesos de aprendizaje en particular. El sentido del humor del docente influye en la atmósfera de clase. Si el estudiante percibe humor en el docente, surgen el afecto y la comprensión mutua y se mantienen unas relaciones armoniosas en un clima de cooperación. Se crea un espíritu de libertad que lleva al alumnado a expresar sus ideas personales (Perandones, Lledó y Herrera, 2013; Perandones, Lledó y Herrera 2016).
(Gancedo, 2013) aborda a la ironía dentro del humor como un fenómeno comunicativo que está presente en las relaciones humanas de manera habitual. La ironía verbal tiene origen en la retórica clásica, ya que, en el mundo romano, con el desarrollo de la oratoria, el término pasó de designar una actitud ante la vida a referirse a un recurso elocutivo, vinculado en muchas ocasiones a la hilaridad. La ironía es un fenómeno que afecta a las relaciones interculturales, pues aunque se trate de un fenómeno lingüístico pragmático universal (existe la ironía en todas las lenguas), es un hecho lingüístico indisociablemente vinculado al contexto, y este depende en gran medida, de la cultura en la que se desarrolle el acto comunicativo.
El humor tiene también una importancia estratégica y humana dentro de la dirección escolar. Pero no se puede ignorar que existen mitos y temores sobre el humor y la risa, que pueden producir equivocaciones e impedir que se desarrolle esta capacidad humana y su aplicación en la dirección escolar, considerada tradicionalmente como seria, solemne y dogmática, que podrían hacer ver como incompatible con el humor y la risa, cosa no cierta si se considera que su utilización dependerá de qué tipo de humor se usa, si se hace bajo circunstancias apropiadas, en el momento oportuno y de la manera pertinente (González, 2013).
(Pelayo 2014) considera que es muy amplio el campo de aplicación de la pedagogía del humor, desde el momento de preparar la clase hasta las relaciones entre profesores y los padres. A través de la pedagogía del humor se aprenden técnicas de enseñanza humorística, creativas y lúdicas para enviarles a sus alumnos la información que les imparte por todos los canales posibles de información (semántico, episódico, procedimental y automático). Es necesario enviar información por el mayor número de canales posibles, ya que la información que se ha recibido por un canal, es muy difícil de recuperar por otro.
(Del Rosario y Peroso, 2015) analizaron el humor como herramienta pedagógica comunicacional que contribuye al fortalecimiento del clima escolar exitoso, a través de estrategias de dirección, prácticas e instrumentos de intercambio comunicacional dirigidos a mostrar una nueva realidad educativa, situando al estudiante en el punto de receptor de un enorme flujo de información para que pueda procesarla en forma crítica y el docente logre llevar a cabo un discurso pedagógico usando contenidos para su percepción y comprensión que impacte positivamente en el accionar de los estudiantes. El humor dentro de un clima escolar exitoso contiene componentes afectivos, cognitivos y conductuales.
Jiménez (2015) valora que el uso del humor constituye una herramienta en el proceso enseñanza y aprendizaje universitario, es un medio innovador para mejorar el clima organizacional y establecer ambientes de aprendizaje, cuyos contenidos sean significativos y promover hábitos que se pueden replicar en los distintos procesos didácticos, todo ello fundamentado en la armonía, el respeto y la percepción que tienen los estudiantes sobre el humor. El humor didáctico, por un lado, agita las habilidades administrativas y pedagógicas que contribuyen al mejoramiento del clima educativo y organizacional como estrategia que puede ser empleada, adaptada y modificada en cualquier clase universitaria y sus efectos a corto y mediano plazos, demostrarán altos niveles de efectividad y consecución de logros. Quesada y Solernou (2013) detectaron en un estudio sobre la comunicación educativa en una universidad médica, que el 80 % de los profesores confesaron tener suficiente sentido del humor para aceptar o hacer bromas en la clase en momentos oportunos.
Zambrano (2015) determinó el éxito académico de los estudiantes universitarios y demostró empíricamente cómo, al aplicar la técnica didáctica del buen humor por parte del docente, se influye en la calidad de los aprendizajes. Por su parte, Pérez y Pérez (2016) destacan el valor de la comunicación en el aula para la mejora del autoconcepto y autocontrol del profesorado, la atención, la comunicación y la memoria de los alumnos y favorece un mejor clima de aula que beneficia al proceso de enseñanza-aprendizaje. Por lo que resulta importante que los profesores elaboren sus propios recursos humorísticos digitales para crear una base de datos, donde se incluyan viñetas, posters, vídeos y cómics. Y Santos (2017) aplica los fundamentos teóricos de la psicología positiva y del sentido del humor como una de sus fortalezas como propuesta de intervención para el trabajo cotidiano en el aula infantil.
Como el humor es un recurso didáctico inmaterial es más preciso considerarlo como un mediador para el desarrollo y enriquecimiento del proceso de enseñanza aprendizaje (Enciclopedia Colaborativa Cubana, 2017). En este caso se asume que el adjetivo mediador significa un intermediario entre el profesor y sus alumnos para lograr un objetivo docente.
Fernández (2017) afirma que enseñar significa emocionar, la letra con risa entra, río luego aprendo, riendo aprende la gente. La importancia del humor y la risa en el proceso de enseñanza aprendizaje requiere de más análisis y reflexión del que se ha hecho hasta ahora. En la nueva educación del siglo XXI ha de colocarse el humor entre las competencias, habilidades y destrezas. El humor comporta muchas veces la risa o la sonrisa y también en ocasiones se relaciona con la emoción de la alegría. La alegría crea vínculo, abre, flexibiliza, energetiza, provoca una buena disposición de ánimo, una trama afectiva positiva y una resonancia emocional contagiosa. Son importantes no únicamente para el estudiantado, sino también para el personal docente, y no solo en la relación profesorado - estudiante. Emplearlos es oportuno y si no se hace por conciencia, quizás deba hacerse, al menos, por conveniencia.
A partir de la revisión del estado del arte sobre la aplicación del humor en la educación, se puede afirmar que constituye un recurso valioso convenientemente fundamentado con argumentos científicos pertinentes y con experiencias prácticas que así lo confirman. El sentido del humor constituye una cualidad personal del profesor que facilita su utilización en el proceso docente. Su generalización ha sido favorable en todos los niveles de enseñanza y en los diferentes grupos etáreos por su efecto beneficioso en lo cognitivo y en lo afectivo. La existencia de determinados prejuicios sobre el carácter poco serio del humor ha provocado su menosprecio por algunos docentes y directivos. Aunque existe consenso y cierta experiencia práctica en la utilidad del humor como recurso didáctico en el aula, son aún insuficientes los resultados investigativos que permiten caracterizarlo en determinados contextos socioculturales, como es el caso del proceso de enseñanza aprendizaje universitario cubano.
Materiales y métodos
El carácter exploratorio de este estudio condiciona que sea predominantemente descriptivo y que la información empírica obtenida es aún incipiente, por no haber encontrado antecedentes investigativos sobre este tema en el país. Las técnicas empíricas aplicadas estuvieron orientadas a conocer los criterios y experiencias de algunos profesores universitarios en la utilización del humor dentro del proceso de enseñanza aprendizaje de las asignaturas que imparten, por lo que se solicitó la participación voluntaria de 42 docentes de la Universidad de Holguín, procedentes de diferentes departamentos docentes que enseñaban sus materias en varias carreras. Se les aplicó un cuestionario escrito que tuvo en cuenta los siguientes indicadores: sexo, años de experiencia como docente universitario, si utiliza en humor en el aula, los beneficios o dificultades que le ha provocado, si ha tenido alguna preparación previa para aplicarlo y la descripción sucinta de alguna experiencia que considere valiosa.
También se consideró interesante evaluar la existencia del sentido de humor en dichos profesores, por lo que se les aplicó la Escala Multidimensional del Sentido del Humor, creada por Thorson, Powell, Sarmany-Schuller y Hampes (1997) y validada posteriormente por Carbelo (2006) en España, Cassaretto y Martínez (2009) en el Perú y Villareal y González (2012) en México. Se utilizó la versión de Carbero (2006) por ser la que mejor se adecuaba al estudio exploratorio realizado. Esta escala contiene 24 afirmaciones (reactivos) divididas en tres dimensiones:
1º Competencia o habilidad para utilizar el humor: describe la capacidad para generar y usar el sentido del humor en situaciones sociales. Incluye características de un humor activo, evalúa la capacidad de la persona para crear humor, además de disfrutarlo.
2º El humor como mecanismo de control de la situación: aparece cierto control o autodominio a través del sentido del humor. El humor se contempla de manera menos activa y más valorativa. Es decir, aunque una persona no manifieste una conducta activa, puede identificar el humor y apreciarlo como una ayuda, e incluso alivio para interpretar los sucesos de la vida y afrontar las situaciones difíciles. Es adaptativo o de afrontamiento, en el sentido de utilizar estrategias o tener capacidad para ayudar a afrontar situaciones difíciles e incluye elementos que se corresponden con la percepción que tiene una persona de control de la situación cuando se utiliza el humor, ayudando así a regular la tensión y percibir la situación de manera más relajada.
3º La valoración social y actitudes hacia el humor: muestra el sentido del humor como mecanismo mediador en las relaciones sociales, facilitando o dificultando el uso que se hace de las distintas formas y usos del humor: chiste, comics y cómicos.
Los sujetos se autoevaluaron cada afirmación en una escala que va desde muy de acuerdo, de acuerdo, indiferente, en desacuerdo y muy en desacuerdo, que permite conocer su opinión y actitud hacia el humor como expresión de su sentido del humor. En la calificación de las respuestas se utilizó la escala Likert con valores de 5 a 1 en los reactivos directa e inversa, que se resumen en la tabla 1.
Calificaciones | Valor de los reactivos directos | Valor de los reactivos inversos |
---|---|---|
Muy de acuerdo | 5 | 1 |
De acuerdo | 4 | 2 |
Indiferente | 3 | 3 |
En desacuerdo | 2 | 4 |
Muy en desacuerdo | 1 | 5 |
Fuente: Elaboración propia del autor
Total de reactivos: 24
Puntaje máximo posible: 24x5= 120
Puntaje mínimo posible: 24x1= 24
Puntaje medio: 24x3= 72
Resultados y discusión
Los datos obtenidos en el cuestionario revelan que, en el grupo de profesores universitarios, 28 (67%) son del sexo femenino y los 14 restantes (33%) del masculino, como reflejo del predominio femenino en el claustro de docentes de la Universidad de Holguín.
Los profesores poseen una experiencia docente variada, que va desde uno a cinco años hasta más de treinta, con una mayor cantidad en el intervalo de 11 a 15 años (tabla 2).
1-5 | 6-10 | 11-15 | 16-20 | 20-25 | 26-30 | Más 30 | Total |
---|---|---|---|---|---|---|---|
10 | 4 | 15 | 8 | 1 | 1 | 3 | 42 |
Fuente: elaboración propia del autor
La gran mayoría utiliza el humor en el aula, pues el 90,4% lo hace siempre o a veces, solo el 9,5% no lo aplica nunca (tabla 3).
Con respecto a los beneficios que le ha ofrecido la aplicación del humor en el proceso de enseñanza aprendizaje, brindan las siguientes consideraciones personales:
Relaja las tensiones en el aula.
• Rompen esquemas.
• Amenizan la clase.
• Atraen la atención de los alumnos.
• Crea un ambiente agradable en el aula.
• Cambio de actividad.
• Apoyo en las nuevas tecnologías.
• Incrementan la comunicación con los alumnos.
• Salir de la rutina.
• Logra confianza en los alumnos.
• Estimula el proceso de enseñanza aprendizaje.
• Crea un clima sociopsicológico favorable.
• Atiende las diferencias individuales.
• Mejora la comprensión de los contenidos.
• Consolida las relaciones interpersonales.
• Mejora comunicación interpersonal.
• Logra la empatía con los alumnos.
• Flexibiliza la docencia.
• Activa el intelecto de los alumnos.
• Rompe la monotonía en el aula.
• Refresca el ambiente.
• Revierte el cansancio en el aula.
Estos criterios están basados solamente en la experiencia individual de ellos, ya que ninguno ha recibido una capacitación profesional para utilizar el humor en la clase. De ellos, solo el 7% valora que le ha provocado dificultades en el aula debido a la incomprensión del chiste, al hacerlo en un momento inoportuno.
En cuanto a las experiencias concretas sobre la utilización del humor en el aula, exponen que han sido la aplicación de técnicas participativas, juegos didácticos, chistes, el apoyo en un programa humorístico de la televisión, cuentos populares, caricaturas, anécdotas, canciones, expresiones faciales, historias, el aprovechamiento de situaciones en el aula, ironías y obras de arte con contenido humorístico.
Los datos aportados por el cuestionario permiten afirmar que el humor constituye un recurso didáctico utilizado de manera frecuente por la gran mayoría de los profesores que se les aplicó el cuestionario, a pesar de no haber recibido una capacitación específica para hacerlo, lo aplican de manera empírica, pero efectiva por los beneficios logrados dentro del proceso de enseñanza aprendizaje.
Los valores obtenidos de las respuestas de cada profesor a los reactivos de la Escala Multidimensional del Sentido del Humor fueron agrupados en intervalos que van desde los puntajes mínimos, medios y máximos (tabla 4).
Intervalos puntajes | 70-80 | 81-90 | 91-100 | 101-110 | 111 | Total |
Profesores | 4 | 14 | 15 | 7 | 2 | 42 |
Fuente: elaboración propia del autor
Se constata que solo cuatro profesores se ubican en los valores del intervalo de 70 a 80 puntos, la mayoría, el 69%, está entre 81 y 100 puntos y nueve profesores en el intervalo que va de 101 a 111 puntos, lo que refleja la existencia en ellos del sentido del humor como cualidad personal en diferentes niveles de desarrollo.
En el caso de los cuatro profesores que declararon no haber utilizado nunca el sentido del humor en el aula los valores alcanzados en el puntaje son respectivamente de 73, 80, 93 y 98, lo que revela que también poseen sentido del humor en diferentes niveles de desarrollo.
Conclusiones
El estudio exploratorio aportó una información empírica primaria, preliminar e interesante sobre la utilización del humor en el proceso de enseñanza aprendizaje universitario en la ciudad de Holguín, que se corresponde con su identidad cultural. En tanto, constituye un primer acercamiento en el estudio científico de este tema en el país, necesita de su continuidad con objetivos más amplios y abarcadores a otras universidades. Los datos obtenidos se corresponden, en general, con lo aportado por otros investigadores en diferentes contextos sociales y reflejan las experiencias de los profesores en la utilización del humor como recurso didáctico de manera efectiva en el aula. Se constató también en los profesores el desarrollo del sentido del humor como cualidad personal en diferentes niveles de desarrollo, lo que constituye una potencialidad valiosa para perfeccionar y sistematizar el uso del humor como recurso didáctico. Existen potencialidades en los docentes aún no explotadas suficientemente, porque hasta ahora lo han aplicado solo de manera intuitiva, sin una capacitación previa que les permita una mejor preparación para hacerlo de un modo más profesional. Es decir, sobre bases empíricas y no sobre fundamentos que ya constituyen regularidades científicas sobre el empleo del humor en la educación.