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Revista Universidad y Sociedad

versión On-line ISSN 2218-3620

Universidad y Sociedad vol.7 no.2 Cienfuegos mayo.-ago. 2015

 

ARTÍCULO ORIGINAL


 

El acercamiento genético creador en el análisis de Oda al Niágara: Reflexiones didácticas sobre el rescate de un método


The creative genetic rapprochement in the analysis of Ode to the Niagara: Didactic reflections on the rescue of a method




MSc. Esperanza Andrea Madruga Torreira, Dra. C. Arelys Rebeca Álvarez González, MSc. Dulce María Núñez Sobrino

Universidad de Cienfuegos. Cuba.





RESUMEN

En el currículum de la carrera Licenciatura en Estudios Socioculturales no se cuenta con asignaturas instrumentales que aporten conocimientos acerca de los fundamentos para el análisis de los recursos del lenguaje y la teoría de la literatura, ni las metodologías para el análisis de la obra literaria, lo que condiciona la necesidad de que en las clases de literatura se ofrezcan al estudiante métodos científico - literarios que le permitan profundizar en el estudio de la obra literaria, en la misma medida, en que desarrollan la motivación por el acto lector y su promoción. Es objetivo del presente trabajo exponer cómo desde el acercamiento genético creador aportado por Luri Bórev en sus métodos modernos de estudio de la obra literaria es posible profundizar en la lectura y comprensión de textos de diferente naturaleza, en especial los poéticos, como se demuestra en el análisis genético creador de "Oda al Niágara" del poeta cubano José María Heredia.


Palabras clave: Currículum, métodos de análisis literario, acercamiento genético creador.


ABSTRACT


No instrumental subjects providing contributions to the knowledge about the foundations for the analysis of language resources, the literary theory or the methodologies for the analysis of a literary work, are planned in the Socio-cultural Major curriculum. Thus, there is a need for the lessons of Literature to offer students with scientific-literary methods so that they can deepen in the study of literary works at the same time they develop motivation towards reading and its promotion. The aim of the current article is to show how it is possible to depend in reading and reading comprehension of texts of different nature through the creative genetic rapprochement contributed by Luir Bórev in his modern methods for literary analysis; specially for poetry analysis as shown in the creative genetic analysis of "Ode to the Niagara" by the Cuban poet José María Heredia.    


Keywords: Curriculum, methods of literary analysis, creative genetic rapprochement.





INTRODUCCIÓN


Acercarse a la lectura profunda o inteligente de un texto reclama entrar en las claves de su escritura, de ahí, la significación del dominio de los métodos de análisis de la obra literaria cuando el texto que constituye el objeto de estudio responde a esta naturaleza.


La preocupación de docentes y otros especialistas por las carencias que en el desarrollo de hábitos de lectura presentan los estudiantes, entre ellos incluidos los universitarios, es una constante de la práctica pedagógica y la investigación. Aportes a nivel internacional en esta materia son los de Charneaux (1992) y los de Solé (1993); la primera, fundamenta cómo fomentar la promoción de hábitos de lectura, mientras la segunda, propone estrategias para antes, durante y después de la lectura, referentes de consulta obligatoria.


A nivel nacional, en la mirada crítica no deben faltar los criterios de Mañalich, 1999; Grass, 1999; Hernández; Puentes, & Domínguez, 1999; Maggi, 1999; González, 2000; Montaño, 2006, entre otros, quienes apuntan argumentos sobre los métodos modernos para el estudio de la obra literaria y el acercamiento a la comprensión y asimilación de textos literarios de varios estilos.


En el tratamiento del tema a nivel local son relevantes los estudios de Pérez, 2002; Pérez; 2003 & Torres, 2003, 2007, quienes han investigado en la literatura local y en propuestas metodológicas y estudios acerca de la promoción de la lectura en diferentes niveles de enseñanza, entre ellos Secundaria Básica y la Educación Superior. Todos estos trabajos son referentes teóricos y metodológicos que se tomarán en consideración como antecedentes para este nuevo acercamiento al análisis textual.



DESARROLLO


La metodología científico-literaria en el Método Sistémico Integral con sus cuatro niveles: cosmovisivo, contactual, operacional y conceptual y los acercamientos del nivel contactual constituye un recurso eficaz para propiciar la comprensión de los textos de literatura cubana en el programa de igual nombre en la Licenciatura en Estudios Socioculturales, carrera acreditada en la Universidad de Cienfuegos, Cuba.


El nivel contactual, en el método referido, ofrece "los acercamientos que garantizan el contacto directo del investigador con el objeto. Puesto que el objeto de la investigación científico literaria es voluminoso y multifacético, los acercamientos a este pueden ser diferentes y el contacto analítico con el mismo se realiza desde diferentes ángulos". (Bórev, 1985, pp. 53-54)


Ente los acercamientos propuestos por el crítico e investigador soviético Bórev se encuentran:


El análisis integral de un texto literario exige que todos los acercamientos propuestos sean tomados en consideración. Pero en el estudio de Oda al Niágara del primer romántico del parnaso americano, José María Heredia, se hará énfasis en el presente trabajo en el acercamiento genético creador.

¿Por qué la jerarquización de este acercamiento?


Cuando el estudiante de 3er año de la Licenciatura en Estudios Socioculturales llega al estudio del Romanticismo en Cuba, ya conoce sus caracteres generales y sus elementos distintivos en Europa y América; en Europa por los conocimientos de Literatura General adquiridos en la etapa del bachillerato y en Literatura Latinoamericana, como asignatura precedente en el currículum universitario, aunque ya se había acercado a este movimiento en las clase de Literatura Cubana al cursar el 9no. Grado, lo que en el orden didáctico se convierte en condiciones previas para el estudio del nuevo contenido.


Es entonces responsabilidad del profesor aplicar los procedimientos que permitan al estudiante asumir los nuevos conceptos y para ello, es recomendable partir de un análisis comparativo que permita definir génesis o surgimiento del movimiento, sus condicionantes histórico - sociales y artísticas; sus principales características, así como sus autores y obras representativas.


Pero la naturaleza social del hecho artístico también exige se tome en consideración el principio de continuidad y ruptura en los estudios literarios, por lo que se presentarán los nuevos contenidos en la justa valoración del contexto en que fue creado el movimiento literario y por consiguiente, sus productos artísticos.


Examinar el Romanticismo en Cuba como parte de los contenidos del currículum de la Literatura Cubana para la carrera de Estudios Socioculturales permitirá desde el presupuesto o filosofía de la interdisciplinariedad que el estudiante caracterice con ayuda de los conocimientos adquiridos en la asignatura Historia de Cuba el contexto histórico social en que se produce el movimiento y aportar desde Cultura Cubana la caracterización del Romanticismo como movimiento artístico.


Entre los nuevos conocimientos de este nivel está la periodización del movimiento en Cuba, sus generaciones. Ubicará en el contexto a José María Heredia. Pero el estudiante también ya se ha familiarizado con su obra Oda al Niágara. ¿Qué nuevas motivaciones emplear para estimularlos para el estudio?


En virtud del acercamiento genético creador se sitúa al estudiante en condiciones de analizar que existen dos versiones del textos de la obra poética y una carta a su tío Ignacio fechada en Manchester, 17 de junio de 1824, que permiten comprender la honda impresión que causara las cataratas del Niágara al joven poeta, y desde el punto de vista del examen crítico, es posible entonces profundizar en las relaciones entre el texto en versos y la prosa de la carta, en esencia, también poética en varios momentos.


El empleo de la metodología científico – literaria para el análisis, además, de propiciar un camino para el estudio de la Oda al Niágara, se convierte en un recurso didáctico para promover la lectura del texto.


¿Qué elementos aporta la carta para el análisis del poema Oda al Niágara?


En la carta cuenta el joven Heredia la profunda emoción que recibió ante el espectáculo de la grandiosidad de las cataratas del Niágara: "Mis ojos se han saciado contemplado la maravilla de la creación, el espectáculo más sublime que ofrece la naturaleza salvaje sobre la tierra". (Sosa, 1980, p.55)


Dos días antes había salido de Lewiston bien temprano en la mañana: "Desde las alturas se goza de una extensa vista sobre el Niágara, que corre estrechado entre barrancas altísimas…" (Sosa, 1980, p.55) y más adelante añadió lo siguiente:


"Paréme, y por algunos minutos me fue imposible distinguir mis propias sensaciones en la confusión que me causó el sublime espectáculo. El inmenso río pasaba rugiendo por delante de mí, y casi a mis pies se despeñaba desde una altura prodigiosa: las aguas, deshechas en ligero rocío al golpe violentísimo, subían remolinadas en tremendas columnas, que a veces se extendían por todo el abismo, y ocultaban parte de la escena. El trueno profundo de las cataratas asordaba mi oído, y el arco iris, alzado sobre el precipicio, era lo único que veía distintamente en aquella confusión espantosa". (Sosa, 1980, p.56)


Pero el anuncio de José María revela que ya fue escrito el poema: "Por el rudo bosquejo que acompaña a esta carta, conocerás mejor que por la menuda descripción, la forma de las cataratas y sus inmediaciones". (Sosa, 1980, p.57) anunciaba así la existencia de la primera versión de Oda al Niágara.


Una lectura atenta de la carta permite comprender las ideas en ellas expuestas y apreciar los valores de este texto como joya en prosa poética:


"…ver en aquel torrente la imagen de mis pasiones y de las borrascas de mi vida. Así como los rápidos del Niágara, hierve mi corazón en pos de la perfección ideal que en vano busco sobre la tierra. Si mis ideas, como empiezo a temerlo, no son más que quimeras brillantes, hijas del acaloramiento de mi alma buena y sensible, ¿por qué no acabo de despertar de mi sueño¿ ¡Oh!, ¿cuándo acabará la novela de mi vida para que me empiece su realidad?" (Sosa, 1980, p. 59)


Heredia no solo contempló la naturaleza, sino fue capaz de identificarse con ella; paisaje y sentimientos se funden y las palabras que nacen expresan esa intensa relación propia de los nacientes caracteres del Romanticismo.

¿Qué diferencias existen entre la primera versión y la versión definitiva de Oda al Niágara?


No es posible fechar la versión definitiva del texto, pero sí su primera, nació el día 15 de junio de 1824, allí frente a la majestuosidad del Niágara, calificativo empleado por el propio poeta. En este análisis se producirá un acercamiento al texto de la edición de 1825, que en el decir de Ángel Augier algunos críticos la consideran como la mejor y a la de Toluca en 1932, que es la más conocida.


En la antología sobre la obra poética de José María Heredia, compilada y prologada por Ángel Augier y publicada en 1993 el crítico considera a esas ediciones de la siguiente forma: la primera (de 1824 y editada en 1825) y la definitiva (la editada en 1832) criterio que se asume por las autoras de este trabajo.


"Sabido es que Heredia escribió «Niágara», como improvisación o casi inmediatamente después de haberla compuesto, en el álbum donde firmaban y expresan sus impresiones los visitantes de la catarata, pero hasta ahora han sido inútiles todas las pesquisas realizadas para hallar e texto primitivo". (Augier, 2003, p. 379)


La primera versión del texto objeto de estudio consta de once estrofas, mientras la definitiva de doce. En ambas versiones la estructura estrófica es similar, en algunos momentos se trata de octavas reales, en otras, el número de versos en la estrofa es mayor.


Un análisis comparativo, a manera de cotejo entre las dos versiones, permite apreciar lo siguiente:


1ra estrofa: coincide en ambas versiones el número de versos; se trata de dos octavas reales. En la primera versión, su primera palabra es: dadme, mientras en la segunda, templad, las dos formas verbales en imperativo expresan una invocación: dadme mi lira… y templad mi lira…porque siente arder su inspiración. La grandiosidad del Niágara ha estimulado su creación poética.


A propósito de los versos iniciales de a composición expresó Padura Fuentes (2013,p.353) que: "Comienza la famosa oda, celebrando la llegada de la inspiración que ha despertado el espectáculo de la naturaleza para luego, en un giro imprevisto de un discurso laudatorio de la fuerza y el esplendor de la catarata, tocar la esencia perseguida".


En el cuarto verso de la segunda versión un cambio en cuanto al número, del singular al plural, marca la diferencia en el sustantivo: tiniebla / tinieblas; en el 5to verso emplea el primer epíteto de la composición: Niágara undoso y el 6to verso expresa el mayor cambio, no solo por la inversión de los términos que lo constituyen, sino por cambios semánticos en las ideas: Sola tu faz sublime ya podría… / Tu sublime terror sólo podría…


En oposición léxica: faz sublime/ sublime terror, puede ser la faz sublime, pero no el terror sublime.


2da estrofa: con diecisiete versos en la versión que se ha consultado: José María Heredia. Obra Poética. Compilación y prólogo de Augier (2003, p. 230-238) con cambios en los versos siguientes: número cuatro, Y déjame mirar tu faz serena, / Déjame contemplar tu faz serena, (…) la primera versión inicia con la conjunción y se emplea el infinitivo mirar; en la versión segunda, ese infinitivo es sustituido por contemplar, los dos funcionan como sinónimos, aunque con mayor elegancia el último.


En el verso once el cambio se expresa entre el artículo el y la contracción al: Palpitando gocé: vi el Oceano, / Palpitando gocé: vi al Oceano,…


En el verso doce: Azotado del austro proceloso, / Azotado por austro proceloso,… el cambio se produce entre la contracción del y la preposición por, lo que agudiza la manera en que el sujeto lírico percibe la inmensidad del océano.


En el verso número dieciséis se presenta una inversión en sus palabras: Y sus iras amé: mas su fiereza / Mas del mar la fiereza para reafirmar que la impresión que le causado las cataratas es superior a la fiereza del mar.


El siguiente verso: En mi alma no dejara / En mi alma no produjo cambia una forma verbal, pero también su tiempo; produjo desde el punto de vista semántico ofrece mayor precisión a la idea.


3ra estrofa: en el verso primero Corres sereno y majestoso, y luego / Sereno corres, majestoso; y luego… se produce un cambio en la posición de la forma verbal corres, lo que marca un valor de epíteto.


En el segundo verso: En áspero peñasco quebrantado, / En ásperos peñascos quebrantado… se produce un cambio en el número de la pareja de adjetivo + sustantivo ásperos peñascos, en plural en la versión definitiva.


El verso octavo: En vagos pensamientos se confunde / En vago pensamiento se confunde… expresa nuevamente un cambio en el número de la pareja de adjetivo + sustantivo vagos pensamientos, en plural en la primera versión.


En el verso nueve: Al contemplar la férvida corriente / Al mirar esa férvida corriente,… el cambio se produce en el inicio del verso con el cambio de contemplar por mirar, desde el punto de vista semántico la diferencia es tenue, solo en la intensidad de la acción.


El onceno verso: En su vuelo seguir al ancho borde / En su vuelo seguir al borde oscuro…cambia los adjetivos ancho por oscuro y en la segunda composición lo coloca detrás del sustantivo con lo que queda en la mente del lector lo intenso de la oscuridad.


En el verso trece el cambio se produce en la versión definitiva: rápido por rápidas, pero no solo se trata del género y el número plural, obedece a la lógica de la idea que expresa el símil, las olas pasan rápidas como el pensamiento, idea que se expresa así en la primera versión, los versos en análisis son: Cual pensamiento rápido pasando, y Cual pensamiento rápidas pasando,…


Los versos catorce y quince tienen ubicada una coma en la primera versión que en la definitiva no aparecen porque no marcan un uso obligatorio de la puntuación: la primera, está ubicada en el lugar de la pausa versal y la segunda, la sucede la conjunción y.


4ta estrofa: contiene doce versos y en siete de ellos se presentan modificaciones entre una y otra versión. En el primer verso: Mas llegan…saltan…El abismo horrendo / ¡Ved! ¡Llegan, saltan! El abismo horrendo… la versión definitiva estilísticamente es más depurada, el empleo del modo imperativo y la exclamación llaman con fuerza la atención del lector, no así la suavidad que expresa la conjunción mas y la forma verbal llegan en presente de indicativo.


No solo las palabras cambia en el quinto verso, sino también la idea, no es igual el golpe violento, que refuerza el empleo del superlativo, al caer las olas sobre las peñas, que la posición rígida de estas últimas como lo expresan los versos: Al golpe violentísimo en las peñas / En las rígidas peñas… estos cambios marcan el inicio de los que se producirán entre el sexto y el décimo verso en ambas versiones y que reafirman las relaciones contenido – forma:


Al golpe violentísimo en las peñas

Rómpese el agua, y salta, y una nube

De revueltos vapores

Cubre el abismo en remolinos, sube,

Gira en torno, y al cielo

Cual pirámide inmensa se levanta…

Rómpese el agua: vaporosa nube

Con elástica fuerza

Llena el abismo en torbellino, sube,

Gira en torno, y al éter

Luminosa pirámide levanta…


La lectura detenida de ambos fragmentos poéticos permite al lector apreciar con nitidez el efecto que produce el choque del agua contra las peñas y la nube que se forma, su fuerza, toda un drama ante la vista del hombre; no se llena el abismo de los remolinos que pudieran estar en otras corrientes del agua, se llena en torbellino, con su fuerza cuando gira puede levantar una luminosa pirámide, como dice el poeta en la versión definitiva en la que ya abandonó el símil final.


5ta estrofa: también una octava real, presenta solo un cambio en el verso segundo: Con inquieto afanar?¿Por qué no miro / Con inútil afán?¿Por qué no miro… la selección del adjetivo inútil condensa más la idea de la lejanía de la patria que añora el poeta ante esa contemplación intensa de la naturaleza; está muy lejos y en condición de destierro, lo que no olvida en esos instantes; el cambio en afán por afanar produce un cierre semántico más elevado, en correspondencia con la idea que quiere expresar.


6ta estrofa: con doce versos en cada composición, solo cambia en el verso nueve la conjunción y por una coma; en la primera versión la conjunción enlaza dos adjetivos, es decir están en un mismo nivel, mientras la coma empleada en la serie ofrece énfasis y mayor ritmo:


El alma libre, generosa y fuerte / El alma libre, generosa, fuerte…


En esta estrofa el poeta recuerda entre otros elementos las palmas de la patria, y como bien dijera, nada falta al Niágara, hasta allí pudo llegar el alma generosa y libre que ante la hermosura de la naturaleza puede elevarse espiritualmente como hombre; dicen esos versos: Menosprecia los frívolos deleites, / El mezquino deleite menosprecia,…


7ma estrofa: en la primera versión con once versos y en la definitiva con siete, excepto en el primero de los versos donde coinciden algunos términos los restantes son diferentes; en ese verso con el empleo de una exclamación se invoca a Dios: ¡Dios, Dios de verdad! en otros climas / ¡Omnipotente Dios! En otros climas… para seguidamente explicar qué en otras tierras se blasfema su nombre y se llama a los hermanos al enfrentamiento hostil sin razón que lo justifique. Está lejos el poeta pero no olvida a Cuba donde ya se ha descubierto su participación en la conspiración Rayos y Soles de Bolívar.


8va estrofa: una octava real en la primera versión y una composición con doce versos la definitiva. Es a partir de este momento cuando se producen los mayores cambios: el primero y segundo verso de la versión definitiva son de nueva creación, mientras los restantes repiten la estrofa siete de la primera versión, con ligeros cambios en los versos tres, siete, diez y once:


Oí mentidos filósofos, que osaba / Vi mentidos filósofos, que osaban Por eso siempre te buscó mi mente/ Por eso te buscó mi débil mente


En la inmensidad que me circunda, /En esta inmensidad que me /circunda,


Y tu profunda voz baja a mi seno / Y tu profunda voz hiere mi seno


Como se puede apreciar el poeta muestra profundo dolor, no oyó a los filósofos que mentían, sino los vio y no pudo actuar, por eso se censura y dice creerse débil ante la inmensidad que lo circunda y que lo hiere; es esa la aplastante soledad del desterrado.


9na estrofa: en la versión primera es diferente a la segunda, en esta última repite íntegramente la estrofa octava de la primera versión. Doce versos componen la primera y los versos cinco, seis, siete, nueve y diez muestran cambios con los que aparecerán en la estrofa definitiva número diez:


 Miro tus aguas que incansables corren,

 Como el largo torrente de los siglos

 Rueda en la eternidad: así del hombre

 Pasan volando los floridos días,

 Y despierta al dolor… ¡Ay! ya agostada

 Siento mi juventud, mi faz marchita,…


Compara Heredia la corriente impetuosa de las aguas de la catarata con el decursar del tiempo y de la vida del hombre, del tránsito de los alegres días de la juventud a los de la vida marchita y triste; las circunstancias difíciles de la época que le toca vivir y que en más de una ocasión denominaría "la novela de mi vida" son expresión de su infinito dolor.


10ma estrofa: con diecisiete versos la primera versión y trece versos la definitiva, que a su vez repite los versos de la novena de la versión inicial, donde en los cambios se resalta la idea no de la tristeza, sino de su juventud que muere (yace, en palabras del poeta) por la profunda pena que lo agita y nubla sus sentidos.


Los versos de la estrofa inicial le han servido para reforzar el dolor ante el destierro, sin patria y sin amores, solo ante él llanto y dolor; se puede apreciar el empleo del pronombre posesivo mi repetido siete veces, tres de ellas, con valor anafórico y siempre para reiterar la idea de la soledad; también en la añoranza por un amor digno de él aparece el mí, pronombre personal, así lo dice el texto poético:


Nunca tanto sentí como este día

Mi mísero aislamiento, mi abandono

Mi lamentable desamor… ¿Podría

Sin amor ser feliz…? ¡Oh! ¡si una hermosa

Digna de mí me amase,

Y de este abismo al borde turbulento

Mi vago pensamiento.

Y mi andar solitario acompañase!

De leve palidez, y ser más bella

Al sostenerla en mis amantes brazos…!

¡Delirios de virtud…! ¡Ay! desterrado,

Sin patria, sin amores,


11na estrofa: en la versión primera es la última del texto y tiene once versos que se repiten con igual número en la doce y final, de la versión definitiva, aunque con cambios en comparación algunos versos como más adelante se comentará. La estrofa oncena en la composición definitiva se corresponde con la décima de la primera y también recoge algunos cambios en sus versos, en especial el ya referido sobre el empleo del pronombre posesivo mi; añade también el poeta el deseo de la compañía de la enamorada y su presencia entre sus brazos al contemplar la majestuosidad del lugar, pero la realidad contrasta y el desterrado está solo, sin amores, sin patria, con llanto y dolor.


El poeta siente que pronto morirá, pero que podrá ser recordado por otro viajero al contemplar las cataratas, es un final de premonición: miles de viajeros ante el Niágara siempre recuerdan y recordarán a Heredia como su gran cantor:


 … ¡Duren mis versos

Cual tu gloria inmortal! Pueda piadoso

 Al contemplar tu faz algún viajero,

Dar un suspiro a la memoria mía,

Y yo, al hundirse el sol en occidente,

Vuele gozoso do el Criador me llama,

Y al escuchar los ecos de mi fama

 Alce a las nubes la radiosa frente.


12ma estrofa: en la versión definitiva constituye la estrofa de cierre, también tiene once versos y algunos cambios con respecto a la primera versión, por ejemplo: en el segundo verso el poeta se despide del Niágara:


 ¡Adiós! ¡Adiós! Dentro de pocos años

Ya devorado habrá la tumba fría

A tu débil cantor. ¡Duren mis versos

Cual tu gloria inmortal! ¡Pueda piadoso

Viéndote algún viajero,

Dar un suspiro a la memoria mía!


Quince años después, "…Pobre, enfermo, con más años aparentemente que los treinta y cinco apenas cumplidos (…) falleció el poeta el 7 de mayo de 1839". (Augier, 2003, XXX) Pero una idea sí ha quedado grabada para la posteridad: sus versos al Niágara permanecen como la gloria inmortal de las cataratas que él inmortalizara con su canto y por lo que todos, poetas y no poetas, ante ellas lo recuerdan.


Del análisis del texto poético a su enseñanza: ¿qué hacer y cómo hacerlo?


Como se ha declarado las páginas descritas persiguen como objetivo no solo el análisis de "Oda al Niágara" a la luz del acercamiento genético creador, sino tienen una marcada intencionalidad didáctica: ¿cómo enseñar al Licenciado en Estudios Socioculturales en formación el camino para el estudio más acabado de los textos literarios? En el propio proceso de enseñanza aprendizaje deberá buscarse la respuesta.


Pero en el currículum de la carrera Licenciatura en Estudios Socioculturales no se cuenta con asignaturas instrumentales que aporten conocimientos acerca de los fundamentos para el análisis de los recursos del lenguaje y la teoría de la literatura, ni las metodologías para el análisis de la obra literaria, lo que condiciona la necesidad de que en las clases de literatura se ofrezcan al estudiante métodos científico - literarios que le permitan profundizar en el estudio de la obra literaria, en la misma medida, en que desarrollan la motivación por el acto lector y su promoción.


Como apuntara Mañalich (1999, p.136) "el texto literario para ser «aprehendido», asimilado en el proceso docente debe ser analizado desde diversos ángulos: gnoseológico, lógico, psicológico y metodológico" por lo que los métodos y procedimientos didácticos deben ser conjugados con los métodos de la ciencia literaria (historia - teoría - crítica)


El análisis del texto "Oda al Niágara" en sus dos versiones conocidas con la aplicación del acercamiento genético creador propicia la profundización en el estudio de las ideas expresadas por el poeta y de los recursos lingüísticos que las refuerzan y es posible apreciar cómo en la medida en que la comparación entre uno y otro texto avanza, la apreciación de las palabras que reiteran las ideas y de los recursos expresivos que las portan, permiten determinar las palabras claves y sus relaciones en el proceso de comprensión textual.


"Oda al Niágara" como texto romántico puede ser justamente apreciado desde la aplicación del acercamiento genético creador, en la justificación del porqué era necesario un término más exacto en la versión definitiva de la obra. Aspecto que desde la práctica de este acercamiento en el análisis literario aporta no solo conocimientos, sino herramientas didácticas que en lo sucesivo podrán convertirse en metodologías de trabajo para la comprensión y el análisis del texto literario.

Cuando el profesor Literatura Cubana, pone en contacto al estudiante con métodos de análisis donde se empleen los acercamientos descritos en este trabajo, no solo se contribuye al análisis profundo del texto poético y con él a su compresión eficiente, sino que se propicia la formación y desarrollo de sus habilidades como promotor cultural, en este caso particular, promotor de lectura, exigencia presente en su Modelo del Profesional, que pueden y deben ser atendidas desde el ejercicio docente, como se ha avalado por la práctica de la autora principal de estas reflexiones.


"Toda la filosofía de la vida de Heredia, – apuntó Padura Fuentes – la dolorosa situación de su exilio y sus sentimientos por la tierra que ya identifica como la patria, su capacidad de lograr la comunicación espiritual con la naturaleza, alcanzan en este poema un esplendor estético admirable, capaz de advertir de la altísima calidad lírica de joven que concibe estos versos. No es casual que Niágara haya sido el más traducido de los poemas de Heredia (la primera versión conocida es la inglesa, que se atribuye a William C. Bryant) y quizás el que le dio mayor fama y reconocimiento como poeta.


… su obra poética fue durante todo el siglo XIX uno de los estandartes de una nación decidida a conquistar su independencia. Hoy es uno de los tesoros de la sensibilidad cubana". (Padura, 2013, p.354)


CONCLUSIONES

La enseñanza de la Literatura Cubana en la Licenciatura en Estudios Socioculturales, con fundamentos en métodos de análisis de la ciencia literario, abre un espacio para el diálogo de saberes en el camino didáctico hacia la promoción de la lectura como fuente infinita de conocimientos y placer.

Desde el currículum de esta carrera, la Literatura Cubana además de contribuir al conocimiento de la cultura cubana, sus exponentes y obras representativas, permite el análisis y aplicación de la ciencia literaria, lo que enriquece las valoraciones tanto en el contenido como en la forma y la calidad de la lectura, así mismo de manera proporcionalmente directa contribuye la literatura a la formación integral de este especialista.

El estudio de la obra de José María Heredia, el primer romántico del parnaso cubano, y la aplicación práctica de los métodos modernos de análisis literario, en particular, el acercamiento genético propuesto por Iuri Bórev, constituye un recurso eficaz para la comprensión del texto literario, de sus versiones y los caracteres estéticos y lingüístico – literarios distintivos.


ANEXOS

A.1. "Oda al Niágara"


        Primera versión                                                                      Versión  definitiva

                    I                                                                                                   I

Dadme mi lira, dádmela, que siento                                    Templad mi lira, dádmela, que siento

En mi alma estremecida y agitada                                       En mi alma estremecida y agitada

Arder la inspiración. ¡Oh! ¡ cuánto tiempo                            Arder la inspiración. ¡Oh! ¡ cuánto tiempo

En tiniebla pasó, sin que mi frente                                      En tinieblas pasó, sin que mi frente

Brillase con su luz…! Niágara undoso,                                Brillase con su luz…! Niágara undoso,

Sola tu faz sublime ya podría                                           Tu sublime terror sólo podría

Tornarme el don divino, que ensañada                               Tornarme el don divino, que ensañada 

Me robó del dolor la mano impía.                                        Me robó del dolor la mano impía.        

                  II                                                                                                 II

Torrente prodigioso, calma, acalla                                      Torrente prodigioso, calma, acalla

Tu trueno aterrador: disipa un tanto                                   Tu trueno aterrador: disipa un tanto

Las tinieblas que entorno te circundan,                              Las tinieblas que entorno te circundan;

Y déjame mirar tu faz serena,                                            Déjame contemplar tu faz serena,

Y de entusiasmo ardiente mi alma llena.                           Y de entusiasmo ardiente mi alma llena.      

Yo digno soy de contemplarte: siempre                             Yo digno soy de contemplarte: siempre      

Lo común y mezquino desdeñando,                                   Lo común y mezquino desdeñando,

Ansié por  lo terrífico y sublime.                                          Ansié por  lo terrífico y sublime.

Al despeñarse el huracán furioso,                                      Al despeñarse el huracán furioso,

Al retumbar sobre mi frente el rayo,                                    Al retumbar sobre mi frente el rayo,

Palpitando gocé: vi el Oceano,                                          Palpitando gocé: vi al Oceano,

Azotado del austro proceloso,                                            Azotado por austro proceloso,        

Combatir mi bajel, y ante mis plantas                                Combatir mi bajel, y ante mis plantas 

Sus abismos abrir, y amé el peligro,                                  Sus abismos abrir, y amé el peligro.      

Y sus iras amé: mas su fiereza                                        Mas del mar la fiereza

En mi alma no dejara                                                              En mi alma no produjo

La profunda impresión que tu grandeza.                                La profunda impresión que tu grandeza.   

                          III                                                                                              III

Corres sereno y majestoso, y luego                                  Sereno corres, majestoso; y luego

En áspero peñasco quebrantado,                                      En ásperos peñascos quebrantado,  

Te abalanzas violento, arrebatado,                                    Te abalanzas violento, arrebatado, 

Como el destino irresistible y ciego,                                  Como el destino irresistible y ciego,  

¿Qué voz humana describir podría                                    ¿Qué voz humana describir podría

De la sirte rugiente                                                              De la sirte rugiente

La aterradora faz? El alma mía                                          La aterradora faz? El alma mía

En vagos pensamientos se confunde                                 En vago pensamiento se confunde

Al contemplar la férvida corriente                                      Al mirar esa férvida corriente,

Que en vano quiere la turbada vista                                   Que en vano quiere la turbada vista

En su vuelo seguir al ancho borde                                     En su vuelo seguir al borde oscuro

Del precipicio altísimo: mil olas,                                          Del precipicio altísimo: mil olas,

Cual pensamiento rápido pasando,                                   Cual  pensamiento  rápidas  pasando,

Chocan, y se enfurecen,                                                    Chocan, y se enfurecen   

Y otras mil, y otras mil ya las alcanzan,                           Y otras mil y otras mil ya las alcanzan,    

Y entre espuma y fragor desaparecen.                             Y entre espuma y fragor desaparecen.   

                        IV                                                                                            IV                      

Mas llegan…saltanEl abismo horrendo                          ¡Ved! ¡llegan, saltan! El abismo horrendo

Devora los torrentes despeñados:                                       Devora los torrentes despeñados:

Crúzanse en él mil iris, y asordados                                   Crúzanse en él mil iris, y asordados 

Vuelven los bosques el fragor tremendo.                           Vuelven los bosques el fragor tremendo. 

Al golpe violentísimo en las peñas                                 En las rígidas peñas     

Rómpese el agua, y salta, y una nube                              Rómpese el agua: vaporosa nube

De revueltos vapores                                                        Con elástica fuerza

Cubre el abismo en remolinos, sube,                                Llena el abismo en torbellino, sube,

Gira en torno, y al cielo                                                       Gira en torno, y al éter

Cual pirámide inmensa se levanta,                                     Luminosa pirámide levanta, 

Y por sobre los bosques que la cercan                                Y por sobre los bosques que le cercan

Al solitario cazador espanta.                                                Al solitario cazador espanta.

                  V                                                                                            V

Mas, ¿qué en ti busca mi anhelante vista                           Mas, ¿qué en ti busca mi anhelante vista 

Con inquieto afanar?¿Por qué no miro                             Con inútil afán?¿Por qué no miro    

Alrededor de tu caverna inmensa                                        Alrededor de tu caverna inmensa

Las palmas ¡ay! las palmas deliciosas,                                Las palmas ¡ay! las palmas deliciosas,

Que en las llanuras de mi ardiente patria                            Que en las llanuras de mi ardiente patria

Nacen del sol a la sonrisa, y crecen,                                   Nacen del sol a la sonrisa, y crecen,

Y al soplo de las brisas del Oceano                                     Y al soplo de las brisas del Oceano,

Bajo un cielo purísimo se mecen?                                        Bajo un cielo purísimo se mecen?

                 VI                                                                                              VI

Este recuerdo a mi pesar me viene…                                   Este recuerdo a mi pesar me viene…

Nada ¡oh Niágara! falta a tu destino,                                    Nada ¡oh Niágara! falta a tu destino,

Ni otra corona que el agreste pino                                        Ni otra corona que el agreste pino

A tu terrible majestad conviene.                                            A tu terrible majestad conviene.

La palma, y mirto, y delicada rosa,                                       La palma, y mirto, y delicada rosa,

Muelle placer inspiren y ocio blando                                     Muelle placer inspiren y ocio blando

En frívolo jardín: a ti la suerte                                               En frívolo jardín: a ti la suerte

Guardó más digno objeto y más sublime.                             Guardó más digno objeto y más sublime.

El alma libre, generosa y fuerte                                            El alma libre, generosa, fuerte

Viene, te ve, se asombra,                                                     Viene, te ve, se asombra,

Menosprecia los frívolos deleites,                                    El mezquino deleite menosprecia,

Y aun se siente elevar cuando te nombra.                           Y aun se siente elevar cuando te nombra.

                   VII                                                                                               VII

¡Dios, Dios de verdad! en otros climas                                 ¡Omnipotente Dios! En otros climas

mentidos filósofos, que osaban                                           Vi monstruos execrables,

Escrutar tus misterios, ultrajarte,                                           Blasfemando tu nombre sacrosanto,

Y de impiedad al lamentable abismo                                    Sembrar error y fanatismo impío,

A los míseros hombres arrastraban.                                     Los campos inundar en sangre y llanto,

Por eso siempre te buscó mi mente                                    De hermanos atizar la infanda guerra,

En la sublime soledad: ahora                                               Y desolar frenéticos la tierra.

Entera se abre a ti; tu mano siente

En la inmensidad  que me circunda,

Y tu profunda voz baja a mi seno

De este raudal en el eterno trueno.           

                   VIII                                                                          VIII

¡Asombroso torrente!                                               Vilos, y el pecho se inflamó a su vista

¡Cómo tu vista  mi ánimo enajena,                              En grave indignación. Por otra parte

Y de terror y admiración me llena!                              Vi mentidos filósofos, que osaban

¿Dó tu origen está? ¿Quién fertiliza                             Escrutar tus misterios, ultrajarte,

Por tantos siglos tu inexhausta fuente?                       Y de impiedad al lamentable abismo

¿Qué poderosa mano                                                A los míseros hombres arrastraban.

Hace que al recibirte                                                Por eso te buscó mi débil mente

No rebose en la tierra el Oceano?                               En la sublime soledad: ahora

                                                                           Entera se abre a ti; tu mano siente

                                                                           En esta inmensidad que me circunda,

                                                                           Y tu profunda voz hiere mi seno

                                                                           De este raudal  en el eterno trueno.

                    IX                                                                                   IX

Abrió el Señor  su mano omnipotente,                                             ¡Asombroso torrente!                                                                                                  

Cubrió tu faz de nubes agitadas,                                                     ¡Cómo tu vista  mi ánimo enajena,                                                

Dio su voz a tus aguas despeñadas,                                                Y de terror y admiración me llena!                                                  

 Y tornó con su arco tuterrible frente.                                              ¿Dó tu origen está? ¿Quién fertiliza                                              

  Miro tus aguas que incansables corren,                                    Por tantos siglos tu inexhausta fuente?                                        

  Como el largo torrente de los siglos                                              ¿Qué poderosa mano                                                                       

  Rueda en la eternidad: así delhombre                                          Hace que al recibirte                                                                       

  Pasan volando los floridos días,                                                     No rebose en la tierra el Oceano?  

  Y despierta al dolor… ¡Ay! ya agostada

  Siento mi juventud, mi faz marchita,

  Y la profunda pena que me agita

  Ruge mi frente, de dolor nublada.

                           X                                                                                        X

Nunca tanto sentí como este día                                                     Abrió el señor su mano omnipotente

Mi mísero aislamiento, mi abandono,                                              Cubrió tu faz de nubes agitadas,

Mi lamentable desamor… ¿Podría                                                   Dio su voz a tus aguas despeñadas,

Un alma apasionada y borrascosa                                                  Y ornó con su arco tu terrible frente.

Sin amor ser feliz…? ¡Oh! ¡si una hermosa                                    ¡Ciego, profundo, infatigable corres,

Digna de mí me amase,                                                                 Como el torrente oscuro de los siglos

Y de este abismo al borde turbulento                                          En insondable eternidad…!¡Al hombre

Mi vago pensamiento.                                                                     Huyen así las ilusiones gratas,

Y mi andar solitario acompañase!                                                   Los florecientes días,

¡Cuál gozara al mirar su faz cubrirse                                              Y despierta al dolor…! ¡Ay! agostada      

De leve palidez, y ser más bella                                                      Yace mi juventud; mi faz, marchita;

En su dulce terror, y sonreírse                                                        Y la profunda pena que me agita

Al sostenerla en mis amantes brazos…!                                         Ruge mi frente, de dolor nublada.

¡Delirios de virtud…!¡Ay! desterrado,

Sin patria, sin amores,

Sólo miro ante mí llanto y dolores.

                          XI                                                                                          XI

¡Niágara poderoso!                                                                       Nunca tanto sentí como este día         

Oye mi última voz: en pocos años                                                    Mi soledad y mísero abandono       

Ya devorado habrá la tumba fría                                                      Y lamentable desamor… ¿Podría

A tu débil cantor. ¡Duren mis versos                                                 En edad borrascosa

Cual tu gloria inmortal! Pueda piadoso                                         Sin amor ser feliz? ¡Oh! ¡si una hermosa

Al contemplar tu faz algún viajero,                                                Mi cariño fijase,

Dar un suspiro a la memoria mía,                                                 Y de este abismo al borde  turbulento

Y yo, al hundirse el sol en occidente,                                            Mi vago pensamiento

Vuele gozoso do el Criador me llama,                                          Y ardiente admiración acompañase!

Y al escuchar los ecos de mi fama                                                ¡Cómo gozara, viéndola cubrirse

Alce a las nubes la radiosa frente.                                            De leve palidez, y ser más bella

                                                                                                  En su dulce terror, y sonreírse

                                                                                                   Al sostenerla mis amantes brazos...!

                                                                                                   ¡Delirios de virtud…! ¡Ay! ¡Desterrado,

                                                                                                   Sin patria, sin amores,

                                                                                                  Sólo miro ante mí llanto y dolores!

                                                                                                                XII

                                                                                                  ¡Niágara poderoso!

                                                                                                  ¡Adiós! ¡adiós! Dentro de pocos años

                                                                                                  Ya devorado habrá la tumba fría

                                                                                                  A tu débil cantor. ¡Duren mis versos

                                                                                                 Cual tu gloria inmortal! ¡Pueda piadoso

                                                                                                 Viéndote algún viajero,

                                                                                                 Dar un suspiro a la memoria mía!

                                     Y al abismarse Febo en occidente,

                                                                                                 Feliz yo vuele do el Señor me llama,

                                                                                                 Y al escuchar los ecos de mi fama

                                                                                                  Alce en las nubes la radiosa frente.   

 

 

 

 

A.2 Carta del 17 de junio de 1824


Manchester, 17 de junio de 1824.


Mis ojos se han saciado contemplado la maravilla de la creación, el espectáculo más sublime que ofrece la naturaleza salvaje sobre la tierra.


El 15 del corriente salí de Lewiston a las seis de la mañana. Desde las alturas se goza de una extensa vista sobre el Niágara, que corre estrechado entre barrancas altísimas (…)


Llegamos a Manchester, me apeé en la posada del Águila, y sin perder un momento, corrí a satisfacer mi ansiosa curiosidad, muy más encendida con la vista momentánea que había gozado de la magnífica escena.


Paréme, y por algunos minutos me fue imposible distinguir mis propias sensaciones en la confusión que me causó el sublime espectáculo. El inmenso río pasaba rugiendo por delante de mí, y casi a mis pies se despeñaba desde una altura prodigiosa: las aguas, deshechas en ligero rocío al golpe violentísimo, subían remolinadas en tremendas columnas, que a veces se extendían por todo el abismo, y ocultaban parte de la escena. El trueno profundo de las cataratas asordaba mi oído, y el arco iris, alzado sobre el precipicio, era lo único que veía distintamente en aquella confusión espantosa.


Por el rudo bosquejo que acompaña a esta carta, conocerás mejor que por la menuda descripción, la forma de las cataratas y sus inmediaciones. (…)


Se disputa mucho sobre cuál es la mejor vista que hay de las cataratas. Yo prefiero la de Table Rock, al lado canadiense. Al pie de cualquiera de las cataratas, se encuentra uno más aislado, puede apreciar mejor el volumen tremendo de agua que se despeña, y se siente incomparablemente más la fuerza de un trueno (…)


Pasé a Goat Island y la bajé toda para obtener diferentes vistas de las cataratas y de los rápidos. En otro tiempo ponía las águilas sus nidos en ella, creyéndose en absoluta seguridad; pero se han retirado desde que la mano atrevida del hombre ha abierto una comunicación, que parecía imposible si no se viese realizada. Lo que hallé fue un sin número de palomas torcaces que me hicieron echar de menos la famosa escopeta que tanto susto dió a las cotorras de Jesús María.


Después de haber errado en los bosques eriales de Goat Island, me senté a borde de la catarata inglesa, y, mirando fijamente la caída de las aguas y la subida de los vapores, me abandoné libremente a mis meditaciones. Yo no sé qué analogía tiene aquel espectáculo solitario y agreste con mis sentimientos. Me parecía ver en aquel torrente la imagen de mis pasiones y de las borrascas de mi vida. Así como los rápidos del Niágara, hierve mi corazón en pos de la perfección ideal que en vano busco sobre la tierra. Si mis ideas, como empiezo a temerlo, no son más que quimeras brillantes, hijas del acaloramiento de mi alma buena y sensible, ¿por qué no acabo de despertar de mi sueño¿ ¡Oh!, ¿cuándo acabará la novela de mi vida para que me empiece su realidad?


Allí escribí apresuradamente los versos que te incluyo y que solo expresan débilmente una parte de mis sensaciones. ¡Cuántas cavilaciones sublimes y profundas puede excitar aquella situación en una alma serena y tranquila! (…)


Es indescriptible la impresión que me hacía el estruendo de la catarata repetido en el hueco de aquellos peñascos informes. Quien sólo lo ha oído desde arriba, apenas tiene una idea. En vano se han esforzado a expresarla sus admiradores. Los cañonazos, los truenos, solo son un momentáneo estallido para poder compararse con aquel fragor tremendo, invariable, eterno, que en vano quiere figurarse la imaginación del que no ha estado al pie de la catarata del Niágara. Antes de echar la última mirada sobre las maravillas que tenía delante, arranqué un pedazo de una piedra cargada de hermosas cristalizaciones y volví a atravesar el río.


Desde su mitad debe obtenerse una espléndida vista de las cataratas en los días serenos; pero yo tuve la desgracia de que me tocase uno oscuro y tempestuoso. (…)


El cielo estaba enteramente cubierto de nubes, tan espesas que ni aún se distinguía el paraje donde estaba el Sol. El viento de la tempestad, rugiendo entre aquellas cavernas, resolvía con tal furia alrededor de mí el rocío de la catarata, que entre sus torbellinos apenas me dejaba ver los precipicios altísimos y las grandes masas de agua despeñadas desde la cumbre. Empero, aquella misma confusión y la lúgubre sombra del cielo, daban su peculiar sublimidad al espectáculo. De cuando en cuando calmaba un tanto el viento y podían verse las nubes negras que pasaban volando sobre el precipicio, y desde abajo parecían tocar a los torrentes y desatarlos de su seno tenebroso. (…)


Hasta una larga distancia de las cataratas, está la superficie del agua cubierta de espuma, que con su extraordinaria consistencia, más bien que de río, le da el aspecto de un campo cubierto de nieve, agitado por las tempestades invernales.


Me pesaba apartarme de aquel lugar; y antes de retirarme volví al borde de la catarata americana. La estuve contemplando un rato, y al irme, apenas me aparté de la piedra en que había estado parado, la ví desprenderse y rodar al abismo con solo el leve impulso que al levantarse le dieron mis pies. Aquella piedra, sobre la cual me había creído seguro algunos segundos antes, estaba ya donde no volverían a hollarla pies humanos: enfrióse un poco mi insaciable curiosidad: subí la escalera con más que regular cuidado y me retiré a descansar de las fatigas del día.


José María Heredia


REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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Arias, G. (2008). Hablemos sobre promoción y animación a la lectura. La Habana: Pueblo y Educación.

Augier, A. (2003). Obra poética. La Habana: Letras Cubanas.

Bórev, I. (1985). El análisis sistémico integral de la obra artística. En Textos y Contextos. Una hojeada en la teoría literaria mundial. (p. t.I). La Habana: Arte y Literatura.

Charmeux, E. (1992). Cómo fomentar hábitos de lectura. Barcelona.

Cuba. Ministerio de Educación Superior. (2006). Carrera Licenciatura en Estudios Socioculturales: Modelo del Profesional. Plan de Estudios D. MES.

Mañalich, R. (1999a). Los métodos modernos de análisis literario: un ensayo de aplicación. En Taller de la Palabra. La Habana: Pueblo y Educación.

Mañalich, R. (1999b). Taller de la palabra. La Habana: Pueblo y Educación.

Montaño Calcines, J.R. (2006). La literatura y (en desde para) la escuela. La Habana: Pueblo y Educación.

Padura Fuentes, L. (2013). Un hombre en una isla. Crónicas, ensayos y obsesiones. La Habana: Ediciones Sed de Belleza.

Santos, R. (1980). Prosas José María Heredia. La Habana: Letras Cubanas.

Torres, Z. (2007). La lectura y sus potencialidades desarrolladoras en la formación de los profesores generales integrales. Un estudio exploratorio (Tesis de Maestría). Universidad Carlos Rafael Rodríguez. Cienfuegos.




Recibido: Abril de 2015.

Aprobado: Junio de 2015.




MSc. Esperanza Andrea Madruga Torreira

E-mail: emadruga@ucf.edu.cu

Dra. C. Arelys Rebeca Álvarez González

E-mail: aalvarez@ucf.edu.cu

MSc. Dulce María Núñez Sobrino

E-mail: dnunez@ucf.edu.cu

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