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Revista Universidad y Sociedad

versión On-line ISSN 2218-3620

Universidad y Sociedad vol.7 no.3 Cienfuegos sep.-dic. 2015

 

ARTÍCULO ORIGINAL


Estudio comparado del papel de las fuentes orales en la profesionalización de los historiadores



A comparative study of the oral sources role in the professionalization of historians




MSc. Jency Niurka Mendoza Otero, MSc. Haens Beltrán Alonso, Dra. C. Silvia Vázquez Cedeño

Universidad de Cienfuegos. Cuba.





RESUMEN

La universidad en el proceso de formación ha de responder a las demandas de la sociedad, para ello es preciso un monitoreo constante de la actualidad. Para desentrañar la situación actual y poder dar respuesta a los cambios se recurre a la investigación. Las investigaciones, en ocasiones, arrojan como resultado no una nueva teoría sino la aplicación de una ya existente. El método comparado permite encontrar en otras latitudes las teorías y prácticas para resolver problemas vernáculos. Los autores del artículo se han trazado como objetivo comparar el desarrollo e implementación pedagógica de las fuentes orales en el mundo y Cuba. Del estudio sobre Europa y América se puede deducir que las fuentes orales han demostrado su valía en la investigación y docencia de la historia. El rescate del pasado reciente a través de fuentes orales se presenta en muchos casos como única vía de realización. En el contexto educacional cubano y en particular en la educación superior, aún no se reconoce el valor de las fuentes orales. El tratamiento de estas como fuentes del conocimiento histórico en la formación de los historiadores en Cuba no constituye una práctica lograda, la docencia se imparte de manera lineal, el estudiante escucha y aprende lo que el profesor con su experiencia ofrece. La investigación con fuentes orales facilita la profesionalización de los docentes de todos los niveles y en especial de los universitarios, tal como se demuestra con el estudio de estas prácticas en otras latitudes.

Palabras clave: Fuentes orales, investigación, enseñanza, educación comparada, profesionalización.


ABSTRACT

Universities must respond to the demands of society in the training process, what requires a constant monitoring nowadays. Research is used to describe the current situation and being able to respond to changes. Such researches, sometimes, present as a result not a new theory, but the application of an existing one. The comparative method allows to find theories and practices in other contexts that can be applied to solve native problems. The authors of the article have as major aim to compare the development and pedagogical implementation of oral sources worldwide.

From the study of the European and American context, it can be assumed that oral sources have proved their worth in the research and teaching of history. The rescue of the recent past through oral sources is presented in many cases as the only way of realization. In the Cuban educational context, and specifically in higher education, the value of oral sources is not yet recognized. Treating these as sources of historical knowledge in the training of historians in Cuba is not a successful practice, since teaching is lineal; the student listens and learns what the teacher offers from his/her experience. Research by means of oral sources makes easy the professionalization of teachers at all levels, especially at the university; as demonstrated in the study of these practices worldwide.

Keywords: Oral sources, research, teaching, comparative education, professionalization.





INTRODUCCIÓN

El tratamiento de la historia oral a partir de las fuentes orales en los años noventa del siglo XX se presentó como una perspectiva de trabajo de los historiadores, les permitió ahondar en sectores mucho más diversificados de los que la llamada historia tradicional ofrecía. Esta visión de la historia encontró – y encuentra- un terreno fértil en el continente europeo. El trabajo con las fuentes orales ha permitido analizar hechos desde nuevas aristas.

Francia, durante los noventas del siglo XX, experimentó diferentes polémicas relacionadas con la temática desde el ámbito investigativo, centradas en la discusión entre los académicos sobre la validez de los testimonios orales en las ciencias históricas. El debate se desarrolló a partir de atender a los elementos que encierra la memoria colectiva, la social e histórica y la construcción de la identidad, donde se ubica al individuo, como responsable ante la comunidad de los destinos históricos.

La historia oral, con su presencia inevitable, para comprender la contemporaneidad, también ha generado espacios de debate epistemológicos y metodológicos. Tales discusiones se centran en los cambios que en los últimos años han sufrido los estudios históricos, los que al decir de los franceses Le Goff, Pierre Nora y Dosse han modificado sustancialmente el territorio de los historiadores en lo que han denominado La nueva historia, heredera directa de los Annales.

Los temas de interés histórico han extendido su mirada de manera progresiva, tal es el caso de los marginales, estudios de las mentalidades, estudios de la vida privada, de género, estudios de clima. Es en estos estudios donde las fuentes orales se presentan como indispensables para lograrlos, aunque se comparte el criterio de Ahumada (2002, p.77), cuando plantea que: "no se ha logrado un principio de articulación histórico claro y coherente lo que ha conducido a una cierta desarticulación del discurso histórico, haciendo de esta última un saber en migas".

Gran Bretaña por su parte ha estimulado el desarrollo de investigaciones históricas a partir de las fuentes orales, lo que le ha permitido llenar algunos vacíos. Se destacan historiadores como Ronald Blythe y Paul Thompson, este último considerado por la comunidad europea como el padre de las investigaciones históricas con el uso de las fuentes orales.

En España la utilización de la historia oral ha ocupado un lugar privilegiado, sobre todo en las investigaciones referentes a la historia del siglo XX. Los primeros estudios bajo esta óptica responden a una línea historiográfica dedicada a la exposición del movimiento obrero, trabajos sobre el anarquismo, la participación de la mujer en asuntos políticos y con posterioridad, sobre el exilio. Especial interés han prestado los españoles al uso de las fuentes orales para el tratamiento del período franquista. Borderías ha planteado que a mediados de la década de los noventa la historia oral ha actuado como dinamizadora en la renovación de la historia social española (Borderías, 1995).

El tratamiento de las fuentes orales constituye una práctica recurrente en diferentes ciencias sociales, las cuales a excepción de la ciencia histórica mantuvieron su utilización a lo largo del tiempo. En el caso de la ciencia histórica se presenta como una forma vieja y a su vez nueva de atender a los eventos que pueden ser atendidos desde esta disciplina por las razones ya expuestas.

Europa por su parte muestra resultados discretos en el tratamiento de estas fuentes con fines pedagógicos. Se reconoce a Francia como pionera en el trabajo con fuentes orales, como fuentes del conocimiento histórico, toda vez que se asumen como medios de enseñanza de la historia. En este particular las fuentes orales son vistas como un recurso de apoyo para los profesores que enseñan las materias históricas.

En relación con su uso pedagógico en el nivel superior son varias las universidades europeas que reconocen su utilización como fuentes necesarias en la formación del conocimiento histórico. De igual manera se inspecciona en las fuentes orales, las potencialidades en cuanto a la formación histórica, acorde con los principios ciudadanos que establece la constitución del país. En el aspecto antes mencionado se destacan –en España- las universidades de Oviedo, Zaragoza y la Complutense, de Madrid.

Se realizan esfuerzos en diferentes países para llevar las fuentes orales a las aulas y ubicar a las ciencias pedagógicas como otro de los escenarios donde puedan, estas fuentes, dar sus mejores frutos. Aunque no se localiza un discurso coherente y homogéneo de cómo hacerlo, investigadores - que a la vez se desempeñan como docentes –coinciden en que su utilización desde la docencia en las asignaturas correspondientes a las ciencias sociales constituye un estímulo para el aprendizaje. El origen europeo del rescate de las fuentes orales se erige como antecedente de la puesta en práctica de estas en América.

En las Américas las fuentes orales, en cuanto a la metodología para su tratamiento en investigaciones, no difieren de las que se desarrollan en Europa. Sin embargo, se considera necesario hacer un análisis más profundo, pues las indagaciones muestran una mayor proliferación en este continente. El auge del trabajo con estas fuentes, en el área americana, obedece a varios elementos:


-     Primero: la proliferación de dictaduras en América. La ausencia de documentos escritos por razones de seguridad, tanto de los dictadores como por parte de las víctimas, obliga a que si se desea registrar la historia de esta etapa se tenga que recurrir necesariamente a las fuentes orales.

-     Segundo: el despertar de los pueblos americanos, el deseo de romper ataduras con gobiernos dictatoriales muestra a testigos en condiciones de develar un pasado histórico que aún está latente en los pueblos.

-     Tercero: se realizan numerosas miradas a los asuntos históricos que responden a las costumbres, cultura e identidad de los pueblos americanos en tanto se asumen los testimonios de los protagonistas de los eventos que se estudian.

-     Cuarto: se presenta la necesidad de preparar a las jóvenes generaciones de historiadores con habilidades y dominio del trabajo con estas fuentes que garanticen el conocimiento y el legado histórico a partir del rescate y conservación de los testimonios como fuentes históricas de valor.

Los Estados Unidos con el objetivo de recrear las experiencias de las llamadas gentes sin historia presentan a la escuela de Chicago, como uno de los centros donde el trabajo con estas fuentes ha tenido mayores resultados científicos. Los trabajos con las fuentes orales en este centro no son una novedad, pues su desarrollo se ubica desde la creación del primer archivo de historia oral en 1948. Es necesario señalar que el interés no era realizar historia, sino preservar este tipo de patrimonio (Archila, 2005).

Argentina es uno de los países del área sur que más se ha volcado a este tipo de trabajo, con la creación del Instituto de Historia Oral, de Buenos Aires. Este instituto establece espacios para el desarrollo de talleres, conferencias, charlas que posibilitan la reconstrucción de la historia de los barrios, ciudades, regiones e historias de vida. A partir de la información que se obtiene del trabajo con las fuentes orales, el instituto atesora documentos, prendas y otros artículos que poseen los testimoniantes.

Dicho país ha desplegado una labor con las fuentes orales en las aulas bajo el principio de la necesidad de lograr una preparación en los jóvenes para trabajar con ellas. En diferentes niveles de enseñanza se comienza a implementar con el fin de lograr una mayor motivación, por parte de los estudiantes en el aprendizaje de la historia y dentro de ella la más cercana, entendiéndose las regiones y localidades como parte sustantiva de la historia del país.

Benadiba (2011) manifiesta que un gran número de docentes en Argentina reconocen las potencialidades educativas de las fuentes orales. Plantea, además, que en diferentes universidades existe en la actualidad una tendencia al trabajo con estas fuentes. La formación de historiadores en la facultad de Filosofía y Letras de la universidad de Buenos Aires, desarrolla un Programa de Historia Oral con el fin de garantizar la preparación de los estudiantes en el empleo de estas fuentes. Los docentes a la vez reciben talleres de preparación que garantizan su labor.



DESARROLLO

La historia oral y por tanto, el tratamiento de las fuentes orales en la formación de los historiadores, tiene varias potencialidades, por una parte, permiten enmendar las dificultades de los estudiantes en el orden epistemológico. Dichas falencias se presentan a partir de no comprender los conceptos históricos y sociales. Otro elemento en el que centran la atención es en el desarrollo del proceso de enseñanza-aprendizaje de la historia a partir de protagonistas, lo cual permite que la visión tradicional de la historia se convine con otra modalidad donde el estudiante pueda construir el conocimiento histórico.

Iniciar a los estudiantes en el método de análisis social –necesario en su futuro desempeño profesional- con la creación de una conciencia de que para llegar al conocimiento de una época es necesario interrogar los testimonios que de ella se posean, constituye otra de las potencialidades. Formar a los historiadores a partir de promover un papel activo del estudiante en el proceso de enseñanza-aprendizaje requiere de la formación de un estudiante investigador, en el que se manifieste un aprendizaje significativo.

"Que las fuentes orales formen parte de las materias que los historiadores en formación reciban es garantía de que mediante la confrontación de diferentes testimonios entre sí y con la información que surge de otros tipos de fuentes históricas, ayuda a transparentar alguna de las características de los conceptos sociales e históricos: ser relativos, cambiantes en el tiempo, sufrir la influencia cultural e ideológica del medio y finalmente ser subjetivos en tanto producto humano".(Benadiba, 2011, p.6).

En Colombia también las fuentes orales se comienzan a incluir de manera activa en los planes de formación de los historiadores. Las búsquedas realizadas muestran la presencia de propuestas para el aprendizaje por investigación de la historia mediante el uso de las fuentes orales, se destaca el trabajo de (Castro Bueno et al., 2003).

La formación tradicional de los historiadores, fundamentalmente en el espacio que comprenden las aulas y la práctica en archivos históricos y bibliotecas, comienza a compartir lugar con la comunidad. Se asume a esta como un entorno educativo de valor en la formación de las habilidades investigativas y académicas propias de los historiadores. El aprendizaje por investigación, es por tanto la vía de formación. En la medida en que los estudiantes construyen el conocimiento histórico adquieren, según Castro (2003), nuevos conocimientos, aprenden y ejercitan habilidades históricas para buscar información en cronologías, lenguaje e ideas históricas, análisis de evidencias, comprensión empática, árboles genealógicos, entre otras de las habilidades de los historiadores.

Brasil es otro de los países que ha desarrollado grupos de trabajo a partir de la historia oral con fines parecidos a los ya mencionados. Entre los investigadores sobresale Marieta Moraes Fenuras quien en el año 2001 se desempeñaba como presidenta de la Asociación Internacional de Historia Oral, la cual planteó en el V Encuentro Nacional de Historia Oral, celebrado en Argentina:

"Las sociedades contemporáneas preocupadas por la pérdida del sentido del pasado y con una tendencia en aumento de su capacidad de olvido, han demostrado gran interés en la recuperación de su propia historia. Los noventas representaron los inicios de una nueva etapa para muchos de los países de la región. El desplazamiento del estado como agente económico importante, la apertura de las economías nacionales, las privatizaciones, entre otras cosas, perfilan un nuevo modelo de país. En este cuadro se constata un número importante de grupos e instituciones preocupadas por recuperar la memoria, rescatar su papel en la historia de su país y, a partir de ahí, establecer nuevas estrategias para el futuro, en este contexto tiene lugar la difusión de la historia oral (…) esta tendencia mencionada podría tratarse de la contrapartida de un proceso de globalización que tiende a dividir fronteras y a fragilizar tradiciones y lazos". (Moraes, 2001, pp. 6-7).

Con fines docentes en Brasil las fuentes orales se focalizan en mayor grado como medios de enseñanza de la historia. La revisión de los textos históricos, en todos los niveles de enseñanza, a partir de finales del siglo pasado se enfrentan a un proceso de idoneidad para garantizar la calidad de los mismos. En la medida que muchos de los textos no cumplen los estándares de calidad para la función que se les confecciona, las fuentes orales se presentan como un medio de apoyo a las actividades docentes que desarrollan los profesores (Moraes, 2001).

Venezuela, otro país del continente, se ha involucrado en el trabajo con las fuentes orales. Entre sus resultados se destaca el esfuerzo por fundar la Asociación Venezolana de Historia Oral, desde el 2009 y para ello en el 2011 desarrollaron el III Encuentro Internacional de Historia Oral. Otras de las acciones de trabajo de Venezuela para lograr este propósito han estado encaminadas a que la mayoría de sus universidades, tanto públicas como privadas realicen investigaciones a partir de las fuentes orales.

A nivel ministerial en Venezuela se realizan constantes llamados para que se presenten proyectos que estimulen el aprendizaje de la historia en todos los niveles de enseñanza. Los mismos, deben además, permitir el rescate de la historia inmediata la cual se enfrenta al peligro de desaparecer. Lo anterior demuestra una voluntad política y de renovación científica en esta nación.

Desde el año 1996 se diseñó una nueva asignatura para el currículo de la carrera Geografía e Historia, esta se estudia en casi todos los institutos y universidades pedagógicas de Venezuela. Dicha asignatura se denomina Historia Oral y su sistema de contenidos se centra en la Metodología de la Investigación Histórica. Dentro de los contenidos de la metodología antes mencionada se profundiza en el uso de las fuentes orales, además de enfatizar en los contenidos teórico-metodológicos referentes a la grabación, transcripción y conservación de los testimonios (Pérez &Rodríguez,2011).

Otras experiencias en Venezuela se dan en los estudios de posgrado en algunas maestrías de Educación Inicial, Orientación y Educación Superior, en las que se desarrollan trabajos bajo esta perspectiva. Las mismas se centran básicamente en ubicar la asignatura Historia Oral en sus programas.

En esta línea se celebró en Cochabamba (Bolivia) en noviembre de 2012 el Primer Congreso de Historia Inmediata, con la participación de delegados de países como Chile, Ecuador, Venezuela, Estados Unidos y el país sede.

Los reunidos en este evento reconocieron la memoria del presente como un contexto más para la interpretación de los procesos históricos, lo cual genera nuevos desafíos en el ámbito metodológico que tiene como punto de apoyo el desarrollo de las tecnologías de las comunicaciones. "El hecho de que los nuevos estudiantes que hoy tenemos en las aulas y los nuevos profesionales de la historia en su mayoría nativos digitales, se han venido formando de manera distinta a mucho de los delegados que se reconocen desafortunadamente como historiadores en su doble condición de docentes e investigadores de la vieja escuela lo cual constituye un llamado a formular nuevas maneras de desarrollar nuestro trabajo para estar a tono con los tiempos no como una simple moda, sino como una necesidad de las ciencias de renovar sus estilos". (Historia Inmediata/Historia a Debate, 2012, p. 2)

Los conocimientos de los estudiantes en todos los niveles de enseñanza sobre la informática hacen que no se conciba la docencia separada de esta. La historia, por su parte, debe asumir este desafío, pues la formación de los historiadores hasta hace relativamente poco tiempo, centraba su atención en las bibliotecas y archivos donde se encuentra depositado todo un caudal de información y de documentos escritos para validar la verdad histórica.

Si bien estos continúan siendo de vital importancia para la formación de profesionales de esta ciencia, el siglo XXI exige cambios para los cuales se deben estar preparados, en este sentido los presentes en Cochabamba plantearon que "los nuevos métodos y técnicas de investigación, como la historia oral, los registros de la prensa y el surgimiento de nuevos paradigmas(vigentes y emergentes) deben incorporarse como herramientas para la construcción de la historia y ser parte de la currícula de las diferentes carreras de Historia, para poder enfrentar y conocer la realidad que vivimos diariamente".(Historia Inmediata/Historia a Debate, 2012, p. 2)

La visión y misión planteadas por delegados al Primer Congreso de Historia Inmediata es manifestación clara del camino que hoy día toma la formación de los historiadores en el mundo. Se insiste en una formación de historiadores que contemple dentro de sus estudios el presente, etapa que hasta hace poco tiempo formaba parte del campo de acción de otras ciencias. Unido a la amplitud de las categorías de espacio y tiempo, para los historiadores se impone atender a los cambios sociales que de manera acelerada se dan en el mundo continuamente.

La ciencia histórica en el nuevo milenio se enfrenta a cambios en el estilo de investigación, sobre todo la que se dedique al análisis de temas contemporáneos. En el mismo sentido que la ciencia establezca nuevos estilos de trabajo, la formación de futuros historiadores debe modificarse para estar a la altura de los debates que se generen. "El espectro formativo del historiador del presente ha de ser necesariamente muy amplio, muy global y de ahí que, aunque esta misma particularidad es exigible, de cualquier tipo de investigación histórica, lo es en grado máximo en la historia del presente". (Aróstegui, 2007, p.1)

Las diferentes miradas con las cuales se aborda en la actualidad la formación de los historiadores, a partir del tratamiento de las fuentes orales, han sido reflejadas en este apartado. En el próximo acápite se aborda esta problemática en Cuba. La comparación se realiza como vía para demostrar la hipótesis de que en Cuba el tratamiento de las fuentes orales constituye un tema poco abordado tanto por la ciencia histórica como por la ciencia pedagógica.

Las fuentes orales en Cuba

Los historiadores cubanos reconocen las fuentes orales como fuentes históricas, sin embargo, no son explotadas cabalmente en el desarrollo de sus trabajos. Si el presente, constituye objeto de estudio de los historiadores o no, es una interrogante que puede tener varias lecturas en el contexto cubano, pues si se analiza la prolífica producción historiográfica que posee el país, se obtiene que en gran mayoría las investigaciones centran la atención en los estudios de la Colonia (1492-1898) y llegan hasta las primeras décadas de la República (1902-1935) y en menor medida estos trabajos rebasan ese tiempo histórico.

La presencia del documento escrito como fuente primaria es una práctica arraigada y de la cual se hace difícil desprenderse. Se reconoce que estas son necesarias, pero que no deben ser absolutizadas a la hora de explicar un proceso histórico en el cual otras fuentes pueden ser utilizadas.

En Cuba, a diferencia de otras latitudes, las fuentes orales no han sido lo suficientemente aprovechadas por los historiadores para el desarrollo de la actividad investigativa y docente. Sin embargo, profesionales de otras ciencias sociales han sabido utilizarlas en su quehacer intelectual. Muestra de los resultados obtenidos es la novela testimonial escrita por Barnet (2001), Biografía de un cimarrón. El valor de esta obra radica en presentar el proceso histórico cultural desde la Colonia hasta la Revolución Cubana, expuesta por un protagonista de las etapas que se recrean, Esteban Montejo.

Dicha novela se considera de obligada consulta para los historiadores y otros profesionales de las ciencias sociales, no solo por los temas que trata sino por la forma en que se hace. La metodología que asume el autor permite entender cómo las fuentes orales no son privativas de los historiadores y su uso desde el prisma de otras ciencias, así como el trabajo multidisciplinar, puede producir obras de mayor calidad cultural, intelectual y científica.

Torres ha planteado la necesidad de un llamado de atención sobre descuidos históricos "hemos hecho historia de los grandes acontecimientos y de las grandes figuras; pero la historia del hombre común, esa historia del pueblo que para los que hemos leído a Michelet o a Marx se convierte en razón y obsesión, salvo algunas excepciones, está por hacer".(Torres Cuevas, 2002, p. 123)

Torres es además consciente del salto metodológico que conlleva el estudio del presente como parte de la actividad del historiador. Plantea que indiscutiblemente las fuentes orales, y por tanto la historia oral, tienen que estar presentes en este acometido, pues la búsqueda de la verdad histórica debe conocer otros caminos metodológicos que tengan en cuenta otras miradas.

Vera reconoce el valor de este tipo de fuente y el papel que juegan en la actualidad. "El historiador oral goza de cierto protagonismo, en tanto asume, reescribiendo la historia, la interpretación de los procesos socioculturales que brindan los testigos; incorpora el punto de vista de los otros al discurso académico, y analiza desde su propia experiencia, con ayuda de ellos un conjunto de procesos en el tiempo( … ) los historiadores orales han podido reconstruir hechos mal contados, incorporando a su discurso juicios de testigos portadores de una dimensión de la vida diferente, a escala más humana( …)". (Vera, 1999, p. 23)

Vera reconoce además que la complejidad de los momentos actuales exige de los historiadores un encuentro, una reconciliación con otros métodos para construir el discurso histórico. El mismo debe facilitar la superación de barreras interdisciplinarias y propiciar el diálogo con otras ciencias.

Los análisis que se muestran se realizan a partir de criterios de investigadores e intelectuales tanto de la ciencia histórica como de otras ciencias. Sin embargo, los criterios de los docentes encargados de formar a los historiadores o personalidades del área de las ciencias pedagógicas en el país no han sido abordados hasta el momento.

Díaz, voz autorizada en los asuntos relacionados con la enseñanza de la historia, entiende que las fuentes orales no deben ser solo patrimonio de los investigadores. Los profesores con una metodología adecuada deben utilizarlas en sus clases de historia, pues los testimonios tratados como medios de enseñanza dejan una huella incalculable en la formación del conocimiento histórico de los estudiantes. Díaz (2002, p.90), asegura que "las fuentes orales han provisto a la historia de información no lograda por otras vías".

Díaz advierte que el tratamiento a estas fuentes puede acarrear algunas dificultades cuando los profesores no tienen el dominio de cómo trabajar con ellas sobre todo por el grado de subjetividad que muestran, sin embargo, un tratamiento adecuado las puede convertir en lo que son, "medio eficiente para aprender historia". Díaz (2002, p. 94)

En el ámbito de la formación de los profesores de historia se comienzan a dar pasos en el estudio de la vida cotidiana y del hombre común como parte sustancial de la denominada historia social. En su lugar, son varias las interrogantes que presenta Romero ¿Conoce y aprovecha la escuela las potencialidades cognitivas y afectivas de la historia social de la comunidad? ¿Están preparados los futuros profesionales de la docencia para ello? ¿Existen innovaciones educativas relacionadas con ello?(Romero, 2010, p. 95).

En la formación de historiadores, ya sea como profesores o investigadores, se atiende al estudio de la historia local y regional integrada a la historia nacional (Rodríguez, 2011). Sin embargo, a pesar del tratamiento desde la Metodología de la Investigación Histórica y desde la Didáctica de la Historia, no se encuentra referencia a cómo abordar lo local mediante el uso de fuentes orales. Las potencialidades y limitaciones que estas fuentes poseen no es frecuente encontrarlas trabajadas, con ajuste al contexto nacional.

Por otra parte la sociedad demanda de los historiadores su concurso para atender a los asuntos históricos más contemporáneos. El Partido Comunista de Cuba (PCC) en las últimas décadas ha convocado a los historiadores al desarrollo de investigaciones que alcancen la etapa de la Revolución en el poder y se extiendan hasta nuestros días. La misma corre el riesgo de que se pierda, por diferentes razones entre las que se resaltan:

-     Mal estado de conservación de los fondos históricos.

-     Falta de voluntad por parte de historiadores para registrar la historia del presente.

-     Desconocimiento del trabajo que se puede realizar con las fuentes orales para lograr conservar el patrimonio histórico de las etapas más recientes del país.



CONCLUSIONES

Las prácticas con las fuentes orales se presentan en la Educación Superior sobre todo en la formación de profesionales de diferentes ciencias sociales con mayor esplendor que en la formación de historiadores.

Los congresos de Historia, los eventos de Pedagogía son otros espacios donde se reflexiona sobre los destinos de la historia en el país y los asuntos relacionados con la formación de los historiadores. Las fuentes orales se presentan como un terreno prácticamente virgen en Cuba.

Del estudio sobre Europa y América se puede deducir que las fuentes orales han demostrado su valía en la investigación y docencia de la historia. El rescate del pasado reciente a través de fuentes orales se presenta en muchos casos como única vía de realización. Los principios de la educación comparada indican como una experiencia ya validada en un contexto puede ser extensible a otro, siempre bajo el prisma de la contextualización.


En el contexto educacional cubano y en particular en la Educación Superior aún no se reconoce por los historiadores el valor de las fuentes orales. Se presentan casos donde el reconocimiento y el valor que se le conceden a estas fuentes desde la teoría son palpables, sin embargo, las prácticas investigativas y docentes muestran una dicotomía entre lo que se dice y lo que se hace.



REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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Recibido: Septiembre de 2015.

Aprobado: Octubre de 2015.




MSc. JencyNiurka Mendoza Otero

E-mail: jmendoza@ucf.edu.cu

MSc. Haens Beltrán Alonso

E-mail: jmendoza@ucf.edu.cu

Dra. C. Silvia Vázquez Cedeño

E-mail: jmendoza@ucf.edu.cu

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