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Revista Universidad y Sociedad

versão On-line ISSN 2218-3620

Universidad y Sociedad vol.8 no.4 Cienfuegos sept.-dez. 2016

 

ARTÍCULO ORIGINAL

EL CONTINUUM CULTURA-IDENTIDAD DE LA COMUNICACIÓN Y LA EDUCACIÓN ECUATORIANA



THE CONTINUUM CULTURE-IDENTITY OF ECUADORIAN COMMUNICATION AND EDUCATION




Dr. C. Enrique Espinoza-Freire1, Lic. Verónica Guamán-Gómez2, Dr. C. Máximo Gómez Castells3


1Universidad Técnica de Machala. República del Ecuador.


2Instituto Tecnológico Superior Jubones. República del Ecuador.


3Universidad de Granma. Cuba.





RESUMEN

El artículo tiene como objetivo: revelar una lógica científica del posicionamiento de los sujetos en la comunicación, contextualizado en la ciudad de Machala, Ecuador, (2015). Contextualización realizada con el análisis de los comportamientos discursivos revelados por los alumnos de la Universidad Andina en el ámbito digital del diario provincial. La evaluación realizada facilita obtener un conocimiento de la eficacia simbólica desplegada en la comunicación. La estrategia metodológica empleada se basa en el uso de herramientas semióticas, socio-comunicativas y socioeducativas, sustentadas en la hermenéutica textual para lograr los fines declarados. La eficacia simbólica se aprecia en los universos culturales e ideológicos que se movilizan y la seducción empleada en la comunicación por los emisores de discursos, así como en los efectos que los mensajes producen en los alumnos quienes evidencian la convicción de los significados circulados y la posición para la polémica como reacción significativa. La eficacia se sintetiza en el conocimiento de la circulación del discurso social, el modo de construir audiencias activas y la manera de seducirlas empleadas por los diarios. El uso de ese instrumento explica el diseño de las relaciones profesor alumno organizado por el principio asociativo, la compensación de intereses y las relaciones afectivas.

Palabras clave: Continuum, competencias comunicativas, estrategias discursivas.


ABSTRACT

The article aims at revealing a scientific logic of subject positioning in educational communication, contextualized in the city of Machala, Ecuador (2015). This contextualization was realized by professors of the Basic Education and Early Childhood career at the Technical University of Machala. The evaluation facilitates obtaining knowledge of the symbolic efficiency displayed in communication. The methodological strategy used is based on the use of semiotic, socio-communicative, and socio-educative tools, founded in textual hermeneutics for achieving the declared ends. The symbolic efficacy can be observed in cultural and ideological universes which are mobilized and the seduction used in communication by the discourse emitters, as well as in the effects that messages produce in students who demonstrate the conviction of the circulated meanings and the position for controversy as a significant reaction. The use of this instrument explains the design of professor- student relationship organized by the associative principle, interest compensation and affective relationships.

Keywords: Continuum, communication skills, discursive strategies.





INTRODUCCIÓN.

En el mundo conectado actual los centros de producción de información de la nada mediatizan su poderío en función de elevar la circulación de una cultura homogenizante, con el fin de obtener ganancias crecientes e influir en la decisión racional de los sujetos. Esa dinámica hace a dichos sujetos más permeables a la absorción globalizadora de símbolos neoliberales. La complejidad de los fenómenos socioeconómicos, ideopolíticos y culturales que esta situación genera, obliga a informar a los individuos mediante acciones que los empoderan para la decisión y redimensionamiento de las identidades y de su cultura, postura que los reposiciona en su modelo educativo como actores activos.

Para conocer esa colocación se apela a instrumentos cuyo ordenamiento derivado en lógica científica los muestra como sujetos de un modelo comunicativo. Al contextualizarse en el ámbito educativo se condiciona por un tipo de relaciones interactivas determinadas por la cantidad de información a asimilar por el estudiante y la capacidad de trasmisión de los canales empleados, cuyo aspecto se convierte en componente de los comunicantes y a la vez de los intereses y valores de una sociedad (Álvarez, 2001). Los fundamentos referidos visualizan la complejidad manifiesta en el uso de los recursos comunicativos, pues el estudiante puede ser sujeto de un modelo donde la democratización crea actores, pero es posible también configurar individuos en el significado de las industrias culturales que instrumentan a los sujetos, algo también presente en las nuevas tecnologías de la comunicación, que son los actores decisivos en la recomposición cultural del mundo actual (García, 2002).

Desde las ciencias pedagógicas es viable desplegar procesos que dimensionen en el sujeto recursos cognoscitivos con los cuales se puede reconocer, preservar y enriquecer sus valores como procedimiento para inducirlo como actor de un modelo democratizador, pero para establecer esa metódica es urgente conocer las rutas que pueden ocasionar comportamientos opuestos a los aspirantes a una Educación humanista.

El propósito del estudio es analizar el posicionamiento de los sujetos en el modelo comunicativo que emplean algunos medios de comunicación y provocan efectos nocivos en el ámbito formativo, cuyo asunto es derivado de la situación educacional. El hecho por tanto contiene una interpretación comunicativa que ilustra algunos daños a los intereses del sistema educativo. Situación que se presenta desde una mirada sociológica, e involucra la comunicación educativa y la sociología cultural. A partir de las noticias que como hecho social circulan en un día en la web. Se delimita un objeto de estudio sumamente interesante: las relaciones sociales en la educación desde la perspectiva comunicativa.

Hacer consideraciones semióticas facilita comprender el modo de construir audiencias activas, la manera en que se sienten integrados a un sistema de influencias sociales y los recursos con que se seducen a estos públicos son los medios de comunicación.

La metodológica empleada es la hermenéutica textual como procedimiento para significar los emisores, sus universos culturales e ideológicos, las herramientas seductoras y la postura que los caracteriza en la relación con la sociedad. Tantos argumentos propuestos permiten advertir un espacio, se intersectan recursos de un proceso docente educativo y factores integrantes de la comunicación. Cuestiones que revelan la responsabilidad social de la escuela y de los medios de comunicación social, así como la necesidad de ciencia en los dos ámbitos.

DESARROLLO

La producción teórica sobre el continuum presenta fuentes muy enriquecedoras para los análisis de la sociedad, incluidos niveles estructurales como los que se crean en la escuela. Los sujetos que los integran tienen ante sí caminos de acceso a significados que producen actitudes donde operan los valores del modelo social en que habitan. En base a que las dualidades y continuos son vistas por algunos no solo como simplificaciones extremas, sino como arquetipos propios de una manera moderna de pensar (Ritzer, 2006). En la posición de ese autor se advierte un modo de delimitar las relaciones de dos polos; en este caso, una percepción más empírica de una más teórica, que a la vez están correlacionadas. Conviene recordar que las dualidades son un modo instrumental de apreciar el pensamiento como pueden ser un juicio de gusto o un juicio reflexivo. El continuum es una interpretación de la relación entre extremos con una perspectiva de la interacción, lo cual viabiliza la comprensión del ámbito en que se despliegan los polos elegidos.

Esa comprensión se convierte así en una interpretación de la magnitud alcanzada por los significados, que al formar parte de una oposición explican el predominio de una u otra tendencia en un comportamiento humano. Los opuestos así evaluados por este instrumento, pueden revelar las conexiones y diferencias semánticas en el discurso. La aportación que una diferencia significativa proporciona, radica en la posibilidad de identificar sus componentes y actuar en consecuencia, lo cual hace proyectivo el análisis. Guzmán (2010), plantea la capacidad comprensiva del continuum: "el campo de la investigación social adquiere la representación de un mundo en donde se conjugan dichas potencias en una serie de continuos ejercicios de pensamiento, reflexión y práctica atravesados por una multiplicidad de tensiones" (p. 25). Queda por subrayar que dichos ejercicios son sumamente explicativos porque están intersectados por lo que denomina tensiones y que son pensados en este artículo como las categorías disciplinadas que de cada ciencia invocada movilizan.

El enfoque semiótico del artículo se inspira en la concepción de los efectos de sentido que produce un discurso, reconocido entre los estudiosos como lecturas diversas o asimétricas (Verón, 1998, p. 15), porque cada lector las emplea según su mejor criterio, al igual que reglas para interpretar sus discursos que tienen su origen en su andamiaje cultural y semántico. No es ocioso señalar el rol del productor de discursos quien se afana en otorgarle sentidos ideológicos a tono con sus intenciones significativas; tales condiciones de producción son empleadas en algunos casos por los medios de comunicación como discursos mediáticos, los cuales al ser receptados por la audiencia provocan reacciones que la teoría socio semiótica denomina efectos de sentido, debido a que constituyen formas prácticas del sentido producido en un discurso como un sistema de efectos de sentido.

Esos hechos del significado se reconocen por el devenir del discurso entre la producción y su recepción, con lo cual se puede conocer la intención de los redactores de la agenda mediática en los medios de comunicación social; esa intencionalidad se comprende como circulación o diferencia entre el sentido atribuido al discurso y la asimetría presente en el consumo de los mismos, una evidencia de las posturas ideo políticas de quienes integran el nivel productivo de un texto ya sean representantes del poder mediático o redactores, quienes han elegido un hecho social para socializar en el paquete textual determinados intereses.

El desarrollo del ejercicio se logra por la colaboración de un grupo de 42 estudiantes; los mismos fueron convocados a encuestas durante dos meses y se les aplica el instrumento para identificar su información sobre la cultura local. La interpretación de los resultados transita por un análisis general, en su inicio; a una comprensión creadora final, con cuya lógica puede llegarse a conclusiones parciales de la funcionalidad comunicativa de los discursos de los medios de comunicación de masas. Para superar las tensiones de la encuesta se traslada el análisis al portal web de uno de los periódicos de mayor circulación provincial, con el fin de conocer sus estrategias discursivas y seductoras empeladas para informar a la colectividad estudiantil ante un problema que, si bien está referido a las autoridades universitarias, trasciende a los estudiantes porque su centro de educación está amenazado de cierre.

Esta oportunidad resulta ideal ya que las redes telemáticas o sociales constituyen hoy los espacios donde son colocados los discursos sociales con total desenfado y sinceridad, de manera que permiten conocer los efectos de sentido de la comunicación. La adopción de la estrategia está dirigida a evaluar los comportamientos desde la perspectiva de la eficacia simbólica, vista como efecto de la acción imaginaria en contextos y relaciones de poder específicos donde los agentes actualizan su cultura. La estrategia viabiliza el conocimiento de los universos culturales e ideológicos de los productores de discursos y de los receptores de los mensajes, con el estudio de los modelos de relaciones interculturales que se presentan entre agentes productivos (Reygadas, 2002).

El extremo identidad del continuum en el ámbito epistemológico

Fijada la visión del concepto continuum corresponde especificar el posicionamiento desde el cual han sido asumidas las categorías que integran el caso específico que se estudia, es decir, los fenómenos culturales y la identidad en la comunicación. La nación ecuatoriana tiene una larga data en la atención al cuidado, conservación y estudio del patrimonio cultural. Se considera expresión, base y sostén de la identidad y es una de las dimensiones más reconocidas de sitios en las diversas categorías que otorga la UNESCO. En especial la ciudad de Quito es la primera en alcanzar la Declaratoria de Patrimonio de la Humanidad y por tanto ocupa un lugar fundacional en la divulgación en torno a esa actitud de la comunidad universal hacia la cultura. Se transforma así en un hecho ilustrativo de la concepción de identidad, según afirman los teóricos de los Estudios Culturales: "estas se centran todavía en el estudio de la gestión del patrimonio cultural, y sobre todo de cierto tipo de patrimonio tangible como es el histórico y el arqueológico". (García, 2002, p. 68).

Tal comportamiento social explica la centralidad del patrimonio como concepto de identidad en atención a su visibilidad en el mundo globalizado. En el caso de la Universidad Técnica de Machala aparece como primer objetivo de su modelo educativo, lo cual conlleva entender la importancia que le conceden; además aparece insertada dicha concepción en la convocatoria de su congreso dentro del tema cultura ciudadana, aunque algunos autores afirman que son escasos los textos sobre la temática y desenfocados sus acercamientos (Castellano & Alcívar, 2015).

En la revisión bibliográfica realizada para encontrar una respuesta en torno al tema se observa que los estudios de la identidad con intencionalidad pedagógica, revelan un modelo para el desarrollo a través de la asignatura de Historia, a pesar de las críticas hechas a este enfoque advertidas como imposturas que se orientan hacia el nihilismo existencial del fenómeno, conducente a considerar innecesarias las definiciones y formulaciones teóricas en torno a este concepto (Hernández, 2011). Esta dualidad situada permite comprender la existencia de corrientes y una crítica que devela los sustratos filosóficos, psicologistas y semánticos del concepto.

Para comprender el papel teórico de la identidad es más adecuado apreciarla diferente del yo colectivo que subyace en la noción de identidad cultural, con su carga de fijeza y unicidad, acaso constructivas en la multiplicidad mediante discursos, prácticas y posiciones diferentes a menudo cruzadas y antagónicas (Hall, 1995), para este autor tiene que ver con el uso de los recursos de la historia, la lengua y la cultura en un proceso cuyo devenir nos coloca ante la interrogante de en qué pudiera convertirse cómo nos han representado, y cómo podrían representarse. La posición de los autores es que se ha rebasado el rechazo a una teoría de la identidad estática para asumirla en una dialéctica productiva que al serlo corresponde al interior del discurso en relaciones determinantes con el contexto histórico e institucionales que utilizan prácticas específicas mediante estrategias enunciativas específicas, como es el caso de los medios de comunicación social.

Diferentes autores al subrayar el énfasis de la identidad señalan las mutaciones y reconfiguraciones de la identificación que se producen en su devenir, como ya hiciera referencia a Hall en párrafos anteriores, se posiciona la situación apropiativa de los actores en su nexo con el tiempo histórico y desmonta las preocupaciones políticas a ultranza: la identidad cultural, existe solo en relación con el devenir histórico y los cambios que el mismo acarrea según Laurencio (2007). Otros prefieren localizar en el contexto histórico un principio social y psicológico diferenciador: "la producción de respuestas y valores que, como heredero y trasmisor, actor y autor de su cultura, este realiza en un contexto histórico dado como consecuencia del principio sociopsicológico de diferenciación–identificación en relación con otro (s) grupo (s) o sujeto (s) culturalmente definido (s)". (García, 1996, pp. 17-18).

La identidad existe para ellos cuando es expresada lo cual supone mediada por una toma de conciencia que lo permite y que faculta al individuo a declarar su adhesión al tiempo y espacio que vive. A pesar de la visión exitosa que subyace posee un valor metodológico al iluminar un proceso en construcción. En un intento por neutralizar esa conducta teórica se ubica en el ámbito educativo, que "en el proceso identitario de la cultura junto a los paradigmas, han de situarse las utopías racionales y los errores, que contribuyen a perfeccionar nuestro proyecto social" (Laurencio 2007, p.37); esta acotación interroga y obliga a encontrar respuestas a la sugerencia, la identidad también se construye en los espacios marginales, en las fracturas sociales y en los ámbitos desprovistos de valores humanos, lo cual delimita el campo epistemológico de la identidad y lo deslinda de la ética afirmativa y racional.

Al encontrar los vínculos de la identidad y la ética se visualiza la mediación educativa y la cultural, Carolina de la Torre se posiciona en las identidades individuales y las colectivas para articular el modo de orientación que corresponde para favorecer la construcción de las identidades "hace falta un nivel adecuado de participación de cada cual, así como de satisfacción de ciertas necesidades dentro de los grupos, para que se desarrolle el sentimiento de pertenencia". (De la Torre, 2002, p.16)

Una dinámica del proceso constructivo subyace en proyectos comunes en el que incrementar experiencias y sentimientos compartidos es visualizada dentro de la labor pedagógica en ella el diseño de situaciones educativas viabiliza la reestructuración de la subjetividad. Su apuesta por el lenguaje como vehículo de la eficacia y toma de conciencia se sustenta en el sentido que le otorga el sujeto a sus discursos y al proceso de identificación. El carácter procesual que la identificación tiene es una comprensión de la cualidad sistémica y de los retos de la intención educativa como interiorización o asimilación subjetiva (García, 1997). Esta autora notifica la identidad como idea de nación coloca lo que parece una sincronía de la actuación del individuo con los fines del contexto donde radica, aunque debe apreciarse como el compromiso y la acción para el engrandecimiento de un país y ahí se integran los fines de la cultura y la identidad. Interpretarla como las condiciones que afectan la subjetividad y acciones morales que ayudan a comprender el ser, la identidad, las formas complejas de nuestra subjetividad (Delgado, 2001).

La manera especulativa como frecuentemente se aborda lo cultural no brinda la posibilidad para que pueda ser enriquecida la identidad mediante las prácticas culturales en los centros educacionales; proceso formativo que empodera a los sujetos para que asuman las tradiciones y costumbres como constructos de mismidad. Como es simplista la visión que se tiene de la identidad, constituye una razón que coloca a los docentes ante un componente que, si bien es premisa en la formación integral de los educandos, desconocen los temas que la constituyen, los procedimientos de reproducción y el ámbito en que es más fértil su desarrollo. Al respecto conviene advertir que no se trata de esquematizar su atención educativa, sino tratarla desde la complejidad principal que le es peculiar, integradora de los efectos de la cultura en la construcción de la subjetividad del individuo.

Ese hecho en la práctica del discurso lleva al emisor a sentir que expresa innecesariamente el adjetivo cultural, cuando invoca la identidad en el habla. Piensa, así mismo, en el otro extremo del continuum: la recepción por la audiencia de la concepción cultura, de esta se puede derivar interrogantes sobre qué significados atribuye, de qué modo piensa emplearse. El flujo de un proceso comunicativo, requiere una reflexión de los efectos y su utilidad en la formación de los sujetos de la educación. Para dar respuesta a esas interrogantes es requisito explorar las interpretaciones que dan los productores de la teoría sobre el concepto con el fin de precisar el mejor modo de uso convencional del mismo y extenderlo a las expresiones culturales para orientar, a los jóvenes en formación.

El diagnóstico realizado en varios escenarios educativosdesde un enfoque cualitativo permite señalar que aún los jóvenes obvian los signos de la cultura regional, desconocen y subvaloran los cultores y productores de los bienes, relegan a un pasado ineficaz por lo que no se apropian de los modos de comunicación ni de las narrativas que expresan. En una indagación realizada a estudiantes sobre hechos de la identidad, fueron evaluados sus comportamientos y discursos. El resultado ha sido tendencioso a la pasividad y desconectados.

La indagación hecha durante dos meses a grupos de estudiantes, demuestra que sus repertorios culturales están más activos en los ámbitos de lo histórico, precisamente por devenir del currículo en uso. Distante de los currículos oficiales y ocultos no solo por las marcas positivas, sino por el mensaje que envían acerca de la cotidianidad como fuente para la comunicación en los alumnos. Se considera por tanto establecer esa muestra que es un procedimiento eficaz vincular la docencia al entorno desde su relatividad.

También es menester destacar el rol desempeñado por las campañas políticas en la construcción de repertorios expresivos. En la ciudad de Machala hay un movimiento de ideas protagonizado por la Alcaldía para subrayar los efectos del llamado Plan de la regeneración urbana, socializado por una visualidad de diversos tonos que hace presencia en los ámbitos citadinos, por ello el signo afirmativo sobre la reconstrucción del entono que se aprecia en la encuesta. Como crisis cultural revela insatisfacciones, pues a pesar de la perseverancia de los docentes en transferir visiones, las respuestas de los estudiantes evidencian prácticas de resistencia, tanto en la participación como en la calidad de los discursos.

Por otro lado tenemos que la mediación docente desde el interior de la comunicación argumenta que los agentes, promotores culturales y medios de comunicación tienen responsabilidad con las necesidades de conocimiento de la cultura regional y universal, que deben desplegarse en las actividades de aprendizaje y extracurriculares que se realizan en las escuelas; al respecto uno de los errores más frecuentes que se cometen es no integrar los hechos, las personalidades con la cultura popular e intelectual. En las estrategias formativas no se ubica la identidad en el lugar que le corresponde dentro del sistema de repertorios comunicativos, cuando constituye una fuente que puede facilitar riqueza a la naturaleza de los mensajes.

En atención a la anterior necesidad, es conveniente pensar como la presentación de categorías de la producción cultural está en crisis producto a la reestructuración de la identidad en el proceso educativo. Esta relación crisis-reestructuración es característica de los cambios en el consumo y las modificaciones en la oferta propias de estos tiempos. Desde una perspectiva teórico-pedagógica la relación identidad-cultura y su concreción contextual sufren transformaciones que nos obligan a cuestionar: ¿qué se reconoce como popular o tradicional en las regiones? ¿Qué está ocurriendo en las tradiciones ancestrales y los nuevos hábitos y prácticas sociales de los diferentes niveles sociales? ¿Con qué perspectiva legitimadora son difundidos los productos culturales tradicionales?

La visión lastimera con lo cual son colocadas las narrativas regionales en los espectáculos cotidianos que circulan en los medios, está influyendo en el estrechamiento del horizonte de vida de los alumnos y actores sociales en general. Es posible afirmar que existe una crisis en el paradigma tecnológico para comunicar y formar valores de la cultura popular.Ello presupone algo semejante en los mecanismos pedagógicos que deben realizar la política cultural del Estado, pues sostienen un estilo de difusión, reproducción y aprendizaje de la identidad y lo simbólico ineficaz.

La cultura y el currículo oficial, oculto y de uso

Asumir la cultura como la visiona García Canclini (1991), el nivel específico y necesario de toda práctica humana, que se constituye en ámbito de producción, circulación y uso de significados que comunican y orientan al individuo en la sociedad. De modo que la orientación descrita lo hace desde referentes situacionales que caracterizan la identidad, es decir, está culturalmente mediada y distribuida (Guitar, 2010). Ese universo contextualiza al sujeto y lo faculta a interactuar con las formas de currículo acorde a los tipos de aprendizaje propuesto.

La perspectiva teórica que hace diferenciar entre lo que el profesor mediatiza visto como currículo de uso, el currículo oculto que portan los alumnos y el currículo oficial referido al que contiene los contenidos establecidos en los programas, acordes a la serie interrelacionada de cursos que implementan las actividades de enseñanza y aprendizaje en una forma efectiva y planificada (Rohlehr, 2006). El diálogo que se establece entre los tipos de currículos enunciados somete a discusión el papel del sujeto en la educación, pues si bien el oficial es planificado, su éxito parece tarea imposible.

El conocimiento está acorde al tipo de sujetos que la sociedad requiere, permite al docente ordenar la urdimbre de su mediación y dedicar tiempo a organizar las entradas participativas de los alumnos en los contenidos. Este currículo como directrices formales aprobadas, no solo afectan al educador, la familia y a otros grupos de interés, usuarios directos o indirectos del servicio educativo, como los agentes de las instituciones culturales o los redactores de los medios de comunicación (Andrade, 2001).

El proceso acumulativo de saberes, experiencias y comportamientos relacionados presenta muchos riesgos por los recursos que tensiona; uno de los retos es el desequilibrio que provoca el desplazamiento del currículo oficial al currículo real con el cual los docentes dan prioridad a determinados contenidos y pueden obviar elementos curriculares del continuum oficial. Desequilibrarlo es olvidar que es un flujo de interacciones donde se reestructura la subjetividad. Uno de los medios de evitarlo es atender al horizonte de papeles que el rol de estudiante significa, y que debe propiciar el rol de profesor.

Pensar en los papeles es asignar tareas que desarrollen el aprendizaje, lo cual debe ser pensado desde la propia experiencia del profesor y emplear procedimientos para que sea apropiado el contenido con el mismo devenir comportado por la ciencia en el campo del saber específico que se trabaja. Pasar revista a lo asignado es un método de control de la mediación y permite conocer si se acorta o amplía el horizonte del estudiante. La persistencia de esos acortamientos puede dar lugar a una crisis estructural en el currículo de uso del estudiante.

En los fundamentos del currículo están las relaciones que el alumno articula con su grupo de iguales, con quienes prestan servicios educacionales y con el entorno social y natural donde actúa. Si el currículo oficial es una oferta educativa corresponde involucrar a los padres en los papeles y en la asignación de obligaciones, proponerles ayudar en la socialización, elegirse las entidades de labor de los padres quienes así se sienten más responsables en la transferencia de conocimientos y la calidad en la clase. Existe una declaración muy compartida de modificar el proceso de enseñanza aprendizaje hacia una centralidad en el alumno, la idea es muy atractiva e impacta en el currículo, pues obliga a estructurar ejes que direccionen la interdisciplinariedad.

Uno de los métodos experimentados en el diseño del currículo oficial es la participación de la comunidad, hecho que incrementa el compromiso, y se convierte en factor constructivo de la identidad. Otra de las experiencias positivas radican en el privilegio al trabajo grupal. "Los maestros privilegian el aprendizaje en grupos en lugar de la ‘tradicional’ transmisión unidireccional de conocimientos". (Rohlehr, 2006, p. 6). Una labor centrada en el colectivo que viabiliza la construcción de identidades personales y colectivas pues su observancia garantiza la pertenencia y consolida la individualidad.

La relación presentada ha sido explicada como funciones que emergen de la necesidad de autonomía y agencia, y admiten ser traducidas en la función directiva de la identidad personal, mientras que la necesidad de unión y relación con los otros en la función sociopolítica de la identidad sociocultural (Guitar, 2010), para los docentes operar, desde convicciones, con estos conceptos representa una labor instructiva y educativa que debe producirse en un sistema de actos propios de una formación continua.

Evidencias de la interconexión comunicación-educación en el continuum cultura-identidad

El apartado dedica su análisis a la factualidad anunciada de la interconexión que la comunicación realiza con el entorno educativo en la redes telemáticas. Centra su discurso reflexivo en los hechos determinados por la naturaleza educativa que hacen presencia en la estructura de la red; de la misma se han elegido los protocolos de la comunicación que son aquellos constituidos por recursos que optimizan la comunicación entre equipos, (Rodríguez, 2012). Reconocidos como la institución de parámetros que determinan la semántica y la sintaxis a emplear en un proceso comunicativo, representan la humanización de las computadoras, las cuales decodifican y viabilizan con ello la comunicación. Esas pautas trascienden el sistema tecnológico e instalan los modos o comportamientos que caracterizan los diálogos digitales. Esos protocolos garantizan la actualidad y vigencia de un tema según los hechos registrados al respecto en la web. Corresponde entonces contrastar esas visiones en un espacio comunicativo con tema educacional.

Antes de ir a los hechos conviene explicar el criterio de comunicación que se opera en el artículo. En razón de la perspectiva educativa que lo determina se ha adoptado el punto de vista de la teoría crítica cuyos autores sustentan la visión de que los acuerdos racionales tienen lugar en situaciones discursivas "sobre la base de convicciones compartidas" (Barreto, 1993, p. 52), una coherencia respecto a un suceso es el resultado de la articulación de deseos y necesidades como acuerdos comunicativos que se constituyen en unidad de intereses a lograr cuando se construye un diálogo, requisito que obliga al docente a pensar en aquellos elementos culturales del estudiante, favorecedores en el desarrollo de una comunicación.

Esos elementos configuran una situación comunicativa por la presencia de objetos físicos y culturales, que se explican como la configuración de gramáticas de producción y de reconocimiento, formadas por reglas que norman ambos campos y los delimitan, (Verón, 1998). La colocación de dos campos en la acción comunicativa supone entonces la existencia de dos modelos de comunicación: uno del docente y otro del alumno. Vistos como competencias comunicativas son formas de estimular, mantener, desarrollar un clima positivo que se unen al desarrollo de prácticas de recursos comunicativos (verbales y no verbales) para alcanzar eficacia comunicativa.

Los estudiosos que han enfatizado estas competencias aprecian ventajas por su posesión pues favorece la capacidad para producir y recepcionar textos; promociona y relaciona la comunicación; integra aspectos meta cognitivos relacionados con el contenido que se comunica; desarrolla procedimientos lingüísticos y sociolingüísticos, orientados a objetivos pedagógicos: qué decir a quién, cuándo, cómo decirlo y cuándo mantener silencio; hace de los flujos comunicativos posibilidades formativas y de aprendizaje constante porque corrige, aclara, comenta, educa; y genera una interactividad que permite significados compartidos, hacer de las tareas una construcción progresiva de acuerdos cada vez más amplios y complejos (García, 2013, p.72).

La enumeración de ventajas que se presenta están contenidas en el modelo desarrollado por García (2013, quien considera que ellas surgen del principio de secuencias particulares de turnos de interacción que permite controlar las acciones de los estudiantes y evaluar su desempeño. El modelo, sin embargo, se ha desarrollado desde la postura del docente y fusiona roles que deben desplegar los alumnos que bien orientados incrementan el nivel de su aprendizaje porque transfiere epistemología del saber; por ello debe ser conjugado con un modelo del lector que se sustenta en la teoría de la recepción con la cual pueda incrementar su capacidad de recepción de textos, diversificar relaciones comunicativas, aprender a pensar el contenido que le comunican, perfeccionar las habilidades para pactar procedimientos lingüísticos, convertir el aprendizaje en una metodología crítica, asumir comportamientos interactivos estructurados como una progresión que los hace sujetos de la amplitud y la complejidad. El modelo se sustenta en el principio del reconocimiento y opera con normas de recepción activa.

Las evidencias estudiadas correspondieron a la determinación de las huellas de circulación que proporcionan los mensajes que con temas de la educación superior fueron emitidos por el diario el Comercio de Quito entre los días comprendidos entre el 9 de enero hasta el 8 de febrero, la delimitación del tiempo fue temática, para operar con un protocolo de comunicación que respondiera a una semántica y a una sintaxis. La categoría semántica es posible apreciarla mediante la virtualidad u oposición de temas, mientras que la sintaxis es a través del contraste o la realidad de los asuntos tratados. Una relación como la aludida es la que ha permitido que se desarrolle una teoría de los valores semánticos (Prada, 2010). Un análisis de la circulación es un ejercicio que se sostiene en la competencia comunicativa y puede situar al alumno en una postura hermenéutica que lo capacita en varias direcciones interpretativas de lo simbólico.

CONCLUSIONES

La identidad mantiene un vínculo imprescindible con la cultura por lo cual configuran un continuum entre cuyos extremos el individuo asume compromisos sociales. La desconexión identificada en este estudio demanda una estrategia curricular específica debido a la obviedad que existe en relación con los signos de la cultura regional, la manera en que son relegados los productores de los bienes y el bajo nivel de consumo de productos locales; en esas circunstancias son importadas narrativas culturales que contribuyen a desdibujar los universos culturales locales y reforzar la globalización simbólica.

El análisis del discurso mediante sus sentidos manifiestos revela reglas donde queda definido un sentido cuestionador del productor de discursos sociales al Gobierno y el matiz diferente para mostrar los opuestos. Este contraste de tonos explica la postura ideológica del emisor del mensaje con respecto a la polémica. La trascendencia que esa regla propone es indicativa de un modo de erigir el protocolo comunicativo de una red telemática periodística.

La mirada puesta en el protocolo de la comunicación para la enseñanza deja una recomendación durante el procedimiento para la producción de textos, en especial los reflexivos. En la relación que este modelo guarda con el continuum cultura-identidad subyace la importancia de otorgarle cientificidad a la enseñanza. Se utilizan herramientas que hagan del sentido, la significación y los significados ámbitos donde localizar los comportamientos y comprender con mayor claridad lo expresivo del discurso social. La identidad cultural es un reconocimiento de los intereses individuales y colectivos que portan los sujetos; concebirlos como objetivos para la formación del futuro ciudadano no debe apreciarse como una retórica política, pues son una manera de enseñar a comprometerse con la realidad nacional, incrementar la cultura y laborar para engrandecer el proyecto político social de los países.

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Recibido: Septiembre de 2016.

Aprobado: Noviembre de 2016.




 

Dr. C. Enrique Espinoza-Freire


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Lic. Verónica Guamán-Gómez


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Dr. C. Máximo Gómez Castells


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