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Revista Universidad y Sociedad

versión On-line ISSN 2218-3620

Universidad y Sociedad vol.9 no.3 Cienfuegos jul.-set. 2017

 

ARTÍCULO ORIGINAL



LAS CARTAS EN LA ENSEÑANZA DE LA CONSTRUCCIÓN E INTERPRETACIÓN TEXTUAL



THE LETTERS IN THE EDUCATION OF THE CONSTRUCTION AND TEXTUAL INTERPRETATION




MSc. Carlos Lázaro Nodals García, Lic. Regla Dolores Quesada Cabrera, MSc. Lietter Suárez Vivas

Universidad de Cienfuegos. Cuba.





RESUMEN

El artículo trata la omisión del epistolario como texto con potencialidades de aplicación en las asignaturas del currículo, que abordan la construcción e interpretación de textos orales y escritos, el discurso, la exposición, y aspectos relacionados con la comunicación en general. Se hace un análisis del declive de las cartas como medio de comunicación, y el abandono dentro del sistema educativo como medio para lograr objetivos estratégicos en los programas de promoción y animación de la lectura, la ortografía y las competencias comunicativas. Se esboza el impacto de las tecnologías de la información en el declive epistolar y se ejemplifica, con dos misivas antonomásticas del epistolario martiano, la importancia educativa de estos textos.

Palabras clave: Carta, epistolario, texto, construcción, interpretación.


ABSTRACT

The article treats the omission of the epistolary like text with application potentialities in the subjects of the curriculum that approach the construction and interpretation of oral texts and writings, the speech, the exhibition, and aspects related with the communication in general. An analysis of the decline of the letters like media is made, and the abandonment inside the educational system as means to achieve strategic objectives in the promotion programs and animation of the reading, the spelling and the talkative competitions. The impact of the technologies of the information is sketched in the epistolary decline and it is exemplified with two antonomastics missive of the Martí epistolary the educational importance of these texts.

Key words: Letter, epistolary, text, construction, interpretation.





INTRODUCCIÓN

Los programas de las asignaturas que abordan la construcción e interpretación de textos, la comunicación y la literatura en el curso de nivel medio superior están concebidos para que los estudiantes se preparen como profesores de secundaria básica, y tengan como eje el estudio de la lengua en la concepción de un comunicador competente tanto en lo oral como en lo escrito. El enfoque epistemológico se sustenta en el aprendizaje interdisciplinario, aborda la comunicación desde diferentes áreas del conocimiento, la comprensión lectora, la construcción textual y el análisis de textos para contribuir a la preparación científica, humanística y a la capacitación para continuar estudios en el nivel superior.

Ayuda por un aprendizaje práctico a partir del diálogo, las reflexiones escritas, considerando los componentes funcionales de una clase de español: comprensión, análisis y construcción de textos para producir significados, necesarios en los profesores de las asignaturas de Español y Literatura. En el centro de todas las actividades de aprendizaje está el trabajo con el texto, con el objetivo de que se aprecie la funcionalidad de las estructuras lingüísticas en las disímiles situaciones comunicativas en las que se producen, teniendo en cuenta que el profesor debe ser el modelo de comunicación a seguir por el alumno.

Es una omisión lamentable que en las unidades en que se tratan las tipologías textuales cuyos objetivos son que el alumno construya textos con progresión temática, utilice las estrategias de lectura, decodifique textos y aplique la capacidad de predicción e inferencia; se pierda la oportunidad de tratar un género que generalmente se menosprecia, que es considerado una escritura de segunda categoría, relegado a un espacio marginal de la literatura, o cuando más, un recurso estructurador de textos: el epistolar. El arte de escribir cartas tiene eminentes exponentes en la historia.

El estudio de las cartas, en el contexto de la Historia de Cuba, puede aportar al Programa Rector de la Educación Superior cubana de formación de valores, tributar al humanismo socialista que propugna la creación de profesionales competentes y revolucionarios, unido a la estrategia central de construcción de un socialismo próspero y sostenible. Desde el punto de vista didáctico el estudio de epistolarios facilita la comparación de la comunicación oral y escrita, la interpretación de mensajes de diferentes tipos y la selección de información relevante.



DESARROLLO

El género epistolar ha sido generalmente subvalorado a la hora de hacer programas de promoción de la lectura, o cuando se implantan estrategias con determinados fines pedagógicos. Se olvida incluirlo en programas de estudios de pre y postgrado, a pesar de que son textos estéticamente valiosos y con una estructura idónea para realizar actividades de interpretación textual y comunicacionales. Poseen una estética propia, una densidad temática, y en la mayoría de los casos una complejidad en el mensaje que las hace el material idóneo para tratar cuestiones de comunicación y texto.

Son vastos los temas que se tocan en las cartas: políticos, existenciales, personales, científicos, religiosos, entre otros. Persiguen objetivos disimiles, informar, argumentar, contrarresponder, muchas han constituido testamentos políticos o han revelado la verdad de acontecimientos que durante lapso de tiempo prolongados han permanecido en la duda y/o la especulación. Pero la riqueza de la vida cotidiana y de la reproducción social de un grupo humano o nación en determinado ethos epocal, puede develarse si leemos las cartas de la gente común, de las mujeres y hombres corrientes.

La psicología social de un pueblo está plasmada en las cartas de una época. Cada una es la revelación de una angustia, un anhelo, de las representaciones sociales de una época. Pueden no tener un valor literario, pero sí un valor sociocultural. En ellas hay costumbres, dicharachos, pertenencias clasistas, subordinaciones personales, partidistas y religiosas. De ahí su valor para los estudios socio psicológicos. Aunque una carta es un acto de escritura individual, todas ellas sacan a la luz, sin que el autor se lo proponga, problemáticas personales y colectivas de una era.

Nótese que las cartas pueden ser ofensivas, anónimas, hipócritas, de amor, incluso eróticas, y hasta institucionales, de protocolo, del mundo de los trámites burocráticos, entre otras. Un caso especial son las cartas que, producto de algún acontecimiento excepcional, o de una situación sin precedentes que puede dejar huellas en la historia social, determinados líderes de opinión, personalidades políticas, religiosas, científicos u hombres célebres, escriben como alerta a la comunidad, posicionamiento personal o documento probatorio a futuro. Estas tienen un valor documental y hasta legal, y casi siempre una complejidad estructural y estética superior.

¿Para qué se escribe una carta? Para hablar con otra u otras personas que se encuentran geográfica y/o temporalmente lejos del que escribe. Los diferentes grados de esa distancia geográfica y temporal, unida a la personalidad del receptor, así como el tipo de relación interpersonal que existe entre emisor y destinatario, determinan la contundencia de la carta, su ritmo, profundidad, funcionalidad y estilo. Puede saberse mucho del que envía una carta y del que la recibe si su contenido nos revela coloquialidad, protocolaridad, acontecimientos íntimos, y hasta hechos secretos o inenarrables en público.

Pueden adoptar la forma del soliloquio, de la reflexión existencial. Incluso hay exteriorizaciones de sentimientos, culpas, frustraciones, confesiones; que se materializan en forma de cartas que tienen un objetivo peculiar: no enviarlas nunca. Son portadoras de secretos, confesiones y posicionamientos. Como forma de comunicación interpersonal, gozan del privilegio de la inviolabilidad, refrendado en las legislaciones de todos los países, incluso en el nivel constitucional.

Hasta la década de los años sesenta del siglo XX las cartas constituyen un medio de comunicación esencial, funcional y universal. Se guardaban un tiempo después de leídas, en dependencia de la trascendencia del mensaje, más si tenían carácter de documento histórico. Con la informatización de la sociedad postmoderna, y el dominio de las tecnologías de la información y la comunicación, perdieron su importancia, la aureola del momento de su recibo, el misterio de saber su contenido y el momento de concentración y aislamiento que se reservaba a la redacción de la respuesta. En una carta iba el yo verdadero, en sus líneas se develaba el inconsciente del escritor.

La correspondencia entre las personas es fuente documental de acontecimientos, de proyectos de vida y de la dinámica de la sociedad en una época histórica determinada. Una carta es una escritura única porque revela personalidad, en su más honda interpretación está el sentir de un grupo humano, está plasmado el entorno ambiental, las virtudes y las miserias de una época. En ese sentido, nos afiliamos a la corriente de opinión de que pueden equipararse a un metarrelato o a un hipertexto. Las formas de la conciencia social moral, estética, jurídica, y política, las nociones sobre lo legítimo, lo legal, lo bueno, lo admisible y lo reprobable, están empotrados en las cartas, sin que emisor y destinatarios se percaten de ello.

La crisis de las cartas como medio de comunicación ha impactado de tal modo que el cartero ha sido reubicado en el calificador laboral de la Empresa de Correos de Cuba, y actualmente conserva el nombre de forma genérica por la tradición cotidiana, pero ejerce funciones de repartición de la prensa escrita, cobro de facturas de servicios variados, entrega de giros y citaciones, entre otras tareas propias del servicio postal. Si la familia nuclear es cosa del pasado, el efecto de las cartas en las personas, la expectación de su llegada, el misterio de su lectura y posterior respuesta, han perdido su impacto en el contexto actual.

Su potencial didáctico es factible en las asignaturas que estudian la construcción e interpretación textual. El estilo en que se redacta una misiva está libre de una armazón estructural compleja, de contenidos teóricos difíciles (Montaño, 2010). Tienen que ver, en la generalidad de los casos, con el entorno vivencial inmediato de los involucrados, con hechos que giran sobre el pasado reciente o el momento presente, y por eso aflora lo coloquial, el trato en confianza, la relación franca. Son un instrumento para potenciar valores, muchas son ejemplos inmejorables de desgarramientos, de exaltación de la personalidad, las virtudes y logros de alguien, de la condena de actitudes aborrecibles, de denuncia e injusticas, de reclamo del bien.

Muchas cartas son antológicas porque son material de estudio y se publican reiteradamente por su importancia histórica, estética, intelectual o cultural. Tienen como objetivo el enriquecimiento de la identidad nacional, el apego a héroes, a personalidades que dejaron un legado humano, o la investigación histórica y científica. Éstas ya no pertenecen a emisor y destinatario, por su trascendencia se erigen en patrimonio de un grupo humano, estado o nación. Un grupo más selecto aún, adquieren la categoría de material de culto, de obligado retorno, mención y estudio. Son antonomásticos los ejemplos de correspondencia de los próceres de la independencia de la República de Cuba.

El epistolario de Martí es de una singularidad admirable. Fue para él cosa tan personal e íntima, o tan carente a sus ojos de permanente valor como obra de letras, que ni aun respecto de cartas de pública importancia lo menciona en su testamento literario. Y, sin embargo, sus cartas son las que dan la total medida, la cabal estatura espiritual del hombre y el Apóstol. Martí exalta ardorosamente en los discursos, emociona suavemente en los versos, ilumina extensamente en la prosa de sus artículos y crónicas; pero conmueve hasta la última fibra, profunda y entrañablemente, en sus cartas (López, 1950).

En una de ellas, fechada el 17 de enero de 1879, dirigida a Manuel Mercado, dice: "Cuanto predije esta cumplido. Cuantas desdichas esperé, tantas me afligen. Primera debilidad y error grave de mi vida: la vuelta a Cuba. Hoy, mi pobre Carmen que tanto lloró por volver, se lamenta de haber llorado tanto. Nadie quiere convencerse de que prever es ver antes que los demás. Todo me lo compensan mi mujer heroica y mi lindísimo hijo". (Martí, 1975)

En estas palabras se conjugan los sufrimientos provenientes de su labor política y de su azarosa vida personal.

Antes de la irrupción de las tecnologías de la información y la comunicación, las cartas permanecían en el tiempo porque los destinatarios las guardaban por largos períodos o de por vida, sobre todo las que tenían significación especial en su historia personal. Existía también la costumbre por parte de los emisores de guardar copia de las cartas que enviaban, por los más insospechados motivos. Así, han llegado hasta nuestros días los epistolarios de personalidades de todos los ámbitos del quehacer humano, y hasta de gente común, pero que han asombrado por la originalidad de la escritura que volcaban en su correspondencia.

Todas aquellas que llegaron hasta nuestros días, debido a los cambios dialécticos del desarrollo social, se convirtieron en documentos históricos. Otras, escritas o dirigidas a personalidades, artistas, gente célebre, se constituyen en patrimonio. Muchas, que revelan diversidad de asuntos, llegaron a través del derecho civil, que posibilitó en el campo del derecho sucesorio, que se conservaran en poder de abogados de la familia, albaceas y administradores. El azar también juega su papel, en archivos personales, institucionales, en organizaciones culturales, se han hecho hallazgos de cartas de interés para un grupo, la comunidad o la nación.

Por ejemplo, de 1881 a 1887, la madre de Martí sostiene asidua correspondencia con él. Se conservan 12 epístolas de su puño y letra. Le aconseja en cada una que renuncie a su misión, que piense en su familia. Terminó por destruirlas después de muchas relecturas. "Es el caso que yo guardaba todas tus cartas, con la esperanza de que algún día tendríamos tranquilidad para repasarlas juntos y reír o llorar con ellas. Pero viendo que esto se alarga mucho, que yo puedo morir, y ellas ir a parar a manos extrañas, determiné romperlas, pero no tuve valor sin darles otro repasón, y como algunas tienen ya tinta apagada, he hecho mucho esfuerzo. Pero ya se acabó la obra, y no me pesa, pues rara era la que no tenía un ramalazo, y no me hubiera gustado que otro las leyera". (Martí, 1975)

Ezequiel Martínez la evoca como se ve en uno de sus últimos retratos de 1892, como "una empleada que vive de un sueldo exiguo y que no tiene más. Es la fotografía de una anciana de cabellos grises, ceñidos a la cabeza, puesta al cuello una randa sostenida por un broche común, con vestido de paño grueso, como si se abrigara de los fríos neoyorkinos. Hay en su semblante una pena lejana y su boca no se sabe si está a punto de sonreír o de llorar. Tiene la mirada opaca que el hijo le descubrió, de las madres que perdían el brillo de sus ojos como ella lo había perdido. ¡Cuánta sencillez, bondad, maternidad, resignación y al mismo tiempo valor para afrontar la vida –y la muerte!". (Martínez, 1974)

En esta imagen de la madre sufrida, que no comprende el sacrificio (para ella en vano) del hijo, hay sentimientos, valores, drama familiar, y ahí radica la potencialidad de ese epistolario para usarlo en el sistema de actividades que contribuyen a fomentar el patriotismo en los estudiantes, el sentido de la responsabilidad y la entrega. Martí le escribió misivas afectuosas y sencillas. Siempre escribió la palabra madre con mayúscula, para demostrar que era su madre amada. Prima el tratamiento respetuoso, la consideración, la tolerancia, todo el tiempo muestra el amor enorme que sentía hacia ella.

La informatización de la sociedad desplaza el papel de la correspondencia epistolar a un estado en que prácticamente está en desuso, y ocupa su lugar el correo electrónico. Esta escritura electrónica tiene un estilo como el del telegrama clásico, con errores de redacción y de ortografía, y el uso de la llamada economía textual: uso de símbolos, pictogramas mezclas de dos o más palabras, y el spanglish. Esto ha desatado un enconado debate entre sus defensores y detractores. Está signado por la urgencia, la prontitud y la lógica de la operatividad organizacional del mundo corporativo.

La introspección en la redacción de una carta, el acto comunicacional intimo que la caracterizaba, refrendado incluso en las leyes que protegían el secreto de la correspondencia, han sido sustituidos por la inmediatez del correo electrónico y sus reglas: contestar antes de las 24 horas, aunque sea solo para decir que contestará más adelante, avisar a los remitentes porque no hay forma de fingir no haberlo recibido, tienen el inconveniente de que cuanto más largo sea el mensaje, menos probabilidades hay de que lo lean.

El uso de la economía textual es una regla no escrita, cuya aceptación de facto es cada día más arrasadora. Deben leerse más de una vez debido a que a primera vista pueden dar la impresión de ser ofensivos; sólo al leerlos más detenidamente se comprende que simplemente están mal escritos o con prisa. La confidencialidad no existe en este tipo de comunicación interpersonal, aunque se borren quedan en los discos duros y en los servidores, de donde siempre pueden recuperarse y conocerse su contenido. De hecho, facilitan la vigilancia y el espionaje masivos.

Por otra parte, el destinatario borra los correos electrónicos después de leerlos. Y sino, el propio gestor del sistema operativo lo borra o compacta. Esto refuerza su carácter efímero. Entonces se plantea un dilema de carácter sociocultural, qué epistolario legará la generación actual a la sociedad futura. No se trata de una posición de defensa ingenua o románica de las cartas, sino de tratar, desde la escuela de reavivar esta forma de comunicación que no ha perdido su potencialidad y que mantiene vigente su logística en los sistemas de correo de todo el mundo.

Diariamente las personas envían postales de felicitación, de recordatorio, pagarés, documentos de carácter legal, y también reciben cartas de citación, de trámites burocráticos, cuentas del teléfono, servicios de internet y otros. Si se enseña el arte de las cartas a partir de los primeros grados, desde una asignatura o desde talleres de redacción u otra actividad docente, la sociedad moderna recuperará una forma íntima, segura, personalísima y rápida de comunicarse. El servicio postal en las Américas tiene plazos de entrega entre veinticuatro y setenta y dos horas, y entre América y el resto del mundo los plazos son similares, por los avances de la aeronáutica.

El epistolario puede ser utilizado en los sistemas de acciones para la estimulación, formación y desarrollo de los hábitos de lectura, introducir la técnica de la lectura a viva voz, sus relaciones con otras actividades creativas e incluso en la multiplicidad de formatos que hoy se aplica el término lectura (Rodríguez, López & Gayoso, 2010). Redactar una carta coloca las ideas según el discurrir del pensamiento, tiene un componente interactivo y expresivo importante, no hay limitaciones en la composición del texto, el pensamiento es llano, sin adornos, los propósitos son variados: informar, agradecer, pedir, recordar (Domínguez, 2010).

La estructura se adapta a las pautas de la rutina social, utiliza el lenguaje coloquial, el tratamiento no necesita una formalidad excesiva, el escritor se adecua al destinatario, es un entrenamiento ideal para diferentes situaciones comunicativas, viabiliza la exteriorización de pensamientos y experiencias personales del autor, que no se hubiesen producido en una situación comunicativa cara a cara. No necesita elaboraciones retoricas complejas.



CONCLUSIONES

Las cartas son un valioso instrumento para promover el gusto por la lectura de textos impresos, y contrapartida al deslumbramiento que provoca en los niños y adolescentes las tecnologías de la información y la comunicación.

Pueden facilitar el estudio de textos asequibles, que incrementan el caudal de significados y significantes, contribuye a la elaboración de ideas, al mejoramiento de la ortografía, a la formación de valores, a la depuración del estilo personal, al enriquecimiento de las competencias comunicativas y a potenciar el humanismo.



REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

Domínguez García, I. (2010). Comunicación y texto. La Habana: Pueblo y Educación.

López Dorticós, P. (1950). Intimidad de Martí en sus cartas a Manuel Mercado. La Habana: Academia Nacional de Artes y Letras.

Montaño Calcines, J. R. (2010). Hacia una pedagogía del texto – y de los textos -: un reto permanente. En: Renovando la enseñanza-aprendizaje de la lengua española y la literatura. La Habana: Pueblo y Educación

Martí, J. (1975). Obras Completas. T. 21. La Habana: Instituto Cubano del Libro.

Martínez Estrada, E. (1974). Martí Revolucionario. La Habana: Casa de las Américas.

Rodríguez Pérez, L., López Díaz, A. & Gayoso Suárez, N. (2010). El desarrollo de los hábitos de lectura, hoy. En: Renovando la enseñanza-aprendizaje de la lengua española y la literatura. La Habana: Pueblo y Educación.



Recibido: Abril de 2017.

Aprobado: Junio de 2017.




MSc. Carlos Lázaro Nodals García

E-mail: carlos.nodals@accs.co.cu

Lic. Regla Dolores Quesada Cabrera

E-mail: rquesada@ucf.edu.cu

MSc. Lietter Suárez Vivas

E-mail: lsvivas@ucf.edu.cu

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