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Introducción
La formación de los profesionales de la Educación Superior exige una proyección centrada en el desempeño laboral que le permita acceder al mercado del trabajo con las competencias necesarias para desarrollar cualquiera de las actividades del campo profesional en que se forma. Así, la concepción de las carreras universitarias insiste en destacar la necesidad de hacer coincidir los fundamentos teóricos y las praxis con un enfoque integrador y articulado, que facilite la familiarización y fundamentación de los saberes asociados al desempeño laboral.
En particular, la naturaleza de la carrera Licenciatura en Turismo se fundamenta en esta idea y desde el punto de vista epistémico sustenta la necesidad de orientar la formación de los profesionales hacia las competencias básicas del desempeño. Sin embargo, la posición didáctica y pedagógica que caracteriza el currículo aun no justifica la orientación formativa hacia este propósito.
Por lo general, en esta carrera, la praxis y la estructuración de las asignaturas de carácter práctico laboral privilegia el vínculo con las actividades de desempeño, y en este empeño las indicaciones de los organismos superiores de la Educación Superior y los directivos de las universidades exigen al docente responder a dos interrogantes fundamentales: ¿cómo concebir un proyecto formativo orientado al desempeño laboral en el diseño de carrera? y ¿qué características debe poseer un proyecto formativo orientado al desempeño laboral en la carrera Turismo en el contexto de la Educación Superior de Ecuador?.
Estas exigencias en torno a justificar la posición que defiende la autora y el interés por presentar las ideas que pueden ser concebidas como una oportunidad para legitimar las decisiones que en estos momentos se vienen realizando en materia de rediseño curricular.
En este caso se exponen las generalidades del proceso, en el ámbito de la formación del profesional del turismo. Se indagó en las concepciones y prácticas de los docentes y estudiantes acerca de las necesidades asociadas a este tipo de problema, y se defiende la posición que sostiene la autora de este trabajo y que ha venido aplicando en sus prácticas docentes en la Facultad de Comunicación Social de la Universidad estatal de Guayaquil.
Desarrollo
El turismo es una actividad globalizada que se visualiza como la industria mundializada en todos los tiempos de la humanidad, porque trata de demostrar a los ciudadanos del mundo la cultura de cada pueblo, esto es la manera de hacer las cosas de cada sitio geográfico de la tierra. Hoy se asisten a un crecimiento sostenido de la actividad turística que valoriza el desarrollo de las fuerzas productivas, las riquezas naturales y culturales y hacen de estas un componente del desarrollo económico al convertir al país en un destino turístico atractivo, ajustado a las tendencias contemporáneas y al canon que identifica la oferta nacional en este tipo de mercado.
Esta consideración ubica en el centro del proceso la calidad formativa del profesional, la cual, en correspondencia con las demandas de la actividad profesional, debe diseñar y precisar el alcance de los procesos formativos universitarios en interés de concientizar a los futuros profesionales con el encargo social que a ellos se les ha legado por los trabajadores, los cuales en diferentes esferas de la actividad turística han configurado las bases de la profesión.
Bajo esta consideración se configura una imagen profesional y corporativa del trabajador del turismo que incluye exigencias que van desde la postura corporal, el dominio de lenguas extranjeras -necesarias para enfrentar las exigencias del mercado laboral-, el manejo de herramientas tecnológicas, de investigaciones, hasta el dominio de determinados saberes relacionados con las actividad económica y contable, a partir de las cuales podrá hacer uso óptimo de los recursos humanos y materiales disponible.
A estas exigencias se une la prioridad que se le concede a la formación de una visión estética integral de los servicios, que pueden incluirse en una oferta turística. Se connota, además, la perspectiva humanista del profesional del Turismo al considerar que el hombre es el centro de la actividad turística, y por tanto es preciso que el profesional desarrolle la capacidad de valoración de gustos, sentimientos, intereses, conocimientos de los usuarios como base para la proyección de las actividades y las pondere como la principal repercusión económica y comerciales. Este profesional deberá comprender que tiene en sus manos la oportunidad de atender y contribuir a una educación elevada, y a la comprensión internacional -al asumir la posibilidad de convertirse en un medio para fomentar la comprensión, la solidaridad y la amistad entre los hombres y sus pueblos.
En este mismo propósito se identifican los cambios en la valorización del turismo en la proyección económica nacional. Lo cual ha llevado a diversificar la proyección de la oferta turística y colocar a los profesionales ante la responsabilidad de promover la gestión de nuevas ofertas, cada vez más atractivas y autóctonas.
Desde esta perspectiva y con el sello distintivo que reconoce a cada país, provincia o localidad, las carreras de Turismo conciben el perfil del profesional que debe egresar como un joven consciente de la implicación económica de la actividad turística y de la connotación cultural que posee un desempeño laboral competitivo. Bajo esta exigencia marco se precisa como regularidad que este profesional deberá poseer una amplia cultura, tendencia a la proactividad, actitud y aptitud para prestar un servicio calificado (Bound & Woods, 2004).
Esta posición general logra concreciones en las políticas nacionales y locales que alcanzan mayor o menor connotación, en correspondencia con el lugar que se les adjudica al turismo en la estrategia económica que se lleva a cabo y las precisiones que desde el gobierno ecuatoriano se hacen a la formación de los profesionales universitarios, para que cada vez más la Educación Superior implique una respuesta al cumplimento de las políticas que sustentan el cambio en la matriz productiva y las exigencia del plan nacional del buen vivir de Ecuador.
En respuesta a los cambios de la matriz productiva, el gobierno ecuatoriano está empeñado en reestructurar las concepciones y prácticas de formación universitaria, preparando a las carreras para ofrecer respuestas a las necesidades del mercado laboral y a los avances en la ciencia y tecnología, que dejan su impronta en la actividad laboral del profesional.
Romper con prácticas formativas rutinarias que no encuentran ubicación en empresas o que no logran, al egresar, adaptarse a la sinergia de los cambios del mercado laboral exige ajustar contenidos curriculares, pero sobre todo, precisan ampliar las actividades académicas, investigativas y prácticas frente al tratamiento de las competencias personales y laborales que constituyan una garantía de profesionalización en sus puestos de trabajo.
Este reclamo se torna imprescindible en los proyectos formativos que se organizan en las carreras y se establece como prioridad la necesidad de ampliar la colaboración de la Empresa (privada y/o estatal) en el diseño y desarrollo de las actividades formativas. Sin embargo, hay que tener en cuenta que para lograr un proyecto formativo de este alcance es necesario desplegar todo un análisis metodológico de naturaleza psicopedagógica y didáctica, que ubica a los colectivos docentes en una tarea de amplia repercusión curricular, pues los proyectos formativos se identifican como orientados a favorecer en el estudiante la integración de conocimientos, habilidades, técnicas, actitudes y valores esenciales en la competencia laboral básica para el desempeño profesional laboral. Los proyectos formativos se insertan en las asignaturas o en las estrategias educativas de grupo y son diseñadas por los docentes que tienen la responsabilidad de guiar el proceso de formación. Las experiencias en este proceso aluden a una secuenciación de acciones que por su carácter programático se reconocen como tarea de primer orden de los docentes de las carreras, los cuales deberán seguir determinadas pautas metodológicas.
Según autores como Zabalza, Romero 2011, así como la sistematización a experiencias curriculares en universidades europeas y latinoamericanas, los proyectos o programas formativos deben partir de la identificación de los problemas formativos, lo cual informa de la necesidad que presentan los estudiantes e incluso el proceso de formación. Es desde este referente que se procede a establecer los resultados de formación o aprendizaje, los cuales se consideran desde la estructura de las competencias que se quieren formar al considerar que estas se expresan en la manera en cómo son utilizados los conocimientos, las habilidades y las actitudes asociadas a la profesión, con el fin de manejar y resolver adecuadamente las situaciones de la práctica profesional, la cual permite evaluar el desempeño alcanzado, así como el desarrollo de habilidades profesionales.
Luego, en función de los resultados del aprendizaje fijados, se procede a establecer el contenido del proyecto o programa formativo, los cuales pueden identificarse como un constructo o contenido integrador que se vincula a la actividad profesional. Es desde la naturaleza del constructo o contenido integrador que se establecen las rutas de formación, las cuales incluyen los procedimientos y metodologías que facilitarán el proceso, y también precisa los recurso y tipos de resultados que se convierten en criterios para valorar qué y cómo se están cumpliendo los resultados de aprendizaje que orientan las decisiones que configuran el proyecto formativo.
La implementación de estas acciones de carácter metodológico curricular se adecua a las condiciones y prácticas de los colectivos de carrera y en particular de los docentes implicados, los cuales al sistematizar los resultados deben informar de las decisiones que pueden y deben ser consideradas como líneas de trabajo de la carrera. De manera particular, la experiencia que se asume en los aspectos planteados hasta aquí como referente para responder a la interrogantes planteadas en la introducción.
En principio, al responder cómo concebir un proyecto formativo orientado al desempeño laboral en el diseño de carrera se advierten al menos tres requisitos básicos: conseguir un acercamiento cada vez más objetivo de la carrera con la empresa, identificar la competencia laboral básica y las posibilidades del currículo para lograrla y diseñar las acciones formativas como un proyecto que se inserta en el currículo, tanto a nivel de las asignaturas como del trabajo educativo del grupo en el semestres.
Se entiende entonces que el proyecto formativo orientado al desempeño laboral se asume como una propuesta de acciones y actividades de aprendizaje que se valorizan en el currículo en función de lograr la formación de un profesional más comprometido y consciente con la actividad profesional que desarrolla y que desde él participa y se identifica con la búsqueda de solución a los problemas profesionales del cambo laboral.
Desde esta posición teórica y metodológica se concibe el diseño del proyecto como una responsabilidad del docente universitario en y con la carrera. El proceso, sin embargo, no debe excluir la posición de los estudiantes, directivos educacionales y empresariales que están participando de la formación del profesional.
Asimismo, en respuesta a la segunda interrogante acerca de las características que debe poseer un proyecto formativo orientado al desempeño laboral en la carrera Turismo en el contexto de la Educación Superior de Ecuador, se realizó un estudio de opinión que se amparó en métodos del nivel empírico, los cuales permitieron combinar análisis cualitativos y cuantitativos, favoreciendo la participación de los implicados en la toma de decisiones al respecto. De estos resultados se expone en el apartado que sigue.
La toma de decisiones como un proceso compartida
La búsqueda de la participación de los actores implicados en el proceso formativo del Licenciado en Turismo en Ecuador es complejo, por tanto, la ubicación del estudio desde las condiciones de la Universidad Estatal de Guayaquil resulta un ejercicio de rigor que pretende adjudicarle credibilidad al estudio y validez a los resultados, si se toma en cuenta la historia y dinámica de participación de especialistas del Consejo de Educación Superior del país y de otros países del América latina que despliegan sus servicios y conocimientos en el ámbito del diseño y desarrollo del currículo de la Educación superior en Ecuador.
En este mismo orden la tradición formativa de la carrera Turismo por más de veinte años y la valoración conjunta de los ventajas y limitaciones con que contribuye la carrera a la solución de las demandas del sector en el país se ha identificado como un tema de atención en los encuentros formales e informales desarrollados con hoteleros, agentes de viajes y tour operadores del área de la actividad turística. Estas prerrogativas que se identificaron como criterio marco para la determinación del estudio también se avalan en el hecho de que la investigación se relaciona con los estudios de tesis en opción al grado de Máster en Diseño curricular que la autora concluyó en 2014, y que sirvió de marco para las reflexiones y decisiones que hoy se socializan.
En particular, las muestras estratificadas en general fueron intencionales y en correspondencia al alcance real del investigador. La aplicación como encuestas, observaciones directas y entrevistas caracterizó el proceso cuyo objetivo se centró en develar las concepciones y características de las prácticas formativas orientadas al desempeño laboral del estudiante e identificar los criterios básicos para el diseño del proyecto formativo orientado hacia este fin. Las regularidades del estudio se presentan aquí como conclusión del estudio empírico y son resultados de las técnicas aplicadas (Costa, 2001).
En este caso el 63% de los estudiantes encuestados (84 de los 134 encuestados) expresan que los conocimientos recibidos en la carrera son útiles para la práctica, pero no se considera que faltan actividades para asegurar el dominio en las técnicas actualizadas, lo cual no les permitirá ser versátiles y acoplarse a la diversidad de actividades turísticas y a los diferentes tipos de turistas que frecuentan las instalaciones nacionales y locales.
En la observación participante de 45 actividades prácticas con estudiantes que se encuentran entre el 3er y el 8vo semestres se evidenció que en el 96% de estas se presentaron fallas en el dominio de los conocimientos del proceder según el tipo de actividad turística que desarrollaban. Esta situación se confirmó en entrevistas a los empresarios, los que perciben que los estudiantes cumplen con las actividades de la práctica, pero no logran superar las dificultades en las habilidades propias de la actividad profesional, lo cual limita la competencia del egresado para el desempeño de las diversas áreas de la actividad turística.
En entrevistas grupales e individuales los docentes, directivos universitarios y empresarios coincidieron en la necesidad del priorizar la formación hacia el desempeño laboral como clave del proceso de formación del profesional, pues al concluir las actividades áulicas o rendir informe de las prácticas es evidente que aún no se logra que el desempeño de los estudiantes se corresponda con las exigencias de la actividad turística sobre todo con la preparación para que puedan influir en el incremento y diversificación de las fuentes de ingreso en esta área de los servicios para la economía nacional. Se evidencia la falta excelencia y compromiso para el desempeño exitoso de las actividades turísticas (Figuerola, 1986).
De este modo, al indagar acerca de las características que debe reunir el proyecto formativo de la carrera se concluyó que esta deberá centrarse en las competencias básicas del profesional, regular el aprendizaje en la práctica pre-profesionales y promover con este fin las posibilidades, tanto de las actividades de aprendizaje áulico como el aprendizaje en la práctica. Todo esto implicaba un mayor vínculo con la empresa y mayor participación de los docentes de la carrera.
Las precisiones acerca de cómo concebir el proyecto formativo fueron consultadas con directivos universitarios y empresariales, docentes, estudiantes y especialistas del currículo. En esta caso fue recurrente que se insistiera en la necesidad de estructurar las asignaturas y actividades que aseguran el desarrollo de la competencia profesional de gestión de la actividad turística como una vía para responder a los cambios de la matriz productiva y las demandas del Plan Nacional del buen vivir, en tanto el estudiante pueda aplicar e integrar los conocimientos y técnicas que resultan condición necesaria para planificar, organizar, ejecutar y evaluar los resultados de su desempeño, a partir de la actividad profesional en la que se forman.
En este empeño los especialistas del currículo consultados exhortaron que en los diseños de carrera se identificaran asignaturas que por su alcance tributan directamente a la formación práctica del profesional, pues según Fuentes (1995),, incluyen las esferas de actuación del profesional, y mediante ellas el estudiante aprende los aspectos científicos y tecnológicos de la profesión, que además consideran las relaciones sociales, humanas y administrativas adherentes a su profesión. En ellas el estudiante aprende a desarrollar sus habilidades y valores profesionales, y puede llegar a participar en la solución de problemas simulados o reales, promoviendo una visión objetiva y comprometida de su modo de actuación en el desempeño laboral y ciudadano que corresponde a estos tiempos de cambio.
La identificación de estas asignaturas resulta esencial para elaborar proyectos formativos orientados a la práctica. Estos se convierten en una oportunidad para integrar saberes que trascienden el espacio áulico y connotan la experiencia laboral, ya sea desde los espacios de práctica pre-profesional o desde actividades curriculares dentro de los programas de enseñanza aprendizaje de la asignatura.
En este caso las consideraciones para diseñar el proyecto formativo de la carrera Turismo en Ecuador deberá sustentarse en una relación directa con las agencias de viajes, operadoras nacionales e internacionales y hoteles, pues resultan esenciales atender a las experiencias que allí pueden tener para la formación y el cumplimento de una premisa del currículo universitario: el vínculo entre lo académico, lo laboral e investigativo como procesos sustanciales de la educación superior.
Además, se identifica la asignatura Gestión de agencias de viajes como asignatura integradora de los conocimientos que este egresado debe tener: geografía turística, servicios y recursos turísticos, servicio al cliente, administración turística, turismo en áreas protegidas, gastronomía, técnicas de guiar, hotelería e inglés técnico, porque le permite el acercamiento a la vida y a la realidad concreta del turismo ecuatoriano, por eso en ella debe primar el componente laboral en estrecha relación con lo académico e investigativo.
En esta asignatura es necesario que el proyecto formativo integre la teoría a la práctica para fortalecer y unificar los conocimientos, llevando a un nivel de aplicabilidad de los mismos que tribute a las competencias que establece el proceso formativo, y el perfil de egreso del futuro Licenciado en Turismo.
Los especialistas del currículo coinciden también en que la propuesta de un proyecto formativo como eje curricular integrador para fortalecer el futuro desempeño laboral de los estudiantes debe ajustarse a los contextos y a la situación real del desarrollo turístico a nivel mundial y local, de manera que se evite la irrelevancia de los conocimientos y habilidades que reciben los estudiantes, que distan de las exigencias y las demandas de los empleadores, principalmente aquellos que pertenecen al sector privado.
Sin embargo, la preocupación fundamental que surgió en este contexto se relaciona con la desconexión, desfase y la disfuncionalidad entre los programas académicos ofrecidos por la mayoría de las universidades con los requerimientos y exigencias que demanda de los profesionales el Plan Nacional del Buen vivir y el cambio en la matriz productiva en la cual. La actividad del turismo se convierte en una fuente clave de ingresos y exportaciones de los productos nacionales y un espacio para consolidar la cultura de paz, solidaridad en un marco multicultural de convivencia armónica con la naturaleza como proclama el Plan Nacional del Buen vivir.
Esta situación se agrava ante la necesidad de que el profesional del turismo sea capaz de promover y generar nuevas ofertas y empleos al valorizar las potencialidades de la naturaleza y la cultura nacional como atractivo y componente esencial de la actividad turística. Por tanto, se identifican tres dimensiones esenciales para el proyecto formativo orientado al desempeño laboral en la carrera Turismo en Ecuador. La primera -llamada dimensión cognitiva- focaliza el tratamiento del contenido cultural que sirve de marco para las decisiones de gestión del profesional del turismo en cualquiera de sus áreas de desempeño laboral: patrimonio turístico del Ecuador, patrimonio cultural, gastronomía, diseño de productos y servicios turísticos.
La segunda dimensión tecnológica está asociada al dominio de las habilidades para la gestión de la actividad turística en la que se identifica los saberes vinculados a la operación turística en general, así como el funcionamiento de las agencias de viajes para que pueda concebir desde la integralidad del servicio la calidad que le es condición necesaria.
La tercera que se denomina dimensión personal alude a las influencia para reconocer y aprender las actitudes y valores necesarios para el ejercicio exitoso de la profesión, por tanto informa de los aspectos más relacionados con los sentimientos, los valores, las actitudes y disposiciones para el emprendimiento, la atención al cliente y el aprovechamiento estético de los recursos disponibles.
Desde el punto de vista formal es consensuada la idea de que el diseño del proyecto deberá desplegarse desde cada una de las asignaturas, pero estableciendo redes y relaciones con la asignatura Operación turística y agencia de viajes como integradora. Es desde estas redes que se establece la organización de las experiencias de aprendizajes antes, durante y después del proceso, las cuales deberán incluir el problema real que enfrenta el profesional, los resultados de aprendizaje, los criterios metodológicos para el desarrollo de las actividades a realizar por el estudiante y los de evaluación (Santamaría Andrade, 2015).
Las actividades a incluir en el proyecto deberán integrar en su concepción las dimensiones y presentarse como acciones o actividades que incluyen en su estructura el procedimiento para guiar al estudiante en su concreción. Por tanto sirven como referente para evaluar el aprendizaje.
Sin embargo, la factibilidad de la implementación del proyecto estará sustentada en la necesidad latente del sector empresarial turístico para organizar las prácticas pre-profesionales como espacios de integración de saberes, desde los que se logrará una mayor influencia para revalorizar la responsabilidad del profesional en el desarrollo económico del país.
Asimismo, la concepción interdisciplinar para responder a las demandas de los diferentes campos de actuación profesional necesita que el proyecto formativo se asuma como un elemento dinamizador del currículo y asegure su interrelación con los problemas de la profesión en escenarios locales y globales.
Por tanto, la concepción de la formación sustentada en el proyecto formativo asume la gestión de la actividad turística como competencia orientada a la resolución de problema ante la incertidumbre y las dinámicas del campo profesional, pero insiste en el fortalecimiento de los valores identitarios de la profesión, desde la perspectiva de los cambios de la matriz productiva y el compromiso social de contribuir al Buen vivir.
Conclusiones
De acuerdo con la posición que hasta aquí se defiende se puede concluir que el proyecto formativo orientado al desempeño laboral constituye una alternativa para consolidar la formación del profesional del turismo si se concibe como expresión de las decisiones curriculares desde un enfoque integrador del saber. Este enfoque valoriza la operación turística como contenido y la gestión de la actividad turística como competencia rectora e incluye una secuencia de acciones o actividades a realizar por el estudiante en las prácticas pre-profesionales, en las que se les enfrenta a problemas que develan y contribuyen a ofrecer respuestas a los cambios en la matriz productiva. Tal consideración exige una relación cada vez más directa con la empresa y los profesionales del turismo en ejercicio. Tarea que implica desarrollar a las carreras como parte de su proyección en el cumplimento de la responsabilidad social de la universidad.
Las ideas aquí expuestas se consideran un punto de partida para reflexiones y propuestas que demandan mayor integración de los docentes de la carrera a nivel de universidad y de país. En la unidad epistémica y metodológica con que enfrenten el currículo estaremos más cerca de ofrecer propuesta curriculares más coherentes en relación con las exigencias de la actividad turística de estos tiempos y del futuro.
