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Revista Universidad y Sociedad

versión On-line ISSN 2218-3620

Universidad y Sociedad vol.10 no.5 Cienfuegos oct.-dic. 2018  Epub 02-Dic-2018

 

Articulo Original

El turismo en la matriz productiva de Ecuador: resultados y retos actuales

Tourism in the productive matrix of Ecuador: Current results and challenges

MSc Lilia Lourdes Mora Pisco1  * 

MSc Natacha Pahola de las Mercedes Díaz Rodríguez1 

MSc Daniel Armando Vergara Cevallos1 

1 Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí. República del Ecuador

RESUMEN

El lugar que se le otorga al turismo en la matriz productiva de Ecuador, resulta un tema crucial para entender la dinámica de los cambios que este sector tiene en el desarrollo económico y social del país. Sin embargo, para entender este proceso es preciso develar los factores que determinan esta relación y desde ella presentar los retos que se asumen para hacer de la actividad turistica un sector sostenible ante los cambios sociopoliticos que marcan el presente y futuro inmediato de la nación. En este trabajo se enuncian los marcos que se precisan en la política de desarrollo de este sector y las implicaciones que están configurando el presente y futuro del turismo ecuatoriano, asumiendo que la continuidad de las estategias planteadas hasta 2020, pueden ser viables siempre que se tome en consideración que el turismo en el siglo XXI, deberá superar los códigos tradicionales y afianzar la adecuación a nuevos desafios económicos y sociales.

Palabras clave: Matriz productiva; desarrollo del turismo; desarrollo económico

ABSTRACT

The place that tourism is granted in the productive matrix of Ecuador, is a crucial issue to understand the dynamics of the changes that this sector has in the economic and social development of the country. However, to understand this process it is necessary to reveal the factors that determine this relationship and from it present the challenges that are assumed to make the tourism activity a sustainable sector before the socio-political changes that mark the present and immediate future of the nation. In this work, the frameworks required in the development policy of this sector and the implications that are configured for the present and future of Ecuadorian tourism are stated, assuming that the continuity of the projects raised up to 2020, can be viable as long as it is taken Considering that tourism in the 21st century, it will have to overcome traditional codes and strengthen the adaptation to new economic and social challenges.

Keywords: Productive matrix; tourism development; economic development

Introducción

La elección del turismo como uno de los sectores más importantes para la economía no es casual, todo lo contrario, ésta es una de las actividades que se valoriza como entorno próspero de negocios, si se tiene en cuenta que durante los últimos 60 años, la expansión y diversificación de la oferta turística se ha convertido en el rasgo distintivo que avala su crecimiento a nivel mundial.

Sin embargo, el siglo XXI sentó las bases para reconocer los grandes retos que asume el turismo, sobre todo al legitimar la responsabilidad que se le adjudica en la economía y el desarrollo de la sociedad. Téngase en cuenta que el turismo se basa en componentes claves, tales como: la intersectorialidad, la cultura y la unidad de la gestión privada, pública y la iniciativa emprendedora de las comunidades.

Desde esta posición las políticas y estrategias de desarrollo del turismo que se proponen en cada país, tienden a estimular la capacidad de oferta en los mercados nacionales e internacionales y hacer de ésta una actividad más sostenible que contribuya a lograr los objetivos de desarrollo socio-económico del país; sin embargo en la actualidad es preciso considerar el carácter alternativo que tienen estas decisiones y la manera en que se puede asegura la recíproca contribución del turismo a otros sectores y viceversa.

La agenda de análisis y discusión de estos temas en Ecuador está siendo reevaluada al calor de los cambios políticos y sociales que vive el país desde 2010, pero, aun así se mantiene un marco interpretativo general que reconoce el valor de la implementación de la matriz productiva en la concreción de una proyección gubernamental para lograr articular los objetivos de desarrollo mundial con los nacionales.

Cierto es que en las últimas décadas la práctica del turismo ha sedimentado su relevancia como factor de desarrollo social; esta condición es cada vez más generalizada a nivel mundial y requiere concebir relaciones entre todos los sectores de la economía nacional, sobre todo, con los sectores proveedores de productos y servicios, que estimulan el desarrollo de la economía en su conjunto.

En Ecuador, la concreción de esta idea se expresa en la matriz productiva, creada por el gobierno nacional para transformar el patrón de especialización de la economía ecuatoriana y lograr una estratégica que permitiera contar con nuevos esquemas de generación, distribución y redistribución de la riqueza; reducir la vulnerabilidad de la economía ecuatoriana; eliminar las inequidades territoriales e incorporar a los actores que históricamente han sido excluidos del esquema de desarrollo de mercado.

Desde esta concepción se privilegió la producción y servicios diversificada, ecoeficiente y con mayor valor agregado, así como los basados en la economía del conocimiento y la biodiversidad, desde el cual se pretendia incorporar la tecnología y el conocimiento en los procesos productivos, bioquímicos, biomédicos, asi como en la optimización de los servicios.

Las transformaciones esperadas no solo la organización de la producción, sino las relaciones sociales que se desprenden de esos procesos, creó las capacidades, para articular de manera sostenible la economía.

Los esfuerzos de la política pública en este propósito se concibieron también para el desarrollo de infraestructura y creación de capacidades para el financiamiento productivo, alrededor de una estrategia global que permitiera al país superar definitivamente la especialización primario-exportador.

Luego, la matriz productiva de Ecuador definió los objetivos, políticas, estrategias e instrumentos de desarrollo económico y social integral, y en ella el turismo se considera un factor clave; pero, comprender el alcance de estas decisiones precisa penetrar en la propia esencia de los vínculos, para desde ellos dilucidar las fuerzas dinamizadoras de este proceso atendiendo a las características del contexto en que vivimos.

Los resultados de la reflexión que se presenta en este trabajo permiten identificar los retos que asume el sector turístico en el marco de la matriz productiva, pero esta se presenta desde el análisis de la continuidad de las decisiones que se han tomado en la última década.

Las ideas aquí expuestas son resultado de un proceso de sistematización teórica que sirvió de base a la conformación del planteamiento de la autoras a partir del análisis de las bases teóricas de la economía política.

Desarrollo

Entre los principales retos del sector turístico a nivel mundial están los relativos a asegurar el cumplimento de los objetivos de desarrollo sostenible del milenio, lo cual ha llevado a considerar un grupo de prioridades entre las que se encuentran, el uso eficiente de los recursos naturales y humanos, la creación de alianzas y espacios de diálogo entre diferentes actores (empresas, gobiernos, sociedad civil), asumiendo las posibilidades que ofrece el establecimento de oportunidades para el intercambio de conocimientos y para multiplicar el impacto de las actividades productivas y de servicio implicadas en el turismo.

Al mismo tiempo, se identifica la necesidad de asumir como reto adicional la necesidad de preservar el destino turístico y promocionar las nuevos poductos que puedan generar un crecimiento económico sostenible. Desde este planteamiento referencial, el gobierno en cada país legitima en sus políticas y estrategias de desarrollo económico -y particular en el sector turístico- la manera en que se concreta el vínculo del turismo con otras actividades económicas y sociales.

Pero, este tipo de reflexión para el caso de Ecuador, precisa dejar explícito el papel que se le concede al turismo en la economía y develar, desde la experiencia de la última década, cuáles son los retos que deberán atenderse para llevar a cabo proyectos de desarrollo en los que articule el desarrollo de la economía y la sociedad.

La matriz productiva es un patrón importante para la economía de un país, según Villena (2015) en ella se responde a las interrogantes como: ¿Qué producir? ¿Cómo producir? Y ¿Para quién producir?; dejando explícita la tarea de generar y crear, de concretar la inversión, aportar al empleo y producción de bienes o servicios.

Desde esta proyección se definió el camino del desarrollo político, económico y social del país, y se legitimó el propósito de llevar a cabo la expansión de los sectores productivos dominados por el Estado en íntima y solidaria relación con la empresa privada y la sociedad civil, denotando la implicación social de la estrategia a seguir.

Desde este referente, por más de una década la matriz productiva en Ecuador se sustentó en la integración de las diversas áreas de la producción y los servicios, ampliando la proyección de un cambio basado en el aprovechamiento de la globalización tecnológica, la necesaria visión de planificación a largo plazo; la apertura al mercado mundial; la estabilidad política y la seguridad jurídica; el impulso, la productividad, la captación de inversión extranjera, la competitividad del sector privado y el desarrollo de proyectos en los que diferentes actividades e instituciones trabajan en directa relación con la producción y comercialización de un producto base.

Sin embargo, la clave de este desarrollo estuvo centrada en aprovechar los recursos naturales y humanos al valorar la oportunidad y capacidad para ejecutar proyectos que generaran inciativas en las que fuera posible el despliegue de un pensamiento y acción emprendedores.

Estas ideas quedaron planteadas en las regulaciones específicas para cada área de desarrollo económico, pero al mismo tiempo se crearon las bases para que el desarrollo económico y social en todo el país, se sustentara en el aumento de la calidad de los procesos de producción, distribución, intercambio, comercio, consumo, manejo de inversiones en funcion de impulsar el desarrollo de las telecomunicaciones, la electrónica y la informática; el transporte intermodal, el comercio electrónico; las finanzas virtuales; la educación y el trabajo a distancia, la publicidad virtual, la salud a distancia, la investigación para el desarrollo de clusters productivos, la mecatrónica, la nanotecnología, la química, la ecología deberán encontrar interconexiones naturales e innovadoras que repercutan en el desarrollo económico social a partir de estrategias ágiles.

Pero, un rasgo distintivo de la novedosa arquitectura de la matriz productiva que se instauró en el país desde 2010, colocó en el centro de la gestión económica el emprendimiento social, comúnmente definido como un tipo de actividad empresarial que incorpora un propósito social a la actividad económica con el propósito de estimular y aprovechar la capacidad multiplicadora de ésta, como fuente de ingresos y de contribucion a la solución de problemas sociales

Durante estos años en Ecuador se avanzó en proyectos de esta envergadura, tanto públicos como privados, orientados a abastecer el mercado interno, pero fundamentalmente el exterior y que a la vez dejen su impronta en el ámbito social. Se aportó un cambio en el cuadro de exportaciones, al asignarles un valor agregado a la diversificación y la integración horizontal y vertical de empresas catalizadoras de la dinámica del desarrollo nacional (Kokkranikal & Morrison, 2011).

En este entramado, se asumió que el turismo debía aportar a la transformación económica-productiva desde objetivos vinculados a la construcción de espacios de encuentro intersectoriales desde los que fuera posible fortalecer la identidad, promover los derechos al cuidado de la naturaleza y asegurar la sostenibilidad ambiental territorial y global desde las más diversas formas y alternativas de la actividad turística.

De manera progresiva se propuso que el turismo se convirtiera en una actividad que generase ingresos para el país, y que asumiera la creación y consolidación de las condiciones necesarias para asistir a un giro trascendental, en las concepciones y prácticas de la actividad turística (Ecuador. Ministerio del Turismo, 2007).

Asi, la idea de colocar al turismo como un elemento dinamizador de la economía permitió impulsar su desarrollo, mejorar su rendimiento y asegurar su contribución al dinamismo de otros sectores de la economía que lo abastecen de bienes y servicios, entre ellos, la alimentación, el transporte, los seguros, la energía, la tecnología, la construcción, las empresas mobiliarias, que resultan actividades estratégicas para la búsqueda de inversiones y para generar un turismo competitivo.

Al mismo tiempo, la maricultura, la industria del cacao, del café; la petroquímica entre otras se convirtieron en una oportunidad para ampliar la calidad de la oferta turistica asi como al desarrollo de otras áreas económicas.

De esta forma se legitimaba el propósito de avanzar hacia un turismo competitivo en Ecuador, idea que desde los años 90, se valoraba como una condición necesaria para contribuir a afrontar los problemas económicos del país, pero a la vez se proponía influir en forma positiva en el bienestar social y la calidad de vida de los ciudadanos (Pollock, 2015; Buzinde, et al., 2017).

Sin embargo, para lograr estos propósitos se debían tomar en cuenta los factores que aseguran este proceso los que se convierten en retos de la competitividad en la actividad turística.

El análisis de las ideas de Porter (1990); permite identificar entre ellas:

  • La atención a las condiciones de la demanda turística: toda vez que trabajar la competitividad de Ecuador como destino, implica también atender a las características del cliente turístico pues ser competitivo, implica diversificar los índices de prestación de servicios empleando todos los recursos de manera eficiente y eficaz, teniendo en cuenta que para que sea sostenible un destino turístico se deberá hacer un uso racional de los recursos, asegurar que la singularidad que lo define se sustente en los atractivos, el estado de conservación y en el valor global de los recursos, pero sobre todo en las potencialidades de adaptación a las nuevas demandas.

  • El ordenamiento de una estructura, basada en los recursos y segmentación adecuada de servicios diferenciados por tipo de cliente y tipo de destino: bajo esta delimitación la responsabilidad fundamental está en los establecimientos hoteleros como fuente para impulsar la competitividad turística de un destino. Por lo que estos establecimientos no deben ser sólo estudiados desde el punto de vista numérico, es importante, determinar su diseño estratégico, las estructuras organizativas y también el grado de competencia que existe en este subsector, aprovechando los puntos de contacto y diferencias que se generan en su interior.

  • La creación de un sistema eslabonado de los sectores de apoyo a la actividad turística: pues cualquier destino que pretenda ser competitivo deberá asegurar el apoyo coherente de todos los sectores que intervienen en el producto turístico de la zona, buscando una sintonía con las necesidades que tiene cada segmento de clientes. Luego, este factor no solo engloba empresas de servicios de alojamiento, gastronomía y ocio; sino que incluye todos aquellos sectores que se identifican como esenciales en una oferta complementaria, desde la cual es posible satisfacer otras necesidades del turista.

  • La preparación de la fuerza de trabajo: pues al considerar que el conocimiento está intimamente asociado con las posibilidades de desarrollo económico, se podria asegurar el carácter multisectorial, heterogéneo, flexible y dinámico en que debía sustentarse la cultura empresarial,de manera que fuese capaz de garantizar rentabilidad y sostenibilidad ante los fuertes cambios tecnológicos y de la demanda que estuvieran basados en el conocimiento.

  • La creación de mecanismos de seguimiento y control de los resultados de la actividad: turistica de manera que pudiera garantizar la retroalimentación del proceso y en consecuencia adaptar la estrategia a las variaciones del entorno y de las propias entidades y tipos de servicio.

Bajo estas condiciones se implementó una estrategia de desarrollo turístico sustentada en la reflexión acerca de las debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades de la empresa, a partir del concepto básico de poder formular objetivos y acciones encaminados a reducir los daños que se pudieran producir como resultado del movimiento del mismo.

En el centro de los nuevos proyectos se asumió que para convertir al país en un atractivo destinos para el turismo nacional y extranjero, era necesario colocar la mirada en las potencialidades de lo social y lo comunitario que coexiten hoy. Desde esta postura se trató de promover la actividad turística como piedra angular en la gestión económica y social de una nación (Mejía, 2015).

La incorporación de la dimensión social en la actividad turística permitió configurar un modelo de gestión que busca promover el turismo para que las personas que pertenecen a los grupos de atención prioritaria, y que están en situación de vulnerabilidad, puedan ejercer su derecho a participar en el desarrollo de la matriz productiva de manera solidaria, es así que se implementa el turismo comunitario al concebirlo como un modelo de gestión en el que la comunidad local se beneficia del patrimonio natural y cultural de la región para desarrollar y ofrecer servicios turísticos.

Los resultados de este modelo, que apostó por el emprendimiento y la optimización de los recursos naturales y humanos para los miembros de la comunidad y para el país, ha logrado sedimentar experiencias basadas en la economía popular y solidaria en la actividad turística devenida en turismo comunitario.

El eje del turismo comunitario configuró la visión de un turismo ambientalmente responsable, económicamente viable y culturalmente enriquecedor, por tanto, se convirtió en una alternativa para generar fuentes de trabajo, reactivar los territorios y aportar a la matriz productiva.

Desde esta posición se amplió la significación y alcance de este tipo de actividad turística, al considerar que ésta permite poner atención en la utilización de los recursos manejados de manera colectiva por la comunidad, e introduce un cambio en la forma en que se valoriza la participaicon de los mimebros de la comundiad en la proyección turistica global.

Este cambio en la concepción de la oferta turística centró la atención en otros aspectos, uno de ello estuvo asociado a aprovechar las nuevas características del “cliente turístico” conceptualización que, según Altimira & Muñoz (2015), marca un giro trascendental, al reconocer la impronta del cambio científico tecnlógico y social.

Al respecto se precisa que por lo general el nuevo cliente turístico:

  • Es impaciente: las tecnologías de la información y las comunicaciones y la velocidad alcanzadas en los procesos de comercialización han ubicado en el mercado un nivel de respuesta instantánea, el nuevo turista precisa respuestas rápidas a sus necesidades de prestación de servicios e información.

  • Busca experiencias: la curiosidad por conocer nuevas experiencias se convierte en una variable constante. Así mismo, la uniformización y estandarización de los modos de vida, de ocio y de los destinos turísticos, así como la socialización generada por los imperativos de la globalización, han motivado a que el turista busque experiencias innovadoras.

  • Está bien informado y es exigente: Internet, permite al turista contar con información precisa, customizar su consumo en función de sus necesidades específicas, lo cual ha incidido sobre las demandas de la industria turística. El turista actual acepta menos la dinámica tradicional de un viaje organizado, participa de manera más activa en el diseño de su propio producto turístico según sus exigencias.

  • Necesita una buena relación calidad-precio: el turista actual se mueve menos por símbolos de prestigio, y selecciona la calidad del turismo y el precio de los servicios que va a recibir. Una característica notoria para el diseño futuro de productos es que el nuevo turista está dispuesto a cotizar más por la incorporación de valores intangibles a su experiencia de viaje.

  • Promueve cambios en las relaciones de consumo y las formas de distribución: lo cual implica buscar como tendencia vincularse más a la realidad social y cultural de los lugares que visita, siendo más exigente en el conjunto de su relación con el medio ambiente. Es necesario potenciar el uso de las nuevas ofertas que superan el simple servicio turístico, ofreciendo contacto con la naturaleza y el descubrimiento de nuevas culturas.

Desde esta posición se advierte que la aparición de un turista más riguroso en sus procesos de selección y de toma de decisiones acerca del destino y tipologia de la actividad turística que prefiere, debe concebirse como un reto en las nueva experiencia de desarrollo turístico, sobre todo, porque es preciso que se valorice el entorno y los signficdos culturales que se incluyen en el producto turístico; se amplíe el respeto por las culturas locales, se desarrolle, la capacidad de interpretar de manera rigurosa, los aspectos que se convirten en atributos para evaluar y producir cambios a corto, mediano y largo plazo cuando se enfrente el diseño de ofertas turísticas (Fariñas, 1999, 2005).

Al mismo tiempo permite comprender que la calidad en el turismo de hoy tiene otros referentes de valor, los que adquieren mayor relevancia, en la aplicación de sistemas de calidad. Así, el aumento de la demanda de Ecuador, como destino turístico no sólo constituye una importante fuente de ingresos para empresas y personas asociadas directamente con la actividad turística, sino que también favorece a otros sectores de la sociedad, y en particular al desarrollo local (Alburquerquer, 2004).

Luego, la notoriedad que se le concede al turismo en la economía local, no sólo depende de la proporción que le corresponde en el Producto Interno Bruto (efecto directo), sino también desde los vínculos con otros sectores de la economía local.

Por eso, los efectos del turismo en la economía local, según Meyer (2006), deberán valorarse desde la interrelación que tiene el eslabonamiento (linkages) de los sectores con el turismo así como la manera en que se manifiestan los efectos multiplicadores (multipliers):

El primero, permitirá generar la capacidad de desarrollo, tanto, mediante la compra de insumos intermedios a otras empresas del país (eslabonamientos hacia atrás), como dentro del mismo sector o en otros sectores. Parte de estos eslabonamientos se reducen cuando existen fugas, es decir, la proporción del gasto por turista que “sale” o se escapa del país mediante importaciones a las que hay que sumar el ingreso de intermediarios localizados fuera del país (Hernández, 2004).

Luego, el objetivo entonces es aumentar los eslabonamientos, sustituyendo las importaciones por productos y servicios nacionales que reduzcan las fugas.

Por su parte, la capacidad del turismo de generar desarrollo económico mediante las repercusiones de un gasto turístico adicional en el ingreso y el empleo, dependerá de los eslabonamientos hacia adelante (como proveedor a otros sectores) y hacia atrás (como comprador de bienes y servicios a otros sectores) y de los efectos (gastos inducidos) en los hogares que dependen económicamente del turismo.

Desde este marco, y en consecuencia, se delínea el efecto multiplicador del turismo, como segundo elemento que debe atenderse, ésta se presenta como una perspectiva que impulsa el desarrollo socio-económico para lo cual, no solo deberá cuidar la interdependencia que existe entre los diferentes sectores socio-económicos; el crecimiento de la demanda de los bienes y servicios producidos por un sector genera, sino que, a la vez, se necesita un incremento en la demanda de bienes y servicios de otros sectores, que son imprescindibles para la producción de los anteriores.

Tal consideración explica que esta proyección se asuma como un elemento estratégico; pues se asegura que en el caso del turismo la acumulacion del capital, producirá una redistribución de la renta en el que, una parte de la misma se reinvierta en nuevos gastos dentro de la propia economía local, mientras que otra parte, sale fuera de las fronteras de la economía local destinándose, por ejemplo, a la inversión en la agricultura y la industria de petróleo acciones que generen valor agregado para el desarrollo del sector turístico.

Luego, en Ecuador el vínculo del turismo con el sector agrario y petrolero, por ejemplo, cursa desde distribución de la renta destinada al gasto turístico y de cómo fluye hacia ellos el beneficio al considerarse eje transformador, por tanto el reto que se presenta es lograr que en la medida en que las empresas turísticas que reciben la renta renueven sus materiales o mobiliario, paguen a proveedores, salarios, combustible, impuestos, tasas, facturas de gas, luz, agua, seguros, todo lo cual genera flujos de renta que permiten impulsar el crecimiento sostenido en los sectores esenciales de la matriz productiva, redistribuyéndose en un círculo cada vez mayor que genere valor agregado.

Al respecto la región ofrece múltiples ejemplos que sirven de inspiración para desarrollar nuevos nichos, los que, además, fortalecer la vinculación con el resto de la economía. Tal es el caso de las iniciativas que se exhiben en la provincia del Napo, pues son un ejemplo de articulación de la agricultura y el turismo, lo que ya se está convirtiendo en un factor para fertilizar el cambio de la matriz productiva en esta región, lugar donde se impulsa el proyecto de la Ruta del Cacao y del Chocolate, en tres cantones Arosemena Tola, Tena y Archidona.

De manera particuar ¨La Ruta del Cacao y del Chocolate¨ en Napo, busca consolidar la oferta turística a través de actividades temáticas, como: aviturismo, ecoturismo, turismo de aventura y turismo comunitario, con el propósito de incrementar el flujo de visitas a la zona y potenciar los servicios turísticos locales; sin embargo el efecto dinamizador también impacta en la construcción de infraestructura temática como el “Pueblo del Cacao” en Archidona, el “Eco-Centro del Cacao” en Tena, y el “Jardín del Cacao” en Arosemena Tola; así como también potenciar los viveros y jardines clonales del cacao, las chakras, los centros donde se acopia, fermenta y seca el cacao, la fábrica industrial y artesanal del chocolate. El objetivo de estos proyectos es incentivar a los agricultores y productores de cacao, para que siembren y le apuesten a este proyecto que generará fuentes de trabajo y dinamizará sus economías.

Esta experiencia revela que el turismo promueve nuevas formas de agricultura, como el cacao orgánico, con el cual se puede atraer al turista y vincularlo a la apreciación de los valores socio-culturales de un lugar, cuestión que permite generar riqueza espiritual para aquellos que investigan y conservan el acervo cultural, motivando así el aprendizaje y la práctica del respeto por otras formas de ver el mundo.

Por tanto, resulta un reto impostergable la consolidación del sistema del encadenamiento y del efecto multiplicador del turismo, el cual pasa por el análisis de los gastos de los turistas que no sólo se limitan al pago del alquiler de una habitación en un hotel, sino que también destinan parte de su renta disponible a una gran variedad de servicios y bienes de consumo tales como alimentos, transportes, entretenimientos, excursiones, actividades diversas.

Desde este enfoque se identifican diferentes inversiones que crearon posibilidades para incrementar el eslabonamiento entre el turismo y la economía local, pero, según el análisis desarrollados por Bolaky (2007), las autoridades deberían centrar la atención en algunas áreas claves como: agro-turismo, turismo comunitario, turismo agro-industrial, entre otros, pues, mientras mayor sea la oferta (agrícola e industrial), mayor será la probabilidad de que se vincule con la actividad turística (Martínez Ardila & Cuervo, 2006).

El desafio de poner en marcha estos proyectos encierra un enorme potencial de diversificación y personalización de la oferta para obtener mayores rentas de sus recursos y agregar valor a la oferta, convirtiéndose en una oportunidad para el desarrollo del país, y evitar que las tensiones sociales y ambientales, a la larga, acentúen la caída del turismo.

Esta consideración, sin embargo, sienta las bases para modificar y diversificar el modelo imperante. En primer lugar, se necesita pasar a un turismo capaz de generar más valor por turista, sin incrementar su número; es preciso evolucionar de un turismo centrado en los complejos hoteleros y en los cruceros a un turismo que asentúe el valor de la naturaleza y de la cultura patrimonial, atrayendo así inversión extranjera tanto de directa o indirecta en vínculo con la oferta de grupos internacionales de hoteles y otras cadenas turísticas.

Se necesita entonces estimular la cooperación entre los sectores público y privado, diferenciar su oferta turística, cuidar mejor el medio ambiente; aumentar y diversificar el número de operadores de distintos países, asi como fomentar las conexiones entre los productores locales y los operadores turísticos.

Luego, el debate tiende a coincidir en que una estrategia de transformación de la matriz productiva que considere al turísmo como el elemento dinamizador del desarrollo socioeconómico debería repensar la manera en que esta pueda dirigirse a generar impactos positivos: entrada de divisas, generación de empleos, mejoramiento de la infraestructura, estímulo a la actividad empresarial, dinámica económica regional.

En cualquier caso enfrentar el desafío histórico de profundizar en la transformación de las concepcines acerca del turismo en el marco del cumplimentio la matriz productiva deberá valorizar el papel que se le concede al conocimiento y el talento humano, y en particular a la inclusión de nuevos actores sobre la base de una adecuada redistribución y equidad, asegurando de esta manera la claridad de vida de los sectres vulnerabes.

Se convierte en objetivo de toda esta gestión que el turismo a partir del eslabonamiento con otros sectores contribuya también a evitar el incremento de las importaciones, las distorsiones en el mercado laboral, las limitaciones en la inversión pública.

En el ámbito socio-cultural, el turismo comunitario también debe dejar su impronta al evitar que se produzcan cambios de la cultura y valores tradicionales por fenómenos extranjerizantes, pero sobre todo es preciso luchar contra el incremento del fenómeno y hechos sociales (prostitución, inseguridad, delincuencia, tráfico de drogas, exclusión y marginalidad) que conduzcan a la pérdida de posición por parte de la población local.

Tal condición implica la necesidad de asumir que es importante evitar que la población originaria venda sus tierras y que las empresas turísticas de mayor envergadura, traten de adueñarse de ellas a un precio irrisorio, evitar el choque generacional; conflictos étnicos y xenofóbicos, grandes contrastes entre pobreza y riqueza.

Se deberá seguir promoviendo entonces un turismo inclusivo en todas las regiones de Ecuador, pero de acuerdo a la nueva constitución y respetando la identidad cultural de cada localidad turística donde se implementen las iniciaitvas de emprendimiento deberán cuidar las consecuencias de esta vinculación social y que el impacto socioeconómico priorice a la población que por años ha sido relegada.

Respecto a lo ambiental se debe evitar la pérdida de manglares y humedales, aglomeración excesiva de las construcciones, contaminación escénica, alteración de ecosistemas, contaminación por desechos sólidos y emisiones a la atmósfera, el transporte masivo tiene gran influencia en esto último, actuar para prevenir la deforestación y depredación de flora y fauna, el sobreuso del suelo, la proliferación de los vertederos de aguas negras al mar, la modificación del paisaje, entre otros, deben asumirse como retos de los proyectos que se lleven a cabo en cualquier proyecto turístico.

Para lograrlo, resulta esencial promover la interacción y preocupación de los diferentes actores económicos y sociales. Por un lado, Ecuador ha convertido el turismo comunitario en una actividad estratégica que actúa como un motor en el desarrollo local, el intercambio intercultural y desarrollo sustentable y endógeno, por otro mantiene la presencia del sector privado basado en la creación de ventajas competitivas que despliegan y que han sedimentado las posibilidades para posicionarse en el mercado internacional. Por tanto, sólo si se concretan los compromisos entre sector público y privado hacia el perfeccionamiento de la demanda, se amplía el sistema de eslabonamiento de los sectores de la economía que apoyan la actividad turísitica y nuevas políticas mantienen el respaldo social de los cambios económicos, será posible mantener lo objetivos del plan estratégico que la matriz productiva legitimó para el sector turístico hasta 2020.

Conclusiones

De acuerdo con lo analizado hasta aquí se confirma, que el turismo es una actividad económica y social de trascendntal importancia para el desarrollo del país, pero lograr su impacto resulta un desafío aun cuando los resultados en la últimas décadas muestran su incremento y auguran continuidad en su desarrollo.

El lugar que se le otorga al turismo en la matriz productiva de Ecuador dinamizó estos cambios pero uno de los resultados más loables está en el impulso que se le tuvo en lugar en el redimensionamineto de la activdad turística y la inserción del turismo comunitario que ha marcado un hito en la posibilidades de ampliar la participación de los sectores privados y públicos en esta actividad, asegurando el eslabonamiento de los diferentes sectores que apoyan y garantizan la calidad de la oferta turística.

En este marco también es necesairo impulsar la valorización de los entornos naturales y culturales de manera que puedan ser concebidos como interesantes destinos turísticos, marcando un giro en la oferta para satisfacer una demanda cada vez más diversa y exigente.

En este marco, los resultados obtenidos deja un espacio notable para identificar los retos pero mas allá de las especificidades es posible entender que el mayor de ellos está asociado a re-pensar las estrategias y políticas de desarrollo turístico para que puedan a la vez garantizar el servicio de calidad y la protección de los entornos amigables.

Como hace una década, los cambios que ahora vive Ecuador abren caminos nuevos para el desarrollo y en el caso del sector turístico es previso que el gobientro, el sector privado y público unan sus fuerzas e inciativas y lleven adelante estrategias que no desconzcan lo logrado y acentúen los esfuerzos inciadores para mantener los logros, corregir las insuficincias y asegurar la continuidad del éxito del turismo ecuatoriano; para ello es un imperativo seguir sustituyendo los códigos tradicionales y afianzar el vínculo de los factores económicos con los sociales que coloca la experiencia ecuatoriana entre las primeras en Latinomérica.

Referencias bibliográficas

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Recibido: 15 de Junio de 2018; Aprobado: 24 de Julio de 2018

*Autor para correspondencia. E-mail: lilia.mora@uleam.edu.ec

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