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Revista Universidad y Sociedad

versión On-line ISSN 2218-3620

Universidad y Sociedad vol.10 no.5 Cienfuegos oct.-dic. 2018  Epub 02-Dic-2018

 

Articulo Original

El trabajo científico estudiantil en la facultad de Filosofía, letras y ciencias de la educación (1945-1970)

Scientific students work in the Faculty of Philosophy, Letters and Sciences of Education (1945-1970)

MSc Ailet Avila Portuondo1  * 

Estiben Andrés Chalen Mejía1 

Martha Alexandra Jurado García1 

1 Universidad de Guayaquil. República del Ecuador

RESUMEN

En el trabajo se abordan los principales componentes del Trabajo Científico Estudiantil. La investigación responde al Proyecto “Gestión integradora de la investigación estudiantil en la formación profesional universitaria, Universidad de Guayaquil”. Se analiza el contexto de la participación de los estudiantes en la investigación y en eventos científicos entre 1945-1970. La metodología aplicada permitió establecer los fundamentos teóricos del Trabajo Científico Estudiantil. Se laboró en archivos y bibliotecas. Se tomó testimonio a varios docentes, entre otras acciones investigativas. Se emplearon los métodos de la investigación científica: heurístico, analítico-sintético, inductivo-deductivo, histórico-lógico, entre otros. Todo a fin de determinar las formas y manifestaciones existentes del trabajo científico estudiantil entre 1945-1970. Quedó establecido que el Trabajo Científico Estudiantil en el período objeto de estudio fue muy escaso, limitado a las investigaciones para las tesis de licenciatura y otras de carácter práctico, como parte del currículo de algunas asignaturas. Idéntica situación presentó la presencia de estudiantes en eventos científicos. El trabajo enfatiza en la importancia de la participación de los estudiantes en eventos científicos -tanto aquellos de carácter estudiantil como los convocados por la academia ya establecida.

Palabras clave: Formación universitaria; investigación; trabajo científico

ABSTRACT

In this work are presented the main components of the Students Scientific Work. The investigation answers to the Project of “Integration Management of the students’ investigation in the university professional training, University of Guayaquil”. There was analyzed the context of the participation of the students in the investigation and in scientific events among the years 1945-1970. The applied methodology allowed establishing the theoretical essentials of the Students Scientific Work. We worked in files and libraries. Moreover, we took Testimony to several teachers, among other investigative actions. There were used the methods of the scientific investigation: heuristic, analytical - synthetic, inductive -deductive, historical - logical, and others. Everything determines the forms and existing declarations of the students’ scientific work between 1945 and 1970. It remained to establish that the Students Scientific Work in the period studied was very scarce, limited most of the times, to the investigations for the theses of licentiate and others of practical character, as part of the curriculum of some subjects. Identical situation presented the students' presence in scientific events. The work emphasizes the importance of the participation of the students in scientific events - so much which of students character as the summoned ones by the already established academy

Keywords: University formation; investigation; scientific work

Introducción

El trabajo científico estudiantil ocupa un lugar sobresaliente en la formación profesional de los estudiantes universitarios. Las universidades, y la sociedad en general, requieren que el estudiante universitario juegue un papel protagónico en el desarrollo de investigaciones que contribuyan a solucionar los problemas de su entorno y más allá de él.

El presente artículo tiene entre sus objetivos examinar en la bibliografía científica los antecedentes teóricos e históricos del trabajo científico estudiantil, así como analizar la participación de estudiantes en eventos científicos, a nivel universal, latinoamericano y ecuatoriano. Todo ello, a fin de valorar cómo se desarrolló y en qué formas el trabajo científico estudiantil en la Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias de la Educación de la Universidad de Guayaquil, en el período de 1945 a 1970. Para cumplir con tales presupuestos, se indagó en archivos y bibliotecas y se tomaron testimonios, entre otras acciones investigativas.

El período 1945-1970, es uno de los más complejos del siglo XX. Finalizaba la Segunda Guerra Mundial, comenzaban la Guerra Fría y el proceso de descolonización, triunfaba la Revolución Cubana, se declaraba el bloqueo estadounidense a la Isla, los yanquis la atacaban en Girón y el mundo sufría la Crisis de Octubre. En África y Asia luchaban por su independencia varios pueblos, Vietnam sufría las bombas francesas primero, estadounidenses después, el mundo asistía al movimiento hippie, tomaba auge el rock y la ópera rock, se desintegraban los Beatles, los jóvenes de la Sorbona comenzaban el Mayo de París, al que se sumarían en América los de Tlatelolco, el Che moría asesinado en Bolivia. En 1970 se agravaba la Crisis del Petróleo.

El trabajo científico estudiantil, por su grado de generalización planificación, ejecución, valoración y comunicación de los resultados, permite al estudiante en formación desplegar su potencial de desarrollo científico vinculado a las tareas generales de su profesión. Como tal, es aquel proceso de carácter creativo que pretende encontrar respuestas a problemas trascendentes, ya sea mediante la construcción teórica del objeto de investigación (Suayero, 2013).

En Ecuador, en la actualidad, existe El Plan Nacional de Desarrollo “Toda una Vida”. Este busca asegurar en los programas educativos la inclusión de contenidos, actividades didácticas e informativas que motiven el interés por las ciencias, las tecnologías y la investigación. Tal prioridad jamás existió en el período 1945-1970.

El presente trabajo forma parte del Proyecto de Investigación y Desarrollo Gestión Integradora de la investigación estudiantil en la formación profesional universitaria. En él se aborda el desarrollo histórico de los principales componentes del Trabajo Científico Estudiantil, sus principios y fundamentos teóricos, y organización.

Desarrollo

El estudiante de educación superior, como parte de su formación, está obligado a realizar trabajos científicos y participar en eventos. El docente universitario debe motivar y encaminar a los jóvenes a realizar investigación científica. El contenido fundamental del proceso formativo es el trabajo cada vez más científico. El hombre es más productor mientras más realizado se sienta con su obra, mientras más se vea reflejado en lo que realiza, ejecuta, concibe y crea. El estudiante hace uso de la metodología de la investigación científica como instrumento básico para hacer más eficiente su labor investigativa.

En la educación superior se precisa la necesidad de “promover el desarrollo de competencias de los alumnos en el contexto de una sociedad del conocimiento y desde la perspectiva del aprendizaje a lo largo de la vida” (Blanco, 2007). A juicio de los autores con que los estudiantes lleven el proceso de formación de competencias investigativas en el contexto curricular no basta. Es necesaria la implementación de estrategias extracurriculares que permitan tal formación, considerando a esta como “parte importante de las competencias investigativas que se alcanzan en procesos reales de investigación”. (Sánchez & Osorio, 2006, p. 207)

Quirós y Morales, consideran el trabajo científico estudiantil como una de las formas más efectivas para lograr la vinculación de los conocimientos del alumno universitario con la práctica. Además, desarrolla en ellos la habilidad para el análisis y la valoración crítica de los resultados y contribuye a la asimilación de los conocimientos” (Quirós & Morales, 1982).

Por su parte, Pompa & Alam (2000), centran el trabajo científico estudiantil en el campo pedagógico. Para estos autores, el trabajo científico estudiantil constituye una de las actividades docentes de mayor importancia en la formación de profesionales de nivel superior y para lograr una preparación adecuada del egresado con el objetivo de que sea capaz de desarrollar una actividad investigativa acorde a su labor profesional se requiere de una atención multidisciplinaria tanto a la actividad científico estudiantil curricular como extracurricular.

Como se observa, los autores coinciden en el papel protagónico de la formación investigativa y de la investigación misma para el estudiante universitario. No en balde, al mismo aportan varias materias claves de la malla curricular. Tanta es la importancia que se le ofrece trabajo científico estudiantil que dos autores lo consideran como la fuerza impulsora más importante del trabajo de ciencia e innovación tecnológica en las universidades, al mismo tiempo que forma al futuro profesional con el hábito de brindar soluciones a los problemas del desarrollo social, como forma de aplicar los conocimientos adquiridos, haciendo uso del método científico como forma de resolver los problemas (Caruso, 2013).

Para el estudiante, el trabajo científico se desarrolla desde dos aristas. La primera es la curricular, la cual consiste en la planificación de investigaciones científicas desde las asignaturas, pudiendo o no ser evaluativas y se manifiestan en proyectos de investigación, proyectos integradores de saberes, presentación de trabajos, participación en grupos de debate (Saldaña, 1994). La segunda, la extracurricular se desarrolla en la carrera pero no es parte de una asignatura ni se contempla en la malla curricular, requiere de dedicación extracurricular, se manifiesta en participación en grupos de investigación científica, presentación de resultados en eventos científicos de alcance nacional o internacional, redacción y publicación de artículos científico (Barbón & Bascó, 2016).

Independientemente del componente curricular o no, el desarrollo de competencias investigativas le permite al estudiante ser creativo, enfrentarse a situaciones problemas en su entorno y tratar de buscarle solución (Ollarves & Salguero, 2009). El trabajo científico estudiantil potencializa el desarrollo del pensamiento científico vinculado a su profesión como parte del proceso formativo universitario, como lo requiere la educación superior contemporánea (Suayero, 2013).

Desde esa óptica, desarrollar competencias investigativas en la universidad de Guayaquil no constituye una alternativa desde el punto de vista organizativo del proceso enseñanza- aprendizaje. Es una necesidad que involucra comprender y transferir conocimientos, aptitudes, actitudes y valores, dirigida a incentivar el potencial investigativo de los estudiantes para resolver problemas de su entorno social.

La investigación científica es una vía para plantear problemas y buscar soluciones mediante una indagación o búsqueda de interés teórico y práctico. Con ella se adquieren conocimientos acerca de un aspecto de la realidad que en muchas ocasiones puede ser multifacético, con la intención de modificar dicha realidad (Nicoletti, 2006). Es decir, al aplicar el método científico y partir de la visualización de una problemática de estudio de interés, pertinencia, novedad y viabilidad, a esta se le podrá convertir en una potencial idea de investigación (Tünnermann, 2000).

Los ejes fundamentales del trabajo científico estudiantil, son los siguientes:

  1. Protagonismo estudiantil.

  2. Desarrollo del pensamiento reflexivo, la independencia cognoscitiva y la creatividad.

  3. Solución de problemas referentes a su profesión.

  4. Potenciación de habilidades y capacidades investigativas.

Como ya antes se puntualizó, los autores se plantean analizar el comportamiento del trabajo científico estudiantil de los estudiantes de la facultad de Filosofía, Letras y Ciencias de la Educación y su participación en eventos científicos entre los años 1945 y 1970. Es importante, para el presente trabajo caracterizar la realidad del mundo, de Latinoamérica y de Ecuador dentro de ese período.

Como se apuntó, en 1945, en el mundo culminaba la Segunda Guerra Mundial, un hecho trascendental para la humanidad, no solo en el campo militar sino también en lo económico, político, social y cultural. Asimismo, para el año 1947, la Guerra Fría tomaba auge en un enfrentamiento no siempre bélico, pero sí a las claras político, económico, social, militar, informativo, científico entre las grandes potencias que querían la supremacía, EE.UU con su ideología capitalista y por otro lado la Unión Soviética con el comunismo. Mientras, el grueso de los países de Latinoamérica descuidaba la educación universitaria y el trabajo científico. La realidad ecuatoriana no era ajena a esa problemática. El país sufría cíclicas crisis económicas. Según Benko (1965), más de la mitad de la población mundial se encontraba en mal estado de salud por no consumir la cantidad suficiente de alimentos adecuados. Millones de niños enfermaban y morían cada año por no recibir en su alimentación las proteínas necesarias. La crisis se manifestaba de varias formas, en la salud, la carrera espacial, en la explotación de petróleo… Mientras unos prosperaban y surgían como potencias, otros sufrían o intentaban salir de los trances en que se encontraban (Wartofsky, 1976).

No todo fue negativo. La época también se caracterizó por avance científicos y cambios culturales que significaron mucho para el mundo. Grandes acontecimientos como el descubrimiento de la penicilina, los trasplantes de órganos, los estudios sobre el genoma humano: ADN, el desarrollo de la computación, presente en todos los procesos productivos y de servicios, así como en la vida cotidiana. Los grandes ordenadores que manejan las centrales eléctricas, los robots industriales y los aeropuertos, los computadores personales, la radio de transistores, la televisión y sus posibilidades de conexión mundial, el uso del fax y el teléfono celular cambiaron la vida de personas y sociedades (González, González & Cobas, 2010).

Entre los años de 1950 y 1960, las investigaciones, la ciencia y el desarrollo de la tecnología por lo general se relacionaban con la industria, en especial con la industria armamentística y el desarrollo de armas químicas y nucleares. La era espacial tomó importancia. En 1957 se lanzó el primer satélite al espacio. Según Leite Lopes (1975), la puesta en órbita del satélite produjo en medios gubernamentales de EUA un "síndrome del sputnik" y una verdadera alarma que condujo al presidente de esa nación a adjuntarse un asesor en ciencia y tecnología.

En cuanto al desarrollo de las ciencias sociales, la escuela de Frankfurt, el psicoanálisis y el estructuralismo se consagraron como las escuelas más conocidas. Su pensamiento llenó los intereses de la juventud, desde los años cincuenta hasta los ochenta (Woolgar, 1991). También después de la Segunda Guerra Mundial, se dio un proceso de creación de bloques militares y civiles entre los países -OTAN, Pacto de Varsovia, CEATO, Comunidad Económica Europea, Consejo de Ayuda Mutua Económica-, de enorme influencia en las decisiones económicas, políticas y militares en sus regiones y el mundo (Shils, 1980).

Los cambios sociales, políticos y tecnológicos se reflejaron en una sociedad que, en muchos sentidos, parecía querer romper con el pasado. Los jóvenes crearon su propia cultura de la protesta, la cual se extendió a varios campos. El año 1968, fue particularmente agitado. Movimientos estudiantiles de protesta estallaron en varios lugares. En París el estallido paralizó la ciudad e hizo tambalear al gobierno. Los jóvenes llenaron las paredes de la ciudad con consignas como “abajo el sentido común”, “seamos realistas, pidamos lo imposible”. En la Universidad de Berkeley, California, la violencia fue grave. En México sucedió una matanza. Los movimientos no tuvieron organización posterior ni continuidad pero dejaron una huella profunda en la historia del siglo XX.

Según De Sousa Santos (2005), después de la Segunda Guerra Mundial era destacable la lucha social por el derecho a la educación, las manifestaciones por la democratización del acceso a las universidades tomaban fuerza. De entonces a la fecha se generó una contradicción entre la reducción de la inversión pública en la educación superior y la intensificación de la competencia entre empresas, presente en la búsqueda de innovación tecnológica y por lo tanto, en el conocimiento técnico-científico que la hacía posible.

América Latina vivía un clima insurgente desde los años cincuenta. Se agudizaron los conflictos sociales. Las organizaciones de trabajadores, especialmente industriales, de campesinos y pobladores de las ciudades en crecimiento, aliadas a los partidos de izquierda, crecieron en número e influencia. Se desarrolló un clima de movilización social y surgieron las guerrillas. Conforme se agudizaba la Guerra Fría a escala internacional, se realizaron marchas, movilizaciones, huelgas y protestas que, en algunos casos, crearon gran agitación (Sarton, 1948).

Entre los años cincuenta y setenta se intensificó la industrialización en América Latina. Su objetivo fundamental fue la sustitución de importaciones. Crecieron las plantas de ensamblaje de automotores y las de elaboración de productos químicos, entre otras (Suppe, 1979). Con el crecimiento de la industria y la migración del campo a la ciudad, crecieron estas últimas hasta convertirse algunas de ellas en enormes complejos urbanos con escasos servicios y grandes masas de gente sin ocupación fija. Creció la deuda externa. La crisis petrolera de los setenta impactó con fuerza en la región. Desde los años cincuenta, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, CEPAL, influenció en las políticas de los gobiernos y la opinión pública. Su propuesta se centraba en el desarrollo económico a base de la modernización agraria y la industrialización.

Renate Marsiske, menciona en un artículo titulado “La universidad latinoamericana en el siglo XX” que el desarrollo de las universidades públicas en la región durante el siglo XX, es la historia de una relación especial entre universidad y política: por un lado se manifiesta una intensa politización de sus miembros, autoridades, profesores y estudiantes, quienes siempre han estado cerca de los acontecimientos políticos de sus países y han tratado de influir en ellos. Las grandes universidades públicas del continente han sido desde un principio factores de poder. Esta politización, muchas veces visto como algo muy negativo, parece ser hoy en día la única manera para mantener la libertad de enseñanza e investigación desde la autonomía de las instituciones de educación superior en su conjunto, para defenderse frente a las fuerzas políticas en las sociedades plurales y democráticas (Marsiske, 2015).

A partir de los años cincuenta se empezó a profesionalizar la carrera del profesor o investigador universitario. Y sin embargo, las grandes universidades públicas en los países del continente empiezan a partir de los años setenta a perder su papel central entre las instituciones de educación superior y tienen que compartir este lugar con una enorme cantidad de universidades privadas. Se puede hablar de una diversificación de los sistemas de enseñanza superior, lo cual se reflejó, además, en el apoyo a la enseñanza superior tecnológica y a la formación universitaria de posgrado, así como en una tendencia de desconcentración geográfica de las instituciones de enseñanza superior (Tatón, 1971).

Cuanta hasta ahora hemos examinado contribuye a explicar lo difícil de precisar cómo se daba el trabajo científico por parte de los estudiantes en las universidades latinoamericanas y del mundo. Entre 1950 y 1970, aún bajo los influjos de la industrialización, los problemas estructurales de las economías y las sociedades latinoamericanas -escasa inversión pública, economías mono productoras, dependencia del capital extranjero, desigualdades, pobreza, marginalidad, analfabetismo, en un largo etcétera-, se mantenían irresueltos, como hoy día. Tal panorama, determinante para la educación superior, plena también de conflictos socio-políticos, al tiempo que se constituía en motor de avance ideológico, al depender de la economía, impidió un mayor desarrollo de la investigación estudiantil.

Específicamente, Ecuador priorizaba resolver problemas económicos. A finales de la década de los cuarenta adquirió protagonismo la producción del banano. Fue la forma de escapar a la recesión económica de los treinta. Con el gobierno de Galo Plaza comenzó otra época de crecimiento basado en las exportaciones primarias y, también, una época de inversión en infraestructura básica, en especial carreteras que ayudarían a la unidad nacional. Sin embargo, entre 1964 y 1970, por problemas del mercado mundial del banano y la reorientación de las transnacionales a Centroamérica, se volvería deficitaria, otra vez, la balanza comercial del país. Entre la década de los 60 y 70, surgió un nuevo modelo de acumulación: el modelo empresarial. Éste enfatizó en la iniciativa empresarial privada, la liberalización de los mercados, la apertura al mundo capitalista internacional. Comoquiera, la sucesión de medidas económicas no dio los resultados esperados y se volvió tortuoso el manejo de la crisis.

La situación económica del país alentaba otros problemas en ámbitos como el del trabajo, la salud, y la educación. La educación primaria, secundaria y superior presentaba serios problemas. Más allá del déficit económico por el que atravesaba el país, eran muy escasos los recursos que le situaba el estado a la educación.

En particular acceder a la educación superior era considerado un privilegio de unos pocos. Pese a que la Constitución de la época reconocía la libertad de “la investigación científica, la creación artística y la expresión pública de sus resultados” y el deber del Estado de fomentarlas y difundirlas y apoyará la obra de las asociaciones dedicadas a fines culturales”. (Ecuador. Asamblea Constituyente, 1945)

En los años 70 comenzó un proceso de modernización en el país. Éste trajo consigo el incremento de los recursos estatales destinados a la investigación científica. Las universidades y escuelas politécnicas iniciaron ambiciosos planes a fin de contar con laboratorios y recursos materiales para la investigación. Los centros de investigación crecieron en las universidades ecuatorianas y se desarrollaron e incrementó la cifra de estos en Quito y Guayaquil. Se crearon o reestructuraron el Instituto de Investigaciones Económicas y el Instituto de Altos Estudios Nacionales. Un cambio favorable también llegó para las Ciencias Sociales con el surgimiento de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) y el Instituto Latinoamericano de Investigaciones Sociales (ILDIS).

Se planteaba hacer trabajo científico en el país pero la realidad no lo favorecía. Para la década de los 60 aún no se había institucionalizado la investigación en el Ecuador. Gran parte del poco trabajo científico realizado en esos años estuvo a cargo de personas colocadas al margen de las instituciones educativas del nivel superior.

En la época, como hoy día, la vida estudiantil universitaria ecuatoriana y en consecuencia la de quienes matriculaban en la Universidad de Guayaquil, difería en muchos aspectos de la que llevan los jóvenes de otras universidades del mundo. La vida universitaria tenía otras características. Los alumnos no residían en los predios de la universidad. Solo acudían a recibir clases, en las horas laborables, con un horario cómodo, generalmente con actividades en las primeras horas de la mañana. Al mediodía, de 12.00 a 1.00 p.m., un descanso, y por la tarde, a partir de las 5.00 p.m. Con ello se brindaba facilidades a quienes debían compartir su tiempo entre el estudio y el trabajo, quienes no eran pocos y, por ende, no podían dedicar todo su tiempo solo al estudio. Fuera de esas horas se realizaban actividades extracurriculares de investigación en los diferentes campos de especialización, lecturas, seminarios, conferencias, entre otras. La “distancia” entre docentes y estudiantes eran mayor. Como antes se apuntó, los docentes no laboraban a tiempo completo en la institución.

En la década de los 50, la Universidad de Guayaquil dedicó el grueso de sus finanzas a la construcción de las instalaciones de las diversas facultades. Prueba de la importancia otorgada por la ciudad y la provincia a su Alma Mater, fue el hecho de que para las futuras construcciones se invertiría, además del presupuesto destinado para ello por el Estado -un ejemplo: se dedicaron 12 millones de sucres por la compra el edificio de la Facultad de Ciencias Médicas-, lo recaudado por un impuesto a la cerveza -ascendente a 10 centavos por botella-, éste instaurado por el gobierno del Guayas.

Tuvieron éxito los nuevos intentos de organizar la investigación en universidades e institutos superiores. En la Universidad de Guayaquil, comenzó un movimiento por el reconocimiento de profesores a tiempo completo. El proceso permitió el surgimiento y/o la consolidación de algunas revistas de producción científica en el país. Un ejemplo es el órgano de la Universidad Central del Ecuador con su Revista de la Facultad de Ciencias Médicas, la cual se publicaba desde julio de 1950.

En un centro especializado de la Escuela Politécnica del Litoral (ESPOL) llevó adelante un proyecto importante de investigación aplicada para desarrollar la cría de camarones en cautiverio. Ello contribuyó a que el país se volviera el primer exportador de camarón en el mundo…y pagara el precio de la tala indiscriminada del manglar y la reconversión de terrenos agrícolas para piscinas camaroneras. Pese a ello, fue un buen ejemplo de investigación científica aplicada con impacto directo sobre la producción (Sánchez, 1995).

Para el período ya estaba instaurada la Casa de la Cultura Ecuatoriana. Tenía como fin apoyar y fomentar las investigaciones y estudios científicos en general. Fue creada como institución autónoma y se organizó por secciones científicas: Ciencias Jurídicas y Sociales, de Ciencias Filosóficas y de Educación, de Literatura y Bellas Artes, de Ciencias Histórico-Geográficas, de Ciencias Biológicas, de Ciencias Exactas y de Instituciones Culturales Asociadas (Vargas, 2010). Además de por secciones, con posterioridad a 1945, se crearon Núcleos provinciales de la Casa, uno de los primeros lo fue el Núcleo del Guayas, bajo la presidencia del historiador y arqueólogo Carlos Zevallos Menéndez.

Hasta finales de la década de 1970, la Sección de Ciencias Filosóficas y de Educación fue quizás el centro más importante en el apoyo y fomento de investigaciones y publicaciones, por su propia editorial, de temática pedagógica, sobre todo a través de su Revista Ecuatoriana de Educación, fundada en 1947. En dichas publicaciones colaboraron en esa época los educadores más renombrados del país, como Emilio Uzcátegui, Edmundo Carbo, Gonzalo Rubio, Julio Larrea, Reinaldo Murgueytio, Julio Tobar Baquero, entre otros (Vargas, 2010). La labor de la Casa de la Cultura Ecuatoriana tuvo gran impacto en el desarrollo de la investigación científica en el país.

No obstante, todo lo anterior, en las universidades ecuatorianas, en el período 1940-1970, al trabajo investigativo de docentes y estudiantes no se le constituyó ni se le dio una forma organizativa homogénea.

Más allá del insuficiente número de científicos con que contaba el país, son innegables los aportes realizados por estos en los campos de la medicina, la biología y la arqueología. Fueron casos aislados pero notables, mucho de ellos hechos al margen de las universidades. Vale apuntar al respecto que la investigación, y el cómo investigar, desde y en las universidades no ocupaba el lugar del cual, universalmente, hoy día dispone. Un examen mínimo del currículo de las diversas carreras arroja la inexistencia de asignaturas o materias dirigidas a esos fines. Vale reconocer que la concepción acerca de la colaboración alumno-docente en el campo investigativo, en Ecuador, se hallaba a años luz de la de hoy día.

No obstante, la Universidad de Guayaquil, y en especial la Facultad de Filosofía Letras y Ciencias de la Educación, se hallaron inmersas en sentar las bases de lo que hoy llamamos trabajo científico estudiantil. Hasta donde se pudo localizar ello se realizó en varias direcciones. Un personaje a destacar en el período es el de Francisco Huerta Rendón, fundador y primer decano de la facultad, historiador, arqueólogo y periodista guayaquileño, director de la Sección de Antropología e Historia de la Casa de la Cultura Ecuatoriana núcleo del Guayas. A su ejecutoria se le deben numerosas investigaciones, sobre todo en el campo de la arqueología, en las cuales sumaron a sus estudiantes. Junto a él participaron y ofrecieron espacio a sus estudiantes Carlos Cevallos Menéndez y otros docentes de la facultad.

Según Ayon De Messner (1965), la Facultad de Filosofia no se inmiscuyó en el campo de la investigacion, a diferencia de otras facultades como jurisprudencia y medicina. Su afirmación resulta contradictoria, toda vez que precisamente a una investigación suya para su tesis de licenciatura se le debe la mejor y más completa historia de la Universidad de Guayaquil escrita hasta la fecha. La referencia es a Trayectoria Histórica y Cultural de La Universidad de Guayaquil, texto de su autoría que primero viera la luz en 1959, en la Revista Universidad de Guayaquil, y luego como libro, gracias al Departamento de Publicaciones de esa institución en 1965. Su texto es un ejemplo de investigación científica, en específico histórica, debida a un estudiante.

No era el único caso. Muchas de las tesis de licenciatura, dado el alcance e interés científico logrado, fueron publicadas en la Revista de la Universidad de Guayaquil y/o en formatos como libros y folletos. Ejemplo de ello lo es el trabajo de tesis de licenciatura Ayón de Messner, “Trayectoria histórica de la Universidad de Guayaquil (1867-1967)”, el cual vio la luz gracias al departamento de publicaciones de la propia entidad en 1967. Al propio tiempo, no pocos de los estudiantes de la facultad laboraron en prácticas científicas de arqueología y formaron parte del equipo de diseño y redacción de la Revista de la Universidad de Guayaquil. Por otra parte, numerosos estudiantes impartían clases como Ayudantes de Cátedra. Estos últimos, si bien no realizaban investigaciones de tipo científico, sí se preparaban en niveles superiores a los comunes en el alumnado en la llamada investigación formativa.

El trabajo científico por parte de los estudiantes de la Facultad de Filosofía de la Universidad de Guayaquil, entre los años 1945 y 1970, no destaca por su excesiva magnitud, en modo alguno puede anularse. No obstante, las dificultades económicas, políticas y sociales que atravesó el país en esos años, un grupo no pequeño de los estudiantes de la facultad realizaron una actividad científico-investigativa acorde en cuanto a número y formas a cómo era concebida dicha actividad en el mundo y, muy en particular en Latinoamérica, el Ecuador y la propia Universidad de Guayaquil.

Conclusiones

La Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias de la Educación no tuvo un rol protagónico en la realización de trabajos científicos por parte de los estudiantes, pero tampoco fue el último de la fila en una actividad ni priorizada, ni favorecida por el presupuesto, ni con la suficiente cultura investigativa en el país. A la limitada implicación de profesores y estudiantes en el trabajo científico -los primeros sin laborar a tiempo completo, los segundos combinando estudio y trabajo-, se sumaba la exigua convocatoria a eventos científicos, factores que permite determinar la escasa participación estudiantil en labores de trabajo científico.

Comoquiera, la investigación no queda cerrada. Preciso es continuar interrogando a las distintas fuentes, prensa periódica de la ciudad y el país, documentos institucionales varios, revistas especializadas de la propia universidad, testimonios de docentes y estudiantes del período, fotografías, en un largo etcétera.

¿Cuál fue la contribución del trabajo científico estudiantil, durante el período 1945-1970, a las bases investigativas de que hoy dispone la Universidad? La respuesta a la interrogante, a juicio de los autores, siempre deberá arrojar resultados múltiples y en positivo. Esa, junto a otras tantas preguntas, necesitan de una investigación más amplia y profunda que la presente y a ello se encamina el trabajo inmediato de los autores del presente trabajo.

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Recibido: 04 de Junio de 2018; Aprobado: 29 de Julio de 2018

*Autor para correspondencia. E-mail: ailet.avilap@ug.edu.ec

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