SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.12 número3Planeación estratégica aplicada a profesionales de la medicina y la jurisprudenciaLeasing financiero como respaldo para la adquisición de vehículos en las empresas de transporte terrestre de carga Paita, Perú índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

  • No hay articulos citadosCitado por SciELO

Links relacionados

  • No hay articulos similaresSimilares en SciELO

Compartir


Revista Universidad y Sociedad

versión On-line ISSN 2218-3620

Universidad y Sociedad vol.12 no.3 Cienfuegos mayo.-jun. 2020  Epub 02-Jun-2020

 

Artículo Original

La toponimia peruana. Revalorización educativa, social y económica

Peruvian toponymy. Educational, social and economic revaluation

Walter Pomahuacre Gómez1  * 
http://orcid.org/0000-0002-0276-9804

Betty Marlene Lavado Rojas1 
http://orcid.org/0000-0002-2924-6771

Edith Consuelo Zárate Aliaga1 
http://orcid.org/0000-0003-1447-7873

1 Universidad Nacional de Educación “Enrique Guzmán y Valle”. Perú

RESUMEN

La toponimia peruana constituye un legado histórico que se debe valorar en sus dimensiones educativa, social y económica. El propósito de este estudio fue indagar si los docentes que laboran en los distritos del Cono Este de Lima Metropolitana conocen el significado de los topónimos de este espacio geográfico. Para ello se desarrolló una investigación bajo el enfoque cuantitativo, con un diseñodescriptivo. Los datos fueron recogidos mediante la técnica de la encuesta. Se utilizó un cuestionario como instrumento, conformado por doce preguntas referidas a los topónimos nativos. El estudio halló que los docentes, en un 93, 04 %, no conoce ni valora nuestro fecundo acervo toponímico. Por tanto, es necesario que se diseñe e introduzca en el currículo esta temática de vital resonancia para afianzar nuestra realidad multilingüe y pluricultural.

Palabras clave: Toponimia; grupos humanos; cultura; currículo y pluri-identidad

ABSTRACT

Peruvian toponymy constitutes a historical legacy that must be valued in its educational, social and economic dimensions. The purpose of this study was to investigate if the teachers who work in the districts of the Eastern Cone of Metropolitan Lima know the meaning of the place names of this geographical space. For this, an investigation was developed under the quantitative approach, with a descriptive design. The data was collected using the survey technique. A questionnaire was used as an instrument, made up of twelve questions referring to native place names. The study found that teachers, 93.04%, do not know or value our fruitful toponymic heritage. Therefore, it is necessary to design and introduce this vitally important theme in the curriculum to strengthen our multilingual and multicultural reality.

Keywords: Toponymy; human groups; culture; curriculum and multi-identity

Introducción

La onomástica, palabra de origen griego que significa arte de nombrar, según el Diccionario de la lengua española es la “ciencia que trata de la catalogación y estudio de los nombres propios. Conjunto de nombres propios de un lugar o de un país”. (Real Academia, 2019)

Para Solís (1997), “es la disciplina que estudia los nombres (propios), sean estos de personas o de lugares” (p. 14). En esta perspectiva, esta ciencia tiene dos ramas principales: la antroponimia (nombres de personas) y la toponimia o toponomástica (nombres de lugares o topónimos).

Ahora, focalizando el estudio en los topónimos, cuyo carácter es interdisciplinario (geografía, historia, lingüística, botánica, arqueología, filología, antropología, entre otros). Sin embargo, no se debe dejar de lado el rol que cumple la lingüística, tal como lo plantea Lapesa (1992), “por de pronto, la toponimia interesa al lingüista como la paleontología al biólogo; o, mejor dicho, como la arqueología o la documentación de otras épocas interesan al historiador”. (p. 170)

Cerrón-Palomino, et al. (1983), señalan que “es el nombre de cualquier punto ubicable en el espacio terrestre que haya recibido denominación de parte del hombre” (p. 4). Para Solís (1997), “un topónimo es el nombre de cualquier punto ubicable en el espacio terrestre que haya recibido denominación” (p. 15). Se entiende que este punto ubicable puede hallarse, tanto en el mundo real, como en los mundos ideados por las culturas, es decir, en aquellos universos que existen a partir de la actividad ideacional de los hombres Igualmente, para Chávez (2003), “la toponimia es un paradigma nominal que denota una significación particular. Están referidos a un solo fenómeno o espacio geográfico. Todos son sustantivos propios” (p. 1). Es que constituyen la denominación de un solo lugar, y esta diferencia a un determinado lugar de otro de naturaleza similar. Por ello, un topónimo o toponímico viene a ser un elemento nominal diferenciador y, precisamente, por ello se constituye en un sustantivo propio. Es el nombre de un lugar en específico.

Para Trapero (1995), “la toponimia de un lugar … es el resultado de una sucesión de estratos lingüísticos diversos … Los nombres de lugar se fijan al terreno de tal modo que, en muchos casos, se suceden las culturas … mas los topónimos permanecen con los nombres originarios que les dieron los primeros habitantes”. (p. 111)

Es necesario señalar que “la toponimia… requiere del concurso multidisciplinario de otras ramas del saber, como son la lingüística, la historia, la geografía, la cartografía, la geología. La literatura, el folklore, etc.” (Cerrón-Palomino, et al., 1983, p. 14)

En suma, la toponimia se refiere a los nombres de lugares, sean estos habitados o no; son los nombres de pueblos, ríos, chacras, calles, entre muchos otros puntos geográficos. Pero, ¿qué importancia tendría catalogar a los nombres toponímicos de un área geográfica determinada? La toponimia de un país, región o de la localidad reviste una gran importancia porque los tópicos nos permiten conocer el pasado histórico de ese espacio geográfico, lo cual implica que, al conocer nuestra historia, nuestro origen y evolución, tendremos mayor identidad con lo que es nuestro.

En el entendido deque, en la toponimia de nuestras comunidades rurales, entre ellas la de los distritos en estudio, se conservan aún nombres geográficos colocados por nuestras culturas ancestrales, y, conociendo el significado de los topónimos locales, regionales, incluso nacionales, sabremos que, a pesar del tiempo transcurrido, las lenguas nativas subsisten y se mantienen vitales. Al conocer nuestra historia, sabremos también a qué debemos ansiar; cuál debe ser nuestro futuro, reconstruyendo nuestra historia.

Asimismo, debemos reflexionar en el hecho de que el proceso urbano, entre otros factores, continúa provocando, especialmente en nuestras comunidades rurales, la pérdida de un patrimonio cultural como es su toponimia nativa local. Otro factor, fundamental, que influye en estas pérdidas es que, nosotros mismos, los usuarios, desconocemos de qué lengua proceden estas denominaciones y, sin mayor reflexión, los modificamos o cambiamos. Por ejemplo, decimos Pachacamac, cuando debiéramos pronunciar Pachacámac, que es quechua y, por lo tanto, grave; o, el cambiado Lurín, que también procede del quechua, en este caso hurin. Debemos agregar que, muchas veces, los gobiernos, incluso locales, colocan nombres de lugares, asentados en diversos documentos oficiales, planos, entre otros, sin preocuparse por transcribirlos de modo exacto.

Por todo lo anterior, un estudio toponímico es, por naturaleza, sumamente importante. Más aún “en países como el Perú en cuyo territorio se dieron en otras épocas ocupaciones sucesivas de un mismo hábitat por gente de diversas lenguas, en un margen de tiempo relativamente corto” (Cerrón-Palomino, et al., 1983, p. 5). Es conocido que muchos nombres toponímicos son utilizados como argumentos para entender el origen y la evolución de los pueblos que habitaron esa región o esa localidad.

Entonces, conocer y registrar los nombres geográficos es, de por sí, valioso, más aún de aquellas comunidades rurales que se mantienen en el terruño de sus antepasados y, a pesar de la intromisión del hispano, conservan sus antiguas formas de cultura, entre ellas su lengua, impregnadas en su toponimia, que a su vez representa una manera de revalorización en lo educativo, social y económico.

Por ello, esta investigación se planteó, primero registrar los topónimos nativos locales de los distritos del Cono Este de Lima Metropolitana: Ate-Vitarte, Chaclacayo, Lurigancho-Chosica, Santa Eulalia de Acopaya y Ricardo Palma, para luego indagar si los docentes que laboran en estos distritos conocen el significado de cada uno y si los aplican durantelos procesos de enseñanza y aprendizaje, para acercar al estudiante a la identidad con sus culturas ancestrales; y segundo, aproximarse al conocimiento -aunque parcial- de nuestra cultura nativa, entendiéndola como el legado histórico de nuestros antepasados. Las lenguas quechua, aymara, kauki y muchas otras son parte de esa herencia cultural, porque mantienen su vitalidad y subsisten como expresión de nacionalidades y culturas, muestra de la realidad multilingüe y pluricultural de nuestra patria.

Materiales y métodos

El enfoque aplicado fue el cuantitativo. Es, entonces, un estudio descriptivo, porque consigna información acerca del estado actual de los topónimos de los distritos de Ate-Vitarte, Chaclacayo, Lurigancho-Chosica, Santa Eulalia de Acopaya y Ricardo Palma. Asimismo, es explicativo, no experimental, ya que integra el conocimiento del significado de los topónimos nativos locales y el desarrollo del proceso educativo con mejores logros de identidad cultural.

La técnica empleada en la recolección de datos ha sido la encuesta. El carácter descriptivo nos permitió, además, explicar la hipótesisformulada: si los docentes que laboran en estos distritos desconocen el significado de los topónimos nativos locales, entonces, la educación que se imparte en las instituciones educativas del Cono Este de Lima Metropolitana no garantiza la identidad cultural que incide en el desarrollo económico de la zona.

El cuestionario fue el instrumento que nos permitió introducirnos en la esencia de la muestra con el objeto de conocerla a plenitud. Estuvo conformado por doce (12) preguntas que se circunscriben a los topónimos nativos de los distritos del Cono Este de Lima Metropolitana.

Resultados y discusión

Considerando que la muestra estuvo conformada por 465 docentes, luego del análisis correspondiente, presentamos mediante tablas los hallazgos en cada uno de los 12 topónimos seleccionados.

Cada pregunta presenta como respuesta cuatro alternativas. El encuestado respondió la pregunta según el conocimiento del significado del topónimo que se le presentó. Para ello tomaron en cuenta lo siguiente:

  1. Alternativa a. Presenta un significado inventado, aparente, simulado, ficticio. En el caso de ser marcada como respuesta, solo permitirá entender que el encuestado desconoce lo que significa el topónimo en estudio.

  2. Alternativa b. Consigna el significado verdadero, real, según descripción léxica con apoyo en las lenguas nativas, entre ellas el quechua, el jakaru y el aymara. El quechua, según clasificación de Torero (1974), sería el grupo II, subgrupo Chinchay y su dialecto que corresponde al habla de Huancavelica, Ayacucho y parte de Apurímac).

  3. Alternativa c. Es un espacio en blanco, en el que el encuestado debía escribir el significado que él conocía, y que no estaba considerado entre las alternativas a y b.

  4. Alternativa d. En la encuesta se consigna la palabra desconozco, en la medida en que el encuestado no está de acuerdo con las alternativas a y b, y desconozca de modo definitivo el significado del topónimo en estudio.

Asimismo, antes de presentar el resultado de las encuestas, señalamos dos importantes detalles:

  1. Debemos entender que las cuatro alternativas arriba descritas para cada topónimo en estudio deben ser reducidas solo a dos, como se aprecia en la Tabla 1.

  2. El encuestado conoce el significado del topónimo, lo que equivale a haber marcado la alternativa b.

  3. El encuestado desconoce el significado del topónimo, lo que equivale a haber marcado las alternativas a y c, y especificado un significado en la alternativa c.

Tabla 1 - Alternativas en síntesis. 

Para tener un mejor entendimiento del resultado de las encuestas, debemos considerar que algunos encuestados, al desconocer completamente el significado del topónimo (Tabla 1), han optado por las alternativas a y b. Esto quiere decir que, en algunos casos, habrían marcado al azar la alternativa correcta b. En otras palabras, hay un margen de error. Sin embargo, la cantidad resultante no fue relevante.

En la Tabla 2, sobre el conocimiento del significado del topónimo Ate (que en lengua nativa quechua significa victoria, poder, triunfo), observamos que de 465 encuestados (100%), solo 50 (10,8%) han marcado la alternativa b, que corresponde a la respuesta correcta. Y, entre las alternativas a y d, suman 415 encuestados que no conocen el significado (89,2%).

Tabla 2 - Topónimo Ate. 

En la Tabla 3, sobre el conocimiento del significado del topónimo Pariachi(que en lengua nativa quechua significa lugar de gorriones), observamos que de 465 encuestados (100%), solo 35 (7,5%) han marcado la alternativa b, que corresponde a la respuesta correcta. Y, entre las alternativas a y d, suman 430 encuestados que no conocen el significado (92,5%).

Tabla 3 - Topónimo Pariachi. 

En la Tabla 4, sobre el conocimiento del significado del topónimo Puruchuco (que en lengua nativa quechua significa casco de plumas), observamos que de 465 encuestados (100%), solo 40 (8,6%) han marcado la alternativa b, que corresponde a la respuesta correcta. Y, entre las alternativas a y d, suman 425 encuestados que no conocen el significado (91,4%).

Tabla 4 - Topónimo Puruchuco. 

En la Tabla 5, sobre el conocimiento del significado del topónimo Huachipa (que en lengua nativa quechua significa lugar donde escampan las nubes), observamos que de 465 encuestados (100%), solo 20 (4,3%) han marcado la alternativa b, que corresponde a la respuesta correcta. Y, entre las alternativas a y d, suman 445 encuestados que no conocen el significado (95,7%).

Tabla 5 - Topónimo Huachipa. 

En la Tabla 6, sobre el conocimiento del significado del topónimo Chaclacayo (que, según Ferrell, 1990, deriva del vocablo chaxlla, que en lengua nativa aymara significa carrizos para empalizadas), observamos que de 465 encuestados (100%), solo 40 (8,6%) han marcado la alternativa b, que corresponde a la respuesta correcta. Y, entre las alternativas a y d, suman 425 encuestados que no conocen el significado (91,4%).

Tabla 6 - Topónimo Chaclacay. 

En la Tabla 7, sobre el conocimiento del significado del topónimo Jicamarca (que en lengua nativa quechua significa pueblo agrietado), observamos que de 465 encuestados (100%), solo 35(7,5%) han marcado la alternativa b, que corresponde a la respuesta correcta. Y, entre las alternativas a y d, suman 430 encuestados que no conocen el significado (92,5%).

Tabla 7 - Topónimo Jicamarca. 

En la Tabla 8, sobre el conocimiento del significado del topónimo Carapongo (que en lengua nativa quechua significa puerta de cuero), observamos que de 465 encuestados (100%), solo 25 (5,4%) han marcado la alternativa b, que corresponde a la respuesta correcta. Y, entre las alternativas a y d, suman 440 encuestados que no conocen el significado (94,6%).

Tabla 8 - Topónimo Carapongo. 

En la Tabla 9, sobre el conocimiento del significado del topónimo Ñaña (que en lengua nativa quechua significa hermana), observamos que de 465 encuestados (100%), solo 18 (3,9%) han marcado la alternativa b, que corresponde a la respuesta correcta. Y, entre las alternativas a y d, suman 447 encuestados que no conocen el significado (96,1%).

Tabla 9 - Topónimo Ñaña. 

En la Tabla 10, sobre el conocimiento del significado del topónimo Chosica (que deriva del vocablo chóseqa, que en lengua nativa aymara significa lechuza pequeña), observamos que de 465 encuestados (100%), solo 26 (5,6%) han marcado la alternativa b, que corresponde a la respuesta correcta. Y, entre las alternativas a y d, suman 439 encuestados que no conocen el significado (94,4%).

Tabla 10 - Topónimo Chosica. 

En la Tabla 11, sobre el conocimiento del significado del topónimo Rímac (que en lengua nativa quechua significa hablador), observamos que de 465 encuestados (100%), solo 62 (15,5%) han marcado la alternativa b, que corresponde a la respuesta correcta. Y, entre las alternativas a y d, suman 483 encuestados que no conocen el significado (84,5%).

Tabla 11 - Topónimo Rímac. 

En la Tabla 12, sobre el conocimiento del significado del topónimo Acopaya (que en lengua nativa quechua significa recogedor de arena), observamos que de 465 encuestados (100%), solo 26 (5,6%) han marcado la alternativa b, que corresponde a la respuesta correcta. Y, entre las alternativas a y d, suman 439 encuestados que no conocen el significado (94,4%).

Tabla 12 - Topónimo Acopaya. 

En la Tabla 13, sobre el conocimiento del significado del topónimo Mama (que en lengua nativa aymara significa veta o caja de metal), observamos que de 465 encuestados (100%), solo 13 (2,8%) han marcado la alternativa b, que corresponde a la respuesta correcta. Y, entre las alternativas a y d), suman 456 encuestados que no conocen el significado (97,2%).

Tabla 13 - Topónimo Mama. 

Las cuatro alternativas de cada topónimo pueden ser resumidas en dos (conoce y desconoce el significado del topónimo en estudio), luego del análisis de los resultados de las encuestas, en la Tabla 14 se puede apreciar que 25 encuestados conocen el significado (5,4%) y 440, desconocen (94,6%). Es decir, la Tabla 14 permite demostrar la hipótesis del estudio: Los docentes desconocen, en una gran mayoría, el significado de los topónimos nativos del lugar donde desarrollan su actividad educativa; lo que nos conduce a manifestar que la educación que se imparte en las instituciones educativas del Cono Este de Lima Metropolitana no es realmente lo que buscamos para el desarrollo de la sociedad; no busca, en primer lugar, la identidad, y, en segundo lugar, el desarrollo económico de la zona.

Tabla 14 - Conocimiento del significado de los topónimos. 

Conclusiones

En el estudio se evidencia que los docentes, que laboran en los distritos considerados para este trabajo desconocen la importancia de los estudios toponomásticos y, precisamente por ello, el significado de los topónimos locales; por tanto, también los regionales y los nacionales.

Tampoco poseen ninguna formación toponomástica; lo que implica que los procesos de enseñanza y aprendizaje no se lleven a cabo de modo integral, toda vez que motivar en el estudiante la valorización toponímica es inculcar una mayor identidad con los problemas y la realidad de nuestra patria, partiendo de la valoración de su entorno histórico-geográfico y lingüístico.

El estudio de la onomástica constituye una actividad sumamente importante para el conocimiento de la realidad histórica, geográfica y, fundamentalmente, lingüística de Perú; no obstante, es un quehacer no tan difundido.

El proceso urbano ha provocado y provoca actualmente la pérdida de un patrimonio cultural legado de nuestras generaciones ancestrales como lo es la denominación nativa de los lugares. En el caso del Cono Este de Lima Metropolitana, hemos constatado que muchos topónimos nativos han derivado en denominaciones híbridas, por ejemplo, Acopaya que ahora se conoce como Santa Eulalia de Acopaya; otros, que definitivamente han sido suplantados, caso de Mama en Ricardo Palma, verbigracia, y otros que han variado pero que en su estructura conservan parte de la denominación nativa, como ejemplo consignamos chóseqa, que ahora es Chosica.

Referencias bibliográficas

Cerrón-Palomino, R., Quesada, F., Quintanilla, R., Solís, G., & Zavala, L. (1983). Guía para estudios de toponimia. Universidad Mayor de San Marcos. [ Links ]

Chávez, A. (2003). La toponimia en la zona andina de Áncash: con especial referencia sobre el topónimo SHIQUI. Fondo Editorial Universidad Nacional Mayor de San Marcos. [ Links ]

Ferrell, M. (1990). Nombres míticos en Lima. G. Herrera editores. [ Links ]

Lapesa, R. (1992). La toponimia como herencia histórica y lingüística, enLéxico e Historia, I. Palabras. Biblioteca Española de Lingüística y Filología. [ Links ]

Real Academia (2019). Diccionario de la lengua española. Espasa Calpe. [ Links ]

Solís, G. (1997). La gente pasa, los nombres quedan. G. Herrera Editores. [ Links ]

Torero, A. (1974). El quechua y la historia social andina. Universidad Ricardo Palma. [ Links ]

Trapero, M. (1995). Para una teoría lingüística de latoponimia. Universidad de Las Palmas. [ Links ]

Recibido: 17 de Febrero de 2020; Aprobado: 25 de Marzo de 2020

*Autor para correspondencia. E-mail: walterpoma10@gmail.com

Los autores declaran no tener conflictos de intereses.

Los autores han participado en la redacción del trabajo y análisis de los documentos.

Creative Commons License Este es un artículo publicado en acceso abierto bajo una licencia Creative Commons