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Introducción
En los estudiantes del Doctorado en Educación de la Universidad de Panamá, el COVID-19 ha supuesto un reto y a la vez una prueba de la resiliencia a la que cada uno tiene que hacerle frente de alguna manera a este nuevo panorama de transformación de la educación, ya que la mayoría de los estudiantes también son docentes por lo que el cambio es a doble vía.
Este trabajo de investigación pone de manifiesto la importancia de la educación, al tratarse de uno de los pocos ámbitos que, aunque se haya detenido el mundo, sigue funcionando, adaptándose a los nuevos retos, enfrentándose a una nueva modalidad de aprendizaje, a cambios sociales, políticos y geopolíticos. Se tiene el interés de conocer el impacto de la resiliencia en los doctorandos ante la pandemia y las nuevas alternativas de aprendizaje.
Desarrollo
En términos sencillos una Pandemia es la propagación mundial de una nueva enfermedad, la que nos ocupa denominada Covid-19 fue declarada Pandemia el 12 marzo de 2020 por la Organización Mundial de la Salud (OMS). La pandemia más grave de la historia reciente sucedió en 1918 y se extendió hasta 1920, fue a causa de un brote del virus influenza A del subtipo H1N1, la cual provocó la muerte de 50 millones y se dice que afectó a unas 500 millones de personas.
El COVID-19 ha traído una primera experiencia global, ya que pocas personas que pasaron la gripe de 1918 aún siguen con vida, estamos frente a una situación de crisis, viviendo en aislamiento y cuarentena.
El aislamiento y la cuarentena son dos estrategias de salud pública comunes que se utilizan para prevenir la propagación de una enfermedad altamente contagiosa. El aislamiento y la cuarentena mantienen separadas a las personas que están enfermas o que han sido expuestas a una enfermedad altamente contagiosa de las personas que no han sido expuestas (Michigan Department of Community Health, 2013).
Este artículo está enfocado en los doctorandos en educación, ya que se constituyen como la parte de la población que asumió uno de los retos más importantes de su vida, al buscar la profesionalización académica al más alto nivel con el objetivo de obtener un título académico que los acredite como doctores. Este reto se ha visto alterado por la situación mundial que se vive en la actualidad que pone de manifiesto la resiliencia de las personas.
Ya que en contexto de educación superior que nos ocupa, la llegada del COVID-19 a Panamá y al mundo ha supuesto la suspensión de clases, la modificación de modalidades académicas y el uso de nuevas alternativas de aprendizaje.
En educación, existen aspectos psicológicos, emocionales y socioeconómicos que influyen el rendimiento académico de los estudiantes como la motivación, autoestima y la capacidad de enfrentarse a situaciones adversas. Esto sugiere la necesidad de que el estudiante reciba mentoría en temáticas variados que apoyen el crecimiento y la confianza en su propio conocimiento (Morales, García & Durán, 2019).
Según la Real Academia de la Lengua Española (2020), la resiliencia es la capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o situación adversos. Esta definición es afin a la utilizada en el contexto educativo donde se plantea a la resiliencia como una capacidad que puede desarrollarse, de las definiciones encontradas para este artículo se utilizará la resiliencia como capacidad de crecer al enfrentarnos a circunstancias muy difíciles (Vanistendael, et al., 2013).
Por eso, el objetivo de la investigación es conocer la implicación que el concepto resiliencia puede tener en los doctorandos en educación al enfrentarse a las nuevas alternativas de aprendizaje.
Con la Pandemia, el grupo de estudiantes doctorados iniciamos un nuevo semestre, una nueva asignatura titulada: Seminario: Universidad, investigación, desarrollo, e innovación. Y sí que ha sido un desafío como todas las asignaturas propias de este nivel académico y sobre todo porque cambiamos la universidad por nuestra casa, el aula de clases, quizás por la sala o el cuarto, los tableros por el whatsapp y la interactividad con los compañeros y el profesor, por el aislamiento y la cuarentena.
El Coronavirus ha afectado a todo el mundo, las estadísticas que presenta de manera interactiva y actualizada la Organización Mundial de la Salud al 13 de abril señalan que hay 54 países afectados, por ello se presentan algunas de las estrategias que estos países han presentado en el sector educativo para hacer frente al brote de la enfermedad.
En Panamá, el Rector de la Universidad de Panamá, dio a conocer el Acuerdo Nº. 3- 20 del Consejo Académico en la que se habilita la modalidad virtual para todos los cursos impartidos en el primer semestre y en el segundo ciclo cuatrimestral de 2020, como medida de prevención del coronavirus, esto quiere decir que las asignaturas que seguiremos cursando serán atendidas en modalidad virtual (Panamá. Universidad de Panamá, 2020).
La Universidad de Panamá ha puesto a disposición de sus estudiantes diferentes plataformas para hacerle frente a la nueva modalidad de aprendizaje como lo son: Plataforma Virtual Moodle, Plataforma Office 365, Plataforma Edmodo, Plataforma Schoology, Plataforma Google Scholar, Plataforma Moodle, Plataforma Campus Virtual - educativa. Al igual que indica que los docentes podrán hacer uso del correo electrónico de sus estudiantes, grupos de whatsapp y módulos de autoinstrucción para el desarrollo de las clases.
Para esto ha establecido alianzas con los proveedores de tecnología móvil para que la comunidad universitaria, en especial los estudiantes tengan acceso a la página web de la universidad, sin consumir redes de datos móviles.
Allí entra la capacidad que tenemos de afrontar las situaciones desfavorables, de enfrentar la adversidad con éxito, para esto también es importante el apoyo de las demás personas, como la iniciativa del rector para con los que no tienen internet en sus hogares, algunos autores relacionan el concepto de resiliencia con la calidad de la educación y plantean la necesidad de fomentar la resiliencia en los estudiantes del nivel superior, como competencia para la vida.
Indica, Sánchez & Rábago de Ávila (2015), que resulta necesario comprender la implicación que el concepto de resiliencia tiene en la educación superior, debido a que ésta se enfrenta en la actualidad al gran desafío de garantizar una educación de calidad en sus estudiantes y que, éstos a su vez reúnan los requisitos de la sociedad actual que presenta cambios vertiginosos y requiere de profesionales capaces de hacer frente a los cambios constantes de nuestra sociedad.
Hoy, la resiliencia también se considera como una nueva mentalidad, estamos cambiando nuestra forma de pensar; sin embargo, la problemática no sólo radica en la capacidad o incapacidad de los estudiantes para comprender determinados temas, sino en su actitud hacia esta ciencia (Morales & García, 2013).
A continuación, se presenta la Fig. 1 sobre este nuevo cambio ante el Covid-19, que define perfectamente cómo se vive, se estudia y se transfiere conocimientos al pasar de la preocupación excesiva y la incertidumbre a la búsqueda constante de encontrar la forma de ayudar a los demás y de sacar un aprendizaje de la crisis que se enfrenta.
El desafío que se afronta con resiliencia es la nueva modalidad de aprendizaje que se abre camino sin marcha atrás ante el mundo y en el quehacer diario como docentes y doctorandos. Está comprensión implica que la resiliencia en los doctorandos en educación ante las nuevas alternativas de aprendizaje, brinda la posibilidad de obtener una actitud de vida diferente, en donde las personas no se desaniman y superan las adversidades.
En cada época, las tecnologías de comunicación e intercambio de información disponibles han jugado un papel determinante en las formas de conocer, investigar, enseñar y aprender. Actualmente el portentoso desarrollo de estas tecnologías no sólo está transformando los modelos y estrategias educativas, sino que está cambiando la manera como trabajamos, nos divertimos e interactuamos socialmente (Henao, 2002).
La era digital exige un cambio profundo en el planteamiento, sistematización y organización de la educación, por las nuevas exigencias que emergen de la cultura conectada en red, empoderada, más crítica que hoy tenemos. Para las personas la educación ya no es una simple instrucción temporal, ahora se concibe la necesidad de educarnos a lo largo de toda la vida (Rodríguez, 2017).
El conectivismo es una de esas teorías emergentes que trata de explicar el aprendizaje en la era digital. Estrada (2015), cita los los principios definidos por Siemens para el conectivismo, destacamos el más importante aplicando el concepto de resiliencia el cual indica que la toma de decisiones es, en sí misma, un proceso de aprendizaje. El acto de escoger qué aprender y el significado de la información que se recibe, es visto a través del lente de una realidad cambiante. Una decisión correcta hoy, puede estar equivocada mañana debido a alteraciones en el entorno informativo que afecta la decisión.
Conclusiones
La educación virtual representa un reto para profesores, estudiantes y para la sociedad en general por lo que es importante que, dentro de las políticas de Estado de un país, este tema se ponga en el tapete de las discusiones y de los que toman decisiones en el ámbito de la educación nacional. Por ello se demanda de los doctorandos una mayor cantidad de competencias relacionadas con la tecnología que impliquen a su vez elementos como: creatividad, pensamientos, negociación, inteligencia emocional y resiliencia. Esta formulación del término de competencia se debe desarrollar para ser operativa, y para ello hay que realizar una caracterización (definición, niveles de desarrollo y descriptores) que permita su desarrollo y evaluación
Al igual que se requieren políticas de Estado en el nivel superior para reglamentar y capacitar en el aspecto de transformación digital de la educación al encontrarnos en la cuarta revolución industrial, en la cual la universidad debe adaptarse a la misma, mediante la alfabetización digital de profesores y estudiantes, en donde los doctorandos deben ser parte de la discusión.
