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Revista Universidad y Sociedad

 ISSN 2218-3620

        02--2020

 

Artículo original

La autonomía de los estudiantes y las designaciones académicas en el campo universitario

Student autonomy and academic designations in the university field

0000-0002-7542-2561Buenaventura Loreto Vera Pérez1  *  , 0000-0003-4029-5440Javier Moreno Tapia1 

1 Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo. México

RESUMEN

El objetivo de artículo es explicar las prácticas y acciones que los agentes despliegan para su autonomía respecto a las disciplinas y regulaciones académicas en el espacio social. Se analiza el capital escolar que despliegan para identificarla en el campo universitario. Las prácticas autonómicas entendidas como acción y las disciplinas científicas y las regulaciones académicas institucionales como estructuras. Se aplica la teoría social desde las estructuras y las acciones con un enfoque constructivista-estructuralista. La Universidad Veracruzana será el contexto a partir de disciplinas académicas. Se constituye la categoría de las designaciones académicas de las disciplinas e institucionales para entender la autonomía desde la trayectoria social de los estudiantes, y el primer año como un periodo crítico que dichos agentes enfrentan en el campo universitario.

Palabras-clave: Autonomía de los estudiantes; disciplinas académicas; espacio universitario; capital escolar

ABSTRACT

The objective of the article is to explain the practices and actions that the agents deploy for their autonomy with respect to the disciplines and academic regulations in the social space. The school capital they display is analyzed to identify it in the university field. Autonomous practices understood as action and scientific disciplines and institutional academic regulations as structures. Social theory is applied from structures and actions with a constructivist-structuralist approach. The Universidad Veracruzana will be the context based on academic disciplines. The category of academic designations of disciplines and institutions is constituted to understand autonomy from the social trajectory of students, and the first year as a critical period that said agents face in the university field.

Key words: Autonomy of students; academic disciplines; university space; school capital

Introducción

Toda institución de educación superior tiene como propósito fundamental el logro educativo al igual que la autonomía del estudiante que también es un fin mismo dentro la filosofía formativa de la universidad. Es un criterio que asume el verdadero propósito del campo educativo más allá de su espacio y sus respectivos campos disciplinares. Dicha cualidad es un eje central para enfrentar los retos de la educación superior que surgen de la modernidad tardía, de los efectos de la globalización, los avances apresurados y versátiles en las tecnologías de la información y comunicación, y en general de las condiciones y relaciones sociales predominantes históricamente determinadas (Ocampo, 2016).

Además de este reto, la demanda creciente de los jóvenes de oportunidades en la educación terciaria como ascensión social depende desde luego de la cobertura, pero más allá de esta premura; los espacios y los tiempos como permanencia en la universidad son un contraste ante el aumento del nivel de cobertura que aumento 6.6 % en las últimas cuatro décadas (Ocegueda, Miramontes, & Moctezuma, 2014). Es decir, aunque se ha dado mayor oportunidad a más estudiantes de ingresar a la educación superior su permanencia y el logro no se ha reflejado en resultados positivos en cuestión de formación académica.

Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (2019) en 2017, más de siete de cada diez de nuevo ingreso a la educación terciaria estaban matriculados a nivel de licenciatura, dos a nivel terciario de ciclo corto y menos de uno a nivel de maestría en promedio en los países miembros de esta organización mundial. Algunas personas encuentran poco atractivo los espacios académicos por ser demasiado tiempo e incierto. El aprendizaje permanente está emergiendo lentamente a medida que la educación superior está entrando a nuevos escenarios primordialmente por los volátiles campos laborales y las nuevas socialidades del conocimiento que procuran las nuevas tecnologías de la información. Algunos países han ido adaptando progresivamente sus programas de educación superior para garantizar una mayor flexibilidad de aprendizaje y para adaptarse a una amplia gama de disposiciones de los estudiantes

Las políticas educativas en la actualidad están fomentando mayor tiempo de permanencia en las escuelas; exigen mayor escolaridad mediante estudios de posgrado para poder soportar la falta de empleo o el ingreso al campo laboral. Además de los recursos económicos necesarios y condiciones de financiamiento ¿cómo lograr la permanencia de los estudiantes en la escuela de manera efectiva y comprometida? En 2015, un joven de 15 años, en un país, podría permanecer unos 7 años adicionales en la educación formal durante los siguientes 15 años de su vida. Sin embargo, existen grandes diferencias entre los países asociados en cuanto al número de años involucrados en la educación formal. En Brasil, Colombia, México y la Federación de Rusia, un escolar de 15 años tiene expectativas de unos cinco años más en educación, mientras que, en Dinamarca, es nueve años.

La cualidad autonómica de los agentes como un principio generador de conocimiento e información se enfoca en su capacidad de lectura hacia textos formativos. Así que la educación más allá de los espacios escolares y los periodos establecidos se centra en las habilidades lectoras para la construcción de conocimiento. En promedio entre los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económica y las entidades subnacionales, el 69% de los que más leen en la vida cotidiana participan en la educación formal y / o no formal, mientras que la tasa de participación es de solo el 27% entre los que usan las habilidades de lectura con menor frecuencia.

La autonomía del estudiante, como un constructo variable subordinado de las distintas disciplinas y, sobre todo, de las regulaciones académicas instituidas en el nivel superior, es un componente primordial y necesario para lograr los alcances requeridos en el ámbito educativo y debe contemplarse como fuente de construcción de las estrategias que favorecen mejores resultados educativos. Es decir, la promoción de este concepto en los procesos educativos conjugados con los significados institucionales puede ser asumida por los agentes sociales para la conformación de estrategias favorables en su desempeño académico.

Es un constructo para referirse a una práctica y disposición duradera pertinente en los alumnos de educación de nuevo ingreso durante el primer año lectivo en función de las disciplinas instituidas y las regulaciones académicas en el espacio universitario donde convergen distintos procesos de socialización y valoraciones desde la perspectiva propia del sujeto para la optimización de las experiencias formativas y mejora del logro educativo. Estas concepciones pensadas objetivamente en relaciones con otros agentes que intervienen en los espacios universitarios pero determinadas por condiciones específicas propias del sujeto y del campo educativo son constitutivas de su trayectoria social.

Estas disposiciones duraderas, pero además generadoras de la práctica que los estudiantes instituyen como estrategias para desplegarlas en el campo de las disciplinas académicas en las que están comprometidos, son el resultado de sus trayectorias sociales.

En los agentes existen trayectorias sociales y escolares que, ya se ha mencionado arriba, han sido determinantes para generar un sistema de preferencias y principios de diferencias de acción para elegir ciertas prácticas que resultan en mejor desempeño escolar. En contraste, hay un principio generador y unificador de las prácticas de los agentes estudiantes que opera como habitus (Bourdieu, 2012). Por tanto, las disposiciones adquiridas desde la estructura de las relaciones y condiciones sociales en las trayectorias propias se constituyen en prácticas diferenciadas y la capacidad de diferenciar; por preferencias para una autonomía de acciones académicas hacia el aprovechamiento académico y éxito escolar.

Estas prácticas derivadas de las disposiciones que a su vez son regidas por el habitus se ajustan en un estilo de vida escolar; pero este estilo de vida unitario se desprende de características más generalizada de un grupo de agentes que son compartidos incluso en las trayectorias sociales externas al campo universitario. Esta diversidad de prácticas está dotada de la lógica del campo en este caso universitario, pero además de las regulaciones de cada una de las disciplinas académicas que también se instituyen como científicas.

Estos estilos de vida que son el efecto de las trayectorias sociales de los agentes se constituyen en habitus de clase que son la forma incorporada de las condiciones sociales y económicas que funcionan como condicionamientos para imponer disposiciones homogéneas y prácticas semejantes en un grupo de agentes de un campo especifico como el universitario que a su vez como disciplinas científicas están dotadas de su lógica propia.

Toda disciplina científica es una forma de organización social (Vink, 2014) aunque pretendan ser autónomas por su racionalidad y su propia lógica están ligadas por la misma dinámica de la sociedad. Son además formas de vida que buscan imponer dichas lógicas porque también buscan reconocimiento social. Por lo tanto, la ciencia como campo social donde se dan luchas competitivas por lograr un poder simbólico (se invierten capitales intelectuales además de simbólicos). Dado de esta manera, las disciplinas actúan como subcampo con sus lógicas propias y regulaciones para primero, lograr reconocimiento como organización; segundo, para establecer una jerarquía respecto a otras incluso dentro del espacio mismo universitario.

Los estudiantes dan sentido social a sus acciones y prácticas en los contextos escolares desde sus habitus conformados por estructuras sociales, pero también estructuras mentales que permite modificarlas mediante una transformación de su propia trayectoria social sino también por socioanálisis asistido que permite manipular sus disposiciones en favor de la autonomía para una práctica y elección académica favorable.

Es posible una transformación del habitus mediante un socioanálisis provocado y acompañado además de los efectos de las trayectorias sociales, hay una autodeterminación no sin tomar en cuenta la determinación de las condiciones sociales se caracteriza por un despertar de la conciencia que permite al individuo manipular sus disposiciones (Bourdieu & Wacquant, 2012). Siendo así, las percepciones pueden ser distintas de acuerdo con los niveles de escolaridad provenientes del espectro familiar del agente. Consecuentemente las apreciaciones aún determinadas por las disposiciones pueden ser distintas hacia las acciones autonómicas que emprendan los estudiantes respecto a los campos de fuerza y de luchas de competencia dentro de las regulaciones y las disciplinas.

Es evidente que las disposiciones de los agentes estudiantes se constituyen a lo largo de su trayectoria social ajustadas a las condiciones objetivas de existencia, dicho de otra de manera, de la clase social previa al ingreso al campo escolar universitario. Pero también ha de considerarse la trayectoria individual que el estudiante como actor social está inserto en un sistema de condiciones sociales que por muy coercitivas que sean, nunca elimina la autonomía individual como una posibilidad de acción, de elección de prácticas de los agentes estudiantes (Gutiérrez, 2005).

Las trayectorias sociales y escolares configuradas de capital cultural e informacional previas al ingreso al espacio universitario procuran una posición objetiva en el campo escolar y tiene una relación con la toma de posición hecha disposición autonómica respecto a las estructuras institucionales. Estas a su vez son tomas de conciencia transformadas en estrategias y acciones derivadas del capital cultural dotados en los núcleos familiares y escolar y de las condiciones objetivas para seguir obteniendo capitales escolares ofrecidos en el campo universitario.

En el contexto de la escolaridad, la autonomía de los estudiantes es una disposición latente resultado de la posición provista de las condiciones objetivas de existencia que son las propiedades del agente; dentro del campo escolar es además una toma de posición constituido por un capital cultural soportado por el capital simbólico definidas por las trayectorias sociales y escolares previas al ingreso al espacio universitario. Estas disposiciones son posibles según la lógica de las disciplinas académicas es decir las regulaciones y regularidades propias de las disciplinas ofrecen poder de acción al agente.

Estas disposiciones autonómicas son diferenciales con relación al capital informacional y simbólico, pero además de las condiciones objetivas y origen social que orientan las acciones hacia el capital escolar para obtener los beneficios ofrecidos por las licenciaturas que son las competencias profesionales y consecuentemente la acreditación de las asignaturas retribuidos en capital cultural institucionalizado como los certificados o títulos.

Aquí la cuestión ¿es posible dentro sistema, estructura social y las condiciones objetivas a partir de las posiciones ocupadas por los agentes la existencia de una disposición autonómica? Existe la convicción teórica empírica que sí es posible; Gutiérrez (2005), lo manifiesta así, “consiste en ubicar al actor social en el sistema de condiciones objetivas en el que está inserto, sistema que, por coercitivo que pueda ser, nunca elimina totalmente el margen de autonomía individual”. (p.24)

El primer momento analítico que se plantea en esta investigación es determinar el campo universitario frente al campo de poder. Para lograr construir el campo como un espacio de luchas y de relaciones entre posiciones en el espacio social desde las disciplinas académicas y sus respectivas regulaciones. Posteriormente se trata de identificar los capitales específicos en juego dentro del campo universitario es decir conocer la lógica del campo escolar en educación superior como la Universidad Veracruzana (UV). Como investigador se debe identificar las formas de capital específico que operan dentro de él, y para construir las formas de capital específico uno debe conocer la lógica específica del campo (Bourdieu & Wacquant, 2012).

Con base en esta lógica analítica, se debe reconocer el campo de poder en primer momento en relación con el campo que se construye en este objeto de estudio, las disciplinas académicas como espacio social de la Universidad Veracruzana (UV). Por lo tanto, se reconoce a esta casa de estudios como una institución de educación superior que responde a necesidades de educación terciaria a la entidad veracruzana y con una presencia geográfica en varias regiones estratégicas de población en el territorio estatal.

El otro momento es reconocer la estructura objetiva de las relaciones de posiciones entre los agentes sociales que intervienen en el campo escolar universitario. Los agentes estudiantes de nuevo ingreso al campo donde ahí intervienen otros agentes con capitales distintos por ejemplo capital cultural incorporado diferenciado por las condiciones de clase según la escolaridad del padre y sus respectivos ingresos económicos como capital económico, el capital cultural institucionalizado provenientes de escuelas de zonas rurales o urbanas y el capital cultural objetivado como el acceso a libros y herramientas tecnológicas.

En este sentido, los agentes de recién ingreso al campo escolar universitario tienen posiciones homólogas o de cercanía, aunque estas similitudes, parten de las diferencias. “Una homología puede definirse como un parecido dentro de la diferencia”, puesto que los campo son configuraciones, estructura de relaciones objetivas entre posiciones de fuerza subyace y guía a las estrategias mediante las cuales los ocupantes de dichas posiciones buscan, individual o colectivamente, salvaguardar o mejorar su posición e imponer los principios (Bourdieu & Wacquant, 2012). Por ejemplo, los que provienen con un certificado que permite el ingreso al campo, pero si llevan promedios distintos entra en juego al capital simbólico.

Las habilidades cognitivas adquiridas como elemento de su trayectoria social pueden ser un factor excluyente que conlleve a una posición de lejanía y de desventaja con relación a un grupo de agentes que ocupan posiciones similares. En el campo universitario de la UV existe un área de formación para los de recién ingreso al programa educativo respectivo con propósitos de adentrar al agente al espacio escolarizado que lo pone en una situación de toma de posición para alcanzar capitales específicos.

La autonomía de los agentes como disposición a partir de las posiciones y tomas de posición lo llevan a realizar estrategias tanto para lograr capitales y mejorar su posición en el campo universitario. Estos capitales específicos de ese campo son el cultural y social primordialmente, también coexisten capitales simbólicos y sin duda económicos. “Forma que revisten las diferentes especies de capital cuando son percibidas y reconocidas como legítimas”. (Bourdieu, 1997. p. 131)

La lógica del campo universitario para los agentes estudiantes de nuevo ingreso radica en su formación disciplinar, pero también en la formación básica y general que propone cuatro asignaturas para las licenciaturas. Esta son habilidades para el pensamiento crítico y creativo, lectura y redacción, computación básica e inglés I y II constituyen la lógica del campo en el primer año, dan oportunidad para generar prácticas convenientes al desarrollo académico lo que permite aumentar o acrecentar capital informacional. Estas experiencias educativas, llamadas así en modelo que rige las políticas pedagógicas en la UV (Ocampo, 2016), se detectan como capitales específicos del campo universitario. Cursar y acreditar estas asignaturas de formación básica y general configura un capital informacional pero además simbólico. De esta forma los agentes estudiantes de recién ingreso luchan por obtener y detentar estos capitales.

Entonces al intentar reconocer los capitales específicos que se detentan el campo logramos percibir y constatar al capital escolar que en cierta medida lo constituyen el capital informacional, el capital social y el capital simbólico; estos capitales nunca dejan de estar estrechamente relacionados con los demás capitales como el económico. El lazo que existe entre capital cultural y capital económico es en el tiempo necesario para su adquisición, lo que incluye el momento en que un agente social puede comenzar la empresa de adquisici6n y acumulación, hasta cuándo puede continuarla y de qué modo (Gutierrez, 2005, p.37).

La conformación entonces del capital escolar reconocido e identificado dentro del campo universitario y sus disciplinas académicas, en ese espacio social, lo conforman el capital cultural, el capital social y el capital simbólico. Atendiendo la lógica del campo es decir; las dinámicas, las fuerzas existentes, las luchas y reconociendo las posiciones y disposiciones del estudiante del primer año lectivo en los cuatro programas educativos (licenciaturas) de esta investigación, y al mismo tiempo identificando los capitales específicos que ahí se exhiben y se juegan en el espectro universitario; damos cuenta del momento analítico y la propuesta de una lógica hermenéutica de construir el campo y después identificar los capitales o viceversa. El autor francés asevera, para construir el campo, uno debe identificar las formas de capital específico que operan dentro de él, y para construir las formas de capital específico uno debe conocer la lógica específica del campo (Bourdieu & Wacquant, 2012).

Una vez reconocidos el campo y los capitales se recurre ahora a la otra instancia analítica, distinguir las disposiciones y los habitus de los agentes estudiantes en el campo universitario a partir de la dimensión social, cultural, política y académica. Se parte de comprender que toda disposición proviene de un habitus constituido desde las estructuras sociales o sea de las condiciones sociales del espacio universitario. La disposición autonómica está ligada e interrelacionada al interés del sujeto, pero de la misma forma a la posición que ocupa en el campo universitario y a las disciplinas académicas.

En esta propuesta de investigación se aborda el concepto teórico de habitus pues se considera a la autonomía con reserva, al aseverar que lo individual, e incluso lo personal, lo subjetivo, es social, colectivo. El habitus es una subjetividad socializada, es principio generador de estrategias (Bourdieu & Wacquant, 2012). De tal forma que la disposición autonómica en los agentes estudiantes del primer año en la licenciatura correspondiente y como un periodo crítico de su ingreso al campo universitario es resultado de las posiciones ocupadas en el espacio social, de la estructura social de la institución de sus formas de relación entre los agentes, las condiciones escolares a partir de la dimensión social y académica, las regulaciones de las disciplinas escolares a través del área de formación disciplinar, las de formación básica y general de los respectivos programas educativos propuestos en el modelo educativo de la UV.

Se conceptualiza la autonomía como una disposición incorporada y objetivada, una posibilidad objetiva y un instrumento de apropiación en el campo de las experiencias educativas (asignaturas) propuestas para ser acreditadas mediante estrategias que soportan a las prácticas escolares. En tanto que el habitus aquí es sistema de disposiciones para la práctica, esta disposición que emana desde el mismo campo escolar es probablemente temporal o duradera más no transitoria, así que es necesario considerarla como tal y no como habitus, aunque sea producto de este. Todo habitus es disposición, pero no toda disposición es habitus.

Ahora, los agentes estudiantes dentro del campo muestran un interés en relación a la disposición, esto es que la disposición por participar en el juego o en el campo, es que el agente muestre su interés por las regulaciones académicas y las disposiciones de acuerdo a su posición que le da una visión del campo escolar en el espacio social. “Estar interesado es aceptar que lo que ocurre en un juego social dado importa, que la cuestión que se disputa en él es importante”. (Bourdieu & Wacquant, 2012, p. 155). Vale la pena luchar. Se comprende esta cualidad autonómica por el principio de entrar en la competencia y disputa de acrecentar, mantener o transformar el capital escolar. La illusio como también lo llama Bourdieu, “es esa relación de fascinación con un juego que es fruto de una relación de complicidad ontológica entre las estructuras mentales y las estructuras objetivas del espacio social”. (Bourdieu, 1997. p.147)

Para entender este objeto de estudio en el espacio universitario, se plantea el antecedente de la autonomía de estudiante en el campo escolar, el cual el agente se encuentra en un estado provisorio y transitorio, aunque existe una visión del futuro continuo y sistemática, el estudiante está desligado de ese futuro, la profesión como un futuro (visión), la formación desde las disciplinas académicas como un dispositivo es decir, un medio para alcanzar un fin que está profunda y estructuralmente separado de las prácticas escolares resultado de las condiciones sociales del espacio universitario.

Materiales y métodos

Se llevó a cabo un estudio desde una base epistemológica enfocada desde la ciencia sociológica en la reflexividad y el empirismo. Dicha postura se observa en la construcción del objeto como sujetos o agentes epistémicos y empíricos aunado a las correlaciones que se dan a partir de un análisis de campo y espacio social. Es un estudio explicativo y correlacional porque mide las dos o más variables que se pretende comprobar si están o no articuladas en los mismos sujetos a priori de las condiciones sociales donde se produce dichas relaciones. Pero además esta metodología es un socioanálisis que exige una vigilancia de los obstáculos epistemológicos (Bachelard, 1988) que impidan conocimiento nuevo y dotado de propuesta alternativa al aparato científico sociológico.

De esta forma, la postura metodológica y epistemológica es el constructivismo estructuralista o estructuralismo constructivista. Desde esta elección y postura se elabora una teoría de la ciencia social pero además reflexiona sobre la práctica científica sociológica donde impera una conexión inseparable de la teoría y la metodología. Dicha relación es sustancialmente necesaria para la práctica científica en la encomienda de análisis de este objeto de estudio que el investigador debe tener presente con el propósito de evitar una sociología espontánea el cual es necesario superar las antinomias y dicotomías pues es un estudio relacional y de correspondencias.

El sustento explicativo para este procedimiento se afianza con la trayectoria social de los agentes estudiados; es decir se consideran en el análisis, la evolución en tiempo cronológico y tiempo social la acumulación de capitales primordialmente cultural, social y simbólico. La acumulación de estos capitales se despliega en el habitus en las sistemáticas elecciones (Bourdieu, 2012) que se produce para todos los campos específicos de la práctica académica. Estas estructuras de las prácticas autonómicas de los estudiantes tienden a aparecer en los estilos de vida escolar.

Esta trayectoria social aparece de nuevo como estilos de vida escolar y de aprendizaje a su vez como un conjunto de disposiciones. Este sistema de propiedades son relaciones y categorías que se desprenden tales como capital cultural y social heredados el origen social (profesión del padre, el origen geográfico, la religión de origen de la familia) y las designaciones académicas de las respectivas disciplinas (las competencias y las actividades intelectuales promovidas y exigidas por esos campo científicos) y la participación y presencia activa en la clase se someten a un tratamiento estadístico al análisis de correspondencia múltiple (ACM). Es una técnica relacional de análisis de datos en términos de relaciones (Baranger, 2004).

Para construir el espacio de las posiciones de los agentes sociales y la toma de posición de ellos se debe utilizar al análisis de correspondencias múltiples (ACM) como eje central y herramienta metodológica del estudio relacional. Ello permite posicionar relacionalmente las unidades de análisis consideradas en función de las diferentes modalidades que presenta un conjunto determinado de variables. Así, pueden representarse gráficamente esos espacios (de posiciones y de tomas de posición) (Gutiérrez, 2005).

Se debe pensar en relaciones conceptuales que se construyen a partir de realidades desde el campo universitario lo que permite comprender por ejemplo el capital cultural de los agentes sociales durante el primer año como son la profesión del padre, el origen geográfico, la religión de origen de la familia escuela de procedencia esto puede dar información directa que no remite a interpretaciones. Esto es entender la estructura de las posiciones. Para este caso entonces, el ACM es la herramienta privilegiada que hace posible mostrar la estructura de los diferentes campos (Baranger, 2004) que componen el espacio social universitario.

El fundamento metodológico para este objeto de estudio empírico se establece en los principios efectivos de diferenciación (Cerón, 2018) a partir de los conceptos torales constituidos en la teoría de la economía de las prácticas sociales que emergen del campo, capital y habitus específicamente para cada uno de ellos que son posición, dispositivo y disposición siguiendo la fórmula ya mencionada en otro momento. De estos tres últimos elementos del modelo se instituyen los del agente estudiante de nuevo ingreso por la posición.

En este enfoque, una vez detectado los elementos para el análisis, se constituyen principios efectivos de diferenciación de cada una de las posiciones ocupadas por los estudiantes en el campo universitario y en las distintas licenciaturas tratadas aquí como disciplinas que son pedagogía, contaduría, ingeniería ambiental y medicina; se comprenden como dispositivos, es decir, como entidades constitutivas de capital informacional. Y la autonomía como una disposición objetivada en la práctica social como toma de posición.

La propuesta de este procedimiento es a partir de las diferencias de la posición del agente estudiante autónomo y del no autónomo con su respectiva relación teórica de los conceptos de prácticas y disposiciones; otra oposición diferencial es la designación de la cultura académica e institucional o no como disciplinas con relación teórica a los conceptos de capital informacional, institucionalizado e incorporado; el capital simbólico y la competencia como una capacidad de acción y de poder, o estrategias de apropiación de las culturas académicas.

En un intento por la relación epistemológica y metodológica con el objeto empírico a partir de los principios de diferenciación se construye el espacio social derivado de las condiciones objetivas detectables en ese campo de las posiciones distintas de los estudiantes de nuevo ingreso en las respectivas disciplinas. Para ello se elaboró un esquema representativo del espacio universitario para visualmente detectar las oposiciones entre los agentes como ser autónomo y no autónomo.

Aquí se propone una elección de cuatro carreras o licenciaturas en la universidad Veracruzana según la clasificación de Becher (2001), que son las disciplinas científicas duras puras (no se acuerda analizar esta carrera); blandas puras; duras y blandas aplicadas. Por tanto, se ha elegido la carrera de pedagogía, médico cirujano, ingeniería ambiental y contaduría.

Se elaboró un cuestionario de 71 reactivos de los cuales 68 eran preguntas cerradas y otros 3 ítems de opción abierta, y se obtuvieron 102 respuestas, pero con el fin de recabar información sobre el origen social, condiciones sociales y económicas de los estudiantes, prácticamente información previa al ingresar al nivel superior. En otra categoría se estableció la percepción de los estudiantes sobre la autonomía como una práctica social, en otra sección prácticas y consumos culturales, lecturas a fines y no a fines a las disciplinas correspondientes, uso de internet y computadora, presencia y participación activa en clase y tiempo de estudio, las disciplinas en la autonomía como promotoras de competencias intelectuales y por último estrategias disposicionales. Este estudio de campo se llevó en las facultades de Poza Rica y Tuxpan Veracruz pertenecientes a la Universidad Veracruzana y se aplicó en instrumento a 313 alumnos de nuevo ingreso, es decir, el estudio corresponde al periodo de agosto 2018 a agosto 2019 por haber cursado ya el primer año lectivo en sus respectivas licenciaturas.

Del total de los trescientos trece alumnos observados inscritos en el tercer semestre de cada; de médico cirujano son 82 estudiantes, de pedagogía son 122, de ingeniería ambiental 38 y de contaduría 72. Del grupo disciplinar de dura aplicada se coloca a ingeniería ambiental y médico cirujano según la clasificación de Becher (2001); en el grupo de blanda aplicada se ubica pedagogía y contaduría. El total de alumnos inscritos en los cuatro programas educativos son 356 estudiantes vigentes en el momento del estudio. Cabe recordar que el estudio tiene por dimensión temporal el periodo del primer y segundo semestre debido al propósito metodológico del primer año como nuevo ingreso de los agentes al espacio universitario.

Para apoyar y sustentar la labor metodológica de la técnica del análisis de correspondencia múltiple (ACM) se utiliza el programa de Software IBM SPSS Statistics 22. Nos aporta entender de manera práctica y económica las categorías de relación con otras de categorías o variables. Este programa nos ayuda entender las relaciones entre una variable y distintas variables en forma de gráficos y tablas de disyuntiva. Con el propósito de interpretar los datos estadísticos cualitativamente.

Las técnicas específicas para el análisis de correspondencias múltiples usada en este estudio multivariante en la interpretación de los resultados son básicamente el método de normalización el cual esta opción optimiza la asociación entre las variables, es útil cuando el interés principal está en la correlación entre las variables. Se analiza, por ejemplo, la variable licenciatura y su relación con otro conjunto de variables que pueden ser las del conjunto de condiciones objetivas socioeconómicas escolaridad los padres, procedencia socio geográfica etc.

Las medidas discriminantes como otra técnica específica dentro del ACM se aplican aquí de manera permanente mediante tablas que indican cuanto aporta cada variable al conjunto y relación multivariante. Las cuantificaciones y contribuciones de las categorías indican las coordenadas de posicionamiento en el mapa perceptual de las categorías y su contribución a las dimensiones. En consecuencia se establece también una tabla de resumen del modelo que permite observar cómo se crearon las dos dimensiones El autovalor da cuenta de la proporción de información del modelo que es explicada por cada dimensión es decir, indica cuál de las dos dimensione explica principalmente alguna de las variables.

Gráficamente se utiliza los diagramas interpretado como un conjunto de puntos de categorías que muestra el mapa de correspondencias propiamente con todas las variables ahí propuestas. Para sustentar esta información gráfica se consideran a las cuantificaciones cuyas tablas muestran las coordenadas de cada una de las categorías en ambas dimensiones, es decir, la posición de las categorías en el eje X e Y. No solo sirve para conocer la posición, sino que a su vez entrega información respecto a cómo se relacionan con cada dimensión (Algañaraz, 2016).

La designación de la cultura académica e institucional en las disciplinas es una categoría fundamental de estudio que permite comprender cómo las culturas académicas desde sus propias fronteras disciplinares y científicas contribuyen a formar competencia cuyo significado es una capacidad de acción, de poder;(por ende son constitutivas de capital, recurso necesario y que se reconoce socialmente para ejercerla) para lograr capitales informacionales que ahí se distribuyen y se ofrecen. Por tanto, en esta categoría se detectan los capitales informacionales en su estado incorporado e institucionalizado además del capital simbólico; la misma competencia que es un reconocimiento social del subcampo de la disciplina para poder ejercerla.

Las variables observables son las actividades intelectuales y académicas impuestas por las distintas disciplinas independientemente de su clasificación que son prácticas laboratorio, cálculos numéricos, análisis y compresión de textos, elaboración de textos y esquemas. Y las competencias también promovidas por las disciplinas son creación o diseño de modelos, reconocimiento de procesos científicos, reflexión o interpretación sobre el contenido de una lectura, construcción de tablas matrices y diagramas, plantear, formular y resolución problemas, aplicación de los procesos científicos en el contexto de tu licenciatura, elaboración de conclusiones y argumentaciones validas e identificación y manejo adecuados de información.

Resultados y discusión

Las competencias favorecidas por las licenciaturas de acuerdo con su propia cultura y formas de organización y desde la perspectiva de lo blando, duro y aplicado además de las actividades intelectuales promovidas como prácticas cotidianas dentro de la esfera escolar son el eje principal de análisis en esta sección de interpretación de los datos obtenidos.

De acuerdo con la actividad diseño y trazos de dibujo; de forma conjunta de todas las disciplinas el 74.6% expreso no tener interés por esta actividad contra el 26.4% dijo si apreciar este desarrollo de habilidades. Siendo médico cirujano el mayor desinterés reflejó con un 80.5%, diciendo que no. Y pedagogía con el mayor interés relativo al responder si con solo 34.5%. Es evidente que siendo esta licenciatura una blanda aplicada que tiene pretensiones de convergencia y reflexión en el conocimiento haya sido la de mayor interés en el diseño y trazos, aunque se percibe un desinterés general de las cuatro licenciaturas del estudio.

Prácticas de laboratorio; en referencia a esta actividad lo esperado resulto evidente puesto que medicina e ingeniería ambiental mostraron un alto porcentaje de interés y preferencia por esta habilidad para el conocimiento con 81.7% y 97.4% respectivamente. En cambio, para los cálculos numéricos contaduría opto por el sí con el 75.3 lo que resulta lógico de acuerdo con la condición del conocimiento de la disciplina en contraste con ingeniería ambiental que solo mostró el interés con un 26%.

En cuanto al análisis y compresión de textos pedagogía tiene el mayor índice porcentual para el interés de esta habilidad con 55.5% mientras que ingeniería ambiental muestra el menor interés con solo 26.3%. Con relación a elaboración de textos y esquemas, pedagogía tiene el mayor nivel con 58.0% de interés, mientras que ingeniería ambiental muestra el mayor desinterés con 86.8% diciendo que no opta por esta cualidad.

Para la creación o diseño de modelos observada como una competencia en función de las esferas del conocimiento y de las respectivas culturas académicas de las cuatro disciplinas; según los datos estadísticos de frecuentación, en general el 53% ve favorable esta capacidad y estrategia de apropiación de las designaciones disciplinares. Y solo 5.1% la considera nada favorable. Contaduría es quien tiene el mayor índice de favorable en cuanto esta competencia con 58.3%. Para el reconocimiento de procesos científicos en el contexto de tu licenciatura Ingeniería ambiental tiene un concepto favorable para esta práctica intelectual con 57.9% y contaduría la considera poco favorable pues el 38.9% expresa no ser de tanta ayuda a sus quehaceres académicos.

Reflexión o interpretación sobre el contenido de una lectura como una capacidad fuerte que promueve las disciplinas blandas preferentemente, se observa a contaduría con 71.2% que eligieron como favorable lo cual representa una fuerte inclinación hacia esta competencia el 15% en esta misma licenciatura eligió como completamente favorable, sin duda esta disciplina blanda aplicada tiende a la lectura reflexiva. Ingeniería ambiental también tiene esta tendencia, pero con menor porcentaje en lo favorable con 57.9% pero completamente favorable lo numera con 34.4%. Sin embargo, pedagogía representa esta elección de completamente favorable como el más alto porcentaje de las otras tres disciplinas de esta competencia con 51%. Esta competencia en general está presente en todas favorablemente, aunque no se hubiera esperado que contaduría indicara la mayor inclinación hacia esta capacidad lectora.

La competencia construcción de tablas matrices y diagramas en general de las cuatro licenciaturas indica como favorable el 51.8%, completamente favorable con 24.4% y solo el 3.9% eligieron nada favorable. En especial contaduría observa un 61.6% favorable la aptitud de tabas y matrices en construcción. Plantear, formular y resolución problemas en contaduría nuevamente tiene el mayor índice de elección como favorable con el 50.7% y completamente favorable con el 45.2% es decir esta estrategia es idónea para apropiarse de la disciplina desde la posición del agente del primer año de recién ingreso al campo universi4tario. Aunque también se debe advertir en general las cuatro disciplinas tienden al favorable 42.9% y 48.1% completamente favorable, por lo tanto, también hay una inclinación hacia la formación de problemáticas.

Elaboración de conclusiones y argumentaciones válidas también tiende hacia una opinión favorable con 44.1% y completamente favorable arroja 43.1% en las cuatro disciplinas analizadas. Pedagogía tiene el mayor índice porcentual para completamente favorable con el 52.2% y favorable 37.4%. Respecto a identificación y manejo adecuados de información, pedagogía también tiene una positiva percepción sobre esta cualidad junto con medicina ya que ambas tienen el mayor índice porcentual sobre completamente favorable con 53.4 y 50% respectivamente.

En la parte inferior del espacio se halla contaduría también muy próxima a la competencia de cálculos numéricos. En cambio, medicina guarda una estrecha relación con las prácticas de laboratorio y en un punto no muy cercano, pero sí con relación a la categoría de las prácticas de laboratorio se localiza ingeniería ambiental. Siguiendo los datos detectados en la parte descriptiva y estadística anterior se ha de reflexionar que en esta parte de las correspondencias existe una tendencia hacia las competencias y actividades que según cada licenciatura promueve de acuerdo con su organización del conocimiento y su respectiva cultura. (Fig. 1).

Fig. 1 - Correspondencia de competencias y actividades desde las licenciaturas. 

Conclusiones

Un hallazgo importante sobre las disposiciones autonómicas de los estudiantes de nuevo ingreso se detecta en la presencia activa y participación dentro y fuera del aula ya que la regularidad para establecer relación académica con sus profesores es baja sin embargo revelan prácticas hacia búsquedas .de información sin la figura del profesor por medio de las TIC y las redes sociales para alcanzar información que sea redituable en capital escolar y no tanto informacional. Se proponen objetivos de logros académicos según sus relatos no obstante esta narrativa del estudiante es la búsqueda y obtención de capitales escolares transformados en capital simbólico.

Se detectó que esta disposición autonómica concierne con un poder simbólico que lleva a capitales culturales institucionalizados. Son estrategias hechas prácticas en el campo universitario en el dominio de la escolaridad. Las prácticas inminentemente sociales se reflejan en la presencia activa y participación en clase con poder de acción del agente estudiante al preguntar en clase al profesor, proponerse objetivos propios de aprovechamiento académico. La evidencia más clara de esto es que pedagogía siendo una disciplina blanda aplicada con un campo sobre los procesos pedagógicos no está directamente relacionada con esta práctica primordialmente, según los resultados observados. Es decir, la disposición de los estudiantes no precisa proponerse objetivos de estudio propios. No es una práctica que persista en el campo escolar universitario.

Dedicar más de cuatro horas promedio a la semana al trabajo académico, a la lectura y consultar otros profesores es un es una práctica discursiva vigente en las cuatro licenciaturas porque son reconocidas y exigidas por el campo de las profesiones puesto que el capital simbólico juega y cobra importancia en las prácticas autonómicas cuyas estructuras escolares reconocen las competencias, es decir, el poder de acción que exige las disciplinas académicas que también configuran disposiciones por medio de la lógica de sus respectivas culturas científicas y en defensa de las fronteras del conocimiento.

La designación de las culturas académicas de las disciplinas tiene una amplia cobertura en la percepción de los estudiantes sobre las actividades que cada campo disciplinar impone para ser reflejadas en las prácticas de los agentes del primer año. El relato del agente es disposicional y evidencia acciones no realizadas pero intencionadas que no es más que el efecto del campo escolar.

Las actividades persistentes en las cuatro licenciaturas, más allá de su propia cultura y organización del conocimiento, son prácticas de laboratorio y cálculos numéricos, todo indica que estas dos actividades desde el relato es un efecto del campo disciplinar desde el poder simbólico, una competencia requerida y exigida no solo por las disciplinas duras que en forma tradicional promueven estas actividades como fundamentos del conocimiento sino también en las disciplinas blandas.

Construir el espacio universitario en su dimensión social resultó una tarea ardua desde la postura teórica del constructivismo estructuralista para comprender y analizar las prácticas de los estudiantes de nuevo ingreso en las licenciaturas de pedagogía, contaduría, en ingeniería ambiental y médico cirujano; se recurrió a un aparato epistemológico lo que dio como resultado la construcción teórica y conceptual de la autonomía de los estudiantes en el espacio y campo social universitario.

Lo que fue un simple concepto terminó siendo advertida primero, como una cualidad posteriormente una propensión a la acción que aterrizó en una disposición para finalmente entender y observarla como una práctica social en el campo específico de las disciplinas y sus respectivas culturas académicas científicas cuyos campos están situados en los esquemas intelectuales y cognitivos de los agentes pero entendidos en el contexto universitario como una escolaridad que alcanzamos a denominar estructuras sociales representados en la institución universitaria. Pero además desde las estructuras mentales de los agentes de nuevo ingreso en las licenciaturas durante el primer año crítico.

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Received: August 10, 2020; Accepted: October 12, 2020

*Autor para correspondencia. E-mail: loretovera_69@hotmail.com

Los autores declaran no tener conflictos de intereses

Los autores han participado en la redacción del trabajo y análisis de los documentos.

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