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Hoy me siento frente a la computadora para escribir un editorial por el fallecimiento del profesor titular, MSc. Antonio Pons Hernández, tarea muy difícil, sensible y triste para mí, pues conocí a Pao, como cariñosamente le decíamos, primero como profesor, después como compañero de trabajo y por último como amigo y más que amigo, hermano. En todas estas facetas, Pao era un ser humano extraordinario, lleno de energía y vitalidad para acometer cualquier tarea y llevarla adelante, no había obstáculos para él, se dedicaba a todo lo que creía y se entregaba a ello en cuerpo y alma.
Antonio Pons Hernández fue un hombre de honor y cabal revolucionario, ejemplo de abnegación y dignidad humana, de altruismo y dedicación a todo lo que amaba como fue la enseñanza de la Ingeniería Química, siendo uno de los principales ideólogos de los planes de estudio por los que ha transitado esta especialidad en Cuba.
Nació en Manzanillo, antigua provincia de Oriente, el 13 de enero de 1942, se graduó de ingeniero químico en 1964, obtuvo la categoría de Profesor Titular en 1976 y posteriormente el de Master en Ingeniería Química. En 1973 es nombrado secretario de la Comisión Nacional de la Carrera de Ingeniería Química en Cuba, ya que el Centro Rector radica en la Universidad de Oriente, desarrollando una activa y ardua labor en la confección de los planes de estudio para la formación de un ingeniero químico integral, que responda a los intereses de la Revolución.
Su espíritu de trabajo, dedicación y confianza en la Revolución Cubana, sirvió de guía y ejemplo a los profesores de la Carrera de Ingeniería Química que le sucedieron, y en general a todos los profesionales de esta rama en el país, desarrollando en ellos, además de la capacitación técnica, la formación de valores necesarios en todo ser humano, siendo un gran maestro y un interminable estudiante.
Participó en la tutoría de múltiples trabajos de diploma y maestría, colaborando con muchos doctorados, fiel defensor de la enseñanza tutorial, para formar valores además de instruir.
Fue un esposo amante, padre y abuelo ejemplar, y ahora, aunque las nuevas generaciones de ingenieros químicos no lo tendrán frente a ellos en las aulas, les queda el legado de su ejemplo, de sus libros, libros de textos nacionales que se utilizan en todas las carreras de Ingeniería Química del país y otras afines. Siempre que se hable de Ingeniería Química en Cuba hay que tener presente a Pao, gran impulsor de la docencia de pregrado y posgrado, participó en eventos nacionales e internacionales, con la presentación de ponencias, autor de numerosas publicaciones, presidente de tribunales de maestrías y de categorías docentes, jefe de la disciplina Principios de Ingeniería Química, así como autor de los programas que conforman esta disciplina.
Por su incansable labor, obtuvo numerosos premios, distinciones, medallas y condecoraciones, entre los cuales se encuentran las siguientes:
Distinción por la Educación cubana.
Medalla Rafael María Mendive.
Medalla José Tey.
Medalla Frank País. (1er y 2do Grados).
Medalla de la Producción y la defensa.
Distinción Especial del Ministro por su Destacada Labor y Méritos Relevantes en el Trabajo Educativo y Docente Metodológico en la Educación Superior.
Placas 50, 60 y 70 Aniversarios de la Universidad de Oriente.
Premio Anual del Rector en varias ocasiones en el trabajo docente educativo metodológico.
Distinción de los CDR.
Medalla de la Alfabetización.
Medalla 40 Aniversario de las FAR.
Diploma Trabajador internacionalista.
Premio Alma Mater otorgado por la FEU
Nos llena de orgullo haber compartido, como alumnos y colegas de trabajo, parte de esta vida llena de virtudes y enseñanzas.
Con gran admiración y respeto a la memoria de uno de los más prominentes profesores de la enseñanza de la Ingeniería Química en el país.
Un sentido pésame a su familia y a la comunidad universitaria por tan sensible pérdida.
